La fogata brilla no importa que

“Abue, quiero que me cuentes una historia para dormir.”


“¿Tan temprano? ¿Te vas a dormir ya?”


“No, pero estoy muuuuy aburrido ¡Quiero una historia!”


“Esta bien, esta bien ¿Pero como se dice?”


“¡Oh! ¡Por favor! Por favor cuéntame una historia para dormir abuela.”


“Bien mi niño bello precioso. Tengo una historia que a tu padre le gustaba escuchar también, aunque desde hace mucho que no la cuento y ya me he olvidado de varios detalles.”


“¡No me importa! ¡Quiero oírla!”


“Ya va, ya va.”

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En una muy distante era, antes de que el sol y la luna siquiera existieran, las personas usaban fogatas para medir el tiempo. Dependía de la cantidad de leña que tanto duraría una y cuando se apagara esta marcaría el fin de una actividad, sea trabajar, jugar, comer o dormir. No conocían una vida mejor así que jamas pidieron más, pero tampoco tenían mucho y solo podían resignarse cuando varios morían por escasez de agua y comida. Hasta que un día, un niño motivado por su infantil arrogancia subiría hasta la montaña más cercana al cielo y pedir a Dios que les diera más agua y comida para subsistir.

¿Qué le dijo Dios?

“Tu, mi niño, valiente como ninguno, mereces todo lo que pidas. Pero nada que se te de debe ir a las manos de aquellos te dejaron subir esta montaña solo.”

¿Y que respondió el niño?

“Nadie me ha dejado solo señor mio, he escalado a la cima del mundo por el bien del prójimo como mi madre me ha enseñado, luchado contra mis miedos y dudas sobre cumplir tal deber como mi padre me dijo y pagado mis respetos al todopoderoso como mis abuelos me instruyeron. De todas las mujeres en el pueblo recibí alimento para mi viaje, y de todos los hombres recibí el entrenamiento para escalar hasta la montaña más empinada.

“Aquí parado no esta un niño solo pero solo pueblo. La sangre del hombre es mi sangre, su alma mi alma, mi amor su amor, yo soy el hombre, pero como su creación ¿No somos parte suya también?”

“Correcto mis niños, todos vienen de mi y solo de mi, su voluntad es mi voluntad. Así que se haga la luz y reciban la prosperidad que ustedes desean, que yo deseo.”

De la boca del niño vinieron esas palabras. Encarnando a dios, se elevo en los cielos y abriría su corazón para revelar una esfera de luz hecha de su infinito amor —el infinito amor de dios— trayéndonos el sol y los días. La humanidad conocería por primera vez paz y tranquilidad, y de las montañas no bajaría un niño, pero dios, de aquí en adelante conocido como Negai no Kami.

---

Pero ahí no termina mi niño ¿Qué paso después preguntas? Esa es una historia para otro día—

Aish, bueno, deja de poner esa cara, ya que tenemos tiempo te contare el resto.

Conocido sería por todos como Dios bajo de los cielos para esparcir su amor al mundo, brillando su corazón resplandeciente en cada rincón del planeta no dejando ni una sola sombra sin tocar. De todos lados vendrían personas en peregrinaje para conocer en persona al Negai no Kami y plegar a que cumpla sus más profundos deseos y solo estos pues al humano se le dieron manos y pies para conseguir lo que quisiera por su propia cuenta, pero no tardarían en olvidar esa fundamental responsabilidad en lo que crecía su vanidad y dependencia del Negai no Kami.

Los hombres que de Dios no recibieron tomarían a la fuerza de los que si, y en consecuencia sus victimas se alzarían en armas para recuperar lo robado, así nacerían guerras, seguido por el dolor, la perdida, la desesperación, el resentir, profundo odio y más guerras. Dios trato de mediar, pero pronto el mundo llegaría a resentirlo como el principal culpable de sembrar vanidad en el corazón del hombre con sus bendiciones y no tardarían en apuntar sus armas a él, buscando el robarle su poder.

Muy tonta decisión, Dios podría quitarles hasta la vida en un parpadeo, pero los amaba tanto como para no hacerles daño; incluso si lo culpaban por los nuevos males desatados en el mundo; incluso si el mundo entero deseaba su muerte, él con gusto cumpliría.

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Fue así que con gran dolor pero inmenso amor usaría todo su poder para reducir su cuerpo y alma a polvo que esparciría por toda la creación. No dejando ni un solo rincón sin tocar, el polvo entonces se impregnaría en cada persona, animal, planta o cosa cargando un pequeño fragmento de su poder y una bendición:

“Qué aquel que fervientemente deseé, que profundamente piense, y verdaderamente haga reciba mi eterna bendición para hacer realidad todo lo que se proponga, sea pararse en la cima del mundo o entrar al reino de los cielos, por lo que deseen sera mi deseo también.”

Desde ese día las puertas al paraíso estarían por siempre abiertas para el humano que lo deseé y se esfuerce por ello, pues no habría nada que no pudiesen lograr de aquí en adelante si de verdad lo desearan e intentaran.

Por eso mi niño hermoso, tu crecerás en un hombre maravilloso y saludable porque yo y tu abuelo siempre rezaremos por ti, y daremos lo que sea para darte la vida que mereces mi rey precioso.

Te queremos mucho yo, tu abuelo, tu mami, y tu papi que te mira desde el cielo. Nunca lo olvides.

Última modificación: 29-01-2024, 10:34 PM por Marakaito.

Entrada #50
28 de enero, 13 D.K
1:56AM
Habitación - Nueva Iwagakure no sato - Nivel inferior

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El día inicia como cualquier otro, hoy tampoco pude levantarme a la hora que me propuse por culpa de quedarme hasta tarde leyendo el ultimo volumen de "En el origen del paraíso." Culpo a la prosa del autor, es tan limpia y concisa que puedo admirarla por horas. Es casi tan satisfactorio como ver tu rostro reflejándose en una superficie recién limpiada, sino más.

Pero no uso este diario para plasmar mi fanatismo por la buena escritura en papel (aunque debería conseguir uno) sino para recapitular mis días así mi futuro yo no olvida que alguna vez existí y como fui.

De seguro mi yo del futuro me recordara sin necesidad del diario, pero bajo lentes tintados por resentir; así que quiero este diario sea el testamento de una vida con altos y bajos, lo que va aquí han de ser mis verdaderos sentimientos y el más objetivo recuento de hechos. Aunque no estoy seguro de que sea capaz de mantener una cabeza fría redactando los sucesos de hoy; ya voy por mi tercer intento de escribir esta entrada, estoy más calmado que hace horas así que esta debe de ser la vencida.

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Apenas salí de mi habitación tome un baño rápido y fui a preparar mi desayuno. Estuve una hora debatiendo el que prepararme, así que para no perder más tiempo me decidí por cereal y salí a la calle apenas terminé, urgido por mi ansiedad en no pasar ni un segundo más en casa.

Es por esta caliente cabeza mía que estas caminatas por las calles de la aldea son una necesidad; el aire fresco y tiempo de reposo para una mente agobiada han hecho maravillas para mi estado de animo, no contando los libros de ficción en la librería por los que salgo de mi hogar en segundo lugar, claro.

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El interior de la librería se siente como su propio mundo, con su calmada atmósfera exudando una reconfortante calidez muy distinta a la que carga el irritante ambiente húmedo de afuera. Aquí se respira calma de su aire silencioso, lujo raro de hallar entre el bullicio de la modernizada aldea. Es de esperarse para el tipo de lugar al que uno iría a leer e incluso si no tuviese nada que leer pero tan solo a calmarse, yo al menos no siempre vengo con la intención de leer pero siempre termino leyendo algún libro, comic o manga en mi aburrimiento aun así.

A veces encontraría nuevo capitulo o volumen de mis series favoritas, lo que justo paso hoy con nuevo capitulo de “Cómo criar a tu recipiente” y extrañamente “Tengai Bouken”  extraño porque el autor se lesiono hace una semana y esta es una serie de novelas conocida por demorarse en sacar volúmenes, pero mi alegría no podía ser mejor ahora que tenía material para una placentera lectura en la librería y casa. Debí esperarme que tanta suerte solo podía ir seguida por una terrible racha.

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Salí de la librería a una hora antes de la cena. Mi estomago protestaba por la falta de almuerzo y a veces lo miraba medio esperando que implosionara del mucho hambre que sentía. Es casi literal para mi la idea de los libros de fantasía trasportando a su lector a otro mundo, puedo ignorar las muchas necesidades de mi cuerpo por bastante tiempo solo leyendo. Mayoría de la culpa la tiene mi deficit de atención al que le debo todos mis predicamentos en vida, pero todos quien conozco lo toman como una simple excusa para mi vagancia.

Solo saben culparme por todo este o no este bajo mi control, lo vi en los ojos de mi madre y hermana cuando regrese a casa. No me moleste en leer el resto de sus expresiones, es siempre la misma emoción con la que me reciben, molestia.

“Hijo ¿Por qué no viniste para almorzar? Hice tu comida favorita.” Dijo mi madre. No es como si no me guardaran un poco, y lo dijo como si no fuese un plato tan fácil de hacer que lo comemos varias veces a la semana.

“Estaba en la librería.” Respondí. Es rutina; no siempre salto almuerzo, claro, pero no debía de extrañarles.

“Y explícitamente ayer te dijo mama que si ibas una vez más sin haber hecho tus deberes te quitaría tus libros.” Mi hermana va directo al grano tan impaciente como siempre. Todo lo que paso por mi mente en ese momento fue: ‘Por favor no me arruines el día, estaba tan perfecto hasta que abriste la boca.’ Pero solo la incitaría a que me ladrara.

“Si lo se.” Dije; por supuesto que la escuche ayer, solo que no me asustan amenazas vacías.

“Entonces hijo ¿Por qué vas y no haces tus deberes? Estas ya grande como para que tengamos que andar detrás tuyo para tu hacerlas.” Mi madre dijo exasperada.

‘Porque no me servirán de nada para salir de este pozo de mierda.’ le hubiese dicho si no fuese por mi cabeza estar hecho un alboroto en ese momento. “Porque tengo cosas más importantes que hacer.” ¿Cuando entenderán que jamas cambiare mis prioridades? Hay una razón por la que ya no estudio.

Mi madre no tendría la paciencia para tolerar esa misma respuesta otra vez, su exasperación se convertiría en ira mientras me hablaba claramente resistiendo el gritarme. “Y dime ¿Qué es tan importante como para tu ignorar los estudios y ayudar en la casa todos los días?” Pero a si mismo yo pierdo la paciencia cuando me repite tantas veces la misma pregunta.

“Sabes que quiero ser escritor y estudio y practico para ello, y no me dedico a más.” Mi pasión es el leer y escribir, tal vez mi habilidad para idear historias y narrarlas sea una basura pero al menos podría escribir criticas o artículos varios para el periódico. Elijo morir antes que ceder mis aspiraciones.

“¡Entonces termina el resto de tus estudios hijo!” Recuerdo el como su alma parecía salirse de su voz de tanta frustración con la que exclamo pero apuesto contenía aun más de lo que dejaba ver, no que lo haya dejado salir para confirmarlo. Para ser odiosa muy irritante, ella es una madre todavía, solo quiere lo mejor para mi, por eso es todavía más frustrante todo esto.

No soy alguien con tu paciencia. “Te dije que me estresan demasiado, no puedo—”

“¿¡Qué estrés!?” “¡Si tu no haces nada!” Dijeron mi madre y hermana respectivamente, ansiosas por deshacerse de mi tratar de hacerme razonar. “¡No se porque es así pero te consta que en clases solo sufro crisis nerviosa tras crisis nerviosa! ¡¿Cuantas veces he tenido que perderme clases para luego volver y ocurrir lo mismo?!” Yo también quiero deshacerme de ellas hacerlas entrar en razón pero después de tanto tiempo su paciencia se les ha agotado patético “¡Hijo no trates de manipularme con tus supuestas crisis se bien que estas perfectamente sano!” No '¿Qué?' Fue todo lo que pensé en incredulidad. A decir verdad ni siquiera yo lo entiendo ¿Por qué soy tan frágil y volátil? Su culpa pero jamas me arruinaría la vida pretendiendo el fallarme la respiración frente a un gran publico para que se distancien de mi luego y me miren con ojos asustados “¿Qué mierda dices?”

“No me hables así. Tu bien te haces el torturado para salirte con la suya.” Recordando lo que dijo es razonable porque respondí como lo hice después, aun no así para nada justificable mentira. No es su culpa que crea eso, solo no me supe comunicar con ella. mentira “Te haces el que te pesa la vida cuando no haces nada ¡Nada! ¡Yo ni en mis peores momentos! ¡Ni cuando tuve que criarte a ti solo o a tus dos hermanas mayores! ¡Ni cuando me hacías la vida imposible con tus pataletas! ¡Ni cuando perdimos nuestro hogar en la superficie! ¡Yo nunca he llorado como tu! ¡¡Pero tu vienes y me dices ‘Ay no puedo’ por una estúpidas tareas!!”

En retrospectiva ella esta en lo correcto, no tengo razón o justificación de ser como soy mentira, desde que tengo memoria jamas ha habido simple razón para yo ser la desgracia que soy y mi familia tolerarlo mentira, pero ella esta aquí tolerando y tratando de hacerme entender, la única persona de hecho deja de mentir.

Pero sus palabras jamas habían sido tan crueles, jamas ella había dicho algo con la sola intención de desquitarse conmigo, esas palabras solo podían venir de alguien quien me odiara, o eso pensé, pero yo solo pude ver a un enemigo en ese instante.

Así que le dí un puñetazo en la nariz. Creo se la quebré porque la vería sangrando bastante más tarde, pero no sentí eso fuese suficiente así que le di una patada en el vientre con mi pierna derecha. Mi hermana trato de pararme agarrándome el brazo izquierdo con el que estuve a punto de golpear, trato de jalarme hacía ella pero solo le dí un puñetazo a ella también con mi derecho seguido por una patada en el abdomen. Ella no volvería a molestar pues se quedaría en el suelo tratando de recuperar aire. Entonces mi madre me dio un puñetazo en mi rostro con su derecha, no dolió. Respondí con un puñetazo de mi izquierda hacia su boca, dolió. Me daba un puñetazo y yo respondía con más fuerza cada vez, todo lo que pensaba fue: ‘Ella es mi enemigo, todos son mis enemigos, mis enemigos deben morir, todos deben morir.’

“¡Por favor paren!” Grito mi hermanito, saliendo de su habitación llorando. Pare.

Pero mi madre no se detuvo, ella solo repetía entre lagrimas “¿Cómo te atreves a golpear a tu madre?” mientras me seguía golpeando, ninguno de sus golpes dolía, nunca dolieron. Llegamos hasta mi habitación, mi hermana se la llevaría, todavía tratando de golpearme mientras repetía eso, pero estoy seguro sus puñetazos nunca fueron en serio.

Han pasado varias horas, es medianoche ya y solo me levante de mi cama [i]—donde caí durante el asalto— para agarrar el diario y escribir todo lo ocurrido. Estoy seguro nadie nunca podría hablar de como se fueron a golpes con su madre porque es una cosa muy horrible de hacer en primer lugar, y en segundo lugar sería un recuerdo que muchos elegirían olvidar por la culpa.

Pero en gran parte siento ira recordándolo, segundo viene el remordimiento, y tercero un asqueroso placer. Mi consciencia solo urgía descargar toda la ira acumulada en mi desde la infancia, cosa que se sintió bien hasta que recordé a quien iba dirigida.[/i]

‘Es por su culpa’ dice mi consciencia. ‘Por su culpa pasamos hambre’ Es mi culpa en primer lugar saltarme el almuerzo y merienda. ‘Es su culpa por presionarte tanto’ Eso es verdad, pero es mi culpa que tuvieran que hacerlo en primer lugar. ‘No entiendes, tu eres como eres porque te criaron así, es su culpa por asumir que crecerías como ellas.’ Crianza no es fácil. ‘¿Pero es fácil agredir a un niño hasta que llore por perdón, no?’ Claro, es su culpa Lo merecía por hacerlos llorar. ‘Tíos, hermanas, madre, nadie tomo su responsabilidad en serio, tu vida en serio; solo agarraban la correa, el látigo, la tabla o la zapatilla más cercana y te golpeaban con ella hasta que te comportaras.’ Pero así es como corriges a un niño problemático, es normal. ‘Ni tu lo crees, tu lo recuerdas, todos lo días, cada paliza, cada reproche, cada insulto y cada cara de disgusto por tu sola presencia.’ Estas exagerando. ‘Tu mismo lo dijiste.’

(Entrada #15)
Si no fuese por la muerte de mi padre ninguno de mis tíos o siquiera mis abuelos me darían tanta atención. Estoy hasta seguro que solo piensan en mi como el hijo de mi padre y no ‘yo’ como tal.

‘¿Hay algo que defender?’

(Entrada #21)
Hoy tuve otra crisis nerviosa en clases, la profesora solo se pasaba denigrandome con sus palabras, no entiendo como ella no entiende que hay un límite para que tantos insultos puedo tomar de ella, sus indirectas no duelen nada menos que su sarcasmo, ojala se muera pronto esa anciana senil.

(Entrada #39)
Cuchillos de mesa no sirven para cortar piel, pero me da mucho miedo usar los cuchillos de carnicero, solo necesito desquitarme un poco no desangrarme.

‘No tienes futuro así, y no has mejorado en tres años, tu frustración es incluso más vieja que eso, tu familia son tus enemigos, si te quisieran en verdad te hubiesen tratado con más comprensión y respeto, solo les importa ellos mismos y su orgullo, solo pretenden para poder dar la cara a otros padres sin vergüenza. Tu madre no llora porque le duele ver su hijo en su contra, pero porque has destrozado esa imagen de madre perfecta que tenía ¿No? Ella solo te restriega en la cara lo decepcionante que es que no seas como tu padre y lo patético que eres comparado a tus hermanas y ella.’

‘Demuéstrales lo contrario, que eres mucho mejor y mucho más capaz. Agarra el cuchillo que guardas bajo el escritorio, ese cuchillo de carnicero que quisiste usar para cortate las venas. Demuéstrale al mundo que a nada le tenemos miedo, que somos capases de hundirnos en el infierno y llevarnos al mundo con nosotros ¡Qué este mundo conozca tu dol

Suenas como un villano estúpidamente melodramático, pero más estúpido soy yo al no haber insistido a mi madre con llevarme a terapia. Tengo una mente tan dividida, siento como la mano que sostiene el cuchillo pasara de apuntar mi cuello y se moverá hacía la garganta de alguien, no me falta el deseo por alguna razón ¿Es así como se sienten los asesinos antes del acto? No, si voy a ser un asesino sere uno de monstruos que golpean a sus madres sin remordimiento, si tan solo tuviese una mejor fortitud mental para saber conducir esta sed de sangre mía tal vez podría ganarme la vida como shinobi, son muy geniales e increíbles pero siempre tuve miedo de morir joven, la esperanza de vida no es muy alta en ese oficio.

Irónico que lo diga porque estoy a nada de quitarme la vida. Nunca he sido capaz de ello sea por instinto de supervivencia básico o cobardía pura, de hecho mi terror a la muerte me ha hecho cuestionarme si podría yo dar mi vida por salvar la de mis seres queridos, me he inclinado a pensar que no pero es justo lo que voy hacer. Si no hubiese nacido nada de esto tendría que ocurrir pero me siento extrañamente feliz con lo que voy hacer, así si dar placer morir, por el bien de otros.

‘Idiota, deja de

Lo siento, me tengo que ir, bueno esto no llegara a mi yo futuro de seguro, pero podría dar algo de explicación a mi familia, aunque tal vez se sientan mal, pero son mas fuertes que yo, hasta podrían aprender de la experiencia.

‘Ingenuo’

No importa ahora. Los quiero mucho a todos lo siento si me quedo más tiempo perderé el control otra vez hasta luego si es que no voy al infierno y buenas noches a todos.

Gracias por leerme, hasta

Última modificación: 03-11-2023, 11:18 PM por Marakaito.

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‘No lo harás.’

‘Tienes miedo.’

‘Esta bien, nadie tiene porque morir.’

‘Pero no sabes que más hacer.’

‘Siempre puedes hacer algo, piensa pequeño primero.’

‘Piensa en como motivarte’

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“Ghh.” De tanto apretar sus dientes juntos sus encías comenzaron a doler casi tanto como los numerosos cortes alrededor de su cuerpo, pero la corona del dolor físico y psicológico se lo llevaba la misma acción de cortarse, sin embargo había dejado de ser la acción espeluznante que creyó fue en un inicio después de hacerlo durante horas y su tolerancia a este se había incrementado.

Impresionante el niño podía seguir avanzando varios kilómetros calle abajo por su barrio aun después de tantos cortes y muchos litros de sangre perdidos, incluso sin haber sentido los efectos de la perdida hasta a los 5 kilómetros donde su temperatura levemente cayo. Aunque podía ser culpa de ya no tener su camisa puesto de los muchos cortes a esta ya no la podía seguir llevando encima.

‘Pierdes mucha sangre, descansa un rato.’

No se permitiría cerrar los ojos para nada más que pestañea. Sabía no acabaría con su vida el hacerlo, pero algo mucho peor.

‘Lo mereces.’

‘Su culpa, todo es su culpa.’ Pensó el joven y no tenía de otra que infligirle dolor para hacérselo saber y callarlo, a través de si mismo.

‘Podrías usar a un vagabundo y sería lo mismo’

Y a la vez no, oír su voz en su cabeza le daba las suficientes fuerzas para continuar con el siguiente corte, y el siguiente, y el siguiente. Callándolo, callándolo, y callándolo. Arrojándolo al agua fría para apagar sus llamas.

‘Pero adivina que, yo ardo más.’

Sitio esa repulsiva emoción golpear en su pecho y tirar de sus pulmones.

“¡¡ARGH!!” Tuvo que apuñalarse excesivamente fuerte en su pierna para prevenir que se extendiera a su cerebro.

“Solo soy una persona más. Una persona sin valor, en un mundo sin valor.” Su mantra a través de todo el evento, pero la voz lo encontraba risible y motivo para no callarse.

‘¿Cuantas veces más podrás decirte eso hasta que caigas?’

Fue cuando a la marca de 11 kilómetros recorridos, su subconsciente arrastro su cuerpo hasta un banco de parque donde se sentó, tomo unos segundos hasta que se hiciera consciente de su entorno.

‘No, no, no puedo estar sentado ¡Tengo que seguir!’ Pero ya había perdido control de sus piernas. ‘¡Ah, no!’ Como de costumbre movió el cuchillo hacía para clavárselo, pero también había perdido control de su brazo derecho.

‘Shh, shh, tranquilo.’

‘¡Aaah!’ Intento concentrarse en el dolor incrustado en sus heridas de ante pero poco a poco su entumecimiento crecía y sus sentidos los ofuscaban una ola de cansancio muy grande como para atravesarla su voluntad sin arriesgar dar paso a esa infecciosa emoción en su pecho.

‘¿Por qué pasar por tanto por personas que jamas llegaran a los mismos extremos por ti?’

Quiso responder, pero con su lucidez rápidamente disolviéndose todo lo que paso por su cabeza, los momentos felices, los recuerdos de haberlo pasado bien con sus familiares, la historia de un niño amado por el mundo y criado para esparcir ese mismo amor a otros, fue desapareciendo.

‘Lo que no dure así sea en vagos recuerdos no tiene valor. Si todo de lo que te sostienes es dolor, no hay punto en buscar la felicidad.’

‘Nunca seras feliz Marakaito, este mundo nunca te permitirá ser feliz.’

Respirar era el único movimiento que podía realizar, uno del que ni siquiera tenía control ¿Alguna vez ha tenido control de la situación? No quiso excusar sus acciones con un simple ‘no’, no había inocencia en el acto de autolesionarse, pero nadie querría llevar su vida a tal punto ¿Cómo fue que llego hasta aquí? ¿Por qué son sus emociones más salvajes que las de otros? ¿Por qué su voz interior le urge matar gente? ¿Por qué creció en alguien tan frágil? ¿Por qué aun después de muerte le seguiría causando dolor a su familia? ¿Por qué se preocupaba tanto por ellos si tanto los odiaba también?

¿Por qué permitiría Dios ocurrencias así si tanto ama a la humanidad?

¿Por qué él no agraciaría a las personas más abusadas por el mundo que creo?

No, no es justo preguntar. El merece esto.

No, no lo merece, nadie lo merece, nadie merece sufrir dolor aun por la más pequeña cosa. Si hay un Dios que verdaderamente los ama a todos, no los dejaría sufrir en esta tierra, y los acompañaría.

¿Por qué nos has dejado solos? ¿Por qué nos has dejado aquí, solo para sufrir?

Por primera vez en toda su vida. Maldijo a Dios, y le deseo la muerte.

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Sería malo si todo fuese un mal sueño, o si no fuese más que una fantasía de un joven desesperado por atención y comprensión.

Pero todo lo sucedido es real, así que esta bien. Es lo que tiene que pasar.

Este mundo se considera complicado, porque nadie quiere admitir lo simple que es.

Todo se trata de deseos, deseos de vida, deseos de amor, deseos de comprensión, deseos de conocimiento, deseos de poder, deseos y más deseos, todo se trata de eso.

¿Cuando la humanidad entenderá que todo a su alrededor no es nada más que producto de deseos? Su felicidad, su sufrimiento, su existencia y la misma creación fueron deseados por alguien antes de que se volvieran realidad. Ellos saben, están conscientes pero no lo reflexionan y en su lugar culpan a una fuerza trascendental “más allá de su comprensión”.

Ahórrame la mierda, lo único fuera de tu comprensión son tus mismas emociones, las que te han llevado hasta aquí, y porque te has rehusado a verlas a la cara.

Gente como tu me da asco. Eres la razón por la que sufres, por la que este mundo sufre.

Tu eres el origen de todo el dolor y todos los males.

Mara

De repente abre los ojos. Como si despertando de cualquier otra siesta, pero en el ritmo con el que se mueven sus pupilas se nota la sorpresa, la pregunta, y el éxtasis. Ha sido un tiempo, por lo que no espera más para hacer uso de su nuevo cuerpo.

Se levanta ligeramente pero retractando su movimiento apenas sintiendo el dolor de los cortes, frunciendo el ceño. El muy idiota creyó eso lo detendría, no es más que una molestia, pero para nada un obstáculo, es más, es hasta un regalo para el quien tuvo una idea similar para celebración de su regreso.

Es ahí cuando hizo un sello de manos.

Las heridas se cerrarían a la velocidad de un parpadeo. Bien, acaba de confirmar lo que temía pero en su rostro hubo una amplia sonrisa. No estaba tan débil como para posponer su fiesta. Olfatearía el aire para confirmar la cantidad de sangre presente antes de proceder.

Entonces, haría otro sello de manos.

El rastro de sangre que Marakaito dejo extendiéndose desde su casa 12 kilómetros hasta el parque empezaría a temblar. Pequeños hilos de este se levantarían al aire cual ceda, y poco a poco esa alfombra roja se convertiría en una río de rojo flotando en el aire. Nadie podría verlo sin embargo más que su propietario.

De nuevo haría un sello de manos.

Y así empezaría.

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Los espíritus podían oler en el aire una fragancia embriagante de una poderoso néctar, más fuerte que incluso el alcohol más potente de la época o mejores bebidas de épocas pasadas. Una sola gota sería suficiente para embriagar a toda una aldea; un solo litro convertiría en bestias a los espíritus más civilizados y provocaría guerras; 12 kilómetros de esta sustancia era motivo de fiesta alrededor del mundo, con cantos y ritos dedicados a la deidad tan generosa como para donar tanto de su sangre al mundo bajo sus pies.

Nostalgia tomo su corazón por un momento antes de avivar las llamas de su ira aun más, pero él solo sonreía. Sentía como las sombras se abultaban de la cantidad de seres saliendo de este. Ni un solo humano se enteraría de nada pues este aroma y la fiesta que caería era de invitación exclusiva para las criaturas de las sombras, los hijos de la noche, los yokai.

Todos ellos tan desesperados por oler más de esa fragancia se abalanzaron como bestias al sub-plano del que venía. De entre las multitudes salían criaturas antropomórficas, algunos seres de aspectos tan grotescos que eran indescriptibles, y otros más humanos con suficientes rasgos bizarros para diferenciarse por millas; pero todos igualmente de excitados por lo que se venía.

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No solo en la Iwagakure astral se vivió esta aura celebre. Fuera del nivel inferior, los otros dos niveles superiores y más allá a través de todo la sección astral del país de la tierra se sintió. Las montañas de la imponente cordillera del oeste, los bosques lustrosos del país del fuego, el desierto infernal del país del viento, los indominables mares del país del agua y tierras adyacentes, hasta las nubes del país del trueno, y las olas de la costa reflejaron el repentino cambio en el balance del mundo espiritual.

En los corazones de todos los espíritus podía sentirse la presencia de un pobre niño moribundo enterrado por la nieve, cuerpo tan frío como el hielo que lo sepultaba, y el profundo pesar que aplastaba su voluntad de vivir, pero aun más fuerte una inextinguible pequeña flama que se oponía a la tempestad, como la única luz en un mundo apagado.

Cuando de repente, su luz se empezó a intensificar, empezó a arder alimentándose de una explosión de resentir en el corazón del niño. Sus lagrimas se habían secado y sus lamentos habían acabado, todo lo que quedaba para sujetarse era un odio tan grande, que si fuese fuego esta ardería para derretir todo el hielo y consumir la tempestad.

Todos lo sintieron. Todos lo celebraron, el despertar de la antigua voluntad para prender fuego al mundo y quemar los cielos. Una vez más la divinidad había aparecido de entre los mortales, y sea quien sea, yokai o humano, todos poseían el derecho a poseerlo y ser quien desafíe el nuevo orden.

Contados eran los que no en vez de excitación, solo miraban al horizonte contemplativos de lo diferente que sería el siguiente amanecer en el astral, y los días subsecuentes.

Escasos los que admiraban el espectáculo como nada más que espectadores lejos de ser afectados.

Y tan solo 13 espíritus que haciendo preparativos miraron desafiantes al huracán que se formaba en los cielos del país de la tierra dentro del plano astral. Determinados a enfrentar la tormenta.

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Última modificación: 05-11-2023, 03:16 PM por Marakaito.

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El eco de su aullido estimula como la inyección más vigorizante de droga a todos los espíritus aquí reunidos. Este aullido no venía de nada más ni nada menos que su propio corazón siendo expuesto al aire a través de la sangre que se diluía en el viento y transformaba en nubes justo por debajo del techo del nivel inferior, pero en los otros tres niveles era igual.

Esta era la salvaje éxtasis que transmitían y motivaron a todos los yokai a reunirse a festejar con bailes y juegos solo por motivos de poder inhalar esa fragancia que en milenios no ha aparecido ante el publico en ninguno de los dos planos. A lo que muchos les constaba era que podría ser tan solo la invitación de una generosa antigua deidad.

Pero unos pocos estaban conscientes de lo que realmente trataba esta “invitación” y entre ellos hubieron los que tenían sonrisas amplias y se encontraban aun más alegres que el resto; los que cargaban expresiones de puro terror e iban contra las corrientes de yokai barriendo cielo y tierra por un lugar seguro, y los que expresaban abundante determinación en sus ceños fruncidos y portes serios mientras orquestaban tras bambalinas.

En otros tiempos él los hubiera podido ver, pero hasta el solo sentirlos era una tarea difícil, y con tanta acumulación de espíritus tuvo que retraer su percepción extrasensorial para estabilizar el resto de sentidos.

Su nuevo cuerpo no podía ser más perfecto para si, pero todavía era un brote incapaz de dar fruto. Él tendría que cultivarlo primero y para ello se levanto del banco y volvió a sentarse, esta vez en el suelo con las piernas cruzadas en la posición de loto. Allí empezaría a hacer mudras a la vez que cánticos dentro de su mente.

“———————“

De las nubes de sangre un pequeño hilo se hundió y viajo hasta él.

“——————“

Pronto se transformaría en varios caracteres de un idioma que ni los más eruditos historiadores podrían identificar. Estarían suspendidos en el aire a su alrededor pero uno sentiría una fuerte hambre que parecía tener hacía todo lo vivo en el área.

“————“

Pero ninguno de los hongos, insectos o sus yokai simbióticos harían de un buen sustento o algo apetitoso para estos caracteres aparentemente conscientes. El principal nutriente del que subsistían estas inscripciones malditas eran emociones, y no había nada más intenso y vigorizante que el dolor.

Especialmente si era dolor filial. Él se aseguraría de secar hasta la médula de dolor a los miembros de su casa y regocijarse en su sufrir. Los caracteres empezaron a revolotear como polillas, elevándose por sobre su cabeza en círculos como un vórtice y de inmediato dirigiéndose en dirección a su hogar.

“————_”

Pero repentinamente las “polillas” cayeron al suelo, “muertas”, si se pudiesen haber considerado vivas antes. No tardaron en disolverse en la tierra como liquido y secarse en un mismo respiro.

Y en ese mismo segundo en el que ocurrió, su corazón casi quiso reventar. Rápidamente junto sus manos en otro mudra para escapar del repentino ataque a su núcleo, y tuvo que recordarse a si mismo como el era tan bienvenido como es odiado.

Y que numerosos serán sus perseguidores.

Un silbido vino desde atrás pero antes de que pudiera voltear una flecha de cristal rosado se detuvo a unos pocos centímetros de su cabeza por una cien-pies. Entonces sus fauces mordieron a través de la flecha y exploto en varios pedazos, matando a la cien-pies pero siendo remplazada por otra poco después.

Tales cien-pies numeraban en menos de una decena alrededor suyo pero su longitud y grosor compensaban lo suficiente. Aunque se sintió algo insultado de que tan solo una flecha le haya costado regenerar otra cien-pies, y en su rostro se reflejo.

“Hmm~ ¡Oh! ¡Lo siento mucho! No creí que fueses tan cercano con esas cien-pies, es decir hay más tiernas elecciones para una mascota ¡Pero no te juzgo!” Una voz aguda voz provino del mismo lugar donde vino la flecha, pero mirando allí no podía encontrar nada. Ni siquiera con su percepción.

“¡Ah! ¡Ya se como compensartelo! ¿Qué tal si me dejas conseguirte otra mascota? Tengo algunos contactos que me podrían ayudar consiguiendote algo menos…—“ La voz era tan enérgica como la de un adolescente aun con ese claro tono adulto que poseía, y sonó desde atrás. Las cien-pies se dispararon hacía la chica al instante pero solo golpearon hongos, él se volteo para verla pero una flecha fue todo lo que vio allí, volando hacía su rostro, pero siendo detenido por otra cien-pies, igualmente muriendo ante esta pero regenerándose en un santiamén.

“…aterrador. Bueno, bueno. No me parece que estés perdiendo cien-pies ¿Re-invocandolas tal vez? ¿Regenerandolas? Haha, tengo una amiga que hace justamente eso ultimo, hehe, pero no creo halle muy tierno el ser comparada con una cienpies.” Dijo con una sonrisa picara en su rostro, algo que brevemente pudo él visualizar con sus sentidos, pero algo parecía activamente obstruirlos y costaba demasiado chakra el tratar de combatirlo.

Otra flecha voló, una cien-pies más cayo y resurgió.

“Mira, creo iniciamos algo con el pie izquierdo. Mooo~ sabía que debía haberme presentado pisando con el pie derecho primero.” Suspiro mientras su tacón derecho golpeo ligeramente el suelo y alarmas sacudieron el cuerpo de él, forzándolo a saltar a un lado justamente evadiendo por un pelo el repentino pico de cristales rosa que surgió del suelo.

“Pero no es como si no pudiéramos arreglarlo entre nosotros, tu y yo~” Esquivo uno, dos, tres cien-pies con finesa casi como si danzara a la vez que sus finos dedos tiraban de la cuerda de aquel arco cristalino rosa mientras formaban una nueva flecha de cristal que mato otra cien-pies.

“Solo necesito que pongas tus elongados amigos aun lado. Se que les tienes mucho aprecio, pero hasta yo puedo encontrar ciertas cosas… bueno, demasiado grotescas ^ ^” Su voz era como un dulce, exquisito de saborear o en este caso escuchar y ese detalle no se le escapo al ser maligno. La chica se estaba tomando tan poco enserió el combate como para continuar una infructífera escaramuza mientras era imposiblemente amigable.

Era incluso difícil para el determinar si tan solo le estaba siendo burla por pura arrogancia o era genuino interés.

Esto le intrigo. Así que hizo algo nunca se atrevería pero con el predicamento actual no tendría remedio. Haría varios mudras mientras las flechas llovían hacía el y se tomaba tiempo para extraer chakra de su núcleo, jamas se hubiese molestado en tratar de realizar aquel técnica si el cuerpo no fuese el de un civil más.

“Así que parece no quieres hablar conmigo. Esta bien, yo también he sido un poco mal educada en nuestra primera interacción.

“¡Pero no te preocupes! Estoy siempre dispuesta a empezar de nuevo y a presentarme como es debido.” Seguiría un pequeño toser para hacer de su voz lo más clara posible mientras salía de los hongos luminiscentes que abundaban en el parque, caminando por encima de estos casi como una colorida pasarela reflejando varios colores en ella que se combinaban en una luz rosada y blanca que hacía juego con todo su esquema de colores.

Desde su cabello hasta su arco, sus uñas, sus labios y las pupilas de sus ojos, eran un rosado muy animado. El resto de su atuendo era algo extravagante pero en como se ubicaban sus detalles y no por un exceso de estos, era algo simple a la vista y eso lo hacía aun más atractivo. Sumándose a eso era su capa que en el interior tenía un color morado y en el exterior era negro y revoloteaba ligeramente con el viento.

Pero lo aun más atrayente fue su rostro, una pequeña razón por la que el ente demoníaco pauso y la miro anonadado. La otra razón, era el resplandeciente aura de cristal rosado casi cegador que emanaba de ella y se expandía por todo el área, casi como si hubiese convertido el entero nivel inferior en su mundo personalizado, sobrescribiendo el mismo dominio de un rey demonio.

“Me presento. Yo soy la segunda al mando de los 13 guardianes, Elysia, una chica tan hermosa como las flores~”

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Guiño a su oponente, quien ahora miraba aun más anonadado pero no lo dejo exhibirse en su cara, pero se hacía difícil mientras más trataba de ver a través de la chica. “¿Hmm? ¿Sin palabras? Esta bien, no te culpo, hasta yo pierdo el aliento cuando me miro al espejo, tehe~”

Esta chica tenía que morir.

Ahora mismo.

Sino, no habrá nada que se pueda hacer.

Todo lo que captaban su sentidos de ella era un vasto abismo, del que si se aventuraba más a fondo podría observar un cielo estrellado.

“Oye, oye ¿No crees que mirar tan intensamente a una chica que recién conoces podría darles una impresión equivocada? Hasta yo puedo ser tímida ante tanta pasión viniendo de la mirada de un joven.” Sus mejillas mostraban un leve sonrojo.

Hasta allí, ella era demasiado peligrosa para dejarla vivir.

Mientras que el ser maligno hacía mudras y acumulaba cantidades obscenas del chakra corrupto de los alrededores, Elysia otra vez hablo tras dar un suspiro. “Pero bueno, al final no creo estés dispuesto a conversar ahorita.” Dijo con una expresión triste. “¡Pero no te preocupes! ¡Elysia siempre te dejara las puertas de su corazón abiertas para que te aventures cuando quieras!” Pero una vez dicho eso su expresión alegre se torno en una más seria, sin dejar su sonrisa irse. Ella miro por detrás de su oponente y sus rasgos faciales se tornaron aun más cálidos.

“Esta bien Kevin, creo tu frialdad se acomodaría mejor a él comparada a mi suave brisa cálida.” Dijo con profundo pesar casi como si de verdad le doliera. Allí fue que el ente sintió un doloroso frío correr por su espalda y clavarse a lo largo de su espina dorsal, de inmediato inmovilizándolo y extendiéndose a sus brazos y manos impidiendo que continué los mudras. Todas las cien-pies yacían congeladas, y no estando muertas no iban a poder regenerarse.

Sus sentidos percibieron a una tormenta andante detrás suyo convirtiendo un área absurda en un cementerio de hielo. La tormenta no dijo nada y estuvo a punto de descender con más fuerza sobre el ser maligno hasta que él expulso todo el chakra que acumulo en su cuerpo como una poderosa ola de calor carmesí que apenas y le permitió combatir el congelamiento.

Entonces él dijo una sola palabra.

“Tierra” Y al instante el suelo empezó a agrietarse, y con movimientos corpóreos casi como una danza, una cúpula de roca lo encapsulo y en nada explotaría disparando sus fragmentos en varias direcciones.

Elysia y la tormenta llamada Kevin bloquearon con escudos de sus respectivas naturalezas. Y se lanzaron al demonio que debían subyugar.

Este no caería sin dar pelea así que pronuncio la siguiente palabra aunque rasgaría terriblemente su garganta.

“Mundo” Picos de roca emergieron del suelo tratando de empalar a sus dos adversarios pero ninguno bajaba del mínimo de velocidad para esquivarlos.

“Eterno” Empezó a escupir sangre de las heridas profusas en su garganta pero de esta surgieron varios caracteres que se fusionaron con los picos y estos se transformaron en yokai persiguiendo a los dos enemigos.

Ahora para la siguiente frase, tenía que estar preparado para recibir un montón de daño, pero vencía el morir tan temprano en sus planes y esperar otros miles de años.

“Sepulto—“

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La mariposa revoloteo enfrente suyo y la sacudida de sus alas reflejada en sus ojos produjo un huracán reflejado en su alma.

Él brevemente fue arrastrado a otro abismo, que a diferencia del que vio antes parecía no tener fondo y se extendía y extendía a partir de profunda desesperación. Que tuvo un efecto muy especial en la consciencia que ya había suprimido y ahora golpeaba violentamente contra la suya.

‘N-no ¡No!’ El chakra se iba por el drenaje a la vez que su lucidez y mientras más fuerte se hacía esta sensación de inconsciencia que se apoderaba de su cuerpo, trato de escapar usando variedad de técnicas.

Pero todas fueron victimas de un frío supernatural, que congelo constructos de chakra mismo y finalmente…

Lo atravesó a él, un pico insertándose desde su espalda hasta sobresalir de su abdomen y coloreándose en rojo.

A Marakaito le recordaba a los granizados que comía de camino a casa de sus abuelos.

Siempre tuvo dientes sensibles al frío así que no podía disfrutarlos del todo sin someter sus delicadas encías a un infierno helado.

Lo mismo para el resto de su cuerpo incluso, el no toleraba el frío para nada.

Así que empezó a temblar casi que de inmediato del hielo que se esparcía por todo su cuerpo, pero sin estar muy consciente no sabía ni lo que pasaba ni su mente registraba el incomparable dolor que debería estar sintiendo.

Suspiraría entonces una voz en su cabeza, aquella que solo asociarías con la de una refinada dama que a la vez sonaba bastante cansada y algo triste.

“Por favor descansa tranquilo, ya te acobijare para que no sientas frío.”

‘Hmm, gracias…’ Dijo bostezando y de inmediato cayendo dormido.

“Dulces sueños mi niño.” Fue lo ultimo que escucho antes de caer en la inconsciencia.

Entonces su cuerpo se haría pedazos, reduciéndose a tan solo nieve que en el plano astral desaparecía.

Última modificación: 04-12-2023, 12:08 AM por Marakaito.

La chica que no hace mucho llovió flechas y cristales sobre su oponente, en este mismo parque subterráneo de la aldea, cargados con toda la hostilidad de un enemigo jurado tras una sonrisa despreocupada, ahora dirigía una mirada cargada de afecto al rostro dormido de este mientras acariciaba su cabello, pero entonces hizo un puchero.

“Por favor~ Lo haces sonar como si hubiese querido matarlo.”

…

“Sabes que la destrucción del cuerpo astral solo devuelven la consciencia de uno al plano físico donde únicamente experimentaran fuerte anemia y a veces inconsciencia ¿Por qué la difamación de gratis?”

…

“¡Oh! ¿Acaso era un intento para tenerme explicando las reglas del plano? Me siento alagada pero creo Su o Aponia serían mejores explicándolo que yo.”

Aprensiva de la nada, ella continuo acariciando al niño acostado en su regazo, algo ansiosa de como poner en palabras la nueva realidad que caería en los hombros del joven. Por supuesto, el mundo no compartiría sus preocupaciones, pronto los parpados del chico se abrirían, tomando por sorpresa a Elysia.

“Vaya~ Eres rápido en despertar.”

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Para todo lo ocurrido esta noche y aun ocurría entre las sombras, lo único que el chico contemplo al momento de ganar lucidez fue la desconocida cara enfrente suyo.

‘Qué hermosa...’

El ver una chica cuya apariencia parecía y belleza iban de la letra con los hermosos elfos de las leyendas, el primer momento tras abrir los ojos dejaría a cualquiera sin palabras y contemplando su belleza, tal vez no pasaría mucho hasta que uno se alejara e hiciese las preguntas apropiadas para la situación tan inusual pero la chica de repente hablo.

“No necesitas despertar ahorita, puedes continuar soñando sin preocupación, no me moveré de aquí ¿Si?”

No le importaría hacer como dijo y seguir durmiendo, con lo somnoliento que estaba no tenía la mucha capacidad para ponerse a cuestionar la situación. Ser susurrado por una voz tan dulce al oído mientras su cabeza descansaba en el regazo de la bella dama mientras era acariciada por la misma no sería sueño alguno del que cualquiera despertase.

Pero entonces la misma voz pregunto con algo de vacilación. "Dime Marakaito... ¿Recuerdas lo que paso esta noche?" Esa forma de frasear la palabra más el tono con el que lo dijo hicieron sonar las alarmas y rápidamente gano lucidez mientras perseguía el recuerdo de lo que paso antes de dormir.

'No me digas que...' Un intenso rubor tiño el rostro de Marakaito pero el recuerdo le seguía eludiendo, intento retroceder en el tiempo al anochecer y tampoco recordaba nada, a durante el atardecer, en la tarde, la mañana, incluso el día anterior a ese. En su cabeza todas sus memorias eran arrastradas por una inmensa marea negra que procedía a succionarlo todo en un remolino. El pánico sería lo primero en cruzar el corazón de alguien ante tal sensación pero incluso sus emociones eran tragadas, poco a poco pensamiento y sentimiento se perdían ante tal abismo.

Con el deterioro de sus sentidos no notaría a la mariposa azul posándose en su hombro, o como la chica ahuyentaría esta.

“Esta podría ser una solución, pero solo temporal.” Dijo con un suspiro. “Él sera quien arregle todo, no importa si su pasado es imperdonable o inescapable.” Pondría una mano en la frente de Marakaito y la bajaría para cubrir sus ojos, ahora él estaba siendo arrastrado junto al mar. “El futuro dará el veredicto final.

"Sacrificamos demasiado para un futuro que nos arrebataron, él no tiene porque pasar a través de lo mismos.”

El mar negro retrocedió junto a la mariposa volando hacía lo lejos, Marakaito lentamente saldría de este aferrado a los muchos recuerdos de su vida, los placenteros y aquellos lo han atormentado y atormentaran años por venir.

"Si, un poco de seguridad extra ayudara. Él todavía es un niño." Quito la mano de sus ojos y estos se abrieron de golpe, en lugar del mar ahora había una laguna todavía enterrando algunos recuerdos muy pesados como para flotar hacía la orilla.

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Aunque ya no estaba siendo ahogado por el abominable mar sin textura o forma dentro de su cabeza, el aire todavía le faltaba por el repentino torrente de recuerdos chocando en su consciencia. Hubieron memorias cuyo impacto dejo a Marakaito paralizado un buen rato hasta que fuese capaz de procesar sus contenidos.

"No te preocupes, ya paso." Puso su brazo libre alrededor de la clavícula del chico y pondría más esfuerzo en reconfortarlo, lo necesitaba.

Marakaito miraría a sus brazos, no había ninguna herida o cicatriz, pero un dolor fantasma marcaba los lugares y extensión de los cortes que hubieron allí, y con cada corte un fresco recuerdo de sus manos empujar frenéticamente las hojas de las tijeras a través de piel, venas y musculo. La sangre derramándose de las heridas como si fuese fuente, y la voz, urgiendo su frustración tomar frente y centro de su mente para pintar toda su casa con la sangre de sus inquilinos, tras extensa—

Era imposible que todo eso no fuese real, el solo recordarlo le causaban suficientes nauseas como para vomitar, pero su estomago se hallaba vacío. Incluso rugió en protesta.

Algo tomada de sorpresa la pelirosa supo aprovechar la oportunidad para molestarlo. "Oh vaya, tal vez debí haber comprado bocadillos de camino ¿No te importa si—"

"¿Quién eres?" Tomo esfuerzo sacar las palabras así que no le importo interrumpirla, incluso si pudiese desearía ignorarla por completo y continuar durmiendo, preferiblemente para siempre.

La elfo entendió de inmediato, pero nada bueno vendría de retrasar lo inevitable más por ello uso sus manos para señalar a Marakaito que se levantara y se sentara frente suyo para conversar más fácilmente.

“Mi nombre es Elysia, una chica tan hermosa como las rosas. Eso si, no tengo espinas así que siéntete libre de acercarte todo lo que quieras~” Los esfuerzos por ser lo más encantadora posible conflictuaba en algo con la agitación interna de Marakaito y solo quedo mirando con una expresión en blanco no sabiendo como reaccionar. No solo tenía una manera de comportarse sacada de una novela ligera, esta chica sabía bastante de su situación pero no se molestaba en elaborar más. Eso le fastidiaba considerablemente.

"Yo soy Marakaito, pero... te oí decir mi nombre antes, cuando recién desperté."

"Si...? Bueno, digamos que es mi trabajo saberlo todo sobre las personas que debo proteger." Hizo otra sonrisa que lo atrapo desprevenido y aparto la mirada, estaba intentando su mejor para ser serio, la situación era seria, se debía de tratar lo más serio posible pero la chica enfrente no era nada sería.

"¿Quién eres?... Exactamente hablando." Maldijo internamente sus malas habilidades de comunicación.

"¿Hmm? ¿Exactamente? Pues no sabría decirte, soy Elysia, una chica tan hermosa que tengo 70 diferentes variaciones de mi introducción para describirla." Imposible. "¡De veras!"

...

"También soy una espíritu guardián responsable de cuidar tanto a los vivos como los muertos que enfrenten amenazas esotéricas —como es tu caso— o participantes en las pruebas de los 13. No te preocupes por lo ultimo, solo necesitas saber que es mi deber protegerte de todo mal de aquí en adelante. Considerame tu ángel guardián ¿Con esta apariencia mía no lo ves muy apropiado?" Con un guiño del ojo finalizo su alargada explicación pero aun con su relativa simplicidad Marakaito tuvo problemas comprendiendo ciertas cosas que dijo, pero en cuanto reflexiono sobre "amenazas esotéricas"...

"¡AAH!" Del terror no pudo evitar gritar y casi se caía de espaldas aun estando sentado del brinco que pego. Lo recordó otra vez, esa voz horrenda susurrándole cosas a las que constantemente se negaba, pero que en lo muy profundo lo deseaba, en ese rincón de su corazón donde las frustraciones crecieron para convertirse en jaurías y jaurías de lobos hambrientos por gritos y—

"¡PARA!" Otra vez grito y el recuerdo se alejo, pero como una mosca este quedo rondando no completamente yéndose.

"El demonio que trato de tomar control de tu cuerpo..." sintió bastante incomodidad de la espada llamada culpa ahora colgando encima de su corazón, pero tenía que saberlo, solo haciendo la decisión bien informado de su situación contaría para algo. "No se ha ido."

No fue sorpresa, él supo mejor la condición de su espíritu incluso si no entendía bien el concepto y muy vagamente sentía los rastros de la criatura como un ser reptante arrastrándose en las sombras de rincones no vistos. "Esta demasiado adjunto a tu alma, no podemos simplemente sacarlo, solo suprimirlo. Puede que te atormente de formas más sutiles como recuerdos o escenarios imaginarios, pero si cooperas con nosotros lo seguro es que podamos—"

“Elysia, basta ahí.”

La temperatura en el ambiente cayo y de repente una estaca de hielo imaginaria se clavaba en el abdomen de Marakaito amenazando con congelar todo su cuerpo si hiciese cualquier movimiento. El frío que se extendio privo todo su cuerpo de sensaciones como si dejasen de existir y todo lo que pudo controlar fueron sus dedos y rostro.

“La maleza a crecido demasiado en él, esta corrupto desde la raíz. Es muy tarde para enmendarlo." Tras eso una ola de calor golpeo su espalda y el parque se ilumino considerablemente.

“Kevin.” Sonaba más seria que antes, un tipo de seriedad calmada que no contenía ni agitación o preocupación. Ella se levanto de su lugar y camino hasta interponer el camino entre él y Marakaito “¿No te lo dije? Incluso si era un monstruo con lo que terminábamos lidiando yo me aseguraría de ponerlo en el camino correcto.”

“Solo palabras no resuelven nada. No creo— no, incluso para ti ha de ser imposible tratar con tanta corrupción en un solo ser.” El llamado Kevin tan frío como el mismo hielo que convocaba no exudaba ningún cambio en su expresión aun cuando confrontaba a su mejor amiga con la intención de destruir lo que ella se había esforzado tanto en proteger.

“Kevin, de eso nadie puede estar seguro. Antes de su resurrección juramos que ningún inocente sería involucrado ¿Acaso vas a romper tu promesa tan pronto? ¿No ibas a usar tu espada para proteger al débil?” Pero para Elysia, él no era difícil de leer, solo distinto, las emociones de Kevin no se leían a través de su rostro o tono de voz, pero sus movimientos y elección de palabras.

“Aun más gente es puesta en peligro por su mera presencia. “En los 30 minutos que el ‘deva’ estuvo despierto se han registrado hasta unos ## casos de repentinas plagas y epidemias quebrando en pequeños poblados y sectores pobres en ciudades. El numero de muertes se estima ronda los ### y continua en alza.”” Vino tan naturalmente el formal recuento de hechos quienes no lo conocieran pensarían esa era su forma de hablar y no un informe grabado con fuego.

Dirigiría su mirada a Marakaito antes de decir: ““no hay previsto un fin para los desastres en transcurso y por ocurrir de no ser que su origen se ha eliminado.” Elysia, esto no se trata solo de un niño.”

“Kevin… no se que decirte, te conozco bien, no cambiaras de parecer con solo mis palabras,” era molesto y sobretodo triste lo rápido que su amigo se alzaba a las armas incluso después de haber discutido el plan tan minuciosamente por años, pero así es como él es, “pero me conoces bien igualmente, sabes no cambiare de parecer con solo palabras tampoco.” Ella no llevaba su arco en mano pero Kevin se puso aun más en guardia, la chica no se molestaría con armas cuando no buscara contenerse en combate.

"¿No hay otra manera?" Marakaito no creyó tener la opción cuando era solo él enfrentando al demonio, pero esta persona proclamando ser un espíritu guardián —concepto que seguía sin entender del todo— hablaba tan confiada sobre como lo iba a proteger y él asumió era porque una solución había en su desesperación. Eso al menos hasta que llego el hombre que granizo sobre la posibilidad y nuevamente enfrío la esperanza que recupero.

Marakaito no podía girar su cabeza para verlo directamente pero el hombre llamado Kevin supo la pregunta se dirigía a él. "No." Fue lo único que dijo.

Elysia tenía una expresión triste, si el chico lo viese sería respuesta suficiente. Ella odiaba la cara que estaba haciendo en especial cuando no toda esperanza había sido agotada. Con una cara determinada y voz que transmitía el mismo sentimiento ella declaro. "Hay otra manera."

Quería tener esperanza, pero a lo largo de su vida aprendió que si era dejado al cargo de algo más o la suerte misma, era mejor no confiar. Marakaito estaba exasperado. "¿Cómo? Esta cosa... no puedo no enojarme, desesperarme o deprimirme sin arriesgar que este monstruo salga de mi para desquitarse con todo a su alrededor." Incluso ahora mientras sus lagrimas se escapaban también lo hacía el aura del demonio, agitando sus emociones pero todavía no perdía control de estos, aunque no iba a tardar en suceder.

Pero todo lo que necesitaba era recordar cada golpe que lanzo hacía su propia madre y el cuchillo más tarde apuntaría a ella mientras dormía para sacudir al demonio momentáneamente de su cabeza. "No quiero, no quiero vivir si voy a ser un peligro para los demás. Por favor solo matenme."

"Marakaito," Elysia se había movido para colocarse enfrente de Marakaito, poniéndose de cuclillas como para abrazarlo, deseo que tenía pero abstuvo, el chico enfrente suyo necesitaba más que eso. "Te dije que como espíritu guardián es mi responsabilidad protegerte de todo mal de aquí en adelante. No soy nada menos que tu ángel guardián ahora, morir nunca va a ser una opción conmigo a tu lado." Ella tomaría las manos del chico y las juntaría con las suyas, el frío inmovilizándolas seguía allí pero algo de tacto fue recuperado en la misteriosa calidez que las manos de la contraria transmitían. Marakaito quiso protestar pero si abriese la boca solo saldría llanto.

"Por favor no lo reprimas, si quieres llorar, llora, no hay nada de malo." No había nadie para decirlo lo contrario o rostros agobiados por ver su expresión y aun así seguía asustado de liberarlo. "Tengo miedo." Con el frío suprimido por la calidez ahora cubriendo todo su cuerpo, bajo la cabeza en vergüenza sin darse cuenta de su recuperada libertad para moverse una vez más.

"No tengas miedo, tienes todo derecho a ello, nadie te lo puede quitar, y si tratan yo estaré aquí para darles una patada~"

"Heh." Su nariz ya estaba mocosa y empezaba a sorber de vez en cuando. "Hahaha." Entre las risas sentía el cansancio encima ahora que había sido aliviado un peso del que ni siquiera estuvo consciente había estado cargando. "Hahaha... aaah." Al final el llanto vino tan fácil, sintió alivio de este mismo y se dejo llorar por un buen rato. No era difícil, era reconfortante. No pudo evitar la vergüenza pero también se hizo consciente de lo estúpida de la noción y estuvo de acuerdo debería de dejarse llorar más seguido. Elysia lo abrazaría sin importarle lo sucio que dejaría su ropa, mientras más tierno el niño más sentía el impulso de mimarlo.

Y aún con lo despreocupado que dejaba salir sus emociones, el demonio no salio ni una sola vez.

Kevin miro confundido por un momento hasta que comprensión brillo en sus ojos y retracto el frío sellando al chico. La espada flamante con la que iba a atacar seguía en su mano pero las llamas se habían reducido significativamente.

Fue un rato hasta que él llanto comenzó a ceder, a lo que Elysia aprovecharía. "Marakaito." De tantas veces que dijo su nombre esta se noto como la más afectuosa derritiendo el cerebro del chico. Ella se separaría de él para pesar de este mismo y se pondría de pie.

Mirando ahora con ojos pícaros hacía la otra parte, Elysia sorprendería una vez más con lo poco seria que era.

"¿Quisieras tener una cita conmigo?"

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Disclaimer

Los siguientes personajes no son de mi propiedad intelectual y pertenecen a Hoyoverse:
-Elysia
-Kevin
-Aponia