[Solitario] [Monotema] La receta perfecta

Última modificación: 12-10-2023, 03:17 PM por Riku Ashira.

El sol ascendió majestuoso sobre Iwagakure, derramando su luz dorada sobre las callejuelas empedradas. Riku, imbuido de determinación, se abrigó ligeramente y se encaminó hacia el bullicioso mercado local. Cada paso resonaba en armonía con el palpitar de la aldea, como si el pulso de la ciudad guiara sus pasos.

El mercado era un festín para los sentidos. Puestos de colores vibrantes y aromas seductores se extendían ante él. Riku se detuvo en el puesto de verduras, seleccionando con meticulosidad cada ingrediente. Hojas de espinaca fresca, brotes de bambú crujientes y zanahorias vibrantes llenaron su cesta. Avanzó hacia la sección de pescado, donde eligió lomos de salmón que parecían haber sido acariciados por las aguas más puras.

De regreso en su cocina, Riku abrazó la preparación con una mezcla de gracia y determinación. Cada corte de cuchillo era preciso, cada mezcla de sabores, equilibrada. El sonido rítmico de la preparación llenó el espacio, como si la cocina misma bailara al compás de su maestría.

La fragancia embriagadora de los ingredientes cocinándose llenó el aire, creando una sinfonía olfativa que envolvía el lugar. Riku cocinó el arroz con esmero, asegurándose de que cada grano alcanzara su plenitud. Luego, dispuso los cuencos con arroz, verduras y el salmón maridado, creando una composición culinaria digna de los más exigentes paladares.

Al sentarse a la mesa, Riku contempló su obra maestra culinaria con un brillo de satisfacción en sus ojos. Cada bocado era una experiencia sensorial completa: la frescura de las verduras, la delicadeza del salmón y el abrazo cálido de la marinada. Cada elemento se entrelazaba en una danza de sabores, creando una sinfonía culinaria que perduró en su paladar.

Saciado y revitalizado, Riku se preparó para su próxima encomienda. Vistiendo con orgullo su atuendo ninja, se encaminó hacia la aldea con pasos seguros y determinados. El recuerdo del festín que había preparado aún danzaba en su lengua, infundiéndole una confianza renovada. Estaba listo para enfrentar lo que el día le tenía reservado, llevando consigo el sabor del éxito en cada paso.

Mientras se dirigía a la oficina monótona donde todos los shinobi recibían sus encargos, todavía paladeaba en sus labios el sabor de la deliciosa comida que había hecho, y planeaba volver cuanto antes a su casa, ya que le había sobrado un poco y quizás, cuando reposasen las grasas del platillo, sabría aún mejor. La verdad es que deseaba volver a su casa y eso sólo era una excusa, pero sabía en el fondo que su vida como ninja era lo que pagaba esos deliciosos platillos, así que simplemente suspiró mientras tomaba una botella de agua de uno de sus bolsillos y bebía un poco para quitarse el ya empalagoso regusto de la comida, y entraba finalmente al lugar donde un nuevo encargo le sería asignado...