Fuerza
Resistencia
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Destreza
Presencia
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Control de Chakra
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Una recepcionista joven, de unos 25 años, de un cuerpo esbelto y bien formado, con escaso pecho, pero con unas caderas bien pronunciadas y un trasero firme que denotaba que mantenía un buen estado físico era la encargada de la recepción, su pelo trenzado y recogido en tomates era de un color azul oscuro, bastante bello, que contrastaba con lo blanco y tersa de su piel, su fino cuerpo estaba decorado con un antiguo vestido chino de color negro con un dragón dorado que recorría todo su cuerpo, rodeando su cintura y desembocando en su escaso pecho, sus manos estaban cubiertas por simples guantes de tela negra y sus pies eran adornados por unos modestos zapatos del mismo color negro. Sin lugar a dudas, la muchacha a primera vista parecía tener alta clase y estatus social, sin embargo, si se prestaba la suficiente atención, el dragón estaba estampado por sobre un vestido recortado y ajustado a la medida, no era tela de la más fina, sus zapatos no tenían nada de especial, al igual que sus guantes, sin embargo, era su rostro y sus expresiones lo que la volvían una muchacha refinada y altamente cotizable…
La joven ninja llegaría ante esta recepcionista, solicitando una habitación para toda la noche, aquella muchacha le miraría fijamente y, con una mano en el mentón, se acercaría a ella, examinaría su rostro y suspiraría tras ver sus pocas monedas sobre el mesón, para luego responder con un poco de frialdad en sus palabras – amor, con eso podrías pagar un momento con una de las muchachas, pero no te alcanzaría a más de 15 minutos… con más dinero tal vez podrías pasar una noche de pasión con una de las chicas, si gustas igual las llamo, y me indicas cual te gusta – decía, para tomar una campana por debajo del mostrador y hacerla sonar con desgano.
Tras sonar la campana, varias muchachas empezaron a rumorear, hablaban entre si diciendo cosas como “es una muchacha” y “dios, a mí no me molan las mujeres... aparte, ¿viste su cara?” o cosas por el estilo, pero al fondo del recinto se encontraba ella, la Matrona del Infierno, estaba revisando unos papeles para cuando le llego el rumor de lo que estaba pasando, sin moverse y sin pensarlo dos veces, simplemente dijo en voz baja – pero… debemos atender a todos los clientes que lleguen… ¿no? – sin pensarlo siquiera, y así mismo, sus palabras fueron tomadas como una orden.
Como un ejército de geishas, las muchachas fueron apareciendo una tras otra y formándose en una fila, eran alrededor de 12 mujeres que estaban desocupadas en ese momento, una que otra que parecían de apenas 19 años, otras que se notaban sobre los 40, pero en sí, la media de edad no era muy alta, todas vestidas a su manera, con trajes muy exhibidores, mallas para acentuar su cuerpo, algunas con babydoll trasparentes, otras con mallas menos reveladoras, pero lo que si todas tenían en común, es que todas tenían un físico espectacular, todas parecían bien entrenadas y ni aquella recepcionista desganada que tanto resaltaba en la recepción parecía ser la más prominente del grupo, que por cierto, también se formó al enterarse de las palabras de Ohona, en ese momento, con una actitud servicial, todas se dispusieron a ser electas para el deleite de la joven Sadashi… si, no comprendieron que lo que ella buscaba era simplemente un lugar para dormir.
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Suspiró de manera cancina, para luego llevar la misma mano que tocaba su nariz hasta la parte trasera de su cabeza para rascarla y alborotar levemente sus cabellos mientras relamía sus labios de manera indecorosa, a su vez que con pasos lentos comenzaba a caminar hacia las mujeres para inspeccionar una a una con suma precisión. — ¿Qué tenemos por aquí? — Dijo una vez que llegó a la primera mujer. —¿No eres muy mayor para estar en este lugar?... — Sentenció dura con sus palabras, para después continuar con las siguientes. — Tu cabello está reseco… tú no hueles muy bien… tu cara me es algo extraña…— Agregó sólo a las mujeres que habían hecho algún comentario negativo ante el aspecto de la kunoichi, sin embargo, a las demás sólo se limitó a dar una sonrisa poco amigable.
Al llegar al final de la fila, resopló con desgano y dirigió su mirada rojiza hacia la mujer de un solo ojo y dedicarle toda su atención al momento de acercarse a ella. —Por lo visto, eres la dependienta del lugar ¿no? — Preguntó al haber sido testigo de cómo todas se habían postrado ante sus palabras con anterioridad. —Comprenderás que realmente no me interesa pasar la noche con ninguna de tus mujeres. — Dijo. Sadashi comprendía que aquellas geishas, a pesar de sus circunstancias, eran seres humanos que quizás anhelaban algo más en la vida que haber terminado en un burdel, por lo que su mirada gélida y de desdén hacia ellas con la que inicialmente se había presentado, se transformó en una mezcla de compasión. —Sólo necesito pasar la noche. Estoy sumamente cansada y fatigada… Si hace falta dinero, podemos arreglarlo de alguna otra forma. — Agregó con un deje de desesperación en su voz, que pasaría imperceptible si no se le prestaba demasiada atención. — Ocho ryos dejé sobre la mesa. Si sirve para comer, también me sirve. Sólo necesito lo uno o lo otro. ¿Puedes ayudarme?
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El resto de las Geishas observaban con recelos, era una ocasión que cualquiera de ellas mataría por lograr… una noche con la jefa, solo sirviéndole o ayudándola a entrenar, sería un honor para ellas, aunque la joven Ohona aún no se daba cuenta de la posición en la que estaba, en su burdel la adoraban. Sin embargo, cuando la joven siguió replicando, ya todo se aclaraba…
Activa el Doujutsu del Clan Hyuuga, de forma que ambos ojos se verán rodeados por gruesas venas. Este doujutsu permite al usuario tener una visión de casi 360º, estando el único punto ciego ubicado en la nuca y siendo este desconocido para ninjas que no pertenezcan al clan o no sepan de su ubicación exacta. Además, este doujutsu aumenta el rango de visión del usuario dependiendo de su rango y permite al mismo ver a través de objetos sólidos dentro de ese rango, así como el chakra en general, las redes de chakra que recorren el cuerpo de los ninjas y los tenketsu (puntos de chakra). Si el doujutsu es desactivado en menos de 3 turnos, el coste de activación aumenta en 10 de chakra la próxima vez que se utilice.
Distancias de visión:
Rango D: 30 metros.
Rango C: 75 metros.
Rango B: 150 metros.
Rango A+: 250 metros.
Rango S: 500 metros.
Repentinamente, el ojo de Ohona dilataría su pupila y tanto el iris como la pupila tomarían un color blanco azulado, sus venas recorrerían su rostro y el rostro de la Hyuga se vería algo serio, mientras analizaba sin mover un musculo de pies a cabeza a Sadashi – hummm… ya veo… parece que tienes alguna clase de entrenamiento… ¿eres un shinobi? – dijo, examinando cada musculo y posible armamento bajo la ropa de Sadashi – sin cargos, puedo ofrecerte una sesión de kinesiología, comida reconfortante para el cuerpo basada en proteína y carbohidratos, una cama con o sin compañía y un puesto en nuestra mesa, pero para eso, tienes que ser cortes y pedirlo por favor – diría la Hyuga, sin darse cuenta de lo que sus palabras podrían significar para otros. Luego de esto, su vista volvería a la normalidad y volvería a revisar sus papeles “importantes” que realmente todo aquel que preste atención, se daría cuenta que eran para ocultar una revista de deportes que tenía entre sus manos…
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