[AVANZADA] EMERGENCIA EN EL NIVEL 5 (Grupo B)
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Emergencia en el Nivel 5 
(Grupo B)

Capítulo 1: El Último Refugio
La Fundación sin Nombre había visto mejores días. El Doctor Shun, un hombre de mediana edad con el cabello salpicado de canas y un rostro surcado por las marcas del tiempo y el estrés, se encuentra en el centro de este infierno. Viste una bata de laboratorio arrugada y manchada por el sudor de la desesperación. Sus ojos, agudos y calculadores, reflejan la fría determinación de un hombre que sabe que el tiempo es su enemigo más mortal.

—¡Karen! —ordena con firmeza mientras observa el panel de control en el centro de la sala—. ¡Que la puerta esté completamente bloqueada!
Karen, con el cabello recogido en un mal moño y unas gafas que rebotaban queriendo deslizarse por su nariz, se arrodilla frente al panel de control de seguridad. Sus manos, temblorosas pero decididas, ajustan los mecanismos mientras las luces parpadean frenéticamente. El panel, normalmente pulcro y ordenado, ahora está cubierto de cables desconectados y luces intermitentes que parpadean en un rojo ominoso.

¡Las cámaras! ¡Las perdemos! ¡Están perdiendo señal una a una! —exclama ella, su voz apenas audible sobre el caos que la rodea. Su mirada se desplaza rápidamente de la pantalla a las alarmas que parpadean, tratando de mantener la calma mientras su rostro refleja un pálido terror.
El Doctor Shun se dirige a John, otro asistente con el cabello rizado y una expresión de pánico contenida. John, quien juraba que su final estaría ligado al nivel de azúcar en su sangre y no a esto, está sentado frente a un viejo sistema de comunicación, sus manos moviéndose frenéticamente mientras intenta establecer una conexión con el exterior. La desesperación en su rostro es evidente mientras observa la pantalla parpadeante, intentando superar la interferencia y el ruido blanco que ahoga su voz.

¡Doctor, estamos perdiendo la señal! —grita John, mientras los cables de la consola chisporrotean peligrosamente.
¡No podemos permitirnos fallar ahora! —responde el Doctor Shun con una voz cargada de urgencia—. Si no conseguimos comunicar nuestra posición, estaremos condenados. Debemos encontrar una manera de mantener la puerta sellada y esperar ayuda.

El Doctor Shun se acerca a un antiguo sistema de radiocomunicaciones, una reliquia tecnológica en medio de un laboratorio de vanguardia. Es un dispositivo voluminoso, con diales mecánicos y una antena de metal que al igual que el resto del laboratorio subterráneo, parece haber visto mejores días. Con una determinación fría, el Doctor Shun gira los diales y ajusta la frecuencia, tratando de encontrar una señal de comunicación.
Aquí el Doctor Shun de la Fundación sin Nombre. Solicito asistencia urgente. —Su voz, aunque firme, lleva el peso de la desesperación—. Hemos sufrido una brecha de seguridad. Las criaturas anómalas contenidas en el laboratorio han sido liberadas. Estamos atrapados en el Piso 5, y solo quedamos nosotros cuatro. Necesitamos ayuda inmediata.

En la penumbra de la sala de control, posible tumba para ellos, las luces parpadeantes lanzan sombras inquietantes que bailan en las paredes de metal frío. El sonido de pasos rápidos y crujidos provenientes de los corredores cercanos hace temblar el suelo, señalando la aproximación de las criaturas. La puerta de acceso al vestíbulo, reforzada con múltiples cerraduras y sistemas de seguridad, es la última línea de defensa contra el caos que se desata fuera de su alcance.
El Doctor Shun, sudoroso y agitado, observa el sistema de radiocomunicaciones con una mezcla de esperanza y temor. Cada segundo que pasa sin respuesta aumenta la sensación de urgencia. Las criaturas, ahora claramente audibles, se acercan cada vez más, sus movimientos resonando con una intensidad creciente en los pasillos.



Trece horas han pasado desde aquel mensaje. La noche ha descendido como una capa de terciopelo negro sobre la isla, envolviendo el paisaje en una oscuridad densa y opresiva que parece engullirlo todo. La costa norte, un desierto de rocas afiladas y arena oscura, se extiende en un escenario desolado al borde de una vegetación exuberante y salvaje. El rugido implacable de las olas rompiendo contra las rocas es el único sonido que rompe el silencio nocturno, un constante recordatorio del vasto e inabarcable océano que rodea la isla.

Las antiguas ruinas, el punto de partida de esta historia, una vez orgullosos monumentos de una civilización perdida, ahora se encuentran encubiertas por un manto de musgo y enredaderas que se han adueñado de su estructura. Los pilares y arcos de piedra, desgastados por siglos de intemperie, se alzan como espectros en la oscuridad, sus sombras proyectadas en las piedras caídas y el suelo cubierto de hojas. Los restos de lo que en otro tiempo fueron grandiosos templos y edificaciones, ahora son solo ecos de un pasado distante, enredados en la vegetación que ha crecido sin control.

Ruinas
[Imagen: GrupoB.jpg]

En la entrada de estas ruinas, el Doctor Weaver, un hombre de mediana edad, se encuentra en una vigilia solitaria. O al menos así lo hizo hace una hora cuando el grupo inicial había llegado. Sin embargo ahora, no había quién recibiera a los nuevos allegados. En cambio, en vez de alguien que explicase la situación, lo que tendrían ahora sería una bella imagen de lo que fue una cultura pasada, y un gran hueco en el suelo. Unas gradas en el costado descienden en la oscuridad.

Ningún recién llegado encontraría al doctor Weaver, en cambio, hallarían una joven mujer  que observa atentamente el agujero que se abre en el suelo. En el rostro se le marca la preocupación, se encuentra al borde del agujero. En el interior cuelga precariamente una escalera que conduce a profundidades desconocidas. El aire está cargado de anticipación, una sensación palpable de temor flotando en el aire. Lleva una sencilla blusa blanca, la tela ligeramente arrugada, y una falda larga de color óxido que le llega hasta los tobillos. Una canasta tejida cuelga de su hombro, lo que aumenta la sensación de su viaje.

Annie
[Imagen: document.jpg]
Llevaba casi una hora examinando el sitio, sus ojos escudriñando cada rincón y detalle de las ruinas que la rodeaban. El ambiente era pesado, cargado de historia y misterio, lo que hacía que cada momento pareciera más largo. Se había perdido de vista solo por unos segundos cuando el Doctor Weaver había descendido con el grupo inicial, pero esos pocos momentos habían sido suficientes para que el ascensor desapareciera de su vista. Ahora, curiosa y un tanto inquieta, esperaba con paciencia que el ascensor volviera a subir, sus pensamientos divididos entre la seguridad de esperar y la tentación de explorar.

La duda la consumía mientras el tiempo pasaba lentamente. ¿Se atrevería a bajar ella sola? El sonido lejano de las olas chocando contra las rocas apenas llegaba a sus oídos, y la oscuridad que se extendía ante ella en el agujero parecía invitarla a descubrir sus secretos. Con una última mirada a su alrededor, y tomando un profundo respiro para calmar sus nervios, la joven aventurera se preparó mentalmente para tomar una decisión que podría cambiar el curso de su destino.

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Última modificación: 24-07-2024, 05:03 AM por Hades27hv79.
Hades estaba corriendo en un bosque, entre las ramas, mientras buscaba algo... o alguien-sensei, ¿donde estas?-pregunto en su mente, mientras seguía buscando, pues su maestra era la que lo debía llevar a través del mundo, eso dijeron cuando lo saco de las filas de konoha, pero ahora debía buscarla solo-jaja, ¿entonces que? ¿seguimos solos?-Pregunto burlonamente una voz en su cabeza-no gracias, aun me falta mucho por aprender-respondió hades con flojera, mientras se detenía al borde de un precipicio-Ay ya, mejor vamonos a comer, o un burdel-dijo la voz, con voz de aburrimiento

-No digas tonterías shadow, por favor, good, apóyame en esto-Dijo hades molesto-Intenta controlar tus hormonas por favor, no estamos un buen momento para que seas... tu-dijo good con tono sereno-gracias, y no tenemos dinero, y creeme, yo tambien tengo hambre, pero no hay mucha cacería por aca, extraño el bosque de la muerte-se lamento hades, mientras reanudaba su carrera-aun que podrias intentar robar, de todas formas eres un renegado-dijo shadow, con un tono seductor-si supongo que si, somos shinobi, no tenemos valores, ¿sabes?, eres mucho mas util cuando controlas tus hormonas-dijo hades, aburrido-de todas formas no hay ningun poblado cerca, es una cuestion lamentable-dijo good

-estamos, muertos, hasta aqui llegamos, morimos virgenes y de hambre, sin poder completar nuestra venganza-dijo shadow haciendo espectaculo-ja si claro, hasta crees, yo no muero hasta que esta cosa me mate a los 25-30-dijo hades, refiriendose a su enfermedad-uy si, es verdad, moriremos jovenes de todas formas-dijo shadow, con una mezcla de sarcasmo y burla, mientras good solo se decepcionaba de que tomaran algo grave tan a la ligera

-no deberian bromear con eso-dijo good con decepcion-oye relajate, de todas formas vamos a morir, lo unico que no me permite dejarme morir de hambre es mi vengaza contra el imperio, y el deseo de oka-san de reconstruir uzu-dijo hades con un tono relajado-¿para que lamentarnos o tratarlo de tabu? de todas formas nos matara, es solo cuestion de tiempo-dijo shadow

-¿oigan que es eso?-pregunto hades viendo unas ruinas entre los arboles-pues unas ruinas de no se que, ¿que no estas viendo?-respondio shadow con ironia-eso ya lo se pedazo de animal, me refiero a que vayamos a investigar-dijo hades con molestia-pues eso di baboso-dijo shadow mientras se acercaban-hay una señorita-dijo good, viendo a la chica que examinaba el hoyo-observemos antes de acercarnos-dijo hades mientras se ocultaba en un arbol, asegurandose de tener vista de todo
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Una llegada común y corriente, nada fuera de lo natural, la joven de un ojo aparente llegaba al campo de batalla. Con su traje habitual, un chaleco táctico amarillo y mallas negras que cubrían todo su cuerpo, su bandana al cuello y su pelo liso chocando contra el viento la mujer corría a toda velocidad por el bosque, saltando de rama en rama en busca de un lugar más adecuado. El informe era claro, un grupo de ninjas se encontraba en una peligrosa misión y ella había sido contactada en conjunto con otro ninja de la Hoja para ser el respaldo de estos ninjas. Kin Uchiha, miembro del mismo clan que su sensei y perteneciente a la misma arteria de rebeldes conocida como Ichigan posiblemente estaba comprometido… era hora de actuar.

Ohona Hyuga
[Imagen: __manako_monster_musume_no_iru_nichijou_...47c7a7.jpg]

La entrada a unas antiguas catacumbas estaba por aparecer, a unos 100 metros del lugar, la mujer simplemente decidió seguir su camino volando, su compañero de viaje era obvio que podría seguir el ritmo, y si el volaba también, era una sorpresa que hasta ese momento la muchacha desconocía, así que con un simple jutsu de su repertorio la mujer simplemente muto su espalda para dar a luz un par de grandes y majestuosas alas de color celeste que adornaron el cielo.

Tras poco tiempo de espera, el claro de las ruinas denotaba el lugar clave, la joven descendió con cautela al ver a una joven indecisa en las inmediaciones, pero a lo mejor, ella sabría más del asunto… al llegar, la joven descendió posando su puño en el suelo y liberando sus alas de su espalda, a unos simples 9 metros de la joven que esperaba en lo que aparentemente, era la entrada de este tenebroso lugar ante esta noche tan macabra donde una señal de auxilio fue lanzada – humm… etto… - murmuro Ohona, haciéndose de valor – ahmm… yo… esto… hemos venido de parte de Konoha por una señal de auxilio… - volvió a murmurar, en un tono apenas audible, mientras lentamente escondía su rostro y se paraba completamente erguida y, a su vez, temblorosa y nerviosa… esperando a que su compañero prontamente tomara las riendas del asunto a la hora de hablar con la posible testigo.
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El sharingan siempre ha sido un objeto de valor para Konoha; sí, un objeto porque para los grandes sabios o personas de alto mando, esos ojos son una amenaza si están en manos equivocadas; solo les importa el poder. De manera oficial se había contactado a ninjas de Konoha donde estaba un uchiha para una misión y este aún no ha llegado; por ende, nos mandaron a varios ninjas a ver qué había sucedido y controlar cualquier situación que no esté prevista. No hacía falta que me explicaran a mí de forma oficial o extra oficial lo que había que hacer; era obvio que enviarme era para cuidar la aldea y con eso me refiero a traer a los uchiha con vida. 
 
Una Hyuga me acompañaba o mejor dicho: Yo la estaba acompañando a ella. La chica podía volar igual que ella; una vez ella sacó aquellas alas coloridas, mientras que las mías eran de color oscuro, negras para ser exactos. De esa forma llegamos por aire al lugar donde se había hecho el llamado de emergencia. Una vez aterrizamos, la chica de un ojo se acercó hasta una señorita para preguntar. Yo solo ladeé mi rostro y quedé esperando respuesta. No iba a hablar, no por ahora, solo estaba a la espalda de la ciclope, cuidando su espalda. Como era de esperarse, Albert tenía sus ojos en mi nuca, experto en cómo poder "ocultar" su vista para que las personas no pudieran ver de buenas a la primera que tenía ojos atrás de mí… Literal. 
 
Aprovechábamos de ver todo el lugar para así tener una mejor idea de lo que podía acercarse y de que se trataba este sitio. Si la civil no contestaba, no me iba a costar sacarle la información; era simple: entrar a su mente, ver que sabe o no sabe, soltarla y seguir. ¿Complicado? No lo creo —Existe otra forma de saber qué está pasando —dije en voz alta, quedando aún a la espalda de la chica— A veces preguntar no lo es mejor, pero aún así, quisiera pensar que esto es más una aventura que un riesgo— Elevo mis hombros— Conozco de personas que pueden ver a grandes distancias —¿Era una indirecta? Claro, ella podía tomarlo como le guste, pero en mi caso, al saber que ambos somos del mismo "nido" (Pacto), era evidente que podíamos activar nuestra vista de halcón.
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Sorpresivamente con su mente en las nubes por estar durmiendo plácidamente en la base de la organización, el joven albino no tenia conciencia de sus alrededores, anteriormente por estar presentes varios miembros de totsu Nageru le indicó que fuera dormir un rato, este no solía dormir ya que no lo necesitaba pero probar la experiencia de "desconectarse" no estaba mal.

Despertó al sentir como algo le empezó a tocar la cara de manera progresiva tal ves para despertarlo, logró su objetivo haciendo el Yamuro abriera sus ojos turquesa después de incalculables horas de sueño, primeramente viendi una niña pelirosado corto, de unos 6 años tocándole las mejillas. -Papá, despierta, llevas durmiendo todo el día...nos quedamos solas-. Por estas palabras de la infante el hombre se despertó de golpe, sentándose en la cama para estirarse. -Hola mi niña-. Dijo saludando a su hija y tratando de mirar afuera de su habitación para ver quién estaba.-Y bien, tu hermana dónde está?-. Preguntó rascándose la cabeza para despertarse. -Se fue a bañar y ahora mismo está cantando en la ducha, no me sorprendería que este usando el cepillo de dientes de la señorita Ren como micrófono-. Dijo sonriendo para que después desde el baño se escuchacen sonidos. «Que hay de malo en soñar...que hay de malo en reír...que hay de malo en ser joven y vivir». A diferencia de otras personas que cantan en la ducha Nageru siempre tuvo una voz angelical, aunque siempre le daba pena mostrárselo a los demás, esto hizo que el albino se empezara a reír un poco. -Je...le irá bien si quiere ser cantante alguna vez-. Dijo pero su atención fue robada por su hija menor nuevamente.

-Hablando de la señorita Ren...dijo que iba a ir a una misión pero han pasado más de 7 horas y no ha llegado...-. Comentó la niña mirando al suelo algo preocupada por la Uchiha ya que la consideraba algo como una tía, como igual a los demás miembros. -Rango A cierto?, iba a ir acompañada pero sabiendo como es ella debería haber llegado hace tiempo, no es una misión de un peligro tan grande como para traerle problemas a shinobis de alto calibre-. Se puso pensativo intentando dar con posibilidades, aunque sabía por donde había ido gracias a que dejó en el suelo distinguible para el un rastro de chakra. -Esperenme aquí, iré a buscarla-. Se levantó, camino hacia la entrada e intentó irse hasta que le agarraron la pierna, Bonnie no quería que se fuera, tal vez un sentimiento que desarrolló durante su estancia con ese sujeto raro del mercado negro que trabajaba de esclavista. -Que dulce Bonni, pero tengo que buscar a Ren...te prometo que volveré si?, portate bien y no le saques los ojos a tu hermana-. Dijo alzando a la pequeña para darle un abrazos de despedida, dejarla dentro de la base e irse del lugar.

Una vez llegado al lugar, lo haría caminando sin ningún problema, puesto que el tiempo sobraba para él, y una vez lo hizo 2 presencias de chakra se asomaron ante sus sentidos, una era reconocible, o al menos, en cierta medida, sintió que estaba en la base de ichigan pero nunca le vio el rostro, o al menos no a ella en si sino a la otra...pero no había que hablar de ello todavía. Había otro que nunca había visto en vida pero que rápidamente notó que había una tercera presencia, una mujer, que solo por verla podía sentir el sentimiento de miedo y preocupación emanar en el aire a su alrededor. -Sa-ludos-. Dijo sonriendo y elevando la mano en señal de saludo, tal vez no sería visible para el pero chihona de manera inmediata reconocería al albino y su curiosa forma de actuar y pensar, no por nada, estuvo junto a Kaito durante la llegada a la base, se acercaría a la muchacha para tranquilizarla. -Aloha señorita, como se encuentra?-. Pregunto acercándose, pero notaba el miedo en la mirada y color de chakra de la chica, así que debía ir más lento. -Tranquila...todo estará bien, estoy aquí para ayudarla...estamos aquí, para ayudarla-. Dijo intentando tranquilizarla y que obtuviese confianza de ellos. -Mi nombre es Yamuro, un gusto conocerle, podríamos saber su nombre porfavor?, o un pseudónimo de como la llamen?-. Fue suave, breve y obviamente dando a la mezcla de conversación su pizca natural de amabilidad, antes que todo, debían tratar en cómo se sentía la señorita, inclusive para reforzar esta confianza alzó su mano permitiéndole estrecharla en señal de respeto.
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Última modificación: 26-07-2024, 04:02 PM por Kyoshiro.

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A una hora después del descenso del primer grupo y la muerte del doctor Weaver, una segunda oleada de voluntarios comenzó a hacerse presentes. El primero no fue notado por Annie.  Hades, tras haber  recorrido el bosque buscando a su maestra mientras las voces en su cabeza, "Shadow" y "Good", discutían, había llegado ignorante a lo que pasaba bajo sus pies. Desde su escondite decidió investigar y observó.

Observaría a Annie, sumida en la penumbra de sus pensamientos, cuando levantó la vista abruptamente al escuchar un crujido en la maleza cercana. Su corazón se aceleró al ver emerger a una figura femenina frente sus ojos. La mujer vestía un chaleco táctico amarillo y mallas negras, su rostro, un ojo que brillaba con una intensidad inquietante. Annie retrocedió instintivamente, su mente inundada por un temor primigenio. Las historias sobre las anomalías que habían escapado del laboratorio no dejaban de resonar en su cabeza, y la presencia de esta extraña no hacía más que avivar sus miedos. Sus manos temblaban mientras intentaba mantener la calma, pero el pánico comenzaba a apoderarse de ella.

El sonido de alas batiendo en el aire la hizo girar bruscamente. Otra figura alada descendió del cielo, aterrizando con gracia en las ruinas. Annie sintió que su corazón se detenía por un momento. Su mente se llenó de imágenes de las criaturas que habían sido contenidas en el laboratorio. La figura de alas negras, con una mirada penetrante, y la otra figura con alas celestes, eran visiones que solo podrían provenir de sus peores pesadillas. Se llevó las manos a la boca, intentando reprimir un grito. Sin embargo, algo en sus voces, aunque lejanas y distorsionadas por el miedo, empezó a calmarla. Las palabras de aquellos extraños penetraron la barrera de su terror, y poco a poco, la sensación de que estos seres no eran hostiles comenzó a instalarse en su mente. Aun temblando, Annie se permitió un respiro profundo, sintiendo cómo la desesperación lentamente cedía a una tenue esperanza.

Annie, aún recuperándose del susto, notó la presencia de otro individuo que llegó al lugar. El joven albino, con los ojos aún medio dormidos y la mente despejada por un descanso inesperado. Un nuevo voluntario que no tenía intenciones de ayudar directamente a la fundación, en cambio sus motivos estaban alineados al encuentro de aquella que bajo el seudónimo de Tomoko había descendido una hora atrás. Al ver a Annie, la mujer visiblemente asustada, Yamuro se acercó con una sonrisa cálida y una actitud tranquilizadora. Annie, sin embargo, se mostró inicialmente recelosa ante el gesto amistoso de Yamuro.

Yamuro, reconociendo la ansiedad en el rostro de Annie, se acercó con una actitud gentil y calmada. "Aloha, señorita. ¿Cómo se encuentra?" preguntó, notando el miedo palpable en la joven. Aunque su tono era suave, su preocupación por la seguridad de Annie era evidente.  Annie, aunque aún nerviosa, comenzó a sentirse un poco más aliviada por el trato amable de Yamuro. Mientras este se presentaba con respeto y ofrecía su mano para estrecharla, Annie se dio cuenta de que estaba rodeada por un grupo que parecía genuinamente interesado en ayudarla, y eso comenzó a calmar su mente agitada.

Annie, sintiendo la mirada fija de los tres recién llegados, se obligó a presentarse. "S-soy Annie T. Wilkes," dijo, su voz temblando ligeramente, "investigadora de la Fundación sin Nombre, s-supongo que están aquí por lo que el doctor Shun hizo público hace unas trece horas," continuó Annie sin darles tiempo a responder. "El doctor Weaver debería estar aquí. Vine a hablar con él, pero creo llegué demasiado tarde. La entrada secreta abierta lo confirma. Probablemente ya bajó." Annie miró el agujero y luego de nuevo a los tres extraños, preguntándose si sabían lo que realmente sucedía en los niveles subterráneos.


Sabía que hablaba más de lo necesario, un defecto que siempre la había perseguido, pero habiendo el mismísimo director violado la directriz del secreto, no tenía ya problemas dejando que su lengua fuera libre. "Trabajo en el octavo piso subterráneo," continuó, la emoción escapando en su voz a pesar de sí misma. "Lo que hayan escuchado de la fundación, es real. Lo que no hayan escuchado, fue porque hicimos un buen trabajo ocultándolo". - Dijo y se sintió orgullosa de repetir aquellas palabras que Weaver le dijo cuando fue reclutada años atrás. A diferencia de mis colegas, yo trabajo con anomalías no vivientes. Objetos y sustancias que parecen burlarse de la realidad misma." La fascinación brillaba en sus ojos mientras hablaba, pero se obligó a callar, recordando que no era el momento ni el lugar para explayarse sobre su trabajo.

Por un momento se detuvo. Cerró los ojos de golpe y un sueño que tuvo hace semanas al tocar la anomalía B.98 volvió a sus recuerdos. En ella, 4 personas frente suyo en un sitio como en el que ahora mismo estaban, y con aquel sueño, el anuncio de su muerte. El cómo, cuándo y dónde. Sintió que su cuerpo se desarmaba ¿Era acaso hoy...? No, no podría. Y de serlo así ¿Cambiaría algo? Ocupaba llegar al fondo de aquel edificio aunque esto pusiera un fin a ella y sus días.

Sueño de Annie. Anomalía B.98
[Imagen: Grupo-B.jpg]

Annie miró a los tres, su desesperación evidente. "Necesito su ayuda," dijo, su voz urgente. "Sé que están aquí para salvar al doctor Shun, pero si la entrada ya está abierta, eso significa que ya hay un equipo con él. Hay algo más importante que el doctor Shun... y los necesito."
Sin esperar una respuesta, Annie se dirigió hacia el hueco del elevador. Las escaleras de metal a un lado del pozo parecían descender interminablemente. Annie empezó a bajar, sintiendo cada paso como un descenso hacia lo desconocido. Casi cinco kilómetros de profundidad, una escalera que parecía no tener fin, y la oscuridad envolviéndola a medida que descendía ¿Qué había pasado con el elevador?

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegó al último piso subterráneo. Annie se detuvo, respirando con dificultad, sus músculos ardiendo por el esfuerzo. No sabía si alguno de los tres la había seguido. Con la voz cargada de tensión, gritó: "¡Doctor Weaver!" - El eco de su voz resonó en la oscuridad antes de apagarse. Annie avanzó con cautela, sus ojos adaptándose lentamente a la penumbra. Al final del ducto vertical, encontró las ruinas de un elevador destrozado y el cuerpo sin vida del doctor Weaver. El aire pesado de la sala estaba impregnado de un silencio sepulcral, y la oscuridad era tan densa que no podía ver nada más.

Annie se arrodilló junto al cuerpo del doctor Weaver, su corazón pesado con una mezcla de tristeza y desesperación. El silencio absoluto de la sala subterránea, combinado con la visión del cuerpo inerte, hizo que la realidad de su situación cayera sobre ella como una losa. Sabía que tenía que hacer cosas ahí, pero ahora, en aquel equeño momento de fragilidad humana, solo podía sentir la abrumadora soledad y el peso de la tragedia que la rodeaba.

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Hades se mantuvo al margen, cuando noto que se acercaban 2 personas volando-konoha ¿eh?... una señal de auxilio...-Penso hades viendo a la chica ciclope-Si son de konoha lo mejor es retirarnos-Dijo good recordándoles a los 2 chicos que eran renegados-cierto cierto pero... quiero ver como se desarrolla esto-dijo shadow, sin prestar mucha atención a good, cuando escucharon a la otra persona hablar

-que fastidio, te puedo apostar que son hyuga-dijo shadow con aburrimiento-¿puedo preguntar por que tu afirmación shadow?-dijo good educadamente-claro, el dijo "personas que pueden ver a grandes distancias", creo que es muy obvio-Dijo shadow con desinterés-si pero largas distancias, no a través de cosas, ademas si fueran hyugas estaríamos camino a konoha-dijo hades aburrido, hasta que noto que se acercaba alguien mas

-yamuro... no me suena-dijo hades aburrido-no debería, no conocemos a alguien así-dijo shadow con aburrimiento-supongo, igual no importa-dijo hades mirando todo, hasta que escucho hablar a la chica-no es muda ¿eh?-dijo shadow con tono burlon-annie T.wilkes...-intento pensar hades-ni lo intentes, a ella tampoco la conocemos, podemos olvidar nombres, pero rostros son mas fáciles de recordar-dijo shadow con tono decidido-hai hai, tienes razón-dijo hades perdiendo el interés-ahora que lo pienso, ¿que no sensei iba a ir a un lugar oculto en la isla del norte?-dijo good, haciendo memoria-¿en serio?, yo no me acuerdo-Dijo hades intentando recordar-no ni yo-dijo shadow sin prestar mucha atención-entonces si lo dijo-confirmo hades mientras cambiaba de postura en la rama-¿en serio?¿solo por que no me acuerdo?-dijo shadow molesto-sip, ahora vamos a revisar, bajemos con el grupo, no tienen forma de saber que somos renegados-dijo hades convencido-además puede que tengan comida-

-Buenas noches-dijo hades mostrándose ante el grupo-me presento, soy...-dijo con un tono respetuoso-oye¿quien soy?-pregunto hades en su cabeza-pues hades, el mas pendejo de aqui-respondio shadow-y el pendejo soy yo, ¡¿Como me presento?!-dijo hades con cierto panico y prisa-ah eso... no se-respondio aburrido-di que eres shyru-respondio good, inventando un nombre de la nada-gracias, siempre tan confiable-dijo hades-shyru, un ninja sin aldea-dijo, antes de empezar a bajar junto a la chica-oye-dijo shadow-¿que?-respondió hades, en su mente-¿como se llamaba la chica?-pregunto shadow-no se, no me acuerdo-respondio hades sin prestarle importancia
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La presencia de un cuarto personaje alerto a Ohona, como siempre en esta clase de situaciones, activando su Byakugan rápidamente. Un instinto de supervivencia que siempre le ha llamado la atención, si bien es cierto que la joven Hyuga se demoró más de lo normal en activar sus habilidades, una vez lo logro… su apoyo en su vista ha sido cada vez más y más dependiente. El análisis cognitivo de lo que observaba era increíble, sin voltear la cabeza más allá de la mirada de Annie y alistarse para reaccionar, esta observo al otro ser que se escondía entre los matorrales, murmurando hacia Adan unas palabras que, posiblemente, este podría entender a la rápida – 5 en punto, Ninja desconocido con bandana tachada de Konoha – haciendo alusión hacia la posición de Hades.

Byakugan


Adan, si era perspicaz, se daría cuenta de algo… Yamuro, el nuevo integrante de este extraño grupo, él se aproximaría desde las 8 en punto desde la posición de Ohona. Adan ya era conocido de Ohona, o al menos, se conocían de vista, y el conoce en carne propia el poder y fuerza de Ohona, como ella comprendió la velocidad y agilidad de Adan… sabía que en él podía confiar, como miembro de su aldea, pero a su vez, él debía confiar en ella – ok… iré con usted – indico Ohona, tras escuchar tanto a Yamuro como a Annie, bajando cautelosamente por la pared de la edificación subterránea, con su ojo activo y desactivando completamente la presencia de las alas… pero rápidamente se dio cuenta… esta estructura… era realmente grande. Con una torpe y algo lenta sucesión de sellos de mano, la joven activaría lo que podría llamarse, el despertar del Hyuga – Tori Take no Me, ¡Byakugan Goruden Mode! - la mayor expresión del poder ocular visto en este clan desde hace años, el Byakugan dorado, capaz de extender su vista hasta los 2 kilómetros de radio, un espectáculo desgastante de Chakra capaz de escanear toda una edificación con relativa facilidad, o al menos… eso creía ella…

Taka no Me
Kinobori no Waza

Byakugan Goruden Mode - Fusión del Take no Me y el Byakugan
[Imagen: CKAMO4C.jpeg]

Hades hizo aparición entonces, uniéndose al grupo, pero… su insípido saludo no fue contestado por Ohona, y más ante sus palabras… “ninja sin aldea” con una bandana de Konoha entre sus prendas… la Hyuga de increíble vista y alcance no perdería de vista a ese joven extraño que llegaba a esta misión, pero eso no importaba ahora… lo importante era el camino, el viaje hasta la parte baja y subterránea, predecir los horrores que ocurrían dentro, comprender realmente la situación, sondear y encontrar a Kin y a los posibles aliados que tendríamos en el camino, identificar a todos los posibles supervivientes, identificar a todos los posibles enemigos… casi como una maquina automática, la muchacha analizaba todo con ayuda de su hermana, quien servía como un cable a tierra ante toda la información que recibían, para luego, a través de lo que parecía ser una boca tímida que solo decía un par de palabras de vez en cuando, el cambio total de aquella a quien llaman “la desmedida” empezó a hablar, informando cada detalle de todo lo que veía, todo lo que parecía importante, buscando los documentos del sector y leyendo los encabezados, indicando la cantidad de enemigos, la cantidad de supervivientes, los lugares donde se encontraban, todo lo que su vista le permitiese decir y que nuestro narrador estime conveniente informar.

Estadísticas de Ohona Hyuuga
OFF
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Yamuro intentaba tranquilizar a la señorita, que dejara su miedo atrás e intentase hablar con ellos, no era una obligación de su parte pero si debían obtener información, al menos como equipo ya que trabajaría con un sujeto que nunca había visto antes en su vida y a una chica cíclope que además de su apariencia muy parecida a otra que había logrado ver en su visita con Kaito a la base de ichigan, teniendo también una coloración de chakra que emanaba de ella algo similar, aunque no la conocía como tal, solo con percibirla le causaba una especie de Deja Vu, algo que no le gusta.

Cuando aquella señorita logro componerse empezó a hablar, su nombre era Annie T.Wilkes, una miembro de investigación de la fundación sin nombre, esto hizo que Yamuro levantase una cega instintivamente ya que nunca había escuchado algo así, también escuchó que se hizo público gracias a un tal doctor Shun pero él no sabía nada de eso, solamente quería llevarse a su compañera del lugar de encontrarse con ella allí. -Ehhhh...de que o que?-. Pregunto inocentemente no sabiendo de lo que hablaba, aunque al parecer fue ignorado ya que seguía hablando, seguramente por su miedo y deseo de dejar salir todo.

También comento la posible entrada de un tal doctor Weaver, quien, no se sabía nada de él hasta ahora,  Yamuro escuchaba el resto de información con detenimiento, aunque tenía una cierta curiosidad por el paradero del dúo doctorisimo que se había perdido en las profundidades de aquel averno. -...Se encuentra bien?-. Pregunto cuando la chica cerró los ojos y de inmediato su sensación de leído aumento, algo que pudo percibir de inmediato, debía hacer que volviera en sí, una vez recuperó el conocimiento pidió su ayuda y el albino estaba dispuesto a dársela. -Claro que lo haremos-. Dijo dándole un pat pat en la espalda a la chica en señal de darle ánimo, aunque jamás se le olvidó que tal ves por si miedo no les ha dicho todo, así que extrajo una parte de su chakra y se la implantó el mismo, para obtener sus recuerdos.
Hitosashi Senmasuku

Y de allí solo debían bajar, el albino vio el abismo por unos instantes y sin dudar canalizó chakra en la planta de sus pies y bajó junto Adán, aunque si había ignorado completamente el hecho de que había un 5to sujeto en la zona, había escaneado y no había peligro con él, y si, lo había hecho incluso antes de tan siquiera salir, sus sentidos eran bastante desarrollados como para detectarlo incluso desee que llegó.
Maestría: Tansakujutsu

Y de allí solamente bajaron, era eterna la espera para poder llegar rápidamente pero aún así siendo shinobis muy fácilmente tampoco era llegar, les costaba tiempo y más a la señorita que al no ser una Shinobi tenía que hacer un esfuerzo extra. Aunque el destino había llegado y no era uno muy bueno que digamos, logrando ver a un cadáver a la distancia, al acercarse hasta quedar 10 metros de el, según la chica se trataba del doctor Weaver aunque si nombre no le importa ahora, sino lo que tenia encima y estaba en los alrededores, y era algo que para ellos como guerreros debian tener en cuenta para dar con una conclusión: la misión no sería fácil. -Alguien nota lo mismo que yo?-. Preguntó a sus compañeros hasta que alzó su mano y la puso al lado de la cabeza de la chica cíclope dando un chasquido para llamar su atención. -Esos son rastros de chakra, son residuos...sea cual sea la cosa que está en estás instalaciones que haya hecho esto es capaz de manipular chakra-. Se rasco la mejilla, si la cosa estaba en esa misma zona bastaría con que ohona la viese o a más tardar acercarse lo suficiente para que el albino la detecte.
Kinobori no Waza

Estadísticas de Yamuro
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Última modificación: 30-07-2024, 01:40 AM por Adan Yamanaka.
Debiamos bajar por aquel lugar  para seguir la busqueda, la chica de un ojo me habia dado cierta información por lo que decidi ser el ultimo en bajar ¿Por? Simple, estaba cuidando la espalda de cada uno y aparte me aseguraba de verlos a todos. No fui el que tomo la rienda verbal, incluso, no hable en ningún momento, solo se cargo chakra en mis pies para poder bajar sin esfuerzo alguno. En el camino estuve observando cada detalle de aquel hueco para ver si podia encontrar alguna pista. Una vez llegamos  hasta donde se nos habia informado, me mantuve ahi, de ultimo, un poco alejado del grupo pero sin parecer que estoy apartado del todo. Me cruce de brazos y me encargue, estando ahi, de poder observar a cada persona de la habitación, no sabiamos a que nos enfrentamos pero era necesario saber ya. Existen varias formas para darnos cuentas pero a diferencia de mis compañeros, yo mantuve mi chakra al maximo, no iba a utilizar tecnica alguna. 

La Hyuga era la que se iba a encargar de decirnos que estaba pasando, con su gran vision ya teniamos un adelanto y era: Saber donde se ubica la amenaza, la mision, como llegar, como escapar pero sobretodo: Saber... La mejor ventaja es el saber y que ellos no sepan de nosotros pero nosotros si de ellos era suficiente. Mi silencio era  fundamental sobretodo porque no suelo estar tan callado epro en este caso ningun de ellos me conoce lo suficiente para saber eso. Tomar la retaguardia puede ser tonto con una Hyuga en el grupo pero tenia mis motivos  los cuales tal vez en este momento no iba a entender. En mi mente ya la mision tenia otro enfoque, tal  vez con el mismo resultado pero...Digamos que hay algunos "bonus" o misiones secundarias que puedo cumplir sin problema alguno
Kinobori no Waza
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Última modificación: 30-07-2024, 05:14 PM por Kyoshiro.
La mesa estaba tendida y sobre ella se colocaba el tablero. De su bolsa sacó cuatro piezas y una a una fue colocándolas con cuidado. El destino comenzaba a desplegar sus piezas para el juego de ajedrez celestial, muy distinto al que se juega entre aquellos caminantes bajo el sol y la luna y ellos eran meros peones en esta partida incesante. Desde las sombras del bosque, la primea pieza, Hades observaba en silencio, su mirada tan penetrante como las estrellas que apenas parpadeaban en el cielo nocturno. Segundo movimiento, otro peón, Ohona, con su aguda percepción ocular, detectó la presencia de Hades escondido entre los matorrales, y susurró a Adan sobre el enigmático ninja de la bandana tachada de Konoha, señalando su ubicación con precisión a las cinco en punto. Tercer movimiento, Adan, sin desviar la vista de la mujer frente a ellos, asintió de manera apenas perceptible. ¿Contra quién jugaba el destino? ¡Contra nadie! En el ajedrez celestial no se compite, se disfruta. El destino pone sus piezas y son estas las que hacen sus jugadas en tablero. Cuarta pieza. Yamuro se acercaba a la señorita Annie, cuyos ojos reflejaban un cóctel de temor y desesperación. Con una sonrisa cálida y un gesto tranquilizador, intentó apaciguarla, animándola a hablar y revelar la información crucial.  Aprovechando la oportunidad, Yamuro implantó una porción de su chakra en Annie, buscando desentrañar sus recuerdos y comprender mejor la situación en la que se encontraban.  Hades, observando el intercambio desde las sombras, decidió finalmente unirse al grupo. Confiaba en que su verdadera identidad no sería reconocida y esperaba que pudieran ofrecerles algo de alimento. Se presentó con una voz serena y firme como "Shyru, un ninja sin aldea", ocultando su verdadera identidad bajo esta fachada. Mientras tanto, Ohona desactivó la presencia de sus alas y descendió cautelosamente por la pared de una imponente edificación subterránea. La estructura resultó ser vasta, y con una sucesión de sellos de mano activó el Byakugan Goruden Mode, extendiendo su vista hasta dos kilómetros en el interior de la compleja construcción. ¡El destino seguía moviendo sus piezas, y ellos estaban a punto de ser arrastrados a un nuevo y vertiginoso capítulo de su épica partida! Así, uno a uno, todos comenzaron el largo descenso. Cinco kilómetros de escalones metálicos que se sumergían en la penumbra infinita del subterráneo. Cada paso resonaba en la oscuridad, sus mentes llenas de preguntas y sus corazones de una mezcla de temor y determinación. La profundidad parecía tragárselos lentamente, mientras descendían hacia lo desconocido, con la esperanza de encontrar respuestas en el abismo que se abría ante ellos.

En el descenso interminable, Ohona se sumergía en la oscuridad abisal de un edificio que se extendía cinco kilómetros bajo la superficie. Cada metro descendido parecía llevarla más allá de los límites de la realidad, hacia un mundo de sombras y ecos distantes. Desde su elevada perspectiva, el piso 1 se desplegaba ante sus ojos con una imagen de devastación y caos. Las oficinas, antes de ser lugares de actividad, yacían en ruinas, arrasadas por una masacre arácnida de una brutalidad inquietante. El aire aún cargaba los vestigios de chakra futon, que se mezclaban con los restos de un poderoso vendaval que había sacudido el lugar. Los cuerpos de siete entes de chakra yacían inmóviles, como espectros congelados en el tiempo, con corrientes de chakra que entraban y salían de ellos en una danza macabra de energía residual. Descendiendo más allá, el piso 2 se revelaba en una sinfonía de rastros de chakra. La esencia de técnicas poderosas que habían sido ejecutadas dejaba una marca indeleble en el aire, un remanente de electricidad, sonido, y fuego. El aroma de la sangre, como un eco de violencia pasada, impregnaba el ambiente, una memoria persistente del conflicto que había tenido lugar. En el piso 3, Ohona encontró un vacío inquietante. La abandonada desolación de este nivel parecía susurrar historias de lo que una vez fue, su silencio ahora abrumador en su falta de actividad. En el piso 4, el panorama se volvía aún más confuso: un mosaico caótico de chakras. Unas eran fuertes y vibrantes, otras débiles y dispersas, algunas reconocibles y otras un enigma total. Era como si el piso se hubiera convertido en una amalgama de diversas energías, un popurrí de presencias etéreas que se entrelazaban en un ballet de energía incomprensible. A medida que descendía, Ohona notó que el piso 4 se conectaba con un alcantarillado que se extendía hacia el lado opuesto del edificio, al norte. Este conducto se abría al exterior, al costado de la isla, un camino sombrío hacia la libertad o la condena.

Al llegar al piso 5, un lugar que albergaba al doctor Shun, Ohona percibía una separación palpable entre los pasillos, como si una barrera invisible impidiera ver dentro. Un misterio sutil y perturbador envolvía este nivel, ocultando los secretos que albergaba. La inmensidad de la caída parecía interminable mientras descendía al sexto piso, situado kilómetros por debajo del quinto. Allí, la visión se tornaba aún más inquietante: diez entes de chakra dormían en un letargo ominoso, una quietud que presagiaba un peligro latente. Finalmente, el séptimo piso presentaba una visión aún más desconcertante. Cuatro criaturas, de diversas naturalezas de chakra, estaban en el proceso de consumir lo que parecían ser varios cuerpos humanos, algunos aún con vida y otros ya en el reino de los muertos. La oscuridad que rodeaba esta escena era densa y palpable, un velo de desesperanza que cubría el lugar. Y así, Ohona descendió aún más, atravesando una amalgama de energía y horror, hasta llegar al piso 8.

Mientras Ohona se llenaba de información visual, Yamuro lo haría también a su manera. Haber tomado la información de los últimos 7 días de aquella científica, se daría cuenta en lo que había estado haciendo estos últimos días:  En los últimos siete días, la doctora Annie Wilkes ha trabajado intensamente en la caracterización cuántica y termodinámica de la Anomalía X88, una singularidad de campo que desafía las estructuras establecidas de la teoría de campos cuánticos y la mecánica estadística. Su investigación ha profundizado en las ecuaciones de movimiento derivadas del lagrangiano no abeliano ,]L=−14FμνaFaμν+ψˉ(iγμDμ−m)ψ\mathcal{L} = -\frac{1}{4} F_{\mu\nu}^a F^{a\mu\nu} + \bar{\psi}(i\gamma^\mu D_\mu - m)\psiL=−41FμνaFaμν+ψˉ(iγμDμ−m)ψ, donde FμνaF_{\mu\nu}^aFμνa es el tensor de campo de la teoría de Yang-Mills y ψ\psiψ representa los campos fermiónicos., Al aplicar procedimientos de renormalización, Wilkes ha analizado las divergencias ultravioletas y ha implementado esquemas de regularización dimensional, ϵ=4−d\epsilon = 4-dϵ=4−d, para mantener la invariancia gauge. ,La interacción de la anomalía se ha modelado mediante correcciones de vértices en diagramas de Feynman, específicamente aquellos que incorporan bucles de gluones y quarks hasta el cuarto orden, revelando términos de auto-energía no perturbativos que sugieren la presencia de condensados de vacío alterados. Desde una perspectiva termodinámica y utilizando la teoría cuántica de campos en condiciones de no equilibrio, Wilkes ha derivado la función de partición Z[β,μ]=∫DϕDψexp⁡(−∫0βdτ∫d3xLEuc)Z[\beta, \mu] = \int \mathcal{D}\phi \mathcal{D}\psi \exp\left( -\int_0^\beta d\tau \int d^3x \mathcal{L}_{\text{Euc}} \right)Z[β,μ]=∫DϕDψexp(−∫0βdτ∫d3xLEuc), donde LEuc\mathcal{L}_{\text{Euc}}LEuc ,es la versión euclidiana del lagrangiano y β\betaβ es la inversa de la temperatura. ,Mediante técnicas avanzadas de Monte Carlo y cadenas de Markov, ha simulado la densidad de estados ρ(E)\rho(E)ρ(E) y las funciones de correlación en el límite termodinámico. Los resultados numéricos indican una transición de fase de segundo orden caracterizada por un comportamiento crítico en el exponente γ\gammaγ de la susceptibilidad, χ∼(T−Tc)−γ\chi \sim (T-T_c)^{-\gamma}χ∼(T−Tc)−γ, y singularidades en el exponente de anomalía η\etaη de la función de correlación de dos puntos, ⟨ϕ(0)ϕ(r)⟩∼r−(d−2+η)\langle \phi(0)\phi(r) \rangle \sim r^{-(d-2+\eta)}⟨ϕ(0)ϕ(r)⟩∼r−(d−2+η). Para una comprensión más profunda del comportamiento dinámico de la Anomalía X88, Wilkes ha utilizado ecuaciones de Langevin estocásticas en el contexto de la teoría de campos fuera del equilibrio. ,Estas ecuaciones, ∂ϕ∂t=−δHδϕ+η(t)\frac{\partial \phi}{\partial t} = -\frac{\delta \mathcal{H}}{\delta \phi} + \eta(t)∂t∂ϕ=−δϕδH+η(t), donde η(t)\eta(t)η(t) es un término de ruido gaussiano, han permitido modelar la evolución temporal de las fluctuaciones de campo. La distribución de probabilidad estacionaria, obtenida a través de la ecuación de Fokker-Planck asociada, ha mostrado bifurcaciones y puntos críticos que corresponden a configuraciones metaestables del sistema. Al considerar la teoría cuántica de campos topológicos y las soluciones instantónicas, Wilkes ha identificado configuraciones de campo de tipo solitón y anti-solitón, con densidades de energía que sugieren la existencia de vacíos cuánticos degenerados, contribuyendo así a una nueva comprensión de los mecanismos de confinamiento y ruptura de simetría en la teoría de campos cuánticos.


Al llegar al octavo subsuelo, un silencio sepulcral envolvía el lugar, interrumpido solo por el sonido agudo de las luces que se encendían en respuesta a su llegada. La instalación, un laberinto de acero y concreto enterrado bajo la superficie, se revelaba ante ellos como un vestigio de actividad pasada. La sala cuadrada central, que antes bulliciosa de movimiento y ciencia frenética, ahora se hallaba desolada, cargada con un olor persistente a miedo y algo más, algo innombrable que flotaba en el aire como una sombra.

Desde su entrada al norte de la sala, el cartel de "Ascensor" parpadeaba con una luz intermitente y ominosa, como si advirtiera de la presencia de intrusos. Inmediato a salir del elevador, un pequeño pasillo estrecho se extendía, prometiendo revelar lo que se ocultaba en la penumbra. Al final de este corredor, se extendían cuatro salas cuadradas, conectadas por pequeñas gradas que formaban un intrincado entramado. Una de las salas, notablemente más grande que las otras tres, dominaba el espacio con una presencia imponente.

Dentro de estas salas, se encontraban las "anomalías no vivas" objeto de estudio de la Fundación Sin Nombre. Cada anomalía estaba encerrada en unpequeño contenedor celeste que brillaba con una intensidad casi sobrenatural, su luz proyectando un halo inquietante en el aire. La atmósfera estaba impregnada de una sensación de pavor palpable, un recordatorio escalofriante de los horrores que habían ocurrido en este lugar apenas unas horas antes. La desesperación y el misterio del entorno se fusionaban, creando un paisaje de inquietante calma y temible belleza que resonaba con los ecos de lo desconocido.

Rodeando las cuatro salas centrales, seis habitaciones especiales se disponían con una precisión clínica, cada una guardando un secreto aún más profundo. Estas habitaciones, de estructura impecable y austera, eran la última línea de defensa y el último vestigio de la ciencia que alguna vez floreció en este oscuro laberinto subterráneo. Dentro de cada una de ellas, se alineaban siete cápsulas criogénicas de hibernación, dispuestas en formaciones meticulosas que reflejaban un orden y una disciplina meticulosos. Una de estas cápsulas, notablemente más grande y elaborada que las demás, dominaba cada habitación con una presencia imponente, destacándose en tamaño y en el resplandor azulado que emanaba de su interior.

En total, las seis habitaciones albergaban cuarenta y dos cápsulas criogénicas, cada una de ellas encarnando un fragmento de misterio y ciencia congelada en el tiempo. Dentro de estas cápsulas, se encontraban anomalías durmientes, encapsuladas en un sueño congelado que las mantenía en un estado de inactividad perpetua. El ambiente en torno a estas cápsulas estaba impregnado de una quietud gélida, interrumpida solo por el ocasional zumbido de los sistemas de refrigeración que aseguraban la estabilidad de su frágil contenido. La atmósfera, densa y cargada, resonaba con una sensación de espera y de una amenaza latente, como si las anomalías dentro de las cápsulas estuvieran a punto de despertar y reclamar la atención de aquellos que se atrevieran a adentrarse en su dominio.

Piso 8
[Imagen: Grupo-BPiso8.jpg]

Aún en el elevador, Annie se arrodilló junto al cuerpo del doctor Weaver, el corazón apesadumbrado y la mente sobrecargada por un torbellino de emociones contradictorias. Con manos temblorosas, lo abrazó con una ternura que desmentía la fría dureza del entorno, murmurando un agradecido y tembloroso “gracias” al hombre que había sido tanto un mentor como un enigma. Su voz, apenas un susurro entrelazado con el lamento de la sala, parecía ser la única forma de darle una despedida digna en medio del silencio que lo rodeaba. Con un esfuerzo casi físico, lo recostó con cuidado en el elevador destrozado, su cuerpo cansado por el peso de la pena y el agotamiento. Se levantó lentamente, el peso de la pérdida dibujado en su rostro, y con la determinación de una viajera que sigue adelante a pesar del dolor, se limpió las lágrimas que manchaban sus mejillas con el borde de su manga.

Avanzó por el pasillo que conocía tan bien, cada paso resonando en el vacío con una cadencia que era tanto familiar como dolorosa. La primera habitación se desplegó ante sus ojos, un espectro de sangre que se extendía sobre el suelo, dibujando un cuadro macabro que relataba una tragedia reciente. La vista de aquel suelo manchado evocó un pensamiento fugaz sobre sus compañeros, pero rápidamente lo apartó, sabiendo que sumirse en esas conclusiones no llevaría a nada más que a la desesperación. La mente de Annie se aferró a la necesidad de seguir adelante, a pesar de la ominosa sensación que pesaba en el aire.

Al llegar al segundo cuarto, su mirada se posó en el único contenedor que dominaba el espacio: la Anomalía X88, un enigma al que había dedicado casi un mes de su vida. El contenedor, frío y metálico, parecía ser un oscuro guardián de secretos sin revelar. Annie, hablando para sí misma en un murmullo casi inaudible, comenzó a repasar números y notas que resonaban en su mente como un mantra desesperado. Sus manos, ahora apresuradas, tomaron uno de los papeles esparcidos sobre la mesa y empezaron a garabatear con urgencia, ignorando el creciente estruendo del cristal roto que comenzaba a resonar a su alrededor. El sonido de los tanques presurizados desbordándose y la presión de sus sistemas en desmoronamiento se entrelazaban con la cacofonía de su escritura frenética, creando una sinfonía de caos que marcaba el inminente colapso de todo lo que conocía y había querido. La escena se transformaba en un torbellino de desesperación y decisión, un reflejo de una realidad que se desmoronaba mientras Annie luchaba por captar las últimas piezas del rompecabezas antes de que fuera demasiado tarde.

Edifcio Completo
Resumen


El tiempo para postear de 72 horas ya ha expirado.

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Hades siguió a annie hasta un piso hecho un desastre, y hades noto unos papeles

*-¿los leemos?no quiero quedarme atrás-dijo hades, pensativo-tu leelos, de todas formas, no habrá nada que hacer, y cuanta mas informacion mejor, good, encargate de recordar la información-dijo shadow, curioso por lo que hubiera aquí, las palabras de la chica los dejaron con muchas dudas, y saber a que se enfrentaban iba a ser de gran ayuda-supongo que si, que raro que seas de ayuda-dijo hades, recogiendo los documentos delante de el, dejando pasar a los demas y quedandose detras-oye, la chica dijo... "lo que escucharon bien, y lo que no, es por que no lo dijimos-Respondió shadow, intentando hacer memoria-en realidad sus palabras fueron "Lo que hayan escuchado de la fundación, es real. Lo que no hayan escuchado, fue porque hicimos un buen trabajo ocultándolo"-corrigió good, con una mejor memoria-da igual, lo importante es que no sabemos a que nos enfrentamos, y esto es muy interesante-dijo shadow, restándole importancia a good-supongo que tienes razón-dijo hades*

hades noto que estaba solo en el pasillo, y se sumergió en la lectura, y cuando acabo, siguió caminando hasta ver a los demás, ignorando el primer cuarto, y vio que annie estaba inmersa escribiendo algo, al lado de un contenedor, y después escucho el quiebre de cristales, alertándolo
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Última modificación: 31-07-2024, 01:37 PM por Ohona Hyuga.
Era mucha la información que procesar. Ohona simplemente descendió nombrando cada cosa que veía y consultando con su hermana sobre las cosas más importantes...

- "Cuarto piso, posible escape, sexto piso algo extraño, había un piso totalmente vacío..." - eran los pensamientos que compartía con Chihona, ambas observando todo lo que veían y sentían.

- "La sensación de familiaridad de antes... ¿podría ser Kin?" - le preguntó a su hermana. - "Hay que ver... estaba algo oscuro y difuminado... me preocupa el sector que no pudimos ver" - añadió Chihona, siempre alerta. Un unico cambio se genero drasticamente en la actitud de la ciclope... aquel hombre, Yamuro el peliblanco de actitud extraña... su mano se imbuyo en chakra... su actuar fue extraño y si... toco a Annie... el era alguien extraño, alguien que no le daba buena espina, casi estuvo a punto de reaccionar para defenderla, pero su actitud no era hostil - "Ishikawa" - le recordó su hermana... si, aquel bandido tenia ese tipo de habilidades, o al menos, eso creía, ya que con un toque era capaz de convertirse en cualquiera de nosotros... o mandarnos al otro mundo... Ohona no dejaría que el nos tocase - ni a mi ni a ninguno de mis compañeros - pensaba, mientras se alejaba defensivamente de la mano que este hombre poso cerca de su cabeza.

Al llegar al último piso, Ohona hizo un último vistazo y desactivó la vista de águila. Ya no era tan importante, el reconocimiento general había sido realizado. Ahora lo importante era otra cosa... rápidamente, Ohona leyó en voz alta los garabatos de Annie, quizás no eran importantes. Mientras, también observó a Hades, sin quitarle un ojo de encima (eh, ¿comprenden? el ojo... un ojo... Ohona... cíclope), mientras avanzaba, observando los cristales rompiéndose.

Chihona en dirección hacia Hades
[Imagen: __konpaku_youmu_touhou_drawn_by_onigunso...af7f27.jpg]

- Chicos, ¡en alerta!, posible amenaza hostil, hay que proteger a Annie - dijo, mientras corría a toda velocidad en dirección de la mujer. Su hermana, por otra parte, se liberó del cuerpo de Ohona, separándose y tomando su individualidad. Ella se mantuvo cerca de Hades, con su espadón en mano y una sonrisa de pocos amigos. La mujer de altas curvas y mirada penetrante caminó en dirección contraria a Ohona, hacia aquel pasillo, activando su Byakugan para observar todo y estar preparada para cualquier cosa.


OFF
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EL FINAL
Annie observó cómo la anomalía que estudiaba empezaba a brillar con una intensidad celestial. El contenedor que la encerraba se fracturaba, sus grietas se extendían como venas de un desierto seco hasta que, de repente, se desmoronó en un desfile de fragmentos brillantes. Un temblor sutil se apoderó del lugar, un susurro de inestabilidad que hacía que el mundo vibrara y se desvaneciera como un sueño. Annie, con el rostro marcado por el pánico y las lágrimas como perlas en sus mejillas, se volvió hacia los presentes. Su expresión, un mar de inquietud, y sus palabras temblorosas solo podían ofrecer una disculpa: "Ya es muy tarde, lo lamento mucho."
El entorno comenzó a deshacerse en un flujo etéreo. Las paredes, el suelo, el techo, la carne, ellos.  No era destrucción, sino una disolución delicada, como si los contornos y las formas se desvanecieran en un susurro de niebla. Era como si el universo, en su último acto de transformación, se disolviera en un tapiz de bruma, llevándose consigo la realidad en una danza de sombras y luces. Las estructuras se disolvían como pétalos arrastrados por un viento invisible, desvaneciéndose en la penumbra de lo inefable.

Con su voz quebrada, Annie intentó desentrañar el misterio de lo que estaba sucediendo. "Miren... Hace años nos enteramos de... nuestra realidad. Los ancestros lo descubrieron y le llamaron una Fluctuación de Orígenes y Realidad Operativa," explicó, sus palabras casi perdidas en el caos que las envolvía. "Nosotros le dimos el acrónimo FORO. Son como rieles de tiempo divergentes, universos paralelos, matices de la existencia, líneas de tiempo, ramas de la realidad, multiverso. Y hay muchos FOROs, el nuestro es solo uno de ellos" Mientras hablaba, sus palabras parecían desmoronarse y mezclarse con el entorno, como si la realidad misma se estuviera escribiendo y reescribiendo en un libro de páginas invisibles.

El rostro de Annie se tornó aún más dolorido al hablar de los destinos de un FORO. "Toda Fluctuación de Orígenes y Realidad Operativa, es decir, FORO está condenada a uno de tres finales. El primero es la inevitable desaparición, cuando el FORO pierde su latido y se disuelve en la nada." Mientras describía esto, la desintegración se aceleraba, como si sus palabras fueran el eco de un destino inevitable.  
"El segundo destino es que el FORO se disuelve, pero las almas, o entidades, que habitan en él encuentran existencia en otros FOROs. Sus memorias se desvanecen, adquieren nuevas historias, nuevas vidas, pero su esencia sigue fluyendo en otras realidades." Mientras decía esto, las formas parecían perderse en un mar de luz difusa, como si fueran estrellas esparcidas en el crepúsculo.

"Y el tercero," continuó Annie, su voz cargada de tristeza, "es una Reconfiguración Estructural del Sistema Espacio-Temporal (R.E.S.E.T). El FORO, deseando renacer, se reinicia sobre sí mismo. Los seres que en él residen permanecen, pero con nuevas memorias, nuevas historias, una vida renovada." Mientras lo explicaba, todo se transformaba en una sinfonía de luz y sombra, un ciclo interminable de creación y disolución.

Mientras la explicación de Annie se desplegaba, el entorno se transformaba. Todo lo visible se desmoronaba en hilos de energía y luz, los objetos se evaporaban en destellos etéreos. Era un proceso de reconfiguración, un borrón de lo conocido, transformándose en un lienzo nuevo y vacío.

Annie, con lágrimas en los ojos, se volvió hacia los presentes y dijo: "Lo siento mucho. Las anomalías que hemos estado tratando son residuos de otros FOROs. La fundación intentaba erradicarlas porque representan un riesgo para la tela misma de la realidad. Pero ya es demasiado tarde para detener esto."
Mientras todo a su alrededor se desvanecía, Annie explicó cómo este evento había comenzado hace unos meses. "El R.E.SE.T comenzó hace unos meses. Quisimos detenerlo, pero no pudimos. Si las escrituras son ciertas, estos meses desde que inició el R.E.S.E.T serán borrados, y será como si nunca hubieran existido. Ustedes, nosotros, o mejor dicho, todo lo que pasó en estos últimos meses, será como si nunca hubieran existido. No recordaremos nada de esto. En cambio, nuestras versiones de hace unos meses vivirán la Reconfiguración Estructural del Sistema Espacio-Temporal."

Finalmente, mientras el caos alcanzaba su clímax, la realidad se desmoronaba en un lienzo en blanco, donde cada fragmento y sombra se disolvían en la penumbra de lo desconocido. Annie se quedó allí, con una última mirada llena de tristeza, mientras el mundo a su alrededor se convertía en un susurro de nada, desvaneciéndose en la vastedad de un nuevo comienzo.

Y así, se deshizo. Sin dolor, sin sangre, solo dejó de existir. Estos últimos meses dejarían la realidad y la Reconfiguración Estructural del Sistema Espacio-Temporal comenzaría.


Continúa en Evento Global: R.E.S.E.T
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