[Misión Avanzada A] Historias y Leyendas
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Última modificación: 13-05-2024, 05:12 AM por Zenka.
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Biblioteca Furujuku
6pm
Introducción
Muchos hablan sobre los secretos de los textos que alberga esta biblioteca, como historias de héroes pasados, tradiciones antiguas, memorias antiguas y mas se habían "perdido" o eso es lo que los nuevos miembros fieles al imperio llevan diciendo durante todo este tiempo, pero la realidad es bien sabida por todos en general  el imperio tiene oculto aquellos libros en algún lugar de la biblioteca, algunos creen que es un código, otros moviendo un libro de los cientos que existen en el lugar o una llave al final nada esta claro y todo es en base a suposiciones, las cuales muchos han dicho ver pistas que lleven a aquellas zonas, lo que ha llevado a varios interesados como en esta ocasión de dos jóvenes con ideas en común Zeta y Kiseki, los cuales se encontrarían en uno de los tantos asientos para leer, el cual poseía una pequeña lampara para leer con tranquilidad con una buena iluminación. ¿Cómo era que los dos shinobis sabían adonde reunirse? era una respuesta bastante fácil para los rebeldes y interesados en la búsqueda de aquellos libros, ya que aquel puesto donde estaban ellos era un lugar que secretamente se había marcado por los rebeldes para reunirse para encontrar pistas o información sobre los libros. ¿sabrán los dos ninjas de kumo por donde empezar para buscar pistas sobre los libros?

Mientras en el ámbito general de la biblioteca, esta se encontraba con algunos shinobis y kunoichis imperiales de turno, además de varias personas mas que veían todo tipo de libros pero había una presencia especial una la cual les estaba hablando a una dos shinobis los cuales tendrían por este día hacerse cargo de unas de las tareas mas importantes de aquel lugar evitar que algún rebelde hiciera de las suyas en el lugar. 

Hiroto (広人)
- Conozco bien a los rebeldes, gracias a mi tiempo de Anbu para el imperio del rayo aprendí que son como expertos para camuflarse y hacerse pasar por personas comunes, les recomiendo ir a ver a quienes cambien demasiado los libros, ya que no seria primera vez que busquen alguna pista o respuesta al lugar oculto de la biblioteca, además tiene prohibido hacer destrozos masivos dentro de este lugar, si usan técnicas para suprimir a cualquier enemigo que no sea de gran escala o tendremos que "hablar" ¿quedo claro? - dijo el hombre de ojos dorados con un tono neutro que al final cambio a uno mucho mas frio y severo, para luego desaparecer, yéndose de la zona.
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Kurami detestaba cada momento en el que pasaba obedeciendo las órdenes de su Tío, ahora convertido en su padre. Sus órdenes siempre radicaban en tener que cumplir misiones para el beneficio total del Imperio, y éste no era un caso aislado. Muy temprano por la mañana, la Origami recibió la orden directa de su tío para salir de Iwagakure lo antes posible y dirigirse al País de la Cascada, lugar en donde tendría que hacer de guardia dentro de una Biblioteca resguardada por los Militares Imperiales.

Con desgano, la chica obedeció y salió de su hogar para comenzar su viaje, y como siempre, maldecía en su mente a aquel tipo y juraba matarlo, pero aquello jamás sucedía, pues ella sabía muy internamente que no poseía la fuerza aún para ganarle en un uno contra uno a aquel hombre. Su vestimenta era la clásica que usaba para sus misiones ninja, obvio no iría bien vestida y muy arreglada a una misión. El viaje de Kurami fue aburrido como siempre, su amargura por la vida no la dejaba disfrutar de los distintos placeres de ésta, por lo que no se detenía en ningún bonito lugar a descansar ni contemplaba los paisajes, solo avanzaba y ya.

Dentro de la biblioteca, ella y otro joven de Iwagakure, casi en el mismo rango de edad, recibieron las indicaciones de un hombre de cabellos plateados y ojos dorados. La Origami sólo se limitó a asentir con la cabeza luego de recibir las indicaciones y los consejos de Hiroto para identificar a cualquier rebelde en la biblioteca. - Si por mi fuera, los dejo ir con los libros… detesto al Imperio… -. Pensó Kurami desde sus adentros mientras le daba un vistazo rápido a lo que sus ojos podían ver de la biblioteca en ese momento.

- Bien… iré al ¿mostrador? No sé qué sea… estaré ahí de momento, tú puedes seguir la guardia en los pasillos… por cierto, soy Kurami… -. Diría la chica pelinegra al otro joven del Clan Ryotenbin antes de comenzar a caminar decidida por el pasillo frontal hasta llegar a aquella zona y colocar su trasero en el asiento de aquella silla. Sus codos en la mesa y sus palmas en la barbilla, si, estaba aburrida, pero trataría de cumplir con aquella misión supuestamente, importante.

Estadísticas de Kurami Origami
Pasivas
Hablo / Pienso / Narro / Dachi
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Zeta y el maestro Ashe se fueron de viaje para entrenar las capacidades del moreno (e intentar que dejara de meterse en tantos problemas, enserio, el maestro Ashe aún no podía creer que una sola persona pudiera ser tan desastrosa). Su entrenamiento físico iba bastante decente, Zeta se lograba adaptar a los movimientos avanzados y replicarlos, pero si algo parecía tener estancado era su cerebro.

Zeta es idiota y no es secreto de nadie, si, en algunas cosas es medio pilas como lo es tocar instrumentos o hacer un buen porro pero le hacía falta más neuronas capaces de crear estrategias o al menos movimientos únicos ¡Y no solo lanzarse a morder!

Así que vete a la biblioteca y ponte a estudiar anda, veamos si de repente aprendes a hacer un jutsu nuevo que no tienes que resignarte a solo morder gente-el maestro empujaba al chico a rastras hasta aquella famosa biblioteca y Zeta intentaba oponerse-¡Los libros son muy aburridos! Y en esas porquerías no se puede hablar. Usted sabe que hablo más que perico-Zeta se quejaba pero poco a poco era arrastrado a la biblioteca, si, el maestro Ashe se ve decrépito pero aún poseía mucha fuerza.

También hay libros con dibujos, te vas a divertir... bueno, quizás no te diviertas ¿Vale? Pero coño Zeta pon de tu parte, si quieres ganar plata como mercenario debes al menos ser fuerte de músculo y mente-el maestro Ashe mal fin había llevado a Zeta hasta la entrada del edificio y el moreno suspiró pesado y resignando. Un "vaaale" fue lo último que el negrito diría antes de entrar como cualquier otro visitante y caminar por el pasillo.

Zeta se pondría a buscar desde la última fila hasta la primera un libro que tuviera dibujos, dibujos chidos sobre algún arma, guerra o mujer, ojalá encontrar un eromanga por ahí guardado y camuflado entre los libros más grande. Pero en vez de eso se encontró a-¡Niño pesadilla!-ese mero. Kiseki era un chico que Zeta conoció en el coliseo Sabakugami, sus genjutsus le regalaron ese apodo por parte de Zeta.

¿Y que haces aquí? Bueno, es obvio, leyendo como un desgraciado. Los niños listos como tú solo saben hacer eso ¿No?-la verdad era divertido para Zeta conseguirse a alguien como él en un lugar tan ramdom como ese, pero le venía bien para burlarse o fastidiarlo si se aburría demasiado. En el peor de los casos, un genjutsu era más divertido que andar viendo tantas palabras como si uno fuera un roler o algo así... Ajam

Dime niño pesadilla ¿Conoces algún libro con imágenes? ¿Una historieta o algo así? Quiero inspiración o algo que no me haga dormirme del aburrimiento tan arrecho que llevo-Kiseki era el nuevo bibliotecario según Zeta, pues debía hacerle sus peticiones al menos que encuebtre algo mejor ¡Cómo avioncitos de papel!
Hablo-Narro-Pienso
pasiva
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Una misión muy especial, se le fue asignada, era la primera misión de rango alto a la que lograba entrar, sin embargo tenía en cuenta que sería la más complicada que habría tenido jamás, iría solo, sin compañía ni apoyo, a merced de cualquier Shinobi que descubriese sus intenciones y si lo hacían, solamente el destino sabría que pasaría con el.

Su madre quedó sumamente preocupada en casa después de su salida, incluso estos sentimientos eran difíciles para ella gracias a su embarazo, tenía en cuenta que era una tarea que de cualquier vía si su hijo rechazaba, cumplía o no lograba cumplir traería problemas a su vida, sin embargo así lo quieren los seres poderosos que no tienen la valentía de ir ellos mismos y deciden mandar a un chico de 12 años, que no ha logrado vivir su vida al máximo todavía. Calmando a su madre se iría de su hogar, era una misión que si no salía bien pues existía posibilidad de no volver a allí, debido a que las condiciones y ubicación en que se desarrollaría un fallo en ella no traería nada bueno.

Con algo de nerviosismo tomaría el primer Zeppelin asignado e iría a la ubicación acordada, todo el viaje se puso a pensar y a cerrar sus ojos intentando dormir para olvidar su situación actual. -Porque tan apagado mocoso?-. Resonó una voz en su cabeza, el muchacho de inmediato recordó que muy solo tampoco no estaba, pero bien acompañado no se podría decir muy bien, a escondidas se ubicaría en una esquina del Zeppelin a hablar en voz baja. -Estabas viendo todo este tiempo?-. Pregunto mirando hacia el suelo y notando como su sombra se deformaba y se le creaba una especie cara con 1 circulo y una x, uno al lado del otro que eran sus ojos y una sonrisa. -Claro que estoy viendo, después de todo compartimos ese sentido, ahora responde la pregunta, desde esta mañana no eres el niñito infantil y animado de siempre-. Se preguntó aquella sombra ahora desplazándose hacia la pared, un ninja estaba pasando por allí pero no se dio cuenta, más porque el chico es el único que puede verla. -No quiero hacer esto...en estos momentos podría estar cuidando a mamá junto con Masaki, saliendo al parque a ver a los niños pequeños jugar y acompañarlos a construir un castillo de arena...pero no puedo negarme a esto, sería mucho peor para nosotros si hacía tal falta de respeto a los altos mandos-. El chico se preocupaba demasiado, empezó a apretarse su propia cabeza a los lados ya entrando en lo que sería la desesperación. -Eso es lo consecuencia de entrar a en este mundo tan joven, esas alimañas te obligan a crecer, a tener experiencia, a ser perfecto olvidándose que no dejas de ser un niño, un niño que solo quiere vivir esta edad como todos hicieron alguna vez-

-Levanta la cabeza mocoso, levantala, tú eres más que esto, dejaras que una misión de alto rango te derrote?-
. Cuestionó haciendo que el albino lo mirara, tenía que seguir adelante, solo con eso volvería a su hogar sano y salvo a reunirse nuevamente con su familia. -Yo...-. No sabía que responder ante las acciones nunca vistas de Shidou, siempre supo que era un ser terco, arrogante y orgulloso, pero nunca tan buen consejero que se preocupase por el. -No lo hagas por esas alimañas, no lo hagas por ese bando inútil que el mundo ya no necesita, hazlo por ellos, por los tuyos, por tu madre, padre y hermanos, supera todo lo que se te ponga en frente por los que amas-. Al escuchar estas palabras Kiseki solamente derramó algunas pocas lágrimas pero se las secó rápidamente, efectivamente tenía razón, debía superar este obstáculo como hijo, alumno, y hermano mayor. -Gracias...Shidou, gracias por estar conmigo siempre y por creer en mí...-. Dijo finalmente volviendo a sonreír, felíz de no estar solo ese día. -Nadie ha dejado de hacerlo mocoso, nadie ha dejado de hacerlo...ahora, tenemos una misión Rango A que cumplir, levántate y limpia el polvo de tu camisa que ya hemos llegado-. Dijo desapareciendo en el acto y volviendo al anillo, el albino se levantó más animado y saliendo del Zeppelin, no sin antes, dejarle su bandana a uno de los ninjas que estaban transportandolo, lo peor que podía pasar era que descubriesen que lo era.

Dentro de la biblioteca

Una vez dentro, el chico miraría con asombro la cantidad masiva de libros en las estanterías del lugar, no tenía idea, no tenía la más mínima forma de descifrar cuál sería la información que estaba buscando sin necesidad de hurgar entre todos aquellos libros antiguos, debía generar un plan cuanto antes, pero para hacerlo debía ejercitar el cerebro.

Cuando miro las secciones correspondientes encontró un libro que, le gustó cuando lo vio, trataba de un libro de biología, para nadie era sorpresa que los animales eran la debilidad del pequeño, en especial los reptiles, cuando tomo el libro lo miro con estrellitas en los ojos por unos segundos cuando se dirigía a su asiento, una vez alli apenas en la portada aparecería alguien que no se esperaba volver a ver en su vida; aquel sujeto con quién había peleando en el coliseo, que se habia ganado su rabia aquel día, llamandolo niño pesadilla. ~Zeta te podrías callar?...estamos en una biblioteca...~. Susurró molesto por la acción de Zeta, estuvo un rato así tratando de leer su libro en paz pero era imposible con alguien como don aborigen. ~Hay un libro de taijutsu con imágenes paso a paso de poses por alla, lo he visto y conozco su nombre, es bueno para aprender nuevas formar de combatir, así te vas de~. Antes de terminar se le ocurrió algo, tal vez no sería algo muy inteligente debido a que no sabía la inclinación de su contrario, pero peor es nada, debía tener ventaja en la misión. ~Oye...me ayudarías?, estoy buscando algo específico aquí, como estoy solo tardaré mucho, y los vigilantes no se deben enterar...me ayudarías?, te podría hacer un favor después como pago, pero no uno fuera de los límites, a veces eres alguien pasado de la raya~. Susurro nuevamente al oído de Zeta asegurándose que ninguna alma le escuchase, si aceptaba, tendría un aliado para completar la misión, lo asegurado es que si lo lograban, compartiría crédito con el chico.
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Dias atras







El segundo nivel de Iwagakure, la zona media, aquella donde abundan las fabricas y las industrias, el sonido de la maquinaria y el humo en el aire generan un artificial cielo gris oscuro, combinado con destellos que parecen de sol pero son verdosos ya que no es producto de este sino de los hongos que habitan en el techo de la aldea. Era algo tarde, estaba anocheciendo aunque en esta zona no era como que hiciese mucha diferencia, la noche aqui no era oscura o negra, teñía el cielo de verde oscuro, ahora mas intenso al no tener ninguna pizca de luz del sol que disminuyera la luminosidad de los hongos. Habia poca gente en las calles, la mayoria volvia a sus hogares luego de un arduo por no decir esclavo dia de trabajo, un dia mas de lucha por sobrevivir y mantener a sus familias, un dia mas de no caer en la pobreza absoluta, era muy dificil llevar esa vida pero los ciudadanos ya se habian adaptado a aquella complicada existencia.

Un hombre vestido con el uniforme de Iwagakure camina por las calles de la ciudad, al pasar al lado de la gente la mayoria aparta la mirada, algunos con miedo, otros con desprecio, otros tristes y resignados, pero todos sabiendo que aquel sujeto estaba en un nivel superior al resto en todo sentido. Aquel sujeto uniformado llevaba un documento, un pergamino enrollado agarrado con fuerza en su mano izquierda, estaba buscando algo, miraba los edificios de la cuadra, se notaba que buscaba uno en particular. De pronto entre tantas edificaciones el hombre se detiene frente a un pequeño edificio algo derruido, se notaba que era viejo, gastado, originalmente de madera pero parchado con chapas de hierro en distintos lugares donde claramente hubo algún averío. "Bar: Los Condenados" decia en el cartel que estaba sobre la entrada, pintado a mano hace mucho mucho tiempo vaya a saber uno por quien.

El hombre entro lentamente al bar, viendo de reojo cuantas personas habian. No eran muchas, tal vez unas seis personas, tres tipos jugando a las cartas, uno dormido sobre la mesa en un rincon y otro simplemente leyendo el periodico mientras bebia. Habia un ultimo hombre, sentado junto a la barra en silencio mientras veia su vaso con Ron casi vacio con una expresion de aburrimiento que parecia que iba a quedarse dormido en cualquier momento. — Con que aqui estas. — Dijo el hombre, sentandose junto a aquel pelirrosa quien lo miro de reojo mas no le dirigio la palabra, tan solo volvio a lo que estaba haciendo. El hombre le hizo una señal con la mano al camarero y le ordeno un whisky el cual le sirvio enseguida. — Veo que cumples fervientemente con tu deber de patrullaje Kaizen. — Le comento el hombre a Kaizen. 

¿Que puedo decir? El trabajo es mi vida, Wataru.. — Respondio con sarcasmo el pelirrosa sin quitar la vista de su bebida. — Ya bueno, tienes suerte de que a nadie le importe una mierda lo que pase en estos niveles. — Replico Wataru para acto seguido colocar el rollo del pergamino sobre la barra y deslizarlo con dureza hacia el lugar de Kaizen.

Tienes una mision, esta es importante. — Comento Wataru.

Kaizen miro el rollo con desden, extendio el pergamino y comenzo a leer. — ¿Cuidar de una biblioteca? Me vieron cara de bibliotecario o que. Paso... — Dijo con rechazo, frunciendo el ceño y devolviendo el pergamino de una arrojada a Wataru, para luego darle un trago a su bebida. Wataru se esperaba esa reaccion, lo conocia, sabia que algo asi no captaria su interes, de hecho a el tambien le parecia una mision estupida pero esta vez las circunstancias eran diferentes y debia convencerlo. — Sabes que no puedes rechazarla, es una orden de arriba.

No me jodas ¿Cuidar de una biblioteca? Eso puede hacerlo cualquier genin recien graduado.

Esta vez es diferente, fijate el rango de la mision. Es una mision de rango A, ultimamente han habido muchos movimientos por parte de los rebeldes. Los altos mandos se estan inquietando y algunos creen que podrian intentar atacar la gran biblioteca. No puede ser protegida por cualquiera, por eso te necesitan. — Insistio Wataru mirandole fijamente a los ojos a Kaizen, quien mantenia su indiferencia ante la situacion pero terminando por aflojar su mirada, resignado pues en el fondo sabia que por ahora no estaba en una posicion en la que pudiera negarse. Kaizen suspiro, hizo un fondo blanco a su bebida, ordeno otra y repitio el proceso. — Esta bien, partire al amanecer. — Termino por confirmarle a Wataru, quien asintio y le hizo una mueca de aprobacion para luego retirarse de aquel antro. Al amanecer Kaizen partio de la aldea con todo su equipo listo y haciendo uso de sus habilidades se fue volando directamente hacia el Pais de la Cascada para acortar camino.


Unos dias despues finalmente Kaizen llego al Pais de la cascada y se presento en la gran biblioteca, tan imponente como decian los rumores. Alli se presento a quien estuviese a cargo para reportar su llegada y su mision.


Cita:Conozco bien a los rebeldes, gracias a mi tiempo de Anbu para el imperio del rayo aprendí que son como expertos para camuflarse y hacerse pasar por personas comunes, les recomiendo ir a ver a quienes cambien demasiado los libros, ya que no seria primera vez que busquen alguna pista o respuesta al lugar oculto de la biblioteca, además tiene prohibido hacer destrozos masivos dentro de este lugar, si usan técnicas para suprimir a cualquier enemigo que no sea de gran escala o tendremos que "hablar" ¿quedo claro?



"Un viejo hablador..." Penso Kaizen mientras lo observaba a el y a su grupo. Definitivamente la parte en que dijo de NO usar habilidades de destruccion masiva representaba un gran problema para él, pues era exactamente su especialidad. "En fin, supongo que ya me las arreglare." Mientras de reojo observaba a su compañera, una guapa joven de cabello negro azabache y con un atuendo bastante sugerente, no podia evitar pensar en situaciones subidas de tono con ella, simplemente las imagenes pasaban por delante de sus ojos, aunque solo fue por un momento. Luego de que el viejo terminase su monologo la sexy morocha se acerco a Kaizen para hablarle:


Cita:Bien… iré al ¿mostrador? No sé qué sea… estaré ahí de momento, tú puedes seguir la guardia en los pasillos… por cierto, soy Kurami…


Esta bien ire a dar una vuelta por alli, si algo ocurre chiflare. Ah si, mi nombre es Kaizen, preciosa. — Le respondio yendose en direccion a los pasillos pero deteniendose para mirarle por encima del hombro al decirle su nombre, para acto seguido retirarse. La mision ya habia comenzado por lo que Kaizen procedio a caminar por los pasillos para observar a todos los presentes, analizo tanto sus vestimentas y apariencia como el accionar de cada uno, que hacian, que decian, incluso que leian, buscaba algun patron o algo que le llamara la atencion, aunque era dificil en una biblioteca donde lo que debe reinar comunmente es el silencio y la sutileza.
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