[Halloween] - Festival del Fuego

31 de Jūgatsu/octubre, 15 D.K

Konohagakure, Zona Comercial

En las serenas calles de Konohagakure, el otoño tejía su manto de hojas doradas, anunciando la llegada de un evento tan esperado como misterioso: La Noche de los Espíritus Ninja. La aldea se sumía en una transformación encantada, con faroles de calabaza que titilaban y proyectaban sombras espectrales sobre los altos y pequeños edificios. Los ciudadanos, envueltos en un aire de entusiasmo, decoraban sus hogares con espantapájaros siniestros, murciélagos de papel, telarañas inventadas y demás decoraciones, mientras los niños y adultos se disfrazaban y compartían su alegría.

Los preparativos para la celebración eran evidentes en cada rincón. Los líderes de la aldea habían unido fuerzas para crear un evento sin igual. Puestos de comida ofrecían delicias terroríficas, desde ramen de ojo de dragón hasta dango de araña venenosa. Un laberinto de sustos aguardaba en el bosque cercano, donde los valientes podrían enfrentarse a apariciones y monstruos ninja.
En el centro comercial de Konoha, el epicentro de la festividad, un escenario vibraba con actuaciones en vivo. Desde teatro de sombras con leyendas espeluznantes hasta demostraciones de técnicas muy innovadoras, el entretenimiento estaba a la orden del día. Un concurso de disfraces animaba a los aldeanos a mostrar su creatividad, y una "Casa Embrujada" desafiaba a los más valientes.

El aire puro de alegría, con risas y murmullos emocionados mientras los shinobi se preparaban para una noche de misterio y diversión. La luna llena observaba desde lo alto, y Halloween comenzaba, listo para desencadenar eventos sobrenaturales. Era una noche donde Konohagakure se envolvía en la magia de lo desconocido, prometiendo sorpresas, desafíos y Bingos espeluznantes. 

¿Estás listo para sumergirte en la celebración más espeluznante de todas? ¡Prepárate para una noche llena de sorpresas, desafíos y, por supuesto, jutsus espeluznantes en esta celebración de Halloween que nunca olvidarás!

Con esta festividad, les traemos una moneda especial que podrán acumular para conseguir todo tipo de premios, Dulces de Halloween, que  deberán recolectar a lo largo de los diferentes eventos y compartir con el resto de participantes. Además podrán utilizar este tema para compartir con otros usuarios y realizar todos los regalos que queráis, o simplemente salir a relucir aquel disfraz guardado, lo importante será disfrutar y dar caza a los intrépidos monstruos de la noche.

Reglas Especiales:

• durante el evento, no existe un mínimo de palabras siempre y cuando no se haga abuso de posts
  
• se ganará 2 dulces por postear en el tema oficial y 1 dulce extra por cada pagina que tenga el tema del evento
  
• una vez ingresado a un post de evento, se asume que ese día estas ahí y por ende solo podrás participar en ese país
  
• la muerte no esta permitida dentro de este tema
  
• luego de 48 horas puedes hacer doble post, y dentro de este tema no existen los turnos, puedes saltarte a todos los que quieras por el bien de la trama
  

El día de Satoru comenzó temprano en el Motel Jojo, un punto de partida ya familiar para él. Esta vez la razón de su amanecer era la apertura de su nuevo local, fruto de su dedicación constante y harta cantidad de misiones. Tras un año de esfuerzo incansable, la asociación con Jojo llevó a la adquisición de un establecimiento en la zona comercial. La nueva empresa consistía en un pequeño restaurante especializado en bebidas vegetales y licores extravagantes, resaltando los hongos autóctonos de la región.

Lleno de entusiasmo, llegó temprano a la Zona Comercial y se preparó para abrir las puertas de su recién adquirido restaurante. Antes de sumergirse por completo en el mundo culinario del día, había otro deber en la agenda: preparar la nueva locación para el evento especial de esa noche.

El Hostel Jojo, una extensión del Motel Jojo, se perfilaba como el lugar perfecto para acoger a los visitantes que buscaban disfrutar de La Noche de los Espíritus Ninja. Satoru y Jojo se esmeraron en preparar cada rincón del establecimiento. Las habitaciones fueron decoradas con motivos festivos con un acento dramático por las velas y telarañas.

En la recepción, Satoru se encargó de organizar información sobre los eventos de la noche y distribuir Dulces de Halloween, sumando así su participación a la celebración general de Konohagakure. El nuevo Hostel estaba listo para recibir a los visitantes, y Satoru aguardaba con expectación el inicio de la festividad.

No conforme con la esencia del lugar decidió llamar a Kenta, su buen amigo Saru, para que participe de aquella velada y le ayude con la decoración, esta noche el local traería consigo algunos juegos y probablemente algunas borracheras.

Para la ocasión Satoru salió a relucir una de sus macabras máscaras junto un traje especial, hoy sería la noche del terror y no había porque ser discretos.

+2

Azazel se sumergió en el ambiente festivo de Konohagakure, donde la Noche de los Espíritus Ninja había transformado las tranquilas calles en un escenario mágico y misterioso. Mientras la noche dorada del otoño lo rodeaba, el joven Uchiha dejó atrás su atuendo de shinobi y se convirtió en un espectáculo viviente. Un disfraz de demonio de fuego lo envolvía, con cuernos ardientes y un traje de llamas que danzaba con gracia a su alrededor. Su cabello negro se mezclaba perfectamente con el atuendo, y sus ojos Sharingan brillaban en la oscuridad. Azazel exploraba las calles decoradas con faroles de calabaza, observando con detalle cada escena de la celebración. Los niños se movían alegremente disfrazados de monstruos, mientras los adultos compartían risas y dulces. Los puestos de comida ofrecían una variedad de delicias, desde ramen de ojo de dragón hasta tentadoras golosinas. La alegría y la emoción llenaban el aire, y Azazel estaba decidido a vivir cada momento de esta festividad especial.

Se acercó a un laberinto de sustos en el bosque cercano, donde los gritos y risas de los visitantes lo motivaron a aventurarse en medio de las apariciones y monstruos ninja. La Casa Embrujada no escapó a su curiosidad, y con una actitud imperturbable, se aventuró en la oscuridad del edificio. Los sustos cuidadosamente planeados lograron sacarle sonrisas y risas mientras avanzaba sin miedo. Luego, dirigió sus pasos al centro comercial de Konoha, donde un escenario vibraba con actuaciones en vivo. Desde teatro de sombras con historias escalofriantes hasta demostraciones de técnicas ninja inusuales. Un concurso de disfraces llamó su atención, y comenzó a maquinar cómo sorprendería a todos en la próxima edición del evento.

Finalmente, el Hostel Jojo se cruzó en su camino. Azazel, no reconociendo al dueño del local, Satoru, por el disfraz, admiró la atmósfera festiva del lugar. Velas titilantes y telarañas decoraban la estancia, y un aire de misterio inundaba el ambiente. Se acomodó en la barra, su mirada serena se cruzó con la máscara macabra de Satoru.

— Feliz Noche, este lugar es maravilloso. ¿Qué tienes de beber? —preguntó Azazel con una expresión tranquila y un toque de curiosidad en su voz mientras iniciaba su encuentro en el restaurante de su recién conocido anfitrión.

narro / [pienso] / --hablo-- 

Última modificación: 25-10-2023, 03:39 AM por Musacus.

Una escena peculiar se presentaba en el interior  del Jojo Hostel, la gente llegó rápidamente y de un momento a otro, Satoru, Kenta el simio y El anciano Jojo se encontraban sirviendo sake´s mortales, ramen del infierno e inclusive el plato especial compuesto de hongos: Muerte prematura, esto y otra decena de bebidas a disposición harían de un comienzo de noche de pura alegría.
En la entrada se anunciaban la carta de tragos y comidas, junto con el horario de los juegos, una competencia de tragos y unas pulseadas para los más rudos. Una serie de mini eventos para disfrutar aun más la noche.

Con total naturalidad, el gorila se encontraba sobre la barra conversando con otros sujetos, como si se tratara de un civil más pasaba desapercibido o simplemente era recibido con gracia, este conversaba y escuchaba los pedidos de la gente. Por otro lado Jojo, era el encargado de servir los tragos en la barra y alcanzarle las jarras a Kenta para que las lleve a las mesas. Satoru en cambio atendía al resto de la gente y con su dramático disfraz bromeaba y tomaba los pedidos.

El sitio estaba casi completo y no paraban de llegar gente. En una oportunidad llegaría un joven que lo miró con curiosidad, claro esta, ambos compartían el gusto por los cuernos y los demonios
Buen gusto! 
Bienvenido a esta fiesta! Respondió
El Anciano Jojo te atenderá Dijo señalando al hombre tras la barra
Te sugiero el trago Llamarada Respondió con un gesto afirmativo
En un rato comenzaran los juegos Exclamó Satoru mientras se retiraba a atender una de las mesas.

El ambiente rozaba lo absurdo, cada disfraz ostentaba rasgos personalizados, desde tigresas hasta condes, desde exploradores hasta criminales, todos disfraces muy curiosos. Las paredes cubiertas por cuadros antiguos y velas de cera, que gracias a un tinte teñían las paredes de rojo y verde, de a poco el aire empezaba a viciarse y de esta forma empezaba el "calentamiento" o la "previa" de la fiesta, los gritos entusiastas y las risas coordinadas sumaban al ambiente de alegría, un momento de gracia y reconciliación. 

El Anciano con un gesto le tomó el pedido con gusto y le acerco unas aceitunas en un pequeño recipiente.

Dime que andas buscando pequeño demonio! Exclamo JOJO con gracia y vehemencia

4

¿De qué irán disfrazadas? – preguntaba Kahona a sus hermanas trillizas – humm… no se… no quiero disfrazarme este año… ya parecemos un monstruo, ¿no? – dijo Ohona, mientras leía tranquilamente un libro de artes marciales y comía galletas de arroz – de bruja – espera, ¿Qué? – pregunto Ohona ante la intromisión de Chihona… y bueno, sí, para quienes no conocen nada de Ohona, ella tiene 2 hermanas trillizas, siendo Ohona la del medio.

De izquierda a derecha, Chihona [Mayor], Kahona [Menor], Ohona [la del Medio]

Su hermana mayor, Chihona, sufre una condición de salud inestable, lo que le obligo a unirse al cuerpo de su hermana Ohona, mientras que Kahona es una Hyuga que realmente no se le da mucho el mundo ninja… en fin, en el momento que Chihona indico que quería vestirse de Brujita, lo que realmente quería decir era… que quería que Ohona se disfrazara de Brujita – y mira que el otro día compramos una minifalda muy sexy para una ocasión como esta – dijo Chihona – ¿que eso no era una polera larga y recatada? Eso si… era algo ajustada… se usa con calzas o pantalón… - dijo la jovencita - ¿Qué? Es una mini-falda, hasta nos la probamos – dijo Chihona - … hermana… se me vera todo… bueno, al menos déjame usar mis vendajes por debajo… - dijo Ohona, dejando a un lado el libro, para darse cuenta que ya Kahona se encontraba con el vestido y accesorios de Halloween, toda su ropa de color naranja, lista para emboscar a su hermana, y claro con la ayuda de Chihona, la pobrecita no tendría como defenderse…

Perfil de Chihona Hyuga
Ficha de Sir Frederick Von Strangle Firrial III
Sartén-kun

Última modificación: 26-10-2023, 03:29 AM por Kazu Sarutobi.

Alguien hacía gestos de asco a lo lejos, abajo de un árbol a metros de la avenida principal, el Sarutobi, tenía pintada su cara como si fuera una calavera, su vestimenta era una camiseta negra, pantalones negros ajustados y sus sandalias, muy casual. Llevaba una gran venda negra que recorría su frente, bajaba para tapar su ojo derecho. Su disgusto había sido por que Senra, que deseaba estar en Halloween ya que se lo perdió el año pasado, estaba haciendo algo que no era muy diferente a él; fumando un cigarrilo con yerba adentro. 

–¡Nada más que decir...!–Aliviado con un jadeo en su voz, daba chupadas aspirando ese humo que le disgustaba oler a Kazu. –¿No podrías fumártelo en la isla? Después me tachan de mal oliente en Konoha por tu adicción.– Su enojo era notorio, pero debería acompañarlo hasta que se lo acabara. –Los envidiosos hablan...los locos experimentan, y los sabios ilusionan...–Moviendo su cintura larga como si estuviera siendo pis, y aullando como si fuera un perro, el simio. –¡Ni sabes lo que decís! Espero que no me vean mucho con vos, se me va pegar ese olor a mierda.– Alargó su última palabra caminando hacía las calles de Konoha. Dejando a Senra atrás, aunque lo empezó a seguir posteriormente. La luz era agradable, pues el dulce color naranja, y el festival era como esos recuerdos mágicos, que siempre sé cambiaba la visión por ser ya un recuerdo que le metemos cosas falsas para que sea mucho más disfrutable.

Los chicos querían hacer algo que posponían, pues El Sarutobi es valiente, aunque cuando sucede algo sobrenatural es...mejor no lo digo, no quiero ofenderlo. Las patas largas y desnudas de Senra las apoyó, y movió el polvo del pavimento, gente salía de un establecimiento decorado con bastante huesos, demonios y la propia muerte. Apretaba sus incisivos el Sarutobi, pero alado de él. Saltaba en el lugar Senra, el mono se reía en su interior, aunque resonaba en los oídos del joven. –Solo haré esto por vos...– Sus ojos decían una verdad; No quería entrar ahí. No podía creer lo que iba a hacer; entrar a la casa embrujada. Había una recepcionista que explicaba lo que si  y no se puede hacer, normal. Pues Senra, ni la tenía registrada por imaginarse situaciones en cada momento de lo que podía ocurrir, no pudiendo entender lo que quería explicar, sin embargo, movía en sintonía su cabeza de forma positiva en lo que decía ella. 

–Quien muere de un infarto...o se retira, le paga la cena al otro. ¿Trato?– ¡maldita rata, no tienes dinero...!– Reía abriendo su gran boca el simio de pelaje blanco. Y empezó a correr por las habitaciones, dejando solo al chico.

Canción del momento

Senra...por su parte empezó a tener alucinaciones de por medio, su mente empezó a tener una canción pegadiza, tan repentina que lo hizo motivar más. Mientras caminaba con terror (falsamente). Un payaso dió aparición en su presencia, que lo hizo saltar de su lugar, y empezó a correr, aunque los primeros segundos sus patas se movían en el mismo lugar ¡No avanzaba!, el payaso sé quedó mirándolo con un signo de pregunta –¿?– Hasta que arrancó el pobre simio, recorriendo cuartos casi sin luz y abriendo las puertas como si casi las rompiera, hasta poder ver una sala de muchos maniquí. Eran blancos igual a su pelaje, decidió armar un plan tonto. Sé puso recto, como si fuera un militar, y agarró un gorro para ponérselo, iguales al resto de maniquíes. Su rostro quedó sin visión por la gorra grande de un color fosforescente que tapaba su frente. El payaso entró empujando la puerta así abrirla rápida, mirando los maniquíes...en forma de duda si el simio sé escondió atrás de ellos, como si habría algo extraño...Pues, no estaba muy dotado de IQ. Senra se reía en su interior, no podía parar de reírse de todo. Así en un intento de seguir escapando, alzó su voz, y saltó adelante del Payaso el simio abriendo sus brazos energéticamente–¡Tú mamá no te quiere! JAJAJA– En un momento de éxtasis que estaba el loco simio. Que pudo asustarlo en cierto modo al Payaso retrocediendo un paso, aunque él empezó la huída a uno de los conductos y retumbaba su risa como si fuera un desquiciado disfrutando esto.

Esta era una epoca complicada para nosotros no tanto por la festividad sino por los arreglos de flores que  solicitaban a cada rato, era normal que en esta temporada se contrate a gente extra para terminar de aprovechar cada envio y que cada arreglo quede bien, era mi primer año como lider del clan yamanaka y me tocaba estar presente en las festividades por lo que, con mucho fastidio, me vesti representado el logo de los yamanaka en mi espalda y camine hasta donde  se estaba reuniendo la gente, tenia un cigarrillo en la boca y solo fumaba, apartado de todos y estando ahi solo como acto de presencia, claro, tambien estaba consiente de que se debe mantener un orden y ante cualquier desorden iba a ayudar pero por ahora, lo mejor era "disfrutar", realmente Halloween me da igual por lo que fui a un puesto de comida que ofrecía licor de calabaza... No que san tambien sabe eso pero debia probarlo - Me da uno..Por favor -

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

Azazel entabló un breve intercambio de palabras con el anfitrión del lugar. Luego, el anfitrión procedió a presentarle al anciano Jojo, quien estaba a cargo de la barra. Siguiendo la sugerencia del anfitrión, el joven Uchiha decidió pedir el trago llamado "Llamarada." Mientras esperaba su bebida, Azazel se tomó un momento para observar a su alrededor. Entre la animada multitud, notó la presencia de un mono que parecía compartir con los demás asistentes.

[Eso es... ¿un mono? ¿Será parte de un disfraz?]

La duda cruzó la mente de Azazel mientras esperaba pacientemente su trago. Cuando finalmente se lo sirvieron, no pudo evitar probarlo de inmediato. El sabor picante y especial le sorprendió gratamente.

--Oh, sí que es bueno!-- expresó Azazel con una sonrisa. --Gracias, jefe.--

Azazel se acomodó en la barra, listo para disfrutar de las rondas de su trago mientras aguardaba el inicio de los juegos anunciados por el anfitrión. El ambiente festivo y la misteriosa atmósfera de Halloween lo envolvían, y estaba ansioso por continuar disfrutando de la velada.

narro / [pienso] / --hablo-- 

Última modificación: 27-10-2023, 08:21 PM por Musacus.

Aun quedaban una o dos mesas libres, el resto completamente cubierto, desde la barra hasta el salón, Jojo a cuatro manos sirviendo trago, ninguno de los dos pensaba que les iría tan bien. Aunque realmente lo importante no era el dinero, sino compartir un buen momento y disfrutar de la noche, nunca era tarde para conocer nuevas personas.

Debido al barullo costaba oír a quienes tenías al lado, aunque esto solo aportaba tonos altos de volumen y algunos gritos y risas exageradas. 

Pasadas unas horas Satoru decidió descansar unos momentos en la barra mientras pedía dos tragos más, uno para Azazel y otro para El.

Otra ronda maestro! Exclamó al Cantinero

Luego convido otro trago a su compañero Azazel ya que su vaso estaba por vaciarse.

La casa invita!
Oye, me alegras que andes por aquí
Esperaba que no me reconocieran bajo la Máscara Dijo riéndose

Que te parecen unas pulseadas? Preguntó

Luego le hizo un gesto al gorilla que rápidamente voltio a Satoru y se acercó caminando por arriba de la barra con total impunidad y gracia.

Oye Kenta, quieres empezar el juego?

Estaba esperando este momento!
Respondió el Gorilla mientras hacía sonidos típicos de su especie, algo emocionado por lo visto.

Jeje ya veo! Exclamó

Ve preparándolo por favor

EL gorilla dio un salto y ascendió hasta el techo para luego reposicionarse en la mesa central del salón, desde allí el Gorila empezaría su explicación alzando su voz para ser escuchado.

Satoru observo a Azazel una vez más y siguió conversando con El y disfrutando su trago, en unos momentos empezaría el juego, sencillo y de pura fuerza, para distenderse un poco y disfrutar del espíritu competitivo. 

Muy bien! Muy BIEN! 

Escúchenme pequeñas criaturas

¿¿Estan preparados para un desafío??

¿¿Creen poder vencer estos musculos??
Anuncio Kenta.

6

Azazel estaba disfrutando de una agradable velada en el nuevo local mientras las festividades de Halloween estaban en pleno apogeo. Conocía a diversas personas en la reunión, compartiendo historias y chistes con los presentes. Después de un rato y varios tragos, el anfitrión se acercó amigablemente a Azazel, invitándolo a beber juntos. El Uchiha aceptó la invitación con entusiasmo, aceptando el trago con gratitud. Ante el comentario de Satoru, el joven shinobi respondió entre risas.

-- Jajaja, sí, tenía mis dudas. -- Luego, al mencionar las pulsadas, Azazel reflexionó y añadió pensativo: -- Pulsadas? La verdad es que la fuerza bruta no es precisamente mi especialidad... --

En ese momento, Azazel se percató del gorila en el local y, entre susurros dirigidos a Satoru, formuló una pregunta intrigante.

-- Oye, ¿ese gorila es real? --

El gorila tomó un lugar prominente en la mesa central y desafió a todos los presentes a un duelo de pulsadas con una voz potente. Ante el silencio que se generó entre los presentes, Azazel, que ya había disfrutado de varios tragos, terminó lo que quedaba en su vaso y se levantó para dirigirse a Satoru.

-- Bueno, supongo que me toca averiguarlo. --

Recogiendo sus mangas, Azazel caminó hacia la mesa central, atrayendo la atención de los presentes. Sus ojos, que pronto adquirieron un brillo rojizo que revelaba su Sharingan, analizaron al gorila antes de tomar posición. Dirigiéndose al intrépido retador, Azazel declaró con determinación. 

-- Acepto el desafío. -- Su mirada mostraba una seguridad imponente, aunque la diferencia de tamaño entre su pequeña mano y uno de los dedos del gorila era notoria. Los tragos lo llevaron a una situación que jamás consideraría estando sobrio. Azazel, en un estado de ánimo elevado gracias a las bebidas, se lanzó al desafío con una sonrisa, ignorando la improbabilidad de su victoria.

narro / [pienso] / --hablo-- 

Samuru volvía a casa con un gesto facial algo contrariado. Aquella noche debería haber sido una gran oportunidad para conseguir algo de dinero extra, pero en su lugar había terminado en un evento que casi se llevaba a parte de su clientela habitual por delante.

Todo había empezado con tranquilidad en un evento especial de Halloween organizado por las encargadas de su "segundo trabajo"; debía ser una fiesta divertida en la que la clientela pudieran dejarse llevar, ocultas y ocultos por disfraces que, si bien lograban disfrazar sus apariencias, dejaban poco o nada a la imaginación... El problema era que alguien aún sin identificar había decidido llevar su disfraz un paso más allá y acompañar su aspecto de demonio con fuego real; el resultado había sido un incendio sin controlar de la sala de invitados, así como la cancelación inmediata del evento por razones evidentes. Por suerte para el negocio no habían habido heridos o lastimados entre la clientela, en parte porque los trabajadores eran más que capaces de resolver la situación pero... "Ahora me quedo sin paga extra y he pasado horas trabajando en este aspecto para nada..."

El disfraz consistía en un completo descoloramiento de su piel, hasta alcanzar una tonalidad completamente pálida, que hacía resaltar como ascuas en una hoguera el brillo ambarino de sus ojos, así como del maquillaje "sangriento" con el que había acompañado al tratamiento. Había tenido especial cuidado con el rostro, para el cual había usado la técnica básica de camuflaje que le permitía mantener una máscara perfecta que, para esta ocasión, simplemente seguiría el modelo del disfraz, sin ocultar su verdadero rostro, si bien, añadiendo un par de cuernos al mismo. El resto del "disfraz" consistía en un kimono de kendo con colores invertidos (Blanco para la parte inferior y negro para la superior) con lo que parecían algunas salpicaduras de sangre, que decoraban aquí y allá algunas zonas de la prenda, así como de su rostro y manos; dicha sangre estaba compuesta de mermelada de frambuesa y colorantes.

Apariencia completa

El destino, o quizás la suerte, le acabarían llevando a pasearse por delante de un puesto de ramen bastante colorido y en cuyo menú se encontraban varias delicias, adaptadas con astucia y distintas especias para tener un aspecto más "terrorífico".

- Quizás es demasiado pronto para dar por perdido el día - Murmuraría para sí mismo el shinobi antes de acercarse al puesto, indicando que le entregaran un "Corazón inocente" (Básicamente una manzana de caramelo cuya forma parece la de un corazón clavado en un palo), pagando el pedido y continuando su recorrido por las calles, en busca de algo con lo que entretenerse, mientras comía con tranquilidad el manjar recién obtenido, produciendo con ello quizás una imagen algo escabrosa pero que daba el pego con su apariencia.

Habla | Pensamiento | Narración

Ohona fue forzada a usar un disfraz en conjunto, mientras que sus hermanas le ponían este disfraz con muy poca tela bajo las caderas, la pobre niña se sonrojaba ante la situación mientras que las presas eran cubiertas rápidamente por las agiles manos de Kahona mientras que Chihona impedía que Ohona impidiese esta situación… si, hay muchas “honas” en esta familia, pero bueno, qué más da… al final, Ohona estaba completamente disfrazada, muy en contra de su voluntad, pero a la vez, muy hermosa como ella nunca creyó estar…

Su hermana menor, Kahona, estaba maravillada viendo el cuerpo de sus dos hermanas mayores desfilar tremendo disfraz – y que dices, ¿Ohona? ¿Realmente no te gusta cómo nos vemos? – preguntaba Chihona, mientras tomaba el busto de ambas y lo reacomodaba – no… tienes razón… se ve muy bien… pero… ¿no crees que es muy revelador por atrás? – aaah mujer, calla que la regla de oro en Halloween es que podemos vestirnos como queramos y no ser juzgadas por ello – decía Chichona, sonriéndole a su hermana - me sorprende que te preocupe tu trasero y no tus pechos - dijo Kahona, mientras rebuscaba un disfraz para ella.

Perfil de Chihona Hyuga
Ficha de Sir Frederick Von Strangle Firrial III
Sartén-kun

Después de varios minutos caminando por el resto de puestos en la aldea, comiendo lo que tenían que ofrecerle y observando algunos teatrillos ambulantes; Samuru decidió que era un momento tan bueno como cualquier otro para cambiar a un nuevo entorno, quizás uno algo más... ¿Tenebroso? Ligeramente tentado por la idea, se acabaría el último producto comprado y se dirigiría en dirección al lugar que le había venido a la mente.

Si bien era cierto que nunca había sido especialmente fan de los espectáculos de terror (en parte debido a que había participado como telonero en alguno que otro de estos eventos, lo que le había llevado a perder la percepción de la "ilusión" de estos espectáculos); por otra parte, hacía años que no se exponía al peculiar círculo artístico que se formaba en estos lugares, así que quizás fueran capaces de sorprenderlo con las artimañas o trucos teatrales utilizados. ¿Habría olvidado algún truco importante? ¿Habría avanzado el espectáculo mediante el uso de nuevas técnicas o tecnologías? Acompañado por esa premisa, decidió que la casa del terror era un lugar tan bueno como cualquier otro para pasar la siguiente hora.

...

Pasados unos minutos, una mansión abandonada se alzaba ante él con total magnificencia; decorada con telarañas, moho, tumbas y cadáveres artificiales de la mejor calidad, la primera impresión de la misma resultaba, como mucho, encantadora...

- Por ahora no estoy especialmente sorprendido. El atrezo es bastante básico ¿No tenemos clanes capaces de crear mejores ilusiones que esto? - Y ahí estaba la principal razón para no haber acudido antes a ese tipo de eventos... La experiencia había convertido a Samuru en un escéptico de lo paranormal, o más bien, en alguien demasiado conocedor del mismo. A fin de cuentas, cuando has estudiado métodos para vaciar, preparar y reanimar cuerpos ayudado de tus habilidades y técnicas que te permiten encerrar la esencia de las personas en recipientes, unos cuantos cadáveres de mentira y la idea auditiva de fantasmas pierden casi por completo la capacidad de sorprenderte.

- ¿Debería entrar?

Habla | Pensamiento | Narración

Última modificación: 15-11-2023, 03:34 PM por Musacus.

La situación mejoraba con el pasar del tiempo y a su vez cada trago acompañaba con un halo de candor y simpatía. Todo el Bar a tope de gente, no podría haber resultado mejor, mientras Kenta anunciaba el juego y motivaba a los participantes con un importante premio.

Por otro lado Azazel y Satoru observaban el espectáculo anunciado por Kenta quien ya se encontraba pulseando con otro Sujeto.

Todo real, me pareció un buen momento para que Kenta conozca la Aldea
Además supuse que pasaría desapercibido, pero ya veo que la gente la esta pasando bien con El Respondió Satoru

Iban llegando de uno en uno y eran vencidos por los poderosos músculos del Gorilla.

Kenta seguía con su picardía motivando a los borrachos y fortachones, en ese momento aparecio Azazel junto a Satoru, quienes serían los próximos al desafío.

Coincido contigo compañero, la fuerza no es lo mío
Creo que lo mejor será agarrarlo cansado e intentar ganarle
Aunque dudo que sea sencillo
Quizá podemos ganarle en el próximo juego...

Satoru le hablaba a su compa mientras la gente se acumulaba alrededor de la mesa de juego.

Vamos! pensé que habría gente fuerte aquí! Exclamó Kenta provocando a los allí presentes mientras le daba un sorbo a su cerveza y se ruborizaba.

Luego observo al joven Uchiha para responderle con un gesto afirmativo.
Vale Joven! Toma asiento!
Estas listo? Preguntó luego de otro trago mientras apoyaba parte de su brazo sobre la mesa, esperando de esta forma a su contrincante...

7

OFF. mediremos la borrachera de Kenta en cada turno con un 1d10, del 6 a 9 será un reductor de fuerza, de 0 a 5 sigue bebiendo sin problemas. 6(-5); 7(-10);8(-15);9(-20);10 (Kenta ebrío pierde la pulseada)


[1d10] Roll: Result:6
Fuerza de Kenta =85

Azazel tomó asiento frente al imponente gorila, colocando su codo sobre la mesa en un intento de enfrentar el desafío de pulsos. La mano del joven Uchiha apenas lograba agarrar la inmensa extremidad del gorila, y una vez que el enfrentamiento comenzó, Azazel invocó toda su fuerza en un esfuerzo inútil por someter al formidable primate. Apenas se movía, y Kenta podría no haber percibido el verdadero esfuerzo que Azazel ponía, quizás ni siquiera había dado inicio al juego.

Entre jadeos, Azazel se sorprendió al enfrentar la abrumadora fuerza del gorila. [¿Es posible que tenga tanta fuerza?]

Se preguntó asombrado, disipando cualquier duda que pudiera haber tenido. Era evidente que el animal de invocación era extraordinariamente fuerte, y en este enfrentamiento, Azazel se veía fácilmente superado. Se levantó de la mesa, dirigiéndose hacia Satoru con un ligero dolor en el brazo.

--Oye, oye, ¿es esto incluso posible? ¿Tan fuerte es este tipo? --

Pensó Azazel, mientras se alejaba de la mesa. A pesar de la derrota inminente, una sonrisa se dibujó en su rostro. Aunque sabía que sería vencido, disfrutó del desafío y la camaradería que la competencia brindaba. El joven Uchiha se mantuvo atento al próximo enfrentamiento, ubicándose cerca de la mesa para seguir disfrutando del animado ambiente.

narro / [pienso] / --hablo-- 

Última modificación: 17-11-2023, 11:57 PM por Musacus.

Estaba claro que el Gorilla no escatimaba en esfuerzo al derrotar fácilmente a sus rivales, acaso habría alguien que pueda vencerlo en pulseadas? lo dudo.

Satoru con gracia recibió a Azazel quien no demoró en ser derrotado al igual que el resto de los contrincantes.
Hehe, este Kenta es muy fuerte
Bueno, creo que llego mi hora... Respondió Satoru mientras se preparaba para su derrota.

Había que intentarlo, al menos para confirmar la fuerza de su amigo el Gorila. Mientras tanto el vencedor seguía bebiendo de su jarra que no paraba de llenarse de buen licor.

Satoru se sentó junto a Kenta y empezó la pulseada.

Tsk.. Eres muy fuerte... Exclamó Satoru mientras lo daba todo.

Un minuto de risa por parte de Kenta seguido de la derrota de Satoru,

Maldición! Creo que es la hora de pasar al siguiente juego

Quizá en el próximo evento la suerte cambie para los jovenes Shinobis, hasta el momento el gorilla permanecía invicto.

Bueno Bueno! 
Pasemos al siguiente juego! Exclamo Kenta

Haber si hay hombres aquí o son puro debiluchos! Exclamo intentando provocar a los allí presentes.

Esta vez uno de los encargados hizo un despliegue de una de las mesas en uno de los rincónesdel Bar, propiamente una mesa larga junto con 9 asientos que serviría de apoyo para los competidores.

El anciano Jojo se paro encima de una de las sillas y aplaudió para que le oigan.

Señores y Señoras, en este sector se realizara la competencia de bebidas! 

Las palabras del anciano se diluían en la muchedumbre borracha, pero aun así eran escuchadas por los más competidores.

Satoru y su espíritu competitivo alentarían a su compa, Azazel, para continuar con los juegos.

Que te parece? aguantaremos más que el Gorila? Pregunto Satoru al parecer ya un poco ebrio.

Unos instantes y atravesaría los diversos grupos de gente para dar con aquella mesa de competencia, allí solo  dos tipos y Kenta, sentados esperando a la comitiva, aun quedaban seis sillas más.

Una vez se llenen los cupos, el Anciano empezaría la explicación del juego y sus recompensas.

10

Una vez hubo terminado con el último capricho culinario comprado en los puestos de la aldea, Samuru tiraría los restos a la papelera más cercana, decidiéndose finalmente a entrar en la "horrible" casa encantada... La madera crujiría bajo sus pies en cuanto diera el primer paso en el porche de la fantasmagórica vivienda; la puerta chirriaría con su mero contacto al empezar a empujarla y una inquietante risa lo recibiría según se adentraba a su ya inevitable destino... Y ahí, en ese preciso instante... Acabaría todo...

- De acuerdo, eso... ha sido horrible - Comentaría en un susurro Samuru una vez de vuelta al exterior. En su rostro, recién salido de la experiencia de la misión encantada, podría observarse el más absoluta de las... Indiferencias - No había visto actores tan amateurs desde hace años.

Y es que todo había terminado desde el momento en que puso un pie dentro de la casa, concretamente, todo el terror ambiental había terminado. En el instante en que se cruzó con el primer actor, la suspensión de incredulidad necesaria para una experiencia plena en esos lugares había saltado por la borda. Tras todo aquello, la experiencia de terror no había mejorado en lo más mínimo, hasta llegar a un punto en el cual el titiritero había empezado a plantearse la posibilidad de que pagaran a aquellas personas con los dulces rancios que habían sobrado de anteriores Halloween "Un pago más significativo que este sería un insulto para el mundo de la interpretación... Y lo digo habiendo llegado a poco más que titiritero callejero" La opinión del marionetista podía parecer injusta, pero había que contar con el hecho de que aquella noche, que inicialmente parecía que iba a ser altamente productiva, había terminado en una completa pérdida de tiempo.

- En fin... - Diría concluyendo con un sonoro suspiro de resignación - ¿Y ahora qué?

Habla | Pensamiento | Narración

Samuru caminaba con lentitud por las calles de Konohagakure, dejándose llevar por los colores y olores festivos que la inundaban, en busca de algún otro nuevo entretenimiento. Había abandonado la casa encantada -la cual había resultado ser una completa pérdida de tiempo- hace ya cerca de veinte minutos y en aquel espacio de tiempo no había hallado nada que le llamara en demasía la atención. Su estómago ya estaba satisfecho, lleno de los sabrosos y peculiares manjares culinarios que había adquirido en su primera vuelta; la aldea no parecía prometer ningún evento escénico de terror que mereciera realmente la pena; y al titiritero le daba demasiada pereza acudir a algún bar o restaurante a celebrar algún tipo de festividad común...

Unos minutos atrás se había dejado llevar a un local nocturno, atraído por el gentío que lo rodeaba y que prometía una noche entretenida; sin embargo, el olor producido por la mezcla de alcohol, humanidad y sangre, sumado a la visión de personas por el suelo, y lo que en un rápido vistazo le había parecido un gorila al que la gente iba retando a pulsos por alguna razón, habían sido suficientes para borrar de su mente la mera posibilidad de adentrarse en aquel lugar. Ese tipo de evento sencillamente no era de su agrado.

Después se habría pasado de vuelta por el Hostess, aprovechando para preguntar por el estado de la gente que se había visto afectada por el accidente que había dado inicio a la noche... Aquello había terminado aún peor. La gerente estaba demasiado nerviosa y había considerado la desaparición de la mitad de sus trabajadores "Solo por un poco de fuego" como una falla al contrato que esta les ofrecía... Desconociendo cual sería la situación del resto de implicados, Samuru había decidido que aquello era el último límite que estaba dispuesto a permitir; Había renunciado a su segundo empleo. A fin de cuentas, llevaba un tiempo planificando la apertura de su propio "centro de ocio" en Ciudad Shukuba, en donde ya le había echado el ojo a un par de locales bien posicionados, así como a la escasa o nula competencia del lugar. Incluso había creado sus propias tarjetas de negocio, y aunque el objetivo de aquel plan futuro iba más allá de la apertura de un nuevo negocio -pues el local servía a un propósito secundario de mayor envergadura- aquella no era la noche para seguir pensando al respecto del tema.

De vuelta al momento actual, todo lo ocurrido le había llevado a pasear por la ciudad sin un rumbo fijo. Pero, en cualquier caso, el titiritero parecía estar bastante contento con su situación actual... Había bastante tiempo que no tenía una noche tranquila en la que pasear y disfrutar de los bienes de una aldea tan ambivalente como Konohagakure. Y sí, quizás aquella no fuera la noche más tranquila del año... Pero para él, era suficiente.

Habla | Pensamiento | Narración

Última modificación: 21-12-2023, 07:26 AM por Skuld Samuru.

Con la mente en paz consigo mismo, un futuro prometedor de cara al horizonte y el disfrute generado de una sencilla noche de fiesta y purificación, Samuru, con un nuevo dulce tematico en su diestra -consistente en unas bolitas dulces en forma de ojos, las que habían Sido sus favoritas de la noche- se encaminaria resuelto y a paso ligero a un buen emplazamiento desde el que observar los fuegos artificiales que darían cierre a aquel evento nocturno.

Recostado sobre el tejado mejor posicionado que había encontrado de cara a dónde se daría el espectáculo, la silueta demoniaca de Samuru -pues su disfraz continuaba impoluto- se veía recortada por la suave luz lunar, que alumbraba tenuemente los pocos espacios de Konohagakure que no se encontraban agresivamente iluminados por la excesiva cantidad de calabazas, linternas, focos y demás decoraciones haloweenescas.

El espectáculo visual y sonoro no tardaría en dar comienzo, con un único disparo que ascendería zigzagueante, atravesando el cielo, estallando y formando el emblema de Konoha en tonos rojizos sobre las cabezas de quién se girara para ver el inicio de aquel evento. No tardaría en empezarse a oír los aullidos de algún que otro perro, temerosos de un ataque inesperado -recordemos que Konoha es la aldea con mayor cantidad de perros del mundo ninja-; aullidos que quedarían enmascarados en pocos segundos, cuando el verdadero espectáculo de explosiones diera inicio.

Serían varios coloridos minutos en los que el rostro del titiritero no cesaría de verse iluminado de las combinaciones de colores más vividas posibles, mientras observaba con detenimiento y por qué negarlo, cierta satisfacción infantil, el espectáculo de luces que ocurría en las alturas. Estallidos de todos los tamaños, tonalidades y formas ocurriría en el plazo de unos diez minutos de duración, al final del cual volvería a ser coronado por una explosión de mayor tamaño que grabaría el símbolo de la aldea en las retinas de todo aquel que estubiera observando aquella obra visual... "A fin de cuentas el patriotismo vende" Pensaría el marionetista con una sonrisa taimada en el rostro, mientras se levantaba dispuesto a bajar caminado a la calle y volver a su hohar, completamente convencido de concederse un largo y merecido descanso, preparado para afrontar el futuro con más claridad y un claro propósito a larga escala.

Habla | Pensamiento | Narración