Sus pasos se aligeraron a la par que se ajustaba el abanico a su espalda para que no fuera molesto. No era que precisamente le pesara, o ni siquiera era que fuera a limitarle el movimiento, cualquiera que conociera de su clan sabía algo tan básico como ello, pero no dejaba de ser algo que uno cargaba en la espalda y no quería le molestase en las paletas de sus huesos de la misma. ¿Estaba preparada para aquel día? Si bien era cierto que era una genin como el resto, su clase delataba lo nueva que era en aquel mundo, y su edad no es que le ayudase precisamente a decir que tenía experiencia. Tampoco es que la tuviera. Solo conocía a sus compañeros por su nombre, y hasta el momento poco más que unas descripciones vagas sobre su físico y desde dónde debían partir la patrulla.
Una vez llegó al punto de encuentro, esperó con sus dos manos sujetando la cinta de cuero que le cruzaba el cuerpo, de la que sujetaba su abanico. Ahí esperó hasta que llegasen el resto, siendo solo en aquel momento que hablase a ambos. — Buenos días a ambos, me alegra poder participar en esta patrulla con ustedes — Hizo una reverencia medio formal, lo suficiente para no sentir que tenía su sensei mirándole la nuca. Mostró además una sonrisa cordial, con cierto deje de ilusión por poder hacer algo así de interesante. — Quedo a vuestra disposición, creo que les han informado ya de la situación, si no... aquí tienen la misión — De su cinturón de cuerda roja sacaría un pergamino, en el cual vendría clara la misión central que decía, entre otras cosas, los siguientes puntos de modo muy claro:
- Seguir la ruta de patrulla señalizada para esa mañana [indicada en un mapa dentro del pergamino]
- Mantener la zona bajo control
- Una vez llegada a la localización de la que se conoce habrá un encuentro de comercio negro, buscar a los sospechosos.
- Atrapar a los señalados como investigados del robo de mercancías de Ciudad Io, con vida, y ponerlos a disposición para su arresto preventivo.
Si miraban a su entorno, estaban a penas en la entrada de la zona inferior. Quizá ellos estuvieran hechos ya a un entorno que se respiraba tenso de por sí, con un olor que denotaba el porqué era el más inferior de todos y alejado de la influencia de la Ley. Por el momento, la concurrencia de personas era escasa y muchas personas parecían simplemente seguir su vida, aceptando la posición de tal vez ser de las más bajas clases que había en aquella aldea. ¿Cómo podían sentirse ante la presencia de los genin? Sus miradas no pudieron evitar posarse sobre las tres figuras, aunque fuera simplemente de reojo con curiosidad. Debían ser avispados, de ellos dependía como quisieran llevar acabo su cometido. — Les sigo — Y la menor en rango cumpliría su parte.