¡Tu debes ser Satoru Hyuga! bienvenido muchacho, es un gusto tenerte aquí- dijo el Shinobi
¡Oh! muchas gracias, como sabrá estoy buscando la forma de ganarme la vida en Konoha- Respondió Satoru, mientras se sentaba frente al escritorio.
Ha ha! veo que no tienes pelos en la lengua, me gusta! dime, que andas buscando?- dijo el Shinobi
Llegue hace unos días y necesito instalarme, por lo que algún trabajo me vendría bien...- Respondió Satoru
Aunque debo admitir que mis ambiciones van mas allá del dinero- Dijo Satoru mientras se acomodaba su túnica, símbolo de inseguridad por lo que dijo
La honestidad premia! créeme. Tengo el lugar perfecto parta ti - dijo el Shinobi mientras se sujetaba la barbilla haciendo un gesto de reflexión.
Debes ir a comprar una flor a la Floristerira Yamanaka! - dijo el Shinobi mientras esbozaba una sonrisa.
Luego de escuchar eso Satoru quedaría un tanto perplejo
Una Flor?? Para que quiero una Flor??- Respondió Satoru asombrado
Hacedme caso! Es mas que una Flor!- dijo el Shinobi
Satoru empezó a detectar que detrás de ello había un código o por lo menos alguna señal, por lo que tomo postura de seguridad y decidió acceder sin dudar.
Esta bien..! Tomare el encargo, mi instinto me dice que vaya. De que flor estamos hablando?- Dijo Satoru mientras se levantaba de la silla y encaraba dirección a la puerta.
Una Jaramango! Ese es el nombre de la Flor - Respondió el Shinobi
Suerte Chico! espero verte mas adelante!- Exclamo el Shinobi
Satoru se quedo pensando por unos segundos y se despido agradeciendo por su tiempo al Shinobi. -Perfecto, me da la sensación de que esto me llevara a un buen lugar, no estaría mal vincularse un poco de vez en cuando- Pensó Satoru mientras empezaba a tomar velocidad hacia la salida de la Aldea. Una vez en la Entrada de la Aldea consultaría el mapa para encontrar mencionada florería.
-No queda tan lejos...-Pensó Satoru. Miro unos momentos a sus costados una breve mirada al cielo y luego de encapucharse se dijo a si mismo -adelante!-
(7:00AM)
Luego de recorrer unas calles por fin daría con el lugar, el cartel indicaba que estaba en el sitio correcto, una floristería común y corriente, nada en especial salvo por sus colores que generaban un gran contraste con el resto de los edificios, haciendo al lugar un tanto peculiar y atractivo. Algo dubitativo Satoru se dirigió hacia el interior -Nunca entre en un sitio como este- pensó Satoru. Inmediatamente cuando entro quedo extasiado por la cantidad de aromas que había, esta simple experiencia ya era recompensa para Satoru, -toda la belleza reunida en un solo lugar-Pensó Satoru mientras sonreía inconscientemente probablemente recordando su niñez. Se acerco a paso lento hacía el mostrador mientras observaba todo allí a su alrededor.