[TMAM] Primera ronda - Torneo de los Maestros: Sayuri vs. Iroh
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8 de marzo, 16 D.K.
Isla Papaya, País del Fuego.


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¡Señoras y señores, este evento aún no se termina! A partir de este momento, comienzan los combates de la categoría Torneo de los Maestros —anunció con emoción el elocuente presentador— Adelante, participantes, ¡salgan al cuadrilátero! —exclamaría, esperando a que ambos luchadores atravesaran la pasarela y tomaran posiciones en la arena. 

Al verlos salir, el público estallaría en aplausos y grandes ovaciones.

En esta categoría también tenemos valientes señoritas. ¡Por el lado izquierdo presentamos a Sayuri Yuki, la Hija del Hielo! —señaló extendiendo su brazo hacia la joven de la Niebla—. Por el lado derecho, el Dragón del Oeste: ¡Iroh Azulon!

La arena es un vasto cuadrilátero de 50x50, metros cuya superficie está prolijamente recubierta de amplias baldosas muy resistentes a los golpes y grandes impactos. Por encima de la misma, reina un despejado cielo soleado y azul. Esta plataforma se encuentra elevada a 1 metro del suelo, y a su alrededor no hay agua, ni árboles, ni rocas, ni nada más que corto e impecable césped que se extiende 10 metros en todas direcciones y separa el flamante escenario de las gradas escalonadas donde los espectadores se congregan para presenciar los combates y animar a sus luchadores favoritos, disfrutando de una vista privilegiada desde la seguridad de las alturas. Todo el sector del público y las partes del recinto ajenas a la arena están protegidas por barreras de chakra que los shinobi de la Hoja se encargan de sostener en todo momento. También hay un escuadrón especial encargado de intervenir y contener cualquier tipo de disturbio.

Participantes, ya saben cuales son las reglas. Que sea un combate limpio —Antes de retirarse, de pie entre ambos participantes, el presentador levantaría la zurda y daría la señal para que sonara el gong que indicaría el comienzo de la batalla—. ¡Adelante!

referencia de la arena
Reglas oficiales del Torneo

Reglas off-rol:

- Los participantes dispondrán de un máximo de 10 turnos cada uno (20 en total) para concluir el combate. Si al final del tiempo reglamentario no se ha determinado un ganador, el presentador/árbitro tomará una decisión.
- A partir de este primer post, habrá 48 hs. para responder y presentarse en la arena. Luego se alternarán en turnos de 48 hs. máximo.
- Si un usuario no postea dentro del tiempo indicado se considerará perdedor, y también se asumirá que recibe el ataque (de haberlo) de su contrincante.
- Los fines de semana (días sábado y domingo) no contarán como tiempo para postear. 
- Si un personaje mata a su oponente, el combate será detenido de inmediato y el ejecutor será retenido, aprisionado e imposibilitado de abandonar la Isla Papaya hasta que se la situación se vea esclarecida.
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Después de una interminable espera, tras haberme sumergido en la vibrante cultura del extenso País del Fuego durante lo que parecía una eternidad, el amanecer de un día histórico finalmente se desplegó ante nosotros. El primer y grandioso Torneo Mundial de las Artes Marciales estaba a punto de comenzar, marcando el inicio de una era. La anticipación en el aire era palpable, como una chispa a punto de encender una hoguera de emociones y expectativas.

Con una explosión de colores y sonidos, el cielo se iluminó con fuegos artificiales que danzaban al ritmo de la emoción colectiva. Las calles de la isla se transformaron en un hervidero de vida y energía, abarrotadas no solo de turistas ávidos por ser testigos del espectáculo y dispuestos a sumergirse en un mar de compras, adquiriendo recuerdos y suvenires que eternizaran su experiencia. También se llenaron de comerciantes astutos y artistas de todos los colores, cada uno buscando capitalizar la euforia que se viviría en los días venideros, esperando obtener una jugosa recompensa económica de este festín de pasiones y habilidades.

Allí me encontraba, Sayuri Yuki, una vez más al borde de un momento decisivo, anhelando que mi nombre resonara a través de los confines del mundo. Esta vez, mi destino no me había llevado a un escenario olvidado en las vastas y eternas arenas del desierto. No, en esta ocasión, el escenario elegido se ubicaba en el corazón mismo del mapa del mundo conocido, un lugar de fácil acceso para almas de todos los rincones del globo.

Permanecía de pie, impregnada de una mezcla de anticipación y serenidad, aguardando el momento en que el anunciante, con voz resonante, declarara los nombres de los combatientes. Cada uno de nosotros emergería de nuestro respectivo lado del escenario, listos para entablar un duelo que sería recordado. En esta ocasión, el destino había dispuesto que mi adversario fuera nuevamente el señor Iroh, un guerrero cuya edad no hacía más que subrayar la magnitud de su leyenda. A pesar de los años, mantenía un vigor en su ser que desafiaba el paso del tiempo, y sus movimientos, ágiles y precisos, se habían grabado en mi memoria como un testimonio de su maestría.

-¡Por el lado izquierdo presentamos a Sayuri Yuki, la Hija del Hielo!- Y entonces resonaron las palabras que anunciaban mi entrada. Al escuchar mi nombre vibrar a través del aire, un escalofrío de anticipación recorrió mi ser, marcando el momento de abandonar la soledad de la habitación preparatoria para adentrarme en el fervor de la arena. Los aplausos y gritos de ánimo del público me envolvieron como una marea cálida, contrastando con el apodo que me precedía. Mi atuendo, aunque relajado, estaba imbuido de la esencia de mi espíritu combativo, fusionando elegancia y preparación para el combate que se avecinaba. 

Para la ocasión, me había envuelto en una prenda de una elegancia sublime, un abrigo de un delicado tono violeta claro que fluía con gracia hasta cubrir mis piernas con su talla larga y generosa.  En el cuello, un exquisito bordado de pelaje blanco se desplegaba, suave al tacto y a la vista, evocando la pureza de la nieve recién caída. Este detalle no era meramente decorativo; era un eco de mi vínculo espiritual, una sutil alusión a mi pacto sagrado y a mi invocación personal. 'Esta vez no te podras presentar Kaizur, sera para la proxima'. Bajo la cascada de mi abrigo, se ocultaba un yukata que abrazaba mi cuerpo con una comodidad inigualable, tejido en una paleta de colores que susurraban la serenidad de blancos con los bordes en tono azul, como el frio helado. Mis piernas, en un audaz contraste, se revelaban en su totalidad, desafiando la brisa con su desnudez, mientras que mis pies encontraban refugio en unos zapatos especialmente seleccionados para la ocasión. Estos, de un color oscuro que contrastaba con la ligereza de mi atuendo.
 
Al encontrarme frente a frente con el señor Iroh, las palabras brotaron de mí con un respeto innato: -Señor Iroh, nuevamente usted y yo frente a frente. Es un placer siempre batirme ante usted-. Había algo en su presencia, una tranquilidad y serenidad que permeaba el aire, que instintivamente me hacía rendirle honores. Su aura, imperturbable y sabia, me impulsaba a adoptar una postura digna de la ocasión. -Estoy deseosa de ver cómo ambos hemos progresado desde aquella vez en la arena-, añadí, mientras me posicionaba en guardia, mi cuerpo y mente afinados para el duelo que estaba por comenzar.

Estadísticas de Sayuri Yuki
Pasivas
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Con la solemnidad de un guerrero que se prepara para el desafío, Iroh avanzó con paso firme hacia el centro del escenario. Sus ojos, llenos de determinación y respeto, barrían la arena mientras el rugido del público lo envolvía. Era consciente de la magnitud de este momento, de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros al representar su nombre y su legado en el Torneo Mundial de las Artes Marciales.

La brisa cálida acariciaba su rostro, un recordatorio sutil de la energía que fluía a su alrededor, de la conexión íntima que mantenía con los elementos que lo rodeaban. Con una elegancia natural, Iroh ajustó su atuendo, un reflejo de su espíritu guerrero y su profundo respeto por las tradiciones de la tierra que lo vio crecer.

Al escuchar su nombre resonar en el aire, una sensación de gratitud y humildad lo invadió. Era un honor estar allí, en ese escenario lleno de historia y promesas, listo para enfrentar a una oponente digna como Sayuri Yuki. La joven del clan Yuki, con su destreza en el control del hielo, representaba un desafío único y emocionante para Iroh, una oportunidad para poner a prueba sus habilidades y superar sus propios límites.

Con una reverencia respetuosa, Iroh saludó a Sayuri, reconociendo la valentía y el talento que ella representaba. -Señorita Sayuri, es un honor volver a encontrarnos en este escenario de grandes gestas. Admiro su valentía y su habilidad, y estoy seguro de que este será un combate digno de recordar. Que la suerte esté de nuestro lado, y que ambos mostremos nuestro mejor desempeño en el campo de batalla-, expresó con sinceridad, su voz resonando con una calidez que reflejaba su espíritu amistoso y su profundo respeto por su oponente.

Con un gesto de determinación, Iroh adoptó su postura de combate, sus sentidos agudizados y su mente enfocada en el desafío que tenía por delante. Sabía que en este momento, no solo estaba luchando por sí mismo, sino también por aquellos que lo habían guiado en su camino y por los ideales que defendía con cada fibra de su ser. Era hora de mostrar al mundo el poder del dragón del oeste, de dejar una huella imborrable en la historia de las artes marciales.


Estadísticas de Iroh Azulón
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- ¡Adelante!- Con una voz que resonaba con autoridad y expectación, el comentarista tomó la palabra, marcando el momento culminante para el cual Iroh y yo nos encontrábamos en este lugar, un instante suspendido en el tiempo que había congregado nuestras almas aquí. La tensión era palpable, un hilo eléctrico que conectaba a todos los presentes, uniendo nuestras expectativas en una marea de anticipación. Y entonces, con la gravedad de quien conoce el peso de sus palabras, el comentarista finalizó su anuncio, el preludio de nuestra aventura. 


En nuestro enfrentamiento previo, había desplegado una estrategia inicial que giraba en torno al uso de shurikens. Sin embargo, en esta ocasión, tales armas, esos utensilios emblemáticos del arte ninja, se encontraban vetados por las reglas del combate. Ante esta restricción, me vi obligada a replantear mi enfoque. La magia, ese antiguo y misterioso aliado, parecía ser la respuesta. Mis manos se movieron con una velocidad que desafiaba el ojo humano, dirigiéndose hacia mi pecho en un gesto que preludiaba la invocación de poderes arcanos. Allí, en el centro de mi ser, comencé a tejer una rápida secuencia de sellos. Al concluir, el efecto de mi jutsu no se manifestó en una explosión de poder o en una demostración espectacular de fuerza sobrenatural. No, lo que siguió fue algo mucho más sutil, pero no por ello menos impactante.

El cielo, que hasta ese momento nos había cobijado con su manto soleado, comenzó a cambiar. Los nubarrones se agruparon en el horizonte antes de avanzar hacia nosotros con una determinación implacable. En cuestión de momentos, lo que había sido luz se tornó sombra, y el ambiente se cargó con la promesa de una tormenta. Entonces, casi como un susurro, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, salpicando el terreno del cuadrilátero que nos contenía a ambos combatientes.
Kirime no Jutsu
Ck: 10-5(esp)= 5

Una vez completado mi jutsu, me moví con deliberación, retrocediendo unos pasos. Buscaba crear un espacio entre Iroh y yo, una distancia estratégica que me permitiera observar y reaccionar. Ahora, separados por unos veinticinco metros, me planté firme sobre el terreno húmedo, mi mirada fija en él, mi mente alerta a cualquier indicio de su próximo movimiento. Conocía bien a Iroh, había estudiado sus maniobras, esas danzas de combate que precedían a sus devastadores jutsus de largo alcance.


Estadísticas de Sayuri Yuki
Vida: 280/280
Chakra: 680/685
-5
Pasivas
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Última modificación: 08-04-2024, 03:01 AM por Iroh Azulón.
Ante las palabras del comentarista que resonaban como un eco en el bullicio del público, Sayuri se preparó para el enfrentamiento que se avecinaba. El aura de determinación que irradiaba la joven del clan Yuki era palpable, y Iroh no pudo evitar sentir un respeto renovado por su valentía y habilidad.

Observando con atención cada movimiento de Sayuri, Iroh notó cómo sus manos se movían con una destreza impecable, tejiendo una secuencia de sellos que presagiaban la llegada de un poderoso jutsu. La atmósfera comenzó a cambiar a su alrededor, el cielo se oscureció y las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, marcando el inicio de una tormenta.

Con una reverencia interna ante la maestría de Sayuri, Iroh reconoció la astucia de su estrategia al crear una distancia estratégica entre ellos. Sabía que enfrentarse a ella requeriría de toda su habilidad y concentración. Con la mirada fija en su oponente, Iroh adoptó una postura de combate, su mente analizando cada posible movimiento.

-Una estrategia ingeniosa, señorita Sayuri. El control del clima es un arte poderoso y versátil, y usted lo maneja con maestría. Me honra enfrentar a una oponente de su calibre. Que este combate sea un tributo a nuestra dedicación y determinación en el camino de las artes marciales-, expresó Iroh con sinceridad, su voz resonando con un tono de respeto y admiración.

Con un gesto de determinación, Iroh se preparó para el desafío que se avecinaba, listo para enfrentar a Sayuri con todo su poder y habilidad

Con determinación y rapidez, Iroh concentró su chakra en sus pies y ejecutó el Shunshin no Jutsu, desplazándose con una velocidad asombrosa. En un abrir y cerrar de ojos, desapareció de su posición original y reapareció a cuatro metros por la izquierda detrás de Sayuri, aprovechando el elemento sorpresa y el punto ciego de su oponente.


Desde su nueva ubicación, Iroh canalizó su chakra de fuego en sellos de manos a una abrumadora velocidad. Un remolino de fuego, como si de un disco se tratará comenzó a formarse alrededor de Sayuri, extendiéndose a su alrededor y encogiéndose al momento. Las llamas danzantes crearon una barrera ardiente que rodeaba a la joven del clan Yuki, amenazando impactarla


off
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La lluvia, invocada por el poder de mi jutsu previamente desplegado, descendía con una cadencia casi poética sobre el vasto campo de batalla. No era una lluvia ordinaria, pues entre sus gotas se entremezclaban pequeños pero decididos granizos, añadiendo un matiz de ferocidad al ya de por sí dramático escenario. El terreno, aunque aún resistía la completa sumersión bajo el agua, comenzaba a ceder ante la persistencia del aguacero, revelando extensos charcos que se esparcían a lo largo y ancho del cuadrilátero, así como en el césped que se extendía más allá de los límites definidos para nuestro enfrentamiento. 'Aun no es suficiente' Pensaba para mis adentros mientras seguia atenta a los movimientos de mi rival. 'Sera mejor esto por ahora...'

Mis músculos se tensaron, vibrando con la energía del chakra que había canalizado en ellos con meticulosa precisión. Esta técnica, aún en sus etapas tempranas de dominio, desencadenó una reacción intensa en mi cuerpo. Un tono rojizo, vivo y palpitante, comenzó a extenderse por mi piel, tiñéndola con la urgencia del poder que fluía a través de mí. Era como si mi ser entero se transformara, adoptando una nueva forma al instante bajo la presión y el calor de mi propia energía.
Gourai Rensa
Ck: 40 / Vel, Ag, Fuer +10
En ese preciso instante, Iroh, quien hasta ahora no había dado la menor señal de preparación para el combate, sin sellos, sin movimientos, sin nada más que palabras de elogio hacia mí por la lluvia que había invocado momentos antes, desapareció. No hubo preámbulo, no hubo advertencia; simplemente se esfumó, dejando tras de sí un vacío donde antes se había erguido un hombre de una amabilidad desbordante.

La lluvia, con su persistente caída, podría haber sido mi aliada en este juego de sombras y destellos. A través de su velo, quizás hubiera sido posible captar una tenue silueta, un esbozo fugaz de aquel hombre desplazándose de un punto a otro, como una aparición que se desliza entre las cortinas de agua. La lluvia, en su danza constante, podría haber delineado su trayectoria, ofreciéndome una pista visual de su movimiento fantasmal. O tal vez, la culpa residiera en aquel movimiento veloz, una sombra que rozó mi lado con la sutileza de un susurro. Ese paso fugaz podría haber desencadenado una leve ráfaga de viento, un sutil pero revelador indicio de que alguien, efectivamente, había cruzado por mi lado.  Quizás, al llegar al lugar, los enormes charcos de agua que salpicaban la zona jugaron un papel crucial en este enigma. El chapoteo provocado por sus pasos en el agua, un sonido tan característico y revelador, podría haber sido la clave. Ese ruido, tan sutil y a la vez tan elocuente, podría haberme señalado su posición exacta, delatando su presencia tras de mí con la certeza de un eco en la noche.

Lo importante era que fuese cual fuese el metodo, o quizas todos a la vez, la posicion de Iroh habia sido descubierta. Y es entonces cuando giro lo veo formando a gran velocidad una tanda de sellos. -Ah.... ¡ese viejo truco eh!- Comentaba al aire a la par que daba un salto hacia arriba. Veia como se iban formando a mi alrededor un anillo igneo, y no queria estar ahi para cuando este se cerrase. Mientras saltaba, tambien iba formando un simple sello, juntando mis dos manos. Acto seguido, un fuerte ''tornado'' comenzaba a elevarme hasta unos diez metros con respecto al suelo, logrando asi librar aquel jutsu katon.
Saishū Fubuki
Ck: 25-10(esp/cau)=15

El mismo jutsu futon una vez terminara su principal finalidad, que era librarme de aquel ataque. Comenzaba a desprender unas rafagas cortantes en todas direcciones a la vez que disminua si altura. Serian estas las que chocarian con aquel anillo de fuego, pero se perderian sin mas antes de llegar mas alla. Estando en el aire no podia permitirme ser un blanco facil, por lo que necesitaba o bien hacer un contra ataque rapido, o defenderme de algun modo. Volveria entonces a juntar mis manos formando un unico sello, y entonces volveria a invocar otro elemento mas al lugar. Una espesa y densa niebla lo comenzaba a cubrir todo a mi alrededor, incluido al señor Iroh, quien no podria tener vision de mi debido a la distancia en la que nos encontrabamos para ese momento, que era mas de 5m debido a que estaba en el aire.
Kirigakure no Jutsu
Ck: 30-10(esp/cau)=20

Estadísticas de Sayuri Yuki
+10Velocidad, Agilidad y Fuerza. 

Vida: 280/280
Chakra: 605/685
20+15+40=75 = 680-75=605

Resumen
Pasivas
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Última modificación: 09-04-2024, 10:23 PM por Iroh Azulón.
Con una sonrisa Iroh respondió al movimiento de Sayuri. Con un ágil pisotón en el suelo, desencadenó que un socavón apareciera bajo los pies de la oriunda del país del agua anticipando su caída y preparándose para atraparla en su profundidad. de la oriunda del agua aún flotante que estaba haciendo surgir una extraña niebla. Justo por sobre la cabeza del viejo.

En cuanto el orificio fue creado, sayuri debería comenzar a caer, mientras Iroh ejecutó su siguiente técnica con precisos sellos de manos. Desde sus pies, una ola de calor se extendió en todas direcciones, transformando el terreno circundante en un mar de lava ardiente. La intensidad del calor era abrumadora, y el área se volvió peligrosamente inhóspita para cualquier ser que se aventurara en ella.

off
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En el corazón de una niebla densa y enigmática, creada en el mismo instante en que me elevé, flotando a diez metros sobre el suelo de la arena meticulosamente preparada para nuestro duelo, se gestaba una confusión casi palpable. Me preguntaba si, acaso, los espectadores estarían equipados con algún tipo de gafas especiales, dispositivos mágicos capaces de penetrar el velo de incertidumbre que yo misma había conjurado, permitiéndoles seguir cada movimiento del espectáculo que tanto el señor Iroh como yo estábamos protagonizando. Sin embargo, en aquel momento crítico, la posibilidad de que la audiencia pudiera o no seguir el desarrollo de nuestra batalla era lo último en mi mente, dada la precaria situación en la que me encontraba.

Cegada por mi propia creación, mi visión se limitaba a un escaso radio de siete metros, más allá del cual el mundo parecía desvanecerse en el espeso manto de niebla. Era incapaz de discernir lo que sucedía en el campo de batalla bajo mis pies, y mucho menos de localizar la posición de mi adversario. Sin embargo, sabía que esta situación de desventaja estaba a punto de cambiar, pues la gravedad, esa fuerza implacable y eterna, ya comenzaba a reclamar mi cuerpo, arrastrándome hacia abajo.

Suspendida en aquel espacio etéreo, mi mente se aferraba a la última imagen que tenía de Iroh antes de que la niebla nos envolviera. Al girar sobre mí misma segundos antes, había quedado frente a él, y esa orientación se mantenía como mi brújula a seguir. Mientras descendía lentamente, mis manos comenzaron a danzar en el aire, preparándome para el momento crítico en que mi adversario emergiera de la bruma como un fantasma de batalla, para así desatar sobre él un devastador golpe de viento.

'Al fin te tengo', resonó en el silencio de mi mente mientras mis ojos se posaban sobre la figura del shinobi enemigo. A través de la bruma que nos envolvía, pude discernir sus movimientos, formando sellos con una destreza que hablaba de años de práctica y batallas libradas. Sin embargo, el propósito detrás de sus gestos permanecía velado para mi. Pero había algo de lo que estaba absolutamente segura: él no podía verme. Gracias al Kirigakure no Jutsu, mi rango de visión se extendía hasta los siete metros, un don concedido por el jutsu, mientras que el suyo quedaba limitado a cinco. Este conocimiento me otorgaba una ventaja crucial, dos metros de sombra y silencio donde un depredador acechaba a su presa.

En ese instante crítico sabía que tenía la oportunidad perfecta para atacar. Tenía que actuar rápido y con decisión. La estrategia era clara en mi mente: lanzaría una violenta ráfaga de viento. Si mi ataque alcanzaba su objetivo, el impacto no solo sería devastador por su fuerza, sino también por sus consecuencias. 
Suiryoku
Ck: 70-10(esp/cau)= 60 / Pv: 75+13(esp) =88 / Vel: CCK 80
'Jaja, otra vez esto, como aquella vez', murmuré en mi mente mientras observaba con incredulidad cómo, bajo mis pies, donde debería estar el suelo firme de losa, se abría una gran fosa excavada. Recordaba cómo Iroh había usado esta táctica en el pasado para evadir uno de mis jutsus, pero esta vez estaba segura de que su intención era hacerme caer dentro y dejarme atrapada para sus futuros movimientos. 'Por eso estaría preparando más jutsus', deduje con astucia.
Ya no tenia vision sobre mi rival, pero esperaba que mi ataque hubiese impactado de lleno en su cuerpo.
Estadísticas de Sayuri Yuki
Vida: 229/280
71-20(resis pas)= 51 Supongo que tu jutsu aun me encierra por mas que te impacte o no con el futon. 
Chakra: 510/685
60+15+20

Resumen
Pasivas
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El viejo general, se vió forzado a interrumpir sus sellos sintiendo el impacto del viento cortante que atravesó su hombro debido a su incapacidad de moverse, no se dejó perturbar y mantuvo su expresión serena. A pesar del dolor momentáneo, su determinación no flaqueó. Ambos contendientes, d enuevo bastante igualados fueron victimas de algo de daño por el ataque del otro y tanto Sayuri como Iroh, se vieron interrumpidos en sus técnicas, desvaneciendo la presión de su dotón a la vez que la densa niebla se disipaba, viendo cómo sus planes se desvanecían ante el golpe inesperado

Sin perder tiempo, Iroh respondió con una nueva ofensiva. Con un coordinado golpe de pierna y puño izquierdo, una enorme roca emergió a un metro detrás de Sayuri, dirigida directamente a su torso. La roca, imponente en su tamaño, se lanzó con la fuerza y la determinación del viejo general, buscando impactar con precisión en su objetivo.

Justo después del surgimiento de la roca, Iroh ejecutó otro movimiento. Con una rápida patada frontal de su pierna derecha, desencadenó una llamarada dirigida al estómago de Sayuri. Utilizando sus antiguos conocimientos para avivar su espíritu, Iroh emitió ráfagas de fuego con movimientos fluidos de su cuerpo, en una técnica que recordaba a la majestuosidad de los dragones de antaño. El fuego, alimentado por su chakra, surgió de sus extremidades con una intensidad ardiente, buscando alcanzar a su oponente con su abrasador poder.



off
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La tierra, por un giro del destino que algunos podrían llamar fortuna, aunque en realidad no lo fue, se había ablandado bajo mis pies. Este cambio no se debió a un capricho del azar, sino al resultado de mi último ataque de viento, el cual, por fin, había logrado impactar en el cuerpo de aquel afable señor que se erigía como mi contrincante. Aquel golpe fue decisivo, provocando que perdiera el control sobre el jutsu que había invocado bajo mí. Sí, es cierto, el contraataque me infligió una gran cantidad de daño, pero la tierra, ahora blanda y maleable, me ofrecía una vía de escape para liberarme con facilidad y continuar con el combate.

Nos encontrábamos de nuevo, frente a frente, como si el duelo hubiese sido reiniciado. Sin embargo, había una diferencia crucial esta vez: ambos habíamos logrado infligir daño al otro. Por otra parte, la tormenta se hacia cada vez mas y mas fuerte, el agua ya empezaba a cubrir por completo tanto los pies como hasta por encima de los tobillos de los luchadores, era solo cuestion de tiempo.

Mientras tanto, mi jutsu de niebla, aquel que había desplegado como parte de mi estrategia, comenzaba a disiparse lentamente, desvaneciéndose en el aire como si nunca hubiera estado allí. Paralelamente, el tono de mi piel, que momentos antes ardía en un rojo intenso debido al esfuerzo y la adrenalina del combate, empezaba a regresar a su estado normal. 

-¡No esperaba menos, señor! Siempre se aprende con usted-, le comenté mientras lo veía danzar una vez más, decidida a no quedarme atrás. Comencé a realizar una serie de movimientos rápidos. Mientras él golpeaba el suelo y extendía un puño hacia adelante, dirigido hacia mí, yo volví a apuntar con mi dedo índice hacia adelante. Una vez más, una poderosa estocada de viento se abalanzó en su dirección, demasiado rápida para intentar esquivarla. Además, ¿seguía danzando? Por supuesto, ese era el estilo característico de Iroh, su forma de luchar.
Suiryoku
Ck: 70-10(esp/cau)= 60 / Pv: 75+13(esp) =88 / Vel: CCK 80
'Pues bien... tendré que hacer algo nue...', no terminé de pensar cuando sentí un impacto devastador detrás de mí. Una roca de enormes proporciones golpeó mi cuerpo de lleno, haciéndome expulsar un poco de sangre por la boca, la cual caia sobre el terreno de nuestra contienda.

'¡Vamos, Sayuri, rápido!' me urgí a mí misma, concentrándome en mi siguiente arte. Según lo que mis padres siempre me decían, el control absoluto de los espejos formados con el chakra Hyoton que fluye en las venas de cada uno de nosotros era la marca distintiva de nuestro clan, y ahora era mi turno de demostrarlo, y mas en este gran escenario. Moví mis brazos de abajo hacia arriba, extendiendo las manos con las palmas apuntando hacia el cielo. Era evidente que la cantidad de chakra que estaba manejando en ese momento era increíble.

El campo alrededor nuestro comenzaba a enfriarse, aunque de manera no molesta ni dañina. Más bien, era un indicio de lo que vendría a continuación. Desde el suelo, surgieron rápidamente una serie de espejos de hielo que nos rodeaban tanto a Iroh como a mí. Un total de doce espejos cubrían la parte inferior, mientras que otros ocho se colocaban por encima de estos, ligeramente inclinados hacia abajo, teniéndonos a nosotros como su punto focal. Finalmente, un último espejo de gran tamaño se situaba en lo más alto, apuntando hacia abajo. Era una obra maestra de reflejos helados, una trampa mortal lista para ser activada. 
Hyōton: Makyō Hyoshō
Ck: 80-10(esp/cau)= 70 / Resis: 50pv

Los espejos proyectaban el interior de la gran cúpula, mientras Iroh observaba asombrado cómo mi cuerpo se deslizaba en uno de ellos, una escena sorprendente por sí sola. Sin embargo, lo verdaderamente asombroso era que ahora cada uno de los espejos reflejaba una imagen de Sayuri. Sí, veintiuna Sayuris se alineaban en los espejos, pero no de forma amistosa. Eran duplicados míos, cada uno listo para confundir al danzante con su velocidad y astucia.

Me moví de espejo en espejo con una velocidad impresionante, al igual que mis copias, todas tratando de desorientar a mi rival en un juego de espejismos y reflejos. Pero la confusión de Iroh no terminaría ahí. Nuevamente formaba una rapida tanda de sellos, esta vez, desapareceria por completo mi imagen del escenario. Ya no habia Sayuri sobre el terreno, ya no habria Sayuri en ninguno de los espejos.
Contenido Oculto

Estadísticas de Sayuri Yuki

Vida: 168/280
81-20(resis pasiva)= 61
Chakra: 380/685
70+60= 130

Resumen
Pasivas
[Imagen: uaGWsi6.png]
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Última modificación: 14-04-2024, 08:03 AM por Iroh Azulón.
La fortuna parecía sonreír a Iroh, sus últimas ofensivas habían sido un exito, la roca golpeó directamente a Sayuri al tiempo que la mujer había hecho lo propio con ese golpe punzante de viento que atravesó el otro hombro del general, a pesar del par de cortadas recibidas su flama de dragón también había golpeado directamente a su rival eliminando el intento de ésta por crear una especie de prisión de hielo que se vino a bajo tan pronto como comenzó a formarse 

Ni tardo ni perezoso, el general hizo gala de una nueva arma de su arsenal, colocando rápidamente los puños uno contra el otro en una suerte de sello de manos, un remolino surgió bajo los pies de su rival de forma extremadamente rápida hundiendo brevemente su cuerpo bajo el agua que la lluvia habia ya encharcado hasta casi 1 metro.

Y en caso de que su rival fuera atrapada, aprovechando la apertura provocada por aquel remolino. Nuevamente el pie de Iroh haría un agujero en la tierra justo bajo Sayuri tragada brevemente por la corriente, pensado para atraparla de nueva cuenta.

off
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Creía que todo estaba perfectamente orquestado en mi mente, como si fuera un guion de una obra donde yo era la heroina indiscutible. En mi imaginario, detenía su llamarada con destreza, luego invocaba mi poderosísimo jutsu final, la prisión de los espejos de hielo, y culminaba la batalla con una técnica final suprema que sellaría mi victoria. Sin embargo, la realidad decidió escribir un guion diferente.

Hubo un fallo en mis cálculos, un error que no había previsto, y su jutsu de fuego impactó de lleno en mi cuerpo. El dolor fue inmediato, y las quemaduras dejaron marcas evidentes en mi piel, testimonio del poder de su ataque. A escasos cuatro metros de distancia, pude ver su rostro. Lucía una expresión de felicidad y complacencia, como si ya se hubiera adjudicado la victoria en este duelo. Y, ¿cómo no sentirse así? Hasta ese momento, había logrado infligirme un daño considerable con sus ataques rápidos, potenciados por sus movimientos que más parecían una danza que una técnica de combate.

Allí estaba yo de nuevo, enfrentándome a la incesante sucesión de jutsus que mi adversario lanzaba sin tregua. Sabía que debía reaccionar con rapidez, cerrar cualquier brecha y concluir este combate de una vez por todas. Esa era mi firme intención, aunque la realidad era que me encontraba al borde de la extenuación. Mi cuerpo dolía intensamente, marcado por el recuerdo de cada impacto que había soportado.

-¡He aprendido, observe!- exclamé, intentando imitar sus gestos con un toque de desafío. Sí, yo también dominaba el arte de los jutsus a través del movimiento corporal, y esta vez, mis brazos serían los conductores de mi contraataque. Ejecuté un movimiento semicircular con cada brazo, para luego unirlos en el centro, a la altura de mi pecho. Allí comencé a concentrar el chakra de viento que había sido mi aliado durante todo el enfrentamiento. Entre mis manos, una esfera comenzó a tomar forma, creciendo en tamaño hasta que, sin dudarlo, la lancé directamente hacia el pecho de señor Iroh. Si no lograba esquivarla, sería impulsado varios metros fuera del escenario, pues la esfera de aire estaba destinada a explotar al impacto.
Kami Oroshi
 Ck: 35-10(esp/cau)= 25 / Pv: 30+11(esp) =41 / Vel: CCK 70

Pero entonces, la sorpresa se hizo presente. Mientras mi atención estaba fija en mi ataque, no me percaté del jutsu del danzarín. '¿Agua?' No había notado que mi rival había utilizado la lluvia que yo misma había conjurado para volvérsela en mi contra. 'Joder, qué astuto'. Un remolino de enormes dimensiones comenzó a engullirme, amenazando con tragarme por completo. Sabía que debía escapar de allí rápidamente si no quería sufrir más daño del necesario. Aunque confiaba en que mi jutsu impactaría, era consciente de que un shinobi siempre guarda un as bajo la manga, y de Iroh, no esperaba menos.

'Torbellino contra un tornado... ¿que podria salir mal?' Pensaba para mis adentros mientras nuevamente agitaba mis brazos alrededor, haciendo que un flujo violento de aire me cubriese, protegiendome de cualquier amenaza.
Kiru Tsukodome no Jutsu
Ck: 35-10(esp/cau)= 25 / Resis: 50+11(esp)= 61

Estadísticas de Sayuri Yuki
Vida: 87/280
81
Chakra: 330/685
25+25= 50
Resumen
Pasivas
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La Hija del Hielo pisaría la arena siendo recibida por la calidez de los aplausos y ovaciones. Se trataba de una muchacha muy joven, pero había expectativa puesta en el combate. Su oponente sería Iroh, un hombre que le triplicaba la edad, y a quien aparentemente ya conocía de antes. Los dos se saludarían con respetuosas palabras y reverencias, antes de volcar toda la atención al sonido del gong.

Al comenzar el combate, Sayuri haría una demostración de su poder manipulando las fuerzas de la naturaleza: El cielo, hasta entonces azul y despejado, comenzaría a cerrarse con nubes negras que llegarían desde el horizonte sorprendiendo a todos los presentes. Incapaces de anticipar una tormenta, el público se inquietaría. La llovizna les obligaría a cubrirse las cabezas con sus propias ropas, hasta con carteles y pancartas.

¿Qué? ¿Lluvia? El servicio meteorológico no advirtió sobre esto —protestaría el presentador—. ¡Un paraguas, por favor!

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Entre tanta distracción, Sayuri continuaría moviéndose y Iroh no se quedaría atrás. Él se movería con una velocidad inhumana acercándose a la joven y desde un punto vulnerable lanzaría hacia ella un ataque ígneo. Sayuri, domadora de los elementos, sabría evitar la ofensiva de Iroh con un jutsu fuuton para inmediatamente desplegar la tan temida niebla sobre la que los shinobi de Kirigakure tenían control. Al mismo tiempo, un pisotón en el suelo por parte de Iroh abriría un hueco en el suelo justo bajo los pies de la muchacha. Acto seguido, el hombre ejecutaría una tanda de sellos que sería interrumpida por las ráfagas de viento cortante de Sayuri. Ella también sufriría pérdida de concentración y su niebla empezaría a disiparse.

Iroh no perdería tiempo y con un hábil movimiento haría emerger una gran roca destinada a impactar contra su oponente. Luego, buscaría asestarle una patada frontal, con su pierna envuelta en llamas. La roca tomaría por sorpresa a la joven Sayuri, golpeándola por la espalda sin piedad. Y aunque ella intentaría reaccionar casi en la inmediatez, la patada de Iroh se lo impediría. Además, sacando provecho del elemento que caía del cielo e inundaba el terreno, el hombre crearía un remolino de agua bajo la joven Yuki con la intención de atraparla.

Pero Sayuri era Hija del Hielo y del Viento también, y tras lanzar una esfera de chakra fuuton hacia su oponente crearía un pequeño tornado que elevaría su cuerpo salvándola de ser engullida por el remolino de agua. Su ataque, que sería eficazar, empujaría al Dragón del Oeste varios metros hacia atrás, haciéndolo caer de la arena directamente al terreno inundado.

El sonido del gong le daría fin al combate.

¡Vaya! ¡Damas y caballe-... —el presentador entraría corriendo, paraguas en mano, pero resbalaría en el suelo encharcado. Ya que llevaba micrófono, el impacto de su trasero contra la dureza de la arena sería claramente audible para todos los presentes. Habría silencio—. ¡D-Damas y caballeros! —retomaría con sus comentarios, sentado, inmóvil, sosteniendo su paraguas—. Iroh Azulon ha caído de la plataforma, por ende la victoria es de Sayuri Yuki, ¡La Hija del Hielo!



conclusión

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