Yuta habia amanecido un nuevo día en Iwagakure, no hacia mucho tiempo que habia sido nombrada genin y era algo dificil encontrar en esta epoca misiones y mucho menos que le asignaran una, y lo cierto es que no era tampoco la más habilidosa y talentosa de los genin. Sin embargo, como muchos otros genins, Yuta todavía no tenía misiones asignadas de manera regular y estaba buscando formas de ganar algo de dinero para ayudar a su familia.
Un día, mientras paseaba por el centro de la aldea acudió al edificio administrativo donde se reunian los ninja, Yuta se encontró con el tablón de anuncios de misiones. Allí, entre todas las solicitudes, estaba una que llamó su atención. Un mercador de la aldea de Iwagakure estaba buscando a un shinobi para escoltarlo hasta el país del Fugo, llevando una carga valiosa de setas y hongos, en especial trufas, el ingrediente más valioso.
Sin pensarlo dos veces, Yuta tomó la misión del tablón y se dirigió al punto de encuentro acordado con el mercador, quien la estaba esperando junto a un carruaje cargado de cajas repletas de trufas. El hombre, llamado Takeshi, era un comerciante experimentado y reconocido en la aldea de Iwagakure. Mientras viajaban por el camino que los llevaría al país del Fugo, Yuta y Takeshi conversaban sobre el mundo de los comerciantes y los peligros que solían enfrentar en sus viajes. Yuta estaba fascinada por todas las historias que el mercador le contaba y no pudo evitar preguntarle sobre los bandidos, de los cuales había oído hablar tanto.
Takeshi le explicó que los bandidos solían asaltar a los comerciantes en busca de mercancías valiosas para vender en el mercado negro. Sin embargo, Takeshi tenía confianza en la habilidad de Yuta para proteger la carga, ya que había oído hablar de su destreza en las artes ninja a pesar de ser tan joven, lo cual sorprendió a Yuta que no consideraba que tuviera fama. Pasó algún tiempo y el carruaje seguía sin ser atacado. Yuta comenzaba a relajarse, pensando que tal vez los bandidos habían escuchado sobre su reputación y habían decidido no desafiarla. Pero de repente, todo cambió cuando una banda de bandidos salió de entre los árboles y bloqueó el camino.
Ante la amenaza de los bandidos, Yuta se mantuvo firme y preparada para enfrentarlos. Sacó sus armas ninja, una kanabo y unas shurikens, y se preparó para el combate. A pesar de que eran superiores en número, Yuta confiaba en sus habilidades y no tenía miedo de enfrentarlos. Los bandidos, sorprendidos por la valentía de Yuta, intentaron intimidarla. Sin embargo, la joven shinobi no se dejó amedrentar y se lanzó contra ellos con una fuerza y velocidad impresionante. Con movimientos fluidos y precisos, logró desarmar a varios bandidos y ahuyentar a los demás con sus shurikens.
El mercador Takeshi estaba asombrado por la destreza de Yuta y le agradeció por proteger su valiosa mercancía. Yuta sonrió y le dijo que era su deber como shinobi ayudar y proteger a quienes lo necesitaban. Finalmente, luego de superar el ataque de los bandidos, Yuta y Takeshi continuaron su viaje hacia el país del Fugo. Durante el resto del camino, Takeshi no dejaba de alabar las habilidades de Yuta y prometió recompensarla generosamente una vez que llegaran a su destino.
Cuando finalmente llegaron al país del Fugo, Yuta se despidió de Takeshi y se dirigió a su aldea con el dinero que había ganado. Aunque estaba feliz por haber cumplido exitosamente su misión y haber ganado dinero para su familia, también se sentía orgullosa de sí misma por haber demostrado que a pesar de ser joven, podía enfrentar peligros y proteger a otros.
La pequeña oni se preguntaba si al volver a la aldea volvería a toparse con aquellos bandidos. Tan solo había ahuyentado a los mismos así que era posible que no hubieran aprendido la lección y siguieran asaltando a comerciantes por otros caminos cercanos de la zona. En su mente tenia la idea de que tal vez había que hacer algo con ellos, era posible que tuviera que reportar el incidente a las autoridades de la aldea. Al fin y al cabo era bastante peligroso que hubiera bandidos sueltos por las montañas en la frontera. Pero en su momento Yuta no pudo lidiar con ellos y proseguir su misión de escoltar a Takeshi, así que lo optimo fue dejarlos escapar para que pudiera estar el mercader a salvo.
La chica logro volver a la roca sin ningún tipo de incidente, es posible que incluso si alguno de los bandidos la vio mientras volvían no quisiera volver a jugársela contra ella en esos momentos. Así que fue un viaje tranquilo y al volver solo tuvo que reportar lo sucedido en la misión y alertar de los bandidos que habia en la frontera.
Un día, mientras paseaba por el centro de la aldea acudió al edificio administrativo donde se reunian los ninja, Yuta se encontró con el tablón de anuncios de misiones. Allí, entre todas las solicitudes, estaba una que llamó su atención. Un mercador de la aldea de Iwagakure estaba buscando a un shinobi para escoltarlo hasta el país del Fugo, llevando una carga valiosa de setas y hongos, en especial trufas, el ingrediente más valioso.
Sin pensarlo dos veces, Yuta tomó la misión del tablón y se dirigió al punto de encuentro acordado con el mercador, quien la estaba esperando junto a un carruaje cargado de cajas repletas de trufas. El hombre, llamado Takeshi, era un comerciante experimentado y reconocido en la aldea de Iwagakure. Mientras viajaban por el camino que los llevaría al país del Fugo, Yuta y Takeshi conversaban sobre el mundo de los comerciantes y los peligros que solían enfrentar en sus viajes. Yuta estaba fascinada por todas las historias que el mercador le contaba y no pudo evitar preguntarle sobre los bandidos, de los cuales había oído hablar tanto.
Takeshi le explicó que los bandidos solían asaltar a los comerciantes en busca de mercancías valiosas para vender en el mercado negro. Sin embargo, Takeshi tenía confianza en la habilidad de Yuta para proteger la carga, ya que había oído hablar de su destreza en las artes ninja a pesar de ser tan joven, lo cual sorprendió a Yuta que no consideraba que tuviera fama. Pasó algún tiempo y el carruaje seguía sin ser atacado. Yuta comenzaba a relajarse, pensando que tal vez los bandidos habían escuchado sobre su reputación y habían decidido no desafiarla. Pero de repente, todo cambió cuando una banda de bandidos salió de entre los árboles y bloqueó el camino.
Ante la amenaza de los bandidos, Yuta se mantuvo firme y preparada para enfrentarlos. Sacó sus armas ninja, una kanabo y unas shurikens, y se preparó para el combate. A pesar de que eran superiores en número, Yuta confiaba en sus habilidades y no tenía miedo de enfrentarlos. Los bandidos, sorprendidos por la valentía de Yuta, intentaron intimidarla. Sin embargo, la joven shinobi no se dejó amedrentar y se lanzó contra ellos con una fuerza y velocidad impresionante. Con movimientos fluidos y precisos, logró desarmar a varios bandidos y ahuyentar a los demás con sus shurikens.
El mercador Takeshi estaba asombrado por la destreza de Yuta y le agradeció por proteger su valiosa mercancía. Yuta sonrió y le dijo que era su deber como shinobi ayudar y proteger a quienes lo necesitaban. Finalmente, luego de superar el ataque de los bandidos, Yuta y Takeshi continuaron su viaje hacia el país del Fugo. Durante el resto del camino, Takeshi no dejaba de alabar las habilidades de Yuta y prometió recompensarla generosamente una vez que llegaran a su destino.
Cuando finalmente llegaron al país del Fugo, Yuta se despidió de Takeshi y se dirigió a su aldea con el dinero que había ganado. Aunque estaba feliz por haber cumplido exitosamente su misión y haber ganado dinero para su familia, también se sentía orgullosa de sí misma por haber demostrado que a pesar de ser joven, podía enfrentar peligros y proteger a otros.
La pequeña oni se preguntaba si al volver a la aldea volvería a toparse con aquellos bandidos. Tan solo había ahuyentado a los mismos así que era posible que no hubieran aprendido la lección y siguieran asaltando a comerciantes por otros caminos cercanos de la zona. En su mente tenia la idea de que tal vez había que hacer algo con ellos, era posible que tuviera que reportar el incidente a las autoridades de la aldea. Al fin y al cabo era bastante peligroso que hubiera bandidos sueltos por las montañas en la frontera. Pero en su momento Yuta no pudo lidiar con ellos y proseguir su misión de escoltar a Takeshi, así que lo optimo fue dejarlos escapar para que pudiera estar el mercader a salvo.
La chica logro volver a la roca sin ningún tipo de incidente, es posible que incluso si alguno de los bandidos la vio mientras volvían no quisiera volver a jugársela contra ella en esos momentos. Así que fue un viaje tranquilo y al volver solo tuvo que reportar lo sucedido en la misión y alertar de los bandidos que habia en la frontera.