Rango D: Los gatos han desaparecido.
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Mision


En las serenas tierras del País de los Fideos, donde los campos de arroz se mecen suavemente con la brisa y los tejados de paja resplandecen bajo el sol, se encuentra el pintoresco poblado de Ramenuma. Este pequeño rincón rural es conocido por sus deliciosas recetas de ramen y la estrecha comunidad de aldeanos que comparten una vida tranquila entre campos cultivados y callejuelas empedradas. El aire está impregnado con el aroma tentador de las especias y fideos que se cocinan a fuego lento en los puestos callejeros. Los lugareños, amables y hospitalarios, se dedican a sus quehaceres diarios, desde la preparación de deliciosas comidas hasta la artesanía local que decora las calles estrechas. Las risas y charlas animan el ambiente, creando una atmósfera acogedora y familiar.

Sin embargo, la armonía de Ramenuma se ve amenazada por la desaparición inexplicable de gatos, adorados miembros peludos de la comunidad. Estos felinos, conocidos por vagar libremente por el pueblo, han desaparecido sin dejar rastro, dejando a los aldeanos desconcertados y preocupados por la seguridad de sus queridos compañeros.

En respuesta a la angustia de la comunidad, la aldea ha solicitado la ayuda de shinobis novatos para investigar esta extraña desaparición. Los aldeanos, aunque inicialmente reacios a creer en problemas más allá de lo mundano, empiezan a percibir un aura de misterio que rodea el incidente. La misión es clara: adentrarse en la vida cotidiana de Ramenuma, descubrir la verdad detrás de la desaparición de los gatos y restaurar la tranquilidad en este pintoresco rincón del País de los Fideos.

El grupo de shinobis, integrado por la diminuta Shiga Yuta, de apariencia infantil y cuernos adorables, junto a la kunoichi de actitud seria, Kurami, ambas procedentes de Iwagakure, y acompañadas por Melessar, un joven de cabello plateado proveniente de Kirigakure, había sido encomendado con la tarea de investigar la misteriosa desaparición de gatos en el tranquilo pueblo de Ramenuma, ubicado en el País de los Fideos.

Al llegar, el pintoresco pueblo les dio la bienvenida con un aire sereno y un cielo despejado. La quietud de las calles les indicaba que estaban lejos del bullicio de las ciudades más grandes. Ramenuma, conocido por su exquisito ramen, según algunos rumores, ofrecía un escenario apacible.

Adentrándose en las menos concurridas calles, llegaron a lo que presumiblemente era el ayuntamiento o la residencia del alcalde, o líder. Al entrar, fueron recibidos por una encantadora recepcionista de piel canela y cabellos de un tono oscuro y rizado. -¡Ah si!. Por su aspecto ustedes deben ser...- buscaría entre todo su papeleo encima del escritorio, terminando de encontrar lo que parecía buscar. -Si si, Yuta, Kurami y Melessar.- Se sonrojaría levemente al ver al shinobi masculino luego de saludar cordialmente a cada uno de los presentes. -Como ven, soy la recepcionista del señor Tanaka, Ayame para serviles. De momento el señor se encuentra en su jardín, si gustan pueden buscarle ahí.- Terminaba de hablar a la vez que les indicaba a los shinobis la puerta al final del pasillo por donde se debería de acceder al patio posterior.

Siguiendo las indicaciones, llegaron al jardín donde encontraron al señor Hiroshi Tanaka. A pesar de los años que cargaba sobre sus hombros, el anciano mantenía una vitalidad evidente. Encorvado por el peso del tiempo, el señor Tanaka, de estatura media, aún conservaba la energía y el espíritu de sus días como shinobi. Vestía largas túnicas que, incluso al agacharse, rozaban el suelo embarrado del jardín. Su cabellera canosa reflejaba los largos años de experiencias vividas. Mientras regaba las plantas, parecía entablar una conversación con una de ellas, mostrando un vínculo peculiar con la naturaleza que lo rodeaba.
off
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Yuta había recibido una nueva misión fuera de su aldea. Esta vez en el país de los Fideos. Aunque había algo muy diferente desde aquella primera misión en la aldea de la Niebla. Ahora Yuta era más experimentada en las misiones y había ganado confianza en sí misma. Ya el hecho de viajar fuera de la aldea no la intimidaba tanto como antes y simplemente leyó toda la información que tenían sobre la misión con tranquilidad.

Al parecer era una tarea sencilla de buscar unos gatos desaparecidos. Aunque al parecer ya habían sido varios y sin dejar ningún rastro, con lo que los habitantes ya comenzaban a estar un poco preocupados de no poder lidiar con la situación. Y algo curioso es que repetiría compañera de misión en esta ocasión, una vez más Kurami sería su compañera en una misión en el extranjero. Por lo menos esta vez se había enterado de ello antes de partir sin cabeza con demasiada antelación, una muestra más de que la pequeña shinobi iba madurando.

Tras reunirse con Kurami para la fecha prevista, ambas shinobi partirían hacia el País de los Fideos tranquilamente, pudiendo tener ambas una charla cordial y agradable si así lo desease la otra shinobi de Iwa, Yuta se mostraría abierta y jovial contestando a cualquier cosa que su compañera le quisiera preguntar; de hecho, es tan poco reservada que no omitiría nada literalmente.

Una vez alcanzaron su destino los shinobi, Yuta se fijaría que el lugar era bastante bonito y pintoresco, incluso por unos momentos le llegó un agradable aroma a comida, era como un caldo según su olfato y algunas cosas más mientras caminaban hacia el edificio del líder de la aldea. En esos momentos, la pequeña Yuta ya empezaba a tener algo de dinero ahorrado con el que poder darse algunos lujos. Tambien se percataría que volvía a coincidir con Melessar, un ya reciente amigo con el que había coincidido en alguna misión y tuvo cierta aventura por el País de las Aguas Termales.

— En cuanto resolvamos la misión buscaré el sitio que está cocinando eso... — Pensaría mientras su apetito se le abriría.

No tardarían en llegar al lugar, donde serían atendidos por una de las encantadoras sirvientas de su contratante. La cual les indicaría donde se encontraba el señor Tanaka que les había contratado, en el jardín. Pero Yuta se fijaría por un momento en la cautivadora belleza de aquella recepcionista y de la forma en la que se sonrojó incrementando un poco su encanto, aunque ya se dio cuenta de que era por Melessar, aún así no dudó en tomar un poco la iniciativa antes de ir a ver al señor Tanaka.

— Disculpe señora, pero también me gustaría saber su nombre para no tener que llamarla recepcionista... Y por curiosidad, ¿está soltera? — Comentaría con descaro.

Independientemente de la respuesta de la secretaria, Yuta seguiría insistiendo más tarde dado que no quería hacer esperar a Tanaka o dejar ir solos a los otros dos quedando mal, dado que quería que le pagaran para poder descubrir aquella comida que olió antes, quizás invitaría a la señorita recepcionista a comer también, ya se iría viendo. Pero finalmente llegaron hasta donde estaba el señor Tanaka regando.

— Buenas, Yuta de Iwagakure se presenta para el trabajo — Diría reverenciando un poco para saludar.
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El pais de los Fideos, un sitio un tanto peculiar debido a su nombre, pero sus amplios campos de cosecha, esos colores tan vivos y el aire tan lleno de vida lo hacía un lugar bastante apacible, una parada obligatoria para cualquier pintor. La pintura no es mi campo, pero si la música y este paisaje me lleva a sacar la shakuhachi para tocar una canción mientras que voy tranquilamente andando hacia el destino.

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Esta vez se trata de una misión un tanto peculiar, se ve que una pequeña aldea de este país esta sufriendo una extraña desaparición de gatos, para que lleguen a mandar ninjas de diferentes villas a investigar un caso de ese tipo algo raro tiene que pasar, tantos gatos no desaparecen de un día para otro y si se tratase de un animal depredador se habrían dado cuenta, pero llegados a este punto debería de investigar con mis compañeros designados quien se los esta llevando, compañeros con los cuales supuestamente tengo que encontrarme con ellos en la puerta de la pequeña aldea a investigar.

Una vez allí, veo de reojo a dos chicas en la puerta, termino de tocar y guardo la shakuhachi en el bolsillo interior y me acerco con una gran sonrisa hacia ellas, se de sobra que serán mis dos compañeras de esta misión, una de ellas se trata de Yuta de Iwagakure y a juzgar por la bandana de la otra kunoichi dan a entender que son compañeras de la misma villa.

- Vaya Yuta cuanto tiempo - miro a la otra chica sonriendo - Melessar un placer - hago una pequeña reverencia.

No tenemos mucho tiempo para andar parloteando en la entrada, tenemos que encontrarnos con el jefe de la aldea, una vez hechas las presentaciones empezamos a andar en dirección hacia la casa del alcalde tras preguntar a un amable aldeano que pasaba por allí, la gente de la aldea parece bastante normal y alegre a pesar de la situación realmente extraña, tal vez un loco ande haciendo experimentos con aquellos animales, algo totalmente prohibido sin permiso a las autoridades pertinentes y siempre con fines médicos o científicos, aun así me parece una forma grotesca de tratar a la naturaleza, de aprovecharnos de nuestra superioridad física para hacer lo que queramos con los mas débiles, si necesitas experimentar con un ser vivo por el bien de la humanidad es mejor hacerlo con un humano, es un tema delicado pero hay demasiados criminales sin alma y con el corazón negro cuya única contribución al bienestar del mundo sea ese al menos, mucho mejor que morir y ya, eso es hacerles un favor a mas de uno.

Alejando esos pensamientos y cierta imagen en mi cabeza me doy cuenta de que hemos llegado al sitio, una casa un tanto mas grande que la de resto, la aldea es bastante apacible y esa tranquilidad inexistente en las grandes villas me produce una gran satisfacción, tal vez pueda pasar un par de días en este sitio antes de partir a Kirigakure, siempre que hayamos acabado la misión con éxito.

Una vez dentro los tres del edificio una mujer bastante simpática nos atiende, noto que se sonroja un poco al verme y pronunciar mi nombre, no termino de entender esta conducta en ellas, si quieren algo es tan fácil como decirlo y ya está, son bastante complicadas.

No puedo evitar soltar una pequeña carcajada ante las palabras de Yuta, no se si es un intento de ligar con aquella agradable recepcionista o un intento de hacerse notar, es natural en alguien de su edad, aunque no deja de ser una kunoichi y fuerte, sobre todo fuerte para manejar ese gran kanabo con soltura.

-¿Donde lo llevará por cierto? - comento para mis adentros con cierta curiosidad.

Antes de ir al jardín le doy las gracias a la amable recepcionista con una pequeña sonrisa, tal vez pueda hacerme de guía por el pueblo y las zonas de alrededor, seguro que se lo conoce bastante bien para ser la secretaria del propio líder de la aldea, aunque también estará algo atareada.

- Vamos Yuta, luego de la misión le podrás invitar a un gran bol de fideos tan famosos de aquí ¿verdad? - le guiño un ojo a la recepcionista.

No puedo quedarme absorto cuando veo el jardín trasero, un señor de avanzada edad a juzgar por su cabellera y esas expresiones que daban a entender su larga y próspera experiencia en la vida está regando las plantas del lugar, parece estar hablando incluso con una de ellas, algo verdaderamente mágico, sobre todo el lugar.

- Se ve que la vida prospera con fuerza en este país - comento con mis compañeras mientras no dejo de mirar el jardín.


Off: Pues llego a la aldea y después de presentarme a Kurami ya que no la conozco termino en el jardín donde está el jefe de la aldea básicamente ^^

Estadísticas de Melessar
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Última modificación: 15-01-2024, 03:02 AM por Kurami.
(¿Nuevamente tengo que salir de mí no tengo preciado hogar?, debo decir que me alegra estar lejos de esta gente, pero en verdad ¿Tengo que ir tan lejos?)

Eran los pensamientos de la chica pelinegra mientras leía el Pergamino de Misión entregado pocos minutos antes por un ninja que tenía un rol de guardia dentro de la Mansión Origami. Kurami colocó una de sus manos en su frente mientras intentaba relajarse para no explotar de ira y hacer una tontería dentro de su habitación, luego de inhalar y suspirar por algunos segundos, se levantaría de la silla en donde se encontraba sentada y comenzó a prepararse para partir hacia el País de los Fideos, un país un tanto bajo en economía y de un gran sector de campo. Ya con todo listo, la Origami salió por la ventana de su balcón y pegó un salto hacía el suelo, cayendo de pie y comenzando a caminar, lista para partir y encargarse de aquella misión, pero como siempre, no estaba sola, tenía que hacer equipo con más Ninjas y ahora tocaba la casualidad de que tenía que hacer equipo con Yuta nuevamente.

Luego de reunirse con ella, la chica saludaría con un tono amable a la Onikuma en cuanto la vio. Ambas Kunoichis de la roca estaban listas para partir y así lo harían. Kurami no era mucho de interesarse en los demás, pero ahora tenía curiosidad por la pequeña Onikuma, y más sabiendo que ella posiblemente pertenezca al misterioso y repudiado Clan Onikuma

- Y bien Yuta… esos cuernos en tu cabeza, ¿Es porque la sangre Onikuma corre por tus venas? Si es así, ¿Cómo es que les salen esos cuernos?, ¿Por qué algunos Onikuma tienen dos cuernos y otros solo uno?, Dicen que ustedes están malditos y son seres de oscuridad, ¿Es cierto?, ¿Te gusta el pan? -

Un largo Interrogatorio por parte de la Origami hacía la Onikuma. Por la mente de Kurami, incluso, pasó por querer mostrarle sus habilidades con el papel a Yuta, pero decidió no hacerlo en ese momento, ya habría lugar y tiempo para que ella le explicara, en caso de que Yuta quisiera saber, como funcionaban las habilidades del talentoso Clan Origami. Una vez en Ramenuma, Kurami pudo presenciar lo que ya tenía en mente, un lugar un tanto “pobre” pero muy bonito y apegado a la naturaleza, sin duda, un lugar bonito para detenerse a descansar durante un largo viaje

- Supongo es hora de ir al ayuntamiento, luego saboreas Yuta -

Una vez dentro, ambas Kunoichis serían recibidas por una hermosa mujer de cabellos negros, a su vez, también se encontraba ahí un chico extraño de cabellos blancos, el cual parecía conocer de antes a Yuta, un chico bastante amable que se presentó ante la Origami y obvio, ella respondería con el mismo gesto de amabilidad

- Kurami de Iwagakure, un placer -

El gesto era amable, pero su tono, no, la chica habló en un tono desinteresado que quien no la conociera, Pensaría que era grosera, pero, todo lo contrario, simplemente no era muy buena mostrando sonrisas de vez en cuando.

Luego de eso, Yuta haría un par de preguntas a la recepcionista, casi como si quisiera ligar con ella, Kurami solo miraría mientras se dibujaba una muy pequeña y sutil sonrisa en su rostro mientras escuchaba a Yuta en su intento de ¿Ligar con la recepcionista?, aunque Melessar se encargaría de eso llevándose a Yuta para ir hacia el jardín trasero en donde se suponía estaba el alcalde. Kurami haría una pequeña reverencia a la recepcionista antes de seguir por detrás a sus compañeros y ver el jardín

- Nos faltan jardines como estos en Iwagakure… -

Mencionaría Kurami a sus compañeros mientras contemplaba el hermoso paisaje que aquel jardín otorgaba al lugar

Estadísticas de Kurami Origami
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En el pintoresco pueblo de Ramenuma, donde las risas de los habitantes se mezclan con el aroma del exquisito ramen que da nombre al lugar, tres shinobis ya no tan novatos en comparación con lo que la misión solicitaba, cada uno con su propia esencia, se aventuraron hacia la alcaldía encomendados con una misión de rango D, el rango más bajo entre los encargos de los ninjas. La jovial Shiga Yuta, de cuernos que asomaban en su cabeza, la seria pelinegra Kurami, con su mirada penetrante, y el apuesto Melessar, de cabello plateado, eran el trío designado para desentrañar el misterio detrás de la extraña desaparición de los gatos del pueblo.

Al entrar en la alcaldía, fueron recibidos por una encantadora recepcionista de piel canela y cabellos oscuros. La atmósfera tomó un giro inesperado cuando la joven se sonrojó al ver a Melessar, quien no parecía ajeno al impacto que causaba, pero que de momento le daba igual. La pequeña Yuta, notando la situación, decidió poner su toque peculiar y comenzó a hacer preguntas, desde las más inofensivas hasta las más extravagantes, en un intento torpe de cortejar a la joven, aunque no haría mucho efecto la verdad, se notaba que el interés de Ayame estaba bien enfocado en el shinobi masculino. La sala se llenó de risas y nerviosismo, creando un momento cómico que rompió la formalidad del lugar.

-Oh, pensé que lo había dicho pequeña. Soy Ayame, encantada.- Volvió a mirar de reojo al chico mientras se saludaba con la pequeña, justo en el momento en que llegaba esa pregunta, un tanto incómoda quizás… pero bueno, los niños son traviesos y Yuta, pues por apariencia, por lo menos para la recepcionista, era bastante infante, así que solo le seguiría el juego. -Eh, sí, sí, bastante soltera, ya llevo tiempo, de hecho...- Decía entre risas, y quizás alguna que otra mirada se le escapa otra vez, hacia Melessar. Entre risas nerviosas, la recepcionista intentó responder mientras Melessar, con una sonrisa, sugirió que podrían continuar esa animada conversación en otro momento. La atención se desvió hacia el motivo principal de su visita, y la recepcionista, aún sonriendo, indicó amablemente el camino hacia el jardín, donde encontrarían al respetable señor Tanaka.

En el exquisito jardín de la alcaldía, los shinobis se toparon con un anciano Hiroshi Tanaka, cuya figura encorvada no restaba un ápice de vitalidad a su presencia. Vestido con una larga túnica que rozaba el suelo, el señor Tanaka, con su cabellera canosa ondeando con la brisa, regaba las plantas con devoción. Su conexión con la naturaleza se evidenciaba en la diversidad de flores y plantas que rodeaban el lugar, creando un ambiente sereno y acogedor. Al ver a los visitantes, el anciano líder les dio una cálida bienvenida, listo para escuchar el propósito de su llegada y compartir su sabiduría acumulada a lo largo de los años.

-¡Ah, por fin llegaron, muchachos!- decía mientras dejaba de hablarle a la planta que tenía en frente para así girarse a verlos. -Soy Hiroshi Tanaka, alcalde de Ramenuma.- Daba un par de pasos hacia adelante para ponerse justo en frente del trío, comenzando a dar un abrazo cálido y agraciado a cada uno de los shinobis. - Oh, vaya, una pequeña con cuernos, jeje, los niños y sus juegos- decía entre risas, obviando enormemente el hecho de que los cuernos eran reales y no un par de accesorios que usaría algún chiquillo para jugar. -Muchacho, si eres tan amable, por favor alcáncenme esa silla.- Suponiendo que Melessar le traería la silla, el señor Tanaka se sentaría en ella, acomodando su larga túnica que ya se encontraba un poco sucia en la zona baja por el constante contacto con la tierra.

-Si bien, la desaparición de los gatos del pueblo. Siéndoles sincero, no pensé que fuera algo que me preocupara, pero he recibido varias solicitudes por parte de mi gente para intentar descubrir el por qué desaparecieron de un día para otro. Es decir, siempre habían gatos por aquí y por allá, más que todo en la plaza aquí enfrente, pero de repente se les dejó de ver sin más. Tenemos una policía local sí, unos vigilantes más que todo, y bueno, ellos no están por la labor, la verdad, de buscar unos gatitos, por eso se solicitó ayuda a las aldeas cercanas a cambio claro de un pequeño pago.- Entonces haría unas fintas como si tratase de blandir una katana o algún arma de filo cortante. -Vah… si fuese aquel de hace unos diez años, de seguro ya me habría encargado yo mismo de eso. Pero el tiempo no pasa en vano- en este momento posaría una de sus manos sobre el cabello de la pequeña Yuta. -Disfruten, chicos, disfruten bastante estas edades- se volvía a colocar de pie, y nuevamente se dirigía hacia las plantas a regarlas, pero antes. -Supongo que podrían acudir a los vigilantes y comerciantes cercanos a la plaza, alguno tendrá más idea de lo sucedido ya que siempre están ahí. Pregunten en 'Flores y Especias' ahi les atendera un amigo de la infancia, es decir un viejo como yo jajajaja.- Tras varios segundos de la carcajada, volveria o intentaria volver a la seriedad. -Tambien pregunten en 'Artilugios Misticos', no crean nada de lo que tenga ahi, pero si es de fiar la encargada del lugar, su nombres es Isabella, si. Y creo que bueno, podrian ir a comerse unos buenos ramen a mi nombre, y quizas tambien tenga informacion, digo, a todos les gusta el ramen, tambien a los gatos.-
Resumen
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Los coqueteos de Yuta habían caído en saco roto. Era triste, pero no pasaba nada, ella sabía bien que en la vida no siempre se ganaba. Pero quien no apuesta de seguro que nunca ganará. Pero todos aquellos que ahora la rechazaban por ser demasiado joven o pensar que simplemente se trataba de los delirios y bromas de un infante se arrepentirían algún día cuando Yuta alcanzara la madurez. Igual ahora no era un premio que tentara o que pudiera ser planteado como una conquista, pero Yuta era una gran inversión a largo plazo. Pero como dicen, la miel no está hecha para la boca del asno y solo un grupo selecto tiene buen ojo para discernir calidad.

Pero el presente era que las virtudes inmaduras de Yuta no lograban atraer más a esa recepcionista de nombre Ayame frente a la siempre presencia masculina de Melessar, un hombre huesudo y paliducho; francamente, tenía bajos estándares la mujer. Pero Yuta, admitiendo la derrota, aprovecharía en lo que los guiaban hacia el jardín para dar un codazo a Melessar tras las últimas palabras de la recepcionista y diría...

— Vaya, soltera, qué lástima... ¿Conoces a Melessar? — Le diría sin disimular un pelo.

Esa frase iría acompañada de un movimiento y gesto que invitaba a la mujer a dirigirse inevitablemente hacia Melessar, una táctica ancestral antigua como el mundo entre colegas y escuderos en las noches de ligue en el bar, todo fríamente inculcado por su padre desde que Yuta era pequeña. Como la mujer ya les había dado indicación de donde era el jardín, y como correspondía tras ese movimiento, buscaría dejar un poco de espacio a Melessar y Ayame para que dijeran algo o por lo menos la mujer pudiera tomar la iniciativa avanzando Yuta más rápido por su cuenta mientras tomaba de la mano a Kurami para que avanzaran.

Una vez fuera conocerían al que era el líder de la aldea. Un hombre que claramente la edad ya pesaba un poco aunque tenía un espíritu para seguir activo y en forma por muchos más años. No obstante, los tiempos para emprender aventuras y salir a explorar ya pasaron claramente, como él mismo iría indicando luego en su charla amable y cordial. Incluso el hombre bromeó un poco sobre la cornamenta de Yuta, aunque ella misma ni se enteró de ello.

— ¿A qué juegos se referirá? — Pensaría para sí misma.

Pero recapitulando, el hombre contaría un poco la situación. Como todo parecía indicar, la misión no era muy vistosa o peligrosa, solo gatos perdidos, pero a los ciudadanos les preocupaba. Para Yuta eso ya era razón más que suficiente para dedicarse con esfuerzo a la tarea. El alcalde dio varias indicaciones sobre dónde podrían obtener información y pistas, concretamente tres lugares. Pero uno de ellos captó la atención de Yuta al momento, pasando la joven oni a tomar la iniciativa rápidamente.

— ¡No se preocupe por nada, Tanaka-dono, nosotros nos ocuparemos! — Exclamaría Yuta dando una palmadita en el pecho.

Entonces la joven se giraría con sus compañeros, ya con mucho entusiasmo, lista para la acción.

— Bueno, como nos ha dado tres posibles lugares para obtener información y somos tres, lo mejor será dividirse, así que... ¡Voy tirando hacia el puesto de ramen! — Proclamaría Yuta.

La misma jovencita ya comenzaría a desplazarse a gran velocidad, guiada por el arma que captó mientras llegaban al lugar si nadie la detenía. De no frenarla, la misma se mordería el pulgar y comenzaría a realizar una cadena de sellos mientras avanzaba hasta posar la mano sobre su hombro, haciendo aparecer a su querida babosa Mochi en el mismo.

Kuchiyose no Jutsu


— ¡Buenas Mochi! — Le saludaría Yuta.

— Que no uses ese apodo... — Ya estaba exhausto ante este diálogo repetido.

— Meros detalles, bueno, tengo una misión de investigar la desaparición de unos gatos, esperaba que me ayudaras — Le comentaría.

— ¿En serio me llamas para buscar simples gatos? — Se notaba un poco ofendido.

— Para nada, también te quería invitar a comer, ¿te gusta el ramen? — Claro soborno.

Y ambos avanzarían hasta el puesto de ramen para iniciar la comida... la investigación.
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El anciano sigue conversando con aquella planta aun a sabiendas de nuestra llegada, es más parece indicarle a dicha planta que ya hemos llegado, se nos presenta oficialmente como Hiroshi Tanaka alcalde de Ramenura, supongo que no solo la experiencia es su virtud por la avanzada edad, esa conexión que parece tener con la naturaleza me indica que hay algo más en aquel amable anciano.

Con premura le acerco la silla a Hiroshi a la par que me presento con mi respectiva reverencia, un gesto de educación ante alguien no solo por su edad, si no por su aura tranquila y llena de sabiduría que posee, aun así su edad parece hacerle mella ya que confunde los cuernos de Yuta con un disfraz, suelto una pequeña risa mirando a la pequeña, entiendo que su clan no debe de ser muy conocido en lugares alejados del mundo ninja.

Hiroshi nos deleita con un discurso sobre lo que está pasando y el porque ha recurrido a la ayuda de nuestras villas, no es algo alarmante pero si curioso y extraño, tal vez alguien haya venido a estas tierras lejanas para hacer experimentos, algún restaurante que para ahorrar en gastos está usando a los gatos para servir la comida, nadie se daría cuenta si lo haces bien y usas determinadas especias para camuflar el cambio de sabor en la carne, algún niñato que se está entreteniendo cazando a los felinos por diversión, en este mundo tan cruel cualquier cosa puede pasar.

Nos da tres lugares donde podemos ir a preguntar, el restaurante porque es una fuente de información ya que bastante gente acude a estos sitios, algo sin duda clave para visitar e interrogar, luego una floristería y una tienda de artilugios donde el propio alcalde nos dice que no nos fiemos de esos artefactos pero si de la palabra de la encargada del negocio, así como preguntar por los diversos comercios y vecinos del pueblo, algo que ya tenía en mente, pero antes estaría bien preguntar en los sitios que Hiroshi nos recomienda.

— Bueno, como nos ha dado tres posibles lugares para obtener información y somos tres, lo mejor será dividirse, así que... ¡Voy tirando hacia el puesto de ramen! — 

Yuta como es costumbre dada su enorme vitalidad y energía, así como la impaciencia típica de su edad sale corriendo tras sus palabras sin pararse, se ha adjudicado el puesto de ramen, el sitio donde mas intriga me da y primero en mente por investigar, pero es tarde para detener a Yuta ya que sale corriendo.

- Esta Yuta y su impaciencia - suspiro a la par que ejecuto unos sellos.

Una pequeña masa de agua se convierte en un doble mío, totalmente idéntico, tras darle la orden de que siga a Yuta por su protección y también por intentar investigar junto a ella el puesto de ramen, la cocina y basura del sitio, tal vez encuentre una pista por si son ellos los secuestradores, tengo que quitarme esa duda de la cabeza.

- Bueno Kurami, si no te parece mal yo iré a la floristería, ven conmigo, con Yuta o a los artilugios si te apetece, mi clon se encarga de tenerla vigilada

Las ordenes a mi clon son claras y concisas, ir corriendo detrás de Yuta y en caso de emergencia desaparecería rápidamente dándome a entender que Yuta está en peligro y debo de ir con rapidez a donde se encuentre, en mi caso tras darles las gracias a Hiroshi salgo de aquel magnifico jardín hacia la floristería, no sin pararme antes en la recepción donde sigue estando Ayame.

- Buenas de nuevo - le digo con una gran sonrisa - dos preguntas si no te importan, primero ¿por donde queda la floristería?... segundo ¿Qué flores te gustan mas?

Tras su respuesta me pongo en marcha hacia donde me ha indicado Ayame, quizás con un poco de suerte los tres encontremos alguna pista, por lo visto el dueño de la floristería es un antiguo amigo de Hiroshi, otro anciano como él seguramente sepa mucho del pueblo y de la gente nueva que haya llegado, tal vez coincida la llegada de alguien al pueblo con la misma fecha de desaparición de los gatos.


Off: En resumen mando un Mizubushin para seguir a Yuta, no escondido si no acompañándola, yo me dirijo hacia la floristería después de preguntarle a Ayame donde se ubica y cuales son su tipo de flores favoritas :3

Mizu Bunshin no Jutsu

Estadísticas de Melessar


Gasto de chakra: -35 por Mizubushin = 343/378... esto lo divido a la mitad al hacer el clon quedándose en 171 en total para cada uno ^^

Vida y Chakra de Melessar

Vida y Chakra del Clon
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Dentro del Jardín de la Oficina, fueron recibidos por un señor de avanzada edad, bastante sereno y amable el cual antes de comenzar a hablar de la situación por la cual fueron convocados, dio un abrazo cálido a cada uno de los Ninjas presentes. Kurami respondería al abrazo usando un solo brazo para rodear la espalda del anciano antes de darle una sutil sonrisa.

El anciano de nombre Hiroshi Tanaka, dio comienzo a la explicación de la situación. Parecía que recientemente los gatos del pequeño poblado comenzaban a desaparecer en circunstancias anormales, como si no hubieran dejado rastro alguno. La Origami escuchaba atentamente, con su mirada fija en el señor Tanaka colocando a su vez, una sutil cara burlona cuando el hombre simuló atacar con una espada envainada. Luego, el hombre dio a los presentes, tres lugares en donde podían acudir para recopilar información más allá de solo preguntar a la gente del poblado si sabían algo. La pequeña Yuta fue la primera en hablar indicando que iría al puesto de ramen con mucha emoción

(Si claro… seguramente irás a atascarte de ramen…)

Pensaba mientras veía a la Onikuma alejarse mientras realizaba una pequeña tanda de sellos manuales, pero ella no fue la única, el chico albino también realizó un único sello antes de que un cúmulo de agua se formara a su lado tomando la apariencia exacta de Melessar

(¿Clones de Agua? Interesante…)

La Kunoichi de la Roca fue devuelta a la realidad y sacada de sus pensamientos gracias a las palabras de Melessar. El chico ofrecía a la Origami ir con él, en caso de que no fuera con Yuta o ir directamente a la tienda de artilugios. Kurami sabía que, si el clon de Melessar iba a acompañar a Yuta, no era necesario que más gente fuera en esa dirección así que alzó sus manos a la altura de su pecho y realizó un único sello, al igual que Melessar, la chica estaba creando una copia idéntica de sí misma. Una gran cantidad de papeles comenzaron a desprenderse del cuerpo de la Origami haciendo ver como si la chica fuera simplemente un montón de papeles juntos con una textura para darle una apariencia. Los papeles se juntaron a un lado de Kurami creando un Clon
Origami Bunshin no Jutsu

- Dirígete a la Sala de Artilugios y recopila todo tipo de información que puedas, revisa hasta debajo de las piedras cercanas en caso de ser necesario -

El Clon de papel de Kurami se dirigió a la salida para comenzar su camino hacia la Sala de Artilugios del pueblo

- Iré a la floristería contigo… -

Diría Kurami en su tono serio a Melessar antes de caminar detrás de él y presenciar sus intentos de ligar con la recepcionista, esta vez, preguntándole sobre sus flores favoritas. Sin más, Kurami seguiría a Melessar hacia la floristería mientras su clon se dirigía a la Sala de Artilugios

Resumen
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Última modificación: 19-01-2024, 04:04 AM por Sayuri.
En el rincón tranquilo donde Ayame desempeñaba sus labores, Yuta y Melessar regresaron para continuar la conversación. La ágil Onikuma, con su característica rapidez, no perdió tiempo y fue la primera en plantear su pregunta.
-Pues conocerlo no, pero sí me encantaría, claro.- Respondió Ayame con una sonrisa, mientras observaba como llegaban detras de la pequeña los dos Kaguyas acompañados por las dos chicas Origami, habian doblado su presencia.
-¡Hola!- Saludó con alegría al chico, y dirigió un amable gesto hacia Melessar. -Ah si, dale un saludo al señor Karuki de mi parte.- Los acompañó hacia la salida del edificio mientras señalaba con amabilidad. -Vean esa calle al otro lado de la plaza; ahí giran a la derecha, y encontrarán un hermoso letrero con el nombre del lugar, "Flores y Especias". Y en cuanto a mis flores favoritas.- Se sonrojó ligeramente, aun que ahora parecia tener algo mas de comodidad con la presencia del shinobi. -¿Por qué la pregunta? Jaja, me encantan los lirios blancos.-


Shiga Yuta y clon Melessar

La primera en ponerse en acción había sido Shiga Yuta, la pequeña shinobi de cuernos curiosos, entró en el acogedor establecimiento de Ramen y Delicias junto con una babosa de gran tamaño, sin duda llamaría bastante la atención, seguida de un joven alto de cabello plateado, el clon de Melessar también entraría al lugar. El cálido aroma de las especias y los caldos flotaba en el aire, acariciando sus sentidos mientras exploraba el lugar. Las mesas de madera pulida estaban adornadas con pequeños cuencos de ramen, y el sonido reconfortante de los clientes disfrutando de sus comidas llenaba el ambiente.

Dentro de Ramen y Delicias, el bullicio del mediodía llenaba el lugar. El local, con sus paredes decoradas con pinturas de paisajes japoneses y lámparas que proyectaban una luz tenue y acogedora, tenía un ambiente animado y familiar. En una esquina, un grupo de ancianos compartía risas y anécdotas mientras disfrutaban de sus cuencos de ramen tradicional. Una pareja joven ocupaba una mesa cercana, sumergida en una conversación animada, mientras saboreaban las diferentes variedades de fideos.

El chef Takashi, con su delantal blanco y gorro a juego, se movía con destreza detrás del mostrador, supervisando cada detalle de las creaciones culinarias que salían de su cocina. Sus ayudantes, un par de jóvenes entusiastas con uniformes idénticos, trabajaban diligentemente para mantener el flujo constante de pedidos. El aroma a caldo caliente y especias llenaba el aire, creando una atmósfera reconfortante. -¡Anda! Unas caras nuevas.- Exclamaba emocionado el chef principal ante la aparición de los dos nuevos comensales, pero si notaria de inmediato que no parecían ser ciudadanos comunes y corrientes, ni siquiera viajeros del camino. -¿A qué debe mi hermoso y humilde local su visita? Si desean pueden pedir lo que quieran de esta carta- Les facilitaba el menú hecho a mano, parecía que se hacía a diario con los ingredientes frescos que pudiesen obtener de las inmediaciones.

Menu: Ramen y Delicias


Melessar y Kurami

Melessar y Kurami decidieron explorar la tienda de flores y especias, un lugar lleno de colores vibrantes y aromas embriagadores. Al entrar, una campanilla tintinea suavemente, anunciando la llegada de los shinobis. El dueño del lugar, un anciano de cabello blanco llamado Karuki, los recibe con una cálida sonrisa que refleja años de amor por las plantas y las hierbas.

El local está dividido en secciones temáticas, cada una cuidadosamente organizada para resaltar la belleza de las flores y resaltar los diversos aromas de las especias. En una esquina, las orquídeas despliegan sus pétalos en una paleta de colores que van desde el blanco puro hasta el púrpura intenso. Al lado, estantes repletos de tarros de cristal contienen mezclas de especias exóticas, cada una etiquetada con caligrafía elegante. El suave murmullo de una fuente de agua agrega un toque relajante al ambiente, mientras que la luz tenue resalta la belleza de las plantas de interior que se encuentran estratégicamente colocadas alrededor de la tienda. En un rincón, un pequeño jardín zen invita a los visitantes a detenerse y disfrutar de un momento de tranquilidad.

Haruki, el dueño, se acerca con gracia, llevando consigo un aroma floral que impregna el aire a su alrededor. Su conocimiento sobre las plantas es evidente, y está dispuesto a compartir historias sobre cada flor y especia que hay en este recinto, desde las más comunes hasta las más exóticas. -Vaya vaya, una pareja algo joven veo entrar a mi recinto floral. Soy Haruki, le interesa algún arreglo en especial que quiera regalar a su novia?- Dirigiéndose con total gracia al chico de cabello blanco, no sin antes claro, extender su mano a la joven Kurami para invitarla a tomar asiento en una silla de madera la cual ostenta bastantes diseños florales en su respaldo.

Clon Kurami


El ambiente interior estaba impregnado de un aroma embriagador de incienso y hierbas, creando una atmósfera mística y acogedora. Los estantes exhibían una variada colección de artefactos mágicos, cristales centelleantes y amuletos intrincadamente elaborados. La dueña, una mujer sabia con cabellos plateados y ojos penetrantes, observó con curiosidad la entrada de Kurami. Su vestimenta exudaba un aire de misterio, con túnicas adornadas con símbolos y jeroglíficos antiguos.
Kurami, con su mirada aguda, se acercó a una mesa donde se exhibían talismanes y pergaminos. La dueña se aproximó con gracia y le dio la bienvenida con una sonrisa enigmática.

-Bienvenida, joven shinobi. Veo que buscas respuestas en los arcanos que tejemos aquí. ¿En qué puedo ayudarte?- La atmósfera mágica y la sabiduría que emanaba de la anciana era sin dudas algo a detallar, se lo trabajaba bastante bien. -Los amuletos tienen el poder de canalizar energías y proteger a quienes los llevan consigo. ¿Quizás buscas la guía de un espíritu animal en particular?- Entonces invitaría a la chica de cabello oscuro a mirar en una sección del local.

Kurami se encontró con una sección dedicada a amuletos y objetos místicos inspirados en animales. Los estantes estaban adornados con talismanes esculpidos con maestría, cada uno representando la esencia única de criaturas como caballos majestuosos, patos juguetones, aves en pleno vuelo y perros leales. Sin embargo, en una curiosa observación, notó una notable ausencia de amuletos que representaran gatos. Mientras exploraba la variedad de encantamientos y protecciones, Kurami se percató de que, entre los símbolos y figuras místicas que embellecían la tienda, los felinos brillaban por su ausencia.
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La emoción por comer un buen ramen y encima gratis estaba emocionando muchísimo a Yuta, quien no se había percatado en lo más mínimo de que le estaba siguiendo un clon de Melessar para acompañarla. Ella sencillamente iba a lo suyo con su habitual alegría y energía desbordante. Y no era para menos, puesto que aquel aroma delicioso había logrado cautivar a la pequeña desde el mismo momento en que entró en la aldea. Ya había reprimido mucho su instinto como para encima contenerse cuando le decían que corría a cuenta del alcalde.

Pero no había perdido del todo el foco en la misión, para eso había invocado, aunque solo en parte, a Mochi. Este estaba en su hombro y comenzó a liberar pequeñas versiones de sí mismo mientras avanzaban con el fin de reducir su tamaño de 30 cm a la mitad, dividiendo la parte restante de su cuerpo en una decena de pequeñas babosas. Aun con su tamaño, estas eran extremadamente rápidas y comenzaron a desplegarse cada una hacia una dirección, brincando y colándose por cualquier recoveco en busca de los gatos perdidos o alguna pista sobre ellos. Por suerte, todas las babosas eran el propio Mochi, compartiendo lo que veían y escuchaban en tiempo real, así que ante cualquier noticia, el limo lo sabría.

Por su parte, la pequeña entró en el local de ramen sin cortarse ni un pelo en que ella, como tal, estaba dejando la misión un poco a cargo de Mochi, una pequeña glotona irresponsable si le preguntaban a cualquiera. Y para ese entonces, Melessar ya había alcanzado al grupo y entraba junto a ella en el local. Era un peculiar grupo formado por un albino huesudo, una niña con cuernos y una babosa de 15 centímetros.

— Oh, al final también te apuntas a venir aquí Melessar, no si al final sabía que también te gustaba comer jeje — Diría.

Mientras le comentaba eso con un tono jocoso, le daría unos pequeños codazos suaves de forma picaresca, como afirmando que al final él tampoco podía reprimir sus instintos glotones y que se dejaba llevar. Ignorando completamente que era un pobre clon de agua. Pero de inmediato serían saludados por el dueño mientras se sentaban en la barra del mostrador para pedir algo, mientras este les ofrecía la carta con el menú.

— ¡Muchas gracias! — Exclamaría Yuta alegremente — Nos contrató el señor Tanaka para investigar las desapariciones de los gatos. ¿Sabe algo del tema, jefe? — Diría jefe en forma de referirse a él como chef veterano — Y a mí, póngame un Shoyu. ¿Cuál quieres Mochi? — Seguiría como si nada.

La pequeña babosa que estaba en su hombro también, viendo la carta sin problema, se pondría a revisar bien la lista.

— Para mí, el Ramen Tan Tan — Diría sin rodeos.

Al margen de una niña con cuernos entrando así y de que una babosa acababa de hablar, eran unos entusiastas clientes que estaban deseando probar la habilidad de un maestro en el ramen artesanal. Mientras los miniMochi se esparcían por los alrededores.
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Mizu Bushin

Yuta en seguida se da cuenta de la presencia de mi clon, tal vez cree que soy el real pero nada mas alejado de eso, entonces veo como el tiempo desde nuestro combate le ha echo conseguir alguna técnica interesante que otra, de repente invoca a una babosa con la que conversa alegremente a la par que esta misma se divide en pequeñas copias de si misma haciendose la original mas pequeña de lo que es, me limito a seguirla y ponerme a su par.

- Soy un clon de agua Yuta, el real ha ido a la floristería y creo que Kurami ha ido a la tienda de artilugios

Claro está que el clon no sabe que Kurami está con el original y que ella ha mandado un clon a la tienda de artilugios, dada a la premura por alcanzar a Yuta el Mizubushin no ha llegado a ver el clon de papel que ha echo la kunoichi.

Una vez llegados al restaurante Yuta y su babosa entran con alegría, ella se va a encargar del interior por lo visto, solamente espero que no se le olvide la misión ya que para degustar un buen bol de ramen tenemos todo el tiempo del mundo una vez hayamos acabado nuestro cometido.

- Yuta primero debemos de centrarnos en el cometido, luego comeremos - le susurro al oído para que no nos escuche nadie del interior.

Dicho esto el clon con una reverencia al señor Takashi sale del establecimiento en dirección a la parte de atrás del lugar con la intención de revisar los alrededores del propio restaurante y tal vez la basura de dicho local con la intención de buscar alguna pista y poder descartar este lugar de la lista a investigar.

Melessar

Mientras el clon de agua se dirige con Yuta hacia el restaurante Kurami y yo decidimos ir a la floristería, una vez la amable y gentil Ayame nos indica la dirección del establecimiento procedemos a dirigirnos al lugar.

- Muy amable Ayame, te traeré un par de lirios blancos por la ayuda - le digo con una sonrisa.

Sin tanta prisa como la enérgica Yuta voy tranquilamente paseando por las calles hacia nuestro destino, los aldeanos nos saludan con cierta simpatía aunque parece ser que mi compañera no es tan dicha a eso, una vez llegados a la plaza que nos ha indicado Ayame giro hacia donde nos ha indicado y poco tardamos en ver el letrero de la floristería en uno de los establecimientos de la calle, tan solo el aroma que desprende al acercarte a la puerta me dice que he tomado una buena decisión.

- Vaya Kurami, este sitio es increíble - le comento a la kunoichi mientras los ojos no paran de mirar asombrados todo el lugar

No son solo las flores, si no la disposición y decoración puesta con elegancia y buen gusto, las gamas de colores y tipos de flores bien ordenados, el aroma se mezcla creando un ambiente relajado y mágico, no me importaría estar aquí un buen rato, además el sonido de la fuente de agua que complementa la decoración me hace sentir como en casa, si cierro los ojos fácilmente podría imaginarme que estoy en un prado repleto de flores con el aroma mas dulce de todo el mundo.

- Ah no no, no somos novios - le comento al anciano con una risa a la par que me rasco la cabeza un poco sonrojado

Es verdad que Kurami no esta nada mal, la única pega que tiene es esa mirada que parece querer arrancarte la cabeza en todo momento, pero veo que en el fondo es una chica amable, me gustaría llegar a conocerla mas, aunque un poco difícil siendo de villas distintas y tan alejadas.

- Un placer señor Haruki - hago una pequeña reverencia - venimos de parte del señor Hiroshi por el tema de la desaparición de los gatos - echo un leve vistazo alrededor por si veo lirios blancos - ¿sabe usted si alguien ha llegado nuevo a la aldea no hace mucho? aparte de nosotros y los turistas claro


Off: El clon de agua se dirigue a investigar los alrededor del restaurante de ramen así como la posible basura que encuentre del local en busca de pistas, por otro Melessar llega con Kurami a la floristeria y le pregunta al señor Haruki sobre si ha llegado gente nueva a la aldea 

Estadísticas de Melessar

Vida y Chakra del Clon

Vida y Chakra Melessar
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Kurami
La chica caminaba a un lado de Melessar, dando pequeños vistazos al Pueblo y recibiendo uno que otro saludo amable por parte de los pueblerinos, pero a diferencia del amable Melessar, Kurami respondía con un gesto con su mano y una sutil sonrisa en su rostro, pero nadamas.

Incluso estando afuera y a varios centímetros de ahí, la floristería desprendía un bonito aroma, cosa que captó la nariz de la Kunoichi sintiéndose de alguna forma feliz al olerlo. Por dentro, se topó con un lugar hermoso y hasta elegante, las flores estaban cuidadosamente acomodadas y muy bien cuidadas creando un ambiente que relajaría a cualquiera que ingresara al lugar

- Quien lo cuida ha hecho un gran trabajo -

Pronunciaría la Kunoichi de la Roca luego de las palabras del chico de Kirigakure antes de caminar un poco por los pasillos para dirigirse al mostrador, pero antes de eso, un hombre de cabellera blanca y de igual forma, un bonito aroma floral, los interceptó, ofreciendo ayuda a Melessar para buscar un bonito arreglo floral para su “novia” ósea, Kurami. Rápidamente, el albino negaría tener alguna relación de ese tipo con la Origami cosa que ella confirmaría moviendo su cabeza sutilmente de arriba abajo, claro, con un ligero sonrojo en sus mejillas

- Solo somos compañeros de misión jeje… -

Nuevamente, la Origami usaría su mano y su sutil sonrisa para hacer un gesto hacia el hombre e indicarle que, de momento, no necesitaba el asiento que se le ofrecía, pero de igual forma estaba agradecida por la enorme amabilidad del anciano. Melessar informaría sobre la razón de la presencia de los Shinobis en su recinto floral antes de comenzar con su “Interrogatorio”. Kurami por su parte, esperaría al igual que Melessar, las respuestas de Haruki pues mucho no podía hacer ya

Origami Bunshin
El clon hecho completamente de pequeños trozos cuadrados de papel llegaría a un lugar en el que el aroma a incienso y hierbas impregnaban el lugar asemejándose mucho a los lugares en donde según se practica la hechicera dentro de Iwagakure. Lugares muy frecuentados por la Origami en busca de información sobre la secta del País de las Aguas Termales.

El clon de la chica sería recibido por una mujer de cabellera blanca vestida con una gran túnica con símbolos raros dibujados en ella, las miradas penetrantes de las dos mujeres chocaron antes de que si quiera pronunciaran palabra alguna. El clon de Kurami escucharía atentamente a la anciana antes de girar su cabeza hacia la zona señalada, una zona llena de talismanes protectores dedicados a los animales, como bien dijo la anciana, talismanes que tenían a un animal como Guardián protector. Pero la principal particularidad es que, habiendo todo tipo de animales, por alguna razón, los gatos se encontraban ausentes, tal cual como en el pueblo. El clon de Kurami se giraría nuevamente para mirar a la anciana y poder realizar sus preguntas

- En realidad no buscaba comprar nada, pero me podría llevar algo si me ayudas con unas preguntas. Vengo por parte de Hiroshi Tanaka, nos encomendó la misión de descubrir el porqué de la desaparición repentina de los gatos en todo el pueblo y por lo que veo, el misterio se extiende hasta esta tienda, pues no tiene talismanes sobre los gatos. ¿Usted sabe algo sobre esta extraña situación? -

Normalmente, la Origami siempre era acompañada en todas sus misiones y esta no era le excepción, pero en la situación actual, su original estaba junto a Melessar mientras el clon se encontraba solo y Kurami no era muy buena mostrando amabilidad así que trató de sonar lo más amable y decidida posible en sus preguntas para conseguir la ayuda de la mujer anciana de la Sala de Artilugios
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Shiga Yuta y Clon Melessar

-¡Ahhhh, mi viejo amigo! Entonces el problema con los gatos pasó a mayores, veo...- respondió el chef maestro con entusiasmo ante las palabras de la pequeña shinobi. -Si fue Tanaka quien les dijo que viniesen aquí, pues obviamente los platos les salen gratis, muchachos, y más si les harán un favor al pueblo.- Aceptó la orden dada por Yuta y la babosa, anunciando a sus ayudantes -¡Dos ramen, uno shoyu y otro tan tan!- Giró para para preguntar al chico peliblanco y al no notar que estaba ahi, preguntó -¿Y su amigo no va a querer?- mostrándose extrañado. -Verás, la cuestión de los gatos nunca me preocupó por...- 

Sin previo aviso, se escucharon unos gritos a pocos metros de donde estaban hablando Yuta y Takashi. Una pareja joven saltó de sus asientos mientras las babosas curiosas se acercaban a la mesa donde disfrutaban de su comida. La presencia inesperada de una de las babosas cerca de sus platos hizo que la pareja saltara de sus asientos con expresiones de sorpresa y alarma. -¡Ahhh! ¡Qué asco!- gritaba la chica, mientras algunos fideos de ramen volaban por los aires en su intento de apartar a la pequeña intrusa. La escena provocó risas y miradas curiosas de los demás clientes, quienes, aunque inicialmente desconcertados, no pudieron evitar contagiarse del inusual espectáculo. Al percatarse de que varias babosas se encontraban en los alrededores, los comensales mayores comenzaron a señalar y a apuntar. -¡Eh Takashi, alla hay mas mira!- , -¡Y alla!- , -¡Ahi hay dos!-

El viejo Takashi, algo furioso, se dirigió hacia Yuta. -¿Son tuyas? ¿Podrías hacer algo? Es más... pediría por favor que salgan de la tienda hasta resolver esto.-

Mientras tanto, el clon de Melessar, decidido a explorar las áreas menos frecuentadas del puesto de ramen en busca de pistas sobre la desaparición de los gatos, se dirigió hacia la parte trasera del restaurante. Encontró una zona donde se acumulaban los residuos y contenedores de basura, esperando hallar algún indicio que pudiera guiarlos en su misión. Exploró con atención, husmeando entre los desechos y examinando cada rincón en busca de pistas. Sin embargo, la búsqueda resultó infructuosa. No encontró nada relevante que pudiera explicar el misterioso paradero de los gatos. La parte trasera del restaurante parecía estar libre de cualquier conexión directa con el enigma que los shinobis intentaban resolver. Mientras exploraba, escuchó el gran ajetreo dentro del local, alertando a los clientes y al personal de cocina.

Melessar y Kurami

En el acogedor establecimiento de Flores y Especias, Melessar y Kurami fueron recibidos por el señor Haruki, un hombre de apariencia amigable cuya curiosidad se despertó al notar las ropas y bandanas características de los shinobis. -Oh, no son pareja, entonces les ofrezco mis disculpas- hizo un gesto de disculpa ante la suposición incorrecta. Luego, con un tono de compañerismo, añadió: -Ah si, definitivamente las ropas y esas bandanas daban alguna que otra pista. Una misión, ¿en qué les puedo ser útil entonces?- Haruki se mostraba intrigado, y su atención se enfocó rápidamente en Melessar mientras este explicaba la situación. Aunque desconocía el paradero de los gatos, estaba dispuesto a compartir cualquier información relevante sobre la presencia de gente nueva en el pueblo. Momentáneamente, dio la espalda a los shinobis para buscar entre las estanterías varias especias y plantas, seleccionando cada una con cuidado y colocándolas sobre el mostrador.

-Pues verán, hace un par de semanas, o incluso un poco más, que unos chicos me han estado comprando bastante este tipo de mercancía- comentó mientras abría los frascos de especias, permitiendo que los aromas llenaran el ambiente, asi como tambien alguna que otra planta. -Y a ver... sí, para cualquiera podría ser algo normal, ¿no? Pero, aquí entre nosotros, si alguien con bastante conocimiento sobre plantas usa estos ingredientes en particular, podría pues... ya saben, volar alto, digamos, ver cosa que no hay… ya saben-

Haruki cerró los frascos con un gesto significativo. -Espero que les sea de ayuda. Lamento no poder darles algo más preciso. Si necesitan algo más, estaré encantado de ayudarles en lo que pueda. ¡Buena suerte con su misión, compañeros shinobis!- Se esmeraba de mas incluso.

Clon Kurami


Isabella, la anciana con una túnica adornada con grabados simbólicos, la recibió con ojos sabios que parecían leer más allá de la superficie. -Veo que tu presencia aquí no es casualidad-, murmuraba, sus palabras resonando con una cadencia ancestral, como si fueran parte de un antiguo rito. La kunoichi sintió que cada sílaba estaba impregnada de significados ocultos, como si la anciana hablara un lenguaje que trascendía lo mundano.

La anciana señaló con delicadeza hacia la sección de los gatos. -Los gatos, seres de la noche, han sido tocados por la sombra de lo desconocido-, continuó Isabella, guiando la atención de Kurami con un gesto. -Inquisidores, buscadores de misterios, vinieron aquí en busca de la esencia de los felinos-.

El lugar resonaba con la quietud de lo inexplicable, y la anciana inclinó ligeramente la cabeza como si estuviera conectada a fuerzas más allá de la comprensión común. En ese momento, las velas parecían bailar con una danza espectral, y el aroma de incienso se intensificó, creando un ambiente aún más enigmático. -Ahora, te brindo la clave para descifrar los secretos que yacen entre las sombras-, proclamó Isabella en un tono que vibraba con una solemnidad ancestral. -Busca la esencia de la noche, allí encontrarás la verdad que buscas-
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Yuta estaba muy emocionada por el ramen y estaba hambrienta, pero como si por la mano de un ser diabólico fuera orquestada una tragedia, no sería la única con mucha hambre de ramen. Puesto que Mochi también la tenía y todas sus pequeñas partes que se dividieron entraron por instinto a buscar el ramen que aguardaba en el interior del local. Las pequeñas babosas irrumpieron en el lugar en busca del ramen que habían visualizado en el menú y olido por el local, puesto que todas eran el mismo ser y compartían pensamientos y se dejaron llevar por el instinto de Mochi de comer.

El dueño del local puso el grito en el cielo por ello y llamó la atención de la pequeña Yuta cuando unos clientes se alarmaron por las babosas, lo cual asustó un poco a la pequeña mientras Melessar se había ido a investigar. Entonces, la pequeña Yuta silbó, haciendo que todos los Mochi volvieran de un brinco a su hombro fusionándose con el original y recuperando su tamaño original.

— ¡Disculpe mucho, jefe! — Diría Yuta, inclinando su cabeza.

— ¡Sí, discúlpeme señor, no quería importunar a sus clientes de verdad! — Diría Mochi.

Ambos se disculparon inclinándose frente al hombre dueño del negocio y luego girándose hacia los clientes a los que habían importunado, también inclinándose para disculparse.

— Lo siento mucho, señores, es mi compañero ninja, está ayudándome en la investigación de los gatos desaparecidos — Diría en voz alta ahora para que cualquier cliente pudiera escucharla.

— De hecho, jefe, estaba por decir algo sobre el asunto, si me hiciera el favor de contármelo para poder ir de inmediato a investigar se lo agradecería — Haría una pausa dirigiéndose hacia todos los clientes De hecho, si cualquiera de ustedes sabe algo del asunto, me sería de mucha utilidad — Concluiría.

Era evidente que aquel incidente de Mochi había sido una tragedia, algo inoportuno, y una tragedia una vez más por no dejar comer ahora a Yuta. Pero había logrado captar la atención de los clientes, con lo cual era más fácil que les preguntara. Tras escuchar las respuestas de todos, Yuta optaría por salir del local para empezar a trabajar.

— Mochi, debes controlarte más, hombre — Diría Yuta.

— Lo sé, es que el ramen olía muy bien — Respondería él.

— Bueno, nos centramos en la investigación con lo que nos han dicho, vamos a dispersarnos — Le propondría.

— ¡Voy! — Anunciaría.

Ahora en el exterior, y recalcó el exterior, Mochi se dividiría en 10 babosas de forma uniforme, esta vez. Quedando una en el hombro de Yuta y las otras 9 dispersándose a toda prisa por la aldea en busca de los gatos.
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Última modificación: 23-01-2024, 10:00 AM por Melessar.
Mizu Bushin

Mientras Yuta se encarga de buscar información dentro del restaurante o eso creo empiezo a investigar los alrededores en busca de alguna pista, si hay gatos callejeros lo más común es verle merodeando la basura de los negocios de comida en busca de esta, pero al llegar al sitio de los desechos me extraño al no encontrar ningún gato intentando buscar algo que llevarse la boca, extraño sin duda.

- Aquí no parece haber nada

Tras arremangarme la ropa y empezar a buscar por la basura del local a la par que voy conteniendo la respiración debido al hedor no encuentro nada que me indique señal alguna de un gato o incluso de que los usen para servir comida, suspiro aliviado al no encontrarme restos de huesos de ningún felino entre la basura, ahora al menos se que si Yuta esta perdiendo el tiempo comiendo ramen la carne que le servirán es auténtica.

De repente unos ruidos del interior me alertan, corriendo me desplazo hacia la puerta del restaurante cuando veo a Yuta con su babosa dividiéndose nuevamente, tal vez ha encontrado alguna pista y está mandando a aquel ser a buscar.

- ¿Qué ha pasado dentro Yuta? he escuchado gritos - la miro un poco extrañado - en la basura del local no he encontrado nada ¿y tu?


Melessar

Tras soltar una pequeña risa interna al ver a Kurami sonrojada por la mención de que seamos pareja el anciano le pide perdón y tras mi pregunta empieza a buscar en diversos tarros que al abrirlos cada uno desprende un aroma diferente y peculiar añadiéndose a la mezcla de olores del ambiente haciéndolo aun más mágico, tras mirar varios botes nos suelta una pista o mas bien un sitio por donde empezar a tirar del hilo.

- ¿Y puede indicarme como se llaman o por donde suelen moverse? - me acerco al señor Haruki - si no le importa prestaros una muestra, se la traeré en cuanto acabemos

No tengo mucha idea de plantas o hierbas que causen el efecto que describe el mismo Haruki pero si se tratan de adolescentes experimentando con ese tipo de cosas primero tendremos que comunicarlo a sus familias y segundo saber si bajo efectos de esas drogas han echo algo con los gatos como un mero juego o quien sabe, la gente en ese estado es capaz de hacer cualquier tipo de cosas, solamente espero por el bien de esos chavales que los animales se encuentren en perfecto estado, no me gustaría tener que ponerme serio con estos temas.

De mientras miro por los alrededores en busca de algún lirio blanco tal y como me dijo Ayame que eran sus favoritos, pero entre tantas flores y especias llenando la tienda no diviso ninguna, tal vez no me he fijado demasiado.

- Por cierto señor Haruki ¿tiene lirios blancos? me gustaría llevarme uno si lo tuviera - le comento con una gran sonrisa

Por el momento teníamos la pista de ese grupo de muchachos que le están comprando al señor Haruki esa mercancía tan peculiar, tal vez podríamos Kurami y yo ir al restaurante de ramen en busca de Yuta por si acaso ha conseguido una pista que nos lleve al mismo grupo o quien sabe, pero si vamos juntos la posibilidad de encontrar a los muchachos será mucho mas alta, tan solo necesito saber sus nombres y por donde se mueven, los cuales sigo esperando mientras veo al anciano está buscando algo, tal vez mientras piensa en los chavales está buscando el lirio blanco que le he pedido.

- Tal vez debamos ir al restaurante de ramen y juntarnos con Yuta, nos será de ayuda para buscar a esos niños - miro a Kurami con una sonrisa - a lo mejor ha averiguado algo, solamente espero que no se haya puesto a comer fideos


Off: Como sigamos mas tiempo en esa tienda vamos a ver dragones también los dos jajaja

Estadísticas de Melessar

Vida y Chakra Mizu Bushin

Vida y Chakra Melessar
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Kurami
El hombre anciano de la floristería cooperó de buena gana con los Shinobis ahí presentes hablando sobre varios chicos que llegaban al establecimiento para adquirir cierta mercancía extraña, un frasco lleno de especias el cual desprendió un aroma a hierbas, pero con un efecto extraño, Kurami se sentía rara pero aún estaba al cien con sus capacidades la chica sólo se limitó a mirar de forma severa al hombre y al frasco mientras usaba sus dedos para “cerrar” nariz

(¿Esos chicos estarán relacionados con la desaparición de los gatos?)

Luego el señor Haruki confirmó las sospechas de la Origami, el frasco contenía sustancias alucinógenas y sumado a la información que ya poseían, Kurami llegó a la conclusión de que se trataba de una especie de juego entre los adolescentes, pero aún tenía que cerciorarse de ello y para eso estaban su clon de papel y su compañera de aldea. El chico de Kirigakure solicitó a Haruki una muestra y prometió devolverla una vez dieran por finalizado su investigación y no sólo eso, también pidió al hombre lirios blancos para su ligue y algo de información adicional sobre los chicos.

Justo en ese momento, un montón de información cayó en la mente de Kurami mientras sentía que de alguna forma su chakra se incrementaba, su clon de papel al parecer había terminado su investigación

- “Inquisidores, buscadores de misterios, vinieron aquí en busca de la esencia de los felinos”. “Busca la esencia de la noche, allí encontrarás la verdad que buscas”. Eso le dijo la anciana de la Sala de Artilugios a mi clon de papel, la esencia de la noche, ¿Tendrá que ver con el contenido del frasco? -

Dijo Kurami a Melessar mientras aún esperaban los lirios solicitados por el chico

Origami Bunshin
El clon de papel de Kurami escuchó con atención las palabras de la mujer anciana mientras sentía en su cuerpo como el ambiente cambiaba y el olor a incienso se intensificaba. Luego de recibir la información, el clon de la Origami rebuscó un poco en uno de sus bolsillos y acercó su mano hasta el mostrador dejando una pequeña cantidad de Ryos

- Creo que eso es vital, gracias por la ayuda, Señora -

Kurami clon se daría la vuelta y saldría del establecimiento, no sin antes hacer un último gesto con su mano de despedida a la mujer, ya fuera, el clon cerraría sus ojos y de la nada, los papeles se elevarían un poco antes de caer al suelo dejando una pequeña cantidad de hojas de papel justo delante de la puerta de la Sala de Artilugios
Pasivas
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Shiya Yuta y Clon Melessar


En el establecimiento del chef Takashi, aún se podía apreciar cómo algunos comensales, que hasta hace pocos minutos estaban disfrutando tranquilamente de su almuerzo, ahora se les notaba algo alertados y quizás un poco agitados por la situación que habían vivido con las pequeñas babosas que la joven Onikuma había invocado con el fin de que le ayudaran a encontrar pistas sobre la desaparición de aquellos gatos. Sin embargo, al igual que el clon de Melessar, no habían encontrado nada útil más allá de restos de huesos de otros animales que, por su apariencia, parecían ser bastante más grandes que los de un felino pequeño.

La pequeña, al percatarse de las consecuencias de sus acciones y tras recibir una leve reprimenda por parte del chef, logró que las diminutas babosas regresaran a su tamaño original y se fusionaran de nuevo. Tal vez esperaba que con este gesto la pareja y los ancianos presentes se tranquilizaran un poco. Comenzó a disculparse con todos, al igual que Mochi. Algunos mostraron más interés en las disculpas de la niña que otros; la pareja, por su parte, intentaba en cierta medida remediar el desastre causado al hacer volar los platos de esa manera. Sin embargo, rápidamente uno de los ayudantes del señor Takashi se acercó para ayudarles en la limpieza.

-¡Pero qué importan unos simples gatos!- expresaba el chico con un tono de furia, mientras caminaba junto a la joven que se había asustado momentos antes.

-Si eso, pequeña, lo que te iba a comentar es que aquí esos gatos no importan. De hecho, hasta les impedía entrar al local, ya sabes, los pelos y esas cosas.- Al parecer, los ánimos se estaban calmando luego del gran alboroto de hace unos minutos, y se notaba que el chef ya le hablaba en un tono más jovial, a diferencia del tono elevado que había usado antes. -No te preocupes por tu plato, lo tendré listo cuando resuelvas la misión, y el tuyo también, pero no te dividas, ¿vale?- señalaba con el dedo a Mochi antes de que ambos se marcharan. -'¡Vale, vale, no ha pasado nada, todos a comer!-. Gritaba Takashi a los comensales que estaban allí.

Yuta, por otra parte, logró notar que el chico que le había respondido sobre los gatos llevaba un pequeño colgante en su cuello. Si se le ocurría preguntarle a Mochi, este habría observado con bastante claridad el colgante, ya que varias de las pequeñas babosas estaban cerca de ellos. De hecho, el colgante que llevaba puesto tenía la forma de una pequeña planta de la pata de un gato, elaborada en alguna piedra preciosa. Esta se caracterizaba por su color verde, quizás jade o malaquita, aunque resultaba difícil precisar con certeza.

Kurami y Melessar


Por otro lado, en la floristería donde Kurami sospechaba que el frasco que les mostraba el anciano Haruki contenía sustancias ilegales, la situación estaba considerablemente más calmada y serena. Esto podría deberse al ambiente tranquilo y sosegado que se respiraba y que incluso se podía sentir en la piel de los dos jóvenes shinobis. La elegancia y gracia de la tienda eran, sin duda, dignas de admiración. El cuidado que el dueño dedicaba a cada rincón, a cada detalle entre esas paredes, indicaba la pasión que sentía por su trabajo.

-Oh, no, no, me permito denegar esa solicitud, mi apreciado. Entenderá que no puedo fabricar ese tipo de sustancias, y mucho menos comerciar con ellas. Solo les indiqué los productos que esos chicos suelen comprar y posiblemente para qué los usan-, le comentaba al chico de cabellos plateados. Este le había pedido un poco de la muestra, ya sea para examinarla o con la promesa de devolverla al final de la misión. Quizás no quería probarla y solo la necesitaba para fines puramente científicos, pero era algo a lo que el maestro Haruki no podía arriesgarse.

-Los chicos esos, tengo entendido que no viven aquí en la aldea, sino en las afueras, en una cabaña algo alejada-, cerraba los frascos y volvía a colocar todo en la posición de la cual los había agarrado anteriormente.

-Ah, entonces si gusta regalar flores a la joven aquí sentada-, respondía con cierta alegría en su rostro, incluso parecía dar algún que otro saltito rítmico, como si tuviese alguna melodía sonando en su cabeza. Se acercaba a uno de los tantos estantes con decenas de varios tipos de flores de cientos de colores. Cada una de ellas reflejaba la belleza de la misma naturaleza allá afuera, una belleza que se podía apreciar también en todos los alrededores de este destacado poblado bastante cuidado. Quizás el seguir alejado de las grandes ciudades y el no volverse uno más de ellas era lo que le permitía mantener esta aura mística que reflejaba cierta conexión con la naturaleza misma.

-Si aquí las tengo, observe.- Tomaba con gran cuidado una enorme cesta que tenía dentro la flor que el Kaguya estaba pidiendo, aunque había varios colores. De inmediato, ambos shinobis notaban con su olfato cómo, al agitar estas flores, el aroma de las mismas volvía a inundar el aire a su alrededor. -Aquí los tiene, ¿deseará saber que los lirios que busca...- Entonces, sacaba una que otra flor del color que Melessar pedía. -...invocan la belleza y la pureza reflejada en la mujer.- Las levantaba para mostrarlas. -Y en el hombre, claro.- Comenzaba a juntar varias de ellas. -Le podría tener un arreglo listo en unas pocas horas, ¿le parece?-


Mientras tanto, en otra de las tantas tiendas de la aldea, una chica de cabello oscuro se despedía de una anciana. Al salir del lugar, dejaba notar que su cuerpo estaba compuesto por una gran cantidad de papeles, los cuales se mecían por todo el lugar, dejándose llevar por el viento, mientras uno que otro simplemente caía al suelo. La chica sin embargo, habia desaparecido. Minutos despues, una pequeña babosa dejaba su rastro sobre uno de estos papelitos.


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La gente del local no se mostró muy agradable, aun con las disculpas de la muchacha y de la babosa. Pero el dueño sí se veía un poco más calmado cuando las babosas fueron recogidas todas de golpe y porrazo sin mayor problema, dado que eran inteligentes y no una simple plaga problemática. Aunque le prohibió a la chica que dejara que se volviera a dividir en su local aquel ser.

No obstante, Yuta estaba un poco sorprendida y molesta con la gente del local, que parecían indicar que no les importaban en lo más mínimo los gatitos o su destino, eso era algo un poco cruel. La jovencita había cuidado y jugado con muchos gatos de las calles de Iwa durante su infancia. Son seres vivos que necesitan atención y algún mimo como todo el mundo. Y dado que el alcalde del lugar estaba tan preocupado por el asunto como para contratar a unos shinobi para investigarlo, era un poco extraño que la gente estuviera tan desapegada del asunto.

Pero antes de irse, Yuta notaría un peculiar colgante en forma de cascabel con una pata de gato en el cuello de uno de los chicos que dio poca importancia a los gatos y su paradero. Era algo extraño que, no importándole los gatos, tuviera un colgante que recordaba a los mismos. Entonces Yuta no dudó mientras salía del local cerrando la puerta pero dejando la misma entreabierta.

— Mochi, podrias ir en un tamaño pequeño a seguir a ese chico con el cascabel, quiero saber dónde vive o qué hace — Le susurraría Yuta.

— Sí, también lo vi sospechoso — Respondería la babosa.

Mochi dejaría ir una parte de sí mismo del tamaño de un centímetro, pero que se movía a una velocidad endiabladamente rápida, que se colaría por el local sin ser visto dada su gran velocidad y el reducido tamaño, aparte de que ahora se esforzaba en no ser visto, no como antes. Para engancharse a las ropas de aquel joven con el colgante de cascabel sospechoso, y poder seguirle a dondequiera que vaya, así como escuchar todo lo que tenga que decir. Nada escapaba de la red de información babosil.

Por otro lado, Yuta pensó que era el momento de reunirse con los demás del grupo, porque ya sabía que el Melessar que estaba con él era un clon, así que era mejor poner en común la información.

Mochi, guíanos hacia donde puedan estar los demás, por favor — Le pediría con educación.

La babosa, que ya había desplegado antes unas cuantas versiones de sí mismo peinando el terreno dentro del pueblo, sabía dónde andaban los otros compañeros de Yuta. Así que simplemente guiaría a la pequeña hasta donde estaban Melessar y Kurami, hablando con alguien del pueblo también.

Resumen: Yuta manda una babosa a espiar al del cascabel y va a reunirse con Melessar y Kurami.
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Mizubushin

Al parecer Yuta tenía una pista o más bien un sospechoso, observo como un diminuto clon o lo que sea de la babosa se introduce en el restaurante para seguir a aquel chico del que sospecha, al parecer Mochi le ha dicho algo de que porta un colgante con símbolos relacionados con dichos felinos.

- Espera Yuta, no sabemos si se han movido de la floristería y sería perder el tiempo buscándonos unos a otros, desapareceré para comunicarle al original y Kurami que vengan para acá - de repente el mismo clon desaparece dejando un charco de agua al lado de la Onikuma.

Melessar

Las palabras de Kurami arrojan cierta luz y también mas dudas sobre el tema de los gatos, inquisidores, buscadores de misterios, esencia de los felinos... todo suena a fantasía y delirios, algo que puede ser provocado por los efectos de tal producto que el señor Haruki nos ha mencionado, producto que unos niños supuestamente poseen y tal vez consumen y producto de los delirios provocado por ello a lo mejor se creen lo que no son, inquisidores, algo lamentable y espero por el bien de esos niños que los gatos estén bien.

Tal y como esperaba el señor Haruki se niega a darnos la muestra de dicho producto ya que tendría que elaborarla y además insiste en que es imprudente hacerlo y mucho menos venderla, tal vez ha creído que iba a comprarle el producto pero simplemente quería una muestra para luego devolvérsela, no tengo ni la mas mínima intención de pagar por algo así ni mucho menos conservarla.

- Entiendo que no pueda elaborar dicha sustancia ¿podría al menos decirnos el nombre que recibe esa sustancia de la que nos ha hablado? tal vez tenga que ver con esa esencia de la noche - miro sonriendo al señor Haruki ya que está siendo muy amable por nosotros

De repente noto que el Mizubushin ha desaparecido y una cantidad de información empieza a circular por mi mente, asimilándola toda, con una pequeña risa al saber del incidente de Yuta en el restaurante miro a Kurami para notificarle la nueva información y que debemos de ir cuanto antes al restaurante para juntarnos con Yuta, cuando de repente la insinuación de Haruki me hace sonrojar un poco y desviarme del asunto.

- No, no es para la señorita Kurami concretamente - la miro sonriendo - aunque si ella lo desea no me importaría comprarle alguna flor

El señor Haruki aunque atento a nuestras palabras comienza a buscar en los estantes en busca de dichas flores mientras comenta las propiedades y significados de dicha flor, el lirio blanco, la flor favorita de Ayame la recepcionista del señor Tanaka, por lo visto tiene un buen gusto eligiendo flores y su significado va muy de acorde con ella ya que es una mujer bastante atractiva.

- Se lo agradezco enormemente señor Haruki, aunque los lirios blancos son para la señorita Ayame a la cual creo que conocerá, simplemente quiero tener un detalle bonito por ayudarnos y ser tan amable con nosotros - me sonrojo un poco - aunque es cierto que es una señorita adecuada para el significado de esta flor, si no le importa pasaré cuando terminemos el encargo, por el dinero no es problema

Miro a Kurami la cual expectante por la información que le iba a decir e interrumpida momentáneamente por mi encargo de los lirios no deja de quitarme el ojo con esa mirada tan peculiar suya, con una sonrisa la invito a salir del establecimiento, haciendo que de estar en un sitio donde el tiempo parece haberse detenido y de aquel ambiente tan mágico a nuevamente a la realidad de las calles de Ramenura.

- Yuta tiene una pista o mas bien un sospechoso, algo sobre un muchacho con un colgante de pata de gato o algo así, mi clon le ha dicho que nos espere en el restaurante para reunirnos, supongo que algo tendrá que ver con lo que has averiguado en la tienda de artilugios - le comento mientras vamos con cierta rapidez hacia la puerta del restaurante donde supuestamente tiene que estar Yuta esperándonos tal y como le ha dicho mi clon de agua.
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- Vamos Señor… usted mismo dijo que esa mercancía se la ha estado vendiendo a los adolescentes que mencionó, pero a nosotros que somos Ninjas capacitados y que venimos a investigar la desaparición de los gatos, ¿No puede darnos o si quiera vendernos una muestra? -

Las palabras de Kurami eran frías y su mirada era penetrante hacia el Señor Haruki y no era porqué la chica estuviera molesta si no porqué sinceramente no entendía por qué a ellos no se les podía dar una muestra, pero a unos vagos de por ahí, sí. La Kunoichi de Iwagakure miraba como el anciano tomaba los lirios blancos solicitados por Melessar y hacia una insinuación de que talvez eran para ella cosa que el albino negó, pero ofreció comprar una flor si la chica quería una, Kurami solo le daría una sonrisa a Melessar mientras usaba su mano para indicarle que de momento no necesitaba una.

Igual que con Kurami, el clon del chico de Kirigakure se había esfumado, entregando toda la información recopilada a su contraparte original, al parecer, su compañera de Iwagakure tenía cierta pista e información que podría servir para resolver el misterio de la desaparición de los gatos indicándole también que se quedara en ese lugar para que pudieran reunirse todos y juntar las pistas, la de Iwagakure asintió con la cabeza mientras se giraba para dirigirse a la puerta de la floristería, un lugar que le había gustado demasiado y que talvez podría visitar algún día lejano.

Finalmente, ambos ninjas comenzaron a correr rápidamente por las calles del pueblo para reunirse con Yuta en el restaurante de Ramen al que había ido la pequeña Onikuma. Los tres ninjas estaban cada vez más cerca de culminar la misión y descubrir el misterio y eso a la chica le llenaba de satisfacción, la satisfacción de saber que nuevamente todo le salió bien y no fracasó en el intento
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