El camino del Cielo (priv. Akami Ameryuu)
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El día de hoy era un día tranquilo en la isla del norte del país del agua, lugar el cual me decidí a visitar para conseguir historias para contar en mis próximos viajes como buen peregrino, también por que en algún lugar escuché sobre alguien de mi clan en estos lares, hoy fui a entrenar en las costas del norte de la isla, mientras entrenaba mis jutsus como cualquier shinobi Y mire al horizonte y Vi a una chica pelirroja me observó un momento pero luego siguió su camino de largo, pasaron 20 minutos de entrenar –Wow que duró entrenamiento contra aquel arbol– dije refiriéndome al objetivo contra al cual dirigía mis técnicas, después un momento decidí darle una vista a mis alrededores.

 Y puede observar un bello paisaje costero, típico de las Isla del País del agua. Un manto verde de árboles y arbustos cubría mayor parte de la zona dando un toque flora y posiblemente fauna ena isla, una brisa marítima soplo, podía saborear el toque de la salinidad en el aire que era emanado desde el horizonte del mar. A demás, los olas chocaban contra la arenosa orilla playera en la cual me encontraba parado sumergido en mis pensamientos, recordarba la muerte de mi madre y el suicidio de mi padre, y cuando me fui a dar cuenta, comenzaba a atardecer, era aquel evento que mi madre una vez me dijo, se llamaba la hora dorada, es decir El ocaso.

 De pronto dirigí mi mano derecha a mi bolsillo derecho y verifique la presencia mis pergaminos en el– Me pregunto, cual será la utilidad de estos pergaminos– dije recordando que mi madre me los había obsequiado momentos antes de morir. Nunca me había explicado su uso, pero los conserve para descubrirlo por mi cuenta.
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El día de hoy, Akami Ameryuu se encontraba paseando por los alrededores de la isla del norte debido a que había terminado sus labores sacerdotales, estás consistían en rezar a los muertos del cementerio de esta zona, por lo que una vez cumplido, se dispuso a ir al pueblo a descansar un poco. El cementerio de encontraba en la zona norte, por lo que había ido a primera hora de la mañana para no encontrar interrupciones en el camino. Rezarle a los muertos no era la tarea favorita de la sacerdotisa, por lo que se había apresurado a terminar lo más pronto posible, claro había empezado a las 6 AM y termino a eso de las 9.

 En este momento la vestimenta de Akami consistía en su típico se chihaya con una diadema con el símbolo del sol, un manto el cual simulaba ser una capa y un Haori con detalles de soles. Era la vestimenta típica de una Obispo en la iglesia Amaterasu.

 De camino al pueblo, dirigió la mirada al vacío con la intención de sumergirse en sus pensamientos pero lo que vio le llamo un poco la atención, un joven albino de ojos azules, quien entrenaba sus ninjutsus con un árbol-(¿Quien será? Es la primera vez que lo veo en estos lares)- comento para sus adentros mientras seguía su camino de largo en dirección al pueblo.

 Mientras caminaba pensaba en los eventos sucedidos en el pueblo Jozu, también en la organización creada en el país de las aguas termales, así como también el poco tiempo que tenía que había vuelto a kiri tras esos viajes- Me preguntó como estarán todos en kiri- vocifero mientras andaba, pues pese a haber vuelto, no había ido a visitar a ciertas personas, entre ellas a Saito, con quién había estado en el pueblo Jozu.

 Al estar hundida de cabeza en sus pensamientos y memorias no pudo percatarse de que ya había llegado al pueblo hace un rato, por lo que su sorpresa al ver la entrada del pueblo fue evidente- Hablando de muerta en vida - comento con ironía mientras caminaba- Ese joven antes... Siento como si me fuera familiar por algo...- dijo mientras caminaba en dirección a la posada en la que se había hospedado durante el día de hoy.

 Al llegar a la pasada, se decidió a cambiarse a su vestimenta típica (la del avatar). Luego de eso se decidió a salir a dar un paseo por el pueblo, más precisamente a las orillas de la playa del pueblo. 

 Al llegar, se dispondría a sentar en una roca sobresaliente mientras se quitaba las zapatillas para no llenar las de arena, luego de eso subió las piernas, para abrazarse las rodilla, terminando en posición fetal, luego miro al vacío viendo el atardecer, era un momento que Akami consideraba hermoso, un tono anaranjado cubría con delicadeza las costas de la playa, cierto sentimiento de tristeza inundó el corazón de la pelirroja, saber que pese a haber compartido más que una habitación con Saito, y un así no había cambiado mucho su forma de actuar, le había hecho decaer un poco, sumergida en sus pensamientos, inconsciente del mundo exterior.
[Imagen: Bl8Jqj5.png]
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Sin darme cuenta, me había vuelto a perder en mis pensamientos, siento el frío... Inmerso en el vacío... Sin familia, sin hogar... Era el camino que la vida me obligó a tomar. No había vuelta atrás... Mi madre... Recuerdo el cálido sentimiento de sus abrazos... Era como si... Aquel sentimiento lo hubiera experimentado hace siglos... Pero si solo había sido hace unos años atrás.

  Mi padre... Recuerdo lo extricto que podía ser a veces... Pero... Tambien lo atento y cariñoso que podía ser, había olvidado lo que era una familia... Solo tengo memorias borrosas del pasado, como si nada de eso hubiera pasado... Para cuándo me di cuenta y desperté de mi sueño, es decir volví a la realidad, ya era el acaso. 

 -Creo que tomaré un descanso por hoy- dijo para mí mismo mientras miraba a mis alrededores, había estado largo parado allí, viendo al vacío como si nada- Daré un paseo para mí mente- dije sin cambiar mi seria expresión y comencé a caminar en dirección a donde me llevará el viento.

 El paisaje a mis alrededores no cambiaba mucho conforme caminaba, seguía siendo simplemente la flora compuesta por los verdes bosquejos los cuales empezaban en dirección opuesta a la orilla de la costa y el agua que poco a poco se tenía de color ocre debido al reflejo del sol.

 Mientras caminaba grabada aquel paisaje en mi memoria para quizás contárselo a alguien más en el futuro, mi estancia en la aldea de la niebla, aunque ha corta, los pocos paisajes que he visto me han gustado mucho, mientras caminaba, puede rotar que a distancia, quizás unos 7 o 9, estaba sentada la misma pelirroja hace un rato había logrado ver- Es la misma chica de antes- dijo mientras me dirigía hacia donde ella estaba mientras yo caminaba ví hacia el horizonte y observé lo hermoso que estaba el agua, pero continúe mi camino en dirección a la pelirroja, quien no sé si se había jactado de mi presencia, una vez estando cerca Le dirigí la palabra.
–¿Hola cómo estás?– le comenté esperando una respuesta de su parte.
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Recorriendo las experiencias de el pasado, memorias iban rondando, en la mente de la sacerdotisa, quién se había sumergido en sus pensamientos sin darse cuenta estaba fuera si- Siento... El frío... Sola en el vacío- era una frase que ella había dicho cuando era niña.

 Sin familia, atormentada por ser capaz de usar chakra, siempre había poseído un odio interno por las personas desde niña, la habían torturado y acusado de ser una bruja, si nos ponemos a enumerar la cantidad de torturas y los tipos de castigos que aplicaron en ella, nos tomaría un largo rato terminar de enumerarlos.

 Mientras miraba al vacío, recordó una escena que por más que quiera no podía olvidar, una noche sin luna, gritos de desesperación y dolor, olor de humo y carne quemándose, súplicas de niños queriendo vivir, una gran casa, del tamaño de un mansión mediana en llamas, las cenizas simulaban la nieve, y una leve llovizna que trataba de ahogar las llamas, sin tener éxito.

 Y frente a una niña pelirroja cubierta de heridas y con ropajes sucios y andrajosos, una mujer suplicando ser salvada, le gritaba a la niña como pidiendo su ayuda, pero la infante solo le miraba sin expresión alguna en su rostro y tras unos segundos, movió sus pequeños labios para vociferar algo- Te lo mereces... Ahora duerme al igual que mi madre... Para no despertar nunca- al decir esto, la mujer que estaba atrapada bajo los escombros de la mansión termino de ser consumida por las llamas que consumían casi por completo aquel orfanato.

  Ya al amanecer de aquel día, el cadáver de aquella mujer estaba casi irreconocible, el olor a quemado inundaba el ambiente, la niña se encontraba bagando entre los restos cubriendo su cuerpo con una manta, como si estuviera buscando la calidez de un abrazo, mientras caminaba con su mirada pérdida, llegó a una pequeña pendiente y antes de caer inconsciente murmuró algo- Siento el frío... Sola en el vacío...- fueron sus últimas palabras antes de perder la memoria.

 Ya en el presente, Akami estaba tan concentrada en sus recuerdos que no se había percatado de la presencia del contrario- Ya no quiero sentir el dolor por todo lo que me paso- dijo para si misma antes de que aquel joven hablará, la voz del contrario le llamo la atención pues le había tomado por sorpresa.

 - Oh!- exclamó con cierta sorpresa mientras miraba al albino frente a ella- H...hola...- dijo respondiendo al saludo del contrario- Bien... Solo qué andaba distraída- dijo mostrando una sonrisa al contrario- Me presento... Soy Akami Ameryuu- dijo parandoce de la roca en la que se había sentado y poniendo sus pies descalzos en la arena, la cuál ya estaba fria, hizo una pequeña reverencia para saludar al contrario- ¿Y tu eres?- preguntó con una sonrisa.
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-iso una reverencia- un gusto conocerte me llamo Tenshi Skyinotta -dijo Tenshi emocionado por conocer a Alguien nuevo-  -tenshi preguntó- que haces aquí tan sola.
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Bueno... como Tenshi anda con una joda de no tomarse enserio el rol, procedo a pasar a cerrar este tema, me salieron canas verdes de tratar de hablar con el.

Este tema ha sido cerrado.

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