El chico salió de la cama para alistar sus cosas para partir rumbo hacia el bosque de las afueras de la aldea donde protegido por la frondosa arboleda podría entrenar con total tranquilidad sin tener que preocuparse por los peligrosos inquisidores quienes de notar el entrenamiento shinobi por parte del Uchiha podrían arrestarlo o incluso... matarlo.
Consciente de esto el joven salió de su morada, avanzando con calma entre la gente que ya se encontraba rondando por las calles de la aldea yendo o quizás regresando de sus respectivos trabajos. Rukasu vestía su ropaje habitual aunque cubierto por una capa negra que tapaba todo su armamento permitiendo pasar desapercibido entre la multitud. Una vez alejado lo suficiente, el pelinegro comenzó a adentrarse en el frondoso bosque, dando un salto inicial para subir al primero de los arboles y comenzar a saltar entre ellos a t dos velocidad alejándose lo suficiente como para poder entrenar con total tranquilidad.
Ya alejado lo suficiente, el Uchiha había llegado a un sitio habitual donde nunca pasaba gente puesto que se encontraba lejos de todas vías terrestres. El terreno era un pequeño pulmón dentro de toda la arboleda, aproximadamente 20x20 los cuales pese a ser descubiertos, se encontraban perfectamente ocultos gracias a la altitud de los arboles de su alrededor. Una vez allí, Rukasu se quitó la capa y apoyando la misma con cuidado sobre una roca, dejando con ella también algunas provisiones tales como agua y comida puesto que pretendía pasar un buen rato en el lugar.
El entrenamiento de Rukasu comenzó en silencio, sentándose en el suelo con las piernas cruzadas, tomando unos minutos para meditar en una mutis total, comenzando a concentrarse y agudizando sus sentidos para poder aprovechar cada momento de su entrenamiento al máximo y seguir mejorando sus habilidades para en un futuro no muy lejano poder luchar por un futuro mejor para toda la humanidad y sobre todo sus seres queridos.