Bautizo Senju
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Aquella tarde iba de camino a casa con algo de dolor en la espalda debido a una misión de rango D en la que se requería poder caminar en vertical para ayudar en una construcción. A pesar de todo,  pude hacer use de mi estilo Mokuton mientras ayudaba en la obra, ahorrando tiempo, esfuerza y recursos, aunque mi chakra era otra cosa. 

Ya quedaba poco para llegar a casa cuando me encontré con una casa muy particular, se trataba de una casa del clan Uchiha. Todos en aquella aldea sabían de lo poderoso de aquél clan y de sus técnicas secretas, yo no podía hacer más que imaginar tener tal reputación algún día. Con una sonrisa en la cara, retomé mi camino a casa, lento pero seguro. Al llegar saqué la llave de la casa y procedí a abrirla.

 - ¡Ya estoy en casa! - 

No parecía que hubiera alguien en casa, pues ya era algo normal. Al llegar a la sala vi una nota en la mesa que decía, "Urobe, estoy en una misión muy importante ahora mismo, dejé el pescado a descongelar así que espero que puedas prepararte la cena. Mucho cuidado, hijo." Estos mensajes eran algo tipico de papá, pues casi siempre andaba ocupado. 

A pesar de su ausencia no dejé que eso me afecte, así que hice use de mis habilidades culinarias para evitar que se me queme todo. Después de la cena me dirigí al patio dejando mi calzado dentro de la casa. Me gustaba la sensación de mis pies tocando la hierba, sentía que me conectaba aún mas a mi ninjutsu. Teniendo mi mirada colocada en el único árbol del patio, realicé varios sellos y concentré chakra en mis nudillos, apuntando ambos puños hacia el arbol.

 - ¡Mokuton: Mokushuriken no Jutsu! -

Mokuton: Mokushuriken no Jutsu


Al decir aquello, salieron de cada uno de los 8 nudillos que estaban apuntando al árbol un shuriken de madera a gran velocidad. Estos se clavaban en el arbos con fuerza, probando ser un arma efectiva. Sonreí al ver lo efectiva que eran la técnica, pues finalmente soy capaz de probar mi potencial. De camino a la puerta trasera de la casa sentía como el mundo me daba vueltas, haciéndome llevar una rodilla al suelo. Se trataba de mis reservas de chakra, estaba muy agotado por esfuerzo que había hecho en la construcción.

Luego de una difícil caminata al baño, pude tomarme un merecido baño caliente para luego ir a dormir. Sabía que si hoy no podía demostrarle a mi padre mis habilidades mañana tendría la oportunidad.
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A la mañana siguiente me despierto relativamente temprano, esperando encontrarme a mi padre en casa. Después de lavarme los dientes decido ir a su dormitorio el cual estaba vacío y lucía idéntico a como lo dejó. Al parecer aún no había vuelto de su misión, lo que dejaba saber que era bastante complicada.

Después de llevarme una decepción al no encontrar a papá en la casa, me puse a organizar cuarto por cuarto y a regar las flores, ahorrandole algo de trabajo para cuando llegue. Al terminar con la limpieza se me ocurrió calentar algo de agua y prepararme un ramen instantáneo para pasar la mañana observando la naturaleza en el patio. 

Ya habían pasado varias horas de espera cuando de pronto escucho la puerta principal chocar contra la pared con fuerza. Corrí a ver de que se trataba para encontrarme con mi padre lleno de vendas por todos lados.

 - Urobe... disculpa por hacerte esperar, la misión se complicó un tanto -

Al ver que le costaba algo caminar le ayude a dirigirse hacia un sillón dónde podría descansar. Al ver a mi padre en este estado era algo nuevo para mi, dándome cierta impresión. En aquél momento me di cuenta de que si de verdad quería ser un shinobi, debía de dejar de pensar como un niño. Luego de horas ayudando a mi papá con los dolores el finalmente decide sentarse fuera en el patio, lo que vi como una oportunidad.

 - ¡Papá! Hace días que quería mostrarte lo que había aprendido. ¡Finalmente puedo hacer ninjutsu elemental! -

Pude ver como mi padre sonreía, pues parecía orgulloso de que su hijo estuviese tan centrado en ser como el. Me paré en medio del patio y tomé una bocanada de aire, para luego con algo más de velocidad,  gracias a los entrenamientos, realizar sellos. Mi padre parecía estar algo en shock, pues si había alguien que supiera esa combinación de sellos, era un Senju como él.

 - ¡Mokuton: Nagaru Eda! -

Mokuton: Nagaru Eda


De pronto, dos ramas del árbol empiezan a moverse y a estirarse, siendo controladas por mi flujo de chakra. Pero esto parecía que tenía a mi padre más preocupado que alegre, el cual empezó a realizar sellos. De repente, de su hombro empieza a salir madera hasta formar una copia exacta de el mismo a su lado. Se trataba de un clon del estilo Mokuton, cosa que veía por primera vez.

 - Urobe... si de verdad quieres ser un shinobi, quiero que me demuestres que tienes lo que hace falta derrotando a mi clon -

Aquello si que me dejó en shock, pues jamás había peleado contra mi padre de esta forma y con un ambiente tan serio como este. Pero su clon no esperó por mi, se lanzó a la ofensiva lanzando golpes blancos. Pese a todo, el clon tenía la misma fuerza que mi padre en aquél momento, osea que tenía una gran ventaja a mi favor.

Luego de unos 3-4 minutos de pelea y gracias a mi taijutsu y a un ninjutsu defensivo que aún necesitaba perfeccionar, pude derrotar a su clon. Me encontraba completamente agitado y sudoroso, habiendo usado tantos jutsus en tan poco tiempo si que representaba un gran esfuerzo. Al ver caer su clon en pedazos, mi padre, el cual estaba parado enfrente de la puerta trasera, me aplaude.

 - Bien hecho Urobe, sabía que tenías la sangre y la determinación para hacer frente a una amenaza desconocida. A partir de hoy, tu potencial como parte del clan Senju será reconocido, ahora ve a tomarte un baño que estás horrible jajaja -

Aquél había sido un gran día, lleno de emociones, inseguridades y gasto de chakra. Esa noche caí dormido como un tronco tras tanto esfuerzo.
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