Era una noche como otra cualquiera para los habitantes de Kumogakure. El cielo estaba despejado y se podían contemplar las estrellas, esto es debido a que hoy las nubes estaban ya muy bajas y se perdían un poco montaña abajo actuando como mantos de niebla para quienes intentaran ascender hasta la aldea de la nube en el día de hoy. Por los riscos y puentes que conformaban la aldea conectando las distintas montañas y diferentes distritos se filtraba alguna nube que intentaba volver a subir, quedando como un cumulo acolchado flotando entre los riscos.
Ya era muy tarde, demasiado tarde incluso para que muchas tabernas y bares estuvieran abiertos, dejando esas funciones más relegadas a unas pequeñas posadas que como tenían que tambien atender a residentes nocturnos contaban con trabajadores en el turno de noche atentos. Del mismo modo los únicos otros lugares en los que quedaban personas despiertas eran en el edificio administrativo del Raikage y los guardias que patrullaban la aldea junto a los guardias que vigilaban las puertas de la aldea. Kumo brindaba una defensa natural contra invasiones muy efectiva al estar construida en lo alto de las montañas, la altura siempre daba cierta ventaja y hacia difícil que un gran ejercito atacara, no obstante no era tan complicado que por el sistema montañoso se lograra infiltrar una persona, incluso contando con la barrera sensorial de la aldea.
Pero ese día la aldea no debía preocuparse de los invasores que venían del exterior, sino de alguien que por muchos años habia estado en su interior, creciendo y esperando. Pero que nadie se equivoque, esa persona, aunque de hecho eran dos, no buscaban destruir la aldea ni mucho menos, ni atentar contra los inocentes o poner la misma en riesgo. Su objetivo era mucho más concreto y preciso. Su propia familia. Aunque eso no era correcto del todo, puesto que ella no los consideraba su familia como tal, seria más correcto indicar su propio linaje o clan a secas.
- ¿Lo tienes todo listo? - Eini descansaba colgada de una cornisa de un edificio bocabajo mientras solo se sujetaba usando sus piernas concentrando chakra en la suela de sus pies - Si, creo que será suficiente - Nibi por su parte estaba en pie a su lado portando consigo una decena de katanas en grupos de cinco a cada lado de su cintura, una media decena de shurikens gigantes cuadrados en la espalda, porta herramientas llenos de armas en sus piernas y brazos bien atados e incluso un par de dagas dentro de su kimono - Cuando me digas empezamos - Le respondería lista para ir a una guerra - Espera un minuto que el guardia acabe de patrullar la calle cercana, eso nos dará un marco de veinte minutos - Eini estaba siendo la vigía que controlaba los movimientos de los guardias.
Finalmente la hermana mayor se levantaría, utilizando tan solo la fuerza de sus piernas para quedar derecha al lado de su hermana - Es el momento - Entonces Nibi extendería la mano en respuesta hacia Eini, para cuando esta tomara su mano desaparecer en un instante tras fundirse con la carne de su hermana - Bien vamos - Nibi saltaría del edificio dejándose caer para rápidamente rotar su cuerpo pegando sus pies en la fachada frenando por un instante en seco mientras deslizaba su mano hacia el muro como si posara tocando el suelo, para luego impulsarse con el mismo como si fuera rechazada por la pared saliendo disparada por encima del distrito residencial directamente para sobrevolar una gran mansión japonesa antigua con grandes muros rodeando el perímetro, aterrizando la joven de forma abrupta en el jardín delantero entre el primer muro y la entrada a la residencia.
En lo que se levantaba tras el aterrizaje sentiría el viento ser cortado y entonces desenfundaría su espada para bloquear y desviar una serie de kunais que viajaban hacia ella en grupos de tres hasta formar una docena sin muchos problemas, a pesar de que los mismos llegaban a una velocidad mucho mayor de la normal. Al otro lado del jardín custodiando la entrada de la mansión estaba la figura de una mujer, la madre de las dos jóvenes - Acaso os habéis olvidado de vuestro toque de queda - AL mismo tiempo dos de los vigilantes del clan que controlaban la entrada saldrían hacia el guardián a ver que pasaba, dejando a Nibi entre ellos y su madre - Lo siento, pero creo que pospuse demasiado la fase de hija rebelde - Le comentaría sin ninguna piedad mientras colocaba su espada en guardia y comenzaba a correr hacia la mujer.
La mujer simplemente haría una mueca de risa al mismo tiempo que una mirada de decepción - Que lastima que saliste tan ingenua - La mujer trataría de hacer un gesto de mano buscando que los kunai volvieran a ella clavando en la espalda de Nibi, mientras los guardias se abalanzaban tambien sobre ella para contenerla. Pero algo no funciono, los kunai no respondían al movimiento de ella - La ingenua eres tu - La boca de Eini saldría de la mejilla de Nibi hablando mientras la espalda de la joven brotarían dos brazos haciendo un sello y luego dos gestos - No puedes controlar tus armas, si nada más las tocamos ya están bajo nuestro campo magnético - Los kunai saldrían disparados hacia los dos guardias estampándolos contra la pared del muro, quedando ahi clavados pero vivos, transmitiéndose el campo magnético a ellos y el muro sin dejar que se despeguen de allí.
Nibi avanzaba lista para acabar con su madre de un solo tajo, la mujer al ver que perdió el control de sus kunai, busco desenfundar dos espadas que portaba en su lateral. Pero antes de que pudiera terminar de tomarlas y tomar postura defensiva, Eini acabaría de salir del cuerpo de Nibi por su espalda creando un campo magnético semejante al de su hermana pero en una mayor intensidad con el fin de que ambos imanes se rechacen, haciendo que Nibi saliera disparada a una velocidad exorbitada cortando la cabeza de su madre antes de que pudiera tomar su guardia en alta. La cabeza rodaría por los aires en lo que su cuerpo se desplomaba, tomando Nibi la cabellera de la mujer que quedaría colgando de su mano - Siempre pensamos que alguien como tu no merecía a papa - Sin más miramientos soltaría la cabeza para mientras Eibi avanzaba junto a ella - Bien, aquí comienza la fiesta de verdad - Diría la mayor de ambas - It's a party time - Ambas estaban determinadas, Eibi volvería a dentro del cuerpo de Nibi.
Ambas hermanas fueron abriéndose paso por la mansión mientras los distintos miembros de clan surgían a su paso, pero eran brutalmente arrollados por el combo y la sinergia de ambas hermanas, no habia ningún tipo de opción para ellos. Simplemente acababan besando el suelo o clavados en alguna pared. Un despliegue de manejo de armas y el kekkai genkai del clan manejando el magnetismo que daba miedo. Para cuando alcanzaron el salón principal de la casa donde aguardaban los 3 ancianos que lideraban el clan, incluyendo su propio abuelo, ya no quedaban más miembros que pudieran defenderlos, los últimos fueron los que custodiaban la entrada a ese lugar.
- Has montado un bochornoso escandalo ¿De verdad crees que tu sola podrás derrotarnos? - Diría el anciano de la derecha - ¿Y que pretendes purgando todo el clan? Sabes que la aldea te pondrá en busca y captura - Mencionaría el anciano de la izquierda - Eres sin duda alguna la decepción más grande que hemos tenido, con la de esperanzas que teníamos contigo - Diría su propio abuelo en el centro. Ante lo cual la mujer solo sonrió - No tengo porque justificarme ante vosotros, solo quiero impedir que retoméis los experimentos que usaste en mi y por eso mismo tomare el liderazgo del clan, se que no os importaría que hubiera matado a todo el clan porque replicaríais a muchos de nosotros fácilmente en poco tiempo, pero no lo permitiré - Con solo eso, ya daba por respondido a los tres ancianos al mismo tiempo - ¿Acaso crees que la aldea te dejara liderar un clan el cual has exterminado? - Le responderían los ancianos mientras preparaban sus armas al mismo tiempo que la joven juntaba sus manos para preparar la cadena de sellos al mismo tiempo que su hermana hacia lo mismo brotando sus brazos de su espalda - Solo hemos matado a los que de verdad tenían sed de sangre por mi vida, el resto están solo incapacitados.
Eso ultimo que les dijo era cierto, todos los miembros del clan que salieron a su encuentro se encontraban pegados al piso o las paredes con algunas armas clavadas en su ropa o cuerpo para dejarlos incapacitados un rato, mientras Nibi y Eibi estaban manteniendo todos esos campos magnéticos para contener a los mismos. Tan solo murieron unos cuatro, entre ellos su madre, los cuales si tenían un instinto asesino que buscaba acabar con la vida de las hermanas. Y estaba a punto de sumar tres vidas más al conteo de victimas. Las dos hermanas posarían sus manos en el suelo de la estancia liberando incontables cargas magnéticas en el lugar que se esparcirían por el suelo, las paredes y objetos de forma caótica atrayéndose y rechazándose en constante cambio estallando la sala y colapsando esa zona de la casa mientras escombros, runa y diversos objetos flotaban y caían, atrayéndose o rechazándose entre ellos, creando un pequeño espacio de caos.
No hace falta entrar en detalles de la pelea, todo era un caos en esa estancia, un espacio caótico e impredecible donde se impondrían el mejor control sobre el magnetismo y agilidad para moverse entre los escombros. Solo hacia falta indicar cual fue el resultado del a batalla al concluir esta. Los miembros del clan no tardarían en sentir como el magnetismo de sus cuerpos desaparecía y podían volver a levantarse, algunos heridos y otros en mejor forma acudirían al centro de la mansión para presenciar el resultado de la batalla.
En aquel lugar ahora solo habia un gran agujero en el cielo con todo destruido y en el centro de la estancia bañada por la luz de la luna se encontraba Nibi sentada en un trono de runas, con su hermana Eibi descansando en el muro que actuaba como respaldo de aquel trono, mientras los cuerpos de los tres ancianos yacían en el suelo destrozados completamente - Desde este momento... - Diria Eibi - Nosotras tomamos el liderazgo de este clan - Concluiría Nibi.
Ya era muy tarde, demasiado tarde incluso para que muchas tabernas y bares estuvieran abiertos, dejando esas funciones más relegadas a unas pequeñas posadas que como tenían que tambien atender a residentes nocturnos contaban con trabajadores en el turno de noche atentos. Del mismo modo los únicos otros lugares en los que quedaban personas despiertas eran en el edificio administrativo del Raikage y los guardias que patrullaban la aldea junto a los guardias que vigilaban las puertas de la aldea. Kumo brindaba una defensa natural contra invasiones muy efectiva al estar construida en lo alto de las montañas, la altura siempre daba cierta ventaja y hacia difícil que un gran ejercito atacara, no obstante no era tan complicado que por el sistema montañoso se lograra infiltrar una persona, incluso contando con la barrera sensorial de la aldea.
Pero ese día la aldea no debía preocuparse de los invasores que venían del exterior, sino de alguien que por muchos años habia estado en su interior, creciendo y esperando. Pero que nadie se equivoque, esa persona, aunque de hecho eran dos, no buscaban destruir la aldea ni mucho menos, ni atentar contra los inocentes o poner la misma en riesgo. Su objetivo era mucho más concreto y preciso. Su propia familia. Aunque eso no era correcto del todo, puesto que ella no los consideraba su familia como tal, seria más correcto indicar su propio linaje o clan a secas.
- ¿Lo tienes todo listo? - Eini descansaba colgada de una cornisa de un edificio bocabajo mientras solo se sujetaba usando sus piernas concentrando chakra en la suela de sus pies - Si, creo que será suficiente - Nibi por su parte estaba en pie a su lado portando consigo una decena de katanas en grupos de cinco a cada lado de su cintura, una media decena de shurikens gigantes cuadrados en la espalda, porta herramientas llenos de armas en sus piernas y brazos bien atados e incluso un par de dagas dentro de su kimono - Cuando me digas empezamos - Le respondería lista para ir a una guerra - Espera un minuto que el guardia acabe de patrullar la calle cercana, eso nos dará un marco de veinte minutos - Eini estaba siendo la vigía que controlaba los movimientos de los guardias.
Finalmente la hermana mayor se levantaría, utilizando tan solo la fuerza de sus piernas para quedar derecha al lado de su hermana - Es el momento - Entonces Nibi extendería la mano en respuesta hacia Eini, para cuando esta tomara su mano desaparecer en un instante tras fundirse con la carne de su hermana - Bien vamos - Nibi saltaría del edificio dejándose caer para rápidamente rotar su cuerpo pegando sus pies en la fachada frenando por un instante en seco mientras deslizaba su mano hacia el muro como si posara tocando el suelo, para luego impulsarse con el mismo como si fuera rechazada por la pared saliendo disparada por encima del distrito residencial directamente para sobrevolar una gran mansión japonesa antigua con grandes muros rodeando el perímetro, aterrizando la joven de forma abrupta en el jardín delantero entre el primer muro y la entrada a la residencia.
En lo que se levantaba tras el aterrizaje sentiría el viento ser cortado y entonces desenfundaría su espada para bloquear y desviar una serie de kunais que viajaban hacia ella en grupos de tres hasta formar una docena sin muchos problemas, a pesar de que los mismos llegaban a una velocidad mucho mayor de la normal. Al otro lado del jardín custodiando la entrada de la mansión estaba la figura de una mujer, la madre de las dos jóvenes - Acaso os habéis olvidado de vuestro toque de queda - AL mismo tiempo dos de los vigilantes del clan que controlaban la entrada saldrían hacia el guardián a ver que pasaba, dejando a Nibi entre ellos y su madre - Lo siento, pero creo que pospuse demasiado la fase de hija rebelde - Le comentaría sin ninguna piedad mientras colocaba su espada en guardia y comenzaba a correr hacia la mujer.
La mujer simplemente haría una mueca de risa al mismo tiempo que una mirada de decepción - Que lastima que saliste tan ingenua - La mujer trataría de hacer un gesto de mano buscando que los kunai volvieran a ella clavando en la espalda de Nibi, mientras los guardias se abalanzaban tambien sobre ella para contenerla. Pero algo no funciono, los kunai no respondían al movimiento de ella - La ingenua eres tu - La boca de Eini saldría de la mejilla de Nibi hablando mientras la espalda de la joven brotarían dos brazos haciendo un sello y luego dos gestos - No puedes controlar tus armas, si nada más las tocamos ya están bajo nuestro campo magnético - Los kunai saldrían disparados hacia los dos guardias estampándolos contra la pared del muro, quedando ahi clavados pero vivos, transmitiéndose el campo magnético a ellos y el muro sin dejar que se despeguen de allí.
Nibi avanzaba lista para acabar con su madre de un solo tajo, la mujer al ver que perdió el control de sus kunai, busco desenfundar dos espadas que portaba en su lateral. Pero antes de que pudiera terminar de tomarlas y tomar postura defensiva, Eini acabaría de salir del cuerpo de Nibi por su espalda creando un campo magnético semejante al de su hermana pero en una mayor intensidad con el fin de que ambos imanes se rechacen, haciendo que Nibi saliera disparada a una velocidad exorbitada cortando la cabeza de su madre antes de que pudiera tomar su guardia en alta. La cabeza rodaría por los aires en lo que su cuerpo se desplomaba, tomando Nibi la cabellera de la mujer que quedaría colgando de su mano - Siempre pensamos que alguien como tu no merecía a papa - Sin más miramientos soltaría la cabeza para mientras Eibi avanzaba junto a ella - Bien, aquí comienza la fiesta de verdad - Diría la mayor de ambas - It's a party time - Ambas estaban determinadas, Eibi volvería a dentro del cuerpo de Nibi.
Ambas hermanas fueron abriéndose paso por la mansión mientras los distintos miembros de clan surgían a su paso, pero eran brutalmente arrollados por el combo y la sinergia de ambas hermanas, no habia ningún tipo de opción para ellos. Simplemente acababan besando el suelo o clavados en alguna pared. Un despliegue de manejo de armas y el kekkai genkai del clan manejando el magnetismo que daba miedo. Para cuando alcanzaron el salón principal de la casa donde aguardaban los 3 ancianos que lideraban el clan, incluyendo su propio abuelo, ya no quedaban más miembros que pudieran defenderlos, los últimos fueron los que custodiaban la entrada a ese lugar.
- Has montado un bochornoso escandalo ¿De verdad crees que tu sola podrás derrotarnos? - Diría el anciano de la derecha - ¿Y que pretendes purgando todo el clan? Sabes que la aldea te pondrá en busca y captura - Mencionaría el anciano de la izquierda - Eres sin duda alguna la decepción más grande que hemos tenido, con la de esperanzas que teníamos contigo - Diría su propio abuelo en el centro. Ante lo cual la mujer solo sonrió - No tengo porque justificarme ante vosotros, solo quiero impedir que retoméis los experimentos que usaste en mi y por eso mismo tomare el liderazgo del clan, se que no os importaría que hubiera matado a todo el clan porque replicaríais a muchos de nosotros fácilmente en poco tiempo, pero no lo permitiré - Con solo eso, ya daba por respondido a los tres ancianos al mismo tiempo - ¿Acaso crees que la aldea te dejara liderar un clan el cual has exterminado? - Le responderían los ancianos mientras preparaban sus armas al mismo tiempo que la joven juntaba sus manos para preparar la cadena de sellos al mismo tiempo que su hermana hacia lo mismo brotando sus brazos de su espalda - Solo hemos matado a los que de verdad tenían sed de sangre por mi vida, el resto están solo incapacitados.
Eso ultimo que les dijo era cierto, todos los miembros del clan que salieron a su encuentro se encontraban pegados al piso o las paredes con algunas armas clavadas en su ropa o cuerpo para dejarlos incapacitados un rato, mientras Nibi y Eibi estaban manteniendo todos esos campos magnéticos para contener a los mismos. Tan solo murieron unos cuatro, entre ellos su madre, los cuales si tenían un instinto asesino que buscaba acabar con la vida de las hermanas. Y estaba a punto de sumar tres vidas más al conteo de victimas. Las dos hermanas posarían sus manos en el suelo de la estancia liberando incontables cargas magnéticas en el lugar que se esparcirían por el suelo, las paredes y objetos de forma caótica atrayéndose y rechazándose en constante cambio estallando la sala y colapsando esa zona de la casa mientras escombros, runa y diversos objetos flotaban y caían, atrayéndose o rechazándose entre ellos, creando un pequeño espacio de caos.
No hace falta entrar en detalles de la pelea, todo era un caos en esa estancia, un espacio caótico e impredecible donde se impondrían el mejor control sobre el magnetismo y agilidad para moverse entre los escombros. Solo hacia falta indicar cual fue el resultado del a batalla al concluir esta. Los miembros del clan no tardarían en sentir como el magnetismo de sus cuerpos desaparecía y podían volver a levantarse, algunos heridos y otros en mejor forma acudirían al centro de la mansión para presenciar el resultado de la batalla.
En aquel lugar ahora solo habia un gran agujero en el cielo con todo destruido y en el centro de la estancia bañada por la luz de la luna se encontraba Nibi sentada en un trono de runas, con su hermana Eibi descansando en el muro que actuaba como respaldo de aquel trono, mientras los cuerpos de los tres ancianos yacían en el suelo destrozados completamente - Desde este momento... - Diria Eibi - Nosotras tomamos el liderazgo de este clan - Concluiría Nibi.