[Combate] Reconocimiento
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23 de Sangatsu 15D.Y

Saito se había pasado todo un dia encerrado en su habitación, los sucesos en la misión con Jinta habían marcado un antes y un despues que no sabia como lidiar ahora. Su habitación estaba hecho un desastre por los arranques de ira por falta de sueño y apetito.

Siento que me estoy volviendo loco...-el Onmyõji se metió a la ducha y pasó a ponerse algo de ropa de entrenamiento, con la voz de su cabeza aparentemente apagada sentia que era hora de salir.

Ok, buscaré la forma de relajarme-el muchacho se fue por la ventana para no hablar con su familia. Iria a la academia ninja para aprovechar las instalaciones de entrenamiento pero en la entrada se encontró a un viejo conocido.

Hasta que llegas, los niños y tu contricante te esperan-un viejo jounin que trabaja como profesor en la academia toma a Saito del brazo y lo jala para guiarlo.

¿De que habla?-el muchacho estaba algo confundido-No te hagas el tonto Saito, pediste luchar con Kiyoko hace 2 dias y te mandamos una notificación que seria hoy-Saito reinició un momento su cerebro y recordó haber hecho eso, le pareció injusto que aquella gritona pirata fuera reconocida solo por matar unos rebeldes y el que hizo lo mismo en Kusagakure no le reconocieron nada.

Supongo que no hay mejor entrenamiento que un combate-Saito acabó llegando a una sala de 30 x 20 metros, su gran altura era solo para que las clases pudieran reunirse y observar el combate en cada subnivel.

30 metros de longitud era algo pequeño para dos shinobis de elite pero hay que recordar que la academia es para los jovenes y fue construida pensando en esa limitante.

¡Por fin nos vemos de nuevo! Piratita-el Onmyõji sonrió y se quedó en posición de combate, debia esperar a que el profesor diera la señal.
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Estadísticas de Saito Yamamoto
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Hacía apenas 48 horas, Kiyoko había sido citada a la Academia Ninja de Kirigakure como invitada especial a un combate de exhibición. Según la invitación, combatiría contra Saito Yamamoto. No recordaba ese nombre de nada, pero debía ser bastante osado y sin dudas apto para querer combatir contra la espadachina. Generalmente, la Jounin se emocionaba antes de conocer a un nuevo rival o en los momentos previos a pelear, pero aquel día se encontraba bastante apática. Sus movimientos habían estado bastante calmados, y no había recibido ordenes de sicariato de la Shodai Suijin en aquellos días. Sus nuevas funciones, tras Shoseki, eran misiones de infiltración y asesinato, fundamentalmente. Sus crímenes serían perdonados siempre que ofreciese la sangre enemiga al Imperio del Agua, y la Kurama se conformaba con aquello.

Un combate sin duda animaba un poco más aquel día, pero no sabía si la llenaría. Hacía tiempo que un rival no le daba guerra, quizá desde su primer cara a cara con Hikaru. Sin embargo, se apresuró y se alistó aquel 23 de marzo, y ni lenta ni perezosa, se apareció en la mañana por la Academia. Fue bien recibida y elogiada por quien la citaba, aquel profesor, que sin dudas era un viejo conocido de la joven. Pese a su juventud y haber escalado rápido en la jerarquía militar de Kiri, era respetada por sus logros y su poder. Una mezcla extraña entre respeto y temor.

Estiró un poco sus brazos y acomodó la katana envainada del lado izquierdo de su cintura, cuando su rival llegó. Era... ¡ESE NIÑO! Sí, en definitiva lo recordaba. La irritó bastante en una jornada libre donde fuerzas de Kiri se reunieron a beber en un bar, y el pequeño exorcista faltó gravemente el respeto, a ojos de la kunoichi. De hecho, su burla sobre su ojo perdido volvió a aparecer, pero esta vez Kiyoko simplemente chasqueó la lengua. — Ara, ara, qué sorpresa. ¿Te quedaste con la pica de la última vez que nos vimos, kiddo? — Seguramente la joven de pelo morado no superaba por mucho en edad a Saito, pero por una cuestión jerárquica y de rangos, decidía verlo desde arriba y llamarlo "niño", como supo hacer en su primer cruce.

Kiyoko se ubicó en uno de los lados de la arena de combate, y Saito haría lo propio, quedando prácticamente a 30 metros los dos. — Muy bien. Empecemos, si estás preparado. No me contendré, así que atácame con todo. Tus pares están a salvo. — Comentó echando un vistazo a los estudiantes, que observaban desde los pisos superiores que rodeaban toda la arena, bastante alta. Entre el campo de batalla y las gradas, existía una barrera invisible de chakra, que impedía que cualquier elemento, ya sea físico o compuesto de chakra, se filtrase desde donde la contienda tenía lugar. Así, la seguridad de espectadores estaba garantizada, y ambos shinobis podrían combatir sin miedo a dañar a terceros. Obviamente, se trataba de una exhibición entre compatriotas, por lo que los ataques mortales claramente no serían ni éticos ni válidos jurídicamente. Existía un código en los combates de entrenamiento entre shinobis de élite como aquellos, mediante el cuál, cuando una parte se viese en terrible desventaja, tal que en una situación real se pudiese prever su muerte, esta se rendiría inexorablemente, dando fin a la pelea.

— Creo que te han tocado las blancas. Te dejaré mover primero, kiddo. — La Kurama sonrió y se sonó el cuello, manteniendo la zurda en el mango de su katana.

Estadísticas de Kiyoko Kurama

INVENTARIO
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Hoy era el dia, el dia donde Saito y Kiyoko lucharian, no eran rivales o poseían cuentas pendientes pero tampoco eran amigos ni se llevaban bien. La chica de hecho era un rango mayor que el muchacho y su temperamento explosivo contagiaba a Saito.

Saito al ver a Kiyoko no pudo evitar insitar una riña pero sorprendentemente ella no cayó y simplemente regresó la burla al recordar aquella cena y llamarlo niño, aunque decir eso le saldria caro.

Solo diré que vine a mostrarte algo interesante Oba-san-si iba a ser un niño, Kiyoko debía ser alguien mayor ¿no? Y una amargada abuelita le quedaba perfecto.

Saito se colocó al otro lado de la arena, quedando a 30 metros de ella, Kiyoko pidió que atacara primero con todo lo que tuviera por lo que el muchacho pasó a realizar unos cuantos sellos-Lo haré-Saito de hecho quería comenzar algo suave pero Kiyoko tenía razón, si no iba con todo ahora, no lo haría después. Los sellos harian que el cuerpo del muchacho comenzara a mutar, habia invocado el poder de un Yõkai llamado Suiko y al igual que este Yõkai, los brazos, piernas, ojos y dientes de Saito serian los de un tigre blanco.
Nekomata

Además el muchacho estaba rodeado por un aura imponente de dos bestias, ironicamente una de estas era el tigre blanco desl Oeste Byakko y el otro el dragón de agua del Este Seiryuu.
Tercera Postura – Byakko

Cuarta Postura – Seiryuu

Ahora con sus sandalias destrozada por su nueva forma, el sacerdote se lanzó en una rápida carrera frontal, su objetivo era unicamente acumular velocidad y poder en todo su cuerpo para luego al quedar a 2 metro de su oponente saltar, girar en el aire y propinarle un combo de tres patadas a Kiyoko.
Kongouken

Fuminara

Chakra: 557/842

842 - 60 - 15 - 15 - 90 - 105
Vida: 513/513

Daño: 185 + 10 + 20 + 45 = 260 + 15 de sangrado.
Stats aumentados:
Fuerza: 75 + 30
Velocidad: 90 + 15 + 10
Agilidad: 90 + 15 + 10
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Nada más ver los sellos, Kiyoko decidió realizar unos propios, aunque finalizaron antes de los de Saito. — Veamos que tienes, niño. Te robo un poco de poder, Tetsuka-chan. — Comentó con una sonrisa de rostro a rostro mientras una serie de marcas negras se formaban por todo su cuerpo, desde su rostro hasta sus brazos y manos. Seguido a ello, la Kurama realizó un único sello cruz que invocó a un clon, con las mismas marcas que la original. A la par de ello, el joven finalizaba sus sellos y comenzaba a transformarse. Aquella transformación era algo típico de los Onmyoji, y especialmente de aquellos especializados en taijutsu. Había conocido a varios en su vida como shinobi, así que de inmediato, incluso al ver las facciones físicas del Yamamoto y sus nuevas garras, supo que se trataría de un combate desde cerca.

Deimonmoudo: Kaishi

Kage Bunshin no Jutsu

Así, una de las Kiyoko se separó unos metros de la posición original, avanzando por la derecha y ubicándose a unos 6 o 7 metros de ella. La que mantuvo la posición, se quedó tocando con la diestra el mango de su katana envainada y concentrándose un poco. Cuando Saito comenzó a avanzar, el flujo de chakra de Kiyoko había comenzado a influir en su espada, y su chakra Fuuton se había impregnado a la hoja de igual forma. Tras el ataque con una patada frontal, Kiyoko desenvainó en un movimiento lineal su arma y lanzó un corte directo a la pierna de Saito. Para suerte del taijutser, la patada cargaba bastante fuerza y poder, por lo que no pudo cortar su pierna, y el choque generó una pequeña onda de viento producto del cruce de fuerzas.
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Chakura Ha

Fujaku Hishou Shouken

Ikiru

Iaidō

Tras repeler la embestida, era hora de contraatacar. Kiyoko ya había vuelto a envainar, en un solo movimiento, por lo que desenvainando otra vez, lanzó un corte ascendente en diagonal, desde su izquierda hacia la derecha, que intentaría cortar al joven en el pecho, aprovechando la cercanía.

Por su parte, la otra Kiyoko que se alejó no se quedó quieta. Nada más moverse, realizó una tanda de sellos, y todo el ambiente cambió. El domo de paredes negras y nebulosa sombría, aquel mundo de pesadillas, la expansión de dominio de Kiyoko Kurama se formó en todo el ambiente. El domo era tan grande que todo el campo de batalla se vio envuelto en él, incluidas las gradas. De hecho, el mismo excedía en parte al edificio, por lo que no había forma de escapar de él sin salir de la arena.

Ryouiki Tenkai: Akuma no Sekai

Con una sonrisa en el rostro, la kunoichi realizó una nueva tanda de sellos y aguardó por los movimientos de Saito, que para ese momento debía estar reaccionando a la ofensiva de la otra Kiyoko, aquella que combatía con el arte del desenvainado rápido.
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Última modificación: 15-05-2023, 09:34 PM por Saito Yamamoto.
Los sellos de Saito eran muy lentos por lo que su contrincante aprovechó para comenzar a prepararse para su ofensiva. Incluso creó un clon, Saito odia pelear con clones por lo que buscaria de destruirlo primero.

El clon de Kioyoko lo ayudaria a entender dos cosas muy importantes, la primera era que su destreza con el manejo de la espada era intimidante y lo segundo, que su poder destructivo posiblemente superaba al suyo por ende, no podía tomarse nada a la ligera. La verdadera Kiyoko habia tomado algo de distancia para crear un jutsu bastante amplio que apagó las luces.

La vista felina de Saito lo ayudaba con la poca iluminidad y tras vencer al clon (a duras penas) debía ir a por la verdadera. Al fin y al cabo la especialidad de los Kuramas era el genjutsu, asi que seguir atacando era lo mejor que podoa hacer. Apenas el clon explotó, Saito cargó chakra y viento en su puño para lanzar un rapido y devastador golpe en contra de Kiyoko que realizaba sellos quizás pensaba que su clon aguantaria la ofensiva de Saito pero ese no era el caso.
Ren

Mientras aquella ofensiva salia disparada contra la Kurama, Saito liberaba el chakra acumulado ñor tanto tiempo en aquel diamante para no quedar tan vacio, además se acercaba para poder continuar su ofensiva de una u otra forma, la idea era evitar que Kiyoko creara clones o preparara una vil ilusión (si, por que eso es lo que saben hacer las mujeres, ilusionarte).
Byakugou no In

mantenidas

Chakra: 587/842

557 - 30 - 15 - 15 - 45 - 65 + 200

Daño:
120 + 25 + 10 + 20 + 45 = 220 (no se si el +15 de sangrado aplique, tal ve si, el viento corta)
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Tras enfrentar el atemorizante Taijutsu de Saito, pese a haber confiado en detenerlo con su espada, ni el Ikiru pudo hacerle frente. Ya sea por un pequeño plus, el joven logró superar la defensa de la espada y el clon desapareció. La Kiyoko real, ya ubicada a unos 7 metros de esa posición, ya había convocado el domo y había realizado una tanda de sellos completa, en lo que Saito se volteó a verla y lanzó un puñetazo.

Sin embargo, la técnica de la Kurama se liberó, y en aquel mundo de pesadillas, la primera y más fuerte de ellas aparecería: el General Demoníaco Mahoraga, amo y señor de las pesadillas de la kunoichi durante tantos años, y su principal aliado en el campo de batalla. Tras aparecer, rugió y lanzó un corte hacia el taijutsu, pero desapareció en el acto, deshaciéndose en un polvo negro ante la fuerza arrolladora de aquel taijutsu.

Akumu: Mahoraga Oni

Pero esto no detuvo a Kiyoko, que de inmediato tras invocar a su compañero, dio un salto atrás mientras desenvainaba su katana y la puso frente a sí, por si aquella ofensiva llegaba a sobrepasarlo. Inbuyó la misma de chakra Fuuton. Sólo sostenía su katana con la zurda, por lo que su fuerza no era tanta. Aunque su real ventaja, era tener la derecha libre para hacer lo que tenía en ente. Efectivamente, el poder destructivo del Onmyoji acabó con Mahoraga y chocó con la espada de Kiyoko, dañándola un poco, pero no lo suficiente como para frenarla. Poco a poco comenzaba a descifrarlo y agarrarle la mano: le gustaba el combate cercano y rápido, feroz y agitado. No le daba ni un respiro a la hábil espadachina, y sin dudas sus habilidades para el taijutsu y su fuerza eran de otra liga, o al menos a duras penas la Kurama podía hacerles frente. Era hora de ponerle un poco de cabeza para ganar.

Fujaku Hishou Shouken

Tras aquello, se aprovisionó de un kunai de su bolsa derecha que colgaba en la liga de su muslo, el cual llevaba adherido un sello explosivo. El mismo no estaba ardiendo, sino que se activaba manualmente. Lo dejó caer, clavándose el kunai justo frente a ella mientras daba un salto hacia atrás, y de inmediato dejaba caer una bomba de humo desde su bolsillo, sin hacer casi esfuerzo, como si se desprendiese de un peso. Antes de que la bomba estallase y generase aquel banco que impedía la visión, Kiyoko elevó su diestra y formalizó el sello típico de explosión, para hacer efectivo aquel sello explosivo y evitar que el Yamamoto la persiga tan de cerca.

La bomba de humo hizo efecto, y un banco de humo cubrió la figura de Kiyoko. El sello explosivo, extrañamente no explotó. Ahora la posición de la pelimorada era una incógnita para el luchador, que pese a que podía ver en la oscuridad, no podía ver a través del denso humo.
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Enseguida, Saito vería salir desde detrás del humo a dos Kiyoko. De nuevo, lo que parecía ser la anterior técnica de clonación. La que salió por la derecha (izquierda de Saito), estaba finalizando una tanda de sellos, tras la cual apareció encima de su cabeza un pez esquelético de aspecto sombrío y fantasmal, de unos 3 metros de largo, que como si le diesen igual las leyes de la física, comenzó a "nadar" en el aire, alejándose hacia arriba unos cuantos metros y luego yendo en dirección opuesta a donde Saito veía, intentando ganarle la espalda. La kunoichi soltó una carcajada. — Ara, ara. Te gusta jugar rápido, kiddo. Ten cuidado con lo que persigues. — Su sonrisa tan maquiavélica afloró nuevamente. Estaba disfrutando el combate.

[tecnicainvalida=PJNOE601]
Por otra parte, la que salió por la izquierda (derecha de Saito), a la vez que su contraparte, comenzó a realizar una tanda de sellos, y reía mientras se alejaba corriendo hacia la izquierda, sin perder de vista al joven Yamamoto.
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Última modificación: 19-05-2023, 03:57 PM por Saito Yamamoto.
Para ser kenjutser Kiyoko batallaba desde lejos y bueno, era normal ya que su clan se especializa en el Genjutsu pero aun así le era algo molesto a Saito. Tras lanzar su golpe notó como un demonio aparecia para defender a Kiyoko pero de nada servia pues la ofensiva del muchacho era mucho mas que un simple golpe.

El demonio se covirtió en cenizas tras perder y Kiyoko usó su katana en un vago intento de protegerse. La Kurama había obtenido un daño residual y pasó a dejar un kunai en el suelo mientras retrocedia, Saito habia dado algunos pasos para entrar de en carrera pero al ver el arma pasó a hacer un movimiento de mano para alejarlo de su camino.
Kaiten Shuriken

Para su desgracia Saito ya se encontraba a medio metro de ella, lanzado una combinación de golpes contra todo su delgado cuerpo en el momento que buscaba ocultarse en la humareda de humo.
Muga

Los golpes al impactar soltaban un destello incoloro que provocaba una paralisis total al ser tan precisos y al ser tan poderosos dañaban internamente a la Kurama.

Saito tenia una mirada asesina y una gran sonrisa de burla, estaba logrando que aquella pirata se comiera sus palabras y lo reconociera como un ninja fuerte. Tras completar su rafaga en el caso que la Kurama no lograra bloquear el daño finalizaria con un cabezazo potente, su idea era dejarla inconciente.

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Pese a intentar mover el kunai con una técnica de viento, el mismo se había clavado en el suelo, por lo que hacerlo levitar no era posible para aquel jutsu. Kiyoko formó media sonrisa, y cuando Saito pasaba por encima del kunai, en lugar de lanzar la bomba, realizó el sello de mano que activó la explosión. La misma seguramente frenaría el avance del muchacho y lo movería, dándole chance a Kiyoko a continuar con sus maniobras de acción. Pese a que afectó levemente a Kiyoko, ni de cerca era un daño considerable, puesto que ya estaba a más de 2 metros del orígen de la explosión.

Tal como preveía hacer, tras explotar aquel kunai, dejó caer la bomba de humo y realizó lo que había pensado anteriormente, aprovechando el vacío de tiempo que tenía. Tras salir el humo, creó un clon. Su plan fue exactamente igual: de detrás de la voluta de humo, ahora a unos posiblemente 6 o 7 metros de Saito, producto de que aquello lo hizo Kiyoko entre saltos hacia atrás y alejamientos, saldrían dos Kiyoko, una en cada dirección: izquierda y derecha.

La Kiyoko de la derecha (izquierda de Saito), había formado al Indoafisshu, que primero "nadó" intentando ganar la espalda de Saito, pero al ver la oportunidad, desde detrás de él se lanzaría intentando traspasarlo. A la par, la misma Kiyoko estaba corriendo hacia Saito, con su katana en mano y dispuesta a lanzarle un corte letal, intentando hacerle un "sandwich" con su pescado esquelético.

Akumu: Indoafisshu

Sin embargo, en cuanto estuvieron por impactar, tanto el Indoafisshu como la Kiyoko con la espada desaparecieron. La otra Kiyoko, que había salido por la izquierda (derecha de Saito), había frenado su tanda de sellos, que simplemente era un señuelo, y realizó prontamente una nueva. Tras finalizarlos, la expansión de chakra que había hecho contra el Yamamoto se materializó. Gracias al chakra que recuperó deshaciendo al clon, pudo ejecutar un genjutsu en el que Tetsuka, su demonio interna, salió de su cuerpo y se lanzó, levitando, sobre Saito. El joven vería venir inevitablemente a la figura pesadillezca, y sin poder evitarlo, la vería meterse en su cuerpo, invadiéndolo un sentimiento de terror, desolación e incomodidad, y perturbando su mente. Inmediatamente, saldría de la ilusión, pero el daño mental ya estaba hecho, y Tetsuka ya se encontraba dentro del alma de Saito.

Akuma King

Tras ello, Kiyoko desactivaría el Akuma no Sekai, desvaneciéndose el escenario negro y sombrío y dando más claridad a los estudiantes que observaban la contienda. La joven Kurama realizó un único sello y se puso en posición de combate, manteniendo la diestra en el mango de su katana.
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Última modificación: 22-05-2023, 10:16 PM por Saito Yamamoto.
Saito estaba confiado en que su Fuuton arrastraria el kunai pero no gue así y la explosión del sello explosivo detuvo su ofensiva, dañando al muchacho y destruyendo un poco de su ropa.

Dos Kiyokos aparecieron de la humareda de humo y el muchacho se mordió su labio molesto por lo que estaba pasando su puño se cerró y concentró chakra. La Kiyoko 1 creó un pez fantasma que sorprendió al muchacho, su Taijutsu era lento así que cuando el pez se lanzó a él junto a la Kiyoko buscó la forma de esquivarlos aprovechando su agilidad pero en realidad la Kiyoko clon desapareció junto al pez y aquella técnica de penumbra.

¿Pero que?-un demonio se acercó a él, fandile un golpe mental que sorprendió al muchacho, un millon de recuerdos aparecieron en su mente, recuerdos que no eran suyos. Miró a Kiyoko y lanzó su golpe al suelo para provocar un daño colosal, mientras veía borroso por su desgaste de chakra. Los profesores fortalecieron la barrera a tiempo, pues, esta explotó por un segundo con aquel ataque, los niños se encontraban asustados desde hace rato pero uno ae orinó con ese atentado.
Choudan Bakugeki

¿Que son estos recuerdos? ¡¿Tu que quieres?!-Saito entendía que había sido poseído por un ser maligno, como sacerdote conocía de ello pero sin sus herramientas no podía exorcizarlo y aunque parecía no tener la fuerza de controlar su mente, si lo estaba consumiendo.

Espadas y demonios... Creí que los Kuramas usaban genjutsus...-el muchacho se colocó en posición de carrera, veía borroso y sentía una rara sensación de no estar en donde deberia, ya saben como cuando despiertas tras una noche de fiesta. 

El muchacho saltó en carrera en un ultimo intento de realizar su taijutsu mas poderoso, de lograrlo o no su cuerpo caeria en el suelo y su forma volveria a ser humana, su aura desapareció y sus musculos volvieron a la normalidad.
Fuminara

Enbu

¿Quien es ella...? Esa niña que tanto me muestras-Saito miraba el techo, las memorias que aquel demonio le estaba compartiendo borraba las suyas, como si en realidad su vida fuera otra.

Quiero comer...-el cuerpo del muchacho estaba tenso, su cuerpo no solo se habia exigido de más, también estaba herido, agotado, su mente simplemente no daba mas tampoco.
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En cuanto Saito realizó aquel puñetazo devastador, Kiyoko colocó los brazos en forma de cruz y tomó una postura para no salir volando, pero su figura sin embargo recibió el golpe. Lo cómico, sin embargo, fue que enseguida tras una esfera de humo apareció una roca de un tamaño similar a la joven, y ella se sustituyó por la misma (hide liberado), apareciendo a unos 10 metros de la posición actual de Saito, a su izquierda.

Kawarimi no Jutsu

— ¿Quién soy? Oh, lo siento. Estoy dentro de tu mugrosa cabeza. Tu peor pesadilla, o la peor que podrás cruzarte hoy. — Comentó aquella voz en su cabeza, que solo él podía oír. Era una voz con un tono femenino, pero sin duda perturbadora y con cierto tinte oscuro y misterioso. Kiyoko esbozaba una sonrisa en su rostro, como si estuviese disfrutando del espectáculo que empezaba.

— Esa chica... Sí, ella es una Kurama. ¿Y qué hay de tí? ¿Quién eres en verdad? — La voz comenzaba a increpar al muchacho, empezando a hacerlo disociar y pensar en cosas vagas, trayéndole recuerdos extraños y generando que se cuestione sobre sí mismo. Saito comenzaría a sentirse otra persona, como si aquella segunda voz en su cabeza se superpusiese con sus vivencias y su identidad, y ahora ya no se estaba reconociendo del todo. — Mira lo que haz hecho, observa arriba. Esos niños están muy asustados. Eres un maldito monstruo, hijo de puta. — Tetsuka, la otra mitad de Kiyoko, denigraba completamente al joven por sus acciones, haciéndolo sentir culpable.

— Y ahora vas a intentar matar a alguien más. Pero eres débil... patético. — A la vez que Kiyoko mantenía la diestra en el mango de su katana, flexionando sus rodillas y lista para desenvainar, el joven comenzó a correr en dirección a ella para atacarla con un taijutsu que ya había mostrado. Kiyoko simplemente se concentró, lista para el desenvaine e intentar frenar la fuerza bruta del Yamamoto. Cuando lo tuvo a unos 3 metros, haciendo gala de su alta destreza, y practicando el Iaidō, desenvainó y en un movimiento lineal trazó un corte a la altura del vientre de Saito, pero se encontró con la patada que logró superar la fuerza de su corte, ahora más débil que el del principio por el enorme gasto de chakra que había realizado.

Yōjinbō

Tras sentir el dolor producto de la fuerza de aquellas patadas, Kiyoko retrocedió unos cuantos metros y se tomó el hombro izquierdo, tras haber envainado su katana luego de sacudirla para limpiar la sangre. Parecía que el combate había llegado a su fin. Al menos, Saito había caído al suelo y se encontraba notablemente cansado, pero Kiyoko también había dado todo de sí, solo que podía seguir de pie.

El joven Onmyoji, tarde o temprano, sucumbiría ante Tetsuka, y si su compañera Kurama no detenía la técnica, su alma sería devorada por el demonio. Por ello, Kiyoko realizó un único sello de manos y llamó a su hermana demoníaca a volver con ella, liberando a Saito de la posesión. — Ya fue suficiente, Tetsuka-chan. Creo que aprendió algo de nosotras. — Comentó con media sonrisa Kiyoko, mientras, sangrando un poco y dejando un rastro de gotas rojas por el camino, comenzó a acercarse al joven castaño para darle la mano.

Tras extenderle la mano, invitándolo a ponerse de pie, ella pensaba dar por finalizado el encuentro, claramente. — Ha de ser confuso lo que te pasó. La voz de tu cabeza se llama Tetsuka. Ella es mi hermana, con quien convivo en mi ser desde que nací. Somos dos almas en una, solo que ella es un demonio. — Kiyoko sonreía, demostrando que se llevaba muy bien con Tetsuka, y de hecho lejos de dar miedo era una buena compañía. — Es un jutsu de posesión. Mi fortaleza mental y el poder de Tetsuka te superaba ampliamente, por eso te torturó de manera tan fuerte nada más entrar en tu cabeza. Si la dejaba continuar sin detenerla, es capaz de poseerte completamente, y luego querría devorar tu alma. — Realizó una mueca y ladeó la cabeza. Pese a sus ansias de sangre y su frecuente amor por el combate, además de la indiferencia ante la muerte de los enemigos, Saito era un aliado, y no entraba ni en sus planes más siniestros provocarle la muerte. — Pero no hacemos eso con nuestros aliados. Ya podrá alimentarse con gente que intente darnos muerte, ¿verdad Tetsuka? — Carcajeó. "En realidad su chakra se veía muy grande y extraño. Seguro hubiese sido un buen premio su alma", respondió la demonio en los adentros de Kiyoko.

— Ella dice que no le caíste mal. — Mintió la kunoichi. — Pero que tenía hambre y tu alma no se veía mal, así que tienes suerte de que seas de Kiri. — Comentó para luego comenzar a reír. Estaba notablemente cansada, así que necesitaría pasar por la enfermería. Dejó todo en ese combate, como si fuese uno real. Y al menos le daba la impresión de que Saito había hecho lo mismo.

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Saito mientras dejaba que su expansivo ataque destruyera todo e impidiera la sustitución de la Kurama reía ante las palabras de aquel demonio dentro de su cabeza. Su mirada subió, miró a los niños como aquella voz le pedía y se rió otro poco, una tercera voz resumbó la cabeza de Saito, su propio "demonio" lo buscaba.

Ya veo, al fin has perdido la cordura. Dejate guiar y asesina a todos los presentes-la voz era calmada, imponente, masculina-¡Si! ¡Su terror en sus ojos regosija mi interior! ¡Mataré a todos en tu nombre!-Seré el monstruo del que hablas-el Onmyõji se pondría en posición de arranque, al fin y al cabo Kiyoko era su objetivo en todo esto y sería la primera en caer para así acabar con todos dentro de la academia.

¡Veamos si esto te parece débil!-el Taijutsu del muchacho chocó contra la espada de la Kurama que sorprendentemente seguía de pie. La fuerza del impacto sería tan grande que desarmó a Kiyoko y las otras tres patadas terminaron dejandola inconciente, derramando su sangre en el suelo.

¡Ah! ¡La mató!-un niño no pudo evitar y gritó lo primero que se le vino a la cabeza, todos buscaban protección detras de su profesor y murmuraban temerosos por el desarrollo de la batalla.

Saito abrió su boca afilada, estaba listo para devorar a la Kurama pero un golpe en su cabeza lo haria caerse de cara al suelo. Su chakra se había quedado en las minimas y aquella maligna criatura que Kiyoko dejó en su cabeza acabó regresando con su portadora.

Ya, levantate. Sigue tu destino y mata a todos-la voz que no se podía quitar lo animaba, su rostro se despegó del suelo y miró a la pirata... No estaba en condiciones ni para mantenerse su unico ojo abierto. El corazón del muchacho ae apretó y acercó su mano temblorosa hasta ella, chakra verde rodeó la mano de Saito y rápidamente aplicó su jutsu medico en Kiyoko para intentar sanarla lo suficiente para evitar que su desangrado acabará en mayores.
Shousen no Jutsu

Una vez mas, me has decepcionado-la voz haria que el cerebro del muchacho se electrocutara hasta dejarlo inconciente. Los profesores acabarian llevando a ambos al hospital y a la mañana siguiente Saito despertó llorando.

Oh. Al fin despiertas... Saito ¿que está pasando con tu cuerpo?-su sensei se encontraba ahí con él, no hace mucho habia atendido su reavilitación tras una misión en la isla Oeste y ahora, volvía a hacerlo teniendo las mismas dudas que aquel dia ¿Por que está tan mal si está tan bien? 

Harley sensei... Necesito vacaciones...
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