La realidad a veces es dura… es muy muy dura… -
despierta… despierta – escucharía Kishue levemente, a un volumen cada vez más elevado, hasta que finalmente lo oiría casi como un regaño y un grito a fuerzas, hasta que sintió una patada en la pantorrilla –
Despiertaaaa – gritaba Ulti, con sus brazos atados por sobre su cabeza y estirando todo su cuerpo lo máximo que podía para llegar hasta poder llegar con la punta de sus pies hasta la pantorrilla de Kishue. Al ver que por fin lograbas recuperar el conocimiento, esta se sintió algo más aliviada, te miraba con ojos desafiantes y rápidamente volvería a su lugar, retrocediendo y cruzando sus piernas sobre la paja de aquel granero.
Era bastante oscuro y la muchacha te observaba directamente a los ojos, al poco notarlo, tú también tenías las manos atadas, la joven te hizo una seña para que miraras a un lado, estaban encerrados en lo que parece ser un granero de mala muerte, con un hedor a putrefacción muy grande y lo que parecía ser un montón de sangre en las paredes –
debemos escapar de aquí – le diría a voz baja la muchacha –
no sé cuánto tiempo llevamos acá… solo sé que quizás las últimas semanas hayan sido solo una ilusión – diría Ulti, recordando esos momentos en la tierra feliz de las petunias y los dulces que no engordan –
ah… se veía tan real – recordando como comía y comía sin engordar ni un gramo, como ninguna persona tenia rostro y como podía volar sin problemas… si, muy real Ulti… muy real…
La verdad es que estos muchachos habían llegado esta mañana y rápidamente cayeron víctimas de una ilusión, una persona de gran poder los habría atado en este granero, solo se veían manchas de sangre en las paredes y lo que parece ser un candelabro o fuego a la distancia… Ulti liberaría una de sus manos de las ataduras rápidamente y empezaría a ayudarse a sí misma para sacar la otra –
te necesito activo niño, no podemos morir aquí – diría enojada, buscando la manera de escapar y ver en que podría servirle este muchacho.
Una vez se liberarán podrían darse cuenta que aquel granero tenia al interior un altar… un altar algo extraño, con el cadáver de una vaca por sobre el mismo, tenía el estómago rasgado y el hedor era penetrante. Había símbolos raros en el suelo que demostraban indicios de alguna especie de secta o algo extraño. Más lejos, más allá, se encontraba un par de granjeros atados de la misma manera que ellos… al parecer, cuando Kishue llego al pueblo, los granjeros que los recibieron y dieron advertencia de estos sucesos habían sido objetivo de sus captores también… ahora había civiles involucrados… ¿Qué clase de persona haría esto?
Ulti ya llevaba un mes viviendo en esta granja, parecía una simple granjera más junto a estas personas, ayudándolas en sus trabajos y entrenando de noche, pero la llegada de esta amenaza no fue advertida por Ulti… ella aún es muy inexperta respecto al mundo shinobi y cosas como estas la toman totalmente desprevenida… y si… Yiren fue producto de tu imaginación en este momento, él nunca estuvo acá. Las naciones encontraron tan poco importante que las vacas se enfermen y desaparezcan que casos como estos eran muy poco atendidos, y más estando tan lejos como era el país del té.