[Común] Amigos y Maestros

Llegada la tarde y habiendo finalizado todas sus tareas cotidianas el peliblanco se había tomado un tiempo para recorrer las instalaciones de la Academia, en búsqueda de alguna novedad o solicitud de empleo. En cuanto se paro frente a las puertas se extraño al no notar a nadie dentro, la sede se encontraba extrañamente vacía, probablemente debido a algún entrenamiento por lo que decidió ingresar sin más para luego dirigirse al muro de las solicitudes pendientes...

Se amargó ya que nada coincidía con sus planes, y la mayoría de tareas eran destinadas a grupos gennin. Quizá la primer ocasión en tener tiempo libre, lo que resulto por menos extraño para el Hyuga acostumbrado a siempre estar atareado. Parado y reflexivo observaba los papeles intentando determinar si su próximo objetivo sería un viaje por el continente o quizá podría entrenar un poco más sus técnicas. Últimamente le faltaba creatividad, sentía que algo le faltaba o que estaba ignorando algo.

Shikagetsu caminaba por los pasillos de la Academia Ninja de la Aldea Oculta de la Hoja en un día particularmente tranquilo. La mayoría de los estudiantes habían terminado sus clases y actividades del día, dejando los pasillos prácticamente desiertos. El joven genin hace meses se había vuelto delegado y a cambio de algunos créditos para aproximar su ascenso de rango se encargaba de tareas administrativas en la academia después de las clases de los mas jóvenes. Corria de aquí allá con paquetes y algunas cartas en pergaminos. Después de entregar los pergaminos y cumplir con sus responsabilidades como mensajero, Shikagetsu se dirigió hacia la oficina administrativa de la academia. Allí, se ocupó de algunos asuntos relacionados con los créditos y los registros de misiones completadas.

Aunque las tareas administrativas podían resultar tediosas para algunos, Shikagetsu las abordaba con diligencia y eficiencia. Sabía que cada tarea, por pequeña que fuera, contribuía al bienestar y la seguridad de su aldea. se detenía de vez en cuando para colocar algunos carteles informativos en los tablones de anuncios, asegurándose de mantener a la comunidad ninja al tanto de los eventos y noticias importantes. 

Sin embargo, esta vez, algo diferente brillaba en los ojos de Shikagetsu. Por primera vez desde su graduación como genin, decidió poner un pequeño cartel en el muro de solicitudes, un gesto que simbolizaba un nuevo capítulo en su entrenamiento como shinobi. El cartel anunciaba su búsqueda de un maestro que estuviera dispuesto a guiarlo y enseñarle nuevos conocimientos y habilidades.

Después de colocar el cartel con cuidado, Shikagetsu tomó una pequeña hoja de papel y un lápiz, y escribió su nombre en la lista de alumnos en busca de un maestro. Era un paso importante en su viaje como ninja, demostrando su humildad y su deseo de seguir aprendiendo y creciendo.

Con un leve sentimiento de emoción y nerviosismo, Shikagetsu observó su nombre recién escrito en la lista. Sabía que encontrar un maestro adecuado no sería fácil, pero estaba decidido a perseverar y aprovechar al máximo esta oportunidad.

Luego de minutos de búsqueda exhaustiva entre los cientos de anuncios, una nota llamó su atención, algo inusual que casi paso desapercibido ante los ojos de curioso ermitaño, Nara? Pensó. Ese nombre no lo conocía, pero intuía que algo se le estaba olvidando. Meditó unos segundos y tomo el papel para leer con mayor claridad las instrucciones. Sin duda una búsqueda particular o por lo menos osada la de aquel shinobi desvergonzado, no dudo en acudir a la academia para solicitar un Maestro ajeno a la institución, esto le cayó muy bien al Hyuga puesto que el haría lo mismo con tal de llegar a su objetivo.

Recordó por unos momentos el tiempo transcurrido en aquella bella aldea y consideró que podría guiar a aquel joven gennin, con algo de suerte y tiempo conseguiría un amigo y probablemente un legado...

Decidió dejar una nota pegada justo encima de la solicitud con un mensaje de aceptación: Búscame en el Motel Jojo´s zona de residencias, firma: Satoru
A partir de entonces quedaría esperar a que Shikagetsu viera el mensaje y fuera al Motel, allí estaría esperando su próximo instructor.

 Satoru, ya motivado, salió de la Academía y empezó a caminar por las calles en dirección a la zona Residencial donde se encontraba su Motel, la tardecita poco a poco caía sobre Konoha, dejando un tono anaranjado sobre todas las viviendas que encendían sus luces y se preparaban para la noche. El peliblanco seguía pensativo y resolutivo, diseñando un plan de entrenamiento para lo que se aproximaba, también se recordaba así mismo que debía ser paciente y procurar ser practico y eficiente como alguna vez le enseño su Maestro.

Después de dejar la solicitud en la academia, Shikagetsu Nara aguardó con impaciencia cualquier respuesta. Pasaron los días, y finalmente, una nota pegada justo encima de su solicitud capturó su atención. Con curiosidad, el genin del Clan Nara leyó el mensaje que contenía.

"Búscame en el Motel Jojo´s zona de residencias, firma: Satoru."

La emoción y la anticipación se apoderaron de Shikagetsu mientras leía esas palabras. Finalmente, había recibido una respuesta a su solicitud de encontrar un maestro. Con un corazón lleno de determinación, se preparó para dirigirse al Motel Jojo's en la zona de residencias, ansioso por encontrarse con su próximo instructor.

El genin del Clan Nara se encaminó hacia el motel con paso firme, su mente llena de expectativas y su voluntad de fuego ardiendo más intensamente que nunca. Estaba listo para embarcarse en una nueva etapa de su entrenamiento como shinobi, dispuesto a aprender y crecer bajo la tutela de su nuevo mentor.


Con la nota en mano, Shikagetsu Nara se adentró en la zona de residencias donde se encontraba el Motel Jojo's. El ambiente estaba impregnado de una atmósfera tranquila y serena, con las luces de la tarde pintando el paisaje con tonos cálidos y acogedores.

El genin del Clan Nara se detuvo frente al motel, observando la fachada con atención mientras buscaba el indicio de su próximo destino. con un leve suspiro, Shikagetsu se acercó al mostrador, dudas llenaban su mente mientras con algo de timidez finalmente preguntó al delgado hombre que atendía la pequeña recepción -Estoy buscando a un hombre, Satoru es su nombre, podría decirme en que habitación encontrarlo- El hombre en recepción lo miró mientras balanceaba su delgado torso. Muchacho, lamentablemente los datos de nuestros clientes son confidenciales-