Última modificación: 08-01-2024, 10:35 PM por Melessar.
La luna se alza llena, grande y majestuosa, iluminando el lugar, entre las ramas se cuelan esa luz tan perfecta y suave, la música parece acompañar al momento, el ruido del agua se mezcla con la canción, una melodía tranquila, serena, como el mismo agua, pero de repente cobra fuerza, como si el mar se inquietara, un chapoteo en el agua, un pez saltando hacia fuera al mismo tiempo que vuelve al mar, el viento mueve el pelo aunque está recogido en una coleta aun así se entremezcla con mi cara, no me supone un impedimento para continuar con mi canción.
- Ha llegado el momento - me levanto mientras guardo aquella shakuhachi en el bolsillo interior.
Delante de mi hay un par de pergaminos, prestados de la biblioteca con permiso por supuesto, es algo que a cualquier ninja graduado en cierto momento les dejan utilizar, ya sea para buscar información como para aprender alguna técnica, en mi caso es la segunda opción, ya llevaba tiempo con esa idea en la mente y había llegado el momento de ponerlo a prueba.
Estoy sereno, el ambiente es fresco, el frío de la noche abraza mi cuerpo, desnudo de torso para arriba, aprieto el cinturón del kimono tras levantarme y me acomodo la parte inferior, el blanco de la vestimenta se entremezcla un poco con la neblina de la zona, con una sonrisa termino de recoger aquellos pergaminos y guardarlos en la mochila, alzo la cabeza hacia la luna una última vez.
Es una técnica un tanto general y vista por el mundo, eso no significa que sea fácil de ejecutar, ya no solo depende del éxito de la técnica, si no de las consecuencias que implica ello y si sale mal la "negociación" inclusive puede costarte la vida, no se juega con este tipo de seres y menos con aquellos con quien quiero forjar un vínculo, un pacto.
Pero es esencial, necesario, necesito ese poder y esa habilidad, todo para llegar a ello, los mitos y las leyendas sobre estos seres son legendarios, hasta el punto de llegar a ser real, hay que intentarlo todo, no solo por el poder, si no por todo lo que significa y necesito.
Cierro los ojos alzando la cabeza hacia arriba, tengo que estar totalmente concentrado, tranquilo, sereno, no puede salir mal, llevo semanas estudiando los pergaminos de esta técnica, de su ejecución, he investigado sobre ellas, sobre sus capacidades, por esa gran adaptación a la vida y a la supervivencia. De la palma de mi mano derecha aparece un pequeño hueso pero afilado, lo suficiente como para hacer un pequeño corte en la palma izquierda, la primera parte está echa, la mas fácil de todas, los dedos se llenan de un poco de esa sangre, noto como mi interior arde en deseo de más.
Exhalo aire, una pequeña bocanada, las manos empiezan a ejecutar los sellos tal y como he memorizado cantidad de veces, llegando a practicar haciéndolos varias veces que siento como si mis manos se movieran casi solas, pero tengo que estar centrado, esta es la segunda parte de la técnica, a partir de ahora empieza lo difícil, tengo que memorizar a ese ser, esa capacidad por la vida y la muerte.
- Kuchikose no Jutsu - grito rompiendo el gran silencio del ambiente, acompañado por el sonido del viento a la par que abro los ojos mirando al suelo donde reposan mis manos y unas marcas salen de ellas esparciéndose por el suelo.
Una explosión de humo sacude el lugar, nada grave en realidad ni abarca una gran zona, alerta permanezco mirando a una sombra que cada vez se hace mas clara conforme se esparce al humo, una sombra alargada por el suelo, a ojo mínimo un metro de larga, no muy gruesa pero si lo suficiente como para llegar a ahogarme con su abrazo, irónicamente blanca como la nieve, el mismo símbolo de la pureza y de la regeneración.
- Vaya vaya - un suave siseo sigue sus palabras - pero que polluelo tengo delante de mi
No puedo evitar esbozar una gran sonrisa, en mi interior arde una gran sensación, placer, el primer paso ha salido bien y había logrado invocar al animal que quería desde siempre que supe que existía la técnica de invocación, el ser de la vida y la muerte, de la inmortalidad, del verdadero poder, ya estaba un paso mas cerca, ahora viene quizás lo mas difícil, negociar con ellas y formalizar el pacto, eso lo dejaría todo zanjado, pero esa parte era todo un misterio, no sale nada en los libros sobre esos supuestos pactos, nadie habla de ellos como si de un secreto fuese, algo que cabe de esperar.
Sigo en alerta, no puedo permitirme que se abalance a por mi en un descuido ya que no se que es capaz de hacer o de si ese pacto consiste en luchar contra ella y aprovecha un despiste para tirarse a por mi cuello, esos colmillos que con tranquilidad muestra parecen bastantes afilados y quien sabe, seguramente sea venenosa.
- Me gussta tu olor polluelo - lentamente me levanto sin quitarle el ojo mientras le dejo que hable - hacess bien en estar alerta, me caess un poco mejor
- No soy tu polluelo - mi voz suena tajante y seria - te he invocado yo a este lugar -la miro mientras se contonea al mismo tiempo que esa bífida lengua va tanteando el ambiente - dime que tengo que hacer para el pacto ese
- Vass muy deprisa, antess tendrás que hablar con el Maesstro - veo como en esa cara de reptil se dibuja una pequeña sonrisa, clavando esos ojos en mios, rojos como la misma sangre.
- ¿Maestro? ¿A que te refieres?
La serpiente albina se alza poniéndose un poco mas alta, demostrando su poderío, intentando intimidarme, pero no se lo voy a consentir, si quería ponerme a prueba se iba a quedar sin comer esta noche.
- Veo que tieness agallas polluelo... Bien... tieness que buscar a la SSerpiente blanca de las Montañasss... SSuerte polluelo - esto último casi imperceptible.
De repente antes de que ni siquiera pueda articular palabra otra explosión de humo sacude la zona donde nos encontramos y cuando quiero darme cuenta ya no está, se ha ido, esa maldita serpiente albina se ha largado sin decirme nada mas que eso.
- La serpiente blanca de las montañas - me quedo pensativo en el lugar durante unos segundos intentando descifrar el significado.
Mis reservas de chakra estaban agotadas, tan solo ejecutar esta técnica requería un gran coste, pero la recompensa que podría llegar a ser es grandísima, me había salido todo bien, ya solo me falta descifrar las palabras de la serpiente y encontrar a ese supuesto maestro, es cierto que la parte mas difícil es el pacto, no me iba a achantar, es más, ahora me sentía con mas energías y ganas que nunca, aunque lo primero será ir a reponer fuerzas a casa y mañana me pondré con la búsqueda.
Recojo la mochila y con una gran sonrisa me dispongo hacia la villa, no muy lejos de la pequeña isla donde me encuentro, un sitio bastante privado y donde he venido varias veces tanto para entrenar como para centrarme en mis pensamientos.