Era bueno salir de vez en cuando de las profundidades de la tierra, lejos de ese templo oscuro y maldito que, retorciéndose como las locas visiones de un loco, emitía un aura de peligro y misterio. Sin embargo, arriba no era mucho mejor.
Los oficiales se acercaron al cuerpo de una doncella, la cual yacía en el piso sobre su propia sangre, con los ojos abiertos. Entre el tumulto provocado por su hallazgo, me acerqué a ver lo que sucedía.
-Soy Shen, genin ¿que ocurre?- pregunté a los oficiales.
-Un asesinato- dijo el oficial, cerrando los ojos de la víctima.
-¿Alguna pista?- le cuestioné.
-La herida que presenta en el pecho es profunda, de un arma blanca, quizás un puñal. La gente asegura que ella estaba caminando, acababa de salir de la tienda y se dirigía a la casa de sus padres, cuando dio un fuerte grito y se desplomó, desangrándose- dijo el oficial. Miré a los alrededores, al techo incluso, pero no vi nada. Miré la multitud, sus rostros, pero todos se veían igual de confusos y asustados.
-La unidad forense vendrá por el cuerpo. Nadie más lo toque- dijo el oficial.
Me quedé hasta el cuerpo de medicina forense acudió al lugar, el grupo de criminalística marcó la silueta de la mujer y se pusieron a indagar. Yo acompañé al cuerpo de criminalística, escuchando lo que tenían que decir.
-El patrón se repite. Tomen nombre a todos los presentes, y sus declaraciones. Quizás el asesino esté entre nosotros-dijo el oficial de criminología.
-Disculpe, ¿se repite? ¿ya ha sucedido?- le cuestioné.
-No debería mencionarlo, pero eres un ninja de la aldea, así que quede entre nosotros- advirtió el oficial- la chica aquí no es la única, pero tiene la misma herida. Un hombre de mediana edad falleció en la planta baja, sus compañeros lo vieron toser sangre antes de caer al suelo. Otro sujeto, un cargador del muelle, murió al día siguiente de su cumpleaños, también a la vista de sus compañeros de trabajo.
-¿Tendrá que ver la fecha?- le cuestioné.
-Lo dudo mucho- dijo el oficial- en los dos primeros casos no coincide.
Observé a la mujer ahí, aún en el piso. Su ropa había estado limpia antes de mancharse de sangre, su cabello corto y bien cuidado. Igualmente, su apariencia parecía ser de alguien que se cuidaba mucho. Les pedí ver las fotografías de los otros muertos.
Acompañé al equipo de regreso a la comisaría, cuando hubieran acabado en el campo, para ver las fotografías.
Los sujetos eran muy diferentes. Un cargador en overol, curtido por la sal del mar, por otro lado, un herrero fraguador siempre con quemaduras en la piel reseca, vestido con un mandil de asbesto.
-Las ropas no fueron dañadas al momento de recibir el ataque- mencionaron los oficiales.
-¿Con cuantos días de diferencia?- les cuestioné.
-El primero con el segundo, 3 días. El segundo con la tercera, 2 semanas-dijo el oficial.
Necesitaba más información, por lo que iría a la oficina del kage para que me permitieran ayudar al caso. Había poco trabajo realmente, por lo que se me permitiría ayudar en esa búsqueda. No se sabía si era cosa de un asesino o de un ente, o un fenómeno inexplicable, simplemente sabíamos que esas heridas "fantasmas" atravesaban los órganos pero no la ropa.
Los oficiales se acercaron al cuerpo de una doncella, la cual yacía en el piso sobre su propia sangre, con los ojos abiertos. Entre el tumulto provocado por su hallazgo, me acerqué a ver lo que sucedía.
-Soy Shen, genin ¿que ocurre?- pregunté a los oficiales.
-Un asesinato- dijo el oficial, cerrando los ojos de la víctima.
-¿Alguna pista?- le cuestioné.
-La herida que presenta en el pecho es profunda, de un arma blanca, quizás un puñal. La gente asegura que ella estaba caminando, acababa de salir de la tienda y se dirigía a la casa de sus padres, cuando dio un fuerte grito y se desplomó, desangrándose- dijo el oficial. Miré a los alrededores, al techo incluso, pero no vi nada. Miré la multitud, sus rostros, pero todos se veían igual de confusos y asustados.
-La unidad forense vendrá por el cuerpo. Nadie más lo toque- dijo el oficial.
Me quedé hasta el cuerpo de medicina forense acudió al lugar, el grupo de criminalística marcó la silueta de la mujer y se pusieron a indagar. Yo acompañé al cuerpo de criminalística, escuchando lo que tenían que decir.
-El patrón se repite. Tomen nombre a todos los presentes, y sus declaraciones. Quizás el asesino esté entre nosotros-dijo el oficial de criminología.
-Disculpe, ¿se repite? ¿ya ha sucedido?- le cuestioné.
-No debería mencionarlo, pero eres un ninja de la aldea, así que quede entre nosotros- advirtió el oficial- la chica aquí no es la única, pero tiene la misma herida. Un hombre de mediana edad falleció en la planta baja, sus compañeros lo vieron toser sangre antes de caer al suelo. Otro sujeto, un cargador del muelle, murió al día siguiente de su cumpleaños, también a la vista de sus compañeros de trabajo.
-¿Tendrá que ver la fecha?- le cuestioné.
-Lo dudo mucho- dijo el oficial- en los dos primeros casos no coincide.
Observé a la mujer ahí, aún en el piso. Su ropa había estado limpia antes de mancharse de sangre, su cabello corto y bien cuidado. Igualmente, su apariencia parecía ser de alguien que se cuidaba mucho. Les pedí ver las fotografías de los otros muertos.
Acompañé al equipo de regreso a la comisaría, cuando hubieran acabado en el campo, para ver las fotografías.
Los sujetos eran muy diferentes. Un cargador en overol, curtido por la sal del mar, por otro lado, un herrero fraguador siempre con quemaduras en la piel reseca, vestido con un mandil de asbesto.
-Las ropas no fueron dañadas al momento de recibir el ataque- mencionaron los oficiales.
-¿Con cuantos días de diferencia?- les cuestioné.
-El primero con el segundo, 3 días. El segundo con la tercera, 2 semanas-dijo el oficial.
Necesitaba más información, por lo que iría a la oficina del kage para que me permitieran ayudar al caso. Había poco trabajo realmente, por lo que se me permitiría ayudar en esa búsqueda. No se sabía si era cosa de un asesino o de un ente, o un fenómeno inexplicable, simplemente sabíamos que esas heridas "fantasmas" atravesaban los órganos pero no la ropa.