Problemas difíciles, soluciones prácticas [Pasado]
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Otro día más en el país de la tierra, ya habían pasado un par de meses desde que saldría al mundo real, fuera de las coloridas carpas que brindaba el gran circo al cual pertenecía – Aquí debe haber algo bueno – diría por lo bajo nuestro protagonista de cabellera desordenada y ojos negros. Este último se llamaba Kano y era apenas un adolescente, teniendo apenas quince años, pero con una determinación tan grande como práctica, y es que en una situación como aquella, solo le quedaba buscar alguna solución a todo.

Sus dos pies se encontraban encima de sus botas negras, y estas a su vez estaban reposando sobre la arena mojada de la orilla de la playa. Su vista, usualmente perdida, se encontraba posando al horizonte de aquella tarde, casi como si tratara de buscar algún tipo de respuesta al dilema al cual se estaba enfrentando en ese momento. Una mueca de confusión permanecía inmóvil en su rostro, pensando en que quizás lo más práctico en ese momento era pedir ayuda a un pescador, pero su rostro ya había divisado que en los alrededores no había nadie más que él… y es que no por nada eran las seis de la tarde. El cielo naranja contrastaba con el mar y a su vez, lo hacía con sus ya mencionadas botas negras, su pantalón verde militar, su camiseta negra y su chaqueta beige.

Tenía las manos guardadas en los dos bolsillos principales de su pantalón, casi como si de una pose especial se tratara. No obstante, dicha pose con vista al mar se cambió en cuanto este sacó sus manos de los bolsillos, esto en señal de que iba a hacer lo que debía, o lo que al menos consideraba lo más práctico en ese momento – Seguro encuentro algo bueno para comer – diría por lo bajo de la forma más optimista posible, y es que ya a esas horas no tenía provisiones ni nada parecido. No había podido conseguir algún trabajo, pero para su buena fortuna, estaba cerca de la costa y podría pescar, o al menos eso creía.

Tampoco tenía consigo una caña de pescar o algo así, cosa que le llevó a pensar en que debía tener una. Un tanto extraño eso, sobre todo por la época tecnológica en la que se estaba viviendo actualmente, pero para Kano todo eso era poco común, pues sí que imaginaba que habría una forma eficiente de pescar sin caña, pero él no conocía nada de eso – Buen momento para no controlar el agua – diría de manera resignada mientras comenzaba a quitarse su chaqueta, pensando en que debía ir a nadar a buscar comida, aunque no se imaginaba que sería interrumpido.
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Como era de costumbre ya en la Origami, esta se encontraba fuera de su Aldea Natal, Iwagakure No Sato, la razón?, podríamos decir que si la había, la chica estaba decidida a investigar a fondo y descubrir que clase de poderes posee aquella secta misteriosa de la que había oído hablar por los relatos de los ancianos del País de las Aguas Termales, pero para eso no era mejor ir al respectivo país?, ella pensaba que no, sabía que podría encontrar información en cualquier lado del mundo si tan solo se dedicaba a buscar y eso era lo que estaba haciendo justo ahora.

La chica caminaba a paso lento por aquel suelo arenoso y mojado, pero un poco alejada del mar, pérdida en sus pensamientos y sin prestar mucha atención a sus alrededores, algo típico de ella. En su mente sólo había algo, preguntas y más preguntas sobre la secta, que secretos escondían y en donde podría encontrarlos… para empezar, ni ella sabia que hacía en la Costa Norte buscando, ósea, estaba claro que buscaría en todos los rincones del mundo, pero se le hacía extraño el estar buscando en una playa, pero bueno, cosas de la loca.

No pasó mucho tiempo hasta que decidió espabilar y prestar la debida atención a su entorno pudiendo ver a lo lejos una figura masculina y delgada, la Origami lo miró por unos segundos, viendo como el chico se despojaba de su chaqueta para lo que parecía, sumergirse en el agua

(Y ese que hace ahí?, se irá a suicidar en el mar?, si es así… ¡No puedo perdérmelo!, aunque debería preguntarle primero si sabe algo sobre la secta…)

La Origami comenzó a correr hacía él joven parado a un lado del mar y una vez la chica estuvo a una distancia considerable decidió alzar un poco su voz para hablar con aquel chico

- Oye niño… tu sabes algo sobre una secta con poderes misteriosos que en su momento tuvieron su máximo apogeo en el País de las Aguas Termales!? -

Así nadamas, sin presentarse ni preguntar como estaba ni quién era al chico, simplemente le interesaba conocer si el joven tenía la información que ella necesitaba para cumplir con sus objetivos, la chica se quedó de pie a unos centímetros detrás de él, ella vestía su ropa de misiones, un suéter rojo, pantalones negros y botines marrones, ah y la bandana de Iwagakure en su cabeza a modo de cintillo
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Y de una forma un poco extraña, la soledad con la que se encontraba el cirquero desapareció como si no hubiese mañana alguna, casi como si un futuro no pudiera ser visto en el precioso paisaje actual. Kano se encontraba totalmente distraído, con la guardia baja, pensando en qué comería cuando una voz femenina le alteraría un poco - ¡Ah! – fue lo único que alcanzaría a decir nuestro protagonista; un pequeño pero fugaz grito que realmente le haría dar un pequeño salto en la arena, hasta el punto de hacerlo caer en la arena como un idiota.
 
El ya mencionado joven caería sin miramientos y además de todo, sin ninguna chaqueta - ¡¿Qué haces?! – soltaría totalmente consternado, sintiendo como las palmas de sus manos se ubicaban en la arena, al igual que sus pies y sus glúteos. Estaba en una posición totalmente desventajosa, aunque realmente todavía tenía la adrenalina por el susto que le había propinado aquella desconocida - ¿Secta? ¿Qué secta? No tengo idea de qué me estás hablando – no tenía mucho campo de juego, al menos en ese momento pues todas sus energías estaban alborotadas debido al susto que había visto. ¿Qué clase de persona era ella? Es decir, Kano sabía que no era apropiado el estar juzgando a otros, pero es que ¿A quién se le ocurre?...
 
Quizás pasaría un segundo, tal vez dos; pero lo importante fue que el muchacho de habilidades particulares no dejaba de observar a la muchacha, quizás por la misma adrenalina que poco a poco bajaba, pero lo importante es que sus grandes ojos se posaron en la bandana ninja que cubría la frente de la fémina - ¿Eso es… Iwagakure? – se diría a sí mismo en forma de pregunta. Había escuchado acerca de ello, pero la verdad era que no estaba seguro pues su desconocimiento del mundo era algo muy grande – Oye ¿Eres de Iwagakure? – diría sin dejar la banda y de forma un poco retórica – También estoy buscando a un grupo de gente – soltaría sin más, tratando de buscar conversación, más que nada porque si ella pertenecía a una aldea ninja, existía la posibilidad de que tuviera información acerca las personas que dominaban el arte ninja del  
 
Continuando con la escena, el muchacho se levantaría sin mucha dificultad, levantando además su chaqueta en el proceso con su mano derecha. Sus pies se posarían en la arena y su mirada aun seguía puesta en la chica, esperando una respuesta positiva para lo que preguntaba.
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Kurami miró con desinterés como el pobre Kano caía de nalgas sobre la arena mojada debido a la exaltación producida por la repentina llegada de la Origami al lugar, aunque, muy en el fondo, aquello le daba gracia y no pudiendo contener más su actitud desinteresada, río un poco, una risa pequeña y muy sutil que apenas se escucharía.

Pero, el desinterés volvería a la chica en cuanto el joven mencionó no saber nada sobre la secta que la Origami buscaba y buscaba desde hace años. Ella rodó los ojos mientras daba un suspiro largo, mostrando decepción

- Vaya… entonces no me sirves, nos veremos muy después… -

La chica se dio la vuelta, dispuesta a abandonar la playa, nuevamente había fracasado en su búsqueda de información sobre la misteriosa secta del País de las Aguas Termales. La chica apenas había dado unos pasos para alejarse de Kano cuando se detuvo al escuchar la pregunta de Kano, el chico quería saber si ella pertenecía a Iwagakure, Kurami suspiró, ella daba por hecho que todas y cada una de las personas del mundo conocían a la perfección los símbolos y bandanas de las Villas Ocultas de cada país, pero había algo más… El joven mencionó también estar buscando a un grupo de gente, eso hizo que la Origami recuperara el interés en la situación y en Kano.

- Pues sí… soy de Iwagakure No Sato, y soy miembro de una familia de nobles podridos… pero eso ya es otra cosa… -

Diría Kurami mientras se daba la vuelta y volvía a acercarse de nueva cuenta al joven peli negro

- A quiénes estás buscando?... pero antes... cual es tu nombre? -

La intención de la chica claramente no era ayudar, el joven Kano no parecía estar a su nivel social así que poco quería hacer Kurami, pero claro… ella tenía curiosidad sobre el grupo de gente que Kano buscaba, talvez… podría encontrar algo que le llamara la atención en la respuesta del joven, la cual esperaba pacientemente, de pie frente a él, siendo ella, ligeramente más alta que el joven de los Doka Ninpō
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Aquella fémina no parecía ser una persona que se pensara mucho las cosas, algo que Kano pudo notar en cuanto esta estuvo a punto de irse y salir de escena, pero que regresaría al solo escuchar lo que tenía que decir. Parecía estar interesada en la gente que buscaba nuestro protagonista, cosa que hizo que el más joven del dúo se entusiasmara un poco ya que existía la gran posibilidad de que ella supiese algo – Yo me llamo Kano – respondería sin mucho miramiento, casi que ignorando el pequeño chiste que haría ella con respecto a sus familiares y unos huevos podridos o algo así.
 
 
Parecía haber encontrado un rayo de esperanza con respecto a su búsqueda, y aunque era muy temprano como para ponerse a celebrar, la inocencia de nuestro puberto en estos temas salía a relucir muy fácilmente – Busco personas que pueden cambiar de piel – diría sin vergüenza alguna, y es que evidentemente esa no era ningún tipo de respuesta socialmente aceptable. No obstante, en contrario a lo que cualquiera pensaría, para Kano eso era bastante admisible, al punto que este esbozó un pequeña y sutil sonrisa, casi como si todo estuviese casi listo – Puede sonar raro eso del cambio de piel, pero creo que te lo puedo demostrar de una forma – su seguridad en todo era totalmente envidiable, y es que realmente no estaba diciendo mentiras ni nada parecido – Aunque necesito un pedazo de papel – su mirada bajaría a sus bolsillos al tiempo que su izquierda buscaba algún trozo de papel con insistencia, con evidente fracaso en todo – Y yo creo que no cargo ninguno – haría el comentario al mismo tiempo que volvía a posar su mirada en la chica frente a sus ojos y sacaba su mano del bolsillo.
 
 
Sus grandes ojos demostraban una seguridad total, casi como si estuviese llamando a la incredulidad de la chica, como si ella era una mujer que nunca hubiese visto algo parecido. Evidentemente esto último no le constaba, pero tampoco podía negarlo, y en su experiencia, la gente que solía visitar el circo se sorprendía con su acto – Si me consigues un papel, mi piel se hará de papel – dijo con un tonto de vendedor, igual que cuando intentaba impresionar al público que solía ir a verlo al circo. Al decir esa última frase, soltó una sonrisa mucho más amplia, casi como invitando a la fémina a conseguir lo que le él le había pedido.
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(Kano… suena a un nombre atemorizante y poderoso, si se lo ofrezco, me ayudará a cumplir mis objetivos?, tendré que verlo en un futuro)

Pensó la Origami al escuchar el nombre del joven frente a ella esperando la respuesta a su otra pregunta, recibiéndola casi al instante luego de que el chico mencionara su nombre

- Que cambian de piel?... como los lagartos?... -

Murmuró la chica luego de recibir la respuesta de Kano, no parecía asustada ni sorprendida, a decir verdad, en sus misiones fuera de Iwagakure No Sato, había visto tantas cosas raras que ya nada le podía sorprender.

La chica abrió un poco sus ojos mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro a la par que Kano mencionaba el papel, y era obvia su emoción, la chica podía transformar su cuerpo en papel y hacer Jutsus con éstos gracias a la genética de su Clan, y al no haber visto algo similar en otro lado, le parecía algo increíble y único, eso y… que la chica tiene una fascinación y admiración por su Clan.

Ella miraba aún con aquella sonrisa como Kano rebuscaba en su bolsillo algún pedazo de papel sin tener mucho éxito.

- Conseguirte un pedazo de papel!?, CLARO!! TE CAIGO COMO ANILLO AL DEDO EH!? -

Diría la chica con emoción mientras levantaba y colocaba su mano derecha sobre su mano izquierda, y haciendo un ligero pellizco, un pequeño pedazo de papel se desprendería de la zurda de la chica, un bonito y limpio pedazo de papel completamente en blanco, ella lo sostendrá un segundo entre sus dedos índice y medio para posteriormente, acercarlo a Kano y entregárselo

- Se podría decir que mi cuerpo está echo de papel, pero a la vez no… es difícil de explicar… -

La Origami empezaba a tener más y más interés en el joven Kano y sus habilidades, cualquier cosa que le pudiera ayudar a cumplir sus objetivos, le iban bien a ella y esta parecía una gran oportunidad de hacerse de un aliado útil para el futuro, ya el tiempo dirá si se podrían volver amigos…
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No había que negar que aquella joven de Iwagakure era bastante franca en sus comentarios, rasgo que de alguna manera compartía con nuestro protagonista, y aunque fuese de una forma diferente, lo interesante era el ver ese pequeño rasgo en ambos sujetos.
 
Siguiendo con esa particular escena de la playa, a Kano le sorprendió muchísimo la reacción de la chica, sobre todo porque había sido una bastante positiva, especialmente cuando escuchó acerca del … ¿pedazo de papel? La miró algo extrañado por un par de segundos, emoción que se podía ver con claridad, y es que realmente el cirquero no esperaba algo así. En su pequeña experiencia, la gente se mostraba normalmente incrédula en relación a su acto, pues no era muy normal el que alguien se pudiese convertir en papel, aunque ella pertenecía a una aldea ninja, por lo que era previsible pensar que no sería extraño conocer a ese tipo de gente. Esto último era lo que animó en primer lugar a Kano, pero esa última reacción de la fémina no hizo más que confundirlo por un par de segundos.
 
Siguiendo con todo, la mirada del puberto estaba puesta sobre la chica, visualizando lo que esta pretendía hacer - ¿Cómo anillo al dedo? – pensó el joven mientras continuaba con los ojos puestos en la fémina.
 
Pasaron solo un par de segundos para que ella pudiese hacer su acto, algo que sin duda alguna sorprendió mucho al cirquero, primero porque hasta ese momento, ella era la única persona que él había visto hacer algo parecido. Solo se conocía a sí mismo, y realmente no era estrictamente el mismo efecto - ¡¿Sacaste un papel de tu mano?! – su voz sonaría algo agitada, revelando un poco de esa incredulidad que aún conservaba. No obstante, esas palabras y esos ojos abiertos como platos no eran más que una mezcla entre sorpresa y confusión, porque si bien era cierto que no conocía a mucha gente, sí que sabía de la existencia del uso del chakra y sus derivados. Él mismo hacía uso de esa energía para sus propios intereses, pero lo que le impactó fue el hecho de que se sintió cerca de su objetivo ¿Ella también era parte de su clan? ¿Acaso él podría hacer eso mismo en un futuro? No tenía idea, pero tampoco iba a esperar más para intentar averiguarlo.
 
Un segundo fue suficiente, aunque luego de eso, la mujer le sacaría del pequeño mini trance con sus palabras – Sí, sí, claro que te entiendo. No tienes idea de cuánto – comentaría algo emocionado, a la vez que asentía con su cabeza, pues sabía lo difícil que era explicar el hecho de que te conviertas en un ser de papel. Se acercó a ella, con la intención de tomar el papel, para así demostrarle lo que él podía hacer.
 
Tomó el pedazo de papel con su mano libre, y prácticamente sin hacer nada, su cuerpo y su ropaje comenzaron a tener una tonalidad muy blanca, idéntica a la del objeto que estaba usando como recurso. Además de lo anterior, tanto la piel como su vestimenta tomaron un aspecto y textura similar a la del papel – Ahora soy de papel – diría el muchacho con una sonrisa en su rostro, triunfante y orgulloso de lo que podía hacer – Imagino que también puedes hacer eso – usaría su sentido común e ingenuidad para sacar sus conclusiones, aunque luego de eso, comenzaría a preguntar - ¿Conoces a otra gente que haga lo mismo que nosotros? – era evidente que estaba muy emocionado, tanto así, que de una vez no dudó en afirmar que había conseguido lo que buscaba – He estado buscándolos, necesito saber más acerca de lo que puedo hacer – su curiosidad era innata y no tenía problemas en preguntar, especialmente porque aun seguía convertido en papel.
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La Origami miró asombrada como el chico frente a ella transformaba su piel y ropajes en papel puro, Kurami se acercó a él, mirándolo de cerca, casi invadiendo su espacio personal, poco a poco, comenzó a caminar dando vueltas alrededor de Kano y a su vez, tocaba un poco con la Llama de sus dedos el cuerpo del chico, sin duda, estaba sorprendida

(Éste chico… de verdad cambió de piel!?, ahora es enteramente de papel!!)

Pensaba la chica mientras tomaba de nuevo su posición frente a Kano para escuchar las palabras que el tenía para la chica del Clan Origami

- Bueno… no estoy segura que pueda hacerlo de la misma forma… pero… sí… puedo convertir todo mi cuerpo y ropajes en pequeños pedazos de papel, bueno… de poder no puedo aún, es una técnica muy avanzada para mí… -

Diría la chica con algo de desilusión y pesimismo, odiaba ser débil y siempre ansiaba volverse más y más fuerte por sobre cualquier medio, sin importar que tenga que dar a cambio o que tenga que sacrificar, aunque rápidamente abandonaría esa actitud pesimista para tomar una de emoción y responder a las palabras del chico, sí… Kano estaba frente a una chica rara y bipolar.

- Claro que conozco gente que puede transformar su cuerpo en papel… aunque no estoy segura de que sea lo que buscas, pero aún así te diré… Clan Origami… te suena de algo?, es un antiguo clan que se instaló hace ya tiempo en Iwagakure, aunque antes pertenecía al país de la lluvia -

Si bien, Kano podría no compartir el mismo estatus social de que Kurami, esto a ella ya no le interesaba, el chico parecía ser agradable, interesante y poderoso?, talvez sí… talvez no… pero era esto lo que precisamente hacía que Kurami compartiera con el joven

- Todos los que pertenecemos al Clan Origami podemos transformar nuestro cuerpo en papel, y también hacer uso del Chakra para ejecutar Jutsus relacionados con el papel… no sé si ésta información te sirva, pero ahí está… -

Diría Kurami con una gran sonrisa dibujada en su rostro, hablar de habilidades y sobre su Clan la ponían de buen humor

- Talvez en algún momento puedas ir a Iwagakure y conocer al Clan Origami… o podría llevarte yo... -

Diría susurrando lo último, a decir verdad, se la estaba pensando, Kurami ya se estaba adelantando a los sucesos, y si planeaba llevar a Kano a conocer Iwa y al Clan, talvez primero deba “arreglarlo”, después de todo, ella tenía una imagen que dar y no podía llevar a Kano con su apariencia actual, quizás un poco de ropa y un peinado lo arreglaría, pero como dije, ella ya se estaba adelantando sin pensar si quería si eso era lo que realmente quería el joven…
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Era evidente que aquella fémina había resultado sorprendida por las habilidades de Kano, cosa que no era extraña para el muchacho cirquero pues en su experiencia, la gente solía sorprenderse por sus habilidades. Es debido a esto último que el joven más que sorprenderse, se sintió bastante orgulloso por lo que había logrado en aquel momento, colocando una sonrisa de satisfacción a la vez que cerraba sus ojos en señal de victoria… todo mientras la muchacha le examinaba con total indiscreción.
 
Sentía que había triunfado de alguna manera, casi como si de una competencia se tratase, aunque a decir verdad, todo estaba influenciado por su joven espíritu – Tampoco es tan complicado – comenzaría diciendo el muchacho, refiriéndose a lo del cuerpo y el ropaje – Parece ser que compartimos algo … ¿Seremos primos o algo? – un cuestionamiento interesante, y aunque podía llegar a ser posible, lo que más brillaba en las palabras de Kano era su ignorancia para con las habilidades de ella y con las de él mismo – Aunque igual, no te compliques tanto – una frase bastante común en él.
 
¿Clan origami? Su expresión al utilizar esas palabras fue de decepción en conjunto a sorpresa - ¿Clan origami? No es lo que busco – estaba realmente confundido por lo que estaba pasando, pues a pesar de que no sabía mucho de su clan, si llegó a conocer a un miembro que le enseñaría lo básico, y allí no había ningún clan origami – Aunque me da curiosidad que nos parezcamos tanto – continuaría la conversación, subiendo su ceja derecha al mirarla, casi como si buscara la respuesta en sus labios – ¿Y solo son capaces de convertirse en papel? – arrojaría la pregunta clave en todo aquello – Yo puedo cambiar mi piel por la de distintos objetos que toque. Se supone que es un arte ninja – no lo tenía muy en claro, aunque sí hubo algo que le interesó – Y claro que me gustaría conocer Iwagakure y tu clan origami. Tal vez allá conozcan a la gente que estoy buscando – sonreiría con total serenidad, a la vez se le ocurriría una gran idea en ese momento – Es más. ¿Te parece si echamos una carrera? Quiero ver si mi papel es más ligero que el tuyo – era una propuesta un tanto infantil, aunque bastante notable en él, pues a pesar de tener quince años, tenía muchos pensamientos como los de un infante – Si quieres, puedo dejar de ser de papel, aunque no sería tan divertido – evidente la estaba retando en todo aquello – También podemos ir a buscar comida, que de hecho, era lo que yo estaba a punto de hacer. -.
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- Ya veo, entonces ustedes pueden adquirir las propiedades de cualquier cosa que toquen mientras los Origami solo podemos transformar nuestro cuerpo en papel, Fascinante… -

En todos los años que la chica llevaba siendo una Ninja al servicio de Iwagakure, nunca había visto algo tan peculiar como las habilidades que Kano mencionaba tener, trataba de recordar haciendo memoria mientras colocaba ambas manos en su cabeza y cerraba sus ojos, pero nada, simplemente no había visto algo similar así que eso era algo nuevo para ella

- ¡Podría ser!, dentro del Clan hay Ninjas con mucha más experiencia que yo y seguramente, por ahí habrá alguno que sepa algo sobre lo que estás buscando -

Serían las palabras de la muchacha que ya se encontraba con una gran sonrisa en su rostro, claramente orgullosa de nombrar a su clan y la posible ayuda que le podrían ofrecer al joven Kano. Luego de eso, recibió un reto por parte del joven, una pequeña carrera para averiguar qué papel era más liviano, a Kurami le gustaban los retos, pero también odiaba perder pero que más daba. Cuando estaba a punto de aceptar recibió otra propuesta por parte del joven, ir a un lugar a buscar algo de comida, en ese momento, Kurami cambiaría totalmente de parecer inclinándose por la propuesta de la comida

- De acuerdo Kano, primero vayamos a comer y después tengamos esa carrera… por cierto, creo que no te eh dicho mi nombre, que mal educada soy… mi nombre es Kurami -

Inmediatamente después, la chica tomaría una de las manos de Kano para estrecharla fuertemente y agitarla bruscamente mientras le regalaba una sonrisa al chico. Luego de soltar su mano esperaría a que el joven tomara la iniciativa y guiara el camino a donde sea que pudieran buscar algo que comer…
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