El mensaje del viento a través del tiempo // Priv. Shujin.
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Las horas habían pasado sobre su cabeza y solo restaba descansar. El sol cada vez se ocultaba más. Ella había decidido ducharse en una especie de tina que había construido. Para su funcionamiento usaba una especie de fuente de agua potable. Aquel, tal y como podría imaginarse, era un paraíso dotado de tranquilidad y de los ornamentos necesarios, hechos a mano, para poder vivir en completa tranquilidad como un ermitaño.

La cueva, a su interior, no era la más cómoda y mucho menos caliente, pero al menos sus técnicas ígneas le permitirían elaborar fogatas que la mantuvieran acorde a lo que ella quería. Había llevado una especie de colchoneta para dormir, ropa, comida y demás cosas selladas en un pergamino.

Aquel se había convertido su lugar favorito en el mundo. Desde allí, todos sus problemas, sus angustias, sus males y sus pesares parecían pequeños, tan pequeños como se veía la misma montaña Hokage a lo lejos. El sol empezaba a ocultarse dejando sus últimos haces de luz como regalo a quien los veía y al tiempo, una densa niebla empezaba a rodear las montañas más bajas. Poco a poco, era más invisible y el frío empezaba a sentirse.

La rubia, por otro lado, había llegado allí desde temprano. Su entrenamiento se había enfocado en desarrollar el senjutsu, llevarlo a otra etapa y así mismo, desarrollar su ninjutsu médico a tal escala que derrotarla en combate fuera literalmente imposible. Trabajaba en la multiplicación de sus células a una escala desenfrenada, y claro, aquello conllevaba un gasto desmesurado de chakra, pero por lo mismo entrenaba, buscaba tener ese control.

Tomó un poco de comida y se sentó en la punta de aquella montaña a ver como el sol desaparecía y como poco a poco la bóveda celeste empezaba a iluminarse, no sin antes llenarse de pequeñas estrellas. En aquel momento, la rubia se detuvo.

— El pedazo de comida que iba a llevar a su boca quedó a la mitad. —¿Qué sentido tiene todo esto?... El mundo ha cambiado tanto que… tendría que hacerse de nuevo para poder arreglarlo. — Tragó saliva con esfuerzo. —Jamás logré proteger a mi gente. — sus manos se empuñaron y justo ahí, arrojó aquel pedazo de comida al vacío. Su alimento bajaba por efecto de la gravedad, así como lo hacían sus lágrimas. En aquel momento se perdió en sus pensamiento, casi que llamándolo…

::: FlashBack :::

El sudor corría por su frente y cuerpo. Pese a la diferencia de niveles, la rubia había podido sostener y mantener el combate con el enmascarado que alguna vez le arrebató a esa persona especial con la que en su momento se había encariñado. Seguía inquieta, por lo que jamás se marchó pese a haber tenido la oportunidad. Aquel sujeto sabía su nombre y le generaba tanta angustia como curiosidad. ¿Quién era?. Pasaron no menos de dos horas entre destrozos, conversaciones interrumpidas, frases célebres y respuestas a todas aquellas inquietudes. Normalmente el sujeto vestido de negro lanzaba frases y ella se dedicaba a escucharle mientras le esquivaba.

No tenía ni la más mínima oportunidad. Lo cierto era que el sujeto se había contenido dándole una oportunidad tras otra, se estaba dando el placer de conocer las habilidades de la rubia que en aquel momento desconocía muchas de las habilidades que estaba por desarrollar. Pese a la ira, la conversación con el contrario había bajado sus ansias de hacerle daño y poco a poco fue entendiendo a dónde iba. No lo compartía en absoluto, pero logró entre tanto poder entenderle un poco. También buscaba un bien, un final sin dolor ni sufrimiento.

Finalmente, cayó sin reservas de chakra. Incluso las de Byakugō no In habían sido agotadas. Su cuerpo no podía moverse, su respiración estaba débil e incluso no podía abrir bien los ojos. Sentía que su vida se iba yendo poco a poco. Gotas de agua empezaron a caer, una a una, poco a poco. Miles de agujeros, extensiones de bosque quemados, destruidos por aludes de tierra, la devastación que dejaron en ese terreno jamás se había visto antes. La rubia estaba en lo que parecía una meseta creada por ella misma mientras esquivaba una de las técnicas del enmascarado, su pelo suelto y el agua cada vez más contundente cayendo en su rostro.

Se siguió apagando poco a poco. Escuchó pasos a lo lejos, se acercaron a ella sin temor alguno, quizá con la intención de acabar con la vida de la chunnin. —...— sus labios se abrieron despacio con ganas de gritar mientras sus uñas medio escarbaban débilmente en la tierra bajo su cuerpo sin hacerle cosquillas. Volvió a tragar con fuerzo antes de volcar su mirada a la figura de negro ahora parada frente a ella. —...— la miró desde su punto y sin nada más que esperar, se quitó la máscara dejando ver un rostro conocido. El shock del momento, sumado a la debilidad que tenía hizo que se quedara sin fuerzas y se desmayara quedando inconsciente.

Habrían pasado al menos dos o tres horas antes de que, despacio, la rubia empezara a abrir sus ojos. Sus reservas de chakra empezaban a volver poco a poco, así como el diamante en su frente. Lágrimas surcaron de inmediato su rostro, tapó con la diestra los mismos mientras trataba de entenderlo —...—. Se quedó ahí nada más que sintiendo como la ropa mojada se iba secando de a pocos con el calor de su cuerpo. Estaba abatida, destrozada. ¿Qué debía hacer? Esta verdad cambiaría no solo el curso de su vida, sino quizá la de muchos otros. ¿Tendría la valentía siquiera de decirlo en konoha?¿Qué ganaría si lo hacía? ¿Era en serio? ¿Cómo podría preguntarse eso? Shujin era un criminal y ahora ella lo sabía.

Con esfuerzo se puso de rodillas sobre la tierra, sus nudillos se apoyaron en esta y desesperada empezó a dar puños débiles que fueron cobrando fuerza poco a poco. —¡AAAAAAH!— el grito seco había acabado con la poca cordura que quedaba. No podría solo quedarse ahí y mucho menos podría creer lo que acababa de pasarle. Si había revelado tal secreto ¿por qué se había marchado? ¿Por qué no había tenido las fuerzas para quedarse y conversarle? ¿por qué le había confiado tal verdad? ¿Por qué no la había matado? —Shu...Shujin...— las lágrimas seguían brotando por sus ojos de forma descontrolada, parecían jamás acabar.

Una cúpula de tierra la cubrió de la intemperie esa noche. No regresó al caserío sino hasta el día siguiente. Los habitantes se preguntaron por lo que le había pasado. Estaba harapienta, sucia, con ropas desgastadas, con los ojos hinchados. La misión no pudo completarse, no encontró las plantas que necesitaba y tampoco tuvo las fuerzas para continuar. Solo deseaba un destino, solo uno. Tenía que sepultarlo junto con sus sentimientos. Sus pies la llevarían, después de tanto tiempo, a las puertas de Iwagakure. No sabía cuánto tardaría, se quedó en aquel caserío pasando su duelo unos cuantos meses, avisó desde luego al Hokage por medio de la babosa con la que ahora tenía el pacto, pero jamás mencionó la verdad. En konoha creyeron que estaba avanzando en medicinas nuevas y así era, pero de paso, llevaba el duelo del muerto que ahora resultaba vivo.

::: Fin FlashBack :::

—Debía haberlo hecho… Él hubiera cambiado el mundo. — se dijo así misma ahogándose en un suspiro interminable.
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" La vida es una sucesión de crisis y momentos en los que tenemos que redescubrir quiénes somos y lo que realmente queremos"
Aun cuando la combustión es espontánea muchas veces, la reacción química entre los elementos que la componen es lo que siempre se mantendrá como una constante. Para iniciar un fuego ha de haber combustión, ha de haber oxigeno y por supuesto material que alimente a las llamas; Deambulando dentro del país regido por dicho elemento, Shujin se encontraba en un viaje que le permitiese, poco a poco, configurar las piezas y movimientos necesarios para poder realizar uno de los incendios más grandes de los que se tuviese registro, al menos en el último tiempo. Para lograr aquello debía ser cuidadoso, un simple paso mal calculado no traería más que fracaso a una no-vida que poco a poco comenzaba a perder más y más su propósito, fuera de ello, el antiguo líder de Rieki ya estaba en conocimiento de otras mentalidades predispuestas al cambio, pero quizás y sólo quizás, no dispuestas a perseguirlo de la manera correcta. Atentar contra el poder es suponer la idea de cargar con ese peso sobre los hombros, la concatenación de responsabilidades que podían ser derivadas únicamente de aquel desbarajuste en las esferas dominantes podía significar un sin fin de desastres que a todas luces debían ser prevenidos, un mundo de luces y orden bajo todo punto de vista necesitaba que le devolviesen la vida, una mentalidad acostumbrada únicamente a la existencia carente de sentido tenía que ser confrontada a una realidad de supervivencia... La vida requería de la muerte, del temor, de la oscuridad como lugar de refugio para las más desalmadas personalidades del mundo, aquello simplemente no cambiaría jamás, no mientras el poder dominante fuese absoluto y monstruoso, porque bajo esas condiciones, un concepto como el destino se escapaba de lo humano, y ante la divinidad no hay respuestas más que las silentes y paralizantes .-¿Habrás encontrado las respuestas, Ryth?.- Estaba claro que la idea de derrocar al imperio impuesto por "dios" no era una ante la cual Shujin pudiese objetar de alguna manera, pero era el futuro lo que realmente parecía preocupante... ¿Qué mundo le entregarías a una humanidad que no desea el mundo? ¿Cómo la humanidad no deseante podía hacerse cargo de sí misma? Una voluntad firme requería de una meta clara, un ideal que perseguir y la firmeza como para poder contestar a todos aquellos que no creyesen en el proyecto, eso, precisamente, era lo que no habían demostrado aquellos antiguos shinobi en el País de los Pájaros... "Liberar y abandonar", suponer que la humanidad aprendería el camino por sí sola era simplemente pecar de ingenuidad, bien sabido era que para alguien como Shujin era tan culpable el pecador como quien le había permitido pecar .-Como sea.- La figura de Shujin, cubierta de ropajes oscuros, se había detenido sobre un pequeño acantilado poniendo momentáneamente fin a una larga carrera que lo había tenido en constante movimiento desde la frontera .-Si he venido hasta aquí...- Su cuerpo deliberadamente se dejó caer de las alturas para retomar rápidamente la marcha, el sol estaba por ocultarse definitivamente y la tarea que se había autoimpuesto se volvería más compleja en un escenario sin luz .-Es porque necesito a ese par de manos que decidieron sanar al mundo.-


Dentro de su vida como shinobi, Shujin había podido conocer a un gran número de personajes pertenecientes a diversas culturas, por azar del destino la gran mayoría pertenecían a hombres y mujeres del desierto, otros tantos de la lluvia y claro, sus compatriotas de la roca. Para efectos de aquel viaje, el hombre que frecuentemente cubría su rostro con una máscara, necesitaba información y su única fuente confiable, para su suerte, se había vuelto uno de los personajes más afamados del País del Fuego... Al menos alguien a lo largo del tiempo había logrado su propósito a cabalidad, aquella chica... .-Bishamon Senju, al menos tu fama ha vuelto esta tarea menos pesada.- A lo largo de su frenética carrera, un pequeño murciélago revoloteó cerca de su hombro derecho, posándose finalmente en él .-¿Una sola persona?... Por la altura... sobre una montaña en las cercanías de una cueva.- Los pasos del hombre se fueron deteniendo poco a poco .-A menos que un sendero local lleve a un lugar como ese...- Las posibilidades eran pocas, pero dadas las circunstancias parecía que Shujin no tenía otra alternativa. La presencia de un humano en las cercanías sólo coincidía con la información tan general que había logrado recaudar: Una famosa ninja médico se había dejado ver en aquel sector, joven, rubia y... "De enérgico carácter". Fuera de eso, aquella persona de la que sus invocaciones le advertían podía ser cualquiera, es por ello que la mejor posibilidad para confirmar cualquier tipo de sospecha era poder "ver" directamente .-Puede que a veces no seamos conscientes de lo que significa ostentar un "renombre"...- La posición del chico se fue elevando poco a poco saltando entre los árboles hasta el punto de poder llegar a la copa de un gran pino, cercano a la posición que le habían comunicado los murciélagos .-Y quizás, tampoco seamos conscientes de que muchas veces esos títulos arrastran fantasmas...- Un haz de luz, el último del día, iluminó a lo lejos una cabellera larga; una figura femenina se encontraba sentada contemplando el infinito... Un perfil conocido, probablemente el último lazo humano que aun conservaba aquella figura oscura que ya en el pasado había decidido renunciar a todo .-Bien, será mejor que esté preparado.- Shujin ya en conocimiento de la ubicación de su objetivo, decidió cubrir su rostro con aquella máscara que simulaba al Ying y el Yang, un kunai fue empuñado en su mano derecha y la carrera final comenzó en dirección a aquella mujer.

Esperar una determinada reacción era un completo sinsentido y confiarse frente a una de las kunoichi más poderosas que le había tocado conocer, también era un acto demasiado inocente, aun así, quisiera ella o no, la rubia debía ser partícipe en la construcción de un mundo diferente... El pecado más grande quizás era obligar a esas manos sanadoras a derramar la sangre de terceros. El Enmascarado sigilosamente se posicionó para poder acceder a la cumbre de aquella montaña desde una posición trasera. El hombre utilizaría los pequeños bancos de niebla para ocultar su figura, no quería alertar a la joven hasta que estuviese en una posición de ventaja, esa que le permitiese ver a la rubia desde su espalda. Ese ángulo permitía un ataque directo de ser necesario, así como también un escape fácil si es que las cosas se complicaban... ¿Quién sería exactamente esa mujer luego de 15 años transcurridos? Shujin respiró profundamente y dio suaves pasos .-Han pasado muchos años, Bishamon Senju.- Aquel tono sería para ella completamente familiar, porque esa voz profunda y oscura se había vuelto algo bien conocido dentro de los shinobi de la generación a la que pertenecían antes... Esa voz había significado esperanza y dolor quizás a partes iguales .-No estoy para rodeos, necesito tu ayuda Kunoichi de la Hoja.- ¿Era aquel un saludo amistoso? ¿Eran esas las formas de retomar un lazo pasado? Era evidente que para Shujin ya no eran siquiera relevantes esas nimiedades, el que hubiese apuntado a la rubia con su kunai era precisamente señal de que aquel sujeto simplemente no confiaba en nadie. .-Espero puedas colaborar.-
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El tiempo siguió pasando sobre aquel risco, efectivamente para ella todo ahora mismo se llamaba “introspección”. Estaba en ese momento en el que fundida en el pasado movía su cuerpo y su ser a esferas que no habitó y ahí, se empezaban a construir futuros diferentes. Preguntas como qué sería de su vida si no se hubiera alejado tanto de Konoha tras Yogensha. ¿Habría sufrido el final que conoció de muchos otros? ¿Qué habría pasado si, en lugar de Mako, a la incursión de Kumo, la hubieran llevado a ella? ¿Qué habría pasado si se hubiera marchado con aquel enmascarado justo al momento de saber que podía confiar plenamente en él?

Desde aquel entonces, varias preguntas habían quedado latentes sin respuesta y aún ahora, quince años después, o incluso más, las mismas seguían en ocasiones, dando vueltas en la cabeza de la rubia sin poder ubicarla en ningún lugar. En su imaginario, varias veces se ideó ese momento en el que la voz de Shujin volviera a aparecer frente a ella, su vestimenta, su ser, cualquier cosa podría bastarle para devolverle una especie de cause a su vida y responder aquellas cosas que aún estaban inconclusas.

El sol siguió escondiéndose y poco a poco más y más figuras actuantes de la noche se podían avistar. Uno que otro murciélago, aves de paso buscando refugio y entonces pasó, justo desde su espalda, una voz masculina y bastante conocida hizo que su ser mismo se helara. No estaba tan distraída como para imaginárselo, aquellas palabras eran contundentes y bastante precisas, lo había escuchado bien. Pese a eso, se quedó inmóvil, no sabía realmente que hacer, a qué distancia estaba el otro y lo que era peor, qué intenciones tenía. Lo que sí, es que, haberla tenido en ese punto y no atacarla inmediatamente le decía que algo más vendría.

Despacio giró su rostro hacia la derecha, tratando de verlo por encima de su hombro. La silueta, casi irreconocible le confirmó la sospecha, él estaba allí y acto seguido, con mayor contundencia pidió la ayuda de la médico.

Han pasado un par de años, si… Pero estoy segura de que tu rostro sigue siendo el mismo— sonrió tranquila. —¿Sabes? Muchas veces soñé este momento… En ocasiones, solía despertar agitada, asustada… Pero con los años, cada vez más anhelaba verte y saber de ti. Quizá tu más que nadie pueda ayudarme… Parece que el momento ha llehgado.— comentó tranquila. —No esperé por otro lado que me buscaras para ayudarte con algo, debe haber muchos y muchas mejores que yo para ese tipo de tareas— bromeó sobre el bajo mundo en el que sabía que él se movía —¿Qué tal si te sientas y me cuentas que necesitas? Luego de eso… Podemos ver si un trueque de ayudas es posible. — terminó volviendo a poner su rostro en el horizonte.

Inmutable. De todas las posibilidades que tenía en mente, la rubia optó por la que nunca esperó tomar. La actitud apacible que tal vez para ese tipo de cosas sus años le habían regalado. Las conversaciones con el enmascarado siempre eran interesantes, pero la rubia era otra persona y seguro él estaba nutrido de muchos otros aprendizajes. La pregunta realmente era… ¿Podría el reconocer quien era ella?
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Tiempo, alrededor de aquel concepto giraba absolutamente toda aquella situación. Un elemento tan relativo pero sin lugar a dudas sumamente significativo en la vida de ambos shinobi ahora una vez más reunidos... Era sorpresivo para Shujin que la rubia no se sobresaltase al verlo de forma tan repentina pero al mismo tiempo era algo comprensible; había pasado mucho desde la última vez que ambos se habían encontrado frente a frente y muy probablemente la experiencia u otras vivencias habían moldeado el carácter de aquella kunoichi de tal forma que, sucesos como el que estaban viviendo no diesen cabida a un fatídico error. Aquel era el legado de los hijos de la sangre, los huérfanos de la guerra... Seres que habían dedicado su vida a escapar de toda doctrina pero que la misma vida se había dedicado a formar un carácter como aquel: él predispuesto a las amenazas, ella quizás acostumbrada a esas dinámicas .-¿Ayuda? Dudo que un personaje como yo sea el más óptimo para solicitar algún tipo de favor...- La respiración del antiguo ninja de Iwagakure se fue tranquilizando con los segundos, ya no de forma artificial como lo hacia de costumbre sino más bien como un acto reflejo de sentirse en un espacio de aparente seguridad .-De necesitar mi ayuda probablemente se esté refiriendo a acciones que no se pueden cometer estando dentro de la aldea... ¿Habrá atentado contra el régimen? No, en ese caso no podría estar habitando este espacio con esa tranquilidad, es fuerte pero no una idiota.- El arma que hasta ese momento había estado apuntando a la rubia no abandonó su posición sino hasta el momento en que ella volvió a darle la espalda invitándolo cordialmente a tomar asiento para poder conversar más cómodos. Lamentablemente, algo de dichas características no podía ser admitido en una situación como esa. .-Si, probablemente hay muchos otros que podrían resultar útiles.- La posición de Shujin se mantuvo como si de una estatua se tratase, ante los ojos de ella, si es que acaso volteaba a verlo una vez más, probablemente resaltaría como una mancha oscura en medio de un vivo ambiente natural, una capa negra como la noche y avejentada con el tiempo cubriendo todo su cuerpo .-Pero creo que eres la única que estará dispuesta a hablar en buenos términos, kunoichi de La Hoja.- Era cierto, probablemente Bishamon era el único contacto cuya peligrosidad al menos podía ser discutida, no en razón de su fuerza, que bien era conocida por él, sino por el hecho de que esa mujer técnicamente simbolizaba el único lazo social que Shujin había logrado "mantener" en todos sus años de vida .-Aun cuando lleve puesto esto encima.- Señaló su máscara con su mano izquierda, aquel elemento que se había transformado en un ícono para muchos otros, el rasgo distintivo que le otorgaba un nombre y una personalidad frente a todos los demás miembros del bajo mundo .-Al menos esta vez no haz reaccionado al verla.- Su mano se acercó más a la máscara y en un lento gesto el chico descubrió su rostro, parecía ser que era cada vez más sencillo hacerlo o bien Shujin le daba menos importancia a cargar con ese manto.

Lo que vería la rubia probablemente estaría algo alejado de sus recuerdos, aquel rostro juvenil y por momentos enérgico ahora estaría opacado por uno mucho más maduro y cansado. Aquellos ojos profundos ahora sin duda lo eran aun más y esos cabellos rojizos de antaño habían ido perdiendo algo de color con el tiempo. Aquel era un rostro de una vida compleja, marcado por diversas batallas, atado a un concepto como lo era la supervivencia .-Uchiha Eifen.- El silencio que había acompañado su desenmascaramiento se vio inesperadamente cortado por aquellas dos palabras que gran carga poseían dentro del mundo ninja. Aquel era el nombre del último gran Hokage del País del Fuego y la razón por la cual Shujin se encontraba en dichas tierras; Su misión era quizás la más importante a lo largo de los últimos años y en razón de ello no había tiempo que desperdiciar .-Probablemente conoces el nombre... Uno de los últimos grandes representantes del poderío shinobi.- Dijo con firmeza manteniendo la mirada fija en la figura de Bishamon .-Gaia en Kirigakure, Eifen en Konohagakure, Darak en Sunagakure... Tuve la oportunidad de declararles la guerra, incluso pude combatir con este último, conozco las dimensiones de sus poderes pero.- El hombre dio unos pasos para acercarse a la posición de la kunoichi al tiempo en que guardaba su máscara entre sus ropajes .- Probablemente tú eres quien más información me puede facilitar acerca de ese clan... Ojos que parecieran ver mucho más allá de lo físico, destinados a la grandeza y dominio dentro del País del Fuego, "Uchiha" es una palabra de gran peso en el mundo, de la cual no sé más que relatos aislados.- Los pasos de Shujin se detuvieron al punto de estar junto a Bishamon, aunque siempre de pie, como esperando a que algo sucediera en cualquier momento, esas actitudes ya eran propias de él, parte de lo que el tiempo había formado en su persona .-Debo "revivir" al "espíritu del fuego", pero no puedo hacerlo a ciegas, si tus intenciones se decantan por ayudarme, sería bueno escuchar toda la información posible sobre quien alguna vez fue tu líder.- El hombre entonces dejó escapar un suspiro al tiempo en que estiraba su espalda .-De lo contrario, creo que me veré en la obligación de utilizar otros métodos.- Dijo finalmente observando fijamente a su acompañante en esos momentos.

No era sencillo y, sobre todo, quizás era hasta demasiado directo como para poder conseguir algo, pero Shujin tenía una forma bastante particular de relacionarse con el mundo, ya había aprendido hace muchos años que, al menos para él, lo único que importaba realmente era lograr los objetivos planteados sin importar las rutas tomadas para ello .-Si lo que te preocupa es la vigilancia, podría decir que la zona está limpia.- Mencionó al tiempo en que un pequeño murciélago se posaba en su hombro derecho para luego salir revoloteando una vez más .-Ahora bien, si mi petición ha de transformarse en una negociación...- Cerró sus ojos y meditó un par de segundos .-Al menos tendré la consideración de escuchar tu solicitud, dudo que tu petición de "ayuda" sea algo para tomar a la ligera.-
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El sujeto enmascarado parecía no ceder, a pesar de las invitaciones de Bisha. La rubia no se movería, tenía claro que, si aquel sujeto intentaba atacarla, salvo fuera contundente, ella no podría morir. Quizá por eso también estaba tranquila. Poco a poco, las lágrimas de la rubia dejaron de correr por sus ojos al tiempo que sintió un leve cosquilleo en su frente. De nuevo, el chakra seguía almacenándose en su frente como lo solía hacer de forma natural.

Ha pasado mucho tiempo, shinobi de ningún lugar… pero podrías tratarme de forma más cordial, digo, al final y al cabo soy la única dispuesta a conversar en buenos términos ¿no?— comentó dejando claro que, dada su condición, sabía perfecto que Shujin seguía inalienable a las facciones existentes.

Se dispuso a ponerse de pies sobre aquel monte y entonces se giraría. Shujin podría ver las marcas en sus ojos, los que precisamente había limpiado antes de darse vuelta. Y en los mismo, podría ver aún resquicios de lágrimas brotando. Sus ojos quizá un poco achocolatados, dejando claro que no estaba bien, que se sentía sola. Su corazón, por otro lado, al verle de frente se sintió sobresaltado, un montón de sentimientos encontrados la invadían, pero efectivamente habían sido los mismos años los que habían hecho de la rubia alguien diferente. Ahora tenía treinta y tres y no era, ni por asomo, la niña de dieciocho con la que Shujin se había enfrentado.

Afirmó despacio a sus palabras. —Para ese entonces… Habías sido quien arrebató en aquel campo a la persona que había logrado entenderme. — comentó recordando un poco el fatídico hecho en el que Shujin, como ninja de Iwa, había fallecido. —En ese momento solo sentí cólera, no me hallaba, me sentía perdida y…— bajó su rostro y empuñó sus manos —Esperé hacer justicia con mis propias manos…— volvió a mirarle con determinación. —Lo cierto es que… después de nuestro último encuentro no tuve la valentía de confesarlo a nadie quien era el enmascarado del que todos hablaban… finalmente, nunca entendí tus motivos, pero he empezado a entenderlo, creo.— hizo una leve pausa.

El rostro de Shujin pese a los años no había cambiado demasiado, no para ella. Era cierto que a través del tiempo la vejez y el trasegar de una vida compleja, cambiaría las facciones del Shujin joven que ella conoció a uno un poco más aporreado por la misma vida. Pese a eso, la rubia sonrió al verle.

Un gusto verlo nuevamente, señor sin máscara…— entendía, que venir a ella y lograr ese gesto disponía a que ambos pudieran acercarse de forma natural, de la misma forma en la que ambos alguna vez se habían acercado. Sin embargo, las siguientes dos palabras la dejarían fría. El nombre del Uchiha que ella concibió como Hokage hacía demasiado tiempo no se nombraba. Lo último que supo es que había desaparecido dejando a su hija y familiares desprotegidos. La rubia tragó saliva con esfuerzo, el mismo Shujim había notado que ese tema era complicado.

No dijo nada, salvo afirmar en repetidas ocasiones. Ella también los conocía a los tres, a Eifen, a Gaia y a Darak. Uno de ellos, al menos, se sabía muerto en un acto heroico al usar el yagai contra Boshoku. De Eifen quizá sabría un poco más, finalmente era Hokage durante su paso como jounin y chunin de la hoja. Capaz la distinguía como una de las mejores médicos de la aldea y por qué no, una de las posibles sucesoras al cargo de hokage. Suspiró mientras el chico se acercaba. La pregunta que hacía, era por demás algo descabellado. Ella sabía del dominio del sharingan, más por información general que por haberlo enfrentado alguna vez. Pero desconocía a ciencia cierta el portento de los mismos y obviamente, desconocía, casi que por completo, el nivel al que Eifen había logrado llegar, pero no interreumpió a Shujin hasta que él mismo terminase por completo su intervención.

Lo primero que tengo para decirte es que viniste a donde menos debías— eso, había podido poner en alarma a Shujin, ahora estaba a pocos tres metros de la rubia y eso los pondría en una difícil situación —no lo digo para que te escandalices, lo digo porque… Hace mucho Uchiha Eifen desapareció de la faz de la tierra, al igual que Yatako, su hija.— hizo una leve pausa con sus orbes puestos sobre el sujeto frente a ella —pocas cosas se saben del clan y pocas veces tuve la oportunidad de verlos en combate. Si te soy sincera, no tengo la información que necesitas— sentenció mientras lo meditaba un poco.

Actualmente, las palabras de Shujin le llamaban la atención. Eso de recuperar el espíritu del fuego junto a la pregunta sobre el sujeto, le daban a entender que había algo en marcha por su parte. —¿Qué podré decirte? Esos ojos cargan con una especie de maldición y que se completan fases como si de niveles se tratara.— comentó —Se tienen datos históricos médicos de la vida de varios representantes shinobi pertenecientes a ese clan: Uchiha Sasuke, Uchiha Itachi, Uchiha Madara.— hizo de nuevo una leve pausa. Bishamon era fanática de los libros y sus horas de dedicación le habían llevado a saber lo que hacían los Uchiha desde la teoría.

Lo cierto es que, dentro de los archivos permitidos de konoha solo sabemos lo básico. Son ojos que sirven para copiar técnicas y son expertos en genjutsus. Por lo demás, hay desarrollos individuales que les permiten hacer cierto tipo de proezas.— comentó —Creería que sé lo mismo que tú, como mencioné, no he tenido la fortuna de verlos en batalla.— O quizá si había podido, pero lo cierto era que, con los años, ya ni recordaba cuando había sido su última lucha de esas magnitudes.

Ahora, hay algo en tus palabras que me suena bastante… “¿Revivir el espíritu del fuego?”— parpadeó —Tendrás que tener más que intenciones si de verdad esperas lograr eso. Y claro, es ese el tipo de ayuda que necesito… Este podría ser un trueque. — sonrió —Consigo información para ti de los ojos de sangre, y tú, me haces parte de la recuperación de la voluntad de fuego.— Sus palabras eran determinantes, y aunque no sabía del todo que podría ser eso de funcionar como un agente secreto al interior de la aldea, arriesgaría el todo por nada en tal de lograr el resurgimiento de la hoja.
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¿Podría estar realmente equivocado? Si bien era cierto que las posibilidades de obtener información realmente valiosa eran bajas, no por ello se debía despreciar cualquier dato que se considerase mínimamente relevante. Bishamon era una kunoichi cuya trayectoria bélica era bien reconocida en su tierra, más siendo esta enfocada hacia la rama de la medicina, en ese sentido, por el simple hecho de haberse desenvuelto en el mismo país que Eifen podría llegar a manejar algún dato que fuese de interés. Quizás en razón de ello, contrario a lo que la rubia pudiese esperar, el semblante de Shujin pareció tranquilo al punto en que pudo cerrar sus ojos con cierta paz, esperando a que la mujer terminase de hablar .-La historia dice mucho sobre quienes somos todos... Menospreciar la información que pudiste haber obtenido simplemente de lecturas sería bastante ingenuo de mi parte.- El hombre se llevó una mano a su barbilla, un gesto que nunca había podido abandonar a pesar de todos los años que le habían pasado por encima .-Habilidades oculares, ¿capaces de "copiar" habilidades y generar ilusiones con facilidad? Ya veo, puede que sea bastante más problemático de lo que imaginé.- Parecía por aquellos momentos que Shujin se había ensimismado tanto que había comenzado a hablar en solitario, si bien la presencia de la rubia era algo que no podía ser ignorado, aquellas reflexiones definitivamente no iban dirigidas hacia su persona, al menos no hasta que el rostro del antiguo shinobi de Iwagakure buscó los ojos de su acompañante .-Imagino que serán ilusiones mucho más convincentes que un par de ojos llorosos junto a un rostro que pretende que todo está bien.- No había pasado desapercibida la forma en la que Bishamon se encontraba, durante sus cortas interacciones a lo largo del tiempo, él jamás había podido apreciar en ella algún aspecto vulnerable en cuanto a su actitud; la rubia siempre se había mostrado firme en cuanto a la toma de decisiones, muchas veces teniendo el panorama mucho más claro que él mismo... Ella había sido una de las primeras ninja que le había sido capaz de expresar con completa claridad cuál era su sueño en la vida: Sanar. Una declaración como aquella venida de una hija de la guerra en tiempos tan turbulentos como los que habían vivido... definitivamente hablaban de un espíritu firme .-Con que ese es su nombre: "Uchiha Yatako", heredera de la "voluntad de fuego", puede que esa sea la información más valiosa que me hayas podido entregar, Bishamon.-Dijo esbozando una media sonrisa, casi de satisfacción .-En un mundo que nos ha demostrado que los monstruos son reales, he comenzado una "cacería de fantasmas".- Una declaración firme, pero como siempre encriptada en palabras que muchas veces sólo tenían un significado real para el propio Shujin.

.-Un mundo subyugado a la luz proveniente de una única verdad, está condenado al estancamiento y finalmente a la extinción... La historia humana es caótica pues son esos mismos eventos los que nos enfrentan y obligan a generar estrategias de cambio y mejora.- Sin que nadie lo pidiera, sin que la rubia realmente exigiera una explicación, el hombre criado en las frías cuevas del País de la Tierra había comenzado a reflexionar en cuanto a su actuar, probablemente para transmitirle de alguna manera a Bishamon todo lo que él se traía entre manos .-Después de años de "sobrevivencia", las propias "deidades" nos han impuesto una vida de simple "existencia"... Ideales, sueños o esperanzas no son más que historias propias de los libros de texto. Hoy el orden está asegurado por el régimen.- Tomó un segundo para respirar profundo .-Pero en este mundo de monstruos terribles, los espíritus combativos se niegan a dejarnos, una prueba de ello es que Uchiha Eifen "sigue con vida".- Con esa declaración miraría fijamente a Bishamon. ¿Es que acaso había enloquecido? ¿Tenía la suficiente información como para poder declarar algo como eso o es que las ideas se dirigían hacia otro sentido? .-Cuando somos portadores de un nombre muchas veces nuestra existencia se amplifica más allá de lo que podemos controlar. Un Hokage tan reconocido como él aun deambula en las mentes de sujetos que aun se resisten al control... Seres humanos que buscan las sombras para escapar del ojo vigilante de "Dios", pero el legado se niega a despertar, las cenizas del espíritu que antaño logró doblegar a cientos de rivales hoy por hoy se ha convertido, irónicamente, en un fantasma.- Shujin apartó la mirada de Bishamon y la dirigió hacia el horizonte buscando obtener las últimas imágenes del sol que poco a poco se ocultaba entre las montañas .-Declararé la guerra a "Dios".- ¿Definitivamente había enloquecido? ¿Era propia esa declaración de una mente sin cordura o era probablemente la decisión más cuerda que había tomado en mucho tiempo? .-El mundo perderá su luz y se cubrirá en sombras... En la hora más oscura, todos somos iguales y el caos nos traerá las claves para sostener una nueva realidad... Yatako portará el estandarte del valor, iniciará un incendio en el mundo.- No, probablemente sus declaraciones eran mucho más serias de lo que se podría esperar.

.-El Imperio busca a los hijos de Eifen, su relevancia en términos políticos sigue siendo de un peso tremendo... He aceptado el encargo y con ello también la eliminación de "La hermana mayor"... Supondré que hablan de Yatako.- Cerró sus ojos .-Estoy dispuesto a fallar, en parte, porque sólo me interesa entregar al "hermano pequeño" a las manos imperiales... Una bomba es lo que se necesita, no, mejor dicho, se necesita a alguien que encienda la mecha.- Después de mucho, ya agotado de mantener su cuerpo siempre en alerta, el hombre decidió tomar asiento donde en un principio Bishamon le había invitado .-No temo ensuciar mis manos.- Rió para si mismo .-Probablemente estás hablando con quien más ha ensuciado su nombre en esta tierra... Por esa misma razón puedo repetir el mensaje que te di hace ya tantos años.- Volteó entonces su rostro y dirigió su mirada a las manos de la kunoichi .-Esas manos han venido a la tierra para sanar, no para causar dolor ni cargar con el peso de la muerte ¿Esperas realmente que exponga a una persona que puede curar los males que yo mismo pueda causar? Tampoco tenemos tiempo para planificar aquello.- Suspiró .-Tienes un nombre y portas con la carga de tu aldea sobre los hombros... ¿Estarías acaso dispuesta a recorrer la senda de los sacrificios?.-
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Negó despacio, no es que menospreciara sus conocimientos, sino que simplemente suponía que tendría el conocimiento que ostentaba la media de la gente acerca del clan Uchiha. No había tenido la fortuna de ver de cerca a Eifen luchando y mucho menos a los Uchiha de la aldea explayados en combate. Uno que otro se habría cruzado en su camino y por eso conocía ciertas cosas ¿pero llegar a detallarlo y sentir que su nivel de conocimiento sobre los ojos rojos era siquiera relevante al nivel que seguramente Shujin lo requería? Era imposible. Sin embargo, no interrumpió a Shujin, por el contrario, se dedicó a mirarlo. Lo cierto es que Bisha, gracias a su habilidad de almacenamiento de chakra no envejecía, pero ciertamente Shujin no se veía mal. Quizá estaba relacionado a la búsqueda que en algún momento había iniciado la rubia, misma que jamás se vio finalizada. Desafortunadamente no sabía nada del hombre que tenía enfrente y por eso, parte de ella iba con cierto recelo, no quería realmente tirarse a sus brazos y llorar como si el mundo se fuera a acabar.

Si vas a enfrentarte a un Uchiha lo mejor será correr, efectivamente no son ilusiones del tipo básico como las que tu y yo haríamos, además, entiendo que es más complejo librarse de ellas. Tendrás que tener un plan muy contundente… Suelen ser maestros en muchas formas y casi que es imposible saber en qué son buenos por que podrían serlo en cualquier cosa. Se sabe de Uchihas que fueron buenos en el combate a cuerpo, otros en ninjutsu y otros en el genjutsu, incluso, algunos de ellos dominaban las tres artes básicas. Así que, salvo sea un suicidio, ve a ocho ojos si puedes.— sentenció a sabiendas de la forma para no caer en trampas como genjutsus. En algún momento uno de sus contrincantes era usuario de este tipo de técnica y lo mejor había sido esquivarlo de alguna forma y romper la distancia.

A su estado, la jounin no puso demasiado peso. Si bien era cierto que Shujin había llegado en un quiebre, también era cierto, que, así como su chakra se almacenaba, la rubia tomaba fuerzas de donde no las tenía para reponerse frente a cualquier daño psicológico. Era lo que le habían dejado los años también, la facilidad de resarcirse ante la adversidad. Todo estaba un tanto tranquilo ahora, hasta que Shujin hizo ahínco acerca de Uchiha Yatako. —Así es ella la razón de todo eso… Creí que estaba desaparecida o bueno, que estaba muerta…— pensó mientras seguía escuchando a Shujin. Sin embargo, aquello de “La heredera de la voluntad de fuego” era algo que había retumbado fuerte en la cabeza de la rubia. ¿Uchiha Yatako era por quien había estado esperando? Entendió perfecto el tema de la cacería de fantasmas.

¿Acaso soy una de tus fantasmas también?— Lo seguía mirando sin dejar de pensar en la posibilidad de darle un volco a su vida y a todo el sistema que la cobijaba. —No puedo evitar pensar en eso que dices… Pero aún hay algo que no entiendo. ¿Cuándo cambiaste? Digo… Antes te oponías al sistema, y ahora hablas del linaje que eliminaste de tu vida como la forma de volver a encaminarnos. ¿No te traicionas a ti mismo con ello o simplemente vas mutando con cada escenario cada vez que el sistema cambie de norte?

Las palabras de la rubia habían sido finas, contundentes y determinantes. Básicamente alegaban que la opción para el enmascarado fuera irse con quien era, de momento, la parte que se ponía en contra al sistema y dejaba claro que Shujin volvería a mutar una vez ese orden estuviera establecido. ¿Era esa su razón de ser realmente o ahora esta nueva forma se había convertido realmente en lo que el significaba desde el inicio? Bishamon desde siempre había estado inconforme con algunas cosas, pero no con todas y tampoco había logrado el extremo de Shujin ante sus problemas, pero algo sí era seguro: el actual régimen iba en contra de todo lo que ella era así que, apoyar cualquier causa era mejor a seguir como venían.

Las palabras de Shujin seguían siendo el juego que a la rubia le gustaba. Una mezcla de frases existencialistas que terminaban por untarse de nostalgia, ira, agonía, desasosiego. Ella lograba entenderlo mejor que nadie, aquel afán por dar con la luz, por salir de la oscuridad en la que estaban inmersos. Luego, el tema de la vida de Eifen la sorprendería, pero luego lo notó. Aquello no era más que otras de sus analogías, pero incluso si era así, y Eifen estaba vivo, no había mucho más que pudiera hacer solo. La voluntad de fuego no solo era Eifen, la voluntad de fuego fue una aldea de la que ahora no quedaba nada, pero en efecto, seguía en la mente de muchos, de los que aún llevaban por estandarte la vida y el bienestar de todos.

…Hablas de Yatako como si la conocieras de toda la vida, como si tuvieras un lazo fuerte con ella, pero lo cierto es que… por nuestra conversación, apenas supiste su nombre. ¿Cómo sabes que ella está a favor de tu voluntad o mejor, como sabes que estará alineada contigo?— comentó antes de sorprenderse por el comentario. Hasta donde la rubia sabía, solo conocía de la existencia de un hijo de Eifen y esa era Yatako. ¿Cuántos más eran? Lo demás había sido una bomba.

Estás condenándote tu mismo al suicidio por nada. No sabes nada de Yatako y mucho menos de los hijos de Eifen. Entregar al hermano mejor en las garras el imperio… ¿Crees que después de eso Yatako pueda perdonarte?— llenó sus pulmones de aire —No te entiendo, Shujin. Vienes a mi y volverás a irte a una misión de la que nadie sabe si volverás… ¿Para qué me buscaste entonces? ¿Es ese tu único fin?... ¿Completar un misión que te permita acercarte a ella?— empuñó sus manos y cerró sus ojos con fuerza. —No sabías nada de ella hace unos minutos… ¿Cómo harás si nada de lo que planeas pasa? ¿Serás un mártir en vano?— parecía iracunda, pero lo cierto es que estaba decepcionada. Esperaba ver en Shujin algo más, quizá alguien que tuviera una meta clara, no un sujeto que pusiera la esperanza en una total desconocida. Le vio moverse hasta donde estaba antes y sin poder evitarlo, sus pies se moverían al mismo lugar a donde estaba Shujin.

Ahora mismo no hay santos, no hay quien haya ensuciado menos sus manos que otros, incluso yo he pisado ese camino. Ahora la moral esta pisoteada y se hace lo que haga falta para sobrevivir… Yo misma, que estoy inmersa en la hoja puedo decirte que he visto morir a los buenos, mientras presto mi apoyo médico a quienes no debería. Muchos seguro, incluso Yatako y quienes la acompañen, serán personas que hayan pisado el camino erróneo si lo miras desde el punto de vista del imperio.— concluyó.

Hablas de sacrificio como si tuviera algo que perder… Pero aún no lo ves, no tengo nada. Por el contrario, si toda la revolución de la que hablas tiene fruto, tendría todo por ganar. Podría ser yo quien contribuya a que efectivamente quienes deben vivir, vivan.— se quedó en silencio un momento. Se sentó al lado de Shujin y le miró.

A estas alturas, lo único que espero… Es no volver a perderte. Esa es mi respuesta, Shujin, estoy dispuesta a recorrer el camino al que me invitas.
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.-"El que quiere conseguir todo debe renunciar a todo".- Las palabras de la rubia lo habían confrontado directamente; aquella conversación entre ambos, por muy fugaz que fuese, ya demostraba que los años sí habían pasado por ambos. Probablemente en el pasado, el abnegado compromiso de aquella mujer para con la salud y el bienestar de las personas únicamente hubiese estado anclado a la idea del servicio en una aldea tan querida como la suya, una médico de renombre cuyo andar se mantuviese dirigido siempre hacia la luz, una chica decidida que en esos instantes mostraba otra faceta, al menos para él. Por otra parte, su propia persona en el pasado habría reaccionado a la defensiva, probablemente su mente se hubiese visto obligada a encontrar, en su amplio repertorio de ideas, alguna que le ayudase a salir del paso con tal de imponer su pensamiento sobre el de los demás... Así había sido siempre, quizás mucho más impulsivo de lo que se requería dentro de la carrera militar Ninja, una cualidad o bien una desventaja, era incierto a decir verdad, lo innegable sin duda era que aquella característica era la que justamente lo había llevado a conocer el mundo. Pero ahora no respondería ofuscado, su voz continuaría manteniendo una inusitada serenidad, un temple del que no disfrutaba hacia mucho tiempo y que probablemente no abandonaría en tan corto periodo de tiempo...

 Responder con aquella frase para el antiguo líder de Rieki simbolizaba condensar lo que por ese entonces era su "no-existencia", Bishamon probablemente lo sabía mejor que nadie, Shujin consumido por sus más profundos deseos de libertad había atentado incluso contra sí mismo y quizás contra los propios principios que transforman a un ser humano en una "persona de bien" ¿Era realmente un camino que todos estuviesen dispuestos a recorrer? Por lo general la naturaleza humana se definía por un hambre insaciable .-Enojo, apego, amor, odio, tristeza, angustia y un sin fin de emociones y experiencias tienden a definirnos como seres humanos y a distinguirnos de las bestias salvajes... Sin duda esa es una gran ventaja biológica como especie ¿No es así joven médico?.- Sonrió para sí .-Afortunados quienes como nosotros somos capaces de racionalizar dichas sensaciones, podemos darle un nombre al nudo que se nos forma en la garganta cuando nos enfrentamos a lo desconocido... Al temblor en nuestras piernas frente a lo que consideramos un peligro o al suave revoloteo del estómago cuando alguna persona especial aparece sin aviso... "Emoción" y "Razón" son conceptos generalmente divididos más yo creo fervientemente que la clave de nuestra liberación implica la unión de ambos.- Casi sin quererlo y quizás hasta olvidando que no se encontraba solo en aquel lugar, el hombre criado en las profundidades había iniciado una reflexión en la búsqueda justamente de ese propósito perdido que la rubia había relevado .-"Fe", la humanidad la ha perdido completamente incluso desde antes de la guerra con el Imperio del Rayo. Nos hemos aferrado a la idea de "un salvador", "un héroe" pero no hemos hecho nada por encontrarle... Es irónico decir esto bajo un régimen dispuesto por quien se ve a sí mismo como "Dios", pero si te detienes a pensar, bajo ideas absolutas no afloran pensamientos divergentes, ya no crees en nuevas posibilidades, simplemente "vives, habitas y existes" pero... Ya nunca más sueñas.- ¿Eran esas las reflexiones de un niño? ¿Es que acaso en un mundo como el que habitaban tenía espacio siquiera para debatir entre los sueños y la realidad? Al menos para Shujin siempre esa había sido la clave de todo.

.-Cuando recubres tu cara con esto.- Le enseñó la vieja máscara a Bishamon .-Abandonas tu nombre, tu rostro, tu historia... incluso tu humanidad. Eres único, sí, pero podrías ser cualquiera al mismo tiempo... Representar una idea es cargar un peso inmenso, te transformas en un modelo a seguir o a evitar... Generas esperanza, odio, tristeza, temor, es decir, le devuelves la vida al mundo o silencias la existencia de aquellos que creen vivir, pero no lo hacen realmente, en ese punto exacto encuentras la revolución, enciendes el corazón y las voluntades humanas.- Terminó su reflexión suspirando profundamente y volviendo a caer en cuenta de la presencia de su compañera. Shujin dio medio giro y centró su mirada en la cara de Bishamon durante algunos instantes, luego de ello y de manera lenta, señalaría la frente de la rubia, específicamente su bandana ninja, tan resplandeciente como se pudiese esperar .-A mis ojos aun tienes una posesión valiosa dentro de tus pertenencias... Bishamon Senju aun está ligada al compromiso ferviente de la aldea que le dio cobijo.- Cerró sus ojos .-No conozco a Yatako, no me interesa siquiera saber sus gustos o su bienestar... Uchiha, Senju, Yoichi, Maki, todos dan absolutamente igual, todos pertenecientes a una historia de sangre.- Su tono de voz se fue endureciendo, como si de alguna manera aquel tema le trajese dolor al tiempo que rabia e inclusive inspiración .-Si añorase que sus glorias pasadas volviesen a ser dominantes estaría loco, si quisiera que los shinobi tomasen la tierra habría perdido la cabeza... Pero también si ignorase lo que esa chica y su familia significan para este país.- Sus ojos mostraban impotencia, quizás el realizar la acción que tenía planeada le resultaba mucho más difícil realizarla a él que a cualquier otro, pero la vida era irónica y nadie mejor que su propia persona podía cumplirla, nadie más que el Enmascarado sabía lo que realmente significaba abandonarse a sí mismo para poder alcanzar un objetivo .-Tu bandana, mi máscara, la hija del Hokage... ¡Son símbolos de fe! Motivaciones que logran mover los corazones del mundo y si tengo que morir cien veces para despertar al mundo, abrazaré cada muerte con la misma convicción pues esa es mi "voluntad de piedra".- Dijo finalmente cerrando con firmeza el puño derecho .-Las cosas no pasarán si sólo esperamos, el mundo no avanzará con simplemente desearlo... Me preguntas ¿Cómo lo haré? Torciendo la mano a esta vida sangrienta.-

.-Los lazos nos vuelven débiles, esa mujer buscará a su sangre... Esa mujer lo dará todo, no por el mundo sino por su hermano. Sin darse cuenta arrastrará voluntades, casi sin quererlo, sólo por su historia, cargará con el peso de una ideología rebelde... La seguirán, la rechazarán, confrontará a "Dios" y le mostrará al mundo que sí es posible.- ¿Comprendería Bishamon todo lo que había tras el mensaje de Shujin? ¿Serían capaces de conectar una única vez más? .-El orden lleva al estancamiento, ella nos traerá el caos necesario para avanzar... Si consideras que mi convicción es débil y cambiante, entonces es el adiós....- Entonces la miró fijamente y simbólicamente cubrió la mitad de su rostro .-Si confías en lo que queda de mi, seguiremos adelante y juro que cambiaré al mundo... No perderás a quien se ha perdido a sí mismo, uno que curiosamente sólo vive en tú memoria y la de ningún otro: Nishimura Shujin.-
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La rubia pondría su vista en el horizonte, el mismo que dejaba de presentarles los últimos destellos del sol y a cubrirlos con un manto un poco gélido. El frío empezaba a sentirse un poco más el aquel pedazo de montaña. Poco a poco, la espesa bruma subía hasta juntarse con las nubes del lugar, tal y como si fuera a descargar una fuerte tormenta. De ese punto hacia abajo, claro. De ahí, hacia arriba, en donde estaban la rubia y el enmascarado, el espectáculo sería diferente. La manta blanca de nubes daría la sensación de estar sobre el cielo, todo estaría completamente cubierto de nubes entre blancas y grises y sobre esto, la bóveda celeste, pintada de varios azules, empezaría a colocar, una a una, los puntos centelleantes que se conocían como estrellas.

La verdad no lo sé— comentó la rubia mirando aquel espectáculo. —Hablas de lo que nos distingue de las bestias, pero lo cierto es que… hemos sido mucho peor que ellos.— Hizo una leve pausa. —Los humanos, supuestamente estamos en la cima de la cadena alimenticia, pero lo cierto es que los animales no hacen cosas más allá de lo que su naturaleza les pide, el ciclo es normal y repetitivo. Allí, el más fuerte prevalece.— suspiró —Nosotros, por el contrario, parece que jamás estamos satisfechos con nada. No nos basta tener el poder y el control absoluto, siempre queremos más y es precisamente en ese momento donde aparecen los sentimientos que mencionas: la ambición, la sed de poder, el apego, la ansiedad; por otra parte, quienes sufren la tiranía entonces son llevados al límite a sufrir otros sentimientos: el dolor, la ira, la tristeza, la sed de venganza, el desasosiego. No existe para mi ahora mismo tal cosa como la ventaja biológica como especie.

Efectivamente sus palabras iban acordes a las disertaciones del castaño. Coincidía perfecto en que era bueno tener aquella claridad sobre lo que era un sentimiento, una emoción y la razón, pero también eso mismo les había llevado al punto de no retorno donde estaban. La fe no existía para nadie y el mundo estaba sumido en un total caos. En algún punto, la rubia había llegado a pensar que lo mejor era limpiarlo todo, que el mismo ciclo natural se repitiera y que todo empezara desde cero. ¿Era eso posible? No lo sabía, pero lo que sí, es que, si era posible, ayudaría hasta donde pudiera para ver tal hazaña lograda.

Miró posteriormente la máscara de Shujin. Aquella misma que por un tiempo odió y la misma que buscó volver a ver con tantas ansias. Aquello le sacó una leve sonrisa, ladina y casi imperceptible para quien estaba a su lado.

Qué curioso, siempre nos enseñaron que la idea de la máscara era ocultar tu identidad. Pero ahora que lo mencionas, si… Es como tener una nueva identidad. Dentro de ese espacio, entre la máscara y el ser que eres… Se desencadenan un sinfín de cosas. Crees tener el control, y tener el poder de hacer cosas que nadie más haría.— hizo una mueca de disgusto. —En aquel momento sembraste miedo en el estadio del mañana… Desolación, desconsuelo, dolor… Es como dices, nos llevaste a otro punto, uno en el que debíamos unirnos para poder avanzar un poco más. A muchos dejó de importarles y luego apareció Boshoku y bueno… Ahora es esto el resultado de no haber hecho las cosas a tiempo.— sentenció.

Siguió escuchando a Shujin. Sintió un alivio cuando el chico dejó claro que su interés en ningún momento era seguir la estructura que se había manejado antes, porque si bien dentro de aquel régimen no era la tiranía bajo la que estaban actualmente, tampoco las cosas en aquel momento eran equitativas. El crimen, los asesinatos y el mismo deseo de poder estaba a la orden del día.

Tienes razón, no importa quien, el peso y lo que significaría que su rostro sea estandarte, podría mover la revolución. Ahora mismo muchos se mueven en pro de derrocar al imperio, pero si lo miras bien, hay un montón de esfuerzos individuales que no llevan a nadie a ningún lado. Por el contrario, si la revoluciones tuviera un rostro, entonces podríamos decir que… sabríamos a donde apuntar todos.— comentó tranquila.

Las siguientes palabras, sin embargo, la dejaban confusa pero lo siguiente lo aclararía todo. Su interés, según entendía la rubia, era prender la mecha, como el mismo lo había expuesto antes. Mover a Yatako de su lugar darle un motivo para que iniciara aquello a lo que en ese momento llamaban revolución. En su momento, Bisha recordó a Eifen y a Yatako juntos. Ella tenía quizá unos años menos cuando la rubia ya era jounin, pero jamás habían cruzado palabra.

Se impactó con lo que había dicho finalmente Shujin y muchas cosas habían tomado cierto sentido. Claro, él no era la persona que ella conoció, era alguien diferente, pero con todo lo que eso significaba y a pesar del pasado que conocía de él, estaba dispuesta a seguir a su lado. Su mano subió de forma instintiva hacia el rostro de Shujin y movería su mano junto a la máscara que ocultaba media parte de su rostro y negó tranquila.

Esta vez no hay adiós, Shujin Nishimura…— hizo una pausa —No sé como deba llamarte ahora, siempre has sido el enmascarado desde hace quince años— sonrió —No sé como vas a lograr mover a Yatako, pero déjame ser quien respalde tus acciones cuando lo necesites.— sabía que sus palabras eran confusas, así que trataría de explicarse —Una vez tomes a su hermano y lo entregues a quienes te lo pidieron, ella te buscará y no precisamente para hacer las paces, si eres consciente de eso y aún así esperas encender la mecha… Entonces yo debería buscar a Yatako y tratar de explicarle el movimiento detrás de tus acciones… Si lo logro, podríamos unirnos a ella y dar quizá con una especie de… grupo que mueva a todo el montón de personas que a hoy andan sin rumbo fijo y con sed de cambio— sentenció aún con su mano en la del contrario.
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Conflicto entre sentimiento y razón, corazón y cerebro, el humano versus el animal. Como si en realidad todos los conflictos del mundo se redujeran hasta ese punto, a esa simple ecuación que hasta en las acciones más sencillas parecía tener grandes repercusiones en la toma de decisiones; Las palabras de Bishamon eran cálidas o bien lo era su roce, ¿Cuántos años habían pasado desde que un cuerpo ajeno compartía su propio espacio? ¿Cuánto desde la última vez que aquel errante hombre había sentido la calidez humana? Ni siquiera él mismo había caído antes en esa preocupación, en una no-vida de constante persecución las manos siempre estaban frías, la ropa gastada, sucia y quizás húmeda... Las herramientas ninja congeladas y poco a poco se olvida el calor y la tranquilidad. Probablemente no se notó o quizás sí, si bien Shujin era un buen actor probablemente una situación como esa, que le había tomado de imprevisto, no lograba ser del todo eclipsada por sus intenciones. No le molestaba la presencia de la rubia, racionalmente se encontraba tranquilo, pero era su cuerpo el extraño, era la costumbre la que hablaba, la historia escrita con sangre deseaba transitar por otros caminos, la mano de la kunoichi en su rostro encendía todas sus alarmas, no era correcto, establecer lazos humanos sólo llevaba a la pérdida, al sufrimiento y a la debilidad del carácter, aquello no era un simple juego, esa reunión no podía teñirse con esos tintes, era peligroso tanto para él como para ella... Pudiese ser por eso que el hombre se alejaría unos centímetros asegurándose que el contacto no fuese demasiado prolongado... 

¿Era miedo? Probablemente .-No.- Serio, seco, certero... Una negativa pocas veces era tan clara como esa, pocas palabras eran tan breves y cargaban tanto significado dentro de ellas, por lo general los seres humanos se escudaban de usarla, generaban excusas, eufemismos, no pretendían dañar a los demás con sus discursos... Pero Shujin era obstinado, tenía las cosas lo suficientemente claras como para que su convicción tuviese tintes de terquedad, quizás porque así es la naturaleza humana .-Yatako probablemente me odie, tiene todos los motivos y derecho a hacerlo, con seguridad me buscará, sería ilógico que abandonase a un ser querido con quien se ha estado ocultando.- Suspiró .-En ese punto, los seres humanos nos envolvemos en la desesperación, nuestra realidad escapa del control que teníamos... Buscamos lazos.- Sus ojos entonces, con seriedad buscaron el contacto directo con los de la rubia .-Si mis deducciones son correctas, ese grupo de personas que mencionas, al menos en su núcleo, ya podría ser una realidad aun cuando ninguno de ellos lo haya pensado aun... Si Yatako no ha sido encontrada aun es porque abiertamente su círculo cercano no la ha delatado, su compromiso para con ella es más fuerte que el Imperio, sólo han de esperar que ella emprenda el vuelo.-

El hombre desviaría entonces el rostro y lo dirigiría al firmamento, desprovisto de su máscara no tenía sitio donde ocultarse, pudiese ser esa una forma de preparar el terreno para poder decir lo que quería expresar .-Siempre has tenido un bello rostro, Bishamon.- ¿Por qué? ¿Tenía que ver aquello con todo el tema que los reunía en esa montaña o simplemente era un deseo que no pudo ocultar mucho más tiempo? Probablemente un poco de ambos .-Tranquilidad, compromiso, calidez... Mi memoria evoca sensaciones agradables cuando te recuerda, un rostro es un peso del que no tenemos conciencia alguna, nuestra simple apariencia puede despertar deseos de todo tipo en la gente aun cuando no sea nuestra intención directa el provocarlos.- Para ese minuto Shujin caería en cuenta de que Bishamon había tomado una de sus manos, inesperadamente la apretó con fuerza, aun cuando su rostro siguiese evadiendo el de ella .-Nishimura Shujin será el rostro del imperio, no uno con justificaciones, uno que evoque ira, enojo y dolor... Nada en el mundo lo redimirá y será el combustible que necesita esa mujer para emprender el viaje.- Se notaba decidido .-Si deseas ayudarla, adelante,  procura que no pierda el norte, encamínala hacia la caída de "Dios"... Y si llegaras a necesitar ayuda.- Sin previo aviso soltó la mano de Bishamon .-Entonces buscarás esa máscara de porcelana.- Señaló el objeto que por tanto tiempo le había acompañado .-No a Shujin... Es necesario que Yatako también comience una cacería de fantasmas; Bajo ese rostro vacío puedo ser cualquier persona, un salvador, un libertador o un asesino, terrorista y criminal... Nadie me ha visto en quince años, únicamente me conocen por mis actos.- Entonces, como si aquella charla lo hubiese agotado más que de costumbre, Shujin decidió estirar un poco su espalda adoptando un tono de voz algo más cansado que de costumbre .-Eres una mujer criteriosa, eso creo, sabrás como actuar... Sólo te pediré que esos labios sigan sellados tal y como lo han estado hasta estos días.- Poco a poco el hombre se recostó de espaldas para que su mirada no viese más que el firmamento estrellado, sus manos se juntaron sobre su pecho, aquella era una noche tranquila como las que solía tener de joven en Iwagakure... No, definitivamente la vista ahora le resultaba mucho más espectacular que entonces, incluso la fría brisa era reconfortante .-Cuando te digo que quiero que Shujin sólo viva en tu memoria, es porque espero así sea... Yo lograré que el plan funcione, no tengo otra opción además.- Sus ojos se abrieron de par en par unos segundos y luego su rostro se dirigió al de su compañera enseñando una media sonrisa .-Si muero, no sería la primera vez ¿no?.-
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Última modificación: 05-02-2023, 02:59 PM por Bishamon. Razón: Agrego almacenamiento de CK
¿Qué era eso que sentía? De alguna forma, la rubia se sentía un tanto hipnotizada por el otro. Capaz, eran las palabras de Shujin que solían de alguna forma ser alivio para la ella, llevándola a otros lugares, en donde aquella utopía de la que él hablaba y soñaba fuera posible. ¿O era acaso la cercanía con lo desconocido? También podía ser que el chico reflejara todo lo que para ella era prohibido y por la misma razón quería más de él. ¿O sea su físico?... Tragó con un poco de esfuerzo al ver que, notablemente, el chico se alejaba. Su piel era fría como la misma tierra que tenían bajo sus pies, aquella que jamás recibía contacto de nadie, más que pisotones, el frío de la noche y las fuertes gotas de lluvia. Entendió de inmediato incluso lo que pasaba, así que justo después de sobresaltarse le dedicó una sonrisa.

Entendió por un momento todo el dolor, la angustia y la desesperación que acompañaba a Shujin. Ella, con cualquier otro, se habría abalanzado a regalarle un poco de esa cosa extraña y amorfa que llamamos amor, pero con él era diferente, no solo quería darle un abrazo en ese momento, también deseaba ser el lugar seguro y en donde podría ser el mismo sin prevenciones. Eso, en definitiva, no era algo que se lograba en unos minutos y menos, después de quince años en los que no se habían visto. Se recordó en aquel momento hacía ya veintitrés años.

Aquella Bishamon tampoco conoció el amor de nadie, tuvo a unos padres unos años y tras ello, se había quedado sola en lo que parecía ser, el peor de los lugares para una niña de apenas siete años. No pudo evitar mover su rostro ahora y clavarlo en el abismo que les predecía, sus pensamientos se volcaron a esos momentos en los que había sentido frío y luego, se había transportado a hace quince años, justo después de su misión en los reinos del sur. Una vez escapó, Bisha, la médico errante, había tocado lugares que jamás pensó y habitó lugares que tampoco esperó conocer. El frío, la soledad, la ansiedad, la desidia habían vuelto a aparecer como antaño y ahora… Puso su mirada en el firmamento y entonces lo supo: Nada había cambiado, seguía sola.

Le miró, justo en el momento en el que él buscaba sus orbes. Tenía razón, era seguro que Yatako no estaba sola y que ese grupo de personas, su hermano incluido, tenía toda su confianza. Si ellos querían ser parte de aquello, entonces tenían un camino complicado por emprender. Luego de esto, posiblemente Shujin no sería capaz de acercarse de la misma forma a Yatako o al menos, ella no se lo permitiría. No sabía cómo preguntarlo, pero sentía temor de que las cosas se salieran de control. ¿Acaso estaba Shujin dispuesto a perder su propia vida, nada más por darle alas a quien parecía ya tenerlas? Alguna parte de Bisha sentía que Yatako, si quince años después no había buscado a nadie, ni había aparecido era porque no necesitaba nada de nadie. No estaba mal, pero… ¿Por qué debían ellos arriesgar tanto por que quien jamás se había pronunciado?

A veces siento que arriesgas demasiado en tu vida, lo apuestas el todo por nada… ¿Pensaste ya en qué pasará si Yatako se rehúsa a ser la cara de libertad que esperas que sea?... Habrás acabado con su vida y con la de su hermano y como dices, ella posiblemente te buscará hasta el final de sus días. ¿Cómo esperas cambiar el ritmo de todo si no puedes controlarlo? — suspiró —Se que esperas encender una llama, pero ¿y si olvidas el encendedor, o si la llama está mojada?— Alegorías y pensamientos volcados a un sinfín de posibilidades. ¿Era capaz Shujin de ver la parte oscura de su plan? —¿No querrás alguna vez la libertad que perdiste?... Llevas más de veinte años orquestando planes, buscando, forjando y encendiendo mechas… Si lo que hiciste antes no resultó ¿Por qué esperas que hacer un daño de esa magnitud a Yatako ahora vaya a dar frutos diferentes?

Sus pensamientos fluían, era pesimista. O no, quizá solo necesitaba que Shujin la llevara y le mostrara el camino que ella misma se había negado a recorrer durante décadas. Estaba destinada a ello, el mundo mismo se lo gritaba. ¿Era tan difícil de ver? Lo demás, fue un chorro de agua helada en invierno durante las horas de la madrugada.

— su rostro, ruborizado, se había vuelto a mirarlo, sorprendida, incrédula de lo que el castaño le estaba diciendo. Se quedaría estupefacta, su corazón por otro lado había empezado a bombear sangre por todo su cuerpo a velocidades inimaginables. Tanto, que su mismo ser empezó a sentirse cálido, como si las palabras del chico fueran lo que había estado esperando. Sintió el apretón de Shujin con fuerza y trató de corresponderlo haciendo lo mismo. El abrazo, ese que tanto sabía que el chico necesitaba, lo estaba dando a través de un fuerte apretón de manos. Ellos quizá sabrían lo que estaban sellando, nadie más. Aquel pacto, seguramente se vería afectado en algún momento, pero por ahora, a pesar de los años, eran lo más fijo que tenían. La conversación había vuelto a su punto inicial y entonces lo entendió. Shujin sería el responsable de la desaparición del hermano de Yatako, no el enmascarado.

¿Cómo debería llamarte entonces? Me rehúso a que seas para mi nada más que "El enmascarado"— indagó dándose por resuelta frente a todas las cuestiones que había mencionado anteriormente. Para ella era claro, luego de la cacería y el secuestro, debía llevar a Yatako a las fosas del enmascarado. ¿Como lo haría y de qué forma daría ella con la hija del anterior Hokage? Algo dentro de la rubia decía que todo el destino estaba a su favor y que pronto, las cosas empezarían a moverse dejando menos cabos sueltos. Finalmente, afirmó despacio a la promesa que se hacían. Sus labios seguirían sellados y nadie más sabría de la vinculación del enmascarado con Shujin Nishimura.

Posó sus manos detrás de su espalda, justo en el suelo para que le sirvieran de apoyo y desde ahí, su rostro se giraría para verle. No sabía por qué, pero era tan confortable aquel momento, que deseó que fuera eterno hasta que el castaño volviera a hablar y a dejar claro que iba a estar bien o al menos, así lo había asimilado ella.

No habrá segunda vez, enmascarado, no para mi— sonrió de la misma forma antes de sentir los fuertes laditos de su corazón. —Estaré para ti, y espero ser yo quien pueda soportar tu dolor.— sus ojos estaban firmes sobre el contrario y su voz era tenue, como la misma caricia de una madre, o como el sentimiento de una hija con su padre. ¿Podría entenderlo? En aquel preciso momento, la rubia sentiría un cosquilleo en su frente, como acción casi que natural en la que almacenaba su chakra.

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