[Navidad] La tierra de los sueños blancos
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Última modificación: 23-12-2023, 01:25 AM por Staff.
25 de diciembre, 15 D.K
País de la Nieve.

[Imagen: animesher.com_merry-christmas-christmas-...139474.gif]


Desde los Reinos del Sur hasta el País del Rayo, alcanzando los rincones más lejanos del gran continente, el espíritu navideño cierne su manto festivo sobre todas y cada una de las naciones.

Enclaustrado en el corazón de la Gran Cordillera del Oeste, un pequeño poblado turístico del País de la Nieve cobra vida como la escena ideal de una postal navideña. Luces centellantes decoran las cabañas y edificios cubiertos de nieve, cada esquina irradia el espíritu festivo y la calidez de la temporada. Las calles empedradas están decoradas con linternas de papel que representan símbolos shinobi, y cuelgan por doquier pequeñas estrellas ninja parpadeantes. 

Aún es de tarde pero, como es habitual durante el invierno, el sol ya se va ocultando tras las montañas matizando los colores del cielo. La plaza principal del pueblo está dominada por un imponente árbol de Navidad, decorado con esferas relucientes y guirnaldas coloridas. Los niños ríen y corren alrededor, sus risas se mezclan con las melodías alegres de villancicos interpretados por un coro local. Un poco más lejos, un pequeño lago congelado se ha convertido en la perfecta pista de patinaje. Se ha instalado allí una tienda improvisada, donde los interesados pueden rentar patines para deslizarse sobre el hielo con libertad.

Ramos de muérdago cuelgan de arcos y portales, sorprendiendo a los enamorados. El aroma de castañas asadas y canela que escapa de las tiendas y puestos de comida flota en el aire, atrayendo a los visitantes a explorar cada rincón de la aldea para descubrir y disfrutar de las delicias de la temporada. 

En la plaza, cerca del árbol, un gran letrero llama la atención de los presentes invitándoles a participar de un concurso que se celebrará más tarde, donde se pondrán a prueba la lucidez y el intelecto. Para los interesados en inscribirse, junto al cartel hay una mesa con una libreta a la que pueden acercarse y escribir sus nombres. ¿El premio para el ganador? ¡Una caja misteriosa!



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Última modificación: 24-12-2023, 03:08 AM por Akari.
Mientras el clima no era el más adecuado para pasearse por las calles, la atmósfera festiva lo era, y puede que no hubiese nadie en la ciudad libre de la intoxicante aire navideño. Viendo las sonrisas inocentes y puras de la gente pasar, a veces Akari tenía el deseo de vivir en la misma ignorancia que ellos, a veces. Eran unas vistas calidez, tal vez demasiado para un corazón tan frío. No sentaba bien el cambio de temperatura, en especial para esta fecha especifica, esta maldita fecha.

Busco el bar más cercano y se encerró allí ¿Qué tan feliz estaría si pudiese beber alcohol? Preferiría ni pensarlo, un solo sorbido la dejaría vulnerable, aunque posiblemente este fuese el lugar menos ideal para una emboscada pero ya había oído las mismas historias de descuido antes en un entorno similar y preferiría no confirmar su veracidad.

¿Qué beber entonces? Simple.

"Deme algo no alcohólico, cualquier cosa." Una mirada extrañada del bartender y casi de inmediato recibió un vaso... lleno de agua.

Sin quejas lo tomo, no se sentía como para argumentar nada en esta ocasión.

Todos se veían tan felices en su ignorancia. En su ignorancia.

Inconscientemente agarro una kunai con su mano libre acariciando el filo, con cuidado de cortarse o de sacarlo de su portakunai para asustar a quienes se sentaban no muy lejos de ella.

Por un lado se sentía liso, producto de un buen trabajo en mantenerlo limpio. Por el otro lado sentía algo parches de asperosidad, la sangre ya seca que había olvidado limpiar.

"..."

Tal vez era mejor así.

Resumen
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Última modificación: 24-12-2023, 10:46 PM por Ichimonji Hachigen.
—¡Jo, jo, jo! ¡Feliz Navidad! —retumbó la poderosa voz de Ichimonji por todo el lago, haciendo temblar el hielo bajo los pies de los niños y de los enamorados.

Ichimonji había viajado desde el País de la Tierra hasta aquel pequeño pueblo en el País de la nieve a causa de una importantísima misión que lo vería disfrazándose de Santa y escuchando los deseos de los niños del poblado. En particular, se esforzaría especialmente por cumplir el deseo de una pequeña niña del País de la Nieve. Sin embargo, aquella era una historia para otra ocasión. Lo importante es que, una vez su tan importante misión hubo concluido, Ichimonji, aun vestido con aquel traje de santa hecho a medida que su empleador de había regalado, marchó hacia el bar y se dispuso a disfrutar del espíritu navideño y a dejarse imbuir por él. Bebió durante unas horas y, una vez se sintió lo suficientemente cómodo, partió hacia el lago que, según había oído decir, se había congelad con la llegada del invierno, convirtiéndose así en la perfecta pista de patinaje. Y así Ichimonji dejó que su borracho cuerpo de mastodonte se deslizara sobre el hielo y entre las parejas de enamorados, los niños, los ancianos y las familias que, sin quererlo, dibujaban sobre el lienzo que era el lago la más perfecta de las postales navideñas, arruinada únicamente por un cincuentón borracho que, vestido de Santa, gritaba "¡Feliz Navidad!" a todo pulmón.

—E-Ese viejo no ira a partir el hielo bajo sus pies, ¿no? —preguntó preocupado uno de los jóvenes encargados de la tienda de alquiler de patines a su compañero.
—N-No hay forma, nadie puede pesar tanto... —respondió dicho compañero entre forzadas risillas.

—¡Jo, jo, jo! ¡Feliz Navidad!

Al cabo de un rato, Ichimonji sintió como la borrachera dejaba su cuerpo poco a poco y, siendo incapaz de permitirlo, se dirigió nuevamente al bar. Pero no sin antes pasar por la plaza del pueblo e inscribirse en el concurso del que tanto había oído hablar y que era anunciado por un gigantesco cartel bajo el aún más gigantesco árbol de navidad que se alzaba sobre el pueblo.

—¡Jo, jo, jo! ¡Nadie me gana a mi en lucidez e intelecto! ¡Jo, jo, jo!

Ya en la taberna, el bartender se rehusó a servirle y se excusó en el tempranamente deplorable estado del viejo, pero no tuvo más opciones que retractarse una vez Ichimonji hizo ostentación de su gran tamaño.
Allí, vio a una joven morena que se hallaba... ¡BEBIENDO VODKA COMO SI FUERA AGUA!

—¡S-Señorita, ¿cómo es posible que beba vodka a tales cantidades como si fuera simple agua!?! ¡N-Ni siquiera yo, con todos mis años de práctica, soy capaz de tal cosa...!

resumen
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Nunca había salido de mi aldea desde que llegué, hace muchos años. El clima helado del país de la nieve era algo bastante nuevo para mí.
Una festividad en donde había acompañado a otro miembro de mi clan, Yamato Onikuma, un distinguido militar para hablar sobre asuntos de interés en el país, sin embargo, yo podia estar por ahí.
En esa pequeña aldea se celebraba la navidad. Comida y adornos por doquier.

Un demonio en la navidad, sonaba como película de terror, pero yo era más que eso. Yo era un guerrero, un hombre de honor y tradición, por lo que lejos de detestar esas fechas, las veía más bien como un elemento cohesivo entre tanta guerra.

Decidí recorrer el lugar un rato, observando los adornos. Me mezclaria un poco con el ambiente, comprando y usando un gorro navideño.

Sin embargo, las carnes guisadas llamaban mi atención.
Era perfecto. Me metería al bar, en donde pronto comenzaría una competencia de beber.

Me senté en una mesa y observé a la gente ahí dentro, ordené la carta y algo de licor dulce para pasar el rato.

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Tras su buen desempeño en las últimas misiones los altos cargos de la villa habían decidido darle unos días libres, junto con un permiso especial que le otorgaba el beneplácito de cruzar las puertas de la muralla sin que nadie presentase ningún tipo de objeción.

Había decidido tomar rumbo hacia el Oeste, con la intención de alejarse del País del Fuego y de sus alrededores para gozar de unos días de paz y de tranquilidad. Tras haber pasado por el País de la Lluvia, el de los Pájaros y el de los Osos llegó a un emplazamiento perdido entre las montañas de la Gran Cordillera del Oeste, en donde se ubicaba una pequeña villa turística en donde le habían dicho que se llevaría a cabo un evento que atraería a personas de todo tipo. Era la ocasión perfecta para pasar desapercibido y conocer gente nueva, quizás incluso fuese la oportunidad perfecta para descubrir algo interesante.

El atardecer y el paisaje nevado junto con el gélido clima formaban una amalgama de ingredientes perfectos para disfrutar de la naturaleza en su expresión más brutal. En la plaza principal había demasiado alboroto, porque era el centro de atención de los viandantes, no obstante, el pequeño lago que se había congelado había logrado atraer la atención de las gentes del lugar de igual forma. Reparó en la presencia de un gran letrero que le llamó la atención bastante rápido, en donde se invitaba a los presentes a participar en una prueba de lucidez e intelecto. Nunca había tenido la ocasión de participar en algo similar, así que se acercó a una mesa en la que había una libreta para anotarse y escribió su nombre con una caligrafía envidiable.

El aroma de la comida y las especias era embriagador y llegaba a todas partes de aquel lugar. Por primera vez en aquel lugar, sus tripas protestaron con fuerza, le había entrado hambre y allí había un sinfín de puestos en donde llevase algo a la boca. Caminó sin pausa pero sin prisa, moviéndose con gracia entre la multitud y esquivando a los que iban y venían, hasta llegar a un puesto que vendía castañas.

Una ración de kuri gohan y un matcha, por favor.

Resumen
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La cacofonía ambiental del bar era indudablemente peor que él de afuera, la habladuría, risas y gritos pasarían rebotando en las paredes ganando momentum y estrellando contra los oídos de Akari. Estos no son sensibles habitualmente pero con su actual estado de humor los ruidos pinchan su cabeza.

Y luego un hombre inmenso vino, solo de su voz ya uno sabría que no tenía la mente más lucida, solo confirmando el alcohol como causa hasta que su nariz capto el olor. Prefirió ignorarlo y discretamente cambiarse de asiento—pero el viejo tenía que confundir agua con vodka y duplicar el numero de ojos que sentía encima desde que entro.

Otra vez acaricio su kunai, ojala todos los problemas se pudiesen resolver apuñalando algo, pero eso solo haría el mundo más un basurero de lo que es ya.

"Estoy ahogando mis penas, no me molestes." El sarcasmo en su voz sonaba perfectamente lucido para alguien que había bebido "vodka". No haría esfuerzos en aclarar el malentendido y finalizaría con su vaso de un trago pero cuando estuvo a punto de levantarse otro más llego deslizándose por la barra.

El bartender sonreía. "Invita la casa." Y continuo atendiendo al resto, ignorante de la mirada intensa de Akari, pero posiblemente lo pretendía.

Sin siquiera acercarlo, olió el vaso, todavía agua, así que sin prestar atención a su alrededor empezó a beber.

Resumen
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Última modificación: 27-12-2023, 06:51 PM por Ichimonji Hachigen.
—¡Jo, jo, jo! ¡Las navidades no son fechas para ahogar penas, señorita! ¡Son fechas para crear penas nuevas! ¡Jo, jo, jo! —continuó el borracho de Ichimonji antes de notar que la morena parecía juguetear con algo bajo la barra. Al viejo shinobi de la Tierra le pareció ver un portakunais. —¡Jo, jo, jo...! Bueno, regule la cantidad que bebe, señorita. No querrá terminar con una barriga como la mía y, aunque parezca que no, los años pasan, ¡jo, jo, jo!

Priorizando alejarse de aquella inestable mujer, Ichimonji retrocedió con torpeza y sin percatarse del pobre mozo que se apresuraba a través del bar balanceando una bandeja en la mano y, encima de la bandeja, una botella de alcohol y una copa vacía. En su ansiedad por alejarse de la muchacha, Ichimonji embistió con su gigantesco cuerpo a el desafortunado mozo.

—¡Aquí esta su licor! —fue lo último que alcanzó a decir el muchacho antes de que el viejo shinobi arremetiera (sin quererlo) contra él. El joven cayó al suelo e inmediatamente después se escuchó como la botella de licor que se disponía a servir se estrellaba contra el suelo para partirse en miles de pedacitos y volcar su contenido en el frío y, dicho sea de paso, mugroso piso del bar.
—¡Dios mío! ¡Que torpeza la mía! ¿Se encuentra bien, joven? —se apresuró Ichimonnji a ayudar al mozo a incorporarse. Por suerte el muchacho parecía hallarse ileso.
—S-Si, pero el licor...
—Mil perdones. Yo pagaré la botella rota y también una nueva para quién la haya pedido.
—Oh, en ese caso, la botella era para el hombre sentado en aquella mesa... —comentó el mozo señalando a un sujeto de piel roja y cuernos que brotaban de su frente.

Ichimonji hizo una pausa antes de responder.

—¿Me estás diciendo que dejaste que Satanás entrara a tu bar en Navidad? ¿Y lo primero que hizo fue pedir un licor?
—Dulce. Un licor dulce.
—¡Jo, jo, jo! ¡Gracias amigo! No es todos los días que tengo la oportunidad de beber con un demonio. Tráenos otra botella de ese licor. —festejó Ichimonji antes de sentarse en la mesa del muchacho de piel roja.

resumen
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Última modificación: 28-12-2023, 03:37 AM por Shen.
Yo estaba observando las cosas. El enorme sujeto, tambaleándose, se estrelló contra el mesero, dejando caer el licor al piso. Era esa botella de vino caliente que había pedido, por lo que solo exhalé y traté de ver más cosas.
Esa chica en la barra parecía triste y molesta a la vez, cosa que iba en contra del espiritu navideño.

Estaba considerando invitarle algo y platicar, cuando aquel enorme sujeto llegó y se sentó a mi lado, trayendo consigo una botella de vino caliente.

-Excelente, esto calentará los huesos- dije mientras hacía espacio para que se sentara ese sujeto. No iba a despreciar alcohol en navidad- ¿que te trae a la aldea de la nieve?

No atinaba a saber mucho de él con el simple aspecto, pero diría que era alguien fuerte.

Tomé dos tarros, serví el vino y lo calenté un poco más con mi chakra de fuego, emitiendo el vino un aroma a frutos, maderas y canela.

-Servido, compañero- dije sonriendo mientras bebería un sorbo del vino- ¿viene de muy lejos?

Resumen:

Veo el sujeto caerse y tirar el vino
Observo a akami
Veo al sujeto sentarse junto a mí con la botella
Lo saludo, platico y sirvo vino calentado por mi propio katon
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Nadie parecía haber reparado en una pequeña infraestructura de aquella plaza, y todos pasaban de largo sin fijarse debido al imponente árbol que atraía todas las miradas y todos los elogios de los viandantes. Pero sin embargo, una pequeña tarima circular, de algo más de metro y medio de altura, se levantaba junto a una caseta de lona negra de 3x3x3 metros en la cual, Tsuriko, el Chikamatsu protagonista de este evento aguardaba a que los murmullos navideños aumentaran y el jolgorio fuera mucho más palpable por las calles. Calentaba sus dedos de las manos sentado en una silla, con los codos clavados en una mesa y bebiendo algo de vino caliente especiado, sus ojos se movían sobre sus falanges a la par que las articulaba en una dirección y otra, quería estar pleno para el momento de la función. Saboreaba con su lengua los labios y el característico sabor del vino junto con el anís, la canela, los clavos y la cáscara de naranja que dejaban en ellos, una bebida caliente y reconfortante gentileza de uno de los agraciados puestos del mercado navideño de la plaza.

[Imagen: image-3.jpg?ex=65a8179f&is=6595a29f&hm=a...644fa2a3c&]

Con ilusión aguardaba su momento para sacar a Shiroyūjin, su fiel compañero que había creado desde su juventud, un muñeco de nieve articulado con algunos gadjets que le facilitaban interactuar también con los del exterior. Estaba deseoso por ver las caras de los niños como cada año, y esta era su primera vez en estas tierras tan frías, debía de hacerlo bien si quería seguir alegrando la navidad a todo su público, y forjarse cierta fama para que confiasen en el para condensar toda la ilusión de estos festejos.

- Venga es el momento - 

Ejecutó un par de sellos para llevar su voz a todos los que se quisieran acercar hasta la zona, desvirtuándola como hacía siempre para provocar cierta ilusión y que su obra maestra más preciada captara toda la atención que la misma merecía para el show que estaba a punto de comenzar. Posteriormente la sacó, recién revisada y puesta a punto para la ocasión, le colocó una bomba de humo tintada en blanco con una pequeña bomba de luz en el interior en su mano, otra elaboración más de su cosecha orientada a realizar una entrada digna y que atraiga todas las miradas, pues a diferencia de las que se usan con fines bélicos, tanto la bomba de humo como la de luz, las había regulado para tener una gran puesta en escena que no causara confusiones o malentendidos. Y sin más dilación, aprovechando la incisión en la cortina negra que daba a la plataforma, se aseguró con uno de sus ojos que nadie de los alrededores prestaba atención, y alzó a Shiroyūjin rapidamente hacia la tarima, accionando la bomba de humo y luz que había colocado con anterioridad, el show había comenzado.

- ¡Jojojojooooo! Señoooooraaas y señoreeees! ¡Niiiiñooooos y niiiñaaaaa! Me llamo Shiroyūjin, aunque pueden llamarme Shiro, y soy el maestro de ceremonias perfecto para hacer de esta fría noche una divertida velada con un juego al que todos estáis invitados.... -

Su aparición, asombró a los niños más cercanos que pasaban de cerca, la marioneta, que tenía la forma de un muñeco de nieve de casi 2 metros, se dirigía muy educadamente a todos los viandantes que estaba por la plaza, y poco a poco se le fueron acercando, pues tanto la bomba de humo con el destello se vería por toda la plaza.

- ¡Y bien! ¿Cuántos de vosotros sois tan perspicaces como yo? Jojojojoojo, os traigo un acertijo para la ocasión muy divertido, obviamente con un premio bajo el brazo para todo aquel que lo acierte, ¿estáis preparados? ooohh siiii, siempre soléis estar preparados.... ¡Coged papel y tinta y depositar la respuesta escrita en mi graaaaann boca!, anunciaré a los acertados una vez la cierre... ahí va el primero -

Y el muñeco empezó a girar sobre si mismo, parecía que iba a salir volando hasta que en seco se paró, sus ojos se iluminaron, sus brazos de madera se extendieron y su boca comenzó a articularse diferente mientras el acertijo se escuchaba por las cercanías.

"Con gracia visto paisajes,
adorno tejados y también las calles.
Soy sinónimo de navidad,
pero de mí no te debes de fiar,
tan pronto como me veas te debes de resguardar.
Al calor de una chimenea estarás
pero a mí a tu lado nunca me verás."

Contenido Oculto
Concurso de acertijos


El tiempo para postear de 72 horas ya ha expirado.

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Bajo el cielo nevado del Pais de las Nieves, nos sumergimos, niños y adultos, en una actividad que combinaba diversión y habilidad: el "Lanzamiento de Bolas de Nieve a los Blancos". En una zona especialmente designada, nos encontramos frente a blancos estratégicamente dispuestos, representados por encantadores muñecos de nieve y otros elementos festivos. Cada uno de nosotros, incluidos los pequeños aventureros que me acompañaban, tomó bolas de nieve especialmente preparadas, compactas y listas para ser lanzadas con precisión. La competencia fue emocionante y, con risas y gritos de alegría, nos preparamos para lanzar nuestras proyectiles blancos. La nevada pista estaba llena de risas infantiles y la excitación de los participantes que, con entusiasmo desbordante, ajustaban sus posturas para el lanzamiento.

Con risas y exclamaciones, los niños lanzaron sus bolas de nieve con destreza, participando activamente en la competencia. Los muñecos de nieve, con sus sonrisas hechas de ramitas y carbones, se convirtieron en testigos silenciosos de nuestra destreza y precisión. Cada lanzamiento, ya fuera de los adultos o de los más pequeños, era una pequeña explosión de alegría invernal. La competencia no solo desafió nuestras habilidades, sino que también creó un ambiente festivo lleno de camaradería y risas. Los niños, con sus risas contagiosas, contribuyeron a la energía festiva de la actividad, convirtiendo el juego de "Lanzamiento de Bolas de Nieve a los Blancos" en uno de los momentos más memorables de la noche.

Al llegar a la plaza, un anciano de aspecto entrañable emergió, llevando consigo un muñeco de nieve impresionante llamado Shiroyūjin. Este anciano, con su energía contagiosa y su muñeco de nieve que parecía tener vida propia, se reveló como el maestro de ceremonias de la pequeña tarima que había montado para la ocasión. La plaza, adornada con luces parpadeantes y decoraciones festivas, se llenó de risas de niños y murmullos de anticipación.

Y entonces con su voz animada, el muñeco de nieve nos propuso un acertijo que resonó en la fría noche invernal. Los niños, con sus ojos llenos de asombro, se acercaron con entusiasmo al peculiar muñeco de nieve, ansiosos por participar en el desafío. Shiroyūjin, con sus brazos de madera extendidos y su boca articulada de manera sorprendente, dio vida al acertijo de una manera que solo un muñeco de nieve mágico podría hacerlo. Las risas de los niños llenaron el aire cuando Shiro presentó el enigma invernal, mezclando misterio y diversión. Cada participante, desde los más pequeños hasta los adultos, se sumergió en la tarea de encontrar la solución mientras el anciano y su muñeco de nieve continuaban animando la velada con su entusiasmo desbordante.

La plaza se convirtió en un escenario vibrante, iluminado por las luces festivas y la risa alegre de los niños. Mientras cada uno intentaba resolver el acertijo, la atmósfera se llenó de camaradería y emoción, creando recuerdos inolvidables en esa fría noche de celebración en el Pais de las Nieves.
Pasivas
[Imagen: uaGWsi6.png]
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Killua Yotsuki, legendario Jounin de Kumogakure, criminal conocido y ahora el nuevo lider del clan Yotsuki, viajo hasta el lejano pais de la nieve para los festejos de navidad.
Como siempre en navidad, y que a esta altura ya es tradicion para Killua, el ninja estaba emborrachandose a mas no poder, tomano litros y litros de cerveza, despilfarrando sin dudar, el salario de varios meses de trabajo como si nada, a punto de quedar casi inconsciente por la embriaguez, si no fuera por su gran resistencia y su habilidad inmortal, no estaria siquiera conciente a esas alturas.

En eso, algo le llamo la atencion, tanto a el como a todo el que estuviera cerca, ya que un gigantezco muñeco de nieve parlante hizo una aparicion detras de luces y humos, como un verdadero mago en escena.
-Que? desde cuando los muñecos de nieble hablan,  hip- Dijo Killua en un lenguaje apenas entendible.

El muñeco parlate, indico un acertijo y que los participantes debian acercarsele para dejar las respuestas posibles a la boca del mismo.
Con cierta dificultad Killua escribio en un papel y llevo la respuesta a la boca del muñeco y tras varios intentos infortunados, logro meterla.
-Ahi tienes amiguin, más te vale que el premio sea alchol o sino ya veras, te vomitare encima jajaja- Decia el borracho.

Contenido Oculto

Luego el Yotsuki se acosto un rato en la fria nieve y contemplo las estrellas un rato.
-Jeje, esto es vida- Murmuro.
-Hablo-
"Pienso"
pasivas
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Yuna estaba, como siempre, en uno de sus mejores momentos, contenta, alegre, vivaz, junto a su madre y su padre paseando por las aldeas de Yukigakure - un dato importante, Yukigakure se encuentra bastante alejada de nuestro país, Kumogakure, sin embargo, un viaje al Oeste es entrañable, pues estaremos viajando cerca de nuestro país de origen - diría la joven Kunoichi a una de sus acompañantes.

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Si, la familia de Yuna era bastante acaudalada, la mandaron junto a una criada, quien se encargaba de llevar sus pertenencias y pagar por ella, llevando una cuenta precisa sobre el dinero invertido por la joven ninja. Sus padres, aunque gozaban de una buena fortuna, no olvidaban que el dinero era preciado y que su hija Yuna era algo... escandalosa, con los gastos, puesto que nunca le vio el verdadero valor al dinero mismo, sin embargo, era impresionante que para ellos resultaba más económico contratarle a una criada con altos conocimientos en matemáticas que dejarle una mesada... esa niña era bastante... mala inversionista.

si... todo podría ser bueno, es cierto, si no fuese porque sus padres cometieron un único error... a quien ellos contrataron resulto ser una persona algo... ¿malvada? tal vez confianzuda, alguien que era una experta en contabilidad, por su trabajo habitual de cobranzas en los bajos mundos... si... era Rosanna, una mujer de cabello entre blanco y negro quien acompañaba a Yuna en el festival - no me interesa un carajo pendeja, solo invítame a comer algo ¿entendiste? - diría de mala gana la mujer, mientras Yuna se rascaba la barbilla y accedía a buscar algún puesto de Takoyaki o algo por el estilo... la verdad le daba algo de curiosidad esta mujer, pero a la vez, le simpatizaba.
[Imagen: 878pvYk.gif]
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Última modificación: 30-01-2024, 08:16 PM por Ulti Ryū.
Hey Ulti... ese tipo nos esta mirando mucho - deja de mirarlo tonta, es el Escritor - pero... ¿como? ¿que es eso de "escritor"? - mira tonta, acabas de nacer en este mundo de fantasía, te crearon para hacer una historia en que yo conozco a alguien que me encontré contigo acá en yukigakure y que bla bla bla, así que, entiéndelo, eres solo una NPC del montón - ... - si, y una bastante fea - ... - ulti... ella es Hermosa... por eso la elegí - ¿te gustan las de ojos de plato? dios... que atroz... - mira, como sigas tonteando voy y compro gemelo parasito para tu cuenta, ¿entendiste? Perona es preciosa - al menos ponle un nombre original - hey, que me gusta Perona, ¿Qué significa? - pues... - que tienes la pera grande - no, realmente no se que significa en español... - pe...ro...na... pera grande, listo, sanjado.

[Imagen: __perona_and_ulti_one_piece_drawn_by_jom...e84702.png]

tsk... bueno, que importa... este post es sobre estas dos muchachas, una de pelo azul y una pelirosado, ambas provenientes de la isla de la Luna, una recién llegada al continente y la otra con tiempo en el ruedo, pero algo que era importante es que ambas eran amigas desde antaño, tanto que hasta parecían hermanas en muchos aspectos... y si... ambas rompiendo la puta cuarta pared... como sea, Ulti y Perona llegarian a Yukigakure vestidas de... espera, ¿enserio? ¿se coordinaron para vestirse de escolares? - mira escritor de mierda, es la primera imagen que encontraste en tu paginita esa de anime que tienes abierta en la primera pestaña - ya... al menos déjame actuar... para bueno... beber un té y reírse de los transeúntes

ambas estaban sentadas en una cafetería, charlando y cotilleando - hey Ulti, no me has contado que ha sido de tu vida - nada nada, solo he hecho un par de misiónes raras, ayude a unos granjeros en el sur, también conocí al amor de mi vida - uuuy, y esa muchacha se puede conocer? - nah, ni recuerdo como se llamaba, solo se que era sexy y... uff, se parece a esa flaca bonita que viene ahí caminando, la morena junto a la tetona de pelo blanco - diría Ulti, señalando a Yuna, sin siquiera entablar una conversación directa con ella y pasando de la situación. Luego de esto, Perona y Ulti siguieron conversando y poniéndose al día - al menos estaba guapa - si bastante, y tu primor? alguna nueva presa? - cariño, quiero incarte el diente a ti, pero aparte de eso, a nadie - tsssk... y eh aqui un par de solteronas sensuales sin pareja y sin donde caerse muertas - pues que se le va a hacer, si tan solo fueses hombre podriamos estar juntas - y si fueses lesbiana seria más facil, tonta - ajajja ni en sueños... o tal vez si? - ajjaja jodete tonta
[Imagen: 36b53dc0915cf75718110f9357b0680c39104cb7.gif]
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El bar rápidamente se llenaría por si no estuviese ya lo suficientemente lleno, el humor de Akari ya había mejorado ahora que se dio el tiempo de procesar las cosas, pero este ambiente festivo no iba a hacer el buen trato a su recuperada tranquilidad por lo que se retiraría, no sin antes pagar.

Pero la vida siempre tiene otros planes. "¿No es un poco temprano para irte retirando linda?"

Si fuese un cualquiera lo hubiese ignorado, pero escalofríos recorrieron su espina dorsal apenas oyó la voz venir del hombre tras la barra sirviendo cócteles, nadie más prestaría atención a lo que diría como si no estuviese hablando en realidad, otro de sus "trucos mágicos" que Akari quería descifrar.

"No pensé tu salario fuera tan pobre como para tener que trabajar a medio tiempo en un lugar como este." Regresaría a su asiento y tomaría el vaso con agua que vendría deslizándose hacía ella por la mesa.

"No, no es eso, Enma paga bien para lo que nos pone a hacer." Tenía muchas dudas respecto a como funcionaban las cosas en su trabajo pero tampoco quería incitarlo a una charla de media hora, mientras más temprano fuese al grano mejor.

"Nunca te apareces para charla casual, di rápido lo que tengas que decir." Ante esto el barman(?) río, su rostro casi deformándose pero corrigiendo la posición de los músculos faciales al instante. Afortunadamente la criatura de apariencia humana sabía sus trucos para no tener la atención de la gente encima.

"No te preocupes, no es nada interesante. Tan solo otro contrato, esta vez el viejo quiere que vayas al país de la luna." Una moneda voló de las manos del hombre hacía la señorita quien lo atrapo sin apartar la mirada de su vaso, todavía lleno por más que continuase bebiéndolo.

Prediciendo que sería otro de los encargos de su jefe que él demonio era muy vago para hacer y en cambio se los dejaba a ella, no estaba nada entusiasmada por la nueva misión. "Adivinare ¿Exterminio, captura, sabotaje, espionaje...?" Pero antes de que pudiese terminar...

"Asesinato" La sonrisa del barman(?) se había vuelto a deformar, pero nadie iba a poder verlo excepto Akari por los jodidos trucos de estas criaturas. "Tu favorito" Para nada, pero era el que mejor pagaba, bastantes veces más que el resto de encargos.

Solo tomo unos segundos de contemplación antes de dar su respuesta. "¿Para cuando?"

"Lo más pronto posible cariño." Su voz seguía dando escalofríos no importa que tan humana sonase, Akari no tomaría ni un respiro antes de levantarse y retirarse del bar para regresar a su cuarto de hotel y preparar las maletas.

[Imagen: ?u=https%3A%2F%2Ftse2.mm.bing.net%2Fth%3...ipo=images]
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Yukigakure poco a poco iba cerrando su particular temporada invernal pese a la persistente nieve que solía cubrirla, una temporada marcada por centenas de visitantes de todas las partes del mundo que buscan encontrar el particular manto blanco que la colmaba, y es que, en pleno espíritu navideño, la festividad era reconocida por todos y en todos los rincones de las villas.

Por eso, turistas, mercaderes y en este caso titiriteros acudían a la capital de la nieve para sus propios intereses, en particular, nuestro maestro de marionetas sentía regocijo por su servicio mostrado durante todas las semanas que duró su estancia, y había visto brillar ojos, dibujar sonrisas y repartir alegría, ¿Qué era si no la navidad? Por ello, su trabajo en aquel lugar había sido tan especial como beneficioso, y apuntaba nuevas metas en diversos destinos para volver a sorprender a todo aquel que quisiera participar en su número de acertijos junto con sus marionetas.

Por otra parte, los puestos de la calle los cuales eran eventuales, recogían sus pertenencias y las cargaban en los carromatos que previamente los habían transportado hasta Yukigakure, tanto materiales y bisutería, como juguetes o alimentos de la época eran devueltos a sus paquetes para que conocieran nuevos lugares, pues era ya algo normal en la vida de los vendedores ambulantes.

En la villa se empezaba a respirar de nuevo una brisa melancólica de vuelta a la rutina, algo común de todos los años, y esta perdía un tercio de su población. Los hoteles, hostales y hospederías vaciaban sus habitaciones tras haber hecho su agosto, y las tascas recogían parte de su moviliario extra para abastecer a una clientela que crecía x3 en tales fechas. Yukigakure había vuelto a la normalidad

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