Última modificación: 22-10-2022, 07:29 PM por Colt Tenbin.
Sentado bajo un arbol, cerca de una pequeña cabaña perdida en medio de una zona boscosa, se encontraba un joven Colt de 16 años observando el atardecer que bañaba las hojas de los robles con una cálida luz anaranjada. En su falda estaba Goku, un gato al cual consideraba su mas cercano amigo, hacía 4 años que lo acompañaba a todos lados, y si bien el Tenbin se podía relacionar excepcionalmente bien con cualquier clase de animal, incluso hasta los mas huraños, con dicho felino se habían vuelto casi inseparables.
-Miauuuuu- Aquel maullido transmitía una palabra, una emoción: "Viaje","Anticipación". -Ya veo Goku, ¿Estás algo emocionado por qué empezamos a movernos de nuevo? Hoy abandonaremos tu país natal.- Comento calidez a su mascota, aunque no tardo en agregar-Aunque en realidad, ¿Ya estamos bastante lejos de tu lugar de nacimiento, no?- Goku asintió con un simple ronroneo perfectamente entendido por el joven -¿No extrañaras estos lares? ¿No te hubiera gustado volver a pisar aquella cueva una vez mas? -Pregunto con curiosidad, pensando en que quizás le brindara algo de nostalgia, abandonar las tierras por donde se movieron los últimos 4 años.- Miauuuuu… Miauuuuu... Miauuuuu...- La respuesta fue la misma brindada en otras ocasiones que al colorado se le ocurrió preguntarle lo mismo, el interrogatorio terminabas siempre con las mismas palabras o sentimientos: "Indiferencia","Duda, "Origen". - Cierto, quieres conocer de donde vienes verdaderamente, además lo entiendo, aquel lugar tampoco me trae los mas gratos recuerdos...- La razón era, que el animal no solo era afín al humano por su buen trato ni por su peculiar chakra natural que tanto lo diferenciaba del resto, lo que fortalecía verdaderamente su vínculo, era un pasado compartido, características similares en ambos casos: Lejos de donde verdaderamente vinieron, diferentes a los demás, pero por sobre todo, haber perdido una figura materna en su tierna infancia. -Dios, cada vez que lo recuerdo, parece que hubiera sido un mal sueño nomas...-
Ahora nos remitimos en el tiempo, hasta 4 años atrás y en el otro extremo del país del fuego, con un Colt mucho mas joven, aun apenas teniendo 12 años de edad, sin saber su verdadero pasado y con otro apellido "Arasaka". En ese momento vivían con su padre en un pequeño pueblo de 1000 habitantes. Aquellos eran los años tranquilos por asi decirlo, El niño iba a la escuela, normalmente formándose como un ciudadano mas, y su padre era querido herrero que hacía toda clase de trabajos para el pueblo.
El pequeño pelirrojo se encontraba dando un paseo solitario por el bosque antes de su regreso a casa después del colegio, no tenia muchos amigos allí, apenas 2 o 3. Por alguna razón era distinto a los demás, a pesar de su amigable personalidad y extrovertida personalidad, el niño era considerado cuanto menos extravagante por dos razones, la que mas destacaba era su peculiar afinidad a los animales, al punto de hablar con ellos y entenderlos, algo que también compartía con su padre, aunque este no hiciera alarde de ello y dejaba que se mostrara como una pequeña extravagancia cuanto menos, algo que también creía inocentemente el infante. Lo segundo, pero no menos importante, era que a Colt se le conocía como un "polvorita" alguien que ante la menor provocación explotaba , lo que desembocaba en que se metiera en líos o peleas muy fácilmente, motivo por lo que su padre decidió instruirlo por su cuenta en el arte de defensa personal, ya que no deseaba que su chico fuera el que siempre terminaba recibiendo todos los golpes, no faltaría mucho para que el pequeño Arasaka descubriera que aquello que había aprendido en realidad se le conocía como Taijutsu.
Volviendo a la caminata silvestre, ese en día en particular, Colt vio algo que llamo fuertemente su atención, un rastro de sangre que siguió con fuerte curiosidad hasta un claro en el bosque, desembocaba cerca de las colinas, donde siguiendo el trazo carmesí encontró una pequeña cueva. Ahi fue su primer encuentro con ellos, una gata malherida con sus 5 crías recién nacidas. Colt no pudo evitar llevarse la mano a la boca cuando los vio, lentamente se fue acercando hacia ellos, tratando de no asustarlos, la madre obviamente se había puesto en una posición defensiva, como pudo ciertamente, pero lo había hecho, había abierto sus fauces en un agresivo bufido para tratar de alejar al niño, quien observo impactado como la felina no poseía lengua alguna. -Tranquila, no os voy a hacer daño alguno, estas desesperada lo entiendo perfectamente, déjame ayudarlos... quédense aquí, volveré en lo que tardas en amamantar de nuevo a tus niños, créeme por favor os ayudaré- Con toda la empatía del mundo que pudo expresar logro calmar a la gata, quien noto la peculiaridad en el joven y sus buenas intenciones, por lo cual aun poco reservada relajo su postura y volvió a cuidar a sus crías, expectante a lo que aquel humano haria. Asi en el transcurso de una hora en la que se movió a toda prisa a su hogar para comunicarle a su padre lo visto, volvieron con este con vendajes y alimento para los animales. Cuando Colt e Isshin Arasaka llegaron a lugar, se dispusieron a atender a la madre, quien empezó a comunicarse de mejor manera con el mayor de los humanos -Ya veo... Asi que estás lejos de tu hogar, han pasado mucho por lo que entiendo... No os preocupéis, tuvieron la suerte de cruzarse con mi hijo, y por consecuencia conmigo, estarán bien por el momento, seguro que mi chico vendrá a visitarlos seguidos- Señalo con la mirada al niño quien sonreía amablemente a los felinos y la madre bufo de nuevo haciéndoles entender lo agradecida que estaba con ambos por el buen trato y con un ronroneo logro comunicarle al padre humano otra cosa -No, no lo sabe y ahora somos ajenos a eso... Déjalo ahi mejor...- Aunque extrañado por la conversación, Colt no presto mucha atención a eso, su enfoque estaba dirigido totalmente a las crías.
Las semanas pasaron y Colt visito diariamente a los gatos, llevándoles leche y pescado, además de seguir tratando las heridas de la madre con las indicaciones de su progenitor, quien le había encargado a los animales. Pronto la madre se recuperó y las crías crecieron rápidamente, de forma sana. Todas con su propia personalidad, pero vamos a destacar a uno en particular, un gato gris con manchas blancas, de ojos claros, con una personalidad mas activa que la del resto, mas juguetón, terco y obstinado, hasta a veces conflictivo con sus hermanos, pero que de todas formas se llevaba bien con la manda, pero sobre todo era el que mas cariño sentía hacia el niño junto a la madre.
Ahora, en una de esas visitas, mucho antes de entrar al bosque, de camino por el pueblo, el pelirrojo se cruzó con una escena muy particular, pero no por eso ajena a él y a su entorno. Shimo el niño mas tímido del pueblo, estaba siendo molestado de nuevo por Mikazuchi y su grupo de bravucones, vaya a saber por qué, pero esta vez parecía que las burlas y los insultos habían pasado a los golpes y patadas. Colt molesto por aquella situación y envalentonado por las historias de héroes que solía consumir con frecuencia, decidió salir a defensa del abusado.
-¡Oye Mikazuchi! ¿No te parece que ya ha sido suficiente? ¿Que es lo que ha "Hecho" el pobre de Shimo para que lo tratases asi? ¿Acaso no te miro suficientemente por lo bajo? -Disparo las palabras como si de una pistola se tratase, sabía que al bravucón adoraba ser temido y que todos le tratasen por respeto. -El tonto no quiso darnos el dinero de su almuerzo, y nosotros tenemos mucha hambre, asi que nos molestó su falta de generosidad, por eso él está recibiendo una lección-Respondió con una malicia acompañada de una mirada asesina que hacia la fama del abusador -Asi que por mejor no te piras a jugar con tus perros y pájaros, antes de que te pidamos una muestra de generosidad a ti también- Sentenció hacia Colt con la mirada fija en el seguida de la de sus secuaces quienes afirmaban con la cabeza -Eso a lo que llamas generosidad es robar, y mi padre me enseño que robar esta mal...-Respondió con firmeza el joven, quien recordaba las enseñanzas de su padre, el cual cuando volvía de alguno de sus largos viajes por "ventas de la herrería" traía consigo uno o dos magullones los cuales según él eran producto de un cruce con algún bandido, historia que siempre era contada como una hazaña, el cómo le daba su merecido al pobre idiota que intentaba meterse con él. -Y los ladrones deben ser castigados-Declaro con suma determinación.
-Quiero verte intentarlo, puto friki de los animales- Le provoco.
Aquel fue desencadenante de una serie de hechos cuanto menos lamentable, pero sigamos en donde nos quedamos ¿Si? Colt se lanzó en una trifulca con los 3 abusones, y en una reñida pero no por eso dura pelea, el pequeño pelirrojo logro vencerlos a punta de patadas y puñetazos simples, no sabía bien el porqué, pero siempre fue mas ágil y fuerte que el resto, mas resistente también, lo cual sumado a lo que había aprendido de artes marciales, lo convertía en un digno oponente para cualquier joven de su edad que intentara meterse con él. Pronto los tres chicos huyeron, todos golpeados y con uno que otro ojo morado, humillados por no mantener su reputación de maleantes frente al loco de los animales, frustrados porque no consiguieron el dinero, y enojados porque ahora Shimo sabía que contaba con una ayuda cuando intentaran meterse de nuevo con él, pues las últimas palabras que dijo Colt calaron fuerte en ellos. -"Os volvéis a buscarle problemas a Shimo y yo mismo los pasearé a las patadas por todo el pueblo para que entiendan de una vez por todas.".
Una semana después de lo ocurrido, sucedería algo que marcaría la vida del pelirrojo para siempre, y que haria darle un giro a la misma de 180 grados...
-Miauuuuu- Aquel maullido transmitía una palabra, una emoción: "Viaje","Anticipación". -Ya veo Goku, ¿Estás algo emocionado por qué empezamos a movernos de nuevo? Hoy abandonaremos tu país natal.- Comento calidez a su mascota, aunque no tardo en agregar-Aunque en realidad, ¿Ya estamos bastante lejos de tu lugar de nacimiento, no?- Goku asintió con un simple ronroneo perfectamente entendido por el joven -¿No extrañaras estos lares? ¿No te hubiera gustado volver a pisar aquella cueva una vez mas? -Pregunto con curiosidad, pensando en que quizás le brindara algo de nostalgia, abandonar las tierras por donde se movieron los últimos 4 años.- Miauuuuu… Miauuuuu... Miauuuuu...- La respuesta fue la misma brindada en otras ocasiones que al colorado se le ocurrió preguntarle lo mismo, el interrogatorio terminabas siempre con las mismas palabras o sentimientos: "Indiferencia","Duda, "Origen". - Cierto, quieres conocer de donde vienes verdaderamente, además lo entiendo, aquel lugar tampoco me trae los mas gratos recuerdos...- La razón era, que el animal no solo era afín al humano por su buen trato ni por su peculiar chakra natural que tanto lo diferenciaba del resto, lo que fortalecía verdaderamente su vínculo, era un pasado compartido, características similares en ambos casos: Lejos de donde verdaderamente vinieron, diferentes a los demás, pero por sobre todo, haber perdido una figura materna en su tierna infancia. -Dios, cada vez que lo recuerdo, parece que hubiera sido un mal sueño nomas...-
Ahora nos remitimos en el tiempo, hasta 4 años atrás y en el otro extremo del país del fuego, con un Colt mucho mas joven, aun apenas teniendo 12 años de edad, sin saber su verdadero pasado y con otro apellido "Arasaka". En ese momento vivían con su padre en un pequeño pueblo de 1000 habitantes. Aquellos eran los años tranquilos por asi decirlo, El niño iba a la escuela, normalmente formándose como un ciudadano mas, y su padre era querido herrero que hacía toda clase de trabajos para el pueblo.
El pequeño pelirrojo se encontraba dando un paseo solitario por el bosque antes de su regreso a casa después del colegio, no tenia muchos amigos allí, apenas 2 o 3. Por alguna razón era distinto a los demás, a pesar de su amigable personalidad y extrovertida personalidad, el niño era considerado cuanto menos extravagante por dos razones, la que mas destacaba era su peculiar afinidad a los animales, al punto de hablar con ellos y entenderlos, algo que también compartía con su padre, aunque este no hiciera alarde de ello y dejaba que se mostrara como una pequeña extravagancia cuanto menos, algo que también creía inocentemente el infante. Lo segundo, pero no menos importante, era que a Colt se le conocía como un "polvorita" alguien que ante la menor provocación explotaba , lo que desembocaba en que se metiera en líos o peleas muy fácilmente, motivo por lo que su padre decidió instruirlo por su cuenta en el arte de defensa personal, ya que no deseaba que su chico fuera el que siempre terminaba recibiendo todos los golpes, no faltaría mucho para que el pequeño Arasaka descubriera que aquello que había aprendido en realidad se le conocía como Taijutsu.
Volviendo a la caminata silvestre, ese en día en particular, Colt vio algo que llamo fuertemente su atención, un rastro de sangre que siguió con fuerte curiosidad hasta un claro en el bosque, desembocaba cerca de las colinas, donde siguiendo el trazo carmesí encontró una pequeña cueva. Ahi fue su primer encuentro con ellos, una gata malherida con sus 5 crías recién nacidas. Colt no pudo evitar llevarse la mano a la boca cuando los vio, lentamente se fue acercando hacia ellos, tratando de no asustarlos, la madre obviamente se había puesto en una posición defensiva, como pudo ciertamente, pero lo había hecho, había abierto sus fauces en un agresivo bufido para tratar de alejar al niño, quien observo impactado como la felina no poseía lengua alguna. -Tranquila, no os voy a hacer daño alguno, estas desesperada lo entiendo perfectamente, déjame ayudarlos... quédense aquí, volveré en lo que tardas en amamantar de nuevo a tus niños, créeme por favor os ayudaré- Con toda la empatía del mundo que pudo expresar logro calmar a la gata, quien noto la peculiaridad en el joven y sus buenas intenciones, por lo cual aun poco reservada relajo su postura y volvió a cuidar a sus crías, expectante a lo que aquel humano haria. Asi en el transcurso de una hora en la que se movió a toda prisa a su hogar para comunicarle a su padre lo visto, volvieron con este con vendajes y alimento para los animales. Cuando Colt e Isshin Arasaka llegaron a lugar, se dispusieron a atender a la madre, quien empezó a comunicarse de mejor manera con el mayor de los humanos -Ya veo... Asi que estás lejos de tu hogar, han pasado mucho por lo que entiendo... No os preocupéis, tuvieron la suerte de cruzarse con mi hijo, y por consecuencia conmigo, estarán bien por el momento, seguro que mi chico vendrá a visitarlos seguidos- Señalo con la mirada al niño quien sonreía amablemente a los felinos y la madre bufo de nuevo haciéndoles entender lo agradecida que estaba con ambos por el buen trato y con un ronroneo logro comunicarle al padre humano otra cosa -No, no lo sabe y ahora somos ajenos a eso... Déjalo ahi mejor...- Aunque extrañado por la conversación, Colt no presto mucha atención a eso, su enfoque estaba dirigido totalmente a las crías.
Las semanas pasaron y Colt visito diariamente a los gatos, llevándoles leche y pescado, además de seguir tratando las heridas de la madre con las indicaciones de su progenitor, quien le había encargado a los animales. Pronto la madre se recuperó y las crías crecieron rápidamente, de forma sana. Todas con su propia personalidad, pero vamos a destacar a uno en particular, un gato gris con manchas blancas, de ojos claros, con una personalidad mas activa que la del resto, mas juguetón, terco y obstinado, hasta a veces conflictivo con sus hermanos, pero que de todas formas se llevaba bien con la manda, pero sobre todo era el que mas cariño sentía hacia el niño junto a la madre.
Ahora, en una de esas visitas, mucho antes de entrar al bosque, de camino por el pueblo, el pelirrojo se cruzó con una escena muy particular, pero no por eso ajena a él y a su entorno. Shimo el niño mas tímido del pueblo, estaba siendo molestado de nuevo por Mikazuchi y su grupo de bravucones, vaya a saber por qué, pero esta vez parecía que las burlas y los insultos habían pasado a los golpes y patadas. Colt molesto por aquella situación y envalentonado por las historias de héroes que solía consumir con frecuencia, decidió salir a defensa del abusado.
-¡Oye Mikazuchi! ¿No te parece que ya ha sido suficiente? ¿Que es lo que ha "Hecho" el pobre de Shimo para que lo tratases asi? ¿Acaso no te miro suficientemente por lo bajo? -Disparo las palabras como si de una pistola se tratase, sabía que al bravucón adoraba ser temido y que todos le tratasen por respeto. -El tonto no quiso darnos el dinero de su almuerzo, y nosotros tenemos mucha hambre, asi que nos molestó su falta de generosidad, por eso él está recibiendo una lección-Respondió con una malicia acompañada de una mirada asesina que hacia la fama del abusador -Asi que por mejor no te piras a jugar con tus perros y pájaros, antes de que te pidamos una muestra de generosidad a ti también- Sentenció hacia Colt con la mirada fija en el seguida de la de sus secuaces quienes afirmaban con la cabeza -Eso a lo que llamas generosidad es robar, y mi padre me enseño que robar esta mal...-Respondió con firmeza el joven, quien recordaba las enseñanzas de su padre, el cual cuando volvía de alguno de sus largos viajes por "ventas de la herrería" traía consigo uno o dos magullones los cuales según él eran producto de un cruce con algún bandido, historia que siempre era contada como una hazaña, el cómo le daba su merecido al pobre idiota que intentaba meterse con él. -Y los ladrones deben ser castigados-Declaro con suma determinación.
-Quiero verte intentarlo, puto friki de los animales- Le provoco.
Aquel fue desencadenante de una serie de hechos cuanto menos lamentable, pero sigamos en donde nos quedamos ¿Si? Colt se lanzó en una trifulca con los 3 abusones, y en una reñida pero no por eso dura pelea, el pequeño pelirrojo logro vencerlos a punta de patadas y puñetazos simples, no sabía bien el porqué, pero siempre fue mas ágil y fuerte que el resto, mas resistente también, lo cual sumado a lo que había aprendido de artes marciales, lo convertía en un digno oponente para cualquier joven de su edad que intentara meterse con él. Pronto los tres chicos huyeron, todos golpeados y con uno que otro ojo morado, humillados por no mantener su reputación de maleantes frente al loco de los animales, frustrados porque no consiguieron el dinero, y enojados porque ahora Shimo sabía que contaba con una ayuda cuando intentaran meterse de nuevo con él, pues las últimas palabras que dijo Colt calaron fuerte en ellos. -"Os volvéis a buscarle problemas a Shimo y yo mismo los pasearé a las patadas por todo el pueblo para que entiendan de una vez por todas.".
Una semana después de lo ocurrido, sucedería algo que marcaría la vida del pelirrojo para siempre, y que haria darle un giro a la misma de 180 grados...