En busqueda de enseñanza [Akami]
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Konohagakure, la aldea oculta entre las hojas, es conocida por su rica tradición de entrenamiento ninja. A lo largo de los años, ha producido algunos de los shinobis más talentosos y poderosos del mundo. Para aquellos nativos del país del fuego que buscan mejorar sus habilidades, encontrar un maestro en Konoha es un paso fundamental en su camino hacia la excelencia. 

Desde el momento en que se adentra en Konohagakure, uno puede sentir la presencia del espíritu ninja que impregna la aldea. Las calles bulliciosas están llenas de shinobis jóvenes y experimentados que van y vienen, cumpliendo misiones, entrenando en campos de práctica o simplemente disfrutando de un merecido descanso.

Para Kaito, un vagabundo errante en busca de conocimiento y guía, Konoha representa una oportunidad única. Observa desde las sombras mientras los ninjas más jóvenes entrenan en la Academia Ninja, perfeccionando sus habilidades en taijutsu, ninjutsu y genjutsu. Aunque Kaito ha desarrollado su propio estilo de combate y habilidades a lo largo de sus viajes, la idea de encontrar un maestro que lo guíe y le revele nuevos horizontes se ha vuelto cada vez más tentadora.

Avergonzado, oculto entre las arboledas cercanas el chikamatsu ha hecho lo posiblé por observar todo lo que le es posible en la academia y centros de entrenamiento cercanos dentro de la gran konoha, a medida que observa el entrenamiento de los estudiantes en la Academia Ninja, una duda persiste en su mente. ¿Debería afiliarse a una aldea y buscar a alguien que lo oriente en su camino ninja? Las voces de los instructores de la Academia llenan el aire mientras enseñan a sus jóvenes discípulos, y Kaito se pregunta si podría encontrar un maestro dispuesto a aceptarlo como aprendiz, a pesar de su pasado incierto y su tendencia a la soledad. La decisión no es fácil, pero la promesa de nuevos conocimientos y una dirección clara en su vida ninja lo lleva a contemplar seriamente la posibilidad de unirse a una aldea.
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La villa de la hoja o Konoha... Una de las aldeas que si le preguntaban a la sacerdotisa esta simplemente respondería como la más bella que haya visto y Eso debería valer mucho viniendo de una viajera pues desde las tormentosas tierras del país del rayo hasta las cálidas tierras del país de las aguas termales todos esos lugares ella los había recorrido en su viaje.

 Pero su visita con hoja aparte del anterior llamado a entrenar un nuevo alumno también era para recorrer aquella aldea descansar un poco de las misiones y bueno poder relajar su mente de la situación que actualmente había pasado en las tierras de ichigan sí me refiero al sellado de salto yamamoto Aunque ese incidente fue hace ya unos cuantos meses atrás.

 Aún aquella horrible escena estaba grabada en sus retinas por lo que decidió que esta aldea sería perfecta para despejar la mente y bueno nunca se había dado el lujo de recorrerla por completo aún recuerda algunas de las cosas que pasaron en esta aldea cuando conoció a Bishamon y Navidad su encuentro con aquel yamanaka Y si le preguntan a ella su recuerdo más preciado en esta aldea el día Que conoció a su alumno a Kin Uchiha.

 Pero en serio era suficiente con eso ella se lo preguntaba constantemente tener un alumno estaba bien era interesante una experiencia bastante intrigante para ella pero quería saber hasta dónde podían llegar sus enseñanzas quién ya estaba cerca del tope de todo lo que ella podía enseñarle por lo que buscar un nuevo alumno era su nueva meta no para reemplazar a Kin sino para tener a alguien a quien seguirle enseñando.

 Y Por ende su objetivo el día de hoy fue la academia shinobi A qué lugar donde bien sabido los jóvenes shinobis y kunoichis de la aldea pasaban sus días entrenando y aprendiendo lo básico sobre el ninjutsu genjutsu y taijutsu con la única finalidad de convertirse en ninjas legendarios de la historia y Este era el lugar perfecto para encontrar un estudiante.
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Pasivas
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Última modificación: 27-10-2023, 01:18 AM por Kaito.
Kaito permaneció oculto en las sombras de los árboles, como un espectador silencioso que observaba el entrenamiento en la Academia Ninja. No era la primera vez que lo hacía, ya que se había convertido en un ritual diario durante su estadía en Konoha. Las actividades en la Academia eran tan rutinarias como fascinantes para él.

Las jóvenes promesas ninja de Konoha se movían con determinación en el campo de entrenamiento, dedicados a perfeccionar sus habilidades. Los instructores, con miradas serias y gestos decididos, enseñaban las técnicas básicas de taijutsu, ninjutsu y genjutsu. Era un escenario de aprendizaje y disciplina que desencadenaba en Kaito una mezcla de nostalgia y anhelo. Recordaba su propio proceso de formación, los desafíos y descubrimientos que había experimentado en su viaje.

Sin embargo, había llegado a un punto en su vida ninja en el que sentía que le faltaba algo. A pesar de su pericia y habilidades, ansiaba la guía de un maestro, alguien que lo ayudara a sobrepasar sus límites actuales y le mostrara un camino más claro en el mundo ninja. La Academia de Konoha brillaba como un faro de conocimiento y experiencia, y Kaito sabía que tenía una oportunidad única frente a él.

La pregunta que rondaba su mente, ¿Debería afiliarse a una aldea y buscar a alguien que lo orientara?, lo atormentaba a medida que se acercaba al edificio de la Academia. La decisión no sería sencilla, pero la promesa de un maestro que lo guiaría y le proporcionaría una dirección más clara en su camino ninja llenaba el aire de Konohagakure con una tentadora y palpable posibilidad.

Después de horas de observación desde las sombras, Kaito finalmente decidió acercarse a la Academia Ninja de Konoha. Mientras se dirigía hacia el edificio, los estudiantes, maestros y personal administrativo iban y venían, ocupados con sus actividades diarias. Kaito, con sigilo y cautela, trató de mezclarse con la multitud de jóvenes shinobis de la aldea.

La atmósfera de la Academia Ninja era vibrante y llena de energía. Kaito se acercó con cautela a un grupo de estudiantes que estaban practicando una serie de sellos de mano bajo la supervisión de un instructor. Había un sentido de determinación y concentración en el aire, y Kaito esperaba encontrar a alguien que pudiera darle información, no estaba muy seguro de como aproximarse o sobre que preguntar, así que decidió aprovechar estos momentos de valor para despejar una duda que tenia desde que conoció al hombre más fuerte con quien se habia enfrentado en aquel coliseo lejano. "Aquí tienen todo un sistema para hacer ninjas fuertes, estoy seguro que Kin también pasó por aquí y tal como los chicos seguramente un maestro aun más fuerte que él le enseñó" Pensó el chikamatsu sobre Kin. Así que decidido decidió investigar sobre aquel muchacho y sobre como es que habría sobresalido tanto.


Kaito se acercó con cautela al grupo de estudiantes que practicaban sellos de mano y se inclinó hacia uno de los estudiantes más jóvenes, un chico de cabello oscuro que estaba luchando por perfeccionar sus sellos de mano. Con una sonrisa amable, Kaito se acercó. -Disculpa chico, sabes de alguien llamado ¿Kin?... no recuerdo el apellido, es uno con ojos de este color-. Finalizó Kaito señalando su propio ojo de color rojo intenso
El estudiante parecía sorprendido por la pregunta y, en lugar de responder directamente, lanzó una mirada cautelosa a Kaito.

-Kin... ojojs rojos, quiza sea un Uchiha- murmuró el estudiante, evidentemente indeciso sobre qué decir. Después de un incómodo silencio, finalmente habló más. -No estoy seguro de quién es ese. Tal vez deberías preguntar a alguien más.-

Kaito se sintió frustrado, pero mantuvo la calma y agradeció al estudiante antes de alejarse. Siguió buscando a alguien que pudiera darle información sobre Kin y su maestro.

Finalmente, se acercó a la instructora Hanako, quien estaba supervisando una práctica de taijutsu en otro rincón de la academia. Con respeto, Kaito se presentó y explicó su interés en encontrar a Kin y conocer a su maestro. Sin embargo, en lugar de proporcionar información, Hanako frunció el ceño y lo miró con hostilidad.

-¿Y quién eres tú para preguntar por nuestros estudiantes?- preguntó con un tono frío. -No damos información sobre nuestros shinobis a extraños. Te sugiero que te vayas de aquí antes de que te causes problemas.-

Kaito sintió la hostilidad de Hanako y, aunque se sentía desalentado, no quería causar problemas en la academia. Con una inclinación de cabeza, se retiró, abandonando la academia con una sensación de rechazo. Su búsqueda de información sobre Kin y su maestro había sido infructuosa, y se sentía perdido en un lugar donde la información era celosamente guardada, ahora no solo había sido rechazado si no que un par de shinobis le acomapañaron de cerca hasta la puerta de la academia.

Estadísticas de Kaito Chikamatsu
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Nuevo día en la hermosa villa de la Hoja, una de las aldeas favoritas de nuestra viajera, una aldea pacifica, hermosa y armoniosa- Quizás si me hubiera criado aquí... todo hubiera sido diferente- era un pensamiento bastante presente en su mente desde hacia un tiempo, pues... ella sabia que esta aldea era muy alegre, quizás solo quizás... si hubiera nacido aquí no hubiera tenido un pasado tan triste como el que tuvo, pero el día de hoy venia por una razón diferente a la del turismo- Creo... que es momento de buscar a quien entrenar... Kin ya esta muy avanzado... en cualquier momento dejara de ser mi alumno- murmuro mientras caminaba.

 Su vestimenta consistía... bueno en una túnica con capucha que cubría todo su cuerpo de manera completa, siendo totalmente imposible saber si era hombre o mujer, dicha capucha era de color grisáceo con detalles amarillos semidorados que simulaban ser soles, clara referencia a su iglesia, unos guantes que cubrían sus manos, siendo estos del miso color y tela que la capucha. 


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Debajo de su túnica, un kimono corto con un short como de tela ajustada, de color negro el short y el kimono de color blanco y con detalles anaranjados y estampados de hojas otoñales, y con mangas largas pero sin estar conectadas directamente al kimono. La ropa debajo de la túnica resaltaba bastante la figura femenina de Akami, aunque no se notaba debido a la túnica.


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 Y en su búsqueda de un nuevo alumno termino con la academia shinobi de konoha como primera parada, aunque... allí no encontró nada realmente interesante... Nadie que despertara su interés para ser su maestra... aunque sin darse cuenta logro encontrar a cierta persona que despertó ligeramente su interes... Un joven de pelo azul y ojos rojos... Su apariencia no era de por estos lares, un nómada quizás o un viajero al igual que ella. Algo en aquel joven le llamaba la atención- Creo que lo seguiré un rato- murmuraría antes de hacer una tanda de sellos de mano. 
 
 Tras aquellos sellos de mano una corriente de aire rodeo su cuerpo y poco a poco fue mimetizándose con el aire pasando a ser prácticamente invisible para casi todos menos para aquellos con mayor rango que ella o quienes tuvieran habilidades sensoriales- Bien... supongo que lo seguiré- una pequeña sonrisa se dibujaría en su rostro antes de empezar a seguir a aquel joven sin que el mismo se percatara, pasos silenciosos y movimientos delicados eran la clave para el sigilo que la kunoishi estaba demostrando- Este joven... me resulta algo intrigante... ¿que buscara?- se pregunto a si misma antes de escuchar al peliazul preguntar por quienes ella menos esperaba- Disculpa chico, sabes de alguien llamado ¿Kin?... no recuerdo el apellido, es uno con ojos de este color- si, habia preguntado por aquel Uchiha que estaba bajo su tutela... Por Kin... y también por su ''maestro''- ¿Así que busca a Kin?... acabas de despertar aun mas mi interés chico...- penso mientras le seguía.

Y una pequeña risilla se le escapo cuando pudo ver como aquella persona trato asi al joven... Kaito sintió la hostilidad de Hanako y, aunque se sentía desalentado, no quería causar problemas en la academia. Con una inclinación de cabeza, se retiró, abandonando la academia con una sensación de rechazo. Pero no sin antes que aquella persona recibiera su merecido ''tropezando'' cuando intento caminar... aquel tropiezo fue causado por la sacerdotisa... - No deberías tratar asi a los demás- murmuraría antes de retirarse y seguir al contrario por un rato- ¿Cuándo se dará cuenta de que lo estoy siguiendo?- preguntaría para sus adentros antes de que se le ocurriera una idea...- Le jugare una pequeña broma...- pensó mientras se acercaba al contrario para tomarle con fuerza del hombro mientras caminaba- Lo sorprenderé... si se da cuenta quizás lo tome como alumno- luego te tocarle el hombro se separaría rápidamente de aquel joven.

- Oe chico... dime... ¿Qué buscas?- a percepción del contrario no habia nadie a los alrededores, pero alli estaba, Akami a pocos pasos de el...

Tobidasu
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Kaito, inmerso en sus pensamientos y desilusionado por la falta de información en la Academia, sintió un contacto inesperado en su hombro. La sensación repentina hizo que se girara, alerta y cauteloso, buscando la fuente de ese toque inesperado.

Sus ojos rojos intensos barrieron el entorno, sin poder encontrar a la enigmática figura encapuchada que había notado durante su visita a Konoha. La mujer, con una sonrisa intrigante, se había apartado rápidamente después de tocar su hombro, dejando a Kaito desconcertado por la repentina interacción.

El maestro de las marionetas se quedó en silencio por un momento, su mirada fija en el espaicio justo detrás de él, sus ojos atravesaban la figura encapuchada com si pudiera verla. Escuchó la pregunta de Akami resonar en el aire: "Oye, chico, dime... ¿Qué buscas?"

La voz de Akami era intrigante, y Kaito, aunque sorprendido, decidió abordar la pregunta con honestidad. Sus ojos rojos se desviaron en el aire tratando de vislumbrar cualquier figura, sin éxito optó por prepararse, y compartió su búsqueda de un sujeto en especifico y su maestro, pero sin revelar detalles. -Sabes, yo también conozco esa técnica y sí no puedo percibirte significa que eres superior a mí, así que no veo mucho sentido en tratar de engañarte, estoy buscando a un sujeto, un amigo, y la razón por la cual se convirtió en alguien tan formidable-. 

La sensación del toque en su hombro aún reverberaba en la mente de Kaito, mientras caminaba en silencio hacia donde escuchó la voz. El ambiente estaba cargado de misterio, y Kaito se sentía atraído por la presencia intrigante Aunque había sido sorprendido por el contacto inicial, la curiosidad y el deseo de obtener respuestas impulsaban al maestro de las marionetas a seguir adelante. Sin titubear y tratando de ser rápido Kaito extendió sus brazos liberando de sus dedos decenas de delgados hilos brillantes con la esperanza de que funcionaran como telaraña y así poder al menos conocer la posición de la misteriosa mujer.
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