[Salida] Paises Vecinos
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17 de Junio 15 D.K
Hacia el País del Agua
Un tigre Enjaulado

Satoru se ha enlistado esta vez a una misión cooperativa en el País del Agua junto a otros shinobis de otros lugares, el objetivo era prevenir el trafico de animales, esta era la razón suficiente como para emprender viaje. El jueves 17 de junio Satoru saldría de mañana su viaje hacia el Este del País del fuego para luego cruzar el Mar hacía el País Vecino. 

El día amaneció fresco y claro, con un suave viento que agitaba las hojas de los árboles.  Cruzó vastos campos y atravesó densos bosques, siempre manteniendo su objetivo en mente. El sol se alzaba en el cielo, iluminando su camino mientras avanzaba a través del paisaje cambiante.. Luego de varias horas a paso firme, daría con la costa y los muelles.
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20 de Junio 15 D.K
Entrada a Konoha

El regreso a Konoha marcó el final de una travesía llena de descubrimientos y aventuras en el País Vecino, Satoru había quedado asombrado por las extensas costas del Mar del Este un lugar que guardaba secretos y misterios tan profundos como sus aguas. Desde las leyendas de tesoros ocultos hasta las historias de marinos intrépidos, ese vasto océano era un recordatorio constante de la diversidad del mundo y de la complejidad de sus habitantes. Marines, piratas, comerciantes y personas de todos los rincones se congregaban en sus puertos, creando un crisol de culturas y destinos.

Satoru sabía que los días pasaban rápidamente, y el mundo estaba en constante cambio. La mención de la "llamada Zeoner" resonaba en su mente, un recordatorio de que el futuro traería desafíos desconocidos. Como maestro de pacto y guardian del conocimiento de los reinos animales, entendía la importancia de prepararse para lo que vendría.

Tras ingresar a Konoha, Satoru se dirigió a la oficina de entrada, donde un shinobi lo atendió y le proporcionó el pase de ingreso. Fue un encuentro breve pero cordial, marcado por el sentido de comunidad y servicio que caracterizaba a su aldea. Con el pase en mano, Satoru continuó su camino por las calles familiares de Konoha.

El próximo destino en su agenda era el encuentro con el Viejo Jojo, quien, sin duda, estaría esperándolo. El Viejo Jojo había sido un mentor y una fuente de sabiduría en el pasado, y Satoru sabía que su consejo sería invaluable en los tiempos que se avecinaban. Sin embargo, antes de sumergirse en los asuntos de la aldea, Satoru planeaba tomarse dos o tres días para descansar y reflexionar sobre su viaje, así como para prepararse mental y espiritualmente para los desafíos venideros.

Mientras caminaba por las calles de Konoha, Satoru reflexionaba sobre la necesidad de mantener un equilibrio entre el pasado y el futuro, entre la tradición y la innovación. Sabía que su papel como maestro de pacto lo vinculaba a un mundo más allá de las fronteras de la aldea, pero también entendía que su lealtad a Konoha era inquebrantable. Con esta dualidad en mente, se encaminó hacia el encuentro con el Viejo Jojo, listo para abrazar lo que el destino tenía reservado para él y su aldea.
Satoru
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