[Entrenamiento] Reptile fight ft.Hashira
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En Kumogakure, la aldea se despertó bajo un sol radiante que bañaba todo con un calor intenso. Sin embargo, ni el calor sofocante fue suficiente para detener la frenética actividad que se desplegaba en el campo de entrenamiento. Determinados individuos se afanaban en sus prácticas, decididos a pulir sus habilidades sin importar que el sudor cayera en torrentes desde sus frentes.

Entre ellos, Ryu se contaba como uno de los primeros en llegar, ansioso por encontrar un compañero con el que medir fuerzas, a pesar de su mala reputación.

Oye, ¿te gustaría entrenar juntos? ─ con un orgulloso destello en sus ojos, esta era su invitación característica, dirigida a la mayoría de los presentes.

Sin embargo, las miradas escépticas y desconfiadas que le lanzaban decían mucho. Las respuestas no se hicieron esperar─. Lo siento, pero la última vez me rompiste un brazo ─era una negativa que ya había escuchado en varias ocasiones─. Hasta que no aprendas a controlarte, prefiero evitar problemas.

Tsch, tu te lo pierdes ─respondería el hombre reptil con un ligero tono de molestia─. Afuera tendrás que aguantar cosas mucho peores que un brazo roto, pero esa ya es tu decisión.

Después de varios intentos fallidos con desenlaces similares, el Tokage se encontró finalmente entrenando en solitario. Caminó con determinación hacia los maniquíes dispuestos en el campo, su mirada reflejando una mezcla de frustración y enfoque. Sin ninguna palabra, comenzó a descargar su frustración acumulada en los objetos inertes con puñetazos y patadas feroces. Cada golpe era una liberación, un desahogo para la tensión acumulada en su interior.

Sus movimientos eran precisos y rápidos, una expresión física de la rabia y la determinación que arremolinaban en su interior. Cada impacto resonaba en el aire, un recordatorio audible de su compromiso con el entrenamiento y su deseo de superarse. El sudor comenzó a empapar su frente y sus músculos se tensaron con cada golpe, revelando la intensidad de su esfuerzo.

Poco a poco, fue encontrando en cada movimiento una forma de liberarse de la rabia que había sentido en sus interacciones anteriores. El campo de entrenamiento se había convertido en su santuario temporal, un lugar donde podía canalizar sus emociones y enfocarse en mejorar sus habilidades. Cada golpe y patada era una afirmación de su determinación de superar sus limitaciones y convertirse en un shinobi más fuerte.
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Lady
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Estadísticas de Hashira


El sol de la mañana, es el más perfecto que existe para entrenar, sobre todo descalzo en donde haya buena cantidad de arena. La mayoría de los Imperiales, civiles y alguna que otra clase de gentes, hacían sus actividades diarias. El Imperio de la "Nube", incluso después de su desafortunada confrontación con malechores rebeldes, seguía en su máximo funcionamiento.


El campo de entrenamiento, en el día de hoy, es una de esas áreas con bastante actividad de práctica. Claro, algunos que otros enfrentamientos se debían a fantásticas rivalidades, para determinar de una vez por todas quién es en más fuerte. Entre ellos también se encontraba Hashira, quien yacia sentado en el medio del sol comiendo una bola de arroz. Estuvo lo suficientemente cerca como para escuchar las peticiones de batalla del sujeto misterioso. Sin embargo, nadie entre los presentes aceptó, y eso se debía a la violencia mencionada.


Una suave sonrisa se dibujó en la cara del pelirosa, y lentamente se levantó del suelo sacudiendo el polvo y rastros de arena en su pantalón con las manos libres. La bola de arroz estaba a la mitad — Vaya, hay una cuerda de cobardes aquí, heh. — Vociferó con el ceño fruncido y sin dudarlo se echó a andar aproximándose con pasos cortos y geniales, hacia donde se encuentra el individuo al que prácticamente todos le tuvieron miedo.


Su rutina de entrenamiento y duros golpes a los maniquíes, dejaron en claro su alta habilidad en el Taijutsu. Es normalmente que un Shinobi domine tal área, sí, pero sus golpes resonaban con una fuerza abrumadora y ese gran detalle emocionó a Hashira — Oe, tú, imbécil. — Diría a modo de provocación deteniéndose a seis metros del muchacho y procedió a lanzarle la media bola de arroz a su espalda, como una medida para tener una idea de que tipo de reflejos tiene — Seré tu oponente, voy a ser quien te patee el culo, heh. — Deslizó su dedo índice cerca de sus fosas nasales, en un movimiento horizontal repetitivo y luego bajó la mano. La larga bufanda era removida por las suaves corrientes de viento. Bastó con que el Hashira sonriera con diversión, mostrando unos colmillos bastante desarrollados, dándole a entender que no es individuo común y corriente — Hashira. — Formó un puño y este le conectó en un golpe seco en su otra mano abierta, frente a su pecho. Solo estaba demostrando ser igual de rudo y agresivo — Tokage Hashira. —
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Estadísticas de Ryu Kutsuki


En medio de su concentración en el entrenamiento, Ryu notó un movimiento periférico que interrumpió su flujo. Detuvo sus movimientos bruscamente, su pecho subiendo y bajando por la agitación de su respiración. Volteó con agilidad, fijando sus ojos grisáceos en el individuo pelirrosado que se acercaba a él.

La provocación del recién llegado surtió su efecto, arrancando una ceja arqueada y una sonrisa juguetona de los labios de Ryu. Con un gesto, flexionó su brazo, inflando el bíceps y mostrando su musculatura en una especie de desafío casi animal. La postura era una amenaza silente, un lenguaje corporal que hablaba de fuerza y confianza.

Puede que me sorprendas, ¿quién sabe? ─respondió con un toque de orgullo en su voz, mientras sostenía la mirada del pelirrosado. La respuesta de Ryu no solo estaba en sus palabras, sino en su postura, que irradiaba seguridad y desafío en igual medida.

La revelación de que compartían clan fue una inyección de emoción en la atmósfera. El pelinegro dejó escapar una sonrisa intrigada y emocionada cuando Hashira se presentó. No era común encontrar a alguien de su mismo clan dispuesto a enfrentarse en un entrenamiento. La teatralidad de Hashira encontró eco en Ryu, que lamió sus labios, mostrando su lengua bífida y sus dientes afilados, características que compartía con su compañero improvisado.

Ryu ―se presentó con un tono cargado de juego mientras chocaba sus puños a modo de amenaza. La energía entre ellos parecía palpable, una mezcla de desafío y emoción ante la perspectiva del combate que estaba por venir. ― Ryu Kutsuki.
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Lady
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Estadísticas de Hashira


Una sonrisa engreída sería revelada a Ryu, por parte de Hashira, y sucedió una vez escuchó aquello. ¿Sería él capaz de sorprenderlo? Quien sabe, puede que no o puede que sí. El pelirosa se ha entrenado en el combate cuerpo a cuerpo desde que era apenas un pequeñín, y aunque tenga conocimiento del Ninjutsu, no se compara con su conocimiento del Taijutsu. Un aura imbuida en orgullo y desafío salía desde el cuerpo de Ryū, siendo un hecho que alertó a Hashira, pero aún así seguía mostrándose estoico e indiferente — Vas a regresar con algunos huesos rotos, heh. Tal vez me meta en problemas. —


Las características físicas del pelinegro, le indicaron a Hashira que no se trata de un sujeto común y corriente " ¿Acaso...?" Sí, podría tratarse de que sea miembro del clan Tokage y posiblemente sean familiares lejanos. Pero algo tienen en común, comparten la ancestral sangre de aquellos poderosos dragones que hasta la fecha no se ha comprobado del todo si la leyenda es cierta. Eso, ocasionó que una emoción y una llamarada incendiara sus más instintos primitivos, ensanchando aún más su casi amenazadora sonrisa. Tensó sus músculos, y sus piernas se mostraron ligeramente grandes.


Entonces, de un momento para otro, Hashira dio una fuerte zancada y salió disparado cuál depredador en busca de su presa. Su recorrido, dejó un camino de humo que sorprendió a aquellos Shinobi y Kunoichi que estaban observando. La intención del Tokage, fue impulsarse con la inercia del movimiento, para realizar un salto y extender ambas piernas a su cara, si Ryū mirara bien los ojos de Hashira, podía notarlos totalmente blancos, además de su sonrisa que dejaba ver a la perfección aquellos dientes filosos y serrados. Quería impactarle una certera doble patada y tomar ese mismo impulso para realizar un salto mortal hacia atrás. En cuanto aterrice, correrá hacia Ryu, si nada se lo impedía, y optaría por lanzarle un gancho de izquierda a su mejilla. 


Supīdo Sutā

Tobigeri





Chakra: 307/342

nota
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