Desde las primeras horas, la lluvia no cesaba de caer con gran intensidad, acompañada de ráfagas de viento que azotaban la aldea. Kai, a pesar de haber tenido un día agotador, no pudo conciliar el sueño durante toda la noche. Las ansias de enfrentar nuevos desafíos como Genin lo mantenían inquieto. Por ello, temprano abandono su cama, desayuno con prisa y se encamino hacia la oficina del Mizukage, donde aguardaba con expectación la asignación de su primera misión.
Camino durante varios minutos por las húmedas y enlodadas calles de la aldea, enfrentando la persistente lluvia, hasta alcanzar su destino. La oficina del Mizukage se erigía como un imponente edificio, probablemente el mas moderno de la aldea. Al menos, asi lo creía el joven ninja. Había visitado ese lugar cuando aun era un estudiante de la academia y desde entonces quedo impresionado por su imponencia.
Al llegar a la entrada, noto un cartel colocado en la puerta principal que indicaba que la oficina estaba cerrada y que se aceptaría el ingreso del publico en unos minutos mas. Al parecer, su entusiasmo lo llevo a apresurarse y no se percato de que el edificio tenia horarios de funcionamiento establecidos. El joven aguardo pacientemente, con la expectativa de que pronto le permitirían ingresar y recibir su primera misión como Genin.
Un hombre encargado de la seguridad se encargo de abrir la puerta principal del edificio, anunciando que ya estaba disponible la atención a publico. Sin perder tiempo, Kai se dirigió hacia el lado derecho de la entrada, donde le indicaron que se encontraban las misiones disponibles. Encontró un mural gigante en el que estaban pegadas las misiones con sus respectivas descripciones, destacándose las de bajo rango, accesibles para cualquier ninja que quisiera emprenderlas.
A pesar, de tener una amplia variedad de misiones, ninguna lograba convencer a Kai. Todas parecían abordar tareas de menor importancia y relevancia. Él esperaba que su primera misión fuera recordada como el día en que derrotaría a una banda criminal. Sin embargo, entendía que debía conformarse con lo que le correspondía.
Después de observar detenidamente y considerar el desarrollo de cada misión, tomó un pergamino que, a su parecer, era el menos aburrido. Este describía la solicitud de una anciana dueña de un restaurante pidiendo ayuda para realizar las compras necesarias para la preparación de sus platillos. Junto con esto, el pergamino incluía una nota que indicaba la ubicación especifica para hacer las compras y detallaba los productos que necesitaba, acompañada de un monedero que contenía el dinero necesario para realizar las compras.
Despidiéndose del encargado de seguridad, Kai abandono el edificio y se dirigió a la dirección indicada. Esperaba completar la misión lo antes posible, ya que realizar compras era una tarea bastante sencilla, después de todo, lo había hecho en mas de una ocasión. Sin embargo, recordaba las palabras de sus padres, quienes lo habían enseñado que toda misión tiene su dificultad, sin importar lo fácil que pueda ser a simple vista. Con esta perspectiva, se dispuso a enfrentar la tarea con determinación y la seriedad que merecía.
Camino durante varios minutos por las húmedas y enlodadas calles de la aldea, enfrentando la persistente lluvia, hasta alcanzar su destino. La oficina del Mizukage se erigía como un imponente edificio, probablemente el mas moderno de la aldea. Al menos, asi lo creía el joven ninja. Había visitado ese lugar cuando aun era un estudiante de la academia y desde entonces quedo impresionado por su imponencia.
Al llegar a la entrada, noto un cartel colocado en la puerta principal que indicaba que la oficina estaba cerrada y que se aceptaría el ingreso del publico en unos minutos mas. Al parecer, su entusiasmo lo llevo a apresurarse y no se percato de que el edificio tenia horarios de funcionamiento establecidos. El joven aguardo pacientemente, con la expectativa de que pronto le permitirían ingresar y recibir su primera misión como Genin.
Un hombre encargado de la seguridad se encargo de abrir la puerta principal del edificio, anunciando que ya estaba disponible la atención a publico. Sin perder tiempo, Kai se dirigió hacia el lado derecho de la entrada, donde le indicaron que se encontraban las misiones disponibles. Encontró un mural gigante en el que estaban pegadas las misiones con sus respectivas descripciones, destacándose las de bajo rango, accesibles para cualquier ninja que quisiera emprenderlas.
A pesar, de tener una amplia variedad de misiones, ninguna lograba convencer a Kai. Todas parecían abordar tareas de menor importancia y relevancia. Él esperaba que su primera misión fuera recordada como el día en que derrotaría a una banda criminal. Sin embargo, entendía que debía conformarse con lo que le correspondía.
Después de observar detenidamente y considerar el desarrollo de cada misión, tomó un pergamino que, a su parecer, era el menos aburrido. Este describía la solicitud de una anciana dueña de un restaurante pidiendo ayuda para realizar las compras necesarias para la preparación de sus platillos. Junto con esto, el pergamino incluía una nota que indicaba la ubicación especifica para hacer las compras y detallaba los productos que necesitaba, acompañada de un monedero que contenía el dinero necesario para realizar las compras.
Despidiéndose del encargado de seguridad, Kai abandono el edificio y se dirigió a la dirección indicada. Esperaba completar la misión lo antes posible, ya que realizar compras era una tarea bastante sencilla, después de todo, lo había hecho en mas de una ocasión. Sin embargo, recordaba las palabras de sus padres, quienes lo habían enseñado que toda misión tiene su dificultad, sin importar lo fácil que pueda ser a simple vista. Con esta perspectiva, se dispuso a enfrentar la tarea con determinación y la seriedad que merecía.