Reunión de Mangakas (Priv Akami- Nagato)
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Era extraño socializar en el coliseo, pero cuando no estaba luchando o yacía esperando mi turno tras una larga fila de competidores, me gustaba estar afuera del coliseo, mostrando a la gente mis creaciones de dibujos, tanto estilo cartoon como anime. Creé algunos sirvientes de tinta, los cuales tenían la forma y el tamaño de mis creaciones y andaban por ahí, haciendo graciosadas y regalando copias de algunos de mis trabajos.

Como nadie me dijo nada al respecto, seguí a las afueras del coliseo, desde donde se escuchaba al público en euforia o decepcionado, gritando o aplaudiendo, y el sonido de las técnicas y gritos de los luchadores; pero yo seguí ahí, creando dibujos que daban un aire caricaturesco al ambiente, un pequeño descanso del ambiente de tensiones y sangre, dolor y dinero.

Quizás por eso me dejaron quedarme ahí, aunque fuera la causa que fuera, yo seguía ahí. El día estaba algo flojo, pues los combates eran carnicería entre luchadores de bajo nivel y a decir verdad, poco se aprende de ellos. Tan sólo compré las sodas que iba a necesitar para pasar el día bajo la sombra del coliseo.

Sin embargo, mi mente trabajaba a mil por hora, pensando en "Benji Mazda" aka "Benji Emaki", aquél antiguo mangaka que logró darle vida a sus obras a un costo ético y moral reprobable. Él mismo era una caricatura viviente, y en nuestro encuentro dejó claro que no iba a ser fácil vencerlo, menos cuando "La casa de Papel", antiguo recinto donde vivían y creaban su arte los artistas, cayó en ruinas tras nuestro combate. Pero lo que vi en su taller era lo que mas me había cautivado y aterrado: decenas de personas selladas en pergaminos de tinta, plasmadas como retratos de tinta vivientes, algunos deformados para volverse tinta.

Era una idea difícil de quitarse de la cabeza, pero al mismo tiempo me señalaba un camino. 

Al ver a todos esos luchadores salir en camillas o con lesiones, me recordó los horrores de la guerra y las heridas realmente mortales. En un mundo de caricatura, nada de eso pasaría, la gente no moriría y las cosas serían perfectas, bellas, como las animaciones que veía de niño en el orfanato, donde pasaba horas y días viendo esos dibujos para ignorar el hambre, la carencia, la muerte y la guerra de mi alrededor. 

Huérfanos iban y venían, venían envueltos en una cobija dentro de una canasta y se iban en cajas de madera, ya fuera por la falta de comida, la enfermedad o producto de alguna herida o lesión provocada por los combates en aldeas cercanas donde iban a mendigar. La vida no era fácil ni justa, era cruel.

Como fuera el caso, me sacudiría de la mente esas escenas y regresaría a disfrutar de mis creaciones, felices, inmortales, sin preocupaciones ni dolencias. Ese era el camino al que debía apuntar.
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Ya habian pasado algunas horas desde su batalla con Muki y la joven Ameryuu estaba decaida, su masuta simplemente le ignoro y dejoel combate a un lado... aun era capaz de sentir el ardor en sus muñecas debido al agarre robuzto de aquella marioneta de madera...- Masuta... te odio... humillarme de esa manera... es... es... degradante...- esas fueron las palabras que le dijo a Muki antes de despedirse de ella, Akami no tenia intenciones de volver a Kiri con ellay Saito, sabia que solo era alguien extra en aquella relacion- Solo dime dime cuando... no me digas donde... miraremos juntos el mismo horizonte...- esas eran las palabras que siempre usaba para expresarle a Muki su amor.

Pero... aquello no era amor... solo era... el no querer estar sola de nuevo.. se dio cuenta de ello justamente en el momento que conocio a Muki, "Yo se que me miras pero no me ves" Seria una frase perfecta para describir aquel sentimiento... - Masuta... yo... seguire viajando por el mundo... buscare el Origen de los Emaki... cuando lo encuentre... posiblemente volvamos a vernos.. se que usted hara mas feliz a Saito que yo- una sonrisa se mostro en su rostro mientras aquella parejita partia devuelta a Kiri...- Esta... es la mejor decision... al final.. no pertenezco alli...- se dijo asi misma mientras paseaba por las afueras del coliseo.

Paseaba sin rumbo alguno, pues no tenia ninguna pelea programada para hoy, por lo que esperar para combatir no era una opcion asi que simplemente fue a recorrer las instalaciones del lugar, los ficheros y las pocisiones actuales del coliseo... su pocision.. era la mas baja... bueno, era entendible.. todas sus peleas terminaban igual... solo venia a aqui a ser usada de saco de Boxeo... en teoria... se aburrio un poco de simplemente pasear por lo que decidio ir a comer algo a una cafeteria cercana a las instalaciones.

- Quizas.. si lograse crear mi Reality Marble... seria mas fuerte...- un reality marble o simplemente esfera de realidad... era un jutsu capaz de manifestar el mundo ideal interno de una persona.. era la maxima expresion de alguien que estudiara las artes shinobi o al menos eso habia leido en los manuscritos guardados en las ruinas del templo de la lluvia, hubicado en el sur del pais del agua, Aquel archipielago de islas donde paso la mayor parte de su vida.

Aquellas escrituras hablaban sobre un jutsu de la era de los dioses donde el usuario creaba un mundo propio sobre el mundo real, en pocas palabras era una creacion de territorio sobre un area en especifica. Segun leyo, el mundo represente por completo al usuario que lo utiliza, tomando como base clan, elemento e incusivelas maestrias ojutsu que la persona pudo desarrollar a lo largo de su vida. Saber que un jutsu asi existia, le motivaba a querer aprenderlo.. Si este reality Marble era capaz de algo asi... aprenderlo y dominarlo.. seria un arma inigualable...

un mundo donde su arte predominace... era algo que si te lo propucieran, como Emaki, como artista y como shinobi, ella nunca negaria en aceptarlo... ese jutsu significa poder... y ella queria poder... para proteger a su hija... su tesoro mas presiado... aquella niña de tan solo 13 años que adopto hace algunos meses, pero en tan poco tiempo... esa niña le mostro un camino de felicidad... por eso, queria asegurarse de que Hasu tuviera un mejor futuro lejos de las guerras... lejos del mundo shinobi.

Y justo esos pensamiento fueron olvidados momęntaneamenteal tropesar con alguien, las leyes de la gravedad e inercia hicieron su funcion y la sacerdotisa pelirroja cayo sentada sobre el arenoso suelo de aquel desierto- Kyaaah- aquel curioso, pero al mismo tiempo tierno, grito fue sonoro en un area bastante decente, fue mas por la sorpresa que por dolor real pero... algo es algo.

De pronto cuando levanto la mirada... una creacion de tinta... sep, TINTA estaba frente a ella entregando bolantes y lo que parecian ser dibujos de algun artista.. la firma le dio una gran sorpresa Nagato EMAKI... ¿acaso era su dia de suerte? Habia... ¡encontrado a otro Emaki!- Oye... tu, creacion de tinta... por favor, muestrame donde se encuentra tu creador - diria la pelirroja en espera de una respuesta. Sep, quizas los Chougu Giga no eran capaces de hablar, pero si de entender las ordenes humanas, ademas, la mayoria de estas creaciones compartian informacion con su creador, si corria con suerte, podria conocer aquel Emaki... al fin... conoceria a un Emaki... ella estaba feliz por eso...
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El día seguía aburrido, y de la quietud sólo era interrumpida, ocasionalmente, por los gritos de los apostadores cuando algún luchador hacía algo espectacular o ganaba alguna ronda.

Mis creaciones de tinta seguían vendiendo mis historietas, o mejor dicho, regalando. 

Mientras eso sucedía, yo seguía pensando en los encuentros que había tenido a lo largo de mi vida. Este último año había sido muy extraño. Benji and the ink machine, Benji Emaki, y la Torre de papel eran cosas que daban vueltas en mi cabeza, sin embargo, lo que más llamaba mi atención era lo que la chica de tinta me habría dicho en el Bosque de Sakura: Emaki Tensei.

-¿Que es lo que querías hacer?- le cuestionaba en mi mente, tratando de entenderle. Esa gente atrapada en papel, había sido bastante extraño. Por otro lado, la desaparición de mis padres y la ayuda de mi mentor, del cual obtuve mis primeros rollos de dibujo y mi tinta, me hacían pensar que algo extraño debía suceder entorno a mi clan.

Los archivos de Konoha poco mencionaban, incluso para un chunnin, el alcance de los documentos era muy pobre, necesitaría de más nivel para averiguar si podía encontrar algo, aunque cuando expresaba mis preocupaciones ante las autoridades, estos me daban largas y evitaban dar respuestas.

Sin embargo, todo fue interrumpido cuando una chica baja de cabellos rojos largos y vestido similar al de una colegiala, estaba tratado de hablar con mis creaciones de tinta.

La creación, un chico de anime, intentaba regalarle un cómic pero ella sólo seguía cuestionándole algo.

Me aproximé a la chica, la cual era más alta que yo.

-Hola, soy Nagato Emaki, autor de las historietas y de estos seres de tinta. Disculpe si no le respondían, no pueden y de hecho, sólo obedecen a su creador ¿le puedo ayudar en algo?- le cuestioné a la chica, sonriendo, con el fleco negro cubriendo mis ojos. 

Mi ropa hecha de costal podría dar la impresión de pobreza, sin embargo, esta ya estaba mejor cosida y de mucho mayor calidad que aquella que usé en mi infancia. 

Esperaría la respuesta de la chica, mientras tanto, sacaba de mis ropas un pincel para firmar el comic.
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Ya habian pasado algunas horas desde su batalla con Muki y la joven Ameryuu estaba decaida... Paseaba sin rumbo alguno, pues no tenia ninguna pelea programada para hoy, por lo que esperar para combatir no era una opcion asi gue simplemente fue a recorrer las instalaciones del lugar, los ficheros y las pocisiones actuales del coliseo... Su pocision... era la mas baja... bueno, era entendible... todas sus peleas terminaban igual... solo veniaa aqui a ser usada de saco de Boxeo... en teoria...

Mientras paseaba pensaba en un jutsu unico y muy peculicar... un reality marble o simplemente esfera de realidad... era un jutsu capaz de manifestar el mundo ideal interno de una persona... era la maxima expresion de alguien que estudiara las artes shinobi o al menos eso habia leido en los manuscritos guardados en las ruinas del templo de la lluvia, hubicado en el sur del pais del agua,
Aquel archipielago de islas donde paso la mayor parte de su vida.

Si este reality Marble era capaz de algo asi... aprenderlo y dominarlo... seria un arma inigualable... un mundo dode su arte predominace... era algo quesi te lo propucieran, como Emaki, como artista... y como shinobi, ella nunca negaria en aceptarlo... ese jutsu signitica poder... y ella queria poder... para proteger a su hija... su tesoro mas presiado... aquella nina de tan solo 13 años que adopto hace algunos Meses, pero en tan poco tiempo... esa nina le mostro un camino de felicidad... por eso, queria asegurarse de que Hasu tuviera un mejor futuro lejos de las guerras... lejos del mundo shinobi.

Y justo esos pensamiento fueron dejados de lado cuando tropeso con alguien, un chico dibujado al estilo anime, guien estaba regalando lo que parecia ser un manga o comic, Akami intento hablar con la creacion de tinta pero el mismo solo queria entregar uno de los mangas, la sacerdotisa lo tomo con mucho gusto y poco despues aparecio el que parecia ser Emaki Nagato, el autor de la obra en sus manos y el creador original de las creaciones de tinta- Mi nombre es Ameryuu Akami, es un gusto Nagato-dono... tambien soy una Emaki...- diria con uan sorisa la pelirroja mientras le daba aquel manga a el joven.

Si mediamos las estaturas, el contrario era incluso mas pequeño gue ella... y sus ropajes daban cierta aura de pobreza o eso diria alguien que nacioy vivio beneficiado desde el primer momento, para Akami los ropajes del contrario eran mas... humildad y gentiliza quizas... quien sabe - Me recuerda... a los andrajos con los que me vestian cuando me acusaron de bruja- era cierto... en aquel entonces ella usaba una vestimenta similar a la que el contrario tenia puesta en este momento. Cada puntada... era cuidadosa y precisa... era como si quien la habia cosido le habia dedicado esfuerzo y dedicación a ello...

Luego de presentarse mutuamente, el contrario revelaria que sus creaciones solo seguian las ordenes que el les daba ycosas asi. luego vio al contrario sacar una pluma para firmar el manga en sus manos- Por cierto... este tipo de libro... es un manga ¿no? ¿de que trata?- dijo entregando el manga al autor para que lo firmara.
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Aquella chica era impresionante, pero más aún lo fue al escuchar su nombre.

-Emaki...- dije mientras le firmaba la copia del manga que le había dado mi creación de caricatura, casi dejando caer la pluma en el proceso.

Examiné a la chica. No se parecía a mi maestro, ni a cualquier rastro que pudiera tener de otros Emaki, aunque a decir verdad ¿conocía realmente uno?

Los pocos informes de Konoha no me habían dicho mucho sobre otros Emaki, menos aún sobre otras características físicas relacionadas a nuestro clan.

-Ameryuu Akami... Emaki- susurré y tras esto le di el manga de regreso a la chica- es la primera vez que conozco a otro Emaki.

Las ropas de la chica me recordaban a los uniformes escolares, de buen nivel y nada sucios.

-Yo... eh...- tartamudeé un poco ante la pregunta de la chica- es una historia un poco basada en mí mismo. Un chico que tras una serie de eventos, escapa de la guerra, termina en un mundo de manga y trata de crear su propio mundo de paz... cuando yo estaba en el orfanato... en ese entonces ver caricaturas y leer historietas era todo mi escape a la guerra. Aún tengo el sueño de crear un lugar así, donde nadie tenga que sufrir o morir... es una fantasía, lo sé, y aunque me he esforzado, eh decidido plasmarla en este manga... por cierto, ¿conoces a otros Emaki? ¿también posees habilidades sobre la tinta? Cuéntame más sobre ti, quiero conocer más sobre los Emaki.

Mis ojos se iluminarían mientras hablaba, no literalmente, sino que despertaría mi esperanza y curiosidad hacia esa joven extraña.

De fondo, mis creaciones seguirían regalando copias de mi manga. El sonido de los luchadores aún se escuchaba de fondo, y la sombra de la tarde pronto daría paso a un viento más fresco.

Esa chica era ahora como la única pieza de un rompecabezas, o visto desde otro punto de vista, una pieza enorme, para entender más sobre mi clan y la tinta.
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Aquel chico estaba notablemente impresionado por la aparicion de la pelirroja y bueno era de esperarse su apariencia era mas la de una colegiala normal que la de una kunoishi y bueno sus rojizos cabellos cual charco de sangre y sus candentes ojos de rubi eran muy raros de ver. El contrario expreso aun mas asombro al entrerarse del nombre de la pelirroja tambien era miembro de aquel mitico clan que utilizaba el arte del chougu giga, una Emaki Ninpo. Parecia ser tanta su sorpresa que incluso repitio el nombre de la pelirroja agregando el "Emaki" al final del mismo.

 El tartamudeo del chico le causo un poco de gracia, llegando a mostrar una pequeña pero sutil sonria en su rostro, no por burla sino por que lo veía como algo tierno- Kawaii- claro aquello no fue vociferado ni dicho a los cuatro vientos, no era ni mas ni menos que un mero pensamiento interno de la pelirroja. Luego de aquello el contrario procedio a explicar el contexto detras de aquel manga que yacia en las manos de la pelirroja, era un manga que de una u otra manera se basaba en la vida del contrario o al menos eso dio a entender...

 "Un chico que tras una serie de eventos, escapa de la guerra, termina en un mundo de manga y trata de crear su propio mundo de paz... cuando yo estaba en el orfanato... en ese entonces ver caricaturas y leer historietas era todo mi escape a la guerra. Aún tengo el sueño de crear un lugar así, donde nadie tenga que sufrir o morir..." si somos honestos... era un sueño interesante, no muy diferente al de Akami en varios aspectos y bueno... ambos Emakis estuvieron en un orfanato y parecian tener historias ligeramente similares al principio de sus vidas.

 - Ya veo... la verdad no se mucho sobre mangas o esas cosas... naturalmente leo libros comunes... pero seguro que a mi hermano le encantara- claro, Akami no sabia mucho del libro en sus manos, apenas pudo reconocer que era n manga debido a que ojeo el libro ligeramente pero... no era el tipo de cosas que ella leeria normalmente- Pero... como se ve interesante... le dare una oportunidad...- sonrio dulcemente mientras guardaba aquel manga en una cartera que se encontraba ubicada en su cintura, claro la corre de la misma estaba ubicada en el hombro derecho de la pelirroja y bajaba hasta su cintura.

 - O-Oe... jeje claro que respondere tus preguntas pero... tampoco me lances una avalancha encima jeje- sep le causaba un poco de gracias las acciones del contrario pues... le habia lanzado 3 o 4 preguntas de una sola vez a la pelirroja cosa que bueno la cualquiera le dejaria un poco acorralado- Bien... la verdad es que eres el primer Emaki que conozco, bueno al menos lejos de mi familia... la verdad que mi hermano y mi hija tambien son Emakis- y si, por si se lo preguntan, Hasu Ameryuu resulto ser tambien una Emaki Ninpo. 

 - Y si... tengo la habilidad de manipular la tinta... inclusive soy capaz de crear armas o sirvientes de tinta... aunque... no soy una experta en ello solo se lo que he podido descubrir por mi misma...- claro, era un poco deprimente decir eso... todo lo que sabia hacer lo descubrio por si misma, nadie le dijo oye haz esto o oye hazlo asi. Al final fueron esas sus propias experiencias- Sobre mi? Bueno... para empezar soy una sacerdotisa de la Iglesia Amaterasu de Kiri... tengo 17 años... tengo una hija adoptiva de 13 años...- y poco fue resumiendo las cosas...
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La chica no se veía muy interesada en mangas, aunque el hecho de que otro emaki se lo diera en las manos, creo, era lo que le llamaba lo suficiente la atención como para leerla.

Akami me observó, como si le diera cierta ternura además del interés de mi historia. Al menos había sido honesta y respetuosa como para decirme que aunque no le interesaban los mangas, iba a darme una oportunidad.

Respecto a las preguntas, dijo no conocer a más Emaki más que a su hermano. Era excelente, otro Emaki del cual podría aprender.

Pese a que le molestó la avalancha de preguntas, decidió responder todas. La primera me explicaba lo de su hermano, su familia... luego yo.

Por otro lado, también era capaz de controlar la tinta. Crear armas y seres, eso era genial. Yo tomaba nota mental de todo lo que decía la chica.

Aunque, también mencionó el hecho de que sólo había aprendido lo que había descubierto por sí misma.

Era un gran acervo conocer que otros jutsus podría tener ella y tan diferentes a los míos. Sin embargo, la noticia de que era una sacerdotiza en Kiri, de la Iglesia de Amaterasu, y tenía una hija adoptiva de 13 años.

-Sorprendente, es genial ¿tu hermano también tiene las capacidades de manipular la tinta? Supongo que debes tener técnicas que has descubierto por tu cuenta, sorprendente. Yo tampoco aprendí con nadie, hace años conseguí mi tinta y mis pergaminos de un sujeto, mi maestro, quien vio en mi esta habilidad de generar seres de tinta, pero supongo que sus enemigos lo asesinaron. Era un ninja rebelde... pero fue hace casi 5 años o 6... sería buena idea que me mostraras tus técnicas y yo las tuyas, debemos tener cosas geniales, y eso podría ayudarme a entender mejor la naturaleza de nuestra habilidad- le dije con entusiasmo y felicidad, acercándome a ella. 

Luego, busqué entre mis cosas mis pergaminos.

-El "sirviente de tinta ya debes conocerlo"- le dije, sonriendo- tengo algunos otros trucos más ¿te interesa?
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