Llegando a la casa del anciano, toque su puerta y luego de unos cuantos minutos, abrió la puerta, me observo y lo primero que hizo fue darme con el bastón en la cabeza, de inmediato lleve mis manos a donde me había pegado, soltado el cigarrillo y las flores -¿Ahora que hice? -Dije mientras cerraba los ojos - ¡Fumando de nuevo! -Dijo en su desgastada voz mientras negaba con el rostro. Me limite solo a recoger el cigarrillo y la bolsa, entregando esta ultima - Casi tengo 30 años, merezco respeto - Mis ancestros merecen respeto y aun asi veo a niños como tu orinando sus tumbas - EL señor no tenia el mejor carácter - Nunca he orinado la tumba de nadie - Le dije mientras me iba colocando firme -Dije "como tu" no directamente que fueras tu - Yo he visto ancianos como usted fumando -De nuevo otro bastonazo fue a mi cabeza, justo al mismo lugar, de nuevo mi cigarro cayo al suelo - ¡No me compares con los vejestorios de konoha - Otra vez mis manos a la herida -Como carajos es tan rapido este sujeto -Pense mientras me agachaba a recoger mi cigarrillo - Debo regresar... Nos vemos...Juventud - Esto ultimo claramente en baja voz, a tal punto de no poderme escuchar.- Muchas gracias por el té, espero no me sepa a tabaco - Cerro la puerta con fuerza mientras que yo daba media vuelta para seguir mi camino.
Ahi parado en la entrada de aquel viejo, vi de espalda a una rubia la cual podía describir como una chica que puede llamar la atención de todos en cualquier momento, buenas piernas, una cadera que bailaba al caminar, una melena rubia que llegaba a su espalda, desde el Angulo que le observaba se le notaban unos pechos gigantes... Lleve mi cigarrillo a la boca y fume este sin dejar de observarle el trasero a la chica pero cuando decidí subir mis ojos para observarle su rostro, mi cigarrillo cayo al suelo mientras mis facciones cambiaban - La imperialista- Pensé mientras comenzaba a caminar en dirección hacia ella de forma lenta pero como si fuera mas un impulso que otra cosa-