Siempre sucio [+18]
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Última modificación: 10-03-2024, 01:31 AM por Zeta.
El alocado Zeta se encontraba caminando por las calles de Kumogakure no sato con un flow violento, andaba tarareando una música que tenía en la cabeza desde hace un tiempo, era una creación suya por supuesto pero por ello necesitaba mucho pulido de instrumentos para darle ese song gustoso que hiciera bailar a la gente con deseo y gusto. Su vida como ladrón era algo temporal, él estaba seguro que si, pronto sería un cantante, un cantante de verdad, con mucho flow y ropa que te hiciera decir "wow" con rimas que te asfixian y versos delicados como besos.

Voy a ver si la señora de los postres está. Se me antoja dulzor-se marchó hasta un lugar cerca de la zona residencial, una mujer con un puesto humilde se encontraba vendiendo postres caseros y algunas bebidas. El muchacho se colocó unas máscara de mono y se subió al techo del local, pegándose al mismo se dejó caer hacia adelante para tomar uno de los postres y una bebida asustando a la señora en el proceso, luego subió de regreso al techo.

¡Gracias! ¡Adiós!-saltó y como si fuera Spiderman caminó por las paredes de un edificio y luego empezó a saltar de techo en techo para huir. Acabó en un callejón de la calle principal para comerse el postre y limpiarse las manos en su ropa-Oh yeah baby ¡ahora ando al 100%!-nada mejor que un rico postre con chocolate a mitad del día y una buena bebida fría.

Ok, ahora ¿Que puedo hacer? A ver, a ver...-se asomó por el callejón para ver la gente que pasaba, si había alguno con pinta de rico podría plantearse robarlo, ustedes saben, para una noble causa.
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Tras haber realizado un largo y exhaustivo viaje desde la nación del fuego hasta el mismísimo país del rayo Uchiha Ren en compañía de Kin quién pertenecía también al mismo clan al fin habían llegado a la aldea de las nubes. A qué largo viaje fue para la mismísima Ren un arma de doble filo, pues haber visto hermosos paisajes a lo largo de es que aquella cruzada eso no impidió que se sintiera totalmente exhausta al llegar a su destino pues tan pronto como pusieron pie en Kumogakure terminó cayendo rendida en la cama de aquel hotel en el cual decidieron hospedarse.

 Luego de una larga noche de sueño, la albina habia decidido pasearse por la aldea en busca de algo que hacer, además de disfrutar un poco de los posibles paisajes de Kumo, comidas típicas de aquella region, quizás encontrar uno que otro libro que añadir a su colección, cabe destacar que este era uno de los principales motivos de su viaje con el Uchiha pues ampliar su colección de libros era para ella un hobbie bastante frecuente, pues una parte considerable de su dinero se gastaba justamente en eso, comprar y coleccionar libros interesantes, pues ya tenia varios de Konoha y algunos que el padre del pelinegro solía obsequiarle cada vez que volvía de un viaje.


 Y sin darse cuenta, el tiempo habia pasado volando y su fecha de regreso casi cursaba su partida de la nube... pero... ¿ella queria siquiera volver a Konoha? la verdad era que no... no habia nada para ella allá... Su único motivo posiblemente relevante podría ser Kin y su familia pero fuera de eso carecía de todo motivo para volver. Incluso habia empezado a plantearse la opción de renegar de su aldea y no volver a la misma por un tiempo... Aunque por ahora era solo un pensamiento...  por ahora... si...

 Bueno, la albina se encontraba paseando por los alrededores cuando vio algo que le llamo la atención, un joven bandido robando utilizando métodos bastante bromistas e infantiles, como una mascara de mono y utilizar lo que parecían ser... habilidades shinobi- Interesante...- murmuro antes de ver como aquella señora parecía sumergida en un alto susto incluso algo triste por la recién sucedida jugarreta- Ren... sigue de largo... no te hagas la Kin- se dijo a si misma pero... antes de darse cuenta estaba ayudando a aquella señora a recoger el desastre rápidamente e incluso pago por aquellas cosas robadas.

 - Kin idiota, me influenciaste- pensó con algo de ironía antes de hacerle una promesa a aquella señora, que castigaría a aquel malhechor, por lo que se dispuso a seguirlo sin que el mismo se diera cuenta, e incluso fue capaz de verlo comerse su "botín" y después ponerse a "cazar" su siguiente objetivo- que lento es... pensé que seria dificil encontrarlo...- murmuraría estando sobre el techo del edificio mas cercano al callejón, teniendo una vista perfecta del contrario- Que mas da...- murmuraría antes de dar un sigiloso salto y caer justo frente al joven, no se habia amargado mucho la existencia con ser sigilosa o algo, solo cayo frente a el y le miro con una expresión fría.

 - Buenos días...- comentaría con un tono poco animado- Se podría saber... ¿Qué haces por estos lares?...- diría mientras se acercaba un poco a el, pues de donde cayo estaba a 5 metros del contrario- Correr no te ayudara, así que mejor ríndete y ven conmigo- una aura fría y serena rodeaba a la escena y una cosa era segura, Ren no atacaría, a menos que el contrario lo hiciera- Mi nombre es Ren... Ren Suisei...- comento sin mucho animo debido a que solo habia seguido al contrario por un impulso momento de querer ayudar... Otro punto a destacar eran sus ojos rojos con un patrón extraño... unos tomoes estaban dibujados en cada ojo... 

Estadísticas de Ren Uchiha
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Vida: 420/420

Chakra: 1035/1040

Sharingan: Ichi Tomoe
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Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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Las personas de Kumogakure gozan de dinero así que Zeta debía observar detenidamente a los trauseuntes para elegir bien a su objetivo pero mientras andaba concentrado apareció una chica de la nada que lo hizo dar un paso atrás por la sorpresa de su aparición y apariencia en general.

¡Tu madre un fantasma!-la apariencia palida dr la chica, su cabellera blanca y ojos rojos daban el aspecto de un fantasma maligno, Zeta creía que esas cosas no eran reales pero con uno al frente no podía simplemente decir "no es real"

La chica soltó una pregunta bastante estúpida que Zeta simplemente no sabía si responder, osea ¿que mierda de pregunta era esa?-Este es mi barrio. Tú eres la desconocida aquí-podría sonar racista pero la gente de Kumogakure poseían un tono de piel parecido a Zeta y no a la de aquella aparición y claro, hasta donde él sabía, la gente común no tenía ojos rojos con varias pupilas.

La fantasma la tenía agarrada con Zeta, pues le pidió no huir y acompañarla, dando su nombre en el proceso, sin duda no le sonaba de nada-Nah, tu si eres arrecha ¿y yo para que voy a ir contigo? Todavia tengo cosas que hacer en vida como para irme con un espiritu. No señor, disculpame Diosito pero para estos chistes no estoy mandado hacer-alzó las manos de forma despreocupada como si se estuviera quitando algo de encima y pasó por un lado de la chica, necesitaba irse a buscar a su gente y contarle la locura que le había sucedido.

Nos vemos esta noche espitiru. Espero no te enoje que me masturbe con tu cara-se burló y empezó a caminar junto el resto de traseuntes, convencido que esa rara chica era un fantasma extraño pero al menos suficientememte atractivo como para recordarlo en la noche.
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Es cierto que en el mundo hay diferentes tipos de personas... Siendo que hay gente bruta y astuta, hay vírgenes y prostitutas, Ricos... pobres... y clase media, Cosas bonitas (Como nuestra Ren) y un par de tragedias (como el caraehmono frente a Ren)... pues... El día de hoy una de esas desgracias estaba frente a la albina... la reacción del moreno ante la sorpresa de la albina fue, para poca sorpresa a por como se veía, una grosería- Amaterasu... dame paciencia...- si en algún momento de su vida empezó a creer en la diosa Amaterasu, quizás simplemente era parte de la influencia que Kin habia estado teniendo sobre la albina.

 El contrario pensaría, algo bastante esperable si me preguntan, que la albina era un fantasma o aparición- ¿Tan pálida soy?- una leve pregunta que no duraría mucho en su mente pues prestaría atención a la respuesta del contrario ante su pregunta pero, sin mucha impresión de nuevo, no fue muy amable aquella respuesta- Quizás sea cierto... pero no conozco el nombre de un simple ladrón como tu, de ser alguien importante o si quiera útil sabría sobre ti- palabras ciertas, el motivo de preguntar el nombre del contrario era ese.

 - Además... - no terminaría de hablar debido a que el contrario actuaria de la manera mas estúpida y patética que ella habia visto en su vida- Vaya, casi se parece a mi padre...- se dijo a si misma mientras miraba fríamente al contrario, nunca habia escuchado tanta basura de salir de una sola boca... y aunque no le molestaba en absoluto pues... a sus ojos el contrario no era mas que un simple chimpancé callejero sin hogar, debía hacerlo pagar por las cosas que se llevo sin permiso, aunque el contrario tampoco es que colaboraba mucho pues... si la albina escuchaba una palabra mas era seguro que ganas no le faltarían de noquear al contrario.

 - ¿Eso es acaso la invitación a una cita?- diría con un tono burlón y una ceja levantada, lo que permitiría ver mejor sus ojos rubíes los cuales parecían carecer de vida por completo... quizás era cierto que parecía una aparición pero... no lo era en absoluto... ¿o si? quizás estaba muerta en vida... o Viva en muerte... quien sabe... sin embargo eso no importa en absoluto pues se habia cabreado al escuchar el resto de la oración, era cierto que ella conocía esos temas por haberlos leído hace algún tiempo indagando en sus libros.

 Pero... tal vez alguien poco emocional o alguien a quien no le importaba el mundo pero... eso si que la cabreo, pues cuando el contrario se dio la espalda para marcharse entre la multitud, o al menos esa se supone que era su intención, en la mano de la albina el chakra se empezó a acumular en forma de espiral y tomando una forma esférica, el sonido del chakra rotando se apoderaría del ambiente antes de dar un sutil salto y cargar contra el contrario. Quizás un ataque por la espalda era algo sucio, pero si algo le habia enseñado su maestro Yami era que en combate se debía provechar cualquier oportunidad, sin embargo...

 Su desplazamiento fue perfecto y elegante para terminar quedando cara a cara con el contrario- Ya me harte... te ensañare el resto aquí y ahora- fue un simple susurro quizás pero tras esas palabras su mano derecha, la que tenia el rasengan, habia impactado contra el estomago del contrario lo cual lo mando a volar algunos metros hasta chocar contra la pared de aquel callejón, un sonido seco resonó en el lugar antes de que la esfera desapareciera- Dime... ¿sigues vivo?- una pregunta fría y burlona, su avance no se haría esperar pues paso a paso se acercaba al contrario- Lo preguntare de nuevo... ¿Cómo te llamas?- estarían a unos 7 metros quizás, pero esa distancia se acortaría lentamente...

Estadísticas de Ren Uchiha

Rasengan


Este rasengan da con 110 PV, pero tu resistencia pasiva te debe salvar de quedar inconsciente de una sola vez.
Vida: 420/420

Chakra: 980/1040
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Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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Última modificación: 28-02-2024, 07:11 PM por Zeta.
Pues me pasa lo mismo contigo. Niña fantasma-si Zeta no era nadie como para que una chica extraña con apariencia fantasmal no lo conociera pues ella tampoco era alguien especial como para que Zeta o alguien de Kumo la conociera. Para Zeta y para muchos, ella solo es una extranjera más, una cara que verían hoy y quizás nunca más y el día en que muera solo la gente que se detuvo a conocerla se sentirán mal o no. Quizás incluso esas personas le valdrá un comino cuando ese día llegue, siendo un día más y ya.

¿Cita? Jajajaja ¡Que rara eres!-ni Zeta podía entender como una chica pudiera similar que una noche de pajeo sería una invitación a una cita. Aunque bueno, eso de tirarse a una blanquita no sonaba tan mal-Pero como quieras. Si nos vemos más noche te cojo como gustes-en esos momentos no tenía ánimos y ya tenía otra idea de cómo usar su tiempo, si esa tabla quería un martillo negro tendría que esperar a más noche.

El moreno empezó a caminar para irse por la vía principal pero la chica rápidamente se colocó al frente de él y susurro algo bastante penoso-Vaya, eres una pervertida sin causa-el moreno al escuchar esas palabras las asimiló con su conversación pero no, la chica no le iba a mostrar su cuerpo, le iba a mostrar un jutsu de su aldea. La esfera de chakra golpeó a Zeta y lo mandó disparado hasta adentro, girando y golpeando contra la pared. Había sido un ataque directo que no solo lastimo cada parte de su cuerpo, también su orgullo.

Tch... ah...-no estaba bien, su ropa había sido rasgada por el poder de la esfera, tenía raspones por chocar contra la pared, su mente aún daba vueltas y logró toser algo de sangre, posiblemente se le había explotado un órgano o algo así.

La chica se acercó hasta él al final del callejón a realizar dos preguntas. Zeta la miró con una sonrisa forzada y se acomodó un poco, ahí sentado y sin fuerzas todavía podía alzar sus manos con su dedo medio apuntando hacia arriba-Jodete... bru-ja... ah... -bajó sus manos y cerró sus ojos apoyando su cabeza contra la pared agrietada-Burno, creo que una chupada no me vendría mal hasta de morirme-era bueno irse viniéndose ¿No?

Estadísticas de Zeta

Vida: 13/113
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A veces la vida giros y a veces haces que otros den giros en la vida, cuando les lanzas un Rasengan..., y justamente ese era el caso del Cara de mono frente a la albina, quien habia terminado recibiendo un impacto directo del Rasengan de Ren en el estomago luego de hacerla perder los estribos tras haberle lanzado varias insinuaciones seguidas, nunca habia conocido una persona tan sucia y vulgar en su vida (Ya comprendí el nombre del tema -_-') y es que vamos, Ren puede ser muy distante y fría, poco le puede importar el mundo pero... hay limites...

 Y uno de los limites de Ren son las insinuaciones de carácter sexual... Pues es algo que ella difícilmente puede hacerle de la vista gorda, mas cuando son realizadas con insistencia, le incomoda y mas allá de incomodar también le desagradan y por eso su cara de disgusto no se haría esperar aunque... ¿Era notable siquiera? teniendo un rostro casi inexpresivo y que casi siempre estaba en blanco pues seguramente era dificil que se notara. Sin embargo se sentiría satisfecha al lanzar a ese idiota por los aires y hacerlo chocar contra un muro, haciendo que el eco resonara latente. 

 Aunque no tardaría mucho antes de que otra sensación de disgusto la invadiera al ver como el contrario le respondía- Este es mas idiota de lo que me esperaba...- se dijo para sus adentro al ver como el ladrón de pacotilla le hacia aquel gesto tan... patético- Acaso... ¿No es consciente de su propio estado?- quizás le habia lastimado demás pero...  se sentía satisfecha por ello... aunque una pequeña expresión de preocupación se hizo presente, aunque posiblemente no notable, en su rostro al ver al contrario perder la conciencia- No me jodas... mate esa mierda...- un suspiro de pesadez fue audible.

 Y de pronto seria capaz de oír el llamado de alguien- Oigan ustedes, ¿Qué hacen aquí?- una mirada sutil por parte de la albina le revelaría la presencia de un Shinobi, quizás un chunin de la aldea o un jounin- Discúlpenos señor, vera este idiota de aquí es mi alumno y estábamos teniendo un entrenamiento, pero supongo que me pase un poco y termine dejándolo inconsciente...- aquella explicación poco explicita parecía haber sido efectiva cuando observo la retirada del shinobi quien simplemente respondió con un "comprendo"- Me sorprende que funcionara... supongo que ya me retiro...- aquella idea era totalmente atractiva...

 Pero algo resonaba en su mente... quizás era que la conciencia le remordía por dejar a un idiota tirado en la calle sin recibir atención medica... o quizás simplemente era el interés que le habia tomado a aquel mismo idiota pues... Soportar un Rasengan y ser pegado contra la pared y quedar consciente al menos unos 20 segundos después... no era muy común de ver, podía ser débil que tenia resistencia, o al menos ese era el pensamiento de la albina ante la presencia del contrario por lo que, con pesadez, terminaría cargando al contrario en su espalda y llevándoselo.

 Tras caminar por un rato, unos pocos minutos en realidad, terminarían llegando al hotel donde la albina se hospedaba y tras entrar en su habitación terminaría por brindarle atención medica al contrario, quien aun estaba medio tieso, por lo que tras vendar sus heridas y examinar que no hubiera ninguna lección interna prepararía algunos analgésicos a mano pues sabia que después de ese impacto, dolor seria lo que no le faltaría al contrario cuando despertara. Por lo que con todo listo, y después de haber atado la muñeca derecha del contrario a unos de los barandales de la cama por seguridad.

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 Sabia que no era una amenaza y con el dolor que sentiría al despertarse menos lo seria, pero ser precavido no mata a nadie. Por lo que tomando eso en cuenta la albina decidiría tomar una ducha y relajarse un poco, por lo que terminaría en el baño de aquella habitación tomando una ducha. La albina se sumergiría bajo el chorro de agua tibia, sintiendo como los pequeños gotas recorrían su piel pálida. Mientras el vapor llenaba el cuarto de baño, su mente divagaba en pensamientos introspectivos. Se veía a sí misma en el espejo, reflejando su singular belleza blanca como la nieve. Recordaba las miradas de decepcion de su padre, las burlas y los comentarios hirientes...

 Pero aquellos pensamientos tan fugaces como las mismas gotas de agua que caían de la regadera, se esfumarían así como vinieron, rápidamente... No tardaría mucho antes de terminar de bañarse, secando su cuerpo con delicadeza con una toalla blanca, quizás tanto o mas que su piel, para después vestirse poniéndose cómoda, una camisa ajustada manga larga de color negro y sobre ella una camisa mas ancha y holgada de color blanco además de un par de bragas oscuras, la albina terminaría saliendo del baño para comprobar si el contrario estaba consiente, pero al ver que no terminaría tomando asiento en una silla de madera para tomar uno de sus libros y empezar a leer en silencio...

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Zeta había sido atacado por sorpresa por un jutsu de una aldea extranjera. No murió pues hierba mala nunca muere pero usó lo que le quedaba de resistencia para pedir una mamada y al fin caer inconsciente.

Lo que no sabía el moreno es que los ninjas de Kumogakure eran idiotas pero para tirar pal techo y por ello acabó siendo secuestrado por la albina esa que ya se había enamorado locamente del negrito. Bueno, no hay que culparla, el sabor del chocolate siempre será mejor que el de la leche.

Zeta despertó poco después, de llegar al hotel pero se sentía muy débil así que se hizo el dormido. Cuando la chica se fue al baño el moreno empezó a buscar liberarse de aquella atadura que le hizo-Nojoda esta tipa está loca. Yo mejor me piro-se quitó la atadura y se levantó adolorido. Podía oír el sonido de la ducha por lo que sabía que tenía tiempo para irse pero...
Nawanuke no Jutsu

Sería un desperdicio si no lo hago-se escabulló hasta el baño y tomó la ropa interior de la chica, debía robarselas y dejarla andar por ahí sin nada abajo-¿Negro? Vaya, quien diría que fuese tan picara. Así de necesitada estará-pensó mientras estiraba las bragas, sintió que algo se rompió pero se veían intactas, pensó en aquel jutsu que lo hirió y lo terrible que sería recibir otro.

Decidido a no ganarse un enemigo dejó la bragita dónde estaba y se regresó a la cama para hacerse el dormido nuevamente. La chica volvió del baño y vestía de forma reveladora. Se sentó a leer un libro y Zeta intuyó que era buen momento para "despertarse" por fin-Ah, ay, pobre de mi cuerpecito...-se quejó mientras tomaba asiento en la cama y miraba a la chica con gran pesar.

¿Eh? ¿No te conformas con una chupada? ¿Tenías que abusar de mi cuerpecito inconsciente? Bueno espero ya estés satisfecha por qué necesito irme a casa-Zeta solo intentaba hacer que la chica se levantará de esa silla para verla mejor, quizás dicho movimiento ayudara a revelar que era lo roto en las bragitas.
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Bajo la cálida lluvia de gotas de agua, la albina se sumergió en la bañera, dejando que cada gota acariciara su piel pálida. Mientras el vapor llenaba la habitación, su mente comenzó a divagar en pensamientos introspectivos. Se observaba a sí misma en el espejo, admirando su singular belleza blanca como la nieve. Los recuerdos de las miradas decepcionadas de su padre, las burlas y los comentarios hirientes, se deslizaban por su mente como las gotas que caían de la regadera. Sin embargo un ligero presentimiento de ser observada le invadió Pero quizás simplemente era su imaginación Por lo cual no le prestó mucha atención...

Pero esos pensamientos efímeros se desvanecían tan rápido como habían aparecido, antes de que pudiera darse cuenta. Pronto terminó de bañarse, secando su cuerpo con delicadeza con una suave toalla blanca, cuidando cada centímetro de su piel. Se vistió con comodidad, optando por una camisa ajustada de manga larga negra y una camisa blanca más holgada sobre ella, combinada con unas bragas oscuras. Salió del baño en silencio para comprobar si su compañero estaba despierto, pero al ver que no lo estaba, se sentó en una silla de madera, tomó uno de sus libros y comenzó a leer en silencio. 

 Tan pronto como decidió sumergirse en la lectura "huésped" terminaría por despertarse y lo primero que diría no fue algo que le impresionó viendo como él había actuado en la anterior situación en la que se encontraban Pues todo lo que dijo fue un montón de babosadas sin sentido como siempre- puedes irte si así lo deseas... La puerta está allá- diría tranquila y fríamente mientras utilizaba su mano derecha para señalar en dirección a la puerta La verdad era que poco le importaba la presencia del contrario- pero seguramente será una molestia moverte debido al dolor... A tu lado hay unos analgésicos y agua úsalos si gustas- su tono era tranquilo y poco interesante casi como si la presencia del contrario no le importara en lo más mínimo y es porque así era.

 - Aunque captaste ligeramente mi atención... No cualquier idiota sobrevive a el rasengan...- quería mientras le pasaba página al libro que leía sumergida en la lectura al mismo tiempo que inmersa en la realidad era un comportamiento curioso e interesante- Aunque debo admitir que tu forma de hablar me parece vulgar e innecesaria... Pero quizás todo se deba a tu crianza- diría albina mientras tomaba vaso que se encontraba en la mesa en la que estaba sentada, el contenido que el vaso era agua potable y procedería a tomar lentamente el agua hasta dejar a que el vaso por la mitad.

 Luego lo pondría con cuidado de nuevo en la mesa y cerraría el libro para ponerlo también sobre la mesa y proceder a levantarse para ponerse de pie- y aún sigue sin decirme quién demonios eres- cuando se dispuso a caminar un sonido inundó el silencio de la habitación... Era el sonido de tela desgarrándose o incluso rompiéndose, para cuando la albina se dio cuenta aquel par de bragas había terminado por deslizarse por sus piernas hasta llegar al suelo... De no ser por la camisa que usaba al contrario habría sido capaz de contemplar aquello que ninguna otra alma había sido bendecido de observar...

 - Cierra los ojos...- el tono frío y bastante aterrador fue audible por toda la habitación el resultado de lo que pasaría ahora era claro si el idiota de Zeta no hacía lo que le había dicho terminaría por ser otro cadáver más que estaría en una tumba a dos o 7 m bajo tierra, la camisa de Ren era lo suficientemente holgada como para ocultar el hecho de que sus bragas se habían caído... Pero... ¿Por qué había pasado eso?

  La albina se dispondría a retirarse de nuevo al baño de modo apresurado, pese a la carencia de emoción en su rostro la vergüenza era un sentimiento bastante notable, una vez en el mismo optaría por ponerse otro par de ropa interior Aunque... El color no cambió debido al hecho de que negro era el color que ella solía usar... Una cosa es segura aquella fragas no se habían roto porque sí y En este preciso instante se dio cuenta de que la sensación de haber sido espiada hace un rato... Quizás era mucha casualidad pero una vez salieras del baño al contrario no le iría muy bien que digamos...
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Zeta le revisó las bragas a la chica y le rompió la liga sin querer, decidido a seguir el loco juego de la albina regresó a la cama para que minutos más tarde la chica apareciera vestida de forma ligera y se sentara a leer.

Zeta pasó a "despertarse" para bromear un poco y seguir sacando de quicio a la tonta Uchiha. Ren le dió permiso de irse y le indicó sobre una medicina las cuales Zeta tomó junto el vaso de agua-Bueno, si son medicina pa dentro y si es droga también-se las metió a la boca y tomó agua para tragarse las pastillas, lo que no te mata te hace mas fuerte dicen algunos.

Luego la chica admitió que si le interesaba Zeta, el moreno se acomodó en el respaldo de la cama para sonreír y relajarse-Bueno mami ¿Que te puedo decir? Soy es un duro-sonrió pícaro y celebró para si mismo poder lograr cosas que pocos pueden por qué cualquier victoria por pequeña que fuera debía ser celebrada.

Por otro lado, también admitió que no le gustaba la forma de hablar del moreno pero era tal cual como ella decía, todo se debía a su crianza-Crecer por tu cuenta te lleva a aprender cosas que quizá no debiste. Uno tiene que ser coco y no dejarse joder. El cómo te ves y como hablas influye en esa webada-confesó el moreno mientras se rascaba los huevos y luego detrás de su cabeza para finalizar pasandose los dedos por los ojos para limpiarse las lagañas.

La chica dejó su libro a un  lado y se levantó preguntando el nombre del chico-Po Z-mencionó el chico encogiéndose de hombros sin mucha importancia. Luego se escuchó un pequeño ¿Crujido? Y se le cayeron las pantaletas a la chica, el moreno notó todo ese proceso y se rió-¡Oh vaya! ¡Parece que no todo tu cuerpo es totalmente pálido! Sip. Ese es un muy bonito rosa-siguió riéndose mientras la chica le pedía que cerrara los ojos pero obviamente él no iba a hacerlo.

Obligame bebé-mencionó coqueto mientras la veía intentar esconder su parte privada al estirar su camisa. Si la chica intentaba retirarse al baño Zeta posiblemente podría ver su lindo culito pálido en el proceso y silbar-¡Eso mami! ¡Ya quisiera ser carreta para chocarme contra esas curvas!-gritó emocionado-¡Oye mamasita! ¡¿Y ese perrote muerde?!-quizas no era para tanto pero nada como ver un perro culazo.

¡Yo si te doy y no consejos!-y con ese cuarto de hotel para ellos ¿Quien no?
Hablo-Narro-Pienso
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Suisei Ren observaba al joven vagabundo con una mezcla de desdén y curiosidad. No entendía cómo alguien tan joven podía estar viviendo en las calles, conociendo el mundo de los shinobi. A pesar de su aspecto descuidado y su forma de hablar vulgar, Zeta parecía tener un conocimiento profundo y enigmático sobre ese mundo que a ella le era tan desconocido, o al menos de desinterés pues nunca tuvo un motivo en particular para empezar un entrenamiento o una razón de peso para convertirse en una shinobi.

 Su mirada perdida reflejaba un dolor y una soledad que ella no podía comprender del todo. ¿Cómo había llegado a esa situación? ¿Qué había llevado a un joven como él a vivir entre las sombras y el abandono? Aunque todas esas preguntas se llenaron en su mente era obvio que ya no quería conocer las respuestas principalmente porque en realidad no le interesaba y segundo porque le recordaba bastante a sí misma y no quería cavar más profundo en el tema.

Las palabras de Zeta resonaban en su mente, tratando de revelarle un mundo oscuro y desconocido. Hablaba de luchas, de traiciones, de sacrificios. Hablaba de un mundo en el que la violencia y la muerte eran moneda corriente. Ren se estremecía al imaginar lo que aquel joven había vivido y presenciado en su corta vida, Ren se sentía como si estuviera contemplando un reflejo de su propia vida. Ambos jóvenes, perdidos en un mundo hostil y cruel, tratando de encontrar su lugar en medio del caos y la desesperación. Ambos luchando contra sus propios demonios internos, tratando de encontrar un sentido en medio de la oscuridad.

Y mientras el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Ren se encontró reflexionando sobre la fragilidad de la vida y la impermanencia de todas las cosas. En medio de aquel momento de reflexión interno casi similar a como cuando tienes una duda existencial o cuando tienes una pregunta sin respuesta y piensas por horas una respuesta lógica a dicha pregunta sin ningún resultado, rodeada de desolación y melancolía, se dio cuenta de que a veces las respuestas que buscamos podría ser mejor no conseguir y Por ende decidió suspirar y dejar de pensar en el tema.

Sin embargo la albina tuvo que dejar la habitación para cambiarse de ropa debido a cierto incidente que sucedió y cuando volvió de nuevo a la habitación, esta vez utilizando un short, se dio cuenta de que al contrario parecía estar ¿drogado? Quizás las dosis que le dio de aquel analgésico era demasiado para al contrario o quizás el analítico de por sí era muy fuerte, a su expectativa se hace esas preguntas ya no era relativamente importante simplemente esperaría que el contrario se le pasara el efecto pronto y estaba atenta a cualquier estupidez arrojarlo por la ventana, Pues estaba en el tercer piso...
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La habitación estaba envuelta en un silencio incómodo, interrumpido solo por el leve zumbido del aire acondicionado y el tenue sonido de la calle que se filtraba a través de la ventana entreabierta. La albina, con su cabello blanco como la nieve y su piel pálida, observaba de reojo al chico que yacía en su cama, drogado y noqueado. Era una visión casi trágica; él, un vagabundo perdido en su propio universo, y ella, atrapada en sus pensamientos.

Con un profundo suspiro, una mezcla de resignación y compasión, se volvió hacia la pequeña mesa que estaba al lado de la cama. Había dejado caer sus pertenencias desordenadamente, pero ahora necesitaba tomar el control de la situación. Su tiempo en aquel hotel había llegado a su fin, y aunque el lugar no era más que un refugio temporal, se había sentido extrañamente conectada a ese espacio, como si las paredes pudieran susurrarle secretos olvidados.

Se levantó y comenzó a cambiarse de ropa, despojándose de sus prendas para dormir, cada movimiento un acto de liberación. Mientras se vestía, no pudo evitar pensar en el chico. No conocía su historia, pero había algo en su mirada vacía que le hacía cuestionar su propio camino. Un par de horas antes, había cruzado miradas; él había intentado ligar con una ella, una mirada que parecía fuera de lugar en su rostro surcado por las marcas de una vida dura. Ella había desviado la mirada, sintiendo que era incapaz de ofrecerle algo más que una breve chispa de empatía.

Al terminar de vestirse, dejó su cabello suelto, dejando que sus ondas caigan libremente sobre sus hombros, como su espíritu rebelde. Sabía que era hora de partir. Miró a su alrededor, asegurándose de que no olvidaba nada. Las cosas materiales eran solo eso, cosas, pero había una carga emocional en sus momentos compartidos que la mantenía anclada en aquel lugar.

Puso su última llave sobre la mesa, junto a un par de billetes que servirían como último pago de habitación. Era un gesto simbólico, un cierre que marcaría el final de una etapa. Ella sabía que no había deseo de volver, que una vez que cerrara la puerta, sería un capítulo cerrado; así era su vida, hecha de despedidas efímeras y encuentros fugaces. 

Antes de salir, dio una última mirada al chico, que seguía ahí, ajeno al mundo que lo rodeaba. Su pecho se apretó por un instante, como si un hilo invisible la uniera a él. "¿Dónde estás, Zeta?", murmuró para sí misma, preguntándose qué lo había llevado a ese estado, a esa vida de desasosiego y abandono. 

Con un movimiento decidido, cruzó la puerta. El pasillo la recibió con un aire fresco que le prometía nuevas posibilidades. Se alejó, sus pasos resonando en el silencio del lugar, mientras su mente comenzaba a planear su siguiente destino, un nuevo refugio que quizás podría darle paz, una nueva historia en la que escribir su propio relato. Fuera de la habitación, el mundo seguía su curso, indiferente a las luchas internas de cada alma perdida.

Este tema ha sido cerrado.

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