[Misión Rango A] Junrei: Primera Excursión al Paraíso
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Última modificación: 28-06-2023, 02:36 PM por Staff.
REBELDES
15 de Junio del 15 DK
Costa Sur del País de las Montañas, 07:49 AM

El reloj se acercaba a marcar las 8 cuando una comitiva, de las varias que estaban llegando desde hacía algunos días, desembarcó en el puerto de un asentamiento local, ubicado en la costa sur de la isla principal del País de las Montañas. — Eso, eso. Un poco más... — Comentaba un hombre que se había hecho uno con el agua, dejando ver su rostro en un estado acuático entre las pequeñas arremetidas de las olas que llegaban a la costa. Se trataba de Yatō Hozuki, oficial y segundo al mando de la Rebelión del Agua, el casi siempre encargado de mantener a salvo las embarcaciones rebeldes en sus travesías por el Mar del Este. Él vigilaba las costas, y se había ofrecido de propia mano a viajar con aquel grupo de shinobis rebeldes hasta las Montañas.

La embarcación ancló: se trataba de un modesto bote, impulsado por un motor de chakra, que la Rebelión del Agua había suministrado. Una fémina fue la primera en poner un pie en tierra firme. En madera floja, mejor dicho, pues piso uno de los tablones del muelle (no tan transitado desde hacía algunos meses, a comparación del movimiento de esa semana) y casi lo parte. El crujido la asustó tanto que así como lo tocó, saltó hacia la isla, como unos 3 metros gracias a su buena zancada, quedando de pie en la arena y suspirando. — Fiuh... ¿Qué no arreglan su muelle? ¿No sabían que esperaban gente importante? Madre mía...

Yatō suspiró mientras se materializaba de nuevo, en tierra, tomando de nuevo su característica forma. La joven, un tanto arrogante, era Maki Muu, hermana menor de Maki Luu, Yondai Senchō del Viento. A diferencia de su hermana, Muu era un tanto más impulsiva y menos inteligente, siendo extremadamente mala con las distancias y la orientación. — Yatō-kun, no dijiste que esa lancha mareara tanto. — Agitó la cabeza y se resfregó la cara la joven.

— Agradece que los mantuve a salvo de las olas, y el mar no estuvo muy picado. Venga, pueden bajar todos ya. — Dijo mientras terminaba de atar una larga soga a un tronco clavado en la arena, que serviría para que la lancha no se fuese. El Oficial les hablaba a los 4 shinobis que conformaban el escuadrón: Jikaro, Izanami, Tobias e Izuku. El grupo había partido desde un muelle clandestino de la Isla del Norte, en el País del Agua, y tras casi un día y medio, habían conseguido llegar a destino.

El Hozuki comenzaría a adentrarse en la isla, subiendo una escalinata artificial, de rocas incrustadas en la tierra, que llevaba a subir 2 metros de barranca, saliendo así de zona playera. Una vez arriba, a la lejanía podrían observar los altísimos picos montañosos, al norte. Las nubes llegaban a cubrir sus cimas, pero era imposible contar todos los picos, ya que el país contaba más de 1000. — Síganme. Tu hermana llegó el lunes, han estado haciendo exploraciones cortas fuera del poblado, pero querían esperar a la última comitiva para iniciar con la verdadera expedición. — Ya estaban a jueves, y con "hermana" se refería a la de Muu. De inmediato tras terminar de hablar, caminando hacia el norte hacia lo que parecía ser un cúmulo de cabañas y modestas viviendas, allá a unos 500 metros, el de pelo bicolor destapó una de sus cantimploras y dio desesperado un trago a su agua. El agua salada lo dejaba bastante deshidratado, y aquel era su método para mantenerse al 100%.

Pero la paz no le llegaría nunca al acuático, que vería su bebida arrebatada por la escurridiza Muu. Con una sonrisa, se alejó un par de metros trotando y comenzó a beber del agua del Hozuki. — ¡Suelta eso mocosa! ¡VEN AQUÍ! — Y a máxima velocidad, empezaron a correr, perdiéndose de vista de los 4 shinobis, en una persecución cómica que los conducía al poblado.

Apariencias



IMPERIALES
13 de junio del 15 DK
Playas Sureñas, Cabo de Miedosos, País de las Montañas, 08:14 PM

Casi dos días antes, y a unos 20 km. del poblado más conocido de las Montañas donde los rebeldes estaban desembarcando desde el lunes en grupos reducidos, un dúo de shinobis experimentados llegó cuando ya sólo restaba un poco de claridad, con el sol oculto tras el horizonte y un cielo un tanto rosa de un lado, y estrellado del otro, cubrían a los lugareños. En una silenciosa y pequeña lancha, únicamente los dos Rōnin habían viajado, teniendo el mando del volante y contando con un mapa para llegar a su destino.

Nadie los esperaba, y su única indicación era un mapa y una carta. Eran enviados por el Imperio del Agua a vigilar los movimientos rebeldes en las Montañas. La información que tenían es que distintas comitivas estaban llegando en esa semana al país, y debían encargarse de camuflarse, observar su jugada e intentar recabar información. Si podían frustrar sus planes u obtener información de importancia sobre la "Tierra Libre", serían recompensados de manera especial, y hasta la Shodai Suijin se había atrevido a prometerles tierras en las islas del País del Agua.

Su mapa marcaba, a una veintena de kilómetros, la ubicación de el poblado principal de la costa sur de las Montañas. El resto de la nación, se decía, estaba inhabitada, o al menos el Imperio no tenía datos sobre posible actividad humana. Solo historias y leyendas se oían sobre este lugar: la muerte de un dios shinobi en ese lugar, la desolación de la nación tras la furia de un Bijuu, bestias terroríficas, entre otros mitos extendidos de boca en boca.

¿Su labor? No ser detectados y ponerles un ojo encima a los rebeldes que lleguen a la isla. ¿Qué planeaban exactamente hacer llegando allí? ¿En verdad esperaban encontrar la llamada "Tierra Libre"? Contaban con un margen de dos días antes de que terminasen de desembarcar shinobis, por lo que debían hallar la forma de posicionarse con ventaja en el País de las Montañas. Su única indicación estaba en la carta, que los mandaba a reunirse con el "Verdugo de la Niebla" en la entrada de la Montaña Cementerio (Sangaku no Hakaba), aunque no se señalizaba en el mapa su ubicación ni tenían ningún dato de como encontrar la locación.



Off Rol

Reglas y Notas

Misión
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Era quizás la primera vez que Tobias se sentía nervioso, por primera vez había sido llamado para un trabajo verdadero, uno relacionado con el mundo shinobi y no al mundo comercial de partes de tren. Su padre no había recibido las noticias con mucho ánimo luego de que escuchó los vagos detalles de lo que su hijo tendría que hacer, no nada mas estaba poniendo en peligro el poder de la empresa al aliarse con los Rebeldes, sino también estaba poniendo su vida en peligro.

Sin prestarle mucha atención, el moreno partió hacia el punto de encuentro, armado con su gran abanico que reposó en su espalda y vestido de manera muy elegante, con telas especiales para combate, pero de igual manera lo dejaban con un aspecto “noble”. Al llegar, se vio reunido con varias personas que al parecer serían parte de la misión, absolutamente todos eran desconocidos para él, pero como buen joven de dinero, solo prestó mayor atención en las mujeres del grupo, especialmente la pelinegra de ojos pálidos que poco después llegó a conocer como Muu, miembro del clan Maki, un clan que compartía “patria” con el de él.

Durante el viaje en lancha intentaría interactuar con ella, haciendo uno que otro comentario de halago, pero evitando ser tan molesto al dirigirse al resto casi de la misma manera. —Saludos a todos, pueden llamarme Tobi, espero que nos llevemos bien y no duden de que los ayudaré si algo sale mal. —Podía bien dar su nombre real, pero no quería causarle más problemas a su padre de lo que ya lo estaba haciendo. Con esto, esperaba que fuese suficiente para ganar al menos una pizca de confianza, así como quizás escuchar su nombre salir de los labios de quien ya consideraba su crush.

Al llegar a tierra, se sorprendió por el Hozuki, quien no había estado en el bote con ellos por haber estado actuando como protector del grupo al hacerse uno con el agua. No había podido presentársele a él, por lo que aprovechó la oportunidad y se acercó: —Ya lo había dicho al resto, pero es un placer conocerte, puedes llamarme Tobi, muchas gracias por tus esfuerzos durante el viaje. —Le dio una cálida sonrisa y una palmada en su espalda.

Quizás su actitud le resultase extraña al resto, pero era simplemente una manera de expresar cortesía básica, así como la inocencia de ser relativamente nuevo en todo lo que el mundo shinobi se refiere. Avanzó entonces junto al grupo, esperando a ver si alguien decía algo más, notando la relación entre Yato y Muu, incluso observándolos partir a toda velocidad en su juego/pelea que estaban teniendo. —Ese tipo sí que tiene suerte. —El moreno se quejó en voz baja, claramente celoso de no poder disfrutar de esas interacciones.

Off y Resumen
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El País del fuego… ¿Sorpréndete?, Creo que no. Es de dónde vengo, un lugar que es conocido por sus fuerzas indomables y que sólo los más poderosos podrían ganar, de hecho. Me acuerdo cuando pertenecía a ese pequeño grupo selecto de personas. ¿Cómo una persona como yo, quedó en la mierda después de casi tenerlo todo? Es fácil. El mundo ninja ya no es lo que era, antes todo era libre y si llegabas a estar preso o de alguna manera u otra cautivo de tu Libertad. Sabías que habían personas que siempre iban a estar de tu lado sin dejarte solitario, ¿Por qué digo esto?, Caí preso en una misión para el mundo, y nadie pero realmente nadie se preocupó por mi, simplemente los rebeldes. Y ellos ni siquiera me preguntaron si me hicieron algo o no. Mi tierra natal no se preocupó por mí, por eso me sorprendí cuando me llamaron para esta misión. No me podía negar, todo es por un futuro mejor. 

Con certeza en su corazón y pensando que podía con está misión salvar su legado. Entró en una especie de confianza, que le otorgó la fuerza de voluntad para partir. Con su portakunais derecho e izquierdo atados, junto a su portautensilios. Tomé camino hacia el punto de partida hasta el País de las Montañas. 

Al llegar me encontré con muchos tipos de personas, alguno que otro se me hacía conocido. Pero nada del otro mundo. Alguien me llamó la atención, era una persona que con sus ropajes parecía que era de Dinero y seguro pagó para estar en una misión de este calibre. Observando su rostro, me pude dar cuenta que estaba mirando a una chica. Me acerqué a él. - No creas que no te he visto, recuerda que son tus superiores. En cualquier momento nos pueden mandar a bañar con los tiburones. Recuerda eso - Le susurré para después moverme hasta el frente. Hasta que el mismo chico se presentó. Se llama Tobi. - Un gusto Tobi, yo me llamo Jikaro. Pero me puedes decir Jika. - Le comenté saludando a todos los presentes con mi mano derecha. Después de las presentaciones me quedé mirando el paisaje.

Llegamos. Era hermoso, como lo esperaba, Las nubes tocan con los picos más altos, y Realmente era lindo el lugar, algo difícil de aceptar. Cuándo la primera chica salió de la embarcación. Decidí por mi propia cuenta, esperar a que me digan que salga. Ya que, no quería seguir a esa chica, ni siquiera sabía dónde estaba parada. Escuché a la chica hablar, no me interesa. Bajé de primero, tocando suavemente la madera para que no se rompiera y cayera al mar. 

Asentí cuando el señor dijo que lo siguieran. Normalmente iría por mi propia cuenta, pero no puedo, tengo que seguir órdenes de lo que parece una playa andante. Pero rápidamente mi cara de tranquilidad paso a una de desesperación. Pues parece que a la chica le molesta todo y salió corriendo del lugar llevándose consigo la botella de agua del chico, el cuál la empezó a corretear. - ¿Realmente nos dejaron?, Bueno. Yo no sé ustedes pero los voy a seguir. - Me decidí por empezar a correr junto a ellos, claramente no llegaba a su velocidad pero lo intentaba realmente.


Estadísticas de Jikaro Uzumaki



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Pensé que podría descansar mientras el resto juega a buscar tesoros, pero no me quejaré. Buscar ese sitio tan misterioso suena divertido, ¿no crees? — Durante el viaje en lancha, sí, bastante original, el pelirrojo fue el encargado de pilotear el vehículo marítimo mientras que el de sombrero quien daba indicaciones con el mapa en sus manos. Podríamos decir que dejó en su compañero la tarea más difícil. La llegada al País de las Montañas se dio durante horas de la noche y en solitario, no había nadie.

Si alguien se pregunta cómo llegaron ahí enviados por el País del Agua, digamos que los Ronin tienen varios métodos para que les asignen esos trabajitos. Además, esta misión era atractiva por dos motivos. Primero, porque si daban con aquella supuesta zona secreta y especial sería increíble de por sí. Pero además, se les prometió recompensas potentes. — ¿Crees que los terrenos que nos den en el País del Agua sean amplios? Espero no me decepcionen. — Aunque en el caso de poder obtener algo mejor durante la realización de esta misión, no dudaría en desechar el presunto pago de la autoridad de la Niebla.

La carta que les fue entregada tampoco decía mucho. A priori, varios rebeles deben estar llegando estos días al famoso pueblito. Serán varios al final, pero por el momento, llegan en baja cantidad. Además, el otro dato particular no le inspiraba mucha confianza. — Verdugo de la niebla. No suena muy amistoso. Quizás nos quiere matar y todo. — Durante el último tiempo ha conocido a cada loquito por ahí que ya nada es capaz de tomarlo por sorpresa. — Pero esto dice que debemos buscarlo. Pues nada, toca descubrir dónde queda ese famoso cementerio.

Sin decir nada, Samuru comenzó a avanzar. No era necesario tener que decirle explícitamente a Isshin dónde ir. Solo tenían la dirección del pueblo en el mapa, así que lo mejor era ir ahí en vez de perderse y buscar descubrir de manera azarosa el supuesto paraíso. El ronin conoce el País de las Montañas. De hecho, ahí es donde oficialmente se creó Kakusei, pero nunca vio nada parecido respecto a la tierra libre. Todo le pareció siempre normal. Vamos, montañas, rocas y cosas así. Cuando le mencionaron que ahí había tanto show, no se lo podía creer.

Se desconoce el tiempo de caminata hasta el distinguido pueblo en donde muchas almas se relacionarían de forma directa o indirecta.

En el pasado, Samuru demostró poseer habilidades no solo para ser un ninja, sino que para sobrevivir trabajando en distintos puestos. Isshin al conocerlo lo vio hacer de mesero, ahora podría hacer algo similar. No le pediría a su compañero que se infiltre en el mismo local que él, pero si la instrucción era que no estuvieran del todo lejos. Después de todo, necesitaban compartir información y datos, por lo que era ideal que tomaran puestos que les permitieran relacionarse seguido.

En cuanto a Samuru, este logró obtener un puesto en un pequeño bar como mesero y también trapeando el piso. Su traje era uno bastante simple, humilde. Pantalones negros y una camiseta violeta oscura de manga larga. Su prominente sombrero lo dejó guardado en un cuarto que servía para descansar. Ahí solo restaba ver si llegaban individuos interesantes a conversar. En ese tipo de lugares siempre aparecía todo tipo de personas a tomarse unos tragos y abrir de más la boca.
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Estadísticas de Izanami

Izanami permaneció tranquilamente durante todo el viaje descansando grácilmente sobre el perímetro de la barca que formaba el casco del navío por la popa del mimo, dejando caer sus piernas grácilmente hacia el mar mientras sentía en ellas las gotas de agua y la espuma que formaba la barca rompiendo con fuerza las holas gracias a la fuerza del motor de chakra. Una figura elegante y grácil, realzada por su vestido abierto que descubría una considerable porción de piel de la joven. Un nuevo look que adquirió al deshacerse de su uniforme del imperio tras abandonar dicha facción durante el incidente en la boda entre la niebla y la lluvia. Un intento de desligar un poco su espíritu al liberarse de las ataduras, normas y directrices del imperio, así como las costumbres de su clan.

Uno de sus compañeros en dicha misión comenzaría las presentaciones, en ese momento Izanami ladearía ligeramente la cabeza hacia atrás observando de reojo a sus compañeros - Izanami, podéis dejarlo en Iza si gustáis - Comentaría sin darle muchas vueltas o rellenando la presentación con florituras o convencionalismos sociales. Para entonces volver a observar las vistas del lugar y el hermoso paisaje desde la parte posterior de la barca. 

A priori no intentaría buscar una interacción excesiva con nadie, puesto que no era relevante para la misión y no sabia al final como iban a proceder. Tal vez al llegar al destino el grupo se dividía en pequeños grupos o marchaban de forma individual, así que esforzarse en caerle bien a alguien que igual no volvía a ver era un esfuerzo innecesario con el cual no se iba a estresar. Y mucho menos atender a las modestas cortesías y encandilaciones que el joven de tez oscura mostraba hasta la noble del lugar.

Cuando el hombre acuático anuncio la llegada al destino y que los presentes en el barco podían desembarcar. Izanami sencillamente se deslizo de la barca posando sus pies sobre el agua condensando chakra en ellos, mientras caminaría tranquilamente hacia tierra pasando por delante del Houzuki - Gracias por aminorar el oleaje - Aunque fuera un poco seca y fría, la joven Izanami era respetuosa hacia el trabajo y esfuerzo de los demás y no se le caían los anillos por agradecer algo. Tras aquella breve llegada el cabecilla indicaría que nos movilizáramos hacia una pequeña aldea a no mucha distancia. Izanami avanzaba tranquilamente siguiendo la comitiva, hasta que una pequeña jugarreta los llevo a dar inicio una cómica y pintoresca persecución.

"Curioso" Pensaría observando la escena entre los dos jóvenes, que debían haber llegado a la etapa de confianza y relación entre amigos que se puede definir como "La confianza da asco" Para referirse a ese punto en que ya se tiene tanta confianza con alguien que te puedes meter con él sin que la cosa vaya a más e incluso que se diviertan ambos.

Izanami ya sabia donde estaba el destino, eran apenas 500 metros, así que no se molestaría en correr para seguir la pareja que a saber donde terminaban, sencillamente caminaría con un paso sutil pero grácil hacia la aldea. No día mayor importancia a los juegos infantiles.

Resumen
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Gobernar una pequeña barca como aquella al final resultaba hasta más sencillo que gobernar su propia vida, y como muestra los últimos meses. El pelirrojo se encargaba de seguir el rumbo que Samuru sugería, aún si la navegación no estaba entre sus cualidades más dignas de mencionar. Su voz interior, Mei, de vez en cuando le hacía saber algo sobre las constelaciones y varios datos curiosos más, pero por lo demás se mantenía en su espacio mental.

— Divertido sin dudas, pero para la próxima intentemos buscar algún trabajo al que podamos llegar andando. — Se quejó con su compañero, pero apelando más a la autoflagelación que a apuntarle con la culpa. Después de todo había sido el pelirrojo quien había saltado de inmediato a la acción al escuchar la oferta de su contratante. El aburrimiento hace de las suyas en aquel nuevo estilo de vida del pobre diablo.

El barco, con su espacio limitado, agradecía en cierta forma que Mei no saliera de su escondite. Y el viaje se hizo, en cierta forma, ligero. Entre la concentración empleada para no terminar naufragando en tierra de nadie y las conversaciones con su compañero.

— Hasta hace poco juraba que el país del agua era pura agua, y lo mantengo. Al final terminaremos con una isla cada uno, y no sé si la idea me agrade o desagrade. — Respondió, eventualmente, a lo dicho por el peliazul. Mantenía la mirada al frente y trataba de no desviarla demasiado. Cuando el sueño le vencía, Mei tomaba el control por unas horas mientras Isshin descansaba. Mientras se mantenía despierto, compartía alguna que otra idea con Samuru y evitaba a toda costa discutir planes o ideas. Prefería la incertidumbre. — Estamos trabajando para imperiales, no me extrañaría que este verdugo sea puro nombre. — Agregó.

— Quizás deberíamos mantenernos separados por ahora. Es más sencillo conseguir información individualmente. — Fue un pensamiento lanzado al aire durante su caminata al pueblo. El par había decidido infiltrarse en este, e iban a intentar todo lo posible por conseguir información sin tener que trabajar demasiado.

Antes de llegar al pueblo, Isshin se detendría y haría una señal a Samuru para que aminorara la marcha. — Si veo que la situación lo amerita, Mei también saldrá a buscar información. Si surge algo puedes buscar a cualquiera de los dos. Yo esperaré un par de horas acá, para evitar sospechas al llegar juntos. — Diría, mientras Mei salía desde su espalda. Era un espectáculo un tanto grotesco pero confiaba que, de alguna forma, el no-ninja de las estrellas ya estaría acostumbrado. — Ve con cuidado, Samuru. — Fue lo que dijo Mei una vez fuera, a modo de saludo y buenos deseos, con una sonrisa.

Un ninja nunca era demasiado precavido, y Isshin gozaba de una conciencia doble cada vez que tenía que planificar algo. Por eso lo odiaba, pero a veces resultaba necesario.

Como informó a Samuru esperaría un poco más antes de seguir la marcha. Se tumbaría en algún árbol del camino a tomar una siesta mientras Mei exploraba los alrededores. Llegado el momento, tomaría rumbo de nuevo.

Al llegar al pueblo llegaría solo, con Mei oculta dentro de sí y un aspecto tan desaliñado como pudiera emular. Su primer instinto, de llegar de día, sería ir al mercado que en teoría todo pueblo debería tener. Compraría raciones como comida y bebida, y preguntaría por algún trabajo en la zona, vendiéndose a sí mismo como un viajero habilidoso y útil para labores que implicaran fuerza bruta. De conseguir algún herrero, comerciante o constructor trataría de mezclarse entre los trabajadores para escuchar conversaciones y entretener su mente ansiosa mientras tanto. Haría lo imposible por mantener la imagen de un ninja lejos de sí, tratando de evitar roces con quienes sí tuvieran aspecto de ninjas y, encima, rebeldes. Eventualmente lograría dar con el lugar donde Samuru iba a desenvolverse, y si lograba captar una mirada del peliazul le indicaría lo mismo a él, para que ambos supieran donde buscar en caso de necesitar intercambiar información.

Sus ropajes, por cierto, eran bastante atípicos para sí pero lucían como los de cualquier civil de la zona. Ropas anchas y desgastadas que además ayudaban un poco con el frío pero sin resultar sofocantes.

OFF
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Izuku, luego de sus contribuciones en el templo del rayo, donde ayudo a conseguir el pergamino con información vital para la búsqueda de la misteriosa "Tierra Libre", fue convocado nuevamente en el pais de las montañas. Para guardar las apariencias y sobretodo para evitar que su identidad sea rebelada al imperio, volvería a utilizar la identidad falsa que había usado en Tate no Yari, el poderoso Kenshi oriundo del pais del fuego haría aparición, usando sus casuales lentes negros y unos falsos ojos azules detrás de estos. Sus facciones serian cuidadosamente alteradas gracias a la ayuda de un shoushagan. Vestiría un traje negro bastante elegante, que claramente desentonaba con la ropa que normalmente vestiría Izuku, pero a pesar de eso era lo suficientemente cómoda como para tener que requerir moverse o pelear.
Shoushagan no Jutsu


Kenshi/ falsa identidad de Izuku


De esta forma, el Uchiha llegaría en una embarcación, rodeado de un grupo de lo más variopinta. Entre ellos, uno de los oficiales tenia la habilidad de fusionarse con el agua para guiar la embarcación. Otra mujer parecía también una oficial importante además de bastante arrogante por su forma de hablar, ya que al poco tiempo de llegar al muelle se empezó a pelear con el Hozuki.
A su vez, se encontraban presente un grupo de shinobis de varias aldeas diversas que se fueron presentando.
El más carismático parecía ser un chico llamado Tobias, que por lo visto era un colega de aldea, aunque Izuku nunca lo había visto. También estaba un tal Jikaro, que Izuku reconoció haber visto anteriormente en una mision en el pais del agua, aunque en esa ocasión no había destacado demaciado, de hecho había quedado inconsciente y el Uchiha se vio obligado a rescatarlo de la mano de los bandidos.

~mm espero que haya mejorado desde entonces~ Pensaba para si mismo, pero sin emitir gesto alguno puesto que allí estaba Kenshi no Izuku.

Por ultimo una mujer llamada Izanami, se la veía muy elegante y respetuosa, además de que poseía una gran belleza natural.
El Uchiha fue el ultimo en presentarse.

-Kenshi Tanaka, un placer.- Respondió.

Tras bajar de la embarcación y pisar con cuidado el delicado muelle, el Uchiha se tomo un segundo para dejar un sello en aquel lugar. Una simple precaución para volver rápido a una zona segura nunca venia mal.
Hiraishin no Jutsu


También aprovecharía para doparse un poquito con el Goyo Kain, un viejo truco que aprendió de un joven Yamanaka hacia tiempo.
Gogyō Kain

Pero al poco tiempo, volvería a caminar con el resto del grupo para no perderlos de vista, Los dos lideres se fueron corriendo hasta el lugar, seguido por Jikaro, no obstante Izuku iría a su ritmo, casi paseando, no veía la necesidad de apurarse más de la cuenta. Era notable la relación de confianza que había entre aquellos chicos, aunque eso no era malo, en misiones importantes como estas es bueno tener aliados en quien confiar. En parte, el Uchiha se lamentaba de que Aiko no haya sido convocada a aquel lugar, era una aliada que le habia salvado el pellejo en su ultima mision, aunque sus nuevos compañeros parecían prometedores o al menos eso esperaba.

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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IMPERIALES

14 de junio del 15 DK
Aldea Ave Mojada, Sur del País de las Montañas, 00:20 AM

Los dos furtivos ninjas contratados para el espionaje por la Suijin, desembarcaron en Cabo Miedosos y decidieron andar a pie. Durante su caminata, intercambiaron palabras, pero su ritmo era más bien relajado. Si bien ambos shinobis estaban bien capacitados para correr a altas velocidades y alcanzar Ave Mojada en apenas una hora, decidieron la vía tranquila. Quizá por pasar desapercibidos, quizá por no cansarse, pero su decisión no estuvo mal. Al menos no llamaron la atención de nadie en el camino, pues a nadie se cruzaron.

Tras intercambiar palabras en las afueras, Isshin decidió tomar una siesta en un árbol algo alejado de la aldea, mientras su hermana gemela Mei exploraba la zona, aprovechando que estaba más descansada que el pelirrojo. Mei, desde las afueras, no logró observar actividad humana. De hecho, parecía que por la hora que habían llegado, todos dormían en el pueblo. Y efectivamente, pasadas las once de la noche, no quedaba ni un alma por las calles y los alrededores. La gente solía comenzar la jornada temprano, y especialmente muy temprano al amanecer del 14, una nueva comitiva rebelde iba a llegar.

Pero de esto se enteró Samuru primero, quien sí ingresó al pueblo a estas altas horas de la noche. Buscó una posada, despertando al encargado de la misma al golpear la puerta. No esperaban visitantes, y menos a esas horas, pero con un poco de mal ojo, finalmente lo recibieron. Tras pagar unos ryous pudo asentarse y descansar hasta el amanecer. La posada funcionaba con un bar debajo, y tras ofrecerse a trabajar por las molestias ocasionadas al llegar por la noche, y presentándose como un viajero que solo pediría hospedarse allí y algo de dinero para comer mientras estaba aprueba, consiguió un puesto de mesero.

Mientras comenzaba a limpiar el bar, en la planta baja, ingresaron tres individuos muy particulares y que, si el Rounin tenía buen ojo, reconocería por su fama y reputación en el mundo ninja: Loh Yamanaka (Primer Oficial y mano derecha de Uchiha Zei, líder rebelde del Fuego), Kouiki Suiko (Primera Oficial y segunda al mando de la Hangyaku no Hōō) y Maki Luu (Cuarta Oficial y comandante de la Hangyaku no Hōō). Entre risas, Kouiki ingresó primero junto a la Maki. La segunda era alumna de la primera, y era conocida por ser bastante burlona y amigable. Detrás de ellas, Yamanaka Loh, con un perfil más bajo, pasó y saludó con la cabeza a Samuru, que estaba trapeando los pisos. Los tres se dirigieron al piso superior, y el Kujaku no oyó más nada de ellos hasta más tarde.

En varias oportunidades, otros sujetos de aspecto shinobi ingresaron al bar, y al mediodía se llenó de estos. Tras el almuerzo, el dueño de la posada le solicitó a Samuru que se fuera, para lo que el muchacho pudo suponer se trataría de una "reunión secreta". Era claro lo que estaba pasando: los rebeldes estaban llegando a Ave Mojada, y había alguna especie de acuerdo con la aldea para recibirlos. Todo en esos días giraba en torno a ello.

Sin embargo, algunas de las palabras que se oirían en el bar, además de conversaciones banales, revelaban que el último escuadrón llegaría al día siguiente, el jueves por la mañana, y que al mediodía comenzarían con la expedición hacia el norte. Hablaban de laboratorios abandonados en los picos montañosos, y pasadizos secretos con cavernas que llevaban a quién-sabe-dónde. También oyó algún comentario sobre "Montaña Cementerio" y teorías sobre qué encontrarían. Unos hablaban de un tesoro escondido por Ayō, otros del paradero del extraviado cuerpo de Taka no Ame, otros sobre una ciudad oculta con pobladores rebeldes, otros sobre poderes inimaginables o un pergamino ultra-secreto. Como sea, nada era seguro, y deberían llegar para averiguarlo.

Isshin, por su parte, también recolectó información sobre la odisea rebelde que estaba dándose en Ave Mojada. Su empleador, un herrero del norte de la aldea, casi en la salida, le comentó que el día anterior a su llegada, el martes, un hombre de aspecto imponente se presentó ante él y le pidió que le notifique sobre cualquier movimiento extraño o forasteros. El hombre había confiado en Isshin por su aspecto y por su manera cordial de presentarse, así que no sospechaba de él, pero ahora el pelirrojo sabía que podrían ser detectados. El hombre describió al sujeto como "un tipo fuerte, con una melena puntiaguda de color azul y una piel que parecía tener escamas; era curtido y manejaba un gran palo; partió en un caballo la noche anterior diciendo que exploraría la zona norte".

El Chuunin pudo corroborar su identidad cuando el sujeto volvió a caballo por la noche: Gū Tokage, Segundo Oficial Rebelde del Rayo y la persona con la recompensa más alta del país. — Los shinobis que están llegando nos advirtieron sobre él. Dijeron que no le llevemos la contraria en ningún momento. Se dice que puede transformarse en un dragón. — Comentó el herrero limpiando sus herramientas en el pórtico de la cabaña, donde Isshin también estaba acomodando los materiales luego de la jornada laboral.

¿Qué haría ahora el dúo? Ambos sabían más o menos donde estaba el otro. Caída la noche, al parecer la vigilancia bajaba y se podían reunir para planificar el siguiente movimiento. ¿Se anticiparían a la Rebelión? ¿O esperarían a los refuerzos del día siguiente? El tiempo apremiaba, y debían llegar a tiempo a su reunión en Montaña Cementerio.



REBELDES

Quien se autodenominó "Tobi" pudo intercambiar algunas palabras con el resto en el viaje. De hecho, se mostró algo cercano a Maki Muu, la joven de 16 años que compartía sangre con la Senchō del Viento. Ella se presentó con él también, como había hecho con el resto. A pesar de que no era un rostro tan conocido de la facción rebelde, su nombre si resonaba. Durante todo el trayecto pudo notarla desorientada, y pese a manejar la lancha, decía "no saber dónde mierda estaban yendo". Sin dudas curioso, pues llegaron en tiempo y forma. Al desembarcar lo entendería mejor, claro.

Yatō Hozuki correspondió a los saludos de todos asintiendo, una vez que tocaron tierra. Prestó especial atención en Izuku, quien bajo su segunda identidad se presentó como "Kenshi Tanaka". — Kenshi Tanaka, ¿eh? Dicen que tú fuiste útil en el ataque al Templo del Rayo. Loh nos ha comentado sobre ti, es un gusto tenerte para esta misión. — Llevándose algunos halagos por su actuación en Kumo, Izuku podía dar por sentado que su superior rebelde de Konoha estaría enterado de su presencia allí. De hecho, la mismísima recomendación del Yamanaka había sido motivo vital para que fuese citado.

Finalmente el acuático oficial alcanzó a la escurridiza joven al llegar a la entrada a Ave Mojada, la aldea donde se hospedarían. — Dame eso, niña. ¡Le diré a tu hermana! — Comentó arrebatándole la cantimplora con un gesto infantil y volviendo a beber. Maki Muu finalmente carcajearía y, volteando a la aldea, vería a su hermana acercarse junto a un grupo de shinobis pertenecientes al Viento y otras aldeas. — ¡Hermanaaaaaaaaaaaaaa! — Se lanzó sobre ella la menor, abrazándola y colgándose de su cuello mientras daba vueltas. — Y llegan los últimos. — Dijo el Hozuki mientras Jikaro llegaba tras ellos, primero.

El otro trío de rebeldes, Tobias, Iza e Izuku, tardarían un par de minutos más. Los cuatro fueron conducidos por las calles de Ave Mojada hacia una posada, donde podrían dejar sus pertenencias y acomodarse un poco. Se trataba de una posada diferente a aquella en la que Samuru trabajaba, pues era la dedicada a los rangos menores de la Rebelión. Maki Muu, sin embargo, iría con ellos. Después de todo, el cartel de "Solo Oficiales" de la posada donde su hermana y los peces gordos se quedaban la hizo enfadar.

El dueño de la posada, mientras les enseñaba sus cuartos en la planta alta, les comentaría un poco sobre la historia de la aldea. — Ave Mojada fue el lugar donde Taka no Ame se asentó durante su entrenamiento en el País de las Montañas. Ella le dio nombre a nuestro hermoso hogar, y todos aquí estamos agradecidos con ella. Por eso, tras la huida del Imperio de nuestra isla, nos hemos convertido en refugio para los héroes de la Rebelión de todo el mundo. Es un verdadero orgullo que se hable de nuestra tierra como un paraíso. Ojalá puedan cumplir con su misión. — El hombre se mostraba bastante cordial y sincero en sus palabras.

Tuvieron un rato para distenderse, recorrer la aldea y dialogar entre ellos. Maki Muu se mantuvo con el grupo, reacia a volver con su hermana al sentirse traicionada, por no poder dormir junto a los Oficiales. — Lo que oyeron antes... tómenlo con pinzas. Estos tipos no tienen idea de qué hay al Norte. Nadie ha regresado de allí, y el Imperio lo declaró Zona Roja, por lo que no "huyeron" por los rebeldes, huyeron por alguna razón desconocida. — Si bien no era tan inteligente como Luu, estaba al tanto de la situación de las Montañas.

Partirían luego del almuerzo en su excursión al norte, en busca de pistas sobre la renombrada "Tierra Libre". La comida se desarrolló en la posada principal, donde Samuru hacía de mesero. Allí, una veintena de shinobis compartían el encuentro, en diferentes mesas distribuidas en el interior del bar, y hasta algunas afuera. Además de los Oficiales, que podía verse a los 5 ya nombrados, había 14 shinobis más sin contar al cuarteto que llegó ese día, de diferentes facciones y proveniencias de todo el mundo. — Oye, Tobi. ¿Es verdad que costearás parte de la operación? Yatō me lo comentó, dice que eres un ricachón. — Torpe como siempre, Muu reveló un dato que seguramente el resto del grupo desconocía.

— ¿Qué dicen que sea la Tierra Libre? Invito a una cena a quien se acerque más, vamos. — Mientras comían, la Maki propuso un tópico de conversación.

Apariencias

OFF

Reglas y Notas

Misión
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Su trabajo estaba siendo bastante tranquilo según su opinión. Al no haber pertenecido a una aldea ninja y no haber recibido una educación como tal, el sobrevivir de esta manera le ayudaba en este tipo de labores. Pasar como un simple trabajador siempre era positivo ya que le evitaba problemas. Sin embargo, en caso de ser reconocido por alguien, la mayoría del tiempo era por ser un humilde comerciante que viaja por el mundo. Solo individuos específicos lo han visto en misiones como un ronin real y debería tener muy mala suerte para encontrarse con uno de ellos en esta ocasión.

De pronto, la paz se esfumó, al menos en su mente. Tres individuos fácilmente reconocibles ingresaron. No había que ser la persona más informada del mundo para saber quiénes eran. — Buenos días. Por favor, cualquier cosa que se les ofrezca, no duden en llamarme. — Saludó con un tono educado en sus palabras y una leve sonrisa adornando su rostro. — Rebeldes. — Además, recordemos que Samuru ha realizado trabajos para rebeldes en el pasado, así que algo sobre el tema sabe. No es un inculto.

Durante un rato no pasó nada que llame en especial la atención de nuestro protagonista, hasta que en el mediodía se llenó de rebeldes y, para desilusión de nuestro muchacho, el dueño del lugar le pidió retirarse. Este no opondría resistencia ni con sus acciones ni con sus palabras. Sin embargo, quiso dejar en clara su buena disposición para con los invitados. — Disfruten mucho su estancia aquí. Estaré fuera para lo que sea que dispongan. — Quizás esto podría ayudarle a que confíen más en él y que le dejen quedarse en el interior del bar en una próxima reunión. Uno nunca sabe, a veces la mejor forma de acceder a la información era hacerse de buenas amistades. O, como en este caso, tener un buen plan B.

Sí, puede que Samuru haya sido prácticamente desechado al exterior en donde se sentó encima de un barril a observar las calles del pueblo. No quiso alejarse e irse a caminar por si lo llegaban a necesitar del interior. Aquí es donde la paciencia que tiene de virtud le sirve de bastante. Pero el que esté tan tranquilo cuando se pierde de todo lo bueno tiene un motivo en especial. Con anterioridad creó un clon de sombra, el cual ayudado de un jutsu del elemento tierra se infiltró debajo de los pies de nuestros queridos invitados. Desde ahí escucharía todo lo que hablaban, contenido bastante interesante y de utilidad, por cierto.

Una vez ya todo terminó y regresó a la normalidad, Samuru deshizo su clon y obtuvo toda la información que recopiló. Cuando la oscuridad reinó en las Montañas y la mayoría del poblado se entró a dormir, fue cuando la verdadera reunión debería realizarse. Ya tenía más o menos visto la zona en la que encontrar a Isshin, así que en cuestión de minutos dio con su paradero. Obviamente, por si había alguien más cerca, intentó mantener su personaje de viajero humilde para que no se vea sospechoso su encuentro. — Disculpe, pero ¿tiene dónde realizar una fogata? En el cuarto que me dieron donde trabajo hace mucho frío. — Su cuerpo era delgado, así que cualquiera podía concluir que se trataba de un muchacho más o menos débil.

Cuando se dieran cuenta de que era seguro hablar alrededor de una fogata, pero de todos modos en forma de susurros, Samuru le transmitiría todo lo que escuchó su clon. — Son demasiados. Si los seguimos, puede ser peligroso. Quizás buscar a alguno separado y sacarle información más concreta. Con lo que sé hasta ahora, aún no sabría cómo llegar con ese verdugo. ¿Qué opinas? Eres un ninja, quizás tengas más ideas que yo. — A veces el de sombrero, que ahora no lo llevaba consigo, podía pecar de inexperto en el tema.

Información


Resumen
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Ya conocía al resto del equipo por nombre, hasta el momento, se trataba de dos hombres aparte de él y una mujer que de primeras dio a entender que era alguien de pocas palabras; Tobias ignoró este hecho, simplemente enfocando su atención en la joven Maki, de la cual aparte de su nombre y sus alianzas no sabía nada más. Incluso se limitó a asentir un poco con el rostro a las palabras de aquel que se llamó Jikaro, su advertencia carecía un poco de sentido para el moreno, quien hasta el momento solo había dado halagos a una persona que de seguro no le prestaría atención.


Al llegar al poblado, el Tatsumaki se limitó a ver los alrededores, era un tanto nuevo en lo que temas de shinobi se refiere, por lo que prefirió confiar en sus compañeros, mirando a los tres que se quedaron caminando con él, la fría Izanami y el misterioso Kenshi. —¿Cómo suelen ser este tipo de reuniones? ¿Deberíamos estar atentos aquí? ¿Qué se suele comer? —Estaba claramente demostrando su inexperiencia en este tipo de situaciones, pero poco lo importaba lo que los demás pensasen de él, si algo había aprendido en su vida era que al preguntar despejas dudas y esto era mucho mejor que asumir o decidir a ciegas.

Esperaría respuestas, pero luego notaría el pequeño desastre que involucraba a Muu junto con su hermana, o al menos así la había llamado, luego de eso, serían dirigidos a la posada de la aldea, una con un letrero bien claro que decía “solo oficiales”, esto hacía que la reunión perdiera un poco de seriedad, al menos eso llegó a pensar el chunin, quien no entendía por qué una reunión de tan alta importancia sería anunciada para los ojos de cualquiera, o estaban muy confiados de la seguridad o eran muy estúpidos.

Escuchó al dueño de la posada contar la historia de la aldea, así como lo que esta representaba para el bando por el que estaba luchando, pero esto dio la oportunidad perfecta para que Tobias hiciera un par de preguntas en voz alta. —¿Cómo manejan la seguridad de la aldea? Es decir, simplemente admiten a cualquiera que vaya caminando por ahí y lo aceptan como un rebelde, ¿o hay algo más? —Podría ser paranoico de su parte, pero solo podía pensar en la compañía de su padre y de todos los procesos de entrevistas para evitar contratar a posibles saboteadores.

Luego de eso, se sorprendió cuando la Maki a la que le había estado dando miradas de amor le hizo aquella pregunta en voz alta, no esperaba que su trasfondo saliera a la luz de aquella manera, menos aún en presencia de personas que acaba de conocer, pero no titubeó, decidió mantener la compostura y pensó de inmediato que mentir sería arriesgado y tonto en esa situación: —No estoy seguro de si mi familia pondrá todo el dinero para esto, pero supongo que gran parte de ello no está fuera de la mesa. —Omitió por completo que solo se trataba de su padre, inventando una familia detrás de él para ocultar por al menos un poco más de tiempo su verdadera identidad.

De igual manera, esto probablemente lo hacía quedar muy mal a los ojos del resto, quienes quizás ya estaban pensando que su presencia allí no era más que por capricho y no por algún tipo de mérito. Me tocará demostrarles lo contrario cuando llegue el momento.

Resumen
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Última modificación: 01-07-2023, 06:06 PM por Jikaro.
-Es Hermoso, ¿Cuánto tiempo se gastó en la construcción de este Poblado?, parece que duró mucho. - Pensé mientras recorría el camino de ida para Ave Mojada, un nombre que era raro. ¿Ave Mojada?, acaso mojaron a una ave en el lugar donde se creó el pueblo o que. Llegué al lugar dónde ya estaban Yato y Maki, al parecer había llegado su hermana. La chica tiene demasiada energía. - Alguien que le dé unos calmantes. - Dios mío, fue un viaje cansado. Aunque el día estuvo de lo mejor, no podía pedir más que acostarme si quiera en la grama.

Llegué a la posada. Normalita para mí gusto, no como sería la de los Oficiales, seguro llena de lujos y de los mejores servicios. Seguro a dónde dormiremos nosotros será más incómoda que tener una piedra atorada en los zapatos. El dueño empezó a hablar, nos explico sobre Ave Mojada y como se creo y cuando. Hablaba bien, era amable. Parecía que aquí le tenían un gran amor a Taka no Ame. - Señor, una duda. ¿Por qué se llama Ave Mojada?, ¿Es simbólico acaso?, ¿Qué significa? - Mis preguntas, algo tajantes pero seguras se hacían ya cuando el Señor terminó. Si de recibir una respuesta, me iría a caminar por el pueblo, en cambio de no recibir una, me quedaría en mi aposento.

Era hora del almuerzo, era en la posada principal y era ostentosa quizás mucho más de lo que había visto en mi vida, ver a tantas personas que compartían el sentimiento de querer Libertad, me tocó el corazón. Era obvio que necesitábamos la Libertad, quizás encontrando lo que se llama Tierra Libre podamos lograr la Libertad de las próximas generaciones. Ya que yo… Yo por ahora no necesitaba ayuda, ya estoy un poco viejo. En el momento de que estábamos todos reunidos, pude observar a los altos mandos, Dios mío como era que estás personas lograban llegar a este punto de poderío. Sólo quiero ser parte de ellos, charlar no pido más nada Kami-Sama. 

Maki hablo sobre que la familia de Tobias tenía dinero por montones. - Con razón entró a la misión. Siempre los millonarios teniendo cupos mientras los que realmente merecen estar acá no lo están. - Pensé mientras observaba a los demás hablando y cherchando hasta que preguntaron que considero que es la tierra Libre. - Yo considero que la tierra Libre es más que una idea que otra cosa, todo puede ser la tierra Libre. Y pensándolo bien, Quizás sea un nuevo continente, recuerden que no se va para el este demasiado, y los que van simplemente no regresan. Quizás eso sea la Tierra Libre, aunque me inclino más que el concepto de tierra Libre puede estar en la imaginación de muchos. - Tome un pequeño respiro. - Pensadolo bien, no es una tierra Libre, el imperio sabe de ella, también es una de mis opiniones. Podría pasarme el almuerzo completo hablando de. ¿Cuál es tú opinión Izanami? - Le pregunté intentando sacar un tema de conversación, era linda y había que intentarlo.

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El grupo de cuatro shinobi alcanzaría el lugar indicado, una pequeña, pintoresca y acogedora. Todo el lugar en si se veía muy agradable y pacifico, ya solo con ver a esos dos reírse y jugar con la cantimplora de agua mientras llegaban era como una bocanada de aire fresco "Tal vez Rukasu tenia razón y la rebelión es la solución, si este lugar que los apoya y acoge respira toda esta paz, podría ser una opción" Izanami dejo el imperio, aunque es cierto que aportaba a muchos lugares estabilidad y paz, pudiendo ver en festivales como el de los huevos de chocolate de hace poco; en Kirigakure se representaba en todas partes el festejo y la alegría, nadie diría que el imperio que los gobernaba era algo malvado o que habia guerra en algun lugar. Pero ella sabia que el imperio tenia sus sombras, sus cadáveres en el armario. Era necesario comprobar de sus propios ojos si la rebelión no tenia oscuras sombras ocultas en entre bastidores. Pero por ahora la sensación era positiva.

Mientras avanzaban en la guía por el pueblo les indicarían donde se hospedarían, parece ser que seria en un lugar diferente al de los oficiales de la rebelión "Hay dos opciones para eso, tienen un estatus superior y quieren mantenerlo, lo cual nos seguirá dando una sociedad escalonada en estratos sociales o por seguridad ante la desconfianza hacia nosotros se reúnen entre ellos que guardan confianza y nos envían a los nuevos a otro lado para no exponerse tanto" Era prematura sacar conclusiones de aquello, pero no tenia mucha importancia para ella, en cualquiera de las dos tenia sentido que sucediera, más una era claramente desesperanzadora, pero no quería focalizar. 

Próximamente tendrían una reunión con todos los implicados en esta operación durante el almuerzo. Así que hasta que llegara el momento podrían explorar un poco el pueblo y su entorno. El miembro de tez morena del grupo preguntaría de una forma algo confusa como funcionaba este tipo de eventos "Debe haber asistido a muchos tipos de evento si se preocupa de las convencionalidades y el que comer de esta" Pensaría de forma fugaz Izanami, aunque no le daría importancia - Todo dependerá de como veas que se comportan los altos mandos, intenta mantener un tono y formalidad equivalente al suyo, y escucha todo lo que digan, nos avanzaran los detalles de la misión así que no se puede escapar nada - Haría una leve pausa para remarcar que aquello era lo importante que tenia que decirle y lo que vendría ahora era más secundario - Y en cuanto a la comida hay que adaptarse a lo que puedan ofrecer en la posada, no sabemos que recursos disponen, pero dado que la misión a la que hemos acudido es de búsqueda y exploración prioriza alimentos que sacien y aporten energía por un largo periodo de tiempo sin llegar a ser pesados para el cuerpo - Igual se explayo un poco con eso más de lo que pretendía, pero notaba el ambiente algo impreciso y variopinto.

Lo primero que harían seria enseñarles su habitación en su posada, mientras les contaban un poco la historia del origen de aquella aldea, era interesante cuanto menos y justo cuando Izanami habría hecho alguna pregunta más para que le expandieran la información sobre el trasfondo del lugar, sus otros dos compañeros optarían por preguntar sobre el origen del nombre y sobre la seguridad del lugar. Era información importante así que estaba bien saberlo.

Durante la vuelta por el pueblo posterior a la presentación de su posada, fueron advertidos por su superior del peligro que afrontaban, eso llamo mucho la intención de Izanami puesto que le chocaba un poco. Y seria desde ese momento que Izanami aprovecharía la vuelta por el lugar para preguntar un poco más a cualquiera que pasara y se cruzara, ya fueran jóvenes o ancianos, aunque los ancianos tendrían más vivencias que contar, las preguntas serian normalmente.

- ¿Qué historias, fabulas o cuentos hay sobre las tierras del Norte por aquí?
- ¿Han habido desapariciones últimamente?
- ¿En serio jamás ha regresado nadie? Ni en alguna leyenda o mito?
- ¿Conoce que puede uno encontrar viajando hacia el Norte?

Preguntas no muy complejas, pero ante el aviso quería intentar reunir toda la información que pudiera al respecto antes de lanzarse por su cuenta a la aventura. La información es poder y eso Izanami lo sabia muy bien por lo tanto antes del almuerzo grupal no dudaría en obtener toda la información posible de la zona a explorar. De hecho hasta la hora de la comida Izanami tambien habría revisado si por el pueblo tenia acceso a libros o pergaminos para leer en busca de algo de utilidad, ya fuera en la posada donde se hospedaban, algun edificio que se viera como un archivo o si alguno de los habitantes disponía. Izanami era una gran lectora que le apasionaba devorar libros y conocimiento, aunque no fueran útiles para la misión si habia algo de que no supiera antes en ellos ya merecía la pena, aunque fuera el nombre de una planta.

El almuerzo preparación comenzaría. Se habían reunido un grupo mucho mayor del que se esperaba. Pero al fin y al cabo era una misión importante así que habia de ser seguir la corriente y estar pendiente a todo lo que se diga. Aunque lo primero que escucho por su sector de la mesa seria un comentario intranscendente sobre que la familia de un miembro del grupo financiaba parte de la operación "Es bueno tener fondos de respaldo" Seria lo único que pensaría del tema Izanami, total ella misma amasaba grandes cantidades de dinero.


El siguiente tema era más interesante para ella, como una apuesta de que seria la tierra libre. No sabia de entrada si eso era una cuestión inmediata dado que ella ya sabia la respuesta, cosa que le sorprendería mucho a Izanami. O si por el contrario era algo a largo plazo en referente al resultado de la expedición indicara quien fue el que más se acerco. Tras escuchar el idealizado y filosófico concepto de la tierra libre de parte de Jikaro, ella tomaría su turno de palabra para opinar - Pues la verdad... Yo creo que es un anzuelo - Diría de forma fría y tajante - Todo lo que gira entorno a ese lugar me suena a mitos y leyendas de los que buscan atraer con cosas maravillosas a la gente hacia ellas, solo para toparse con alguna calamidad - Tomaría una pausa para beber un poco de café, el mismo la ayudaría a reducir su necesidad de sueño - Si la misma tierra libre o una pista para encontrarla se encuentra tras esa zona roja para el imperio al norte será sin duda algo peligroso. Claro que tiene sentido que sea una tierra libre del imperio si ni siquiera ellos se han atrevido a enfrentar lo que sea que nos aguarda al norte para encontrarla, pero de ser así, ese lugar fantástico y libre debe estar habitado por alguien o algo y si el mismo se puede dar el lujo de usar como barrera natural esta zona roja para el imperio puede ser igual o más peligroso aun y tal vez no quiera compartir ese lugar con nadie - Seria un punto de vista realista, triste y pesimista. Cualquiera le podría preguntar porque se apuntaba a esta expedición si tenia ese punto de vista tan fatídico del lugar, pero ella tenia clara su respuesta.

Resumen
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Uno de los oficiales, Yatō Hozuki felicito a Izuku por su actuacion en Kumo. Al parecer uno de los rebeldes principales Loh Yamanaka habia hablado bien del joven Uchiha.
-Ohh gracias- Respondio Izuku agradecido- Si fue una dura batalla, por suerte no tuvimos que lamentar bajas y pudimos obtener el pergamino aunque la infiltracion no nos salio muy bien- Dijo Izuku lamentando los errores de aquella operacion.

-Pero en fin, me esforzare para estar a las alturas de sus espectativas señor, no lo decepcionare.- Respondio con seguridad.
Durante el corto trayecto al pueblo Tobi se puso a hacer preguntas nerviosas acerca de que se comeria y que habria que hacer en la reunion con los altos mandos. Izanami le aconsejo ser formal y estar atento, asi como alimentarse adecuadamente, Izuku por su parte le daria un consejo mucho más simple y mundano.
-Tranquilo chico, de momento nos podemos relajar, guardemos nuestras fuerzas para la verdadera batalla- Le respondera con confianza. 

Izuku al igual que el resto de los shinobis de rango menor convocados fueron llevados a una posada, junto con Maki Muu. Alli en dueño de "Ave mojada" explico que tras la huida del imperio aquel lugar se habia convertido en un refugio para los rebeldes. No obstante Maki aclaro que habia algo en el Norte, una amenaza desconocida que alejaba al imperio.
~mm una amenaza, me pregunto que sera~ Pensaba Izuku
Tobi hizo acertadas preguntas acerca de la seguridad de la zona, a lo que Izuku asintio con la cabeza ya que en efecto era un detalle importante para la mision.
Finalmente llego el tan esperado almuerzo. Izuku comio gustoso en la gran posada rodeado de una veitena de shinobis a su alrededor. Era impresionante la gran cantidad de rebeldes alli reunidos conversando casualmente. Se sentia tranquilo y seguro viendo que estaba rodeado de oficiales importantes y de experiencia, por lo que de momento escucharia con atencion y trataria de socializar un poco.
Muki hizo un comentario, quizas algo desafortunado ya que rebelo que Tobi era de familia adinerada y que su familia habia financiado la mision.
-Ah no te averguences, el dinero es importante para cualquier ejercito revolucionario, eso si no esperes trato preferencial, por lo menos de mi parte jeje-
Muki tambien pregunto que pensaban que seria la "tierra libre", en la que cada uno de los shinobis dio su opinion al respecto.
-mm honestamente no tengo idea y tampoco soy de hacer especulaciones cuando la informacion con la que contamos es tan vaga y difusa. Coincido con Izanami de que seguramente a de haber algo alli a de ser peligroso si hizo retroceder al imperio, si nos servira o no ya lo averiguaremos cuando estemos ahi. De lo que estoy seguro es que la verdadera "tierra libre" sera la que conquistemos cuando logremos vencer al imperio y recobremos la independencia de nuestras naciones, cuando los trabajadores logremos alzarnos en armas y recuperar la tierra que por derecho es nuestra y reconstruyamos una sociedad justa e igualitaria para todos, esa sera la tierra libre para mi.- 

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Los planes del pelirrojo siempre comenzaban con variables que, poco a poco, se descartaban hasta ofrecer un camino claro que perseguir. Esta vez, entre las variables estaba el objetivo. Había una metafórica cortina de humo tras la operación entera, y no podía evitar pensarlo con cada paso que daba. Lo caótico de la incertidumbre le traía malos recuerdos, pero si había logrado navegar hasta la costa solo tendría que aguantar un poco más las revoltosas olas.

— No te vayas tan lejos. Que luego traerte al mundo real costará el doble. — Decía, dentro de su propia mente, Mei. Se refería a las divagaciones e intentos fútiles del chico, que buscaba darle sentido a todo. — Extraño poder pensar en soledad. — Respondió él, pero a diferencia de ella; en un susurro físico.

Había llegado al que sería su lugar de trabajo. Luego de intentar suerte con algunos comerciantes sin mucho éxito había terminado en el extremo norte del pueblo, donde un herrero no pudo evitar aceptar su ayuda a cambio de un lugar donde dormir y una paga poco sustanciosa. Después de todo, el encubierto shinobi era bueno con labores que requiriesen su fuerza.

Ese mismo día, y cuando tuvo la primera oportunidad de estar solo, dejaría salir a Mei y la chica saldría para hacer reconocimiento de los alrededores y partir hacia el pueblo de nuevo. Antes de perderse de la vista de Isshin esta haría un sello de manos para tomar otra apariencia, una menos llamativa y simple.

Henge no Jutsu

Sus pasos le llevarían al centro del pueblo donde se haría pasar por una curandera en busca de productos locales. Su coartada era la justa para intentar pasar desapercibida y escuchar cualquier comentario y detalle que pudiese. Enfocaría la mirada en cualquiera que pareciese un shinobi y se grabaría sus rostros. En caso de encontrarse con una mirada, sonreiría cordialmente.

En cuanto a Isshin, este desempeñaría las labores para las que había sido contratado sin mayor esfuerzo, más sí lo fingiría para evitar levantar sospechas. Cuando tenía la oportunidad de hablar con el herrero le trataría de sacar la mayor cantidad de información posible sin empujar mucho, ayudado por el hecho de que el sujeto parecía más parlanchín de lo que se podría esperar.

— ¿Es normal ver tantos ninjas por estos lares? No me gusta estar cerca de ellos, son muy caóticos y no les importa una mierda el daño que puedan causar a su paso. — La frase era a medias cierta, y a medias usada para apelar a alguna posible empatía. — De camino acá escuché historias asombrosas de estas montañas, algo de un verdugo y un cementerio. Quizás los ninjas estén aquí en busca de algo. — Continuaría.

De conseguir información adicional o no, aceptaría con gusto la que fuese, incluída la descripción del hombre que más tarde pasaría frente a ellos. — Mierda. — Pensó al verle. Era innegable que se trataba de alguien a quien tenerle un ojo encima siempre.



La noche había avanzado, Mei no había vuelto -más sí respondía a los llamados de Isshin-, y al ver que la vida en el pueblo había caído en un sueño profundo consiguió relajarse un poco. Poco después, y a sabiendas de que esa posibilidad existía, Samuru llegaría.

— Claro, hay un buen sitio muy cerca de aquí. — Respondió el pelirrojo. — Te llevaré, pero ve tú delante, no me fío de otros extraños a estas horas. — Diría además. Al final todo se reducía a una competencia de actuación entre los implicados, pues las paredes podían escuchar cualquier conversación. La idea sería que Samuru fuese adelante, y con palabras de escaso tono Isshin iría diciéndole hacia dónde seguir. Mei había explorado los alrededores más temprano, y era ella quien le indicaba a Isshin hacia donde ir.

El dúo llegaría a un claro entre un pequeño bosque que ocultaría el humo de cualquier fogata improvisada y el brillo del fuego aún en la noche más oscura. Mei venía en camino al encuentro, buscando evitar ser seguida, y así se lo haría saber Isshin a Samuru para evitar sorpresas. — La situación es una mierda en muchos sentidos. — Abriría él. — Hay rebeldes muy peligrosos en este pueblo. Definitivamente están tras algo grande. No moverían fichas tan pesadas por simples rumores. — Tras esto escucharía lo que Samuru tuviese por decir, y antes de emitir respuesta Mei llegaría.

— Perdón si interrumpo. — Diría la pelirroja, quien luego de entrar al pequeño bosque había deshecho su disfraz por fin. — Has estado ignorando todo el día lo que te digo. — Se refería a Isshin. — No quiero mezclar la información que obtengas con la mía. Sabes que todo se vuelve un desastre aquí. — Respondió Isshin mientras señalaba su propia sien con el dedo índice, a lo que Mei respondería con una ligera carcajada. La fémina tomaría asiento y empezaría a compartir la información que había conseguido en el pueblo.

— Con respecto a tu idea… — Diría ella a Samuru, pues había escuchado su propuesta de secuestro aislado antes de llegar. — Dudo que alcancemos a capturar a algún rezagado sin causar un alboroto, y de hacerlo habrán comitivas de búsqueda enseguida. Por no mencionar sensores. — Dijo, tan precavida como usualmente era.

— Pero podemos aprovechar las leyendas locales. — Agregó Isshin. — Si van hacia donde vamos nosotros, la infame montaña cementerio, dudo que alguien se sorprenda si un rebelde de bajo rango termina perdiéndose por un rato. — Terminaría. Tras esto compartiría cualquier información que pudiese haber obtenido sobre la montaña cementerio o el verdugo de la niebla. De no haber conseguido nada, así mismo lo indicaría.

— Creo que por el momento debemos seguir escuchando de cerca. Si logramos dar con una pista sólida debemos partir de inmediato y a toda velocidad. Ganaremos la carrera aprovechando que somos pocos, a diferencia de ellos. — Fue la última de las palabras de Isshin. Seguiría conversando tanto como el peliazul quisiera, y luego partiría en solitario, con Mei volviendo al cuerpo original por el resto de la noche.

OFF
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IMPERIALES

14 de junio del 15 DK
Afueras de Ave Mojada, en un bosque al norte, 11:20 PM

Durante el día, los trabajos de cada quien fueron llevados a cabo con normalidad. Cada uno se ocupó de recopilar información relevante para el objetivo de la misión, alguno con más y otro con menos éxito. En lo que sí habían parecido tener éxito era en su infiltración, pues ni Isshin, ni Mei, ni Samuru habían sido detectados o levantado sospecha alguna.

Isshin hizo alguna pregunta a su empleador, el herrero de gran porte del norte de la aldea. El hombre se quedó pensativo ante los comentarios de "leyendas" que el pelirrojo había oído, pero decidió no darle gran importancia. Negando le respondió. — ¿Los ninjas? Oh, claro, tú no eres de por aquí. Seguramente no lo sepas... — Comentó y le dio un último mazazo a una pieza de hierro que estaba forjando para crear quien sabe qué herramienta. — Es una ocasión excepcional. Te diré esto bajo tu propio riesgo, pero mi recomendación es que no te metas demasiado, o acabarás mal. Están llegando shinobis de la Rebelión, aquí en Ave Mojada solemos recibir refugiados que huyen de Imperio, ya que desde hace algunos años que han decidido abandonar el País de las Montañas, y declararon la parte norte del país, pasando las montañas, como "zona roja". — Comentó antes de negar un par de veces. — No tenemos idea de qué haya allí, pues nadie ha pisado esos lugares desde hace muchos años. Cuando Kami-sama aún no descendía, eran laboratorios ocultos ocupados por fuerzas shinobis de todo el mundo, y luego de algunos años nadie más volvió a pisar esa zona. Ahora se comenta sobre una "Tierra Libre" allí, quizá hayas escuchado de la ejecución fallida a un hombre en el Rayo que generó gran revuelo. — Realizó una pausa para tomar aire. — Sí, tal como dices, están buscando algo. Nosotros no sabemos el qué, y creo que ellos tampoco, pero aquí en el pueblo se les tiene aprecio. Somos una aldea fundada por shinobis, y ellos no dan sustento. Si planeas quedarte, seguro veas a varios de ellos estos días. No sé cuándo se vayan, pero de mientras movilizan la economía como nunca. — Agradeció el hombre. Lamentablemente, nada pudo decir del "cementerio" o el "verdugo", tomándolo como los típicos relatos fantasiosos que había sobre su país, a los cuales ya estaban acostumbrados los locales.

Samuru tampoco consiguió datos sobre un "verdugo", pero si oyó nombrar de pasada, con su clon debajo de piso de la posada, a la Montaña Cementerio. Tampoco fueron datos muy certeros, y más bien sonaba como una locación que había en el país, de la que los rebeldes tampoco tenían coordenadas exactas. Sí comentaban que seguro estaba al norte, en la zona roja y pasando los mil picos montañosos. ¿Sería esa la Tierra Libre? ¿O simplemente un lugar donde los muertos descansaban?

Se reunieron en el claro de un bosque a las afueras de Ave Mojada, prendieron una fogata y pronto la gemela de Isshin se les sumó. Aquellos dos sin duda congeniaban, parecían ser uno solo en dos cuerpos.

Entre lo que mencionó Samuru sobre la información del clon, habló sobre la excursión que iniciarían los rebeldes al día siguiente, pasado el mediodía. ¿Qué harían con ese dato? La única idea es que irían al norte, así que ahora tocaba decidir cómo seguir. Sin embargo, cuando parecía que la reunión finalizaría en paz, más al norte todavía, entre los árboles, se escucharon algunos sonidos de pisadas. No se veía nada más allá, pues la luz del fuego no alcanzaba a iluminar alguna silueta ni nada por el estilo, pero sí pudieron sentir sonidos. ¿Huirían, dejando atrás el campamento y buscando desaparecer? ¿O se acercarían a chequear de qué se trataba?


REBELDES

Los muchachos del cuarteto aprovecharon a hacer un par de preguntas al dueño de la posada, que se veía receptivo ante los shinobis y dispuesto a colaborar con información. — Bueno, no exactamente. Llegan refugiados rebeldes en ciertas ocasiones, que son enviados por las organizaciones de todo el mundo. Siguiendo los ideales de nuestra heroína Ame, nosotros los recibimos sin discriminar. Los mismos shinobis que están en Ave Mojada se encargan de la seguridad, como agradecimiento por el tiempo que pasan aquí, donde son muy bien atendidos. También llegan otros extranjeros, generalmente civiles en busca de trabajo o explorar el país. Intentamos mantener comunicación con el mundo, así que siempre es bueno recibir visitas. Eso sí, jamás vienen shinobis imperiales. — Parecía que la aldea era un lugar abandonado por Boshoku, pues según el hombre no pasaban por allí. Sonaba a un sitio seguro para los rebeldes.

Sobre el nombre, carcajeó ante la pregunta de Jikaro. — Bueno, creí que era una obviedad joven. Taka no Ame fundó este lugar y le dio nombre a nuestra aldea. Fue así fundada en honor a ella, es un juego de palabras un poco tonto. — "Taka" significa halcón, y "Ame" significa lluvia.

En su vuelta por el poblado antes del almuerzo, la asertiva Izanami no dudó en intentar sacarle algo de información útil a los pobladores. Sobre fábulas o historias sobre las tierras del norte, cada quien tenía la suya propia, por lo que escuchó varias, entre las que se repetían como elementos comunes: bestias o animales fantásticos, un depredador que habitaba el norte tras los picos montañosos, una enfermedad que se transmitía a cualquiera que allí llegaba, un ente similar a un monstruo que merodeaba las montañas, fantasmas de los laboratorios abandonados y hasta que allí vivía el mismísimo Kami-sama. Sobre los regresos, sí pudo precisar un poco más un hombre un tanto más grande. — ¿Regresar alguien? Bueno, sí hubieron algunos. Taka no Ame, por ejemplo. O su padre, Taka no Ayo, el último hombre en regresar de esas tierras. Tras volver, se fue de la isla sin apenas revelar información, y a las pocas semanas nos enteramos que lo habían detenido y lo ejecutarían en Kumogakure. — Negó repetidas veces. — Nunca supimos por qué el padre de Ame no nos dijo nunca nada sobre qué había al norte de nuestro país. Quizá buscaba protegernos, ya nos enteramos lo que le pasó cuando intentó decir algo sobre el lugar. Una lanza desde un lugar desconocido y... — Realizó una mueca cerrando los ojos y negando. El hombre refería a la ejecución en circunstancias extrañas de Ayo en Kumo, empalado por un asesino desconocido que nunca fue hallado.

Y a quien sea que preguntó por desapariciones lo negó. Sólo un adolescente afirmó que alguien había desaparecido hace tiempo, pero en cuanto se le pidió más detalles... — No puedo hablar de eso, lo siento. — Y así, cualquiera huiría del tema y se alejarían. Parecía que era mejor no preguntar por algunas cosas.

En el almuerzo, el tópico fluyó bastante bien, y parecía que las teorías iban por lados diferentes. Las únicas que se acercaron y tuvieron puntos en común fueron las de Izuku e Izanami, que hablaban más sobre cuestiones fácticas o peligros reales, mientras que para Jikaro se trataba de una cuestión más bien ideológica. — Quién sabe. Mi idea es mía y me la guardo para mí, así que lo confirmaremos cuando lo descubramos. ¿Creen que sea en esta misión? — La Maki se mostraba muy ansiosa. Movía las piernas por debajo de la mesa bastante eufórica.

El almuerzo transcurrió en un clima, dentro de todo, agradable. La mesa de los Senchōs por un lado, y otras mesas y tablones con el resto de shinobis en la posada. Había todo tipo de comida, desde carnes de ave, de res, ensaladas, arroz, cerdo, pescado... Era un verdadero festín que Ave Mojada había preparado para ellos. La gente se mostraba muy hospitalaria con todos.

En cuanto finalizó la comida, tras algunas charlas y varios minutos de sobremesa, Gū Tokage se puso de pie y se plantó al frente de todos, cerca de la barra. — Silencio. — Fue lo único que dijo, a lo que todos, absolutamente todos los presentes, se callaron de inmediato. Su figura era imponente, de autoridad, pese a que pertenecía a la facción rebelde más débil. Sin embargo, no por nada era el más buscado por el Imperio del Rayo (el Imperio más fuerte junto al Agua). — Bienvenidos todos a Ave Mojada. Oficialmente estamos todos, así que en un rato nada más iniciaremos con la expedición. Nuestra misión es clara: obtener información de importancia sobre la Tierra Libre. Aquí no hay trucos, debemos avanzar lo más posible hasta el norte e intentar volver de allí con éxito, trayendo esperanza a los nuestros. No sabemos qué peligros hayan allí, y por eso ustedes han sido cuidadosamente seleccionados para la tarea. Quizá no vuelvan a sus casas, pero todos aquí debemos estar dispuestos a morir. — Dedicó una mirada a cada mesa. — A morir por Hangyaku, por Taka no Ame, por los ideales que nos legó. Por fin algo ha hecho que los rebeldes de todo el mundo nos unamos por una causa y dejemos de buscar nuestros propios objetivos. Es todos juntos.

Gū se giró hacia los oficiales, y Yamanaka Loh asintió, haciendo un único sello desde su lugar. Si alguien pudiese ver el chakra por el aire, notaría una conexión entre las mentes de esos dos. Información estaba siendo llevada al cerebro del Kumonin. — Bien, esto será así. Con una diferencia de veinte minutos, nos dividiremos de la siguiente manera para salir en 4 grupos. — Así, comenzó a nombrar a los shinobis presentes, asignando casi siempre a un Senchō por escuadrón. Yamanaka Loh y 4 más, Yatō Hozuki junto a Maki Luu y 3 más, el mismo Gū Tokage y 2 más, y los protagonistas de esta misión — Kouiki Suiko encabezará el segundo grupo, y junto a ella irán Maki Muu, Tanaka Kenshi, Izanami, Sarutobi Jikaro y Tobias.

Maki Luu se pondría de pie junto al Tokage y daría algunas aclaraciones extra. — Contamos con caballos proporcionados por los locales de Ave Mojada. Está en su decisión si utilizarlos o no. Cada grupo avanzará hasta el pie de las montañas que comienzan más al norte. Nuestra idea es cruzarlas, pero estimamos llegar a ellas recién al anochecer. Hay un asentamiento en un río antes de llegar, y sino cada grupo puede acampar, — observó a Loh, que ladeó la cabeza. Ahora la información era transmitida a la shinobi de Suna. — pero no acampen pasando el río. Esa es la barrera natural de la zona roja. A partir de allí comienza lo desconocido. Loh-san se encargará de comunicarse con cada líder de escuadrón, que será el oficial a su mando, así que por medio de él se mantendrán en contacto y recibirán indicaciones. Cada escuadrón deberá ir por puntos diferentes de los picos montañosos, así que a medida que parta cada escuadrón, lo hará corriendo la ruta desde el este hasta el oeste, así hasta cubrir toda la extensión Este-Oeste del País de las Montañas.

A la hora acordada para ellos, se reunirían al norte, a la salida del poblado para partir. El escuadrón de Kouiki Suiko era el segundo. Al llegar los cuatro shinobis junto a Muu, la Primera Oficial del Viento los saludaría con una reverencia y una sonrisa. — Soy Kouiki, espero este sea un buen grupo. Sé todo sobre ustedes, así que confío en sus presuntas habilidades en caso de peligro real. — Se sacudió el uniforme y luego cabeceó hacia la derecha, donde tras una cabaña podía verse el establo donde aguardaban 6 caballos. — Ustedes deciden. A pie o a caballo. Si vamos a pie a máxima velocidad llegaremos antes seguro, pero nos cansaremos más. A caballo será más tranquilo y menos cansador, pero también más tardado. — Ahora quedaba en el grupo decidir el transporte, así como hacer preguntas en caso de presentar dudas.

Apariencias

OFF

Reglas y Notas

Misión
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Isshin le siguió el juego de manera correcta para alejarse de posibles oyentes y así mantener un tranquilo intercambio de información. La hermana gemela del pelirrojo no tardó en aparecerse también, ya pudiendo tener su reunión. — Ey, nosotros también somos fichas pesadas. — Comentó, queriendo no mantener tan serio el ambiente. De todas formas, cada palabra dicha estaba siendo en voz baja. Aunque se aseguraron de no ser seguidos, nunca se sabe lo que podía pasar con tantos ninjas presentes en el pueblo. — Ellos saldrán hacia el norte. — Aunque podían conocer la dirección, decir solo “el norte” podía tomarse como ambiguo, provocando que tarde o temprano se pierdan. Su compañero tenía razón, necesitaban algún dato más antes de partir.

Realizaron una gran reunión en el bar donde estoy, pero me pidieron estar fuera. Quizás si logro ganar algo de confianza, me permitan quedarme dentro. Cada vez llegan más personas fuertes, así que puede que sea demasiado peligroso usar otro de mis bunshins. — La conversación estaba siendo fluida, pero ruidos de pasos no muy lejos de ahí lo pusieron en alerta. Si es que alguien se acercaba a esa posición, lo peor que podía hacer era modificar el ambiente y actuar con nerviosismo. Es por esto que decidió seguir la charla, pero con un tema distinto y un tono de voz más animado.

Mi jefe es muy buena persona. No solo me dio trabajo, sino que me deja dormir en las habitaciones de los pisos superiores. — Usaba un tono energético, distante al tranquilo que lo caracterizaba. — Además, llegaron personas increíbles. Solo con verlos se nota que son geniales. Creo que ya es hora de irme a dormir para levantarme bien temprano y atenderlos. — Recién ahí es cuando se puso de pie. Ni intentó asomar su mirada hacia la dirección en donde se escuchaban los pasos. Con la cantidad increíble de ninjas que había ahí, todos los resguardos que pudiera tomar serían útiles.

Realizó una breve reverencia en señal de despido a Isshin y se marchó de la fogata a paso calmo, no quiso apresurarse. Ya dejaría que, en caso de que un individuo aparezca, el dúo de pelirrojos se encargue. De todos modos, el paso lento que usó para marcharse también tenía como objetivo estar alerta. Si en el corto plazo escuchaba ruidos desde donde estaban sus compañeros, podría llegar rápidamente a socorrerlos. En caso de que nada llame su atención en exceso, Samuru regresaría a su habitación en el bar.

Obviamente, durante el trayecto estaría atento ante posibles sucesos que puedan interesarle. Su plan sería levantarse a primera hora del día siguiente por si aparecían ante él algunos rebeldes y así atenderlos. Como le dijo a Isshin antes, quería ver si lograba ganarse un poquito de confianza y le permitan quedarse en alguna reunión que puedan tener. Como siempre se dice, las amistades y los contactos lo son todo en este mundo. Pues Samuru quería hacerse con algunas relaciones potentes.

Información


Resumen
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El almuerzo fue tranquilo. Cada uno dio su opinión de la situación y de la misión desde su punto de vista, no se critico la opinión de nadie, aunque se guardaban algunos su opinión al respecto para más tarde. Desde cierto punto de vista se podía ver como no querer gafar la misión, cosa comprensible. Todo el mundo sabe que como alguien en medio de la misión se ponga a hablar de lo que hará, quien le espera o lo bonito que será todo cuando la completen, se le puede dar por muerto en un 99% de las situaciones.

Pero no importaba. Ahora tocaba centrarse en la previa a la misión que seria aquel banquete discernido y agradable para desayunar. Una comida nutritiva que daría energías a los shinobi para la dura e incierta prueba que los aguardaba "En general es un buen grupo supongo, aunque aun ni visualizo que mundo crearan" Siempre era mejor ir preparado para misiones de duración y destino inesperados; igual luego tocaba pasar días sin comer.

Cuando el silencio se hizo presente por un alzamiento de voz, todos supieron que el almuerzo habia terminado y era hora de movilizarse. Uno de los cabecillas seria quien comenzaría a dar el discurso y las instrucciones de como se dividirán los equipos "Es una persona directa y seria, me gusta, me recuerda a la disciplina imperial, pero con un aire menos estirado" A Izanami le toco con la que parecía un intimidante Tengu y como suponía la noble que los acompaño hasta ese lugar.

El grupo estaba formado y tocaba tomar una decisión, no era una decisión difícil como tal pero podría se importante. Si ir a caballo o corriendo. Por un lado como exponía seria un viaje más descansado con caballo, pero lento; en cambio el otro veloz, pero cansado, aunque Izanami lo tenia claro - Yo diría que vayamos sin los caballos, de por si no podremos llevarlos al otro lado del rio por lo peligroso que será y suele ser molesto hacer cruzar a caballos un rio. Como de por si se pretende descansar antes de cruzar el rio, podemos ir nosotros mismos - Comentaría Izanami tranquilamente esperando al resto.

Resumen
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Estaba felizmente charlando con un compañero de mesa, estábamos hablando de cómo llegamos a saber de los rebeldes y que nos motivó a entrar. Muy cursi lo sé. Lo que me sorprende es que su historia era de un origen brutal. El imperio había asesinado a su familia así que se propuso acabar con ellos, aunque eso le costará su vida. Una voz terriblemente abrumadora se hizo presente en el lugar. - No importa quien sea. Esa voz le da miedo hasta a quién no lo tiene. Maldita sea, ¿Por qué estás temblando Jikaro? - Reflexioné al escuchar la voz del que muchos decían que se podía convertir en un Dragón. Empezó con las presentaciones. Algo normal si tienes en cuenta que ninguno de acá nos conocemos. - Habla como si tuviese un pescado atravesado en su garganta. - Pensé mientras le escuchaba atentamente. Hablaba sobre la decisión de venir aquí, nuestras vidas estarían en constante peligro. Lo cual tenía entendido, lo único que no entendía, era la capacidad que él tenía de decirlo abiertamente y no con temor. Empezaron a asignar grupos. Me tocó con las mismas personas con las que vine, una sorpresa no tan sorpresa. Me lo esperaba.

Hasta que ví a Maki levantarse e ir junto a Gu, era hermosa y su manera de ser era aún mejor. En cualquier momento te puede noquear, eso es lo que me gusta. Entendí poco, hablaba entre cortado y no la sentí natural. Hablaba sobre la forma en que no podíamos acampar en el río y etc… Demasiado aburrido. Hice como el que entendió. Saldríamos a la hora que estaba acordada. Estaba caminando a paso lento, pero se me iba a olvidar hablar con mis compañeros. - Tengan precaución. No quiero que nadie caiga preso, no como yo lo hice. - Les dije a todos, miré a Izanami. La misma había caído presa el mismo día que yo. Así que podía entender. - Hola Kouiki, soy Jikaro. - Saludé energético. No le iba a hacer preguntas. Suficiente tenía. - Digo que vayamos en caballo. Es más cómodo que ir a pie. - Comenté con una sonrisita en mi rostro. Tomé un pequeño respiro y tomé la palabra. - Ustedes decidan. Por mi parte prefiero los caballos. - Estaba flojo. No quería caminar por cuenta propia. 


Estadísticas de Jikaro Uzumaki


Resumen
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El dueño les comento que aquella posada recibía a los rebeldes de todo el mundo sin discriminar y a cambio muchos de ellos se encargaban de la seguridad del lugar.
~Mm parece un trato justo supongo.~ Penso Izuku
El dueño aseguro que aunque venían visitas a menudo, nunca venían imperiales. También el señor le explico a Jikaro el nombre del lugar, que hacía referencia a un halcón, lo que inmediatamente le recordó al pelinegro sobre su querida ave plumífera.
La ansiosa Maki pregunto si creían que en esta misión descubrirían lo que significaba la tierra prometida.
-Eso espero, yo también estoy ansioso por ver que nos depara esta misión. - Contesto Izuku.
Tras la comida, el oficial Gu Tokage dirigió unas simples palabras que el Uchiha escucho con atención acerca del objetivo de la misión. Finalmente, el fue puesto en un grupo a cargo de Kouki Suiko y Maki muu Junto con Izanami, Jikaro y Tobias.
Los lideres, explicaron que habían caballos a disposición que podían usar si lo preferían o sino podrían ir a pie. También explicaron que pasando el rio se encontraba una zona por completo desconocida, la llamada “zona roja”.
-Consulta, ¿no les molesta si voy en mi ave?- Preguntaría Izuku.
-Verán es bastante rápida y tiene buena vista, por lo que será útil para ir reportando cualquier amenaza que pudiera haber en el camino, sobretodo en los picos montañosos- 
Si a la líder del escuadrón no le importaba y nadie se oponía, Izuku procedería a morderse el dedo, realizar una tanda de sellos e invocar a su fiel ave Takada.
De una gran humo, saldría un halcón de 2 metros de altura, con alas marrones largas y un pico color naranja.
Kuchiyose no Jutsu

Pacto de Invocación

-Praack Maestro Izuku! Maestro Izuku- Gritaria el ave al ser invocada.
-Hola Takada, estamos en ave mojada, es como tu hogar no? Jajaja- Diría Izuku riéndose.
-En fin, estamos en una misión importante amiga, mantén los ojos bien abiertos.- Diría Izuku mientras montaba al ave.
OFF

Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Tobias había ignorado por completo la pregunta de la Maki, lo había hecho adrede, no sabía exactamente que contestar y no le gustaba asumir cosas o crear hipótesis, era mejor acercarse y ver los resultados por sus propios ojos, sea lo que sea que aquel lugar al que partirían tuviese escondido.

No pasó mucho tiempo para cuando el resto de líderes rebeldes llegasen y se sentasen a comer, en la mente del moreno aún había preocupaciones sobre posibles infiltrados, no entendía como simplemente dejaban pasar a cualquiera por promesas de palabras o por todos “compartir” una historia. Pero no quería ser ese sujeto que vociferara sus preocupaciones y causara problemas de confianza en el equipo, para nada, simplemente se haría el tonto mientras vigilaba a todos y cada uno de sus compañeros, así como los que estuviesen a su alrededor.

Comió entonces, disfrutando de poco, ya que la realidad era que no tenía tanta hambre, luego, uno de los rebeldes se levantó, claramente se trataba de una especie de líder, este les informó del plan y de cómo ahora pertenecían a un escuadrón de varios. El Tatsumaki tenía suerte, parecía que podía disfrutar un poco más de la compañía de Muu, aunque poco a poco empezaba a perder su interés en ella.

Al llegar al sitio acordado junto con el resto, se vio ante la presencia de otro rebelde, Kouiki era su nombre, mujer guapa, pero por su parafernalia no había mucho más que Tobias pudiera decir. Esta les mostró unos caballos, haciéndoles la pregunta sobre si tomar alguno de ellos o ir a pie, de inmediato varios de sus compañeros respondieron, Izanami fue la primera en opinar que era mejor ir a pie, por mucho que aquello les cansase, Jikaro opinó sobre los caballos, argumentando la comodidad, por último, aunque fuera de la decisión a tomar, Kenshi preguntó si podía viajar en ave.

Claramente, las decisiones estaban por todos lados, el moreno intentó analizar un poco la situación: —Si vamos a caballo aumentamos la posibilidad de ser seguidos y alcanzados, pero a pie podríamos superarlos, por mucho que esto nos canse… —Se llevó la diestra a su barbilla—. Creo que será mejor ir a pie, nos cansaremos, pero es lo más seguro.

Resumen
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