Las lluvias de los últimos días habían sido más constantes y tupidas que de costumbre, motivo por el cual empezaba a sonar la alerta climática para la población civil. Los cuerpos de agua que se encuentran en las cercanías a la aldea aumentaban progresivamente su tamaño, algunos estaban cerca de llegar a su límite mientras que otros más ya se habían desbordado, generando las primeras repercusiones en las localidades cercanas.
— Ustedes dos; Raiko, Sanga, se encargarán de evacuar a los civiles que se encuentran en las cercanías al río. Trasládenlos al albergue más cercano, si no estoy mal, debe ser el número cuatro —. Un hombre con atuendo militar que lo identificaba como shinobi de rango medio, se encontraba dando instrucciones a cerca de una docena de genins ahí reunidos. Desde luego que la villa actuaría antes de que se presentaran inconvenientes y por tal motivo desplegó a sus ninjas para que cumpliesen con la misión de salvaguardar la integridad de los pobladores y asegurar los bienes importantes.
— En cuanto a ustedes cuatro — y aquí el hombre hizo una pausa y señaló uno por uno a ciertos genins, los que se veían más corpulentos del grupo — les tocará el trabajo pesado, deberán transportar los granos de arroz y trigo de ese granero, hasta el albergue número dos —. Tras dictar esa indicación, la anotaría también en una libreta de bolsillo, para llevar el registro.
Las instrucciones no cesaron, el turno siguiente fue para las cuatro chicas que comprendían el grupo, por supuesto se trataban de kunoichis. Ellas fueron asignadas a colocar lonas sobre los cultivos más endebles para protegerlos de las ráfagas de viento que se presentaban, también tendrían que hacer algunos canales en la tierra que sirviese de desagüe para evitar encharcamientos excesivos.
Todas las tareas continuaron asignándose y conforme lo hacían, los genins se desplegaban a cumplirlas. Tras unos minutos solo quedarían dos personas en el sitio, el Chunin encargado de repartir las encomiendas y un joven genin de cabello rubio cenizo, que parecía no muy contento de quedarse hasta el final allí. "Maldita sea, me tocará la tarea más sencilla o la más complicada, siempre es así para el último en servirse y, con mi suerte, ya puedo adivinar cual será el resultado..." el semblante de Katsuki básicamente filtraba todos sus pensamientos. El instructor esbozó una ligera sonrisa antes de dar las últimas indicaciones.
— Y finalmente, tú estarás encargado de buscar a las dos vacas que se escaparon en medio del caos. Son un bien indispensable para los pobladores de esta zona, así que debes darte prisa antes de que les pase algo —. Si bien no era la tarea más complicada como lo había anticipado, si era algo que le resultaba bastante molesto, no se podía creer que tras graduarse de la academia ahora estaría haciendo el trabajo de un ganadero buscando un par de vacas. — Entendido... — Replicó molestó el joven Katsuki antes de partir para dar manos al asunto.
La zona del ganado, y de donde se había separado el par vacuno, se encontraba cerca de las periferias del río, así que esa sería una buena zona para comenzar la búsqueda. No tuvo que pasar demasiado tiempo, quizás unos 20 minutos, antes de que finalmente diera con ellas, sin embargo la escena donde las encontró no sería precisamente la más propicia para un rescate. El río había crecido demasiado y su cauce se había desbordado, invadiendo por mucho las área colindantes. En medio de todo el cuerpo de agua creciente, se había mantenido un pequeño islote que con el paso de los minutos se hacía cada vez más pequeño y sí, en el centro de ese islote se encontraba el par de reces atrapadas y sin la posibilidad de escapar.
— Puedo llegar al islote fácilmente caminando sobre el agua, pero ni de coña podré cargar a una vaca conmigo, mucho menos el pensar en traer a las dos —. Enfrente de esa disyuntiva, y teniendo el tiempo en contra, el rubio pensó en un posible plan que probablemente tendría éxito, o eso quería creer.
[tecnicainvalida=581]
Tras realizar una secuencia de sellos manuales, expulsaría una bocanada de viento frío, misma que congelaría el agua desde su posición hasta el islote del centro, creando una capa de hielo que esperaba fuese los suficiente resistente para soportar al rededor de una tonelada de peso combinado. Katsuki avanzó hacia las vacas, llegado a ellas trató de calmarlas y posteriormente las lazó para trasladarlas hacia el extremo. Afortunadamente no hubo problemas y ambas pudieron llegar sanas y salvas. Finalmente, solo tuvo que llevarlas hasta el albergue más cercano y regresar para reportar el éxito de su misión.
— Ustedes dos; Raiko, Sanga, se encargarán de evacuar a los civiles que se encuentran en las cercanías al río. Trasládenlos al albergue más cercano, si no estoy mal, debe ser el número cuatro —. Un hombre con atuendo militar que lo identificaba como shinobi de rango medio, se encontraba dando instrucciones a cerca de una docena de genins ahí reunidos. Desde luego que la villa actuaría antes de que se presentaran inconvenientes y por tal motivo desplegó a sus ninjas para que cumpliesen con la misión de salvaguardar la integridad de los pobladores y asegurar los bienes importantes.
— En cuanto a ustedes cuatro — y aquí el hombre hizo una pausa y señaló uno por uno a ciertos genins, los que se veían más corpulentos del grupo — les tocará el trabajo pesado, deberán transportar los granos de arroz y trigo de ese granero, hasta el albergue número dos —. Tras dictar esa indicación, la anotaría también en una libreta de bolsillo, para llevar el registro.
Las instrucciones no cesaron, el turno siguiente fue para las cuatro chicas que comprendían el grupo, por supuesto se trataban de kunoichis. Ellas fueron asignadas a colocar lonas sobre los cultivos más endebles para protegerlos de las ráfagas de viento que se presentaban, también tendrían que hacer algunos canales en la tierra que sirviese de desagüe para evitar encharcamientos excesivos.
Todas las tareas continuaron asignándose y conforme lo hacían, los genins se desplegaban a cumplirlas. Tras unos minutos solo quedarían dos personas en el sitio, el Chunin encargado de repartir las encomiendas y un joven genin de cabello rubio cenizo, que parecía no muy contento de quedarse hasta el final allí. "Maldita sea, me tocará la tarea más sencilla o la más complicada, siempre es así para el último en servirse y, con mi suerte, ya puedo adivinar cual será el resultado..." el semblante de Katsuki básicamente filtraba todos sus pensamientos. El instructor esbozó una ligera sonrisa antes de dar las últimas indicaciones.
— Y finalmente, tú estarás encargado de buscar a las dos vacas que se escaparon en medio del caos. Son un bien indispensable para los pobladores de esta zona, así que debes darte prisa antes de que les pase algo —. Si bien no era la tarea más complicada como lo había anticipado, si era algo que le resultaba bastante molesto, no se podía creer que tras graduarse de la academia ahora estaría haciendo el trabajo de un ganadero buscando un par de vacas. — Entendido... — Replicó molestó el joven Katsuki antes de partir para dar manos al asunto.
La zona del ganado, y de donde se había separado el par vacuno, se encontraba cerca de las periferias del río, así que esa sería una buena zona para comenzar la búsqueda. No tuvo que pasar demasiado tiempo, quizás unos 20 minutos, antes de que finalmente diera con ellas, sin embargo la escena donde las encontró no sería precisamente la más propicia para un rescate. El río había crecido demasiado y su cauce se había desbordado, invadiendo por mucho las área colindantes. En medio de todo el cuerpo de agua creciente, se había mantenido un pequeño islote que con el paso de los minutos se hacía cada vez más pequeño y sí, en el centro de ese islote se encontraba el par de reces atrapadas y sin la posibilidad de escapar.
— Puedo llegar al islote fácilmente caminando sobre el agua, pero ni de coña podré cargar a una vaca conmigo, mucho menos el pensar en traer a las dos —. Enfrente de esa disyuntiva, y teniendo el tiempo en contra, el rubio pensó en un posible plan que probablemente tendría éxito, o eso quería creer.
[tecnicainvalida=581]
Tras realizar una secuencia de sellos manuales, expulsaría una bocanada de viento frío, misma que congelaría el agua desde su posición hasta el islote del centro, creando una capa de hielo que esperaba fuese los suficiente resistente para soportar al rededor de una tonelada de peso combinado. Katsuki avanzó hacia las vacas, llegado a ellas trató de calmarlas y posteriormente las lazó para trasladarlas hacia el extremo. Afortunadamente no hubo problemas y ambas pudieron llegar sanas y salvas. Finalmente, solo tuvo que llevarlas hasta el albergue más cercano y regresar para reportar el éxito de su misión.