[Evento Navidad] Niebla, Nieve y Familia (Privado Akami)
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El cielo se veía nublado, con unos tonos grises y negros que auguraban una próxima nevada. Tal vez no sería mala idea refugiarse en alguno de los niveles inferiores. Pero no podía irse aún, debía esperar. Yuta estaba aguardando a los pies de una estatua en una plaza de la zona superior de Iwa, un poco nerviosa por su próximo encuentro. Hacía poco que había conocido a una señorita de cabellos carmesí como el fuego, y era algo repentino todo. Como si las cosas estuvieran sucediendo muy rápido. No era para menos, dado que esta sería la segunda vez que se iban a ver y la tal Akami quería enseñarle algo, aunque no sabía qué. Y encima presentarle al resto de su familia, para más tarde ir a comer.

Yuta estaba algo confusa y nerviosa porque no sabía exactamente cuáles serían las intenciones reales de aquella mujer. Es cierto que pareció una buena persona y es su salvadora como tal. Pero la situación era extraña. Pero entonces algunas palabras de su padre se vinieron a su mente como una pequeña epifanía, mientras alucinaba un poco observando las estrellas en el cielo.

— Hija mía, nunca hay que despreciar una comida gratis... Y si al final se trata de algún pervertido, le golpeas en el centro de gravedad que todos los hombres tenemos — Sabias palabras, sin duda, que preservar.

Lo cierto es que había conocido a muy buenas personas a lo largo de su viaje con su padre. Muchos monjes en los templos, antiguos conocidos suyos y algunos con los que parecía tener ciertas cuentas pendientes, y aún así nos acogían. Era probable que Akami solo tuviera buenas intenciones y quisiera ayudar a esa pobre oni desamparada.

Aunque bueno, fueran cuales fueran las intenciones de la joven de cabellos ardientes, lo único que podía hacer Yuta era aguardar en aquel lugar donde la había citado. En la estatua en conmemoración del segundo Tsuchikage en la plaza, que servía de inicio o de final entre la zona comercial y algunas explanadas abiertas en las que a futuro se pretendía edificar.

La pequeña oni estaría sacudiendo sus piernas en el aire, dado que, sentada en el pedestal sobre el que se elevaba la estatua, no tocaba suelo, mientras canturreaba una melodía.

— All quartets lead to say la lala la lala la — Tarareaba, siendo alguna canción que se le pegó de escuchar por la calle estos días que había canciones y villancicos de todo tipo.
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El invierno... quizás la época mas esperada por muchos desde hacia mucho tiempo, tiempo de nieve... momento de regalos... o al menos ese tipo de cosas llegaban a los oídos de la pelirroja cada año, puesto a que bueno, por cosas de la vida ella nunca pudo experimentar la felicidad de una navidad tranquila... o feliz... todas sus memorias de esta época yacían encerrada de una celda y recibiendo múltiples torturas... aunque quizás... ella recordaba vagamente esta fecha debido a cierto detalle y ese era que en las semanas de diciembre, los soldados descansan por lo que aquellas torturas eran inexistentes mientras las luces navideñas brillaban a las afueras de la ventana de su celda.

 Y las cosas en la iglesia podían no haber cambiado mucho, solo que pasar de una oscura y húmeda celda a una cálida y cómoda habitación podrían ser lo mas destacable de ambas experiencias... pero la diferencia era mínima... la experiencia era la misma... carecía de alguien con quien compartir en estas fechas... y siempre habia sido de esa manera, puesto a que Victtorio solía irse con su familia en esos momentos festivos... La soledad... sentía el frío... Inmersa en el vacío... Sin familia... sin hogar... Era el camino que la vida le obligó a tomar... Y siempre pensaba que ese era su destino, un camino de soledad y tristeza... Si las historias las escriben aquellos que las ganan siempre... ella que lo habia perdido todo... ¿Qué podía decir?

 Pero... todo cambio rápidamente... consiguió su propia familia, la pelirroja lo habia conseguido, todo aquello que siempre habia deseado... Y el día de hoy... en donde el cielo estaba nublado, con unos tonos grises y negros que auguraban una próxima nevada. Se dirigía rumbo a encontrarse con alguien que le haría tomar una decisión bastante importante... queria encontrarse con aquella Onikuma que conoció hace unos días, con Yuta... alguien joven que le recordaba bastante a si misma- Parece que nevara pronto- era verdad, el tiempo cada vez estaba peor.

 - Que bueno que nuestro Depto esta cerca...- se dijo mientras llegaba a la plaza de Iwa- Me pregunto ¿Dónde estará Yuta?- pensó mientras tiraba la vista a la estatua en conmemoración del segundo Tsuchikage en la plaza, que servía de inicio o de final entre la zona comercial y algunas explanadas abiertas en las que a futuro se pretendía edificar.

De pronto un notable canto llegaría a sus oídos a la parque se acercaba a la oni quien parecía bastante entretenida con su cantar, pues el movimiento de sus piernas la delataban- Veo que te diviertes- comentaría con una pequeña sonrisa- Hola Yuta... dime... ¿llevas mucho esperando?- esperaría una respuesta antes de volver a hablar- Bien, ¿te parece bien si nos vamos ya?- diría con una pequeña sonrisa antes de ofrecerle la mano a la contraria- Ven, vamos a mi casa- una pequeña sonrisa y una cálida expresión se formo en su rostro.

 - Por cierto, por la hora, deberé preparar la cena... - pensaría puesto a que si, se acercaba la hora de la cena para la sacerdotisa y sus hijos... Akami estaba sola, por ahora... Y pues, usaba vestimentas invernales para la ocasión. 

[Imagen: 3a51ac06dc92f15b2f5fe499c3f2ed3b.jpg] 
PD: Recuerda poner el codigo [ personaje] sin el espacio. 
1 primer turno del entrenamiento de Yuta para dominar el kirigakure.
Estadísticas de Akami Ameryuu
Vida: 350/350
Chakra: 1029/1029
Chakra de Bestia
[Imagen: Bl8Jqj5.png]
Narro/Pienso/Hablo/Técnicas
Pasivas
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La pequeña adolescente estaba relajada, inmersa en sus pensamientos, ignorando a los transeúntes que pasaban por ahí, los cuales en su mayoría también la ignoraban a ella, aunque algunos se giraban a mirarla por un momento al escuchar su tarareo relajado y feliz. No era algo nuevo para ella pasar tiempo o matar las horas en plazas o lugares bonitos del pueblo, distrayéndose con algo. Por lo menos, así era antes de haberse inscrito en la academia como shinobi; desde entonces, el noventa por ciento de sus ratos libres los dedicaba a entrenar y mejorar. Esto se debía a que ingresó en la academia con cierta edad y notó desde el principio que era la más mayor de su promoción, incluso doblaba la edad de algunos compañeros. Por eso sabía que tenía que dar su máximo esfuerzo.

Finalmente, una voz femenina muy próxima a ella llamaría su atención por ser ligeramente familiar, cosa normal porque apenas ayer había escuchado su voz por primera vez. Conforme giraba la mirada hacia aquella figura de cabellos rojos como el fuego y un rostro entrañable, que le preguntaba si llevaba mucho esperando, Yuta se pararía en seco, dejándose caer del pedestal de la estatua hacia Akami con suavidad, deslizándose por el ligeramente inclinado borde de la estructura.

— No mucho, tranquila — La pequeña estaba ahora más emocionada que nerviosa al ver que en verdad había venido.

Y respondería a la joven pelirroja con una amplia sonrisa que dejaba ver sus filosos colmillos típicos de los oni, pero con sus ojos grandes y brillantes, llenos de alegría. Yuta llevaba una de las ropas habituales que había conseguido de la beneficencia, que para variar le iba grande, sobresaliendo las mangas a sus manos, intuyéndose dónde estaban por el pliegue que formaba la tela, y su querida bufanda tejida a mano por su difunto padre, prenda ideal en esta época del año, aunque tampoco se la quitaba en verano, aunque ahí la llevaba más holgada. Akami le ofrecería su mano para guiarla si ya estaba lista para acompañarla.

— ¡Claro! — Respondería con entusiasmo.

Yuta iría doblando un poco la manga de su jersey para poder sacar de su interior la mano, y así poder agarrar mejor la mano de Akami y no ofrecerle solo un trozo de tela. Mientras comenzaban a caminar, de las altas nubes comenzarían a desprenderse unos pequeños copos de agua congelada que no tardarían muchos minutos en alcanzar la superficie de Iwa, comenzando una, por ahora, tranquila nevada en las montañas rocosas. Aunque seguramente les daría tiempo a ambas de llegar a la casa de la pelirroja para simplemente contemplar desde las ventanas cómo la nieve caía, mientras se preparaba la cena que Akami acababa de anunciar que debía preparar.

— Tranquila, sin prisa, te ayudaré a prepararla si tampoco tengo tanta ham... — Intentaría decirle, hasta que un gruñidito de su barriga la interrumpiría, haciendo que se sonrojara.


Estadísticas de Shiga Yuta
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Akami había llegado al sitio acordado un poco tarde debido a que estaba cuidando de los gemelos, y tuvo que esperar a que ambos se durmieran para poder salir en búsqueda de Yuta. De buenas a primeras parecía tarea fácil pero... El pequeño Loki no era muy cooperativo con el tema, tardo bastante en dormirse y fue un poco complicado hacer que se durmiera, a diferencia de Morgana quien parecía ser más pasiva en ese aspecto, o más holgazana, en fin, fue una travesía dormir al varón por ciertos aspectos, quizás... Era el más parecido al su padre... O al menos eso pensó la pelirroja en ese momento.

 Pero tan pronto como ambos estuvieron dormidos, termino por avisarle a Hasu que saldría rápidamente para buscar a alguien, alguien que bueno era muy interesante ante las expectativas de la pelirroja... Y así fue como emprendió su viaje para encontrarse con la Demioni (si... Este era el anterior nombre del clan...) O mejor dicho, la Onikuma Yuta. Y bueno, buscar a alguien tan pequeña entre tanta gente no fue tarea fácil... O quizás solo era porque estaba algo distraída pensando en que debía volver pronto puesto a qué Loki y Morgana podían despertarse en cualquier momento.

 Pero tampoco pasaría mucho antes de que la pelirroja encontrará a la Loli semi demonio de la roca, quien estaba felizmente sentada en la base de la estatua del Tsuchikage mientras tarareaba una canción bastante linda- Ya veo... Me alegro- comentaría ante la respuesta de la Oni sobre si había estado mucho tiempo allí, luego de aquello ambas caminarían en dirección al Depto donde vivía la pelirroja con sus hijos y su futura esposa.

 Aunque algo era seguro, no vivirían allí por siempre, puesto a qué Akami le había comentado a Muki que le gustaría mudarse a un lugar más grande, puesto a qué aquella familia estaba creciendo y bueno no podían esperar vivir en un lugar tan pequeño... Pero eso ya es lore para otro tema... Bueno, centrándonos de nuevo en el tema importante (Con Yuta claro está).

 La pelirroja le había comentado a Yuta que ya casi era hora de la cena por lo que le tocaría preparar la misma, pero la respuesta de la oni le saco una pequeña sonrisa- Y ese ruido? Me pareció escuchar un estómaguito gruñir por allí- un tono cómico se podía notar sin mucho esfuerzo en su voz- Tranquila, prepare la cena rápidamente, pero antes de eso... Quiero enseñarte algo... Una técnica especial- diría mientras llegaban a la entrada del Depto, pero tan pronto entraron se dirigieron al patio trasero para ver aquella tecnica especial...

 - Yuta, esta técnica es de Kiri, pertenece a la categoría de Ninjutsu y es la técnica insignia de esa aldea... Tan pronto la aprendas, podrás empezar a reconocer a Kirigakure como tú hogar también- dijo con una pequeña sonrisa sutil- Está técnica me la enseño mi maestra y ahora yo te la enseño a tí y espero que en el futuro, tu se la enseñes a alguien- dijo con una pequeña sonrisa antes de unir sus manos- Bien, primero el nombre de esta técnica es Kirigakure no jutsu... El jutsu de ocultarse en la niebla- tras decir aquello empezaría a hacer una tanda de sellos -Que le tomaría 4 pinshes segundos, gracias Freeia por el nerfeo tan lindo al Ninjutsu y sus sellos Si- o al menos eso le tomaría, ya que ella era una especialista en Ninjutsu -tardo 3 segundos, mucha diferencia -_-' - y tras aquella tanda de sellos.

 Una vez tras terminar los sellos, apareció una niebla que cubre una superficie de 10 metros de radio y 7 de alto tomando al usuario como centro de la misma. Esta niebla bloquea la visión de todo aquel que no sea el ejecutor a 5 metros, y la del propio ejecutor a 7. Al ser una niebla creada con chakra, los doujutsus como el Sharingan no podrán ver a través de ella (aunque sí en la zona visible), pero sí los doujutsus como el Byakugan. -Si logras dominar este jutsu antes de la cena, te tocará doble racion- diría la pelirroja antes de deshacer el jutsu con una sonrisa. 

 - Quiero que te esfuerces, es una simple tanda de sellos, aunque al ser un jutsu de rango B, será algo difícil de dominar para ti, solo debes de concentrarte Yuta... Así que haz los sellos e intenta generar este jutsu... Aunque recuerda, el éxito no lo encontrarás al inicio, sino en el esfuerzo - dijo con una pequeña antes de sentarse cerca de la entrada trasera del Depto- Así que esfuérzate - una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

Estadísticas de Akami Ameryuu

Vida: 350/350

Chakra: 1004/1029

Kirigakure no Jutsu
[Imagen: Bl8Jqj5.png]
Narro/Pienso/Hablo/Técnicas
Pasivas
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Las tripas de Yuta la delataron. Era algo normal porque es complicado mencionar los sagrados alimentos frente a alguien que ha pasado tanta hambre en su vida y que su cuerpo no reaccione de forma natural. Pero bueno, quedaría todo en una pequeña anécdota al fin y al cabo, pero no evitó que la chica se sonrojara un poquito en sus mofletes. Pero no podía olvidar que Akami no solo era alguien que la había invitado a comer, también quería que ella se volviera su discípula, y como tal le asignó una tarea mientras ella preparaba la cena.

— ¡Ohhh, una técnica especial! — Dijo emocionada la joven.

Entonces, Akami la guiaría hasta la parte posterior de la casa que daba a una pequeña zona ajardinada que servía para entrenar. Allí le comenzaría a dar una explicación sobre que el jutsu que le iba a enseñar era uno heredado de su maestra y, al mismo tiempo, ella esperaba que una vez Yuta lo aprendiera algún día, lo heredara a otro sucesor. La cuestión que intrigó un poco a la chica es que estaba hablando de heredar a mucha gente una técnica que ya solo con el nombre sonaba icónica de una aldea extranjera, lo cual era peculiar, pero al mismo tiempo le intrigaba a la chica.

Akami no era una sensei estricta, pero parecía que había sido tan talentosa en su vida que se le hacían demasiado fáciles las cosas. Porque con solo ejecutar el jutsu una vez delante de Yuta, esperaba que la pequeña aprendiera a ejecutarlo sola antes de que ella terminara de cenar. Una tarea ardua cuando hay shinobis que históricamente se sabe que tardaron una semana en aprender un jutsu de su maestro, algunos incluso meses. Akami realizó el jutsu con suma facilidad y ya entró a su casa con sus hijos para preparar la cena, dejando a Yuta a su suerte.

— Me esforzaré... — Diría estando un poco desubicada.

Una vez se quedó sola, Yuta se puso a repetir poco a poco la secuencia de sellos que vio a Akami, la cual le tomó apenas 3 segundos realizar, con lo cual significaba que hubo un margen muy pequeño para ver toda la cadena de sellos realizarse. Pero aún con todo eso, la pequeña logró recordarlos todos, solo se dedicó un rato a repetir los sellos una y otra vez, pero a un ritmo muy lento para quedarse bien con el patrón de sellos, que era algo más extenso de lo que estaba acostumbrada.

Mientras lo iba haciendo, trataría de recordar la niebla que Akami liberó, la sensación que transmitía, cómo se veía, incluso el olor que emanaba. Todo lo que pudiera ayudarla luego a ejecutar el jutsu sería bien recibido en sus pensamientos, en lo que memorizaba el patrón para poder ejecutarlo de corrido mientras canalizaba el chakra. Por ahora, estaba haciendo esas prácticas mientras dejaba a su sensei cocinar.

— Debo demostrarle a la sensei que puedo hacerlo — Pensaría mientras se concentraba plenamente.
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