Link Mision
15 DK, Mayo
La luz del sol se filtraba entre las hojas de los árboles mientras el equipo de Azazel se reunía en la puerta de la oficina de misiones de Konoha. Esta sería su primera misión oficial como equipo, y todos estaban ansiosos por demostrar sus habilidades y trabajar juntos de manera efectiva. Azazel, con su Sharingan latente, examinaba la carpeta de la misión que sostenía en su mano, repasando los detalles. Kuma, su sensei, se unió a ellos, y su rostro habitualmente serio mostraba una expresión de determinación. --Chicos, esta es una misión importante. Un civil está atrapado en una zona peligrosa del bosque, y depende de nosotros rescatarlo. Recuerden lo que hemos aprendido hasta ahora y, sobre todo, confíen en sus compañeros--. Las gemelas, cuyos nombres eran Sakura y Hana, asintieron con determinación. Estaban listas para demostrar su valía como shinobi de Konoha. Azazel, conocido por su tranquilidad, compartió una mirada de confianza con sus compañeras y luego volvió su atención a Kuma. --Sensei, ¿cuáles son los detalles exactos de la situación en la que se encuentra el civil--"
Kuma explicó: --El civil, un hombre llamado Taro, se encuentra atrapado en una cueva en las profundidades del bosque. La cueva se ha derrumbado, y Taro está herido. Nuestra misión es llegar allí, rescatarlo y llevarlo de vuelta a Konoha lo más rápido posible--.
Los tres jóvenes shinobi asintieron con seriedad, conscientes de que no había tiempo que perder. Kuma continuó: --Sakura, Hana, ustedes son buenas en el uso de técnicas médicas básicas. Su prioridad será atender las heridas de Taro. Azazel, con tu Sharingan, serás nuestro ojo en la oscuridad de la cueva. Busca cualquier peligro potencial y guía al equipo de manera segura--. El equipo se adentró en el bosque, siguiendo las indicaciones de Kuma y confiando en las habilidades únicas de cada uno. Azazel activó su Sharingan para mejorar su visión en la penumbra del bosque, y las gemelas prepararon sus suministros médicos mientras avanzaban.
A medida que se acercaban a la cueva, el ambiente se volvía más sombrío y tenso. Azazel podía sentir la presión de la responsabilidad sobre sus hombros, pero sabía que podía contar con sus compañeras y su sensei. Finalmente, llegaron a la entrada de la cueva colapsada. Con cautela, se adentraron en la oscuridad, y Azazel usó su Sharingan para buscar cualquier peligro oculto. La luz tenue de las linternas iluminaba las caras decididas de los tres shinobi mientras avanzaban por el laberinto subterráneo.
El equipo de Azazel Uchiha, compuesto por las gemelas Sakura y Hana, avanzó con cautela hacia la entrada de la cueva colapsada. La luz del día se desvanecía rápidamente, sumiendo el interior de la caverna en una oscuridad densa. El resplandor del Sharingan de Azazel, que emitía un tenue brillo carmesí, se convirtió en la única fuente de luz mientras penetraban más profundamente en la cueva. A medida que se adentraban en la oscuridad, el ambiente se volvía más opresivo. El eco de sus pasos resonaba en las paredes rocosas, creando una sensación de claustrofobia. El silencio era absoluto, excepto por el sonido lejano de goteo de agua. Kuma Sarutobi, el jounin a cargo del equipo, se detuvo brevemente y examinó el terreno con una mirada concentrada. Luego, dirigió su atención al grupo.
-- Mantengan sus sentidos alerta --advirtió en voz baja--. No sabemos qué nos espera dentro de esta cueva. Azazel, mantén tu Sharingan activado y busca cualquier señal de peligro.
Azazel asintió y aumentó la intensidad de su Sharingan, explorando las sombras en busca de amenazas potenciales. Las gemelas también estaban tensas, pero su determinación no menguó. Con cada paso, la cueva se volvía más angosta y complicada. Pronto, se encontraron con una bifurcación en el camino, y debieron tomar una decisión. Kuma miró a Azazel, confiando en su capacidad de visión mejorada.
-- Azazel, ¿ves algo que indique el camino correcto? --preguntó.
El joven Uchiha escudriñó ambas direcciones y notó una tenue corriente de aire que fluía desde el túnel de la derecha. Era una señal sutil pero suficiente para tomar una decisión.
-- El túnel de la derecha parece tener un flujo de aire, podría llevarnos a alguna salida --informó.
Siguiendo la elección de Azazel, avanzaron por el túnel derecho. No obstante, pronto enfrentaron su primer obstáculo real. El camino se estrechó aún más y se encontraron con un conjunto de rocas que bloqueaban su camino. Era obvio que alguien tendría que mover esas rocas, y la fuerza bruta sería insuficiente.
-- ¿Alguna idea? --preguntó Kuma, mirando al equipo.
Sakura observó las rocas con preocupación. Sin embargo, Hana, su hermana, se acercó a las rocas y comenzó a examinarlas de cerca.
-- Creo que podemos moverlas si trabajamos juntos --dijo Hana.
El equipo asintió, y juntos empezaron a despejar las rocas una por una. La determinación y la colaboración que habían desarrollado durante su entrenamiento se hicieron evidentes mientras enfrentaban este primer obstáculo juntos. Después de un arduo trabajo, finalmente lograron abrir un pasaje lo suficientemente amplio como para continuar. Avanzaron con cuidado, con Azazel liderando el camino gracias a su Sharingan. Después de unos minutos de búsqueda dentro de la cueva, los sonidos de sollozos comenzaron a llegar desde lo profundo. Kuma, el sensei del equipo, rápidamente ordenó una pausa y se concentró para identificar la fuente de los lamentos.
-- Bien, parece que hemos encontrado a nuestro objetivo. Procedan con cautela --dijo Kuma, su voz tranquila pero llena de autoridad.
El equipo avanzó con precaución, siguiendo el sonido cada vez más cercano de los sollozos. Finalmente, llegaron a un hueco en el suelo donde el hombre atrapado se encontraba.
-- ¡Ayuda, por favor! --exclamó el hombre, lágrimas en los ojos mientras imploraba auxilio.
Sin perder un segundo, los ninjas trabajaron en conjunto para rescatarlo. Las gemelas, hábiles en las técnicas de primeros auxilios, comenzaron a tratar sus heridas con profesionalismo. Mientras tanto, Azazel permanecía vigilante, alerta a cualquier posible amenaza en los alrededores.
Una vez que el hombre herido recibió los cuidados necesarios, el equipo lo sacó con cuidado de la cueva. Estaba a salvo, y la misión estaba en camino de ser un éxito. Juntos, comenzaron el camino de regreso a Konoha, con el alivio de saber que cumplirían su tarea entregando a Taro sano y salvo en la aldea.
Kuma explicó: --El civil, un hombre llamado Taro, se encuentra atrapado en una cueva en las profundidades del bosque. La cueva se ha derrumbado, y Taro está herido. Nuestra misión es llegar allí, rescatarlo y llevarlo de vuelta a Konoha lo más rápido posible--.
Los tres jóvenes shinobi asintieron con seriedad, conscientes de que no había tiempo que perder. Kuma continuó: --Sakura, Hana, ustedes son buenas en el uso de técnicas médicas básicas. Su prioridad será atender las heridas de Taro. Azazel, con tu Sharingan, serás nuestro ojo en la oscuridad de la cueva. Busca cualquier peligro potencial y guía al equipo de manera segura--. El equipo se adentró en el bosque, siguiendo las indicaciones de Kuma y confiando en las habilidades únicas de cada uno. Azazel activó su Sharingan para mejorar su visión en la penumbra del bosque, y las gemelas prepararon sus suministros médicos mientras avanzaban.
A medida que se acercaban a la cueva, el ambiente se volvía más sombrío y tenso. Azazel podía sentir la presión de la responsabilidad sobre sus hombros, pero sabía que podía contar con sus compañeras y su sensei. Finalmente, llegaron a la entrada de la cueva colapsada. Con cautela, se adentraron en la oscuridad, y Azazel usó su Sharingan para buscar cualquier peligro oculto. La luz tenue de las linternas iluminaba las caras decididas de los tres shinobi mientras avanzaban por el laberinto subterráneo.
El equipo de Azazel Uchiha, compuesto por las gemelas Sakura y Hana, avanzó con cautela hacia la entrada de la cueva colapsada. La luz del día se desvanecía rápidamente, sumiendo el interior de la caverna en una oscuridad densa. El resplandor del Sharingan de Azazel, que emitía un tenue brillo carmesí, se convirtió en la única fuente de luz mientras penetraban más profundamente en la cueva. A medida que se adentraban en la oscuridad, el ambiente se volvía más opresivo. El eco de sus pasos resonaba en las paredes rocosas, creando una sensación de claustrofobia. El silencio era absoluto, excepto por el sonido lejano de goteo de agua. Kuma Sarutobi, el jounin a cargo del equipo, se detuvo brevemente y examinó el terreno con una mirada concentrada. Luego, dirigió su atención al grupo.
-- Mantengan sus sentidos alerta --advirtió en voz baja--. No sabemos qué nos espera dentro de esta cueva. Azazel, mantén tu Sharingan activado y busca cualquier señal de peligro.
Azazel asintió y aumentó la intensidad de su Sharingan, explorando las sombras en busca de amenazas potenciales. Las gemelas también estaban tensas, pero su determinación no menguó. Con cada paso, la cueva se volvía más angosta y complicada. Pronto, se encontraron con una bifurcación en el camino, y debieron tomar una decisión. Kuma miró a Azazel, confiando en su capacidad de visión mejorada.
-- Azazel, ¿ves algo que indique el camino correcto? --preguntó.
El joven Uchiha escudriñó ambas direcciones y notó una tenue corriente de aire que fluía desde el túnel de la derecha. Era una señal sutil pero suficiente para tomar una decisión.
-- El túnel de la derecha parece tener un flujo de aire, podría llevarnos a alguna salida --informó.
Siguiendo la elección de Azazel, avanzaron por el túnel derecho. No obstante, pronto enfrentaron su primer obstáculo real. El camino se estrechó aún más y se encontraron con un conjunto de rocas que bloqueaban su camino. Era obvio que alguien tendría que mover esas rocas, y la fuerza bruta sería insuficiente.
-- ¿Alguna idea? --preguntó Kuma, mirando al equipo.
Sakura observó las rocas con preocupación. Sin embargo, Hana, su hermana, se acercó a las rocas y comenzó a examinarlas de cerca.
-- Creo que podemos moverlas si trabajamos juntos --dijo Hana.
El equipo asintió, y juntos empezaron a despejar las rocas una por una. La determinación y la colaboración que habían desarrollado durante su entrenamiento se hicieron evidentes mientras enfrentaban este primer obstáculo juntos. Después de un arduo trabajo, finalmente lograron abrir un pasaje lo suficientemente amplio como para continuar. Avanzaron con cuidado, con Azazel liderando el camino gracias a su Sharingan. Después de unos minutos de búsqueda dentro de la cueva, los sonidos de sollozos comenzaron a llegar desde lo profundo. Kuma, el sensei del equipo, rápidamente ordenó una pausa y se concentró para identificar la fuente de los lamentos.
-- Bien, parece que hemos encontrado a nuestro objetivo. Procedan con cautela --dijo Kuma, su voz tranquila pero llena de autoridad.
El equipo avanzó con precaución, siguiendo el sonido cada vez más cercano de los sollozos. Finalmente, llegaron a un hueco en el suelo donde el hombre atrapado se encontraba.
-- ¡Ayuda, por favor! --exclamó el hombre, lágrimas en los ojos mientras imploraba auxilio.
Sin perder un segundo, los ninjas trabajaron en conjunto para rescatarlo. Las gemelas, hábiles en las técnicas de primeros auxilios, comenzaron a tratar sus heridas con profesionalismo. Mientras tanto, Azazel permanecía vigilante, alerta a cualquier posible amenaza en los alrededores.
Una vez que el hombre herido recibió los cuidados necesarios, el equipo lo sacó con cuidado de la cueva. Estaba a salvo, y la misión estaba en camino de ser un éxito. Juntos, comenzaron el camino de regreso a Konoha, con el alivio de saber que cumplirían su tarea entregando a Taro sano y salvo en la aldea.