Luego de aquella difícil misión del día anterior, las temperaturas descendían rápidamente, y un viento frío chocaba contra mi ropa sucia por el polvo de la batalla, necesitaba un lugar caliente en el que reponer energías, camine por las calles del pequeño y desolado pueblo en el que me encontraba, hasta que finalmente mis pasos me llevaron a una acogedora cantina con unas luces tenues y un murmullo animado de conversaciones, desde fuera podía sentir la calidez y el aroma de comida recién preparada me hicieron entrar al lugar.
Una vez dentro tomé asiento en una esquina desolada de aquel lugar, manteniendo mi capucha baja para ocultar mi rostro y esperando que nadie notara mi presencia, estaba agradecido por el anonimato momentáneo que la cantina me ofrecía mientras disfrutaba de mi merecido descanso, pidiendo comidas y bebidas, recobrando energías.
mientras el calor del lugar me hacía sentir acogido, comencé a abrir pergaminos y a trabajar, tenía la intención de recrear los sellos vistos el día anterior en una de las kunai de izuku, algo que sin dudas sería una labor difícil, pero valía la pena, considerando la habilidad que podían hacer estos sellos, no era nada que fuera imposible para el rubio amante del Fuinjutsu.
mientras trabajaba, el día terminaba y la noche no tardo en aparecer, ya habían pasado varias horas y el punto fundamental del pergamino estaba casi terminado, de la nada se comenzaron a escuchar gritos de personas desde el exterior, algo que no rompió mi concentración, pues estaba enfocado en terminar aquel sello lo antes posible, fue entonces que un extraño viajero paso por la puerta.
Este visiblemente alcoholizado entro gritando y chocando con todo aquel que se le cruzase, buscando pelear con todos en el bar, con una sensación de confianza destacable, diciendo que era de la banda Zudenky, era obvio que era el quien causaba todo el alboroto en el exterior, sin embargo, hasta este momento aun pensaba que podría aparecer alguien mas que se encargara de la situación, - «Solo unas líneas más por aca y termino».
De un momento a otro, las cosas se salieron de control, aquel peculiar personaje saco un arma y estaba preparado para apuñalar a otro sujeto dentro del local, todos estaban nerviosos, el cantinero no tenia idea de como expulsarlo, para que esto no pasara a mayores, el sujeto confiado comenzó a acercar la kunai al cuello de aquel sujeto, -“Por fin está listo”, dije dando un salto de mi silla muy alegre, al instante tome una botella de licor de la mesa del lado y la lance contra la cabeza de aquel sujeto, rompiéndola completamente en su rostro y noqueándolo al instante –“lo siento no pensé que se rompería”.
A pesar de que la calma volvía nuevamente a la cantina, a lo lejos aún se podía escuchar el revuelo de que algo estaba ocurriendo en el pequeño pueblo, al salir por la puerta para ver que estaba pasando logre ver una serie de carretas moviéndose en dirección a las montañas, todos aquellos que iban manejando estas carretas iban vestidos de la misma forma que aquel sujeto del bar.
Al dar un segundo vistazo, se podía ver como detrás de estas carrozas un montón de pequeños niños iban atados de pies a cabeza, mientras se escuchaba - “serán un gran tributo a jashin”, aquel extraño nombre me hizo pensar debido a que no era la primera vez que escuchaba esto, además de que su peculiar rostro era algo difícil de olvidar, hace no mucho junto a Muki había sabido de otro loco que decía esto mismo, sin embargo, lo más triste era el lamento y la desesperación de las mujeres llorando la perdida de sus hijos.
Todo se había salido de control de un momento a otro, por lo que sorprendido ante lo ocurrido volví a entrar al lugar, tome a aquel sujeto, lo amarre y me lo comencé a llevar del pueblo, para acampar en los alrededores, de inmediato enviaría una carta junto a un mapa a una vieja amiga en busca de ayuda, estas irían gracias a de mis aves C1 en dirección a la base de zeon, específicamente a su cuarto y otra iría a su casa en Iwagakure, ambas con un urgente en la parte de fuera.
Una vez dentro tomé asiento en una esquina desolada de aquel lugar, manteniendo mi capucha baja para ocultar mi rostro y esperando que nadie notara mi presencia, estaba agradecido por el anonimato momentáneo que la cantina me ofrecía mientras disfrutaba de mi merecido descanso, pidiendo comidas y bebidas, recobrando energías.
mientras el calor del lugar me hacía sentir acogido, comencé a abrir pergaminos y a trabajar, tenía la intención de recrear los sellos vistos el día anterior en una de las kunai de izuku, algo que sin dudas sería una labor difícil, pero valía la pena, considerando la habilidad que podían hacer estos sellos, no era nada que fuera imposible para el rubio amante del Fuinjutsu.
mientras trabajaba, el día terminaba y la noche no tardo en aparecer, ya habían pasado varias horas y el punto fundamental del pergamino estaba casi terminado, de la nada se comenzaron a escuchar gritos de personas desde el exterior, algo que no rompió mi concentración, pues estaba enfocado en terminar aquel sello lo antes posible, fue entonces que un extraño viajero paso por la puerta.
Este visiblemente alcoholizado entro gritando y chocando con todo aquel que se le cruzase, buscando pelear con todos en el bar, con una sensación de confianza destacable, diciendo que era de la banda Zudenky, era obvio que era el quien causaba todo el alboroto en el exterior, sin embargo, hasta este momento aun pensaba que podría aparecer alguien mas que se encargara de la situación, - «Solo unas líneas más por aca y termino».
De un momento a otro, las cosas se salieron de control, aquel peculiar personaje saco un arma y estaba preparado para apuñalar a otro sujeto dentro del local, todos estaban nerviosos, el cantinero no tenia idea de como expulsarlo, para que esto no pasara a mayores, el sujeto confiado comenzó a acercar la kunai al cuello de aquel sujeto, -“Por fin está listo”, dije dando un salto de mi silla muy alegre, al instante tome una botella de licor de la mesa del lado y la lance contra la cabeza de aquel sujeto, rompiéndola completamente en su rostro y noqueándolo al instante –“lo siento no pensé que se rompería”.
A pesar de que la calma volvía nuevamente a la cantina, a lo lejos aún se podía escuchar el revuelo de que algo estaba ocurriendo en el pequeño pueblo, al salir por la puerta para ver que estaba pasando logre ver una serie de carretas moviéndose en dirección a las montañas, todos aquellos que iban manejando estas carretas iban vestidos de la misma forma que aquel sujeto del bar.
Al dar un segundo vistazo, se podía ver como detrás de estas carrozas un montón de pequeños niños iban atados de pies a cabeza, mientras se escuchaba - “serán un gran tributo a jashin”, aquel extraño nombre me hizo pensar debido a que no era la primera vez que escuchaba esto, además de que su peculiar rostro era algo difícil de olvidar, hace no mucho junto a Muki había sabido de otro loco que decía esto mismo, sin embargo, lo más triste era el lamento y la desesperación de las mujeres llorando la perdida de sus hijos.
Todo se había salido de control de un momento a otro, por lo que sorprendido ante lo ocurrido volví a entrar al lugar, tome a aquel sujeto, lo amarre y me lo comencé a llevar del pueblo, para acampar en los alrededores, de inmediato enviaría una carta junto a un mapa a una vieja amiga en busca de ayuda, estas irían gracias a de mis aves C1 en dirección a la base de zeon, específicamente a su cuarto y otra iría a su casa en Iwagakure, ambas con un urgente en la parte de fuera.
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