[Misión avanzada (saga) S] El dios del nuevo mundo
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Última modificación: 03-07-2023, 10:57 PM por Sazaki Ryo.
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Registro de los acontecimientos del 15 de Gogatsu (Mayo) del 15 D.K
Zona norte del país de la tierra - Iwagakure
14:00 Hrs - Soleado
 
El tamboreo interminable continuaba escuchándose como un eco hipnótico desde la lejanía pues incluso llagaba a sonar a unos 10 o 15 metros alejados de aquel instrumento musical, la sangre derramada era suficiente para que los viajeros temiesen por tener el mismo destino que los pobres diablos asesinado si es que se puede adjudicar aquel crimen. Las personas fueron aplastadas producto de un temblor nunca antes visto en Iwagakure, mas de diez personas fallecieron en aquel accidente y las estructuras también fueron derrumbadas por completo aunque hubo una que permaneció en pie tal vez la mas significativa del lugar. Un viejo templo dedicado a "Kami - Sama" el cual sufrió de grietas y algunos muros derrumbados pero continuaba de pie por si solo, algo casi milagroso; por su puesto, no era el único milagro sucedido pues nunca se ha escuchado de un temblor natural en una montaña con mas de 30 metros de altura.
 
Pero no era lo único raro de aquel acontecimiento, de hecho se podría decir que tan solo seria el principio de una serie de anomalías en aquella zona. ¿Buscar sobrevivientes seria buena idea? Puede que fuese lo mas óptico ante la situación, el pueblo mas cercano se encontraba a unos 5 kilometros montaña bajo donde la gente fue a refugiarse como única opción ante aquel atentado. Seguramente el escuadrón precepto por el Shodai Inari ya habría llegado al pueblo para encontrar a los aun traumados civiles. Pudieron observar una situación precaria pues para todo humano que no tenia dones de ninja la vida era mas difícil de sobrellevar en una época como la que se vive actualmente era algo que inclusive los tres ninjas sabían de antemano.
 
— Kami - Sama.... Kami - Sama... Kami - Sama.. — Repetía un viejo manco sin siquiera tomar el tiempo necesario para respirar adecuadamente, era claro que perdió el brazo durante la catástrofe pues aun quedaba sangre seca la cual era mas que la ropa que traía en ese momento. Se encontraba de rodillas como si estuviese pidiendo el perdón a alguien en especifico ¿Que era lo que había sucedido en aquel lugar? Los otros lugareños no estaban mejor mentalmente que el hombre pues muchos de ellos ni siquiera podían salir de aquel impactante trance que sufrieron durante el incidente, se trataba de una pequeña comunidad pobre y por lo regular este tipo de gente no era atendida o supervisada por el imperio ya que aunque desearan aportar dinero al imperio lo cierto era que se trataba de gente marginada sin don alguno mas que para el cultivo en terrenos casi imposibles de cultivar. Lo mejor seria ir a investigar al templo por ellos mismos; por su puesto, podrían hablar con los lugareños pero no tendrían mas respuestas que confusión y miedo por parte de los civiles.
 
¿Que es lo que había ocurrido exactamente? Para conocerlo debemos de ir dos días hacia atrás, cuando la comunidad se abastecía como podía con sus propios recursos y vienes. Últimamente hubieron destellos y anomalías en el viejo templo dedicado a Kami - Sama pues ya algunos años nadie subía a aquel desértico pueblo y la poca gente que vivía cerca de este no se atrevía a entrar para revisar lo que sucedía, los mas veteranos obviaban estos acontecimientos pues sabían que aunque notificaran al imperio de aquello no vendrían a su auxilio, así fue durante los últimos años y no pareciera que cambiaría de la noche a la mañana. Los mas jóvenes por otro lado aun mantenían la esperanza y mandaban constantemente los reportes al imperio de los extraños sucesos en aquella lejana y olvidada comunidad. ¿Es que el destino les había cobrado por olvidar aquel templo sagrado? Rápidamente se comenzó a esparcir el rumor del retorno del gran Kami - Sama pero no fue hasta que durante la tarde todo el país de la tierra seria sacudido, dependiendo la zona seria mas intenso terminando por dejar a una comunidad atormentada aun peor.
 
Regresando al presente, el tamboreo continuaba incesante producto de varias rocas pequeñas desmoronadas las cuales caían constantemente sobre el gran tambor. Las extremidades y cuerpos enterrados eran demasiados para el numero de perdidas presumidas en primera instancia por el imperio, los tres ninjas habían recibido el mismo pergamino, uno dorado con indicaciones muy especificas de no cruzar palabras o miradas con nadie hasta resolver el misterio detrás del viejo templo. Un pergamino dorado lo que significaba un asunto de alta importancia para el Shodai Inari, una tarea que no quería que fuese descubierta por el resto del mundo; tal vez, por esto es que se habían elegido a estos tres en especifico.
 
Off
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¿De verdad creen que encontraremos al supuesto Dios ahí? El temblor lo pudieron realizar entre varios usuarios de Doton. — Comentó camino al famoso pueblito. Katsuya debido a trabajar directamente con los imperiales, se había enterado de los reportes enviados pidiendo ayuda que estaban siendo ignorados. Por esto es que, cuando los altos mandos se decidieron a armar un escuadrón para enviar a investigar la zona, él estuvo ahí para ser el primer considerado. También se aseguró de recomendar a Renji y Arata, shinobis en quienes confía y creía que podía trabajar bien. Después de todo, la premisa de la misión era interesante y muy importante, por lo que fallar no era una opción.

El camino los llevó a unas montañas alejadas, por lo que el cansancio tarde o temprano se haría presente. De todos modos, estuvieron frescos cuando llegaron a la ubicación designada. El panorama era desolador. Sangre, gente sufriendo, una cantidad increíble de edificaciones derrumbadas. Probablemente alguien sensible lloraría al presenciar semejante escena, pero no era en el caso de nuestros ninjas. Sin embargo, a Katsuya sí le molestó. Estos temblores ocurrieron hace varias horas y recién ahora se envió ayuda. Quizás más personas pudieron sobrevivir si el escuadrón era enviado con más tiempo.

Al avanzar, se encontró con el viejo que perdió un brazo y se colocó a cuclillas a su lado, queriendo observarlo a los ojos. Podía notar la desesperación que expresaba. — Tranquilo, ya todo está bien. Hemos venido a ayudar. — Quiso entregarle palabras de aliento, aunque probablemente no servirían de nada. Si han pasado días y sigue vivo es porque ese brazo perdido no lo llevará a la muerte, así que optó por no ayudarlo con su botiquín médico. Además, había tantos heridos que sería imposible traer todo el equipo médico necesario para la población. Y por si fuera poco, el olor de los cadáveres era molesto.

No descarten más problemas. Estén atentos para proteger a los sobrevivientes. — El sonido constante de rocas cayendo le incomodaba, y probablemente mucho más a los que ahí viven. El miedo de un nuevo derrumbe total les podía carcomer por completo la mente.  — ¿De verdad un Dios fue el que hizo esto? La misma maldad que los imperiales. — Quizás ahí había una pista importante, pero nada concreto con lo cual ponerse a pensar demasiado.

El siguiente paso fue avanzar hasta el famoso templo de Kami. Durante el trayecto, el sin clan observaría a sus alrededores, aumentando de forma gradual una ira dentro suyo. Le molestaba ver tanto sufrimiento, tanto dolor. Sobre todo porque era consiente de que no fue un castigo de la naturaleza, algo inevitable, sino que alguien fue el responsable. Si lo encuentra, intentará hacerlo pagar. No, no lo intentará. Definitivamente lo hará.

Al ingresar, notaría que había sufrido daños, pero era la única estructura cuyos pilares seguían soportando los cimientos. Realmente era como si se tratase de un milagro. — Se supone que han visto cosas raras por aquí el último tiempo. Parece como una historia de terror que les cuentan a los niños. — Compartió en voz alta mientras caminaba por el interior del recinto intentando buscar pistas, huellas, lo que sea. Todo sirve. ¿Dará con algo en particular?

Resumen
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Renji se abrió paso entre sus otros dos compañeros para igualar la distancia. A pesar de su rango como Shinobi, parecía quedarse rezagado, algo que no le agradaba en lo más mínimo. — Buen punto, Katsuya-san — Renji, como era costumbre, disfrutaba de sus bocadillos habituales que siempre compraba antes de partir de la aldea — ... Aunque, como alguien adepto a las afueras de la aldea y según los informes, no parece algo tan mínimamente orquestado — Renji hizo una breve pausa para ingerir los alimentos y sacudirse las manos con un pequeño trozo de sus ropajes — Los  daños son muy elevados y con tal naturalidad o al menos eso dicen los libros. — Nuestro carismático rubio calló después de su teoría y continuó avanzando con calma hacia la zona afectada...

El escenario era totalmente devastador. La sangre corría como un riachuelo desde los grandes escombros de madera, rocas y otros cimientos apilados. — Mierda... — Espetó Renji con claro asombro mientras daba un par de pasos más hacia los escombros bañados en sangre.

Katsuya se adelantó para hablar con el anciano que le faltaba una extremidad. Renji hubiera querido prestarle atención, pero el panorama le generaba muchísima más preocupación que un simple brazo, además, hoy en día todos pueden hacer crecer extremidades nuevas como si nada. — Esto es peor de lo descrito en los informes — pensó en voz alta, mientras su diestra ya canalizaba varias virutas diminutas de chakra...

Katsuya asumió el liderazgo de forma natural, algo bastante común para nuestro rubio, y eso no le causaba molestia en lo más mínimo; simplificaba enormemente su labor como Jōnin del grupo. — Katsuya, Arata... — esperó llamar la atención de ambos con aquel llamado, lanzando así dos semillas con un chakra peculiar muy condensado en su interior. — Esparzan las semillas cerca de las zonas con daño más considerable, las raíces y demás se encargarán de restablecer un poco los cimientos dañados y podremos rescatar a los sobrevivientes, quizás nuestra valiosa información siga agonizando a unos metros bajo los escombros... — añadió el Jōnin con habilidades herbáceas.

Como se ha dicho, Katsuya era el engranaje central del equipo en ese momento, pero las órdenes de Renji no debían ser pasadas por alto. Después de todo, la jerarquía seguía funcionando incluso para ellos tres, a pesar de ser un equipo bastante "liberal". Su objetivo era aligerar los daños antes de continuar avanzando hacia el dichoso templo...



— La casa de la inmundicia no recibirá el daño que sus pecadores cometen, pero sí profetizarán sobre una justicia corrupta — recitó el rubio. Era un extracto de un pequeño libro que había leído hace varios años. No era usual en él, pero en aquel entonces tenía interés en absorber un poco de conocimiento.

Renji seguía de cerca los pasos del resto de sus compañeros, tomando la retaguardia y observando cada rincón que podía. Apenas podía percibir vegetación en las cercanías, por lo que supuso que la vida en los alrededores era escasa.

Resumen
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Mientras caminaba a su propio ritmo, que por fortuna era similar al de sus compañeros, iba pensando en mil y un detalles insignificantes. Entre ellos, por ejemplo, se cuestionaba a sí mismo haber traído tan pocas provisiones para una misión que, posiblemente, terminaría extendiéndose varios días. Pero, ¿Quien en su sano juicio gastaría una fortuna como la que pretendía sacarle el vendedor del mercado? Él definitivamente no. Y aunque había traído pocas provisiones, en casa le esperaban las alforjas llenas.

— Con algo de suerte encontraremos peligros suficientes para justificar un aumento en las recompensas, sea Dios o no. — Fue lo que respondió a Katsuya, mientras mantenía la mirada fija en el camino que transitaba. Por lo pronto andaría relajado, sin gastar más energías que las justas para andar y conversar de vez en cuando. Si en algún momento se rezagaba por cualquier razón haría un sprint rápido para no ser dejado atrás.

Era sencillo viajar con los otros dos porque, de buenas a primeras, podía llevarse bien con ambos. Aún cuando los dos ajenos fueran extremos opuestos en la misma escala -la de la rigidez-, el Jiki sentía que servía de equilibrio a veces y, cuando no, era un afortunado espectador.

Por parte del ninja de las arenas la misión era solo una más. No tenía expectativas muy altas salvo por la cuantiosa paga prometida, y confiaba en que quien sea que guiase sus pasos le llevaría con buen recaudo. Además, prefería sin lugar a duda alguna estar de camino a encontrarse con el mismísimo Dios antes que volver a caer en las garras de las labores administrativas.

Llegando al pueblo ya, y siendo recibido por la destrucción, la pestilencia y el caos resultante de una entropía mayor, no pudo evitar fruncir el ceño. Intentó con todas sus fuerzas dar con algún chiste o alguna anécdota que sirviera para amenizar la situación, pero ni él mismo se atrevía a irrespetar la memoria de los fantasmas que ahora poblarían aquel desdichado pueblo. Observaba a su alrededor buscando no perderse de ningún detalle, asqueado y a la vez intrigado por el resultado de la catástrofe. Evitó con algo de soltura chocarse con el pobre manco, y le dedicó un par de segundos de mirada antes de continuar.

— Bien pensado. — Respondió al rubio, quien había tenido una idea bastante proactiva. A su vez, su mente recordó que no había vocalizado una que él mismo había pensado antes, un tanto menos caritativa que la de Renji. — Tomen esto ambos. — Diría. Enseguida buscaría entre sus ropajes un montón pequeño de arena y entregaría a los dos un poco. Los granos de arena caerían al suelo por inercia, pero bastaba con que solo uno quedara prensado a la ropa o la piel de los ninjas. — Para evitar búsquedas innecesarias. — Los otros dos shinobis sabían a qué se refería, pues habían compartido lo suficiente juntos para conocer un poco de las habilidades de cada quien.

De camino a entrar al templo aprovecharía para colocar algunas de las semillas en puntos clave donde los cimientos parecían más débiles. Con suerte y diligencia podrían aminorar un poco los daños del temblor, y más aún cuando las posibilidades de una réplica estuviesen latentes.

Y, entrado al templo, se dedicaría a observar. Cualquier cosa podía pasar en aquellos terrenos de Dios. — Lo único terrorífico que he visto es lo que les costará a esta pobre gente reconstruir sus vidas. — Hablaba de dinero, sí, pero esta vez también era un poco menos materialista.


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Ambientación
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Los ninjas arribaron finalmente a el lugar, la primer impresión del poblado no fue la mas acogedora pues en seguida Katsuya se acercaría al herido hombre, su mirada estaba completamente perdida en aquel trauma como si no le importase la extremidad amputada, algo en realidad fuerte de ver que solo se encontrarían en la guerra o algo similar, aquella impotencia y temor recorriendo la mente constantemente. El resto comenzó a brindar semillas curativas al resto de supervivientes del lugar intentando apaciguar y curar sus heridas físicas si es que ayudaba en algo, Arata incluso repartió un poco de su propia satetsu a la gente para tenerla localizada pues temiera hacerlo pero parecía que no correría riesgo alguno en la expedición.
 
La entrada al templo no fue de mucho asombro, ya estaba algo desgastado y sucio pues nadie pasó seguramente los últimos 10 años desde la desaparición de Kami - Sama del mundo. Su devoción parecía ser más por terror que por lealtad y esto dio como resultado a través del paso del tiempo; era cruel, pero verdadero. El escuadrón recorrió los pasillos del templo pero realmente no hubo nada interesante en su interior más que vestigios, símbolos claros que últimamente alguien se había estado quedado en este sitio olvidado por dios, nunca mejor dicho. Pero una vez dieron con la entrada principal todo el panorama cambio pues se encontrarían con dos estatuas recién pulidas y en perfectas condiciones, casi recién hechas o por lo menos eso aparentaban.
 
En el centro de explanada estaba lo más sobresaliente, un cráter enorme en el centro del mismo con vestigios volcánicos y un poco de agua llenando el mismo. Era un gran impacto en aquella zona, los cimientos restaban recubiertos por roca volcánica impidiendo que estás se vinieran abajo, vestigios de nieve en el proceso de derretimiento y algunas pisadas, nadie había llegado tan lejos por algún motivo y este rápidamente se hizo presente en el lugar. El suelo comenzó a crujir rápidamente y algunas voces desgastadas y roncas aparecieron casi como susurros en toda la zona. — Lárguense…. Kami – Sama los matará a todos… — Todos podrían escucharlas rápidamente en el lugar. — Corran mientas puedan.. — Algunas eran demasiado roncas para reconocer sus palabras pero todas recalcaban algo. — Lárguense….—
 
Todo comenzó a ser más confuso hasta que una de esas voces se tornó agresiva y amenazante. — ¡O todos mueren aquí! — Lo cierto era que en el camino pudieron observar la frágil tierra desmoronada, e inclusive algunas pierdas apunto de caer cuesta abajo, nada amenazante en primer lugar pero algún movimiento brusco más en la tierra y el pequeño pueblo terminaría siendo enterrado de una vez por todas. ¿Qué es lo que pasaría en está situación?
 

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Sus compañeros tenían habilidades más complejas que las suyas, que se centraba en usar la fuerza bruta para abrirse paso en este peligro mundo. Una vez recibió las semillas, intentó esparcirlas de manera estratégica. También recibió la arena por parte de Arata. Ya estaban listos para ingresar al peculiar templo. Todo se notaba viejo, descuidado, como si nadie tratase con cariño esos aposentos. Y claro, aquel tipo puede llamarse Dios, pero no uno pacífico que transmita amor, sino que uno que se implantó en esa posición a base de fuerza, a base de presión. No podía esperar simplemente esperar lo opuesto.

Lo que sí llamó la atención de nuestro protagonista es la presencia de dos esculturas en muy buen estado, demasiado, en realidad. — ¿Acaso un trabajador secreto? — De toda la gente que vio en el exterior, no había nadie que le transmitiera una vibra de querer entrar a este sitio y crear esto. Por si fuerza poco, Katsuya dio un fuerte puñetazo con la diestra a una de las estaturas con la intención de destruirla. Con la fuerza monstruosa que poseía debería ser capaz, pero uno nunca sabe, la vida siempre puede traer sorpresas consigo.

Fue ahí también cuando dieron con aquella especie de cráter que trajo consigo muchas cosas, como aquella tierra cayendo que sí preocupaba un poco, no se podía mentir, pero todo el pueblo parecía ya un derrumbe vivo. No parecía como que el temblor fue lo peor, sino las secuelas que quedan. Además, como es bien sabido, en caso de que sí haya sido un desastre natural, todo movimiento telúrico viene con réplicas. De todos modos, el templo no era algo que se dijera inmenso que pudiera matarlos, pero esa no era la preocupación ahora, sino que el hecho paranormal que aconteció después.

¿Es esto una broma? Lo dudo. — Pensó en voz alta. ¿De dónde eran emitidas esas palabras? Literalmente parecía como si fuera algo místico. ¿En realidad hay una deidad involucrada en todo esto? — Patrañas. — En la mente de Katsuya, él jamás sería engañado con algo así. Sin embargo, cuando la advertencia se volvió más sólida, más espeluznante, más seria, el de Iwagakure reaccionó de verdad. — Ya fue suficiente. — Dijo, utilizando un tono de voz rudo, serio. Desde su cuerpo comenzaba a emanarse una leve aura verde, la cual podía dar un indicio concreto a sus compañeros de lo que podría pasar en caso de peligro.
Contenido Oculto

Que aparezca ya y terminemos con esto. No tengo mucha paciencia cuando estoy acompañado. — Aclaró amenazante. Sea lo que sea que estaba pasando ahí, estaba advertido. Katsuya no se andaba con juegos.

Resumen
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Renji se sobresaltó un poco al escuchar el comentario de Arata. — Recompensas, siempre son buenas, más si es experiencia. — Reiría por lo bajo, realmente, la experiencia era poco o nada comparado a otras recompensas monetarias que pudiesen recibir por esta "ardua" labor.

El Jiki premio verbalmente las habilidades del Sin Clan, sin embargo, él también tenía preparativos que realizar. De esta forma, brindó un pequeño puñado de arena a cada uno con la intención de ser esparcidos en los ropajes; Renji no comprendió en su totalidad la intención, pero sí que dedujo que era algo relacionado con sus habilidades. Por ende, no dudo en realizar la acción tal y como la propuso autor.

— Creo que a este paso, construir en un nuevo sitio es más viable. — Complementó lo señalado por el Jiki al ingreso al templo. Renji era un tipo bastante despistado en ocasiones, pero incluso para él, fue muy fácil notar la diferencia en aquellas dos estatuas, mismas que sus compañeros probablemente ya hubiesen notado antes que él. — ¿Un qué? — Preguntó, casi fingiendo no haber escuchado la extraña y tonta teoría de su compañero.

Que alguien hubiese tenido el lujo de mantener esas estatuas en dicho estado durante toda la tragedia ocurrida, era muy difícil de pensar. Desviándose de aquella idea principal, desplazó toda su atención hacia el cráter que yacía en la ubicación en cuestión, la tierra se deslizaba ligeramente declarando que el peligro no estaba ni cerca de culminar...

— Es inestable... — Acotó en voz baja para el grupo. El accionar de Katsuya no fue diferente a otras situaciones similares, especialmente, con un probable ápice de broma en todo el embrollo. — Calma, no hagas nada que pueda empeorar la situación del sitio. — Ordenó Renji de manera involuntaria, su preocupación claramente era el estado paupérrimo del pueblo y las posibles secuelas que un combate en dicha ubicación pudiese ocasionar.

El aura verde que emanó de Katsuya era un indicativo de que iría con todo, como siempre solía hacer. Renji casi nunca se oponía a aquello, pero no era un buen momento para entrar en modo Diablo.
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Mientras andaba, con las manos entrelazadas detrás de su nuca intentando parecer relajado, sus ojos se paseaban nerviosamente por todo cuanto pudiesen cubrir. Era un instinto grabado prácticamente con fuego en su psique tras vivir lo que había vivido, y sabiéndose en peligro no pretendía dejar de ser cauteloso. Sus pasos por la mayoría del templo, acompañados por los de sus compañeros, le terminaron llevando a la zona donde estaban las estatuas.

— Ooh, ¿Será alguno de esos el tal Dios? — Dijo, más como pensamiento en voz alta, ignorando la pequeña teoría de Katsuya y la pseudo respuesta de Renji. Sus ojos se fijaron entonces en la estructura pulida y bien cuidada, más aún cuando el de tintes violentos del grupo dió el puñetazo. — No te enfades Dios, es su forma de saludar. — Fue elocuente y la broma hacía gracia en su mente, aún cuando fuera patética.

La atención del Jiki se dirigió directamente al cráter una vez tuvo algo de espacio mental. Frunció el ceño al intentar entender la situación como un todo y no como una seguidilla de consecuencias casi sobrenaturales, y estuvo dispuesto a soltar la primera teoría que se le viniera a la mente, pero esta nunca llegó. Al contrario, fueron los pequeños crujidos del suelo lo que le despertarían de su abstracción. — ¿Otro tembl-? — Sin poder terminar su frase sería interrumpido por las voces de ultratumba.

Con otro de sus variopintos instintos haría un gesto con ambas manos para que todo su alrededor se poblase con arena. De entre sus ropajes saldría una unidad de satetsu y se mantendría ahí, expectante y lista para actuar en caso de ser necesario. Pero, ¿Lo sería? Si bien su actuación implicaba que sí, no tenía certeza de la naturaleza de lo que sucedía. — Ve y golpea la otra estatua, quizás así se callen. — Mencionaría a Katsuya. Le desagradaba no saber qué ocurría y mucho menos debajo de sus propios pies. Cualquier paso en falso y todo apestaba a caos.


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Al dar con las estatuas en perfecto estado las teorías y comentarios por parte del trío de shinobis no tardó en aparecer provocando más curiosidad en unos que otros, Katsuya tomaría la iniciativa golpeando fuertemente una de las figuras esculpidas en aquel lugar abollando la misma con facilidad y provocando que esta terminase por derrumbarse por completo en aquel suelo frágil.
 
El cráter y algunas pistas del templo tal vez podrían ser suficientes para creer que alguien estaba detrás de todo este misterio; podría ser dios, o podrirá no serlo, lo único que los llevaría a la respuesta correcta sería aquella investigación en profundidad, hasta ahora solo observaron la catástrofe y la furia del llamado dios todo poderoso. Las voces que emergieron a la superficie pusieron algo nerviosos a los ninjas aunque tenían el suficiente entrenamiento para no perder la cabeza en segundos; aún así, aquella amenaza fue suficiente para que Katsuya se envolviese en un aura verduzca. Arata por su parte extendería su arena por el terreno intentando cubrir todas las zonas posibles, algo curioso sucedió y es que en aquellas zonas donde la arena alcanzaba a cubrir el terreno las voces se escuchaban más tenues revelando que venían directamente bajo tierra.
 
Hasta ahora nadie tenia una respuesta clara de los acontecimientos sucedidos en el presente, Renji era tal vez quien mantenía la voz de la coherencia del grupo pero la siguiente sugerencia del Jiki solo desataría la amenaza anteriormente escuchada. — Aquí se termina, este templo de todas formas está condenado. — La tierra de aquel cráter comenzó a partirse y desmoronarse rápidamente, el resto de voces intentaban distraer a nuestros protagonistas de aquel acto. — Kami – Sama no perdonará a ningún ateo. — Estás palabras comenzaban a tener un tono más fuerte y directo como el que usa una persona en algún enfado o rabieta. — Seremos los sacrificios para el resurgimiento del gran Kami – Sama. —
 
Terminando aquella frase una especie de hombre emerjo del cráter, su piel era de un tono marrón debido a las capas de tierra sobre su cuerpo, su cabeza estaba calva en su mayor parte a excepción de algunas zonas donde tenía algo de cabello enmarañado y descuidado, su boca no alojaba la mayoría de la dentadura y su físico era muy escuálido y anoréxico. Parecía más una bestia que un hombre; sin embargo, había algo en esta criatura que no pasaría desapercibido pues portaba una túnica desgastada y maloliente con el símbolo que usaban los viejos monjes de los templos del Kami, información conocida por cualquier Chuunin o Jounin por cualquier mirada a l ser sería suficiente para tener una respuesta clara.
 
Las llamadas voces de ultra tumba solo eran voces de viejos monjes los cuales desarrollaron la habilidad suficiente para utilizar el Moguragakure no jutsu, aquella técnica de bajo rango utilizada por los usuarios Doton para sumergirse en la tierra sin daños aparentes; sin embargo, el monje que se mostró en superficie tenía un viejo libro entre sus brazos con el título legible: Registros del templo norte.
 
Ese viejo libro contenía los registros del templo desde la llegada de Kami – Sama al mundo hasta el día de hoy por lo que seguramente estas viejas pilas de papel desenmascaran todo el asunto místico vivido recientemente en la zona, la casa del temblor y seguramente redactaron sobre el regreso del dios al mundo por lo que el obtenerlo se convertiría en su tarea principal; aún así, está información tenía un precio que pagar para ser obtenida y aquel precio hizo su repentina aparición tan rápido como el viejo monje abrió el libro rompiendo un sello con el símbolo de la tierra el cual lo mantenía cerrado.

Cuando el sello fue roto una técnica sin precedentes hizo aparición sobre aquel cráter en el que se encontraba el monje, el terreno fue alterado abruptamente. Tomando como centro de la técnica aquella posición del libro la tierra se elevaría hasta 200 metros de altura terminando por aplastar lo que quedaba del templo, 250 metros alrededor se elevarían junto con la técnica. Elevando de igual manera al escuadrón de Iwagakure sin sufrir daños o ataques directos pero no se podría decir lo mismo del terreno. La técnica rango S utilizada provocaría finalmente un deslave sobre la montaña del templo haciendo un efecto de cadena haciendo que las rocas y tierra inestable se acumulará en una enorme avalancha de tierra la cuál cargaría directamente con el poblado anteriormente visitado; por su puesto, los monjes bajo tierra también serían completamente destrazos haciendo que el monje que liberó el sello fuese el único sobreviviente. ¿Es que lo mantendrían vivo para preguntar sobre los sucesos, o simplemente terminarían con su vida?
Chidōkaku

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[Imagen: be41903c0f314e3fef9d85112fb7b5ec.jpg]
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Es una buena idea. Veamos qué sucede. — Respondió ante las palabras del usuario de arena. A pesar de que las peculiares voces quisieron asustarlo, poco le importó. Un nuevo puñetazo con la mano libre se encargó de destruir la estatua que quedaba en pie. Quizás de esa forma algo importante suceda. Y, cuando se dio el suceso del flacucho hombre emergiendo desde las tinieblas, la mano que estaba en su bolsillo se movió hacia atrás arrojando un objeto a Arata. Esperaba que él supiera qué hacer con él.
Contenido Oculto

¿Creen que sea más feo que Naoya? Tiene toda la pinta. — Por su vestimenta fue fácil identificar a qué culto pertenecía, lo cual le impacientaba un poco. Es de esos tipos relacionados al supuesto Dios y si estaba ahí de manera tan extraña es porque algo tenía que ver con todo lo que pasó en el pueblito del exterior. Capturarlo e interrogarlo es la prioridad, pero la pregunta es si el tridente de Iwagakure será capaz de hacerlo. Debido al posible desmoronamiento que podía tener todo, sobre todo con lo del cráter, Katsuya decidió no avanzar de inmediato y tomar la iniciativa. Esta vez optó por ser algo más paciente.

Una vez el libro se abrió, todos los presentes debieron inferir que algo pasaría. Al instante en que la tierra comenzó a elevarse, nuestro protagonista entendió de qué se trataba. — Mierda, esto me agotará. — Como todos sabemos, él no era un especialista en las artes del ninjutsu, pero eso no significaba que no pudiera ejecutarlo. Eso sí, el esfuerzo era notorio. Dos tandas de sellos fueron hechas y la tierra que subía, comenzaría a descender hasta regresar a su posición original. La idea era cambiar el curso del suelo antes de que se eleve por completo. Después de todo, querer elevar 200 metros es demasiado, no ocurre instantáneo.

Una vez logre su cometido, se verá en Katsuya una respiración algo agitada producto del alto gasto de chakra. ¿Aquello habrá conseguido que los restos del pueblo y sus sobrevivientes se salven? Esto se desconoce, pues el de ojos carmesí no estaba al tanto de eso en estos momentos. Su atención estaba en el escuálido monje.

Ahora. — Sería la señal para sus compañeros, esperando que entiendan que debían atrapar a ese tipo y era ahora o nunca. El jutsu de tierra usado anteriormente era de alto nivel, por lo que confiarse y subestimarlo era algo que no podían hacer.

Información


Resumen
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— Típico. — Espeto el rubio con cierta resignación en su voz y pizca de decepción en su rostro. Renji no era precisamente alguien que repudiaba la violencia, pero sí que se preocupaba por los daños colaterales que pudiesen ocasionar, aún más en el escenario sobre el cual los 3 estaban actuando, sin embargo, poco importaría la empatía de nuestro amigable rubio, pues las acciones de los "entes" desconocidos acabarían por resquebrajar el lienzo para desembocar una destrucción nunca antes vista por el Jounin.

— ¿Naoya? ¿Cómo puedes recordarle en un momento así? Empiezo a creer que te agrada más de lo que parece. — Bromeó, mientras estudiaba con rapidez el entorno, en busca de cualquier amenaza más allá de la sombría voz que se proyectaba desde muchos sitios.  — ¡! — El Jounin se percató el movimiento enemigo, pero no actuó de inmediato. Katsuya, para suerte del resto, mantuvo el terreno bajo sus pies en control o al menos eso parecía.

Las raíces que habrían plantado recientemente, debían de hacer cierta labor defensiva en los predios del pueblo, aunque el propio creador no estaba totalmente seguro de esto último, pretendía no enfocarse mucho más en ello, si tenía un foco de destrucción frente a él, era más viable anularlo que gastar energías en numerosos esfuerzos por resguardar la tierra a sus espaldas. — Buena idea. — Aduló Renji a su colega de fuertes puños, ejecutando un único sello de mano para liberar una semilla sobre el suelo, las raíces comenzarían a crecer exponencialmente en un radio de 30 metros, preparando el terreno para sus futuras maniobras.

Las plantas, raíces, enredaderas, etcétera; crecieron entrelazando todos los montículos de tierra, aunque estos variasen de altura y tamaño, era una técnica que podía abrirse paso fácilmente a través de este tipo de terrenos. El Jounin ejecutó una segunda tanda de sellos para tantear ofensivamente al escuincle frente a él con una bala de Fuuton a alta velocidad...

Renkudan


Información de Personaje & Técnicas


Resumen
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— Una vez leí… — Empezó a decir el Jiki mientras ejecutaba una tanda de sellos. — ...que aquellos más desgraciados por la vida terminaban siendo los más fanáticos. — Al terminar, tanto los sellos como su intervención, señalaría con el índice izquierdo al recién salido del suelo. — Y este tiene aspecto de fanático. — Bajo tierra ocurrían cosas, más allá de las crípticas voces. Un manto del subsuelo se mezclaba entre sí para producir dos de las tan preciadas unidades de arena. Arata debía prepararse para cualquier cosa, y aquel era el primer paso.

Doton: Juusu
-55 de chakra | +2 unidades de satetsu

Las satetsus, sin embargo, se mantendrían allí como si nada hubiese ocurrido. Además, si algún pobre diablo de los que estaban bajo tierra se encontraban en el rango de la técnica solo verían como sus alrededores empezaban a fundirse entre sí hasta terminar en un polvo plateado.

Antes de poder hacer más, el sello del hombre se había roto y la técnica doton tenía lugar. Una que el Jiki conocía, por fortuna, pues pudo inferir que debía mantener el equilibrio con un toque de chakra en la planta de sus pies. Katsuya hizo lo posible por detener el avance del doton utilizando la misma técnica, y Arata se vio tentado a ser un espectador más. Pero prefirió actuar. Especialmente ante la fugaz idea de que aquel libro que el desgarbado sujeto sostenía podía costar una pequeña fortuna. — ¡Traten de no matarlo, o al menos no arruinen el libro! — Dijo el ojicarmesí elevando la voz para ser escuchado entre el choque de las dos técnicas doton.

Al mismo tiempo, y justo antes de que el desenlace del choque ocurriese, Arata haría un movimiento con ambas manos llevando las dos unidades de satetsu que había generado hace instantes y las lanzaría en busca del enemigo. Su intención no era herir, pero sí contener. Renji, por otro lado, parecía con planes distintos. Una de las satetsus iría primero, y funcionaría como red de contención detrás del objetivo en caso de que el fuuton de su compañero le hiciera salir disparado. La otra satetsu iría directo a aprisionar al objetivo, y llegaría luego del posible impacto del fuuton. La masa de arena trataría de solidificarse alrededor de todo el cuerpo del hombre.

Kurogane No Jutsu
Control (No cuesta chakra por material especial)

Jiton: Sabaku Kyū
-10 de chakra si capturo (Espe, maestría y material especial reducen -5 de chakra cada uno, en ese orden).

OFF
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Cuando el libró fue abierto la tierra comenzó a elevarse rápidamente en aquel lugar lo que sin duda generaría una avalancha de tierra lo suficiente grande para terminar con el aquel poblado; sin embargo, está acción sería frenada aunque no pareció ser una tarea fácil pues Katsuya efectuaría dos técnicas Doton para frenar el avance deliberado del jutsu sellado en aquel libro; por su puesto, el duo ninja restante del equipo se pondría manos a la obra de igual manera comenzando con sus técnicas correspondientes.
 
La tierra tan rápido subió también bajó; inclusive, diría que el descenso fue aún más rápido, el conjunto de jutsu empleado por Katsuya fue bastante eficaz al impedir la elevación del entorno aunque ahora se encontraban en un cóncavo artificial producto del choque de ambas técnicas. Renji utilizaría las semillas para cambiar de forma abrupta el ecosistema del lugar haciendo que, con la combinación de técnicas la tierra fuese fácilmente contenida sin caer o enterrar a los civiles, o mejor dicho, mártires.
 
Un segundo jutsu fue efectuado por el rubio sin mucha dilación de su primer técnica empleada provocando que la tierra finalmente se sumergiera levemente ante el choque de poder; aún así, Arata ahora estaba listo para cualquier cosa y fue en aquel instante dónde fue expulsado el jutsu Fuuton golpeando contra la aberración llamada hombre para inmediatamente ser arropado por la satetsu del Jiki, parecía que lo querrían vivo después de todos los sucesos. El libro quedaría postrado en el suelo abierto mostrando algunos rezos y predicciones hacía un futuro bastante cercano. “En caso de la ausencia de Dios un nuevo juicio comenzará asesinando a los impíos y perdonando a los pulcros.” Estás cosas eran difíciles de encontrar un significado realmente específico pero así era casi en todas las religiones y más aún una marcada por el odio y la sangre de las víctimas asesinadas para establecer los llamados Imperios.
 
El refuerzo que anteriormente se colocó en los cimientos del templo no fueron suficiente para detener o amortiguar el movimiento de la tierra, como consecuencia el templo colapso completamente, las padres se agrietaron rápidamente en conjunto a un gran estruendo. Los soportes principales entonces se quebraron para finalmente derrumbar el viejo templo de una vez por todas haciendo caer algunas paredes y techos, otras más caían sobre lo que quedaba de pie aplastando intensamente en conjunto para hacerlas caer, era por eso que tal vez el centro de la construcción donde estaba la mayor parte de peso cayó rápidamente.
 
Si alguien agarrase el libro del suelo notaría que había un mapa indicando diferentes templos de la nación de la Tierra, el templo del norte de Iwagakure estaba con una “X” el siguiente sería en la siguiente luna llena indicado por los anteriores rezos y alabanzas. El templo de los reinos de los acantilados, llamado la “ Joya de los reinos del Sur” estaba peligrando corriendo con el mismo riesgo; sin embargo, tal vez mil veces peor pues esta nación era utilizada como un gran comercio para errantes, empresarios, inclusive Shinobi con su gran comercialización a nivel mundial.
 
Una voz se escuchó en la lejanía a los oídos del escuadrón del la Tierra. — Atención, repórtense en el tercer edificio principal de inmediato al recapitular toda la información pues de ahora estarán bajo las órdenes del Sandai Senchō (Tercer Oficial) — En el imperio de la tierra quien llevaba ese nombre era un hombre conocido como Ashira Reko, uno de los mejores ninjas o tal vez el mejor espía del mundo conocido por su sobre pensamiento y sobre analizar la situación marcada.
  

 
[Imagen: 68a07fc3d20578cf28b6f0aa3bf59e20.jpg]
 
Tercer edificio principal de la facción imperial — Iwagakure
17:00 Hrs. — Húmedo
  
El tercer edificio principal no dejaba de dar tan grande y asombroso como el resto de edificios donde se encontraban los oficiales. — ¿Hay noticias del escuadrón enviado por el Shodai Inari? — Preguntaba Ashira Reiko, era un hombre amable y de gran habilidad mental por lo que siempre lograba estar en suficiente calma a pesar de un evento tan caótico como el que se estaba desarrollando, más aún cuando esté tipo de chismes e información poco confiable solía ser más difícil de tratar con el pueblo que en una guerra o conquista.
 
Las cartas estaban sobre la mesa y ahora quién tenía la mayor información era aquel escuadrón enviado a investigar, al entrar al edificio del Ashira se darían cuenta de la riqueza y prestigio que tienen alguien con el título “ Senchō “ en el país de la Tierra, el suelo completamente lustrado y ninguna mancha o molécula de polvo a la vista; en cambio, se veían demasiados hombres a su disposición. Hombres fieles al Sandai Senchō quienes lo obedecerían sin importar las circunstancias de los acontecimientos y esta gran fidelidad provocaba varias miradas sobre el escuadrón al entrar al edificio. Miradas las cuales intentaban analizar a los sujetos pues no recordaban verlos recientemente en aquel escuadrón comandado por el Ashira.
 
Esto fue así hasta entrar al salón principal dónde se encontraba el moreno sentado en una especie de trono sobre pesando la información hasta ahora recapitulada. — ¿Y bien, que pasó en el templo? — Su preocupación se notaba al no recibirlos con halagos o grandes saludos, esperando que está información fuese resuelta por el trío de shinobis.
El Ashira suspiro recargando su espalda sobre el mismo trono. — ¿Por qué deberían continuar ustedes con la misión y no mando simplemente otro escuadrón? — La mirada se postro sobre el escuadrón intentando analizarlos y esperando una respuesta por parte del trío, quería ver en parte lo que estarían dispuestos a arriesgar en una misión de esta clase dónde básicamente era apostar la vida.
 
Sandai Senchō (Tercer Official)

 
Off

[Imagen: be41903c0f314e3fef9d85112fb7b5ec.jpg]
Hablo - Narro - +Pienso+
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El tridente de Iwagakure fue rápido en su actuar y sorprendió también la coordinación que tuvieron. El viejo del libro no fue capaz de defenderse y fácilmente fue derrotado, aunque el daño no sería letal y lo más seguro es que sobreviva. Ante el repentino inicio de derrumbamiento del templo, Katsuya no tardó en hablar. — Salgan de aquí. — Sí, él tenía otra que hacer antes, pero poco le preocupaba quedarse unos segundos más ahí dentro. De todos modos, la velocidad era su mayor característica. Bueno, la fuerza también. Sus piernas se movieron y en casi nada de tiempo llegó con el anciano. Lo tomaría tanto a él como al libro. Y, casi como si fuera un rayo, desaparecería de la escena.

Anteriormente, antes de realizar las técnicas elementales de tierra, lanzó un kunai cuya forma era distintiva a Arata. Ya sea casi saliendo del templo o directamente en el exterior, Katsuya aparecería debido a su teletransportación al lado de su compañero, ya estando todos sanos y salvos. — Qué sitio tan complejo. Si no hubiera estado aquí, no creería todo lo que pasa. — Comentó al resto. Al menos, tras ver a su alrededor, pudo darse cuenta de que no ocurrió nada mayor en el ya afectado pueblo. Los aldeanos sobrevivientes seguían igual de miserables, pero continuaban con vida. Algo es algo.

Hiraishin no Jutsu


Ahí es cuando recibieron el mensaje desde la aldea. Más temprano que tarde deberían regresar, lo cual podía significar malas noticias. Realizaron un descubrimiento, pero tampoco uno demasiado importante. Literalmente gastaron más tiempo viajando hacia ese pueblo que estando allí. Dejaría que Arata use su arena para transportar al viejo mientras que el mismo Katsuya se hizo cargo del libro. Durante el trayecto, se encargaría de ir leyendo en voz alta lo que iba hojeando para que tanto él como sus compañeros tengan conocimiento de lo que ahí pudiera decir. No tenía gracia no leerlo y simplemente entregarlo a los altos mandos. Quizás encontraban algo interesante revisando las páginas.

Al llegar a la nación y al respectivo edificio al cual informar, entrarían en presencia de una figura importante de la Tierra. Ya todos sabemos de la forma directa de comunicarse de Katsuya, y también él mismo, por lo que se aseguraría de que Renji, jounin y el más parlanchín del grupo, sea quien tome protagonismo a la hora de intercambiar diálogos más extensos. — Todo estaba destruido, menos un templo. Luego de que el viejo que trajimos nos atacara, se derrumbó. Puede que haya sido parte de su plan también. — No lo nombró, pero enseñó el libro entre sus manos. Si se lo pedía lo entregaría.

Esperaba que los otros dos complementaran la información entregada, pero la siguiente pregunta hecha por el alto mando lo tomó de improvista. Obviamente, era la clase de cuestión que es mejor que alguien como Katsuya no responda, y realmente intentó guardar silencio. Lamentablemente, no pudo. — Porque no hay equipo más fuerte que nosotros. Si ese Dios está involucrado, somos los únicos aptos para encargarnos. — No dijo nada extremo u ofensivo, o eso esperaba. Se controló un poco, pero no dio una respuesta muy explicativa o con argumentos tácticos. No era su estilo.

Resumen
[Imagen: FirmaKatsuya111_2.gif]
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Su personalidad huraña siempre servía de incentivo para pensar un poco más allá. Le costaba mucho dar un paso que podía costarle más que la vida su peso en oro, y por ello se manejaba bien en situaciones como la que acontecía. Por encima de eso, cuando un objetivo podía significarle un beneficio económico, se esforzaba un poco más en pensar y resolver con presteza y eficiencia. Por ello había conseguido atrapar al viejo, gracias al esfuerzo propio y al de sus compañeros, y prácticamente ya estaba saboreando la recompensa.

Para su sorpresa, sin embargo, lo que quedaba del templo no iba a permitirles mucha más contemplación. La voz de Katsuya fue lo que le hizo salir de su propio espacio mental para darse cuenta de que, efectivamente, tocaba una retirada táctica. Miró velozmente a su alrededor, miró a Renji, y por último al especialista en taijutsus para asentir con la cabeza y empezar a correr hacia la salida. — No olvides el libro. — Diría antes de dar el primer paso pero no esperaría respuesta del obvio destino de sus palabras.

No le tomaría mucho andar sobre sus pasos, y asumiendo que el templo tendría más rutas de tránsito abiertas dado el caótico derrumbe, terminaría por salir incluso más fácilmente de lo que entró. Tras de sí vendrían dos unidades de satetsu que le seguirían por inercia y entrarían a la ropa del jiki para volver a sus recipientes. Renji probablemente estuviese allí, pero la atención del ojicarmesí se centraría en el arma que su compañero le había entregado hace rato ya.

Alcanzó el kunai y lo lanzó al suelo, a un par de metros. Como era obvio en el curso de los acontecimientos, aparecería poco después Katsuya con el viejo, y por fortuna; el libro. — Bien. — Diría para sí el usuario de arena. Con un gesto de una de sus manos una unidad de satetsu saldría de entre sus ropajes y envolvería al viejo una vez más. Si no estaba inconsciente ya intentaría asfixiarlo hasta apagarle las luces pero evitando matarlo. Sería más fácil transportarlo de esa manera.

Kurogane No Jutsu
Control (Sin gasto de chakra)

Tras el anuncio de las nuevas órdenes no diría nada. Ya estaba acostumbrado al poco nivel de organización de sus oficiales, y eso no iba a cambiar ahora. Tomaría las unidades de satetsu que hubiesen quedado rezagadas y aún se mantuviesen a su alcance y viajaría con ellas, utilizándolas para llevar al viejo. De algo serviría presentar a un sospechoso directo.

Durante el viaje habrían momentos de charla entre los tres. Katsuya leía el libro y Arata respondía con alguna duda o consideración que surgiese. Los comentarios filosos tampoco faltaron, como era natural en aquel grupo, pero el camino resultó ligero y fácil de transitar aún con la cama de arena plateada que traía consigo al viejo.

Entregaría entonces al pobre diablo a cualquier guardia con pinta de competente que se cruzase en su camino hacia la oficina administrativa, e indicaría la situación brevemente, tomando como nota mental el nombre de quien lo había recibido. Una vez frente al Sandai Sencho haría una leve reverencia como acostumbraba y se mantendría al margen de la reunión salvo algún comentario u observación.

— Fuertes y capaces. — Acompañó al diálogo de Katsuya para mostrar confianza. — En manos de cualquier otro grupo no tendría a su disposición a un sospechoso y su aparente arma… — refiriéndose al libro — … y el pueblo estaría completamente bajo tierra para este punto. — Honestamente, Arata tenía pensadas varias respuestas más, pero prefirió mantenerlas para sí. Sabía lo débil que podía ser el ego de los imperiales y cualquier rastro de insubordinación sería patéticamente castigado.

Llevase el tiempo que llevase la reunión el oriundo del desierto esperaría parado cerca de la puerta. Escucharía y respondería siempre que alguien se dirigiese directamente a él o tuviese algo interesante que aportar, y en caso de lo contrario esperaría que la elocuencia de Renji estuviese a la altura. Si podía conseguir un aumento en la paga, mejor que mejor.

OFF
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— ¡No es un momento para tus anécdotas! — Exclamó Renji un tanto fuera de onda al notar la actitud del Jiki ante la situación. Y es que, a pesar de no verse ningún esfuerzo “tangible” por su parte, sí que realizaba un esfuerzo más “interno” por mantener las rocas y superficies aledañas en su lugar; la técnica le conllevaba cierta “concentración” que si bien no era algo muy relevante, le ponía de mal humor tener que atender tantos factores al mismo tiempo, irónico para el rango que poseía.

— ¡Claro, le daré una invitación y un abrazo por si intentar matarnos a nosotros! — Exclamó continuadamente al comentario del Jiki. Los tres Shinobis pertenecientes al mejor escuadrón que Iwagakure podría poseer en la actualidad, entablaron un corto combate que llevaría la estructura al límite.

Dando punto a una simple, pero eficaz advertencia dada por el Taijutser fue más que suficiente para reforzar la idea en tanto Renji como Arata, quienes saldrían despedidos de la zona para observar a Katsuya retomar la posición mediante una técnica de espacio-tiempo.

Renji no estaba del todo seguro, pero había escuchado rumores a cerca de esa técnica. Su uso fue bastante glorioso durante un evento catastrófico ya hace añales, simplemente era una leyenda urbana, pero se cuenta que un Shinobi de Konohagakure opaco a todo un escuadrón de la Tierra con la dichosa técnica... ¿Sería cierto?

— Así que así funciona esa cosa… — Estaba de más su platicar, pero no tenía pruebas personales del empleo de la técnica hasta este momento. De todas formas y pasando a un plano más importante, el escuadrón quedó con un rehén entre manos y un libro…

La voz que emanó de la nada invadió la mente del rubio, quien se mostró bastante incómodo con la intromisión. — Sal de mi cabeza…— Espeto un tanto malhumorado mientras daba pequeños golpes en los costados como si quisiera retirar agua u arena de sus oídos.

El viaje de regreso fue tan ligero como el de llegada. Los tres platicaron ciertas trivialidades que no tenían que ver mucho con el asunto a tratar, así como también fue compartida en parte la información que respectaba al libro obtenido. La ubicación cambió radicalmente, pasaron de estar rodeados de destrucción masiva a las oficinas administrativas de uno de los Shodai Sencho, para él, uno de los más “despreciables”.

El cuestionamiento fue claro y doloroso, pero Renji permitió a sus compañeros hacerse cargo de toda la platica. En momentos como este le era difícil mantener la boca cerrada, así que abrió un paquete pequeño de “Reserva” que poseía entre sus pertenencias para mantener la boca ocupada mientras la reunión se desarrollaba. — No tengo comentarios. — Su actitud era bastante neutral y su posición era inamovible, no pretendía dar comentario alguno que diese paso a una confrontación o debate que simplemente acabaría en una metáfora más de un huevo y la roca.

Resumen
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