Última modificación: 22-03-2024, 09:14 AM por Miku.
Desde hace unos pocos días atrás, Miku estaba considerando la opción de poder tener un pacto con algún animal ninja y que éste pudiera ayudarle en su labor y futura meta de convertirse en la mejor ninja médico del mundo. Cuando la Yuki le expresó ese deseo a su madre, ella decidió enseñarle a realizar la técnica conocida como Kuchiyose No Jutsu, una técnica que usando la sangre del ejecutor y teniendo un pacto de sangre firmado, se podría dar lugar a realizar invocaciones de compañeros animales que ayudarán al ninja en cuestión durante sus misiones o combates.
Miku ya conocía bien como se veía tal invocación, pues su madre era una firmante con el Pacto de las Babosas y su padre era firmante del Pacto de Lobos. Pero de entre esas dos, la Yuki se interesó más en el Pacto de las babosas pues eran los animales médicos por excelencia, usados por su madre en distintas misiones para poder curar a sus compañeros, e incluso, eran usados en el hospital donde trabajaba por ella y otros médicos. La Kunoichi de la Niebla quería ser firmante de aquel pacto y ser como su madre algún día, pero aún le causaba algo de nervios tener que verse las caras con una babosa y demostrar que era digna de firmar el pacto.
Durante todos los días posteriores a su aprendizaje sobre el Kuchiyose No Jutsu, se dedicó a meditar y prepararse para poder afrontar la prueba, la madre de la Yuki le había informado de antemano que firmar un pacto animal no es un juego y requería de una prueba previa antes de ser considerado digno de firmar y es por eso que Miku conocía a lo que se iba a enfrentar.
Luego de una larga meditación y espera, Miku consideró que estaba lista para afrontar aquella prueba, fuese lo que fuese, ella trataba de estar preparada mentalmente. Sin dudarlo, llevó una de sus manos hasta sus labios y usó sus dientes para morder el pulgar de esa mano y crear una pequeña herida sangrante, con eso listo, procedió a realizar los respectivos sellos manuales del Kuchiyose No Jutsu y una vez los finalizó, colocó con un ligero golpe, su mano en el suelo.
Un patrón de varios kanjis se expandió teniendo como origen su mano con la herida a una distancia moderada y de pronto, una nube de humo blanquecina como las nubes apareció. Miku estaba asombrada por lo que estaba viendo y aunque de momento solo era capaz de ver una nubecita de humo, sabía que realizar aquella técnica se podría considerar un avance en su largo y arduo entrenamiento para convertirse en ninja médico.
Miku ya conocía bien como se veía tal invocación, pues su madre era una firmante con el Pacto de las Babosas y su padre era firmante del Pacto de Lobos. Pero de entre esas dos, la Yuki se interesó más en el Pacto de las babosas pues eran los animales médicos por excelencia, usados por su madre en distintas misiones para poder curar a sus compañeros, e incluso, eran usados en el hospital donde trabajaba por ella y otros médicos. La Kunoichi de la Niebla quería ser firmante de aquel pacto y ser como su madre algún día, pero aún le causaba algo de nervios tener que verse las caras con una babosa y demostrar que era digna de firmar el pacto.
Durante todos los días posteriores a su aprendizaje sobre el Kuchiyose No Jutsu, se dedicó a meditar y prepararse para poder afrontar la prueba, la madre de la Yuki le había informado de antemano que firmar un pacto animal no es un juego y requería de una prueba previa antes de ser considerado digno de firmar y es por eso que Miku conocía a lo que se iba a enfrentar.
Luego de una larga meditación y espera, Miku consideró que estaba lista para afrontar aquella prueba, fuese lo que fuese, ella trataba de estar preparada mentalmente. Sin dudarlo, llevó una de sus manos hasta sus labios y usó sus dientes para morder el pulgar de esa mano y crear una pequeña herida sangrante, con eso listo, procedió a realizar los respectivos sellos manuales del Kuchiyose No Jutsu y una vez los finalizó, colocó con un ligero golpe, su mano en el suelo.
Un patrón de varios kanjis se expandió teniendo como origen su mano con la herida a una distancia moderada y de pronto, una nube de humo blanquecina como las nubes apareció. Miku estaba asombrada por lo que estaba viendo y aunque de momento solo era capaz de ver una nubecita de humo, sabía que realizar aquella técnica se podría considerar un avance en su largo y arduo entrenamiento para convertirse en ninja médico.