Misión Rango C: Saqueos en la frontera

Última modificación: 23-09-2023, 10:06 PM por Kaito.

Kaito avanzaba a paso lento pero constante hacia la frontera del País del Viento, ajeno a la misión que aguardaba su llegada. Mientras el abrasador sol del desierto le acompañaba en su travesía, finalmente llegó a un pequeño pueblo de artesanos que destacaba en medio de la árida extensión arenosa. Aunque su presencia en aquel lugar era desconocida, no pasó desapercibido.

Los habitantes del pueblo, al notar la llegada de un forastero, se congregaron a su alrededor con una mezcla de esperanza y desesperación en sus ojos. Hablaban con urgencia, compartiendo sus angustiosas historias de saqueos y secuestros perpetrados por un grupo de bandidos implacables que asolaban su hogar. Sus voces estaban cargadas de preocupación, y sus palabras resonaban con una súplica silenciosa de auxilio.

Kaito escuchó atentamente sus relatos, y no pasó mucho tiempo antes de que comprendiera la magnitud del problema. Era evidente que estos artesanos estaban siendo víctimas de una violencia despiadada, y su necesidad de ayuda era imperiosa. Fue entonces cuando Kaito se presentó como lo que era: un ninja.

La noticia de que un ninja había llegado al pueblo se difundió rápidamente entre los aldeanos, y sus rostros reflejaron una mezcla de sorpresa y esperanza. Para ellos, un shinobi era una figura de protección y solución, alguien capaz de enfrentar las amenazas que se cernían sobre ellos. Con gratitud en sus ojos, ofrecieron a Kaito una recompensa por su valiente disposición para abordar la situación y ayudar a liberar a sus seres queridos de las garras de los bandidos.

Kaito, con una determinación inquebrantable, aceptó el desafío y prometió hacer todo lo que estuviera a su alcance para proteger al pueblo y enfrentar a los bandidos que habían perturbado su tranquilidad. Iniciaba así una nueva misión en el implacable Desierto del Silencio, sin pleno conocimiento de los peligros que le esperaban, pero con la certeza de que su habilidad ninja sería su mejor recurso para enfrentar lo desconocido.

El país del viento era un lugar que nunca había conocido de manera directa, siempre escucho historias sobre aquel lugar que había quedado desolado como aldea hace tanto tiempo, todo lo que tenía en cuenta que principalmente era un lugar lleno de mercenarios, unos chicos y otros bastante peligrosos con los que no te deberías meter en más de una vida.

Había una misión con referente a aquel lugar, a la que había Sido asignado junto a un compañero, debía arrancar desde un dirigible de Kumo hasta la frontera del país del viento, eso mismo hizo, la única persona que fue a ver qué estuviese complemente bien para el vuelo y demostrando su preocupación fue su madre Izumi ya que su esposo andaba en una misión de más rango alejado del país del rayo, ella sabía la vida que tiene un shinobi, inclusive varios no llegan a superar los primeros años de estar en ese mundo, lo sabía gracias a su esposo quien tuvo que ver a sus amigos caer en misiones y en guerras entre imperiales y rebeldes.

Se despidió de su madre y se fue en el dirigible, tardaron unos días en llegar a la ubicación indicada anteriormente, una breve explicación de la consistencia de la misión al llegar fue lo que le hizo enterarse sobre los bandidos y la desesperación del pueblo en una solución, aunque no fuese un pueblo importante para ninguna facción para el si lo era, tenía la convicción de proteger y asegurar la seguridad de los aldeanos del lugar.

Al aceptar la misión sabía el peligro que se tendría en un desierto, deshidratación, golpes de calor cansancio, gracias a dios que tenía una naturaleza Suiton como afinidad sino se les acabaría el agua bastante rápido.

Divagando por el lugar se encontraría por mera casualidad a un chico que también andaba por la zona, por sus ropajes le parecía algo sospechoso pero al ajustar su visión un poco más vería que era bastante similar a un shinobi o mercenario, por meras razones podría ser su compañero, así que decidió acercarse poniéndose su bandana en el cuello para mostrar su agilización a su aldea. -Hola, tu también viniste en ayuda de este lugar?-.  Preguntaría, mirandolo directamente lo más inocente posible para no levantar una sospecha en caso de que fuese una persona de actos cuestionables.

El caluroso ambiente del desiertico paisaje del pais del viento era.. simplemente sotocante... vestida con su ropa normal y protegida por una ligera capa de tela desiertica, estaba ella... la unica sobreviviente del Gran Incendio del Linaje Einzbern, La ultima Coneja Blanca, Illyasviel Von Einzbern quien hoy en dia se hace llamar lllya Einzbern... aquella chica cuya apariencia no diferia mucho de la de una niña pequeña debido al constante estres que le ejercian los entrenamientos para implantarle aquellos emblemas.

Sus ropajes constan de una camisa morada con detalles amarillos similando lineas a traes del contorno de su camisa. Una falda blanca que llega un poco mas alla de las rodillas y un pañuelo morado en el cuello de la camisa. Y bueno, aquella capa de tela que cubria todo su cuerpo. Parte de la capa formaba una capucha que le ayudaba a esconder su cabello o al menos la mayor parte del mismo y evitar que se herizara debido al constante soplido del caluroso viento desiertico.

La Einbern estaba sentada Sobre el hombro de aquella invocación unica del linaje Einzbern... Heracles, uno de los mas grandes heroes de la era de los Heroes y quien fue reconocido como el humano mas fuerte en su tiempo por los mismos dioses... Illyasviel se sentia orgullosa de haberlo invocado era un indicio de que ella era la ultima heredera de los Einzben... pero eso tambien le entristecia un poco...

Eso significaba que estaba sola... y el desolado y poco poblado desierto en el que estaba le recordaba eso, Berserker caminaba a paso Constante atravesamdo el fatidico desierto casi como si no le afectara, bueno... era solo un Ser invocado para pelear sin impedimentos...este puto calor no le afectaba en lomas minimooalmenos, eso pensaba Illya... quien por otro lado si se le notaba que el sol le afectaba pues...ligeras gotas de sudor se deslizaban por su tersa, delicaday blanquecia piel, deslizandose por sus mejillas pasando por su menton y cayendo sobre la tela de su falda.

Pero en esta ocasion tenia otra razon aparte de simplemente viajar para estar en esta parte del pais del viento, pues habiarecibido indicaciones de una supuesta mision que ofrecian en una aldea cercana- Berserker, por nuestro contrato de sangre te lo ordeno... corre a nuestro destino- al dar la orden, Berserker tomo a llyasviel en sus brazos como si de un gran tesoro se tratase y saldria disparado en carrera en direccion a la aldea anteriormente mencionada.

Al cabo de una o dos horas de correr atraves de aquel desierto habiran llegado a su destino, pasando por la entrada a velocidad de andar normal, Ilamando la atencion de todos en la aldea o pueblo... era lamentable a a primera vista... muchos tomaban y tocaban a Berserker de la piel para indicarle que se detuviera pero este no era conciente de ello y solo seguia caminando hasta que illa no pudo soportar mas ver tanta desesperacion- Berserker, detente...- le suplico mientras bajaba de su hombro de un salto- Mi nombre es llyasviel Von Einzbern... soy integrante del linaje Einzbern y he venido de Kumo para ofrecer mi ayuda a esta aldea... mi compañante es heracles... o al menos el la manifestacion de su legenda... el es el Heroe de la Fortaleza... por favor, expliquenos la situacion- y asi fue...

Luego de un rato de explicacion Illya comprendio que debian ayudar a la gente de este pueblo- Por favor... no os altereis... Berserker y yo nos heremos cargo- Señorita lllya... hay dos shinobis mas que estan aqui por el mismo motivo... por favor... Permitame guiarlos hasta ellos- Muchas gracias señor.- diria Illya caminando junto a aquella amable hombre y detras de ellos los seguia Berserker.

Al llegar al lugar indicado illya se sorprendio por las personas que estaban ali.. ambos los conocia desde hace un tiempo, Kiseki desde el año pasado y Kaito desde hace un mes... en aquella noche invernal en Kumo habia conocidoa Kisekiy durante el inicio de su viaje por el pais del viento habia conocido a Kaito- Kiseki-kun, Kaito-kun que Sorpresa... supongo que es el destino jeje... ¿tambien vinieron por la mision?- entre aquel grupo de 4 integrantes... la mas pequeña de estatura era.. Illyasviel.. y el mas alto era... Berserker...

Era un grunpo interesante.. Un Tanker (Berserker), un Ranged (Kaito), una caster(llyasviel) y una Attacker (Kiseki)... ya hasta parecia juego rpg de calabozos esta mision...

Resumen: Llega al lugar, se presenta asi misma y a berserker, es dirigida junta a Kaito y Kiseki, los saluda ypregunta sobre la mision... Berserker siempre tan callado que da miedo...

Hablar/pensar/ Berserker 

El ardiente sol del desierto caía sin piedad sobre el pequeño pueblo fronterizo, bañando la árida tierra con destellos dorados y calentando el aire hasta convertirlo en una brasa invisible. Kaito, apenas informado de su misión unas horas atrás, aguardaba con serenidad la inminente llegada de otro individuo con el mismo cometido. En estas tierras fronterizas, donde los intereses comerciales y nacionales se entrecruzaban, era común que varios actores mantuvieran a estos pueblos en su mira.

El repiqueteo de pasos cercanos rompió el silencio y alertó a Kaito. Girándose hacia la fuente de este sonido, se encontró con la figura de un joven, claramente más joven que él, cuyo cabello blanco y penetrantes ojos rojos resaltaban en el desértico entorno. El atuendo del recién llegado y el distintivo utensilio que sostenía en sus manos, una banda ninja, evidenciaban que era un recluta de alguna aldea. Kaito, al observar la banda, recordó todas las veces que había fantaseado con la idea de portar una propia, pero esta era la primera vez que tenía una tan cerca.

El joven desconocido no perdió tiempo y lanzó una pregunta directa, a lo que Kaito respondió con calma. -Soy Kaito, y ciertamente, estoy aquí por la misma razón-. Antes de que pudiera agregar algo más, una voz familiar emergió desde atrás de él. Kaito se volvió y su mirada se posó en la peculiar figura de Illya, acompañada de su siempre imponente compañero.

El marionetista no pudo evitar esbozar una sonrisa y señalar al dúo con un gesto de complicidad. -Qué sorpresa encontrarnos aquí, chicos-. Luego, con un toque de humor en su voz, añadió: -Es bastante curioso, ¿no creen? Los tres compartimos la particularidad de tener ojos rojos. Debo admitir que antes de convertirme en ninja, nunca había conocido a otra persona con ojos rojos, y ahora me encuentro con tres además de mí-. La singularidad de este rasgo compartido entre ellos siempre llamaba su atención y le recordaba al extraño joven cuyos ojos oscilaban entre el ámbar y el carmesí y que le había dado una lección en el coliseo.

Sin embargo, pronto descubrió otra conexión inesperada. Cuando Illya llegó, los saludó a ambos, a Kiseki y a Kaito, por sus nombres. Kaito arqueó una ceja con sorpresa y comentó: -Parece que ustedes dos ya se conocen de antes. Esto se está volviendo aún más interesante-. Los encuentros fortuitos y las conexiones inesperadas siempre avivaban su curiosidad, y esta misión prometía ser más intrigante de lo que había imaginado inicialmente.

Kaito dirigió su atención a la joven albina mientras preguntaba con intriga: -¿Tú también tienes una de estas cosas?- Mientras hablaba, alzó sus puntiagudos dedos hacia la banda que colgaba alrededor del cuello de Kiseki, a punto de tocarla.

Luego, con determinación, Kaito comenzó a caminar lentamente hacia fuera del pequeño poblado, dando a entender claramente que tenía la intención de abordar la misión en compañía de sus nuevos camaradas. A pesar de su falta de experiencia en el rastreo y su incertidumbre sobre cómo encontrar a los bandidos, estaba decidido a estar listo cuando intentaran saquear nuevamente.

Después de ver la situación de las personas de la zona, ver la desesperación en sus rostros y tratar de mostrar que estaban sus compañeros y el para ayudarlos se dirigió hasta uno de sus compañeros, se vería diferente de los otros pueblerinos así que debía ser el, claro no podía faltar que justamente habían mercenarios por la zona, debía ser un tanto cuidadoso.

El sujeto que por lo visto era mayor que él tenía el nombre de Kaito, este iba a presentarse con su nombre hasta que una voz Resonó en el lugar, era un tanto familiar para el, creía haberla escuchado hace tiempo atrás era Illya, quien no perdía el tiempo y los saludaba a ambos. -Ah hola!, cómo has estado?-.  Diría con su sonrisa de siempre tratado de infundir amabilidad en la situación, Illya también haría aparición con una criatura, a la cual el chico no perdería tiempo y saludaría, pero al parecer no conocía los saludos.

-No es un rasgo tan raro tampoco, para mí es normal, supongo que todos nos encontramos por la misma razón no?- Preguntaría, por obvias razones todos vinieron en ayuda de aquella pequeña comunidad que intentaba sobrevivir los problemas diarios como para que bandidos vinieran a molestar.

Después de un tiempo de conversación el chico notaría la obsesiva convicción de Kaito en tocas su bandana, tal ves el no tenía una?, no sabía eso, pero después de todo desprenderse de una pertenencia momentáneamente no era peligroso.

Se la quitaría de su cuello para ponérsela en la mano del sujeto de 17. -Quieres usarla?, Yo puedo estar sin ella no me molesta-.  Diría con un tono de amabilidad, típico de su familia que intentan ayudar al prójimo en lo que puedan.