[Común] [Concurso SV] - Malas Decisiones

Era una noche tranquila en las calles de la aldea, solo se podía irrumpir esta tranquilidad con la risa y juegos de varios jóvenes que iban hablando a viva voz, burlándose de tantas cosas y riéndose de tantas otras que era inentendible para todo aquel que no pertenecía a dicha conversación, este grupo llegaría afuera de una gran casona y, tras despedirse de una joven, ellos se irían para sus hogares en notorio estado de ebriedad. Más nerviosa que nada, sabiendo que podría enfrentarse a la ira de sus progenitores, se plantearía ingresar a su hogar con un par de tragos encima, oliendo a tabaco y alcohol, aunque sabía que no los molestaría realmente, igual pensaba y añoraba verlos enojar por una situación como esta… sin embargo, poco antes de ingresar a su hogar, la joven dio un último vistazo hacia atrás, solo para verlas a ellas… una mujer despampanante de grandes atributos y un vestido florado como el suyo, con adornos dorados y faldón largo, junto a otra mujer de blanca cabellera que le seguía por detrás, eran como el día y la noche, una clara referencia a quienes eran… eran Moran y su protectora Sugar… la misma Moran que servía a su familia, aun siendo del mismo clan Shoku, era la que había dedicado su vida a cuidarlas…

Tras ellas, el grupo de amigos de Yuna se alejaban lentamente, pero en el rostro de Moran solo se veía algo de rabia al respecto… esta no pudo hacer nada más que agachar la cabeza y decir – buenas noches… Yuna-sama – mientras ingresaban al hogar ambas mujeres, mostrando respeto e inclinándose ante ella mientras pasaban por el gran pórtico de la casona patronal de la familia Shoku.

Yuna se quedaría de una pieza, siempre fue vigilada… siempre le observaron, pero nada más que eso… ella ingreso tras ellas con nerviosismo, atravesó la estancia, paso el pasillo del patio interior, lo hacia lo más sigilosamente posible mientras la luz de la luna la iluminaba y hacia mucho más ruido del que creía, tanteo en busca de su habitación, pero no fue eso lo que vio… simplemente lo vio a él, a su padre al final del pasillo con una botella de leche en la mano y un pan en la otra, estaba teniendo un snack nocturno… el al verla en un estado notorio de ebriedad y malas decisiones, solo opto por saludarla moviendo la cabeza y caminar como cualquier día por el lado de ella, deteniéndose un segundo solo para hablar y decir – por cierto, mañana llegara la criada de la cual estábamos hablando, espero se lleven bien – para seguir con su paso… un vacío en el interior de Yuna le desahogo completamente… hubiese preferido verlo arder en rabia, que le retase, que le prohibiera volver a salir hasta tan tarde o interesarse en sus amigos… pero… no.

A la mañana siguiente, el dolor de cabeza y la falta de sueño se notaban en los ojos de la jovencita, ella se levantó y estiro con todo lo que pudo, miro hacia su cómoda y pudo verlo, un par de maletas chicas y una joven con la mitad de su cabellera blanca, hurgando en su armario, retirando un montón de ropas caras y pieles que ella antes había comprado - ¿eh?... ¿Quién eres tú? – diría desconcertada – que te importa, apestas a alcohol, mejor anda a bañarte y quítate esa puta ropa sucia que llevas, me das asco – diría reprochando sin siquiera dirigirle la mirada… por alguna extraña razón, casi sin replicar, Yuna le hizo caso ciegamente…

El agua callendo en forma de challa sobre su piel era refrescante, podía limpiar y curar cada parte de esta, sus manos recorrían su cuerpo mientras lo limpiaban y gozaba del agua, era un momento de intimidad que solía aprovechar la joven muchacha, y más si recordaba a ese joven apuesto al que gustaba, Shen Yiuo… la noche anterior le había dicho que, claramente, ella era tan bella que podrían ser pareja probablemente… hoy iba a ser un gran día, lo recordaba claramente, dijo que se encontrarían en el barrio comercial de la aldea… sus manos recorrían con intensidad su cuerpo y su respiración se agitaba… realmente quería todo con ese chico.

Al volver, envuelta en toallas y secándose el pelo, pudo ver como solo las ropas tradicionales y los viejos vestidos de los Shoku estaban sobre su cama, el resto de cosas, sus pieles, gabardinas y joyas, todo eso estaba sobre las maletas de aquella mujer, aquella que ahora mismo vestía de piel y plumas, que sus orejas eran adornadas por grandes aretes dorados, sus cosas… sus mejores cosas las portaba ella, mirándose frente a un espejo, notando como su pecho era demasiado grande para las ropas que elegía, pero no le importaban, la seda se sentía bien al tacto y lo ostentoso le venía bien, era una bruja… Yuna, apenas empezó a exigir una explicación, solo fue respondida con una agresividad y fuerza de parte de esta mujer – Y tú que te crees mocosa, no tienes el porte ni la gracia para portar esta ropa, además, vístete como quieras, pero no serás más bella por ello, nadie te quiere y nadie te querrá no importa cómo te vistas, así que púdrete, toma esos viejos harapos y márchate de mí vista, ya se te hizo tarde – diría, señalándole el reloj – Shen Yiuo – diría sorprendida, ya eran las 3 de la tarde, había pasado de largo… Yuna, casi sin saber qué hacer, simplemente vistió estas ropas antiguas y salió corriendo del lugar… su estómago rugía de hambre, pero no le importo… ella corrió y corrió, hasta llegar al distrito comercial, al fin, pudo verlo, estaba esperando en una de las cafeterías del lugar, antes de acercarse, reviso sus bolcillos buscando su monedero, al encontrarlo, lo abrió y se percató de que estaba vació… desesperada, empezó a mirar para todos lados, fue entonces cuando las vio… Moran, Shugar y aquella nueva integrante de la familia, las tres sentadas en uno de los locales, observándola...

Mira para allá, y mantente oculta, como te enseñaron tus abuelos – diría Moran, señalando en dirección a ese tal Shen Yiuo – entiéndelo niña, no importa cómo te vistas ni cuánto dinero tengas, la gente no te amara por ello. Por cierto, soy Rossana Plank, y me contrataron para hacerme cargo de ti y tus finanzas – diría, mostrando un fajo de billetes que era el que tenía en su monedero – puedes considerarte pobre – diría, mientras que Yuna observaba como aquel que la noche anterior le había prometido el cielo mar y tierra, ahora estaba besándose apasionadamente con quien parecía ser su “mejor amiga”, aquella que vestía con la ropa que ella misma le había comprado… esa joven que se burlaba las espaldas de Yuna y que ella siempre tolero, diciendo que así era la amistad… auto convenciéndose de ello… pero no…

Han pasado ya dos años de eso, Yuna, Rosanna, Moran y Shugar han aprendido a convivir cada vez mejor, Rosanna sigue quedándose con el dinero de la jovencita, Moran vigila de vez en cuando a la joven Yuna, Shugar sigue siendo una sombra inexpresiva para Moran, y Yuna, ella cada vez aprende más y más sobre el amor propio y el respeto a si misma… haber conocido a Shen Yiuo y haber tocado fondo por su culpa, eso fue lo más especial que alguien pudo darle… Yuna necesitaba de esto, para poder darse cuenta de quienes realmente se preocupaban por ella… hoy en día, la joven solo viste con trajes tradicionales del clan Shoku, su dinero lo maneja completamente Rosanna, ya no tiene amigos por interés y solo bebe y comparte a la hora del té con quienes considera sus verdaderas amigas, aunque para el mundo y familia, ellas solo sean trabajadoras del hogar que están obligadas a servirla y seguirla, ella sabe muy bien que, por muy toscas y bruscas que se vean, ellas eran sus personas más cercanas…