Última modificación: 04-07-2023, 04:52 AM por Jikaro.
El bosque de la muerte. Un lugar frío y con una historia sombría detrás del gran lugar donde algún día se hizo una invasión a la antigua Konoha. Punto de reunión de asesinos y comerciantes de todos los colores, alturas, edades e intenciones. No te puedes fiar de nadie. Y menos si eres un Renegado. Todo el mundo busca el dinero, ya no era un bosque temido por sus animales o peligros dentro, sino por todos los asesinatos que se cometen dentro por parte de los Yakuza o Imperiales, era algo horrible. Podrías escuchar los sonidos de gritos agudos. Cómo si hubiera personas siendo abusadas físicamente y mentalmente en ese lugar, todos entraban y salían pero ninguno salía igual, era todo un desafío entrar ahí y no salir con problemas. Pues. Parece que es muy fácil hacer esto, simplemente tienes que soportar ver sangre por todo el lugar. Algo de lo que no estoy listo, y como me ofrecieron un dinero que me podía ayudar a retirarme por venir aquí y cazar a unos comerciantes que debían dinero a una persona de alto poder. - ¿Por qué lo hacen?, Esa vida no da más que problemas, y mayor si no tienes ninguna fortaleza ninja. Pero ya no da más. Me tocó trabajar. Sin tan solo no supiera el rostro o cara de esas personas. Podría simplemente llevarle cualquier cabeza random que me encuentre en el bosque. No puedo hacerlo. - Por mi mente no había ningún momento en el cual no supiera lo que le podía pasar a esas personas indefensas. Que por dinero fácil arriesgaban sus vidas.
Adentrarse por el bosque no era fácil. Iba a durar un par de días tomando en cuenta que era muy difícil encontrarlos. Era la típica familia de comerciantes, que tenía un papá luchador, una mamá ama de casa, y dos hijos los cuales tienen grandes aspiraciones pero por culpa de sus padres no podrá hacer más que cavar su propia tumba. Por el simple hecho de querer progresar… - Ey niñato, ve dile a tu padre que nos tendrá que pagar ya la estadía. No los protegemos gratis. Tan feo. - Un escupitajo por parte de un señor viejo y decrépito que parecía que no veía a una mujer desde hace años. Junto a él estaban un par de bandidos los cuales reían al ver el rostro del niño muerto del miedo, buscando la forma de escapar de ahí lo más rápido. Pero no, simplemente no podía. Su destino era quedarse ahí. Hasta morir. - Si… Si señor Kira… Ya le diré a papá. - Escuché al niño decir, su voz temblorosa parecía que se iba a cagar en los pantalones. El viejo cascarrabias tomó la palabra, ahora dando un escupitajo a la frente del niño. - ¡Muévelo niñato!, Si no quieres que algo peor le pase a tu "Nueva" Mascota. O eso te daré yo de comer maldita escoria. - No puedo interferir. Tengo que seguir viendo, mi mente aún no está lista. En mi frente la bandana tachada de Konoha está más que reluciente. Estaba a punto de anochecer. Quizás sería la última noche de esa pobre familia. Al menos de que yo haga algo. Y realmente me gustaría quedarme sentado en mi árbol observando. Esperando el momento justo.
Adentrarse por el bosque no era fácil. Iba a durar un par de días tomando en cuenta que era muy difícil encontrarlos. Era la típica familia de comerciantes, que tenía un papá luchador, una mamá ama de casa, y dos hijos los cuales tienen grandes aspiraciones pero por culpa de sus padres no podrá hacer más que cavar su propia tumba. Por el simple hecho de querer progresar… - Ey niñato, ve dile a tu padre que nos tendrá que pagar ya la estadía. No los protegemos gratis. Tan feo. - Un escupitajo por parte de un señor viejo y decrépito que parecía que no veía a una mujer desde hace años. Junto a él estaban un par de bandidos los cuales reían al ver el rostro del niño muerto del miedo, buscando la forma de escapar de ahí lo más rápido. Pero no, simplemente no podía. Su destino era quedarse ahí. Hasta morir. - Si… Si señor Kira… Ya le diré a papá. - Escuché al niño decir, su voz temblorosa parecía que se iba a cagar en los pantalones. El viejo cascarrabias tomó la palabra, ahora dando un escupitajo a la frente del niño. - ¡Muévelo niñato!, Si no quieres que algo peor le pase a tu "Nueva" Mascota. O eso te daré yo de comer maldita escoria. - No puedo interferir. Tengo que seguir viendo, mi mente aún no está lista. En mi frente la bandana tachada de Konoha está más que reluciente. Estaba a punto de anochecer. Quizás sería la última noche de esa pobre familia. Al menos de que yo haga algo. Y realmente me gustaría quedarme sentado en mi árbol observando. Esperando el momento justo.