[S+] Asalto a Shoseki
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Última modificación: 24-06-2024, 11:33 PM por Musacus.
Fortaleza Shoskei


[Imagen: aca18b7e542a20e11a8b7ea0e8b6e02b.jpg]



Primero de Junio en Kirigakure, 16 D.K
15 hs en el acceso Oeste al Archipiélago, Océano

 En el medio del océano y bajo los cálidos rayos del sol de verano, una nave rebelde atraviesa las olas en dirección al País del Agua, también conocido por su innumerable cantidad de Islas y diversas aldeas. En el centro de este Archipiélago, la isla central y más grande que funciona como capital del País, y a sus costados otros cientos de aldeas e islas menores, una de ellas, ubicada al oeste de la capital, se corona como una de las máximas prisiones del mundo actual y se remonta a más de cien años de antigüedad,  hoy día, como en su pasado, sigue cumpliendo su función a la perfección. Aquellas lejanas tierras se caracterizan por sus crueles y letales castigos, conservan su propia esencia a lo largo de la historia, a diestra y siniestra contra cualquiera que ose subordinar o contradecir sus leyes y deberes. 
 
 
 Aunque la fama de sus shinobis no sea tan amigables (espadachines sanguinarios), el propio País cuenta con diversas aldeas, algunas más simpatizantes que otras, pudiendo encontrar en ocasiones algunas islas que fomentan el turismo y reciben huéspedes de otras aldeas. De este modo, hay islas donde sus habitantes son abiertos, tolerantes y amigables, y hay otras donde sus habitantes son huraños, desconfiados e incluso agresivos hacia los forasteros. Por lo general, la mayoría de la población vive del mar y de los recursos y posibilidades que este les ofrece.




 Las olas rompen con la madera de aquella pequeña barca que la noche anterior había partido rumbo a Kirigakure, o más precisamente hacia la isla donde se encuentra la Fortaleza Shoseki, con el pasar del tiempo y algunos mareos propicios de las turbulencias, los shinobis junto a su tripulacion condujeron el embalse hasta lo que sería un primer acercamiento a la isla distante. Era el momento para descansar y planificar los acontecimientos venideros, desde allí, en el medio del no tan calmo mar, se presencia en el horizonte la inmensidad de aquella estructura construida en roca y acero, que a su vez, estaba rodeada de otras pequeñas islas y abismales acantilados los cuales implicarían una ingreso por lo menos desafiante. 
 
 OYYYYYYYYYYYYYYY ESTAMOS CERCA DEL DESTINO  gritó el capitán
 Según el mapa que llevan con ustedes y lo investigado con antelación, la Fortaleza cuenta con un ingreso en la cara Norte de la Isla, un gran muelle de madera que por lo menos ocupa 200 mts de largo y finaliza en una pequeña playa de cemento, la cual deriva en unas amplias escaleras de piedra que ascienden hacía el portón principal de la prisión. Y un segundo ingreso en la cara Sur con un muelle secundario y más pequeño, donde abunda aún más la vigilancia y custodia. Aquella vieja prisión cuenta con seis torres e vigilancia, una por cada cara y dos linderas a sus murallas. El edificio alcanza un máximo de 250 mts en altura (sin contar los acantilados), con algunas pequeñas ventanas circulares enrejadas y alguno balcones de vigía.
 
  
 El ingreso a la prisión supone grandes riesgos y desafíos, infiltrarse sería tarea de expertos y asediarla sería una locura, aun así llevan consigo algunas pistas de posibles ingresos ocultos y entradas subacuáticas, rumores provenientes de historias olvidadas que describen épicos escapes y temerosas masacres, qué quizá, con cierta precaución, podrían resultar de utilidad.
 
 
aclaración

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Última modificación: 25-06-2024, 01:03 AM por Nakai. Razón: fallo en corchetes
El vaivén de las olas indicaba una posible temporal que se aproximaba, aunque a decir verdad, eso era el menor de los problemas.
Carraspé, me levanté de mi asiento. Habíamos llegado al archipiélago.

-Es hora- dije, levantándome. Vestía con mi capucha blanca y mi máscara estilo anbu de serpiente. Coloqué el mapa sobre la mesa- tenemos 2 entradas, una al norte y otra al sur. Hay rumores de entradas bajo el agua, y mencionándolo, sugiero que en cierto momento, podríamos romper los muros submarinos para inundar las zonas inferiores y atacar desde abajo. Sobrevolar la zona conlleva un riesgo, y serían objetivo de todos. Aunque una distracción podrían darles oportunidad. Propongo ingresar mediante las entradas secretas, pero no descartemos un asalto si es necesario. La infiltración será la clave y propongo que usemos aquello que los rumores nos dicen sobre entradas secretas. Tendremos que llegar sin ser vistos, podríamos atracar en un islote cercano y desde ahí movernos, usando métodos de ocultación y el henge no jutsu

Tras esto esperé a que dijeran sus propuestas y sugerencias. Sin regresar al asiento, seguí analizando el mapa, disponible frente a todo aquel que quisiera leerlo.

Por otro lado, aunque había sido la legendaria fortaleza de Orochimaru, tras tantos años y la ocupación de facciones, ya nada debía quedar allí por lo que no sería de mi interés buscar ahí algo relacionado a él, aunque el hecho de que estuviera repleto de ninjas era algo que llamaba mi atención. Bastante ADN disponible. Yo mismo había vivido gran parte de mi vida en Kiri, y sabía de sus clanes como los que se convierten en agua.

Por otro lado, los rumores de entradas subacuáticas, como la de una ventana con barrotes que daba a los niveles inferiores en donde se decía tenían un hombre tiburón, podrían funcionar. La construcción era masiva, por lo que no sabía si atacarla con la Sanhebi serviría de algo.

-Propongo que vayamos en equipos, así nos será más fácil escapar y combatir en caso de ser vistos. Yo propongo que mi equipo busquemos la entrada submarina- dije.

Esperaría a saber sus respuestas e ideas.

Nakai
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A lo lejos, emergía como un coloso etéreo flotando sobre el espejo del agua aquella imponente fortaleza. La prisión de máxima seguridad, inquebrantable bajo la atenta vigilancia de sus guardianes, leales siempre al Imperio Boshuku y miembros devotos de la élite militar de Kirigakure. En el archipiélago del País del Agua, la monumental Fortaleza Shoseki erigía su sombra sobre incontables almas condenadas, donde la luminosidad del sol era un privilegio bastante escaso, concedido escasamente en minutos fugaces. Para algunos, cuyas culpas los sepultaban en la oscuridad de sus crímenes, ni siquiera aquella migaja de luz podía redimir su existencia ya marcada.

El desafío que se erguía ante nosotros era de proporciones titánicas. Infiltrarse en aquella fortificación inquebrantable sería una hazaña solo para los más audaces. Pero debía hacerlo, sin importar el método o el riesgo, porque dentro de esos muros podría estar la clave para liberar a mis padres... o al menos, eso anhelaba con desesperación. 'Por favor, que estén ahí. No soportaré otra incursión de estas, y que no estén ahi...', divagaba entre pensamientos, sintiendo el golpeteo insistente de las olas que azotaban el casco de la embarcación mientras surcábamos nuestro destino incierto. 

Quien se detuviera un instante a observarme, percibiría de inmediato mi incertidumbre latente. Mis ojos se posaban sobre la cubierta del navío, evitando fijarse en el horizonte o en el cielo nublado. Apenas asentía ante las órdenes susurradas por mis superiores o por el capitán de la embarcación, sin rastro de la Sayuri vivaz y risueña que solía ser. En aquel momento, mi ser estaba eclipsado por una marea de nervios que me devoraba segundo a segundo, con cada metro que nos aproximábamos a ese siniestro destino. Mis dedos, en un acto reflejo de ansiedad, se enredaban y rascaban compulsivamente los cueritos de mis uñas.

A mi lado, compartiendo el reto y la carga de esta misión suicida, estaban los camaradas de la organización secreta a la que me había afiliado hacía apenas unos meses. Cada misión previa nos había aferrado más en la búsqueda de nuestros objetivos comunes y, ahora, nos enfrentábamos quizás a la encomienda más peligrosa de todas. También entre nosotros, destacaba un hombre de piel morena, a quien conocí en mis días de gladiador en el coliseo del País del Viento. Su nombre era Zeta, un guerrero cuya mera presencia me infundía un cierto alivio, pues sabía que su astucia y habilidades serían cruciales para nuestra infiltración en la prisión. Ya adentro... Lo desconocido alimentaba nuestro temor, pero también nuestro ímpetu.

Escuche las palabras de otro invitado a nuestro asalto. Parecía ser un conocido del líder, así que suponía también era poderoso como él, por lo que intente prestar atención a su charla. -Zeta y yo nos infiltraremos...- Comente con una voz y una actitud bastante fría, totalmente inexpresiva. -Lo más seguro, quizás... es que esas entradas estén debajo del agua.- Añadí a su comentario final. -Así que vamos con usted.- 


OFF
Pasivas
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Kaito observaba con una mezcla de determinación y frialdad la imponente fortaleza de Shoseki emergiendo en el horizonte. Mientras las olas rompían contra la madera de la embarcación, sus pensamientos se centraban en la misión que tenían por delante. La prisión, un baluarte de roca y acero, se alzaba como un desafío formidable, pero Kaito no era alguien que se amedrentara fácilmente.

Nakai, el estratega del grupo, había delineado el plan con claridad. La infiltración sería la clave, y las entradas subacuáticas parecían ser la mejor opción. Kaito asintió, reconociendo la lógica en las palabras de Nakai y Sayuri.

—Estoy de acuerdo con Nakai y Sayuri —dijo Kaito, su voz firme y resonante—. Infiltrarnos a través de las entradas subacuáticas es nuestra mejor opción. Pero debemos estar preparados para cualquier eventualidad. La fortaleza es antigua y bien defendida. Si las cosas se ponen difíciles, tendremos que improvisar, puedo apoyar con un par de edos a la distracción e ingreso frontal y mi ajolote katsuryoku puede apoyarnos en el ingreso submarino .

Kaito se volvió hacia sus compañeros, sus ojos brillando con una mezcla de anticipación y desafío.

—Formaremos equipos para maximizar nuestras posibilidades. Mi propuesta es que Nakai, Sayuri y Zeta se encarguen de la entrada submarina en la cara sur. Yo liderar un segundo equipo hacia la entrada norte. Nos moveremos en silencio y estaremos mezclados con el entorno. Si es necesario, causaremos una distracción para desviar la atención de los guardias, por el otro lado, cuando lleguen Ukiso y el resto me gustaría que Juri junto a mis edos entran de cara haciendo una gran distracción, mientras tanto Ukiso puede guiar un ataque a infiltración aerea, espero sus opiniones.

Kaito colocó un mapa sobre la mesa, señalando las posibles rutas y puntos de entrada.

—Una vez dentro, nuestro objetivo principal será neutralizar las defensas y localizar a cualquier prisionero o información valiosa. Recordad, no estamos aquí para una confrontación abierta a menos que sea absolutamente necesario. La sorpresa es nuestra mayor ventaja.

El sonido de las olas y el viento llenaba el aire mientras Kaito miraba a sus compañeros uno a uno, asegurándose de que comprendieran la gravedad y el riesgo de la misión. Luego, tomó una bocanada de aire salado y habló con una intensidad que no admitía dudas.

—Esta misión es peligrosa, pero también es una oportunidad para demostrar nuestro valor y habilidades. Recordad, la victoria no siempre se mide en batallas ganadas, sino en objetivos cumplidos. Nos encontraremos dentro de la fortaleza. Buena suerte a todos.

Con esas palabras, Kaito se dispuso a esperar al resto de sus compañeros, listo para comenzar la avanzada.

Estadísticas de Kaito
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Quien diría que perder un combate en el desértico País del Viento lo llevaría a estar hoy en las aguas tormentosas del País del Agua a punto de infiltrarse en la mejor cárcel conocida en este mundo.

Maldigo mi suerte-el moreno se encontraba cruzado de brazos mirando el oscuro cielo, no parecía nada a lo que pudo haberse imaginado.

Su mirada pasó a los integrantes de este escuadrón suicida y chasqueó la lengua cuando por fin miró a Sayuri-Ni siquiera sé por qué te veías tan necesitada de mi ayuda aquel día, con tantos compañeros a tu lado ¿Que puedo hacer yo que cambie el rumbo de esta historia?-su vena de la frente parecía palpitar de enojo por toda la situación que parecía rodearlo, pensó que aquella chica enserio necesitaba de alguien y por eso tuvo que recorrer a una opción desesperada pero la verdad es que no es del todo así.

Además, solo mírate, llena de miedo... me molesta cuando te crees mejor que alguien pero enserio me enfada verte así-en situaciones tan tensas a Zeta le agradaría más una Sayuri burlona que esa versión llena de ansiedad que se plasmaba frente a él.

El niño color leche empezó a hablar dando indicaciones, al fin Sayuri diría algo pero parecía bastante fuera de si misma. Zeta decidió palmear con fuerza su espalda a ver si lograba molestarla-Así es, me tienes a tu lado así que ya despiértate coño-sonrió de forma burlona y otro de los integrantes habló, decía tantos nombres que Zets no conocía que no entendía una mierda.

Lo que logró entender es que le tocaba hacer equipo con el niño que jamás conoció la luz solar y Sayuri mientras otros se ponían de carnada, lo cuál era perfecto ya que él no quería meterse en ningún combate. 

Zeta miró a Sayuri con molestia y le dejó algo en claro-Esta será la primera y última vez que te ayudo. Así que espero que tengas la decencia de no morirte. Busquemos a tus padres entonces-caminó hasta el borde del barco y con unos sellos de manos se lanzó al agua para comenzar la infiltración aunque no tenia ni puta idea de cual era el camino a tomar.
Kisoku Kihou

Estadísticas de Zeta

Chakra: 670/700
Hablo-Narro-Pienso
pasiva
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Última modificación: 16-07-2024, 07:30 PM por Musacus.

 
Asalto a Shoseki


15.30 hs en el acceso Oeste al Archipiélago, Océano
  
 A poco más de un kilometro de la Fortaleza, el capitán del barco anuncia su ultima parada y destino final, justo al borde de dos enormes rocas que servirían para anclar la embarcación,  - Hasta aquí mi parte señores...- dijo en tono seco, a aquel extraño y desafiante grupo - Tal cual habíamos acordado, esperare aquí una hora, no más, no me interesa lo que vayan a hacer ni tampoco quiero problemas... en cuanto den la orden camuflare el barco... - Mientras conversaban el resto de los tripulantes, todos hábiles marineros, se refugiaban en el camarote y abandonaban la cubierta de la nave. - Los espero a su regreso señores... ¡procurad vencer! he he he, por sobre todo, ¡no mueran!, - Dijo sonriente y se despidió de sus contratistas.

 El resto de la tripulación empezaría a cubrir el barco con unas enormes telas del mismo color que la roca, uno de ellos escalaba el mástil para tomar posición de vigía y otros dos escalaban la roca para observar la fortaleza. - TODO EN ORDEN MI CAPITÁN- exclamó uno de ellos desde lo alto. Según lo previsto, la bahía de la fortaleza estaba despojada de naves, salvo por tres cargueros de prisioneros que estaban en el muelle del norte, uno de ellos siendo descargado. La puerta Sur de la fortaleza se mantiene cerrada por unas enormes puertas de acero y piedra que impiden el paso de cualquier embarcación y se mantienen constantemente vigiladas por dos torres que se encuentran a sus costados. 

 Según lo acordado, el grupo invasor puede disponer de cualquiera de los dos botes que el barco dispone y dos marineros que remaran por ustedes hasta una distancia moderada. A partir de allí quedaría en los shinobi como abordar semejante desafío, la cubierta quedo a disposición de ellos junto con algunas herramientas, armas y víveres.

 El mar no estaba tan calmo como alguno hubiera deseado, el primero en zambullirse sentiría la frialdad de aquel océano provisto de bestias, oscuridad y un largo trecho de por medio, si no fuera por el sol a medio cielo la visión sería nula, pueden hundirse hasta 40 metros y conservar apenas la visión de la superficie, más allá de los 50 metros de profundidad cualquier horizonte será un interrogante, limitándolos a unos pocos metros de visión y generando cierto grado de presión en el cuerpo.

El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

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Había escuchado lo que mis compañeros tenían que decir, y realmente era esperanzador que gente de su calibre se uniera a mí. Esperaba que Sayuri y Zeta, como los nombró mi amigo Kaito, me acompañasen.

-Entonces, comenzaremos buscando la entrada submarina- dije con una sonrisa a Sayuri y a Zeta.

Pronto el barco atracaría y los marineros cubrirían todo con camuflaje simulando ser una roca. El mar estaba agitado y eso lo enturbiecía. Estábamos a 1300 metros de la fortaleza.

-Bien, entonces síganme. Tengo idea de donde se encuentra la entrada según los rumores. Si tienen técnicas que mejoren su vista o proporcionen detección, úsenlas, el mar se ve agitado, traten de no separarse los que vayan conmigo, a los demás, buena suerte- dije, realizando sellos para generar una burbuja alrededor de mi cabeza.

Kisoku Kihou


A su vez, tomaría características algo más similares a las serpientes, con escamas especializadas para percibir el calor. A su vez, mi lengua se alargaría para percibir los olores de los alrededores. Haría una señal para que me siguieran y me arrojaría a las frías aguas, encauzando mi lengua para seguir olfateando. Quizás el olor a desperdicios, de drenaje o de sangre podrían indicarme la entrada.

Hebi no Okurimono

Hebi No Shita


Me sumergiría hasta donde la luz me ayudaba a ver, unos 40 metros, y avanzaría hacia la fortaleza en búsqueda de la entrada secreta.


Costes


Chakra: 897/827
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Kaito observaba con frialdad a sus compañeros, su rostro impasible mientras escuchaba las quejas de Zeta y las instrucciones de Nakai. No había lugar para el sentimentalismo en una misión tan peligrosa. Cuando Zeta se lanzó al agua, Kaito simplemente asintió, reconociendo la decisión del joven. No había tiempo para disputas internas; cada segundo contaba.

—Bien, Nakai, Sayuri, sigan mi señal —dijo Kaito con voz firme y sin vacilación.

El hábil flautista, se dirigió al borde del barco, lugar donde realizó una serie de sellos de manos con precisión y determinación, terminando con extender su mano hacia el mar. En cuestión de segundos, los sellos de invocación se extendieron en el costado del bote, y apareció su salamandra ajolote, un monstruo enorme de 20 metros que emergió de las aguas con un sórdidordido ruido oculto y una mirada perdida. Kaito subió a la espalda de la criatura de un veloz salto, sus movimientos calculados y seguros.

Monten en el ajolote, nos llevará más rápido y nos dará una ventaja táctica —ordenó, invitando a Nakai, Sayuri y cualquier otro compañero cercano a unirse a él. —Sabes que hacer Katsu-. mencionó el shiin

Una vez que todos estaban montados, Kaito realizó más sellos de manos manteniendo la postura unos segundos. Desde lo profundo del mar, dos enormes ataúdes negros en forma de salamandra emergieron lentamente flotando, creando una perturbación en las aguas alrededor. Los ataúdes se abrieron con un crujido escalofriante, revelando las figuras de Rogu y Sasaki Higasa, dos monstruos revividos, imbuidos en ropajes negros, que los hacían casi indistinguibles mas que por su complexión. No eran más que marionetas perfectas, sin voluntad propia, pero con habilidades letales.

Kaito miró a sus creaciones con frialdad y les dio sus órdenes—. Rogu, Sasaki, roben uno de los botes pequeños y remen hacia la entrada principal. Causen la mayor distracción posible. No se detengan por nada.

Las figuras revividas asintieron en silencio y se movieron con una eficiencia inhumana, dirigiéndose al bote más cercano. Kaito observó todo con una calma casi inquietante, su mente siempre un paso adelante, anticipando cada movimiento.

—Vamos —dijo finalmente, mirando a Nakai—. Iniciaremos la infiltración submarina. No podemos perder tiempo.

Con algo de envidia miró a su compañero serpentino. -Tendré que salir a respirar de vez en cuando, pero adelante- Con un último vistazo al horizonte y la fortaleza imponente, Kaito condujo al ajolote y a su equipo hacia las profundidades, siguiendo a Nakai.

La misión había comenzado, y Kaito estaba listo para enfrentar cualquier desafío con la misma frialdad y determinación que siempre lo había caracterizado.


off

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Seguía sumida en mis pensamientos, y mis nervios se notaban para cualquiera que prestara suficiente atención. Sin embargo, esto se disipó en parte cuando sentí el tacto de Zeta, quien intentaba, a su manera, darme ánimo. Quizás estaba siendo muy desconsiderada... Había invitado a este chico a una misión casi suicida por un motivo puramente personal, y ahí estaba yo, casi ausente. -Sí, vamos.- Le respondí al moreno y me levanté del barril donde estaba sentada. -Yo te traje aquí... quien saldrá con vida, de aquí eres tú y más si encontramos a mis viejos...- Le mire seriamente. -Pero tranqui, tengo planeado vivir mucho más, ¿si no quién te molestara?- Esboce una leve sonrisa.

Formule una serie de sellos y un clon totalmente idéntico a mí apareció a un lado. -Ya sabes, quédate aquí con el barco, apenas reúnas la cantidad necesaria, me la pasas.- El clon asintió y se quedó con la embarcación que estaba siendo ya ocultada por sus marinos. Ahí, comenzó a concentrarse en reunir el chakra natural de los alrededores.
Kage Bunshin no Jutsu
CK: 40-10(esp/cau)= 30
senjutsu
CkN= +1

En ese momento, me di cuenta de que debía cambiar de actitud. Tenía que estar alerta y enfocada, no solo por mi propio bien, sino por el de Zeta también. Había puesto su vida en juego al aceptar acompañarme, y eso lo convertía, de algún modo, en mi responsabilidad. Era hora de ser audaz y empezar a plantear estrategias y tácticas a seguir. No podía permitirme flaquear ahora. -Ya estoy preparada, señor Kaito, y Nakai. Cuando estemos dentro de los quinientos metros de la fortaleza, podré usar mi jutsu de clarividencia para así saber todo lo que esté rodeando cualquier gota de agua... si hay una entrada, lo sabré al instante. Pero debemos acercarnos.- Me permití agarrar una de las botellas cristalinas que traía el barco, con agua dentro y algo de mi propia sangre adentro, la guarde entre mi ropa e hice el mismo jutsu de Zeta, mientras me subía al lomo de aquel gigantesco animal que había sido invocado en el agua.
Kisoku Kihou
CK: 30-10(esp/cau)= 20


OFF
Pasivas
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Última modificación: 18-07-2024, 10:42 PM por Musacus.
Aclaración

Mapa grilla

Los primeros en avanzar fueron Rogu y Sasaki, que sin miramientos acataron la orden de su invocador y tomaron aquella pequeña embarcación para consecuentemente remar en dirección este, tardarían unos cuantos minutos en llegar hasta la entrada Norte. Pocos segundos más tarde, el shinobi amigo de las serpientes, tomaría la iniciativa en el avance subacuático guiando al resto del equipo hacia las profundidades del Océano.

Apoyados sobre la gran criatura y con la audaz guía de Nakai, avanzaban en completa sincronía, apenas alejados unos pocos metros los unos de los otros, la oscuridad de la profundidad trae cierta incertidumbre ¿Qué hay más allá de la oscuridad? Nada bueno probablemente. Pasado un minuto luego de haberse zambullido, ya habían recorrido 360 mts, sin duda una velocidad prodigiosa, necesaria para afrontar el desafío inminente. Casi un tercio del camino hasta la fortaleza, sin novedades, solo un poco de cansancio y algunas curiosas criaturas acuáticas que se presentaban al costado de la salamandra, más que nada pequeños pececillos que acompañaban su viaje en las profundidades.

 Al cabo de tres minutos, la embarcación se perdía en la lejanía y a cambio aparecía majestuosa las bases de la Isla, o mejor dicho los cimientos de la Fortaleza. Apenas visible, a unos 250 mts de distancia, se presenta semejante estructura, que por si fuera poco, no solo contaba con niveles superiores, sino que también con varios pisos bajo el nivel del Mar. Desde aquella distancia se puede apenas diferenciar el ladrillo y roca talladas, las cuales descienden varios metros hacia abajo. Algas, tiburones, peces, pulpos, corales, todo tipo de criaturas parecen decorar aquel ecosistema, inclusive algunas pesadas cadenas cuelgan desde la superficie hasta la profundidad, quizá como sostén de algo, no se termina allí, cualquiera que se esforzara en mirar hacia lo profundo notaría como unos grandes "globos" de metal se mantenían flotando justo debajo de ellos, ciertamente generando un perímetro alrededor de la Isla. 

 Quizá sería la primera vez de los shinobis allí, solo bastaba con mirarse los unos a los otros para volver a tranquilizarse y asegurarse de que todo iba de acuerdo al Plan. Quien de momento venía siendo el líder, no tuvo demasiados problemas en guiarlos, tampoco detecto fuentes de calor ni olores fuera de lo común más que un profundo hedor de algún desagüe cercano, el viaje continuo con suma estrategia táctica siguiendo la guía del joven serpiente.


Killua


 El joven del Rayo se encontraba ya finalizando con su exitoso encargo, transportar 5 criminales sumamente peligrosos a su nuevo hogar, la Fortaleza Shoseki, luego de 2 días de viaje cruzando el Océano y lidiando con marineros rústicos, Killua daba con su destino. Al finalizar la custodia de los prisioneros, uno de los guardias se acerco a saludar y entregar la paga. - OY, gracias por su trabajo joven shinobi, abran sido días exhaustos, permíteme invitarte unas copas, ¿Qué te parece?- Preguntó. Mientras tanto el resto de guardias se encargaba de guiar a los prisioneros los cuales estaban ya amarrados entre si con unas cadenas e inhibidores en sus cuellos. - No te preocupes por estos sucios maleantes, OY, mis muchachos se encargarán de ellos-. 

 Unos cuantos metros desde el muelle hasta la entrada principal, desde allí se puede observar la magnitud de semejante fortaleza y por sobre todo su enorme custodia. Por lo menos veinte soldados y algunos superiores que se encargaban de vigilar que se encontrara todo en orden. - Puedes llamarme Riko, ven, acompáñame- A paso lento camino a través del muelle hasta dar con el portón principal donde hizo una señas a las torres de los extremos, unos segundos y las pesadas puertas se abrían de par en par. - OY! ¿Habías estado antes aquí?-

 Primero pasaron los cinco sujetos custodiados por guardias y detrás los seguía Riko a paso lento y firme, aparentemente una de las mayores autoridades del lugar. - No te preocupes por el barco, no zarparan sin ti he! he! he!, tenemos unos diez o quince minutos hasta reponer sus víveres, luego pueden marcharse...-


El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

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El joven Killua, seria contratado como escolta para llevar unos prisioneros a la fortaleza Shoseki. Un encargo como cualquier otro, una tarea sencilla casi de rutina, pero de paso era una buena oportunidad para conocer aquel lugar. Uno nunca sabe cuando puede pasar de guardia a recluso, más cuando se es miembro de la tan difamada Yakuza del rayo y ser un sicario a sueldo. Obviamente el mayor motivador de el Yotsuki era el dinero, siempre que olía una recompensa aceptaba sin pensar, aunque tuviera que irse a territorios desconocidos como las tierras del pais del agua. El Kumonin llegaría como siempre con una remera blanca y nos pantalones azules cómodos y unas vendas en su mano típicas de peleador, junto con su chaleco táctico de ninja y su bandana de Kumo.

Tras 2 días de intenso viaje y sin mayor entretenimiento más que hacer abdominales en la proa y algo de avistaje de mar, aquel taijutcer de pura sepa llegaría a destino cumpliendo su encargo inicial y recibiendo su paga de uno de los guardias.


Cita:OY, gracias por su trabajo joven shinobi, abran sido días exhaustos, permíteme invitarte unas copas, ¿Qué te parece?-

-Nunca se niega una copa- Dijo Killua contento por beber algo después de aquella aburrida tarea.

Aquel sujeto se presentó como Riko y le preguntó a Killua si ya había estado allí.

-No, primera vez aqui y con suerte la última, no me gustan mucho las prisiones la verdad, pero trabajo es trabajo y por unos Ryos hasta me hago marinero. Solo por curiosidad, ¿tienen a mucha gente encerrada aca? se nota que es una gran fortaleza, así que me imagino que serán sujetos rudos.


Cita:No te preocupes por el barco, no zarparan sin ti he! he! he!, tenemos unos diez o quince minutos hasta reponer sus víveres, luego pueden marcharse...-

-Genial, no me gustaría quedarme estancado aquí, pero 15 minutos en más que suficiente para una buena cerveza- DIjo Killua impaciente por aquella bebida que le ofreció el guardia.

-Y si tienen algo para comer no me voy a enojar tampoco eh, que el viaje de regreso es largo y me da habrita.- Dijo tocándose la panza mientras esta gruñía por un bocado.

OFF
-Hablo-
"Pienso"
pasivas
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Había pasado ya cuatro minutos, estábamos apenas a 220 metros de distancia. Ya se alcanzaba a ver la fortaleza, imponente, con una base sólida. Cadenas enormes se sumergían desde su base hasta el fondo marino y el fondo mismo tenía varios "globos" de acero. Aunque no notaría más que peces con mis sensores térmicos, si que notaría el olor de un desagüe cercano. Seguiría a 40 metros de profundidad.

Me acercaría a mis compañeros.

-No podemos sumergirnos más, sin embargo, noto el profundo hedor de un desagüe cercano, a no más de 50 metros (Lo que mi lengua puede olfatear). Seguramente debe tratarse de una de las entradas secretas- dije a mis compañeros- si sigo la fuente del desagüe, podremos encontrar una entrada, seguramente. Evitemos tocar esos "globos" lo más posible, me dan mala espina, podrían ser sensores o bombas.

Aunque por otro lado, ya podíamos ver las paredes de ladrillo y roca tallada, con corales y peces. Quizás la turbidez de las aguas nos ayudaría a encontrar una entrada. O, posiblemente, en los corales.

Haría una señal para que la enorme salamandra me siguieran, en búsqueda de la posible entrada subterránea. Mantendría mis técnicas mientras nos acercábamos. Sería menos de un minutos.

Off


Gastos
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Zeta había logrado despertar a Sayuri de su pensar y animarla a estar más alerta. La chica prometió que mantendría vivo al muchacho y aseguró que también planeaba mantenerse con vida, pues, quería seguir molestandolo-¿Enserio planea seguir buscándome? Vaya. Si que es molesta-y con ese pensamiento, Zeta sonrió satisfecho y asistiría en señal de que estaba listo.

Uno de los aliados de Sayuri invocó una lagartija gigante que ayudaría a los chicos a nadar más rápido. Zeta entró al agua fría y agitada junto al niño pálido y Sayuri, sujeto una pata de la lagartija y se dejó llevar por la criatura que seguía al chico pálido que parecía tener una capacidad de localización mucho mayor a pesar de que la oscuridad del agua no permitía ver nada a la lejanía.

Las burbujas en su cabeza no le dejaba escuchar muy bien a Zeta así que no estaba al tanto de lo que sea que dijo Nakai, pero solo esperaba llegar pronto a la superficie, sentía que se iba a congelar ahí en el mar-Debería orinar y calentarme-y dicho y hecho, Zeta soltó lo que tenía acumulado en la vejiga con total naturalidad y logró aguantar un poco el frío.

Kisoku Kihou

Estadísticas de Zeta

Resumen y más
Hablo-Narro-Pienso
pasiva
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A medida que nos acercábamos más y más a la colosal estructura de la prisión Shoseki, su magnitud apenas podía apreciarse desde debajo del agua, de hecho, el agua era estaba tan dura que la visión posible era muy escasa ahí debajo. Aunque todos teníamos claro lo que se avecinaba en los próximos minutos, sabíamos que lo que estaba por suceder sería una historia que se contaría, o no, por muchas décadas futuras. La invocación de Kaito era perfecta para este momento. Gracias a su gran tamaño y velocidad de nado, nos acercaba sin problemas a una distancia prudente de la prisión. Gran variedad de peces y otras criaturas marinas pasaban al lado de la masiva salamandra. ¿Cuántas veces habrán visto una criatura de tal magnitud nadando en sus aguas? Sin duda, era una visión novedosa para la fauna de estas aguas del País del Agua.

'Desagüe'. Habíamos llegado lo suficientemente cerca como para decidir emerger del agua y así comenzar a planear un poco la estrategia antes de proseguir. Nakai comentaba algo sobre un hedor desagradable en dirección de aquella isla, en lo profundo de ella, suponiendo que era por donde salían los residuos fecales de las personas que habitaban dicho lugar. 

-No te apures Nakai, esos globos que vimos son peligrosos... y un ''paso'' en falso, podría joder la sorpresa.- Comencé a realizar unos sellos a la par que sacaba mi botella de agua mezclada con mi sangre que había hecho antes. -Recuerda que soy una kunoichi de este país, y, por tanto, nuestra especialidad es la infiltración de agua.- Terminaba de comentar mientras realizaba el último sello de mano y entonces, posé mi visión sobre la superficie líquida que rodeaba el extremo oeste de la gran estructura. Ya con mi jutsu activado y en movimiento, podía apreciar con total claridad todo lo que hubiese debajo de aquellas enormes rocas y piedras que estaban ocultas por el agua que le rodeaba. 

-Jutsu listo... ahora solo denme algo de tiempo y pronto encontraré la entrada, o las entradas...-
Etsuran Suibun
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