Era verdad que no solía presentarme al coliseo seguido, sobre todo porque era más un observador, sin embargo, de vez en cuando me gustaba poner a prueba mis habilidades para no oxidarme, para saber si en una situación real podría "cazar" a mis objetivos.
Tras acercarme al libro de registros, solicité al encargado que me registrara para un combate, y luego de eso ingresé a la sala de espera de los luchadores, en donde otros luchadores esperaban su turno. Otros entraban desde la arena en camillas y los médicos ninjas estaban espectantes a acudir a rescatar a los luchadores al borde de la muerte.
Tras una espera relativamente corta, la presentadora, una chica vestida como luchadora, de buen ver, gritaría a todo pulmón.
-Muy bien todos, bienvenidos y espero estén listos para la siguiente ronda. Las apuestas se cierran ahora y prepárense para ver la pelea. En una esquina, un chico pálido medio raro que no proviene de aldea alguna... Nakai!!- gritó la presentadora, provocando bullicio en las gradas de espectadoras.
Subí en una esquina del cuadrilátero de 50 metros de cada lado, y la gente me apoyaba y abucheaba a la vez. No era alguien conocido y me veían "fragil".
Pronto, la presentadora gritaría el nombre de mi contrincante...
-En la siguiente esquina, nuestro siguiente luchador:
Diría la chica, para presentar al siguiente participante.
Tras acercarme al libro de registros, solicité al encargado que me registrara para un combate, y luego de eso ingresé a la sala de espera de los luchadores, en donde otros luchadores esperaban su turno. Otros entraban desde la arena en camillas y los médicos ninjas estaban espectantes a acudir a rescatar a los luchadores al borde de la muerte.
Tras una espera relativamente corta, la presentadora, una chica vestida como luchadora, de buen ver, gritaría a todo pulmón.
-Muy bien todos, bienvenidos y espero estén listos para la siguiente ronda. Las apuestas se cierran ahora y prepárense para ver la pelea. En una esquina, un chico pálido medio raro que no proviene de aldea alguna... Nakai!!- gritó la presentadora, provocando bullicio en las gradas de espectadoras.
Subí en una esquina del cuadrilátero de 50 metros de cada lado, y la gente me apoyaba y abucheaba a la vez. No era alguien conocido y me veían "fragil".
Pronto, la presentadora gritaría el nombre de mi contrincante...
-En la siguiente esquina, nuestro siguiente luchador:
Diría la chica, para presentar al siguiente participante.