[FT Michi, Colt, Rohan]
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Fecha: Desconocida.
Lugar: Desconocido.
Hora: 15:45
Art
 
El viento soplaba con fuerza como de costumbre, elevando la arena del lugar por el viento y en conjunto a ese extremo calor que solo se encuentra en el desierto se hacia una tierra bastante hostil e infértil haciendo que los lugareños se enfocaran en negocios no muy legales. Una carreta de madera con adornamientos de oro y plata cruzaba por el paramo a una velocidad un tanto calmada como si no importase la zona que estaban cruzada, zona bastante conflictiva por las pandillas y jefes de mafias del lugar aunque tal parecía pasaba completamente desapercibida como si fuese parte de la misma demostrándolo con un símbolo del imperio junto al antiguo emblema de la tierra del viento en su parte trasera, su destino un pequeño bar conocido por sus múltiples problemas tanto internos como externos. El establecimiento se encontraba en una calle aun de arena sin pavimentar su entrada era decorada por un pequeño cóndor sobre un emblema el cual se consideraba simbología de la resistencia en contra del imperio, niños, adultos, y ancianos en suma pobreza se podían ver a los alrededores del mismo y al estar cada vez mas cerca aquella carreta destacaba fuertemente haciendo contraste con el lugar tan humilde.
 
Un pequeño anciano con gran sombrero conducía por las calles aquella lujosa carreta, su vestimenta era la de un simple trabajador de clase obrera sin llevar lujos o adornamientos excesivos mas allá de una pequeña cantimplora de cuero amarrada a su cuello en la cual vertía algo de sake para controlar su adicción a dicha sustancia; por otro lado, dentro de aquella carreta se encontraba un gran hombre con un habano entre sus labios y una mirada bastante indiferente, con su diestra alejaría aquel habano para exhalar el humo almacenado en sus pulmones llenando poco a poco la carreta entera de humo de aquel habano, sus dedos eran decorados por anillos de oro y en conjunto a aquel lujoso traje negro con camisa azul y pañuelo verde destacaba demasiado del lugar; sin embargo, una larga cicatriz se podía observar a mitad de su rostro ¿Cómo fue que se la hizo? Era una pregunta sin respuesta para muchos, pero aquella cicatriz era bastante conocida por el bajo mundo del país del viento. Sokaar, un conocido gangster y líder de una pandilla un tanto conocida en la tierra del viento.

Después de unos treinta minutos de viaje por fin llegarían al destino deteniendo en seco la carreta en la entrada del bar, Sokaar bajo de aquel transporte exponiendo así su gran altura de 1,96 centímetros haciendo que el mismo transporte se viese pequeño a comparación, en su diestra aun se encontraba aquel habano recién encendido. — Toma Richy, no tardare demasiado si quieres ve a dar una vuelta. — Dijo el gigantesco hombre a la par que lanzaba una bolsa pequeña de monedas como pago al hombre sin siquiera voltear a verlo, antes de entrar dio una cuantas caladas a su habano analizando parte de la zona y entrada del local, como siempre se percataba de las entradas y salidas del lugar antes de entrar al igual que la colocación de las ventanas y lugareños del lugar, tan cuidadoso como siempre pues sabía que aunque era considerado pro imperio, la realidad era que hacia varios negocios y acciones que no concordaban tanto con esta postura sacando únicamente beneficio propio de aquellas acciones.

Después de meditar un poco sus próximos movimientos por fin dio el primer paso el cual lo llevaría dentro del local, el establecimiento era tal y como se lo habían descrito, una barra de madera larga en el centro siendo atendida por el camarero en conjunto a banquillos de madera con soportes de metal y una pequeña máquina para reproducir música. Al entrar notaria algunas miradas debido a su ropaje, aspecto, habano, y altura. El bar no tenia mucha clientela en aquel instante a los mucho siete u ocho personas dentro del mismo, el objetivo de Sokaar era bastante claro, comprar el establecimiento o por su parte reducirlo a cenizas tal y como acostumbraba hacer para hacer vender territorios y ganar buen dinero de ello, no era tan estúpido para ir a declarar sus intenciones al minuto uno por lo que se acerco lentamente a la barra sin dirigir su mirada en nadie en particular para tomar asiento mientras continuaba fumando su habano, por el momento nadie le había indicado que lo apagase y aunque así fuera, el Jiki simplemente no lo apagaría. — Dame un Whisky en las rocas ¿Quieres? — Como siempre su semblante frio y palabras graves, arrojando algunas monedas como si no tuviesen valor sobre la barra mientras su mirada se clavaria en el cantinero hasta que recibiese lo solicitado ¿Llamaría la intención de alguien aquella personalidad?
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Última modificación: 23-10-2022, 04:28 AM por Colt Tenbin.
El joven caminaba relajado por las calles, con las manos en el bolsillo y la cabeza en alto, silbando una melodía improvisada, estaba vestido con una chamarra deportiva, por encima de una camisa negra que hacía juego con unos pantalones lastimados del mismo color, en su espalda cargaba una mochila y encima de esta un gato gris con manchas blancas asomaba sus ojos tan claros como el cielo que abrazaba la ciudad. 
-Bueno Goku, una última entrega y nos vamos a casa... O mejor aún aprovechemos que es el bar de Waka para tomar algo ¿No lo crees?-Miro a su mascota mientras esta maullaba en respuesta "Muy Dulce" -Oh, claro que sí... No te preocupes, le diré Waka que le agregue tres cucharadas de azúcar esta vez, ¿Pero no mas eh? No quiero que seas un gato diabético- El gato bufo a forma de quejido "Aburridooo"Le había hecho entender al joven, obviamente quería su bebida mas dulce que de costumbre, aunque sabía que su amo no se lo iba a permitir, pero que mas podía hacer, suficiente eran ya todos los mimos que recibía.

Hacía ya un año desde que Colt e Isshin estaban instalados en el país del viento, su padre todavía mantenía la fachada de herrero pero por su parte el hijo ya había despegado las alas y se dedicaba a sus propios asuntos, siempre manteniendo un perfil bajo, pocas misiones para alguien que era un ninja a sueldo, por el contrario, se dedicaba a hacer encargos de poca monta para el bajo mundo, llevar algunas mercancías de aquí para allá, intimidar de vez en cuando a algún deudor o pandillero que se pasara de la raya con los vecinos y sobre todo su propio negocio, aquello que lo mantenía a flote por el momento: Traficaba con una droga suave, la esencia... un psicotrópico que se fumaba y causaba una sensación de bienestar, relajación, sedante y somnífera, no era adictiva, en muchos lugares se la consideraba legal, y en otros era parte de su cultura, pero acá lo que destacaba no era la sustancia propiamente dicha, si no el proceso por el cual Colt la hacía crecer del suelo, usaba parte de su "Energía Natural" para fortalecerla y asi hacerla mucho mas potente que cualquier otra cepa que se conociera. Quien la había probado daba fe de ello, por eso mismo, los pocos clientes que tenia el pelirrojo le pagaban una muy buena pasta por ella, no vendía en cantidad, casi que se le podía considerar un camello por las veces que se movía para vender, oh pero la calidad, señor, eso era otra cosa, una que ningún traficante del país podria llegar a conseguir ni en mil campos de cultivos... Aquello era lo que la hacía tan buena y al ser alguien de perfil bajo que no buscaba destacar lo convertía en un proveedor excelente para los bares menos populares de la zona.

Cuando llego al bar miro con curiosidad a una carreta bastante extravagante estacionada en el lugar, pero no le dio importancia a aquello, tan solo entro como si de su casa se tratase. - ¿Hey Claire como va, te ves tan reluciente como siempre-Levanto la mano saludando enérgicamente a una de las mozas que se encontraba sacándole brillo con fuerza de las mesas, quien entendiendo la ironía de su comentario, lanzo un poco del limpia muebles a los pantalones del joven-¡Oye! Que son nuevos-Se quejó con tono alto mientras daba un pequeño salto tratando de evitar lo mas que pudo el rocío -Ah, discúlpame Colt pensé que tenia polvo y que querías limpiarlos-Emitió una risa traviesa mientras se llevaba una mano a la boca, el colorado la acompaño con su gracia para proseguir su camino hasta la rocola donde colocando la moneda para que una canción inundara el ambiente, una melodía de guitarra alegre y enérgica empezó a llegar de los pocos presentes, una canción con la que seguro, varios de los que vivían en Pashubo se sentían identificados.
Música de la Rocola

El Tenbin se dirigió a la barra tomando asiento a la izquierda de un corpulento hombre que fumaba un habano, apenas dirigió la atención hacia el sujeto, tan solo espero a que el moreno que atendía el lugar hiciera acto de presencia.- Un momento Colt, ahora estoy contigo.- Aquel regordete señor calvo de piel morena le hizo un ademán con la mano mientras buscaba una botella de Whisky con un vaso pequeño de forma cuadrada, vertió rápidamente el líquido marrón en el recipiente, saco por debajo de la barra con una pequeña pala, dos esferas de hielo que terminaron por adornar el vaso y tomo las monedas que el hombre había dejado sobre la mesa, en cualquier otro momento le hubiera brindado mejor cortesía, pero mayores negocios estaban por ocupar su establecimiento ahora, lo único que hizo fue sacar un pequeño cenicero de lata que puso entre el pelinegro y el colorado. -Pero mira nada mas que trajo la arena por este lugar ¿Que desean tomar mis dos amigos?-Con los ojos expectantes espero la respuesta del muchacho - Ah lo de siempre una cerveza, y para Goku un tazón con leche dulce como a él le gusta- El felino dio un salto desde la mochila y se posición en el extremo izquierdo del joven siendo el mas alejado de los tres que se encontraban en la barra.- Oye hablando de arena, mi mochila se llenó con un montón en el viaje hasta acá,¿Podrías sacudirla en el fregadero por favor? - Una sonrisa de oreja a oreja invadió el rostro del moreno el cual encantado primero se dedicó a destapar una fría botella de cerveza para su cliente y servir un pequeño plato con leche para su mascota, una vez termino el pedido, le hizo el "favor" a su cliente y tomo la mochila llevándola a la parte de atrás en la cocina.

-
Ahhh las mejores bebidas se toman acá ¿No lo crees asi Goku?-Le pregunto a su compañero mientras daba un ansiado sorbo a la bebida de malta. Cuando esta se acento en su boca, el joven saco una cajeta de cigarrillos, después busco algo en sus bolsillos pero no lo encontró, ni en los de la chamarra ni en el de los pantalones -¿Otra vez? No puedo ser tan torpe...- Se llevó la mano al rostro, de nuevo había perdido su mechero, cosa común en el joven, si la industria de los encendedores dependiera de una sola persona, sin duda escogerían que esa fuera Colt Tenbin, quien semanalmente extraviaba el suyo -Disculpa... ¿Serías tan amable de convidarme fuego compa?-Hablo en un tono cálido y amigable hacia el sujeto de al lado, aunque examinándolo bien, este tuviera cara de pocos amigos, y una cicatriz que seguramente no la consiguió por ser alguien amigable con el resto, a Colt le daba bastante igual esto, la mayoría de las personas respondía bien si se las trataba con respeto y si no... Se podria ir a tomar por culo, esperaría a que Waka volviese para que le brindara algún fósforo u algo. Ahora le prestase su mechero o no, si Sookar desviaba la mirada hacia la cocina podria ver como el moreno de la mochila, sacaba un frasco similar a los que se vendía el café, lleno de lo que parecía ser una hierba de color verde oscuro con tonos violetas, para luego meter un fajo de billetes en su lugar, el muy idiota había dejado la puerta abierta por la emoción de la mercancía, por suerte de el tan solo dos personabas podían llegar a observarlo, o tres si contábamos a nuestro felino amigo que también estaba presente.

Vestimenta de Colt
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Lugar: Bar de Waka (País del Viento)
Fecha: Desconocida.

Hora: 15:47

Aquel lugar no era muy grande, ni tampoco estaba muy limpio que digamos. La barra era lo que se intentaba mantener más adecentada y cuidada; aun así en ella habían quedado reflejadas las marcas y arañazos de incontables jarras y vasos deslizándose por la pulida madera; discretas marcas ahumadas se habían formado mostrando como la ceniza candente de algun cigarrillo se habia precipitado repetidas veces; algunos desconchones y cortes superficiales se podían apreciar si pasabas tu mano por el lateral de la misma, deslizando con cuidado tus dedos apreciando cada imperfección por sutil que fuera en ella. En resumidas cuentas podíamos entender la cantidad de historias que en esa barra habían sido contadas, las peleas, los incontables clientes a lo largo y largo de los años.

Ahora mismo, tras el mostrador de aquella barra se podían contar hasta tres clientes sentados en sus taburetes, dejando al resto por ahora expectantes desde las mesas arrinconadas en el perímetro formado por las paredes. De aquellas tres personas, la ultima en llegar iba acompañada de un gato, se trataba de un joven fornido que parecía un habitual del local y no dudo en sentarse a reclamar su petición habitual mientras reclamaba un poco de fuego al sujeto que habia llegado escasos momentos antes que él. Dicho segundo sujeto era alguien de porte sinestro, fumando puros a diferencia de los cigarrillos que debían consumir más frecuentemente el tipo de clientela humilde que visitaba aquel lugar a priori, era alguien que cualquiera pensaría que fácilmente pertenecía a una de las familias mafiosas de la región, mejor no acercarse. 

Y por ultimo, la tercera persona, más fue la primera de los tres que habia llegado a esa barra sentándose en el ultimo asiento del fondo, era una joven de largos cabellos negros que se resaltaban más con la opaca iluminación del lugar. La chica tenia la espalda cubierta por una capa amarillenta algo gastada que descendía casi a ras de suelo al estar sentada, al quedar ligeramente apartada por su postura se podía intuir el vestido de una pieza anaranjado algo ceñido que portaba. Si te preguntas cual era aquella postura era muy sencillo. La chica se encontraba con la cabeza apoyada en la barra, rodeando la misma ligeramente por sus brazos entrecruzados, mientras con su mano derecha seguía sujetando el ultimo cuarto de lo que en un origen era su copa; permaneciendo en aquella posición con la espalda arqueada y dejando colgando su busto, sin exponer su rostro desde hacia unos cuantos minutos, desde hacia bastante más de que entraran aquellos dos últimos invitados.

Todo daba a entender que la joven estaba ebria, la copa en su mano, la pose adormecida, las tres botellitas de sake dulce a su lado, de las que se puede intuir que dos están completamente vacías y solo teorizar por que nivel andaba la tercera. Al lado de las mismas se podía encontrar tambien un plato sucio, por el tipo de salsa que permanecía en el fondo del plato sin acabar de limpiar se podía intuir que habia en ella algun aperitivo o platillo no muy abundante de carne hasta hacia muy poco, no obstante si te fijas bien te darás cuenta que en realidad un poco más apartados hay hasta tres platos idénticos amontonados, haciendo un total de cuatro, quedando estos últimos un poco ocultos por la propia postura de la chica. 

Pero aunque no lo pareciera la chica no habia sido afectada por el alcohol, bueno ligeramente pero no hasta el punto de haber sido victima de la ebriedad. Ella estaba cabizbaja pensando, no quería que nadie la molestara por ahora mientras meditaba profundamente, lo mejor era que pensaran que estaba durmiendo la mona por unos momentos; cuando en el fondo estaba sudando la gota gorda "Mierda, mierda, mierda..." Pero la meditación estaba siendo completamente inefectiva "¿Y ahora que hago nya...?" Estaba algo desesperada. Pero para entender bien esta situación nos tenemos que remontar ligeramente al pasado.

Lugar: Calle Random (País del Viento)
Fecha: Desconocida.

Hora: 14:51

Michi vagaba por las calles cubierta por el toldo andrajoso que habia desmantelado por la noche de una paradita callejera que parecía abandonada, lo más probable es que el dueño se hubiera metido en algun lio y se hubieran librado de él, llevándose sus mercancías por las molestias claro - Este país apesta definitivamente - Diría en un tono para si misma, cuando esta sola tiene fácilmente ha hablar consigo misma - Es como el sitio más seguro para hacer lo que quieras, al mismo tiempo que el más inseguro y peligroso, pero por todo aquí o tienes dinero para vivir como dios o mueres por las calles hasta que tiran tu cuerpo a la arena del desierto - Mientras deambulaba por algunos de los callejones que limitaban aquella ciudad con las afueras tocando al desierto, pudo notar como se intuía entre la arena de una duna la mitad de una calavera, ya estaba rota hasta la misma. Un gruñido de su estomago hambriento le mando el aviso de que si no solucionaba ese problema pronto se uniría a la media calavera en la arena, en el proceso natural que aquel desierto secaría la carne y erosionaría la misma junto a los huesos hasta volverlos polvo que se sumaria a las dunas alimentando a la arena - Sera mejor que piense algo rápido - Dijo mientras un pequeño escalofrió la invadía incluso portando su capa.

Sus pasos irían por ahora sin un rumbo fijo entre los callejones pensando en que podría hacer, el patrón de movimiento que seguía era zigzagueante y confuso, digno de quien no sabe a donde coño va - Por estos lugares pocos, muy pocos trabajos remunerados legales hay, como no me ponga a trabajar en alguna tienda o local, pero eso es extremadamente lento, no viviré a mi primer sueldo y que pereza trabajar tanto tiempo en un mismo lugar nya... Todas las opciones rápidas y rentables son trabajos de matón, asesinato, robo y bueno prostitución siempre es una opción - Había muchas opciones, unas que le interesaban más, otras que le interesaban menos, pero definitivamente era lo único que podía hacer por ahora - Definitivamente en cuanto pueda me movilizo un tiempo en algun lugar menos apestoso, el país del fuego no queda lejos nya... - La felina avanzo sin hablar más por los callejones mientras buscaba llegar hacia algun punto más concurrido hasta que - ...nueve mil y veinte mil... - Fue un sonido tenue, se escucho poco mientras pasaba de largo bajo una ventana y la hizo retroceder hacia atrás, caminando de espaldas como si rebobinara - Es el doble de lo que el jefe nos pidió, es la ostia - Dijo una voz ronca y algo endeble - Nos quedan 5 mil limpios para cada uno, que buen trato nos hicieron al final - Michi comenzó a trepar la pared, dando algunos brincos con los apoyos que encontraba por la fachada, quedándose colgada justo debajo de la ventana parando bien la oreja - Estoy seguro de que el jefe no esperaba que sacáramos tanto margen - Diría el primero - Sin duda, sino nos habría pedido mucho más, esto es un golpe de suerte hoy podremos festejar bien - Ambos se notaban extremadamente satisfechos y con mucha euforia, se podría decir que estaban ebrios de felicidad.

"Parece que solo están dos ahi arriba, han dicho antes tambien que se lo partirían cinco y cinco nyahahahaha..." Era la hora de un movimiento apresurado pero efectivo. Michi se desabrochaba la capa dejándola caer al suelo del calle con suavidad al planear levemente la misma por la brisa del medio día. Aun colgada en el muro la chica se bajaría un poco su vestido a una altura cercana a la mitad de su pecho, tras lo cual treparía por el muro de la fachada subiendo al marco abierto de la ventana, captando la atención de los dos maleantes con dicho movimiento, más lo único que encontrarían al mirar hacia ella, seria a la joven perfectamente sentada en el marco de la ventana mientras se levantaba ligeramente la falda de su vestido insinuando, al mismo tiempo que juntaba sus brazos realzando su busto, que al bajar tanto su escote parecía que en cualquier momento fueran a escaparse por la presión - He escuchado que hay dos caballeros solventes por aquí... Me preguntaba si querían pasar un buen rato nya... - Los acontecimientos que ocurrirían en esa segunda planta de mala muerte en aquella ciudad sin ley serian omitidas a la prensa. Lo único que importaba que la gente supiera, es que al rato, no mucho, de ahi saldría Michi con un par de fajos de billetes que debían alcanzar los veinte mil y atrás dejaría a dos idiotas desnudos atados entre ellos, con un par de arañazos en su cara.

Y con un abundante capital repentino se produjo un cambio en su destino, una búsqueda que saciara del todo su apetito, por lo menos en cuanto a gula se refiere "Mmm... Con este dinero podría ir a comer a casi cualquier lugar nyahahaha" Pero entonces, mientras caminaba, algo fue captado por su olfato, un suave y atrayente aroma procedente de un local - Sniff Sniff... ¿Eso es esencia? - La pregunta era tonta, pero era evidente que lo era. Y de forma instintiva se adentro en el lugar. Allí dentro contemplo un entorno no muy lujoso, parecía más un bar de toda la vida, con clientes habituales, confianza en el tabernero, pero del mismo modo se tornaba peligroso por los contactos que habia en sitios así. De todos modos ella quería comer ahora, daba igual donde y lo cierto es que el aroma del lugar era muy atrayente, igual luego se podía dar algun lujo, así que confiaba. Paso de largo al lado de todas las sillas vacías de la barra hasta alcanzar la ultima en el fondo, un lugar donde la molestarían poco, tambien quedaba más discreta al ser una zona menos iluminada y cubierta de nuevo por el manto que volvió a recoger antes de irse quedaba muy discreta. Al fin y al cabo esos dos idiotas a los que robo tenían un jefe, no se sabe si darán en un rato vueltas por el lugar algunos matones buscándola. De modo que habia que por lo menos reponer fuerzas rápidamente. 

El pedido de Michi fue sencillo - Quiero algunos platillos con algo de carne y una botellita de sake dulce - Un pedido simple, pero que seria muy rentable cuando la hambrienta felina no dejaría de pedir una ronda tras otra saciando su sed y apetito. Cuando ya estaba satisfecha discretamente saco uno de los fajos para sacar algunos billetes con los que pagar la cuenta. Pero entonces se dio cuenta de una cruel realidad al pasar los billetes revisándolos bien mientras contaba sus gastos "Que significa esto... Solo el primer billete es autentico, los otros son claramente falsos..." Un timo muy viejo en algunos lugares, un fajo de billetes en el que solo el de arriba es real, así parece que todo el fajo es autentico y hasta que no te pones a contarlo bien no te percatas de ello "Pero si los escuche contando... Son tan idiotas que no se dieron cuenta nyaaaa..." La realidad era abrumadora, de los veinte mil ryos que pensaba que tenia, se acababa de quedar con doscientos, no daba ni de broma para pagar toda la cuenta. Cierto es que igual debería haberlo revisado, no obstante si que subestimo la estupidez de algunos humanos.

Y volvemos al presente...

"Dios mío... Que hago nya..." Michi estaba en una mala posición, en un bar así un mal movimiento como no pagar le podia costar bastante caro dado que no podía pegarse con tantos "Igual podría convencer al dueño de hablar en privado y pagarle de una forma especial..." Estaba mal la cosa, por ahora prefería fingir que estaba un poco ebria, rezando por una apertura o suceso que le permitiera escaparse "Encima me puse lo más lejos de la puerta..." Necesitaba un milagro, irse por patas o negociar muy bien con el dueño, habia que esperar al momento oportuno...

Ropa Michi
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HABLO // PIENSO 
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Senshi, el guerrero que partió de su casa para ser más fuerte y que el mundo contemplará su estilo único ahora estaba varado en una calle algo desolada en un bendito desierto en medio de la misma nada, que más se podía hacer al respecto en esas instancias?.

Caminando tranquilamente por la ciudad se veían personas aparentemente ebrias a su alrededor, un bar seguramente estaba cerca y como estaba en una zona pro-imperio y no muy social con otros por el régimen no se atrevía a ir a ningún lugar aparente, estaba cansado de caminar y quería dormir un rato. -Uff, hace años que no trotaba de esta manera...necesito meditar para volver a fortalecerme, pero donde?-. Dijo en voz baja y sus ojos rotaban buscando un edificio seguro para hacer su descanso.

Lo único que encontró en aquella vereda fue un bar, si un bar, Senshi no bebía, esto daba un carcome a su entrenamiento y a su estilo así que excluía de su mente cualquier pensamiento o tentación que le pudiera traer el alcohol, pero ahora tendría que ponerse a prueba. -Porque presiento que esto no será buena idea?-. Menciono...para si mismo dijo estás palabras para caminar tranquilamente a la puerta del bar y abrirla de lentamente.

Algunas personas lo miraron, el Físico de Senshi podría decir fácilmente que no se debían meter con el pero no quería peleas en este momento, si, le agradaban mucho estos tipos de contienda y le encantaba participar pero el asunto es que no vería nada noble si su contrincante tiene la desventaja de la ebriedad, el joven no hizo ningún gesto y solo se sentó en la esquina a meditar, obrando por una postura tradicional, piernas entre cruzadas sentando con sus manos separadas, estilo de monje, sería capaz alguien de molestarlo en tal estado de paz y tranquilidad?.
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Me dijeron que tienen un trabajo para mí... — Un encapuchado le hablaba a dos personas vestidas de traje, encerrados en una habitacion que mas bien parecia ser una oficina. Del encapuchado se podia ver que sobresalia un cigarrillo encendido y humeando apoyado suavemente en los labios de dicho sujeto.

Asique tu eres el tipo del que nos hablo Donny eh. — Comento el trajeado de la izquierda.

El hombre trajeado de la derecha lo miraria de arriba a abajo y luego se acomodaria los lentes oscuros que llevaba puestos ocultando sus ojos detras. — Asi es, es algo bastante sencillo pero ya nos estan tocando las pelotas y hay que ocuparse de este asunto antes de que el jefe nos mande a tomar por culo a nosotros. Mira el asunto es...




Mas tarde ese mismo dia.


Caminando por las calles de aquella derruida y polvorienta ciudad de arena, Mercer andaba con las manos en su chaqueta de cuero, manteniendose cabizbajo para que el sol no le jodiese al tenerlo de frente, aun fumando su cigarrillo y repasando el trabajo que habia conversado con aquellos tipos minutos antes. El asunto era el siguiente: Al parecer un tal Waka, propietario de un bar de la ciudad pidio prestado dinero a aquella familia mafiosa, mas del que un ciudadano comun podia pagar, y aqui es donde los problemas empezaron. Waka jamas pago la deuda para con la familia mafiosa, incluso ya siendo advertido una vez y dandole un plazo limite para hacerlo, sin embargo para colmo del asunto recientemente alguna fuente que reune informacion por estos lares le revelo a los mafiosos que el viejo anda comprando algun tipo de droga, probablemente incluso el prestamo haya sido para eso, por lo que el trabajo de Mercer era muy sencillo. PARTIRLE LA CARA A GOLPES HASTA QUE LE DE EL DINERO.... o en cuyo caso si se llegaba a un punto muerto, valga la redundancia el muerto seria Waka, y con ello tomaria todo el dinero que llevase y robaria los papeles de la propiedad para entregarselos a aquella mafia.

No tardo mucho en encontrar el bar cuya direccion habia sido otorgada por los trajeados, no sin antes de ingresar al edificio, tirar el cigarro que ya se estaba terminando al suelo, para luego llevarse uno nuevo a la boca y encenderlo con la yema de los dedos indice y pulgar de su surda al concentrar chakra katon en estos. Al entrar no habia mucha gente, y eso por suerte le facilitaba un poco el trabajo a Mercer, sin embargo tampoco estaba vacio asique por lo pronto decidio hacer un poco de tiempo y fue a sentarse en el unico banco libre que quedaba en la barra del bar, junto a una morena que se encontraba recostaba sobre la barra y al otro lado un gato bebiendo leche. Alli Mercer espero un rato a que el viejo Waka se acercara para pedirle un whisky en las rocas, sabiendo lo que iba a ocurrir se pidio el mas caro que tuviese. Como no era de la ciudad y no hacia mucho que habia llegado Mercer contaba con la ventaja de que nadie lo tendria de vista ni tampoco tenian forma de vincularlo con aquella mafia por lo que a ojos del resto pasaba como un simple extranjero mas que estaba de paso, como tantos que se pasan por estos sitios a menudo. De reojo Mercer vio al gato bebiendo feliz, y al ver al otro lado noto el vaso semi vacio de la joven que se encontraba a su lado y varios platos de comida vacios y con restos, parecia cansada o dormida, no estaba seguro pues no podia verle la cara al tenerla cubierta entre sus brazos. Mas al otro extremo de la barra se encontraban dos sujetos, uno que se lo veia bastante jovial y parecia ser el dueño del gato, el otro era un tipo que puso en alerta a Mercer, pues daba muy mala espina, parecia el clasico mafioso busca problemas y eso no era nada bueno ¿Seria algun maton de otra familia mafiosa? Mercer sabia que nadie mas de la mafia que lo contrato vendria asique esto era algo inesperado para él, pero para colmo en uno extremo del establecimiento se encontraba otro joven musculoso en lo que parecia meditando, tenia un cuerpo bastante tonificado y toda la apariencia de ser un luchador, otro obstaculo para Mercer. Por ahora el Tenbin se mantuvo expectante, pero el trabajo no podia demorarse sin importar los contratiempos, no tenia mas opcion que hacerlo de todas formas si queria recibir la paga.
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Narro - Hablo - Pienso
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Última modificación: 31-10-2022, 05:17 PM por Sokaar.
A los pocos segundos de solicitar su bebida el hombre gordiflón se puso las manos a la obra, pero a mitad de realizar su tarea llego un nuevo personaje, alguien de apariencia bastante llamativa y un poco tradicional para lo que se había convertido el país del viento Sokaar solo poso su mirada unos instantes al chico, lo suficiente para ver mas detenidamente su vestimenta algo vieja y desgastada por el tiempo. El cantinero poso la bebida del cicatrizado hombre sobre la barra y tomar las monedas del mismo como pago, ahora se escuchaba una melodía un tanto pegadiza y alegre, pero con letra bastante cruda fumando de nueva cuenta aquel habano el cual a estas alturas ya iría por la mitad justo donde el sabor del mismo se intensifica notablemente y el humo comienza a ser un poco mas espeso que al principio. Sokaar no pudo evitar ver la mochila del joven y el “producto” que contenía el mismo provocando una media sonrisa para finalizar con un trago del recién adquirido Whisky, acto después el pelirrojo le solicito el encendedor al hombre de cabellera negra el cual solo llevo su diestra dentro de su saco para dar un zipper cromado con un dragón grabado por la cara principal mientras en la contraportada estaba grabado el numero “0” una pequeña referencia a las ambiciones del hombre.

Hasta ahora no había pasado gran cosa y Sokaar aun se preguntaba en cómo debería abordar al hombre para que cediese fácilmente al negocio, pero por ahora solo quedaría aguardar y en aquel espacio muerto llegaron dos nuevos clientes. El primero era un sujeto bastante musculoso y por su ropaje seguramente debería saber artes marciales, lo que mas extraño a Sokaar fue que no solicito nada al camarero + ¿Qué querrá ese sujeto? + Se pregunto el hombre para ver al segundo hombre, esta vez un encapuchado con una apariencia un poco más tranquila sin saber que probablemente sería el más problemático de todo el lugar por ahora se limitaría a voltear de nueva cuenta hacia el pelirrojo estirando su diestra esperando que terminase de usar el encendedor. — ¿Cuántos años tienes, mocoso? — Le pregunto en seco al joven pues parecía bastante joven como para cargar con tanto material, Sokaar espero unos segundos dando algunas caladas adicionales mirando como el cantinero procedía de nueva cuenta a servir un Whisky al recién llegado viajero dejando por un momento la mochila del pelirrojo lo suficiente escondida para pasar desapercibida por el resto de clientes.

Sokaar era de la clase de personas que le gustaba disfrutar su bebida pues el trago que ejerció sobre la bebida fue bastante suave degustando el sabor del licor, era bueno, si, pero había proado mejores en otros sitios pero tal vez la libertad de pensamiento en este lugar era lo que en realidad llamaba la atención de los lugareños, como siempre tenia que hacer una suposición anticipada e ir ejecutando sus acciones a base de eso ya tenia bastantes años de experiencia para sentirse bastante tranquilo y paciente para elaborar un plan en su cabeza. — Oye, mocoso. — De nueva cuenta intento captar la atención del pelirrojo mientras sujetaba su bebida y mantenía la mirada recta sin ver al propio joven. — ¿Por qué pierdes tu tiempo en un lugar como este que es claro que no tiene dinero ni para morir? — Señalo con el dedo la mochila, a estas alturas estaba bastante claro a que se refería pues el hombre fue bastante directo y por su apariencia seguramente la mayoría de clientes se daba una idea a que se dedicaba.

No tenia ni la mas remota idea que todo cambiaria con los presentes en el bar pero por ahora continuaba dando algunos tragos a su Wishky y fumando aquel habano, de poco a poco el hedor del cigarrillo del hombre comenzaba a expandirse por el lugar, Sokaar quedo en silencio esperando la respuesta del pelirrojo, su mirada dirigida al cantinero y las acciones de este que estaría por realizar con aquella mercancía entregada por el chico.
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De forma paulatina e inusual para el local, un grupo de variopintas personas entraron al local, sin tener en cuenta a los 3 que estaban en la barra, dos sujetos mas entraron, uno que tan solo se dedicaba a meditar y un encapuchado que pinta de muchos amigos no tenia, luego de este le siguieron un par mas de extraños que tenían pinta de pertenecer a algún grupo de crimen organizado, eran ocho en total, los cuales se distribuyeron en dos mesas distintas en grupos de cuatro, apenas le presto atención a esto el pelirrojo, pensó que seguramente o andaban buscando a alguien o quizás venían a festejar alguna fechoría que habían cometido, mientras se mantuvieran en su lugar, y no se metieran con él o con la joven moza que atendía el lugar, Colt pasaría de ellos como si no existieran.

-Muy amable- Le agradeció al tipo alto mientras encendía el cigarrillo con el mechero, no sin antes examinar detalladamente el mismo, tenia un diseño muy particular, casi que parecía hecho a medida y no uno comprado en alguna tienda cara, pues era de sobra sabido que aquel hombre no se iba a gastar su dinero en algún mercaducho de segunda mano seguramente. -Ahhh estos días calurosos son los que mas hacen que se aprecie el sabor de una buena cerveza-Pensó en voz alta mientras terminaba el primer vaso, para poco después encargar el segundo, el pico del tenbin ya se había calentado y cuanto menos se tomaría unas tres antes de volverse a su hogar. -¿Eh? Pues tengo 17 años recién cumplidos. El nombre es Colt por si te lo preguntas, y este pequeño amigo de aquí se llama Goku, no le subestimes por ser un gato ¿Si? Es mas listo que mucha gente que vi entrar en este lugar-Le respondió la pregunta a Sokaar mientras se presentaba a sí mismo y a su amigo felino.  


Poco después del pequeño diálogo, Waka volvería con otra cerveza para el pelirrojo, además de su mochila bien limpia. -Vaya, hoy me agarras de buen humor, muchacho, pide lo que se te antoje, hoy la casa paga por ti.-Le comento el cantinero mientras denegaba las monedas que Colt le ofreció, actitud que por cierto el Tenbin tomo con bastante reticencia, Waka no era conocido por una gran generosidad al contrario, era una persona bastante tacaña que apenas y le pagaba a la pobre de Claire, la muchacha que limpiaba las mesas y atendía a los clientes. -Acá hay gato encerrado, y el mío no es.- Pensó desconfiado el muchacho mientras se disponía a contar el dinero, no en vano se movía por este negocio desde hace unos años y si bien tenia pocos clientes, sabía que siempre era mejor pecar de paranoico que lamentarse por ingenuo. -Pero si será cabrón este malnacido cabeza de rodilla- Esta fue una de esas ocasiones en donde la paranoia no era mal infundada, los primeros cinco billetes del fajo que Waka dejo en su mochila eran reales, pero el resto, era mas falso que la libertad que proclamaban los seguidores de Pain. Iba a asegurarse de que el cantinero aprendiera a no jugar con él pero en ese momento otra pregunta quito su atención del pobre moreno -Tskkk si será descuidado este idiota, un día de estos podria llegar a ser alguien de las autoridades que nos pille asi- Comento a regañadientes mientras escuchaba al pelilargo, quien sorprendentemente se interesó mas el porqué Colt desperdiciaba su tiempo en un cliente asi y no buscaba mejores opciones para distribuir su producto.  -¿Sabes algo? Los vinos buenos, a diferencia de los baratos, no se venden a granel y a todo el público, por el contrario, se le venden a unos pocos clientes de confianza que saben apreciar el verdadero valor del mismo, y pagar por ello la cantidad que verdaderamente se corresponde-Aquella respuesta dejaría en claro porque Colt trataba su mercancía con poca gente y no la distribuía en masa como otros traficantes hacían -Pero hay veces, que uno se pasa de bueno, y algunos clientes se aprovechan de la benevolencia de su proveedor.- Dijo mientras extraía uno de los billetes falsos y se lo pasaba a Sokaar. -Intentan tomarlo a uno de tonto, pero a veces no se dan cuenta de que si uno es él compra y otro el que vende, es porque la inteligencia favorece tan solo a uno de los dos, el que saca mayor rédito de esto- Comento con una sonrisa que fundía la ira y la malicia en una sola emoción -¡Oye Waka! Sírvele un whisky de verdad a mi amigo de aquí, no esa meada fermentada que le das a todos los clientes, esta va por mi cuenta-Entonces como si de una de sus mejores ideas se tratase, encontró la forma perfecta de devolverle el golpe a Waka -¿Espera no dijiste que lo que pedía hoy lo pagaba la casa? ¡Muy bien! -Estafar a Colt le iba a costar caro al calvo y mientras se aclaraba la voz grito en voz alta -Muchachos ¡La próxima ronda va por mi cuenta! ¡Incluso lo de la morenaza esa de ahi!- Dijo señalando a la mujer que estaba sentada en una esquina con un montón de platos de comida a su alrededor, aquello no cubriría ni por lejos todo el dinero que le había estafado Waka, pero serviría para presionarle, Colt sabía que si el sujeto le intentaba cobrar todas las bebidas que él se ofreció a pagar además de la comida de la mujer,   tendría que sacar el dinero de la mochila por lo cual ahi se vería que el dinero era falso, y tendría a Waka contra las cuerdas, una situación perfecta que aprovecharía para desquitarse. 
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Se veía bastante tranquilo el lugar de principio a fin, no había muchas cosas que destacar, un sujeto que parecía mafioso de los que parecían adictos a algo en concreto, bastante arreglado y elegante, había que admitirlo...otro sujeto pelirrojo que estaba a su lado, mucho más joven, este si no tenía pinta de ser alguien que demostrará peligro pero quién sabe?, Las apariencias engañan, la otra persona era una chica parada en el medio de la habitación que lo más destacante de ella era su apariencia similar con la de un gato, creia que estaba loco por eso mismo y tal ves el sueño le hacía una mala jugada, y el último pero no el menos interesante era un sujeto alto con capucha, se notaba como alguien que dice "dame lo que quiero o te mato" pero no debía adelantarse a esa conclusión posiblemente errónea...pero, si no lo era?.

El adolescente solo se limitaba a meditar pero no de la forma en que excluía todo el sonido a su alrededor, al contrario, escuchaba perfectamente todo a su alrededor y las palabras resonantes de una tal personita pelirroja empezó a hablar en un tono algo irritante.


Esto hizo que Seshi se levantara y fuera hacia el para detenerse justo al frente, parecía algo como para intimidar a una persona pero la intención no era esa. -Amigo...podrías hablar un poco más bajo?, que no duermo desde hace unos días-. Le dijo al pelirrojo sobándose un poco la cabeza con algo de sueño, pero en un momento con el rabillo del ojo pudo ver lo que tenía el supuesto mafioso en la mano, quería saber que era así se volteo. -Un momento señor, me podría dar a probar eso?-. Dijo de menta educada al señor para quitarle la copa que tenía en su mano de manera suave y probar el líquido...aunque después de un momento lo escupió al piso con una cara un poco descepcionada. -Esto sabe muy mal...no se cómo a tantos le gusta esto, sin ofender hombre globo pero son gustos de cada quien-. Dijo para devolverle la copa al señor, lo de hombre globo se lo decía a Waka que se le había ocurrido el apodo y tenía la gracia de decirlo, podría ponerse los a todos en el bar pero claramente no quería que le insultaran al respecto.
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