Última modificación: 05-11-2022, 02:16 AM por SaoriFake.
23 de Enero
09:45 pm
Bajo el oscuro manto con el que la noche cubre el cielo, ella no es más que una silueta incolora. No es la única sin embargo, pues hasta el vivaz rojo del haori que suele vestir quien le acompaña se ha vuelto negro como la tinta. Es una extraña ilusión, piensa mientras sus ojos reposan sobre el firmamento por un segundo, permitiendo que la luz de las estrellas inunde sus ojos.
Sus gráciles pasos son suaves, casi por completo inaudibles al chocar contra la arena que bajo sus pies abunda. Entre ella y quien a su lado está no flota ninguna palabra, solamente lo hacen las notas armoniosas que fluyen desde su flauta hace unos minutos. A su manera descubrió que a él no le incomodaba y ella necesitaba una forma de distraerse a lo largo del camino, aun así, sabe que el movimiento de sus dedos sobre el instrumento deberá detenerse pronto. Es peligroso obviar su presencia en tierras como esas, o al menos lo será luego.
Como si creyese que ella lo olvidaría, algo a lo lejos se lo recuerda.
Entrecerrando sus ojos, se enfocó en el tenue horizonte sin lograr distinguir con gran éxito lo que parecía se acercaba a ellos. No hay un cambio significativo en sus gestos, no hay advertencia o miedo, solo tranquilidad.
—Nos he distraído, ¿verdad? —Mientras sonríe a través de sus pestañas, es la pregunta que afable de sus labios deja escuchar tras detener la melodía que llenaba el silencio. Cuidadosa desciende la flauta y a la altura de su cintura la coloca, asegurándola con un lazo. Todavía no hay nada malo en el susurro del viento. —Ofrezco mis más sinceras disculpas.
Aunque sabe que sobran, que no son necesarias, lo hace.
Él no debe tomarla en serio. A su manera está jugando, por más que su gesto sea cálido y sencillo. Si uno la observaba, si lo buscaba en sus azules ojos, encontraría esa pizca juguetona que poco a poco mermaba.
—¿Los viste? —Lo que sigue es un elegante movimiento de brazo, que sirve al segundo para hacer notar que esa extraña forma de antes se ha vuelto una caravana. Saori no tiene claro si serán amigos o enemigos, lo que sí es que bajar la guardia no es un placer que planea otorgar al contrario. —Escucha con atención.
Débil y lejano, casi perdido en la brisa: el resonar de objetos chocando contra otros.
Presas y depredadores, cada uno deberá elegir su lado.
Nadie quiere ser el perdedor.