[Invocación] Axolotl
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Última modificación: 13-01-2024, 07:03 PM por Kaito.
En la enigmática Isla Oeste del País del Agua, Kaito, se embarcó en una búsqueda para desentrañar los límites de su nuevo conocimiento. Con el pergamino en blanco en sus manos, el maestro de las marionetas se adentró en esta tierra misteriosa, ajeno al destino que le aguardaba.

Resguardado por lo profundo de las casi olvidadas cavernas, ocultas entre las múltiples costas de aquella isla, Kaito, con su inquietud y curiosidad insaciables trazaba sellos en un pergamino en blanco iluminado por la poca luz que brindaba la luna y una única vela junto al muchacho, sus estudios le habían permitido dar con el conocimiento de una extraña técnica, un vinvulo animal, una conexión que le permitiría comunicarse con otro plano con la intención de invocar una entidad desconocida. Sus motivos, su inalcanzable búsqueda de poder y su sed incansable de conocimiento lo impulsaban a desafiar lo desconocido. Sin conocer la naturaleza de la invocación, Kaito se preparaba para enfrentar cualquier cosa.

En una pequeña abertura entre las rocas, Kaito dispuso el pergamino, sus ojos centelleando con la sed de conocimiento. La bruma se arremolinaba alrededor, acentuando la atmósfera cargada de la isla. Sin tener idea de qué entidad invocaría, Kaito trazó los sellos con meticulosidad, canalizando su chakra en un intento de romper las barreras entre los mundos.

El silencio de la isla fue interrumpido por el susurro de las rápidas sucesiones de sellos del marionetista, rítmicamente sincronizados con el palpitar de las mareas nocturnas y el tintineo de la vela que arrojaba luz tenue sobre el pergamino, testigo del susurro de los sellos y del titilar de la única vela que acompañaba el ritual. El pergamino, ahora impregnado de sellos resplandecientes, irradiaba una luz que desafiaba la oscuridad circundante. Kaito, con determinación en su mirada, pronunció las palabras del jutsu de invocación.

La realidad misma pareció ondular cuando una niebla oscura envolvió el pergamino. La isla retumbó con la energía liberada, y en ese momento, una figura ominosa emergió de las sombras. Conforme la espesa niebla desaparecía la imponente silueta de un ser se hacia presente, cuerpo alargado, una especie de salamandra se erguía con una presencia imponente. Su aspecto singular yace en una fusión hipnotizante de rosados, creando una paleta de colores que desafía la realidad misma.

Su piel escamosa exhibía una textura suave y resplandeciente, como si estuviera impregnada de una luz tenue y sutil. La variación de tonos se entrelazaba de manera armoniosa, desde un profundo violáceo que evocaba la majestuosidad de la noche hasta un delicado rosa que recordaba los matices de un atardecer en calma.

Los ojos de la criatura eran esferas centelleantes de un tono rosado brillante e intenso, dotándola de una mirada penetrante e inteligente. Las branquias que adornaban su cabeza se movían con una gracia inquietante como si de tentáculos se trataran, revelando su conexión innata con las energías acuáticas que la rodeaban.

La cola de la bestia, aplanada, como si del titánico remo de un barco se tratara, arrastraba consigo un rastro de vapor oscuro, como si estuviera envuelta en un misterio eterno. Sus extremidades, delicadamente formadas, terminaban en abultados dedos de apariencia repulsivamente similar a las manos humanas, y a demás de sus dos brazos y piernas una suerte de pequeños brazos secundarios yacían doblados pegados a su cuerpo. Una boca simple y aplanada se curvaba en una expresión que oscilaba entre la malicia y la sabiduría ancestral rellena por encías abultadas que parecían esconder alguna suerte de colmillos, tercidos como garfios hacia dentro de la boca, afilados como dagas, añadían un toque amenazante a su presencia, destacando que esta criatura no era simplemente un espectáculo visual, sino una fuerza a tener en cuenta.

En el oscuro escenario de la Isla Oeste, la salamandra ajolote se erigía como una creación única y siniestra, fusionando los colores del crepúsculo y la noche en un todo armonioso. Katsuryoku, con su apariencia enigmática, estaba lista para explorar los límites de su alianza con Kaito en este rincón olvidado del país, donde cada escama parecía cargar con secretos ancestrales.

Frente al marionetista, un nombre había sido escrito en el pergamino. Katsuryoku, la salamandra ajolote, se materializó en toda su majestuosidad, ocho metros de pura malevolencia.

Kaito, de pie, contemplaba a Katsuryoku con asombro y cautela. El gigantesco ajolote, emanaba una presencia misteriosa y majestuosa. Sin embargo, algo en sus ojos centelleantes indicaba una inteligencia aguda que desafiaba cualquier expectativa.

Katsuryoku movió sus branquias con gracia, como lo haría una serpiente con su lengua, casi como si analizara el ambiente mientras dirigía su mirada penetrante hacia Kaito. En un tono melódico y lleno de malicia, la salamandra formuló sus primeras palabras: -¿Por qué, humano, me has convocado desde las sombras donde yacía en reposo? ¿Cuál es el propósito de perturbar mi existencia etérea con tu llamado?-

Kaito, consciente de que estaba en presencia de una entidad excepcionalmente inteligente, respondió con cautela: -Convocarte, no fue con la intención de provocarte alguna afrenta, es un acto de exploración y conocimiento, no deseaba perturbar la paz de tan majestuosa criatura-

La salamandra, sin mostrar sorpresa, continuó su interrogatorio enigmático: -¿Exploración, dices? ¿O acaso buscas, muchacho, tejer las sombras en un tapiz de intriga y oscuridad? Tu llamado tiene motivaciones más allá de la simple curiosidad. Habla con franqueza y desata los hilos de tu verdad.-

Kaito, intrigado por la astucia de Katsuryoku, reveló parte de su plan: -Anhelo el conocimiento prohibido y el poder que se oculta en las sombras. El invocarte fue parte de ese camino, Juntos, podemos explorar las profundidades de todo aquello que nos es ajeno, desafiando los límites impuestos por la realidad misma.-

Con la presencia de Katsuryoku, la atmósfera se cargó de expectación. Con ojos centelleantes y una risa sutil, la criatura decidía poner a prueba a Kaito antes de aceptarlo como su invocador. En ese rincón olvidado, donde la oscuridad y la intriga se entrelazaban, Katsuryoku habló con malicia: -Si deseas mi lealtad, humano, deberás demostrar que tu búsqueda de conocimiento no es solo un juego de palabras. Pondrás a prueba tu valía como invocador.-

Kaito, manteniendo la compostura, asintió con determinación.

La salamandra, con un movimiento sinuoso de sus branquias, indicó la prueba que le aguardaba. -Mostrarás tu destreza en el arte de sanar y en el conocimiento de venenos ninja. La medicina y la oscuridad deben ser tus aliadas. ¿Estás preparado para demostrar tu valía en estos dominios?-
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El marionetista aceptó el desafío, consciente de que esta prueba determinaría la aceptación o el rechazo de Katsuryoku. 

La salamandra ajolote, Katsuryoku, se deslizó con gracia hacia adelante, sus ojos centelleantes fijos en Kaito, mientras el ambiente se cargaba de tensión. La criatura maliciosa planteó su primera pregunta, su voz resonando en la oscuridad de la isla: 

-Marionetista, demuestra tu conocimiento en anatomía. ¿Puedes explicar con detalle la función específica de las células neurogliales en el sistema nervioso central?-

Kaito, sin titubear, se sumergió en una explicación -Katsuryoku, en la anatomía, las células neurogliales son esenciales para el soporte y la protección de las neuronas en el sistema nervioso central. Mantienen el entorno neuronal, forman la barrera hematoencefálica y participan en la reparación de tejidos nerviosos dañados.-

La salamandra, sin mostrar impresión alguna, planteó su segunda pregunta: -Ahora, marionetista, demuestra tu comprensión de la anatomía muscular. ¿Podrías explicar la función específica del músculo estriado esquelético y su conexión con el sistema neuromuscular?-

Kaito, centrando su atención en la nueva pregunta, comenzó a explicar la anatomía muscular con claridad. -En cuanto a la anatomía muscular, el músculo estriado esquelético está compuesto por fibras musculares que se contraen en respuesta a señales nerviosas. La conexión con el sistema neuromuscular facilita esta contracción, siendo la acetilcolina fundamental en la transmisión de señales entre neuronas y fibras musculares, es crucial para el movimiento y la función motora.-

El aterrador ajolote, con una mirada inquisitiva, planteó la tercera pregunta: -Ahora, marionetista, sumérgete en el mundo de la genética. Explícame con precisión el proceso de replicación del ADN y cómo se asegura la fidelidad de la información genética durante este proceso.-

Kaito, consciente de la complejidad de la pregunta, no vaciló. En el ámbito genético, el proceso de replicación del ADN implica la separación de las hebras y la síntesis de nuevas cadenas complementarias. La ADN polimerasa juega un papel clave al corregir errores y garantizar la fidelidad genética durante este proceso

Katsuryoku, con una mirada aguda, evaluaba la profundidad del conocimiento del marionetista.

Con las respuestas de Kaito, la salamandra ajolote quedó satisfecha. -Interesante, marionetista. Tus conocimientos son notables. Parece que posees la base necesaria para explorar al menos el mundo académico, pero ¿Que dices el mundo práctico?-

Tras la ronda de preguntas y respuestas, Katsuryoku, la salamandra ajolote, reveló su siguiente desafío. Con un movimiento ágil, la criatura deslizó una de sus extremidades sobre el pecho de Kaito, dejando una pequeña cantidad de un líquido venenoso en la piel del muchacho. Un veneno cuyo solo contacto generaba un dolor abrumador y penetrante.

El rostro de Kaito se crispó instantáneamente, su cuerpo se tensó ante la intensidad del veneno. Katsuryoku, observando con detenimiento, desafiante, inquirió: -Marionetista, demuestra tu valía en la oscuridad. Neutraliza este veneno que arde como las llamas del infierno.-

Después de que Katsuryoku, , aplicara el veneno en Kaito, el dolor abrumador se apoderó de su cuerpo. La intensidad del veneno era tan aguda que cualquier intento de neutralizarlo parecía desafiante. Con la necesidad de resistir hasta que los efectos del veneno disminuyeran, Kaito centró su atención en una técnica oscura y poderosa: Ankoku Shousen no Jutsu.

Con determinación, Kaito comenzó a canalizar su chakra, generando una energía púrpura que rodeaba sus manos. A pesar del dolor persistente, se concentró en la técnica, enfocándose en la curación de emergencia que le ofrecía. Las manos de Kaito se posaron sobre las zonas afectadas por el veneno, y el chakra púrpura comenzó a emitir destellos, indicando el inicio del proceso de curación.

El tiempo pareció detenerse mientras Kaito se sumergía en la técnica, sus manos vibraban con la energía oscura mientras luchaba por resistir el dolor penetrante del veneno. La salamandra, con sus ojos centelleantes, observaba la escena con atención, evaluando la capacidad del marionetista para enfrentar las sombras.

Tres largos segundos transcurrieron mientras Kaito sostenía la técnica. A medida que el chakra púrpura envolvía las heridas producto de la irritación del veneno, el dolor empezó a ceder gradualmente. Kaito, respirando profundamente, logró resistir los efectos del veneno y comenzó a recuperar el control sobre su cuerpo.

Katsuryoku, con un gesto de aprobación, habló con su voz enigmática: -Has superado la prueba, marionetista. Tu resistencia frente al veneno y tu habilidad para recurrir a técnicas oscuras son impresionantes. Parece que eres digno de explorar las sombras junto a mí.-

Kaito, aún recuperándose, asintió con gratitud. -Estoy listo para enfrentar cualquier desafío en nuestra búsqueda de conocimientos prohibidos. Juntos, exploraremos los rincones más oscuros del mundo shinobi.-

La alianza entre Kaito y Katsuryoku se consolidó, marcada por la superación de la prueba oscura y la determinación del marionetista para enfrentar las sombras.

 Unidos en su búsqueda conjunta, marcaron el comienzo de una colaboración siniestra que desvelaría secretos ocultos en el oscuro mundo shinobi.
La aceptación de Kaito en la prueba de conocimientos aseguró la colaboración entre él y Katsuryoku, marcando el comienzo de una alianza que desafiaría los límites de la realidad en la Isla Oeste. La inteligencia maliciosa de la salamandra ajolote se convirtió en la guía de Kaito en su búsqueda de conocimientos prohibidos y poder en el mundo shinobi.

La salamandra, con una risa sutil, aceptó la propuesta con un acertijo: -En el ocaso de la realidad, bailaremos entre las sombras sí es que tienes un conocimiento que valga mi atención. Tu búsqueda y la mía se entrelazarán en este juego de oscuridad. Colaboraremos, pero recuerda, las alianzas en la penumbra son tan volubles como las sombras mismas.-

La salamandra, con su inteligencia maliciosa, parecía conocer cada secreto de las sombras, y sus palabras enigmáticas resonaban en la Isla Oeste, donde la alianza entre marionetista y ajolote desataría un capítulo inquietante en su búsqueda de conocimientos prohibidos.
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