Siempre se decía que la locura de un genio venía dada por las horas y horas que pasaba hablando por si solo. En mi caso, por las horas y horas que pasaba frente a depende que cosas. Llevaba mucho tiempo investigando, mucho tiempo donde mi cuerpo y mi mente se habían entregado casi en completa a una investigación de la rama científico-sanitaria que me había llamado demasiado la atención. El uso de aquellas sanguijuelas sin duda era algo casi mágica, pero que despertaba en mí una curiosidad que pocas otras veces había sentido. El poder que emergía de aquellos bichos era tal que muchas veces me llevaba a sustraer mi propia sangre para analizarla. Los glóbulos rojos y blancos se multiplicaban cuando la sanguijuela dirigía su poder a la persona indicada. La cantidad de noches que había pasado con los focos investigando acerca de mi propia sangre, la forma en la que afectaba a largo alcance el uso de aquella fuerza. Todo era beneficios. El problema ahora venía en que necesitaba más, no solo me valía con mi propia sangre, no solo valía con tenerme a mi misma como sujeto de pruebas.
Me encontraba en ese mismo momento husmeando entre los libros y libros de la biblioteca más cercana que pude encontrar. Necesitaba todos los libros acerca de genética, acerca de medicina avanzada y, si encontraba algo de insectos y venenos, habría hecho el culmen de mi visita. No me hacía mucha gracia estar investigando acerca de bichos, pues a decir verdad no eran algo que me hicieran demasiada gracia, pero la investigación muchas veces llevaba a una a puntos en los que no se había imaginado que podía llegar. También tenía otro punto en la investigación. Hacía mucho, en una misión de cuando estaba dentro del grupo de acción, pude ver como un integrante usaba dos Kekkei Genkai distintos. No dos elementos, si no dos formas de moldear el chakra en dos familias distintas. Fue algo que sin duda me llamó la atención, por eso misma y de forma totalmente altruista, debía enterarme de cómo había pasado. ¿Es que había una forma de incluir dentro del propio material genético uno distinto, cuyo chakra y forma de moldearse fuera completamente compatible? Aquella imagen que aquella chica cuyos ojos blancos podían verse desde lejos mientras que deshacía su cuerpo en papeles se quedó grabada en mi mente al tiempo que muchas preguntas iban y venían. Necesitaba respuestas. Muchas respuestas. Y hasta el momento solo la ciencia podía dármelas.
Algo que sabía muy bien, y que por mucho que estuviera tiempo huyendo de aquello, era que tarde o temprano mis experimentos necesitarían nuevas fuentes de energía, nuevos cuerpos, lo que significaba que debía mancharme las manos. – Maldición... – Expresaría una vez que hubiera salido de aquel lugar de fuente de sabiduría con todo lo necesario para seguir estudiando mis inquietudes. Mis preguntas, todas y cada una, necesitaban respuesta.
Me encontraba en ese mismo momento husmeando entre los libros y libros de la biblioteca más cercana que pude encontrar. Necesitaba todos los libros acerca de genética, acerca de medicina avanzada y, si encontraba algo de insectos y venenos, habría hecho el culmen de mi visita. No me hacía mucha gracia estar investigando acerca de bichos, pues a decir verdad no eran algo que me hicieran demasiada gracia, pero la investigación muchas veces llevaba a una a puntos en los que no se había imaginado que podía llegar. También tenía otro punto en la investigación. Hacía mucho, en una misión de cuando estaba dentro del grupo de acción, pude ver como un integrante usaba dos Kekkei Genkai distintos. No dos elementos, si no dos formas de moldear el chakra en dos familias distintas. Fue algo que sin duda me llamó la atención, por eso misma y de forma totalmente altruista, debía enterarme de cómo había pasado. ¿Es que había una forma de incluir dentro del propio material genético uno distinto, cuyo chakra y forma de moldearse fuera completamente compatible? Aquella imagen que aquella chica cuyos ojos blancos podían verse desde lejos mientras que deshacía su cuerpo en papeles se quedó grabada en mi mente al tiempo que muchas preguntas iban y venían. Necesitaba respuestas. Muchas respuestas. Y hasta el momento solo la ciencia podía dármelas.
Algo que sabía muy bien, y que por mucho que estuviera tiempo huyendo de aquello, era que tarde o temprano mis experimentos necesitarían nuevas fuentes de energía, nuevos cuerpos, lo que significaba que debía mancharme las manos. – Maldición... – Expresaría una vez que hubiera salido de aquel lugar de fuente de sabiduría con todo lo necesario para seguir estudiando mis inquietudes. Mis preguntas, todas y cada una, necesitaban respuesta.