EL comienzo - Ganryu / Kaito-
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Una de esas noches donde mi grupo de amigos y yo nos reunimos para hacer "cosas diferentes" ¿Qué es lo diferente? En esta época lo diferente es sentarse a comer en un lugar y estar tranquilos pues no sabemos cuando todo parecía estar mal.  Aproveche que estaba lejos de casa para sacar una caja de cigarrillos que tenia escondida en mi pantalón, encendí esta con un encendedor y fume con tranquilidad, mi grupo de amigos son Ganryu y Kaito y el orden en el que estábamos era: 
Izquierda: Adan - Medio Ganryu- Derecha Kaito-

Mientras yo fumaba, observaba al rededor con expresiones tranquilas-  ¿Y donde vamos a comer? A mi realmente me da igual - Elevo mis hombros- Sea lo que sea, por favor que no sea nada agridulce - Hago una mueca de asco pues odiaba lo dulce combinado con lo salado. Desde que empecé a entrenar con mi abuelo, mi cuerpo había tomado una mejor contextura y aunque me mantenía delgado, mis músculos se marcaban un poco mas, por el hecho de que esto levantara algunas sospechas, me vestía con ropa un poco holgada, lo suficiente para no verme mal pero tampoco para tener la tela pegada a mi cuerpo, me daba nervios el que  alguien supiera que estoy comenzando a manipular el chakra, todo culpa de mi abuelo quien me ha dejado muy claro que  nadie podia saberlo. 

Kaito desde un tiempo entrena con nosotros, nuestro Sensei nos ha comentado sobre una famosa formación de hace mucho tiempo, a veces creo que lo dice solo por bromear o simplemente por querer echarnos un cuento y ya.  Desde hace tiempo habia notado que Ganryu ha cambiado también en algunos aspectos y realmente no me atrevia a decirle sobre mis andanzas en la madrugada pero estaba casi seguro que al igual que yo, el también sospechaba de que estamos cambiando nuestra forma de vida -Hoy en la floristería fue una chica... Es muy linda, creo que le gusté, si la veo por aca, la invito a cenar fijo con nosotros -Llevaba el cigarro a mi boca y lo dejaba ahi, llevando mis manos en los bolsillos.  Los chicos saben que soy coqueto y que no mentia con lo de invitar a comer a la chica, si algo deseaba en aquel momento es que también tenga amigas para que asi los chicos tengan con quien compartir y no solo yo sea el "emparejado" 
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Última modificación: 19-10-2022, 12:49 PM por Nara Kaito.
Había salido tarde del trabajo, un día más. Últimamente se sentía bastante agobiado con ese tema, como presionado para hacer más cosas de las que podía. Por suerte, había salido a tiempo para reunirse con sus colegas e ir a tomarse algo por ahí. Cuando Adan encendió el cigarro, Kaito lo miró con cara de corderito degollado e hizo unos ruiditos como si fueran gruñidos para que Adan le diera unas caladas, o si se mostraba clemente, un cigarro entero. No había tenido costumbre de fumar hasta que el Yamanaka le contagió la malsana costumbre. De hecho, al principio odiaba el olor de los cigarros, y aún ahora le molestaba que se mantuviera por tanto tiempo en la ropa y los dedos. 

- La verdad es que me apetece algo de carne - respondió  mientras miraba a su compañero Akimichi, quien era el líder en cuestiones de comida - tú decides, Ganryuu, te dejo el vacío de mi estómago en las manos - le dio una palmada en el hombro a su compañero mientras pensaba que llevaba sin comer ocho horas y, después de un largo día de trabajo, se sentía exhausto. Le resultaba difícil desconectar del trabajo después de días duros, y por eso el comentario de Adan sobre la chica le pilló transportado una vez más al laboratorio. El Yamanaka lo sacó de su ensimismamiento y lo hizo negar con la cabeza.

- No tío... ¡No puedes invitar a una mujer a nuestra cena de chicos! ¡La espantaríamos! - dijo él, en tono divertido. Ellos ya habían atestiguado cómo Kaito era incapaz de comer con palillos, y siempre se manchaba la barbilla y las comisuras de los labios cuando comía. Pese a que su madre se había esforzado en enseñarle buenos modales, él no cejaba en su empeño de ridiculizarse a sí mismo cada vez que salía a comer por ahí. Y luego estaba el bueno de Ganryuu, que posiblemente comiera más que toda la familia de la chica que quería invitar Adan junta - aunque si depende de mí, tienes vía libre para abandonarnos siempre que sea para "limpiar tu espada". 

Dejando un poco de lado el tono burlón y bromista, Kaito se interesó de verdad por el amorío de su amigo.

- ¿Sabes cómo se llama? ¿La conocemos? - dudaba que la conocieran, o al menos él, ya que su círculo social casi se reducía a esos dos y su familia. Aun así, si se encontraba con la muchacha, no dudaría en echarle un cable a Adan, si es que podía.
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Días de tranquilidad eran ciertamente aquellos en los que Ganryu podía caminar con su pareja de amigos, las conversaciones no eran profundas y nunca había algún tipo de tensión como en el resto de la aldea. Esto hacía que el Akimichi se sintiera bastante a gusto cuando estaba con aquel par, incluso llegando a veces al punto de simplemente desconectarse de su alrededor para disfrutar del momento, lo que por supuesto, daba pie a varios problemas de vez en cuando.

Tal fue el momento, mientras caminaban por una de las tantas calles de la ciudad, misma que fue causando gracia al muchacho fornido, recordaba las historias contadas por el abuelo de Adan, de cómo todo eso una vez fue una villa, con casas y edificios no más altos que tres o cuatro pisos; ahora, junto a ellos habían edificios enormes, de quizás treinta o más pisos, llenos de oficinas y laboratorios donde la mayoría de la población trabajaba o era explotada.

Las calles en lo más bajo eran constantemente iluminadas por letreros de tiendas, de postes de luz y de las luces que sobresalían de las ventanas de los edificios. Esto no significaba que la ciudad fuese oscura, puesto que aun recibía mucha luz solar, pero con tantos edificios y la nueva vida, las sombras se hicieron cada vez más grandes.

Incluso la calle por la que el trío estaba caminando era una de esas llenas de sombras en las esquinas, iluminadas pobremente por algunos anuncios de neon azulado de varias tiendas de alimentos, variando desde alimentos secos a alimentos saludables, ciertamente una buena zona comercial.

—Emm… —Ganryu fue tomado por sorpresa ante las palabras del calvo— La última vez que los llevé a un lugar me hicieron pagar por todo. —Su rostro regordete mostraba preocupación de tener que volver a sacar dinero de su bolsillo, solo él podía sentir la ligereza en su cuerpo a causa de ello.

Dieron un par de pasos más hasta que el Akimichi apuntó a un local en el lado contrario a estas tiendas de comida, un puesto independiente y móvil, con un aspecto bastante pobre y sucio, sin duda un local económico. —Podemos comer allí —dijo, aparentando estar contento con su decisión—, parece que venden carne y vegetales salteados, mmm… —El pelinaranja se movió por delante de ellos, decidido a comer allí al menos que uno de sus compañeros lo detuviera.
Hablo - Pienso
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Por un lado, Kaito se mostraba curioso por la chica y por el otro Ganryu preocupado por tener que pagar, realmente todo era muy divertido para mi, luego de reír y negar con el rostro repetidas veces, agarre mi cigarrillo y solté el humo (Cuando Kaito pidió uno, se lo di con gusto) - No es el mejor lugar pero tal vez pueda ser la mejor comida - Dije mientras caminaba atrás de Ganryu, observando a Kaito- No vamos a espantar a la chica, al contrario, la uniremos a nuestro grupo, eso puede traer beneficios... -Subí mi rostro para observar algunos edificios- Aunque...No quiero que experimentes con mi espada - Hice gesto de asco y negué.

Ganryu había comentado de que la ultima vez le hicimos pagar pero ¿Cómo no? Si el hombre fue el que mas comió-  Esta vez yo propongo que paguemos entre todos  -Fume otro poco y solté el humo. Luego de que algunas interacciones mas, con gestos pensativo observe al grupo- Mi abuelo tiene muchos cuentos raros - Llevo mi mano a mi quijada, frotando esta - Siempre me cuenta sobre aventura de héroes y no se que tan real puedan ser estas- Suspiro- Habló de un grupo que eran 3 personas y estas hacían unos movimientos por lo cuales fueron reconocidos - Mi forma de hablar también era "en clave" debido a que no era prudente comentar muchas cosas frente a los demás - Realmente no me imagino un mundo como él lo dice, yo creo que la edad le ha hecho imaginar cosas -Aunque estuviese burlándome de la vejez de mi abuelo,  lo hacia de una forma bastante inofensiva - ¡Pero! Regresando al tema de la chica, empezare describiendo desde sus pies hasta finalizar por su cabellera - Cierro mis ojos - Ella estaba con estos zapatos que se parecen a los que tiene guardado mi abuelo, de esos que cubren el tobillo y la parte superior del pie pero los dedos están al descubierto .. Ahmmm... ¿Cómo Chanclas? -Rio por lo gracioso que resulta la palabra para mi- Sus uñas a pesar de estar descubierta estaban cuidadas, las tiene pintada de color negro - Al decir el color, enseño mi mano izquierda, en esta mis uñas también estaban del mismo color -  Luego estaban sus piernas, estaban bastante formadas, se ve que la chica camina mucho ¿O practicara algún tipo de deporte? Realmente no lo se pero luego de sus rodillas, aumentaban bastante, en fin, una mujer piernona - Afirmo con el rostro- Ya su cintura era de esas que mi madre suele llamar: Guapetona - Observo alrededor para asegurarme que la chica no estaba por ahí aunque en el fondo deseaba que estuviese.

-Ya su abdomen y busto no me fije mucho porque me perdí en sus ojos, eran increíbles- En mi descripción realmente estaba dejando algo claro y es que esta chica era una mujer con habilidades como Kaito o como yo y no es que lo supiese pero todo daba a entender que si, además, tenia cierto presentimiento que asi era. Luego de sacudir mi cabeza para salir de mis pensamiento observe a los chicos - Y.....Bueno ¿Comeremos carne?  - Algo estaba pasando en Konoha y es que últimamente  se han visto personas con diferencia, desde Ganryu quien había cambiado cosas que por mas tontas que sean, no era usual en él, hasta personas que observaban de forma extraña y aparte de extrañas parecían cuidarse de algo - Me pregunto cuando saldremos a conocer el mundo, he escuchado que afuera de este lugar  hay infinidad de biomas, paisajes y gente extraña ¿Existiran personas que midan mas de 4 metros? Eso me da miedo... 
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Última modificación: 19-10-2022, 07:09 PM por Nara Kaito.
- ¡Mata a un perro y te llaman mataperros! - se quejó Kaito - ahora tengo trabajo, ya no tienes que invitarnos - arqueó las cejas sacando su billetera, algo más abultada que unos meses atrás. Kaito no reprimió al Akimichi, que se dirigió con paso raudo al puesto de comida mientras Adan y él lo seguían, conversando aún sobre las espadas y las mujeres.

- Tú te lo pierdes - le dijo mientras fruncía los labios y torcía la cabeza cuando Adan dijo que no quería que jugara con su espada. No dijo nada ante el comentario de que pagaran entre todos, ya que pensaba invitarles, pero si lo decía demasiado pronto, ellos podrían pedir una tonelada de comida (especialmente el Akimichi) y dejarle seco por el resto del mes. Escuchó con atención el relato del Yamanaka, aunque frunció el ceño cuando paró de describir.

- ¡Eh! ¡Pero si te saltaste la mejor parte! - levantó las manos, como clamando al cielo - al diablo con la carne. ¿Cómo no te fijaste en sus melones? ¡Oye oye Ganryuu! Nos lo han cambiado por otro, en verdad te lo digo... - le miró con los ojos entrecerrados y luego soltó una risita - La verdad, ahora entiendo por qué te gustó tanto. La describes muy bonita. Espero que tengas suerte con ella - las aventuras de Kaito con el amor no eran demasiado fructíferas hasta el momento, aunque esperaba en algún momento conseguir las habilidades de Adan. Si había aprendido de él cómo pelear, bien podía aprender cómo defenderse mejor con las chicas. 

Se quedó mirando al menú, indeciso sobre qué comer. Todo le parecía un poco similar. Parecía que lo especial estaba en las salsas que le pusieras a las mezclas de carne y vegetales... Decidió esperar a que pidieran sus compañeros para elegir mejor qué comer.

- Claro, y también gente de seis brazos - bromeó él, distraído con el menú.
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El joven Akimichi se sentía un tanto contento por el hecho de no tener que pagar por los demás, a diferencia del par, él no tenía un flujo constante de dinero más allá de su limitada mesada, todo esto a causa de “cosas” que se salían un poco de su control. Sin embargo, esto no lo detuvo a dirigirse al puesto de comida, donde al parecer solo tenían unos tres artículos a la venta.

El primero de ellos era bollos rellenos de carne con vegetales, los mismos estaban siendo cocinados al vapor gracias a una hermosa vaporera hecha de madera que descansaba encima de una olla de acero que parecía contener una gran cantidad de líquido que desprendía un aroma embriagante; esto era parte del siguiente artículo a la venta, que se trataba del característico ramen que venden en casi todos lados de la ciudad, en esa olla estaban siendo cocidos varios vegetales, raíces de bambú y algunos cortes de carne con especias para maximizar el sabor que los fideos pudiesen absorber, estos últimos, de hecho, eran rápidamente cocinados en el medio del puesto, donde descansaba una olla mucho más pequeña en tamaño y llena de agua hirviendo.

Por último, el platillo final de la lista se estaba preparando en el extremo izquierdo del puesto ambulante, un enorme wok estaba encima de una gran llama, deslizando varios ingredientes que consistía principalmente de cortes proteicos alrededor de sí mismo mientras estos se cocinaban con su propia grasa desprendida. Ciertamente, no era mucho, pero a veces era mejor tener pocas cosas que uno pudiese hacer de manera excelente a tener muchas mediocres, problema que sufrían las grandes cadenas a tan solo varios pasas del trío hambriento.

Ganryu escuchó las palabras del Yamanaka, escuchando atento a las historias que su abuelo le estaba contando, sentía que había escuchado algo similar, quizás en algún momento sus padres le comentaron lo mismo, pero a la misma vez podía ser otra cosa. —Deberías decirle a tu abuelo que tenga cuidado, ya sabes lo que sucede con aquellos que se ponen a contar muchas historias del pasado, ya sean verdaderas o no. —Su mirada se oscureció mucho mientras decía eso, sintiéndose culpable de no poderle hablar a sus amigos mas cercanos de su entrenamiento secreto.

Luego vinieron los comentarios de Kaito, el cual aligeró por completo el ánimo que estaba empezando a sentir el pelinaranja, quien se echó a reír un poco ante el chiste de la falta de detalles por parte de Adan sobre su “pretendiente”. —Quizás por fin ya ha madurado un poco, Kaito, déjalo en paz. —se sentó en un banquillo frente al puesto de comida e invitó a sus compañeros a lo mismo—. Ahora, ¿comemos? Hay varias cosas que me gustaría contarles.
Hablo - Pienso
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Mantuve una sonrisa cuando escuche  lo que dijo Ganryu, su comentario me confirmaba que realmente  sabe algo, algo que yo se, algo que tal vez todos sabemos pero no podemos enseñar que sabemos. Afirme con el rostro y le di una palmada en el hombro ante su respuesta. A diferencia de él, en mi rostro se notaba calma. Ganryu nos invito a sentarnos y por mi parte, tome asiento, aunque observaba lo que estaban cocinando, realmente no había  decidido que comer aun - No he madurado - Dije con tranquilidad- Pero ya saben que siempre me ha gustado contarles mis cosas -Elevo mi rostro y lleve el cigarro a mi boca, fume un poco y solté el humo en dirección contraria al grupo- ¿No se han dado cuenta que kon....Con todo esto Nokoribi ha estado últimamente mas nublosa ¿Sera la estación?  -El lanzar las primeras tres palabras de "konoha" y luego disimular que iba a decir: "Con" era una simple punta para terminar de hablar "claro" y dejar nuestras posiciones. Por mi abuelo, mi tendencia siempre ha sido siempre "anti-pain" pero claramente el anciano era un hombre inteligente y no iba a demostrar que lo era, no por ahora y tal vez por eso creo que me ha entrenado, para que sea yo quien intente  ayudar a la rebelión - ¿Mi abuelo será de ....Esos famosos opositores? ¿Alguien que trabaja bajo la sombra? Naaah...Esta muy viejo y siempre esta conmigo - Pense. Lo que realmente no era consiente aun es que si, mi abuelo ayudaba a la rebelión pero eso era algo que aun no es obvio para mi.

Observe a  Kaito y luego a Ganryu- Siempre me he preguntado que se sentirá volar.....Pero no volar de estar en algo que te haga volar sino que uno mismo lo haga... Como tener alas ¿Si me entienden?  Poder superar esos edificios y ver todo desde los cielos - Mi rostro se mantiene inclinado, observando hacia arriba- ¿Es muy fantasioso?  Tal vez pero aun asi debe ser admirable... - Uno de mis sueños era volar,  ser un gran "piloto", poder controlar el aire - ¿Si ustedes pudieran vivir en un ambiente, cual seria? Me refiero, hay gente que le gustaría vivir bajo el agua, otros en el cielo, como yo, otros en los arboles y así -Elevo mis hombros- Un ecosistema que saben que se adaptarían muy bien...Yo seria un ángel -Hice silencio y afirme con el rostro -Por lo  lindo y lo volador, claro .... ¿O un demonio? ¿Pero lindo, no? - Observo volteo a ver la comida-   Esos Baozi se ven muy rico, creo que esa será mi elección definitivamente ¿Baozi con un té de durazno? Mejor que volar...Por ahora -Giro mis ojos-
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Última modificación: 31-10-2022, 10:11 AM por Nara Kaito.
Kaito le echó una mirada a Ganryu cuando su amigo habló de que el abuelo tendría que tener cuidado. Asintió mientras trataba de ignorar el tema y, desde luego, no delatarse al respecto. Aunque confiaba en Ganryu, la política había destruido amistades y familias enteras. El Nara ya había sufrido demasiadas pérdidas por culpa ajena como para ahora engrosar la lista de decesos por sus propios errores. No solo eran Ganryu y Adan, sino el propio vendedor el que podría delatarlos si hablaran de más. 

- Va - dijo entre risas ante el comentario sobre la madurez de Adan, que obviamente era desacertadamente gracioso - ¡yo quiero un ramen, por favor! - le dijo al vendedor mientras hurgaba en sus bolsillos hasta encontrar su monedero. Una vez sus compañeros hubieron pedido su comida, les hizo una señal con la cabeza para que se alejaran un poco del puesto mientras les preparaban los platos, así podrían hablar más tranquilos.

- Yo no entiendo si tus cigarros tienen algo más últimamente Adan,  pero a veces vienes con cosas muy extrañas - el cigarrillo que le diera Adan descansaba en sus dedos mientras de su boca salia el humo lentamente, al tiempo que imaginaba - Me gustaría vivir en... Demonios, que preguntas... En la ciudad estoy bien. Tengo suficiente de todo y no tengo tiempo para aburrirme con el trabajo, la familia y los amigos. La historia de mi familia dice que hubo un tiempo en que vivimos en los bosques de este país, pero eso fue antes de que Pain hiciera renacer nuestra bella Nokoribi, más hermosa y avanzada - miró a Adan fijamente durante un segundo. A Kaito no le gustaba hablar en público de las cosas con las que Adan se sentía tan cómodo. Solo cuando se encontraban en una habitación a solas, preferiblemente dentro de sus casas, se sentía libre de hablar de estas cosas sin tener que alabar la administración de Pain - No me imagino tener que ir a cazar un cerdo cada vez que quiera ramen... Asi que creo que la ciudad es mucho más cómoda que un bosque. Tampoco sería fácil cazar pájaros o peces viviendo bajo el agua, no crees Gan? Y por cierto, que tenías que decirnos?

Las ideas de Adan habían estado claras desde hacía mucho tiempo. Las de Ganryu, pronto lo estarían. Pero pese a que eran amigos, mientras vivieran en aquel lugar y hubiera orejas en cada pared y agujero, tendrían que tener cuidado.
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Ciertamente las conversaciones del trío parecían estar siendo desviadas cada tanto por una u otra razón, lo que había comenzado como una búsqueda de alimento había ahora pasado por los cuentos de una pretendiente de Adan, extraños comentarios hechos por el abuelo del mismo y ahora preguntas fantasiosas de lugares en los que deseasen vivir. —Pienso igual que Kaito, ¿has cambiado la marca de los cigarros? —Vivir en Nokoribi era estar sujeto a experimentos, lo quieras o no, por lo que la preocupación en el tono del Akimichi era palpable.

—De igual manera, prefiero un mundo de pura comida, donde haya árboles que den frutas con sabor a tocineta, o pequeños lagos compuestos por malteadas, tal sería mi mundo ideal… —la baba salía de su boca mientras apuntaba con su dedo índice al tercer platillo en el menú.

El vendedor había logrado escuchar un poco la conversación de los tres jóvenes, arqueando un poco las cejas ante ciertos comentarios y sonriendo ante otros, sin más, se limitó de momento a preparar los platillos, tardándose alrededor de tres minutos en total para cuando cada uno tenía su plato en frente.

Ganryu escuchó la pregunta de Kaito, recordándole que les había dicho que tenía algo que comentarles, y aquello era realmente cierto, por lo que luego de darse el gusto de al menos tres cucharadas de la comida frente a él, levantó la mirada y comenzó a hablar: —Es cierto, la verdad es que tenía pensado preguntarles si tenían tiempo libre para salir de la aldea, quiero mostrarles algo…

—Chicos —el vendedor habló de repente—, veo que son un grupo de jóvenes bastante cercanos, ¿les importaría si les pido un favor? —¿Qué era todo aquello? Ahora, de la nada, el cocinero frente a ellos había roto el silencio, haciéndoles una pregunta un tanto sospechosa y más aún cuando fue hecha de esa manera.
Hablo - Pienso
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