Al parecer, no saber el resto del plan hizo que todo funcionase aún mejor: el Shoku no tuvo que ocuparse de pensar otras cosas o comerse la cabeza decidiendo qué hacer, le bastó ocupar todo su IQ para idear una táctica que le permitiese conseguir su pequeño objetivo, y todo ello desencadenó y sumó al fin real: atacar coordinadamente. Ahora era momento de ensuciarse las manos y dejar un poco el acting, al menos allí en su posición.
Y es que, tras ser tratada, Shun tomó de rehén a la médica de Konoha. Los otros dos de la Hoja, al parecer también del bando rebelde de la historia, neutralizaron a sus "colegas" de Shimo. El hombre de ojos malva quedó entre la espada y la pared. Naoya le ofreció su mejor sonrisa cínica, y luego se volvió hacia Shun, asintiendo. — Nunca hubiese dudado de tí, Shun. Pero un shinobi tan profesional como yo debe guardar las apariencias. — carcajeó por lo bajo y luego pasó por al lado del grupo, saliendo de la carpa. — Suerte, Stanley.
Tras salir del campamento médico, el chico de coletas se encamina a la cabaña nuevamente. Empieza a correr, maniobrando entre las calles ahora llenas de shinobis batiéndose a duelo. Esquiva cada contienda y se enfoca en su objetivo: llegar cuanto antes junto a los víveres y recibir órdenes de "ella". Aquella rubia que lo había puesto contra el filo de su katana por la noche, y a quien había oído llegar al lugar antes de tener que irse con la herida Shun.
Tras llegar al lugar, observa el caos montado. Los ciudadanos de Shimo que antes esperaban recibir sus alimentos, habían salido corriendo en su mayoría. Las huellas en la nieve iban en todas direcciones. Haciéndose el afligido, Naoya chasquea la lengua y se dirige a la entrada del edificio caminando con determinación. En el camino, realiza tres sellos de manos, idénticos pero separados. Se acerca al sujeto de la puerta, que se supone era el compañero de la rubia rebelde.
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Si lograba ver a Chosami, realizaría un nuevo sello manual, por lo bajo. — ¿Qué demonios está sucediendo aquí? — preguntó con un tono de duda bastante grotesco.
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