Flores de invierno [Priv. Ren]
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Última modificación: 02-02-2024, 05:43 PM por Kiseki.
En su normalidad las personas cuando conocen a otras, suelen intentar entablar una conversación, algunas se ponen nerviosas, otras aparentan ser amables y geniales, sin embargo las emociones no son como las películas, pueden ser tan sinceras que duran toda una vida y a la vez tan falsas y fáciles de mostrar cómo unas máscaras de teatro, que se pueden esconder y generar un engaño a cualquiera.

Hay personas que lo que más les vale en la vida es un abrazo que las riquezas de todas las riquezas de un imperio, pero para algunas simplemente son triviales no?, no vale seguir hablando para personas que no les hacen caso a eso no?.

En otro lado sin hablar más de eso, Kiseki había completado una misión igualmente de trivial, su padre estaba ocupado casi como todos los días, aunque no tuviera tiempo para compartir suficiente con ellos le bastaba con que estuviera en los días importantes para ellos. Saltar cuidadosamente encima de cada techo de las tiendas y casas se le había facilitado más que antes, más por saber que había mejorado desde aquellos días que estaba en la academia, pero la ausencia de su padre en cosas como prácticas hace que quede más atrás que sus otros compañeros, que increíblemente no tenía ninguno, solamente Illya que se había integrado a la familia recientemente, después de haberla conocido y haber conocido su soledad el joven comprendió que habían situaciones para personas bastante bajas y que no se debía tomar todo con una simple sonrisa.

Después de terminar su rutina, se acercaría a unos niños que estaban jugando con un mini muñeco de nieve, que había sido construido en las partes más nevadas del parque, quería ayudarles con eso y se puso manos a la obra para terminar el muñeco, como todo buen joven de 12 años que era, sin embargo casi lo desconcentraria cualquier situación.

Estaba tranquilo, las aves cantando y observando la actividad de los niños, quienes se subían a las espaldas del chinoike, intentando tener más altura y ponerle más detalles al muñeco, habría una paz para todos en el lugar bastante satisfactoria, los padres quienes no esperaban que un Shinobi se integrara al juego de los niños solamente se rieron un poco y los dejaron divertirse un rato
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Tras haber realizado un largo y exhaustivo viaje desde la nación del fuego hasta el mismísimo país del rayo Uchiha Ren en compañía de Kin quién pertenecía también al mismo clan al fin habían llegado a la aldea de las nubes. A qué largo viaje fue para la mismísima Ren un arma de doble filo, pues haber visto hermosos paisajes a lo largo de es que aquella cruzada eso no impidió que se sintiera totalmente exhausta al llegar a su destino pues tan pronto como pusieron pie en Kumogakure terminó cayendo rendida en la cama de aquel hotel en el cual decidieron hospedarse.

 Luego de una larga noche de sueño, la albina habia decidido pasearse por la aldea en busca de algo que hacer, además de disfrutar un poco de los posibles paisajes de Kumo, comidas típicas de aquella region, quizás encontrar uno que otro libro que añadir a su colección, cabe destacar que este era uno de los principales motivos de su viaje con el Uchiha pues ampliar su colección de libros era para ella un hobbie bastante frecuente, pues una parte considerable de su dinero se gastaba justamente en eso, comprar y coleccionar libros interesantes, pues ya tenia varios de Konoha y algunos que el padre del pelinegro solía obsequiarle cada vez que volvía de un viaje.

 El primer destino de su paseo seria el centro de la aldea, por lo que iría echando un vistazo de tienda en tienda. Siendo capaz de observar también a niños jugando en la nieve... SI EN LA NIEVE PORQUE ES INVIERNO...

Invierno, estación de frío y blancura, donde la nieve cubre nuestra aventura. El aire gélido acaricia la piel, mientras susurra secretos al amanecer. Los árboles desnudos, sin hojas en su ser, descansando y soñando con el renacer. Las aves migrantes buscando al mismo calor, dejando atrás su hogar, su color. El sol se oculta temprano en la tarde, mostrando la oscuridad que el invierno guarda. Las estrellas brillan con intensidad, iluminando la noche de serenidad. En las montañas, el hielo se hace hogar, donde patinamos, reímos y amamos sin cesar. El invierno, con su etérea belleza, que envuelve en su mágica sutileza. 

Quizás pintamos muy linda esta escena... para alguien que nunca la disfruto pues en su infancia Ren nunca fue de disfrutar la belleza del mismo invierno... El principal motivo de ello era por culpa de su padre, quien siempre fue un obstáculo en la felicidad de la albina, y una de las principales razones por las que dejo de esforzarse y habia perdido casi todo rastro de emociones en su rostro... Una mirada fría y vacía... casi como la de un cadáver inerte... carente de todo rastro de vida... Era la mirada de alguien que simplemente se canso de vivir... una mirada muerta... Eso acompañado de un rostro tan puro y claro como la nieve que descendía durante las noches... un cabello albino que se movía al son del silbido del mismo viento invernal... Una bella figura retratada... mas que una persona real...

 Vacía por dentro... casi carente de lagrimas o sentimientos... El error de los Uchiha y la decepción mas grande de Uchiha Kirai y Uchiha Kanashi... Uchi... Suisei Ren... un nombre tomado para alejarse del legado de su padre... un nombre cuyo significado es el de un elemento que no reacciona por influencias externas... El mercurio... Para volviendo en si, la albina paseaba tranquilamente por los alrededores de Kumo mientras echaba un vistazo por aquí y por allá, viendo posibles recuerdos de su viaje y memorizando el paisaje invernal con detenimiento, era algo que no queria olvidar.

 No pasaría mucho antes de que decidirá sentarse en una banca cercana para tener el placer de degustar unos Taikayis que recién habia comprado, quizás contándolos eran unos 10 o quizás menos de diferentes sabores, por lo que se sentaría y tomaría uno de aquellos pescaditos de harina para darle una pequeña mordida- Esta bueno...- murmuraría mientras lanzaba la vista a un grupo de niños jugando con la nieve y armando un muñeco de la misma- Eso parece divertido- pensaría para seguir disfrutando de aquel postre que habia comprado, y por si lo preguntaban el relleno del Taiyaki era de chocolate. Aunque de entre esos niños, uno llamaría su atención, quizás el mayor del grupo quien, parecía ser un shinobi por lo que su mirada se habia quedado fija en el.
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Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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El estar con los niños pequeños lo reconfortaba bastante, amaba hacer estas cosas con su hermana pequeña, cuando tenía cuántos?, 9, 10 años?, si, así era y lo recordaba bien cuando aparecía la época de navidad en kumogakure.

Eran zonas por naturaleza bastante altas así que las nevadas eran mucho más constantes en navidad que en otras aldeas y ocurrían también cuando no era época navideña todavía, el muñeco de nieve necesitaba de una nariz, boca y ojos, a lo que uno de los niños consiguió la clásica zanahoria que tradicionalmente se le coloca en la nariz, mientras que Kiseki de manera un tanto graciosa excavó un poco en la nieve haciendo un pequeño hueco, terminando por lanzarse dentro de este y quedar mitad de su cuerpo adentro del agujero y mitad afuera.

Unos segundos duro así hasta que el chico hacia señales con sus piernas al aire que necesitaba algo de ayuda para salir, en lo cual los adultos de la zona sacaron una sonrisa, la situación era graciosa para ellos y además de que si, habían shinobis bastante torpes como el chinoike. Los niños que apenas tenían fuerza estaban jalando las piernas del Chinoike entre 5.

Después de un rato de buen forcejeo lograron sacar a Kiseki quien ya tenía las pierdas en mano al salir, este solamente dió una sonrisa vergonzosa hacia los niños y fue a colocar las piedras en el muñeco, logrando terminarlo.

Los niños estaban felices de haber terminado el muñeco y Kiseki se retiraría de allí para sacar de su ropa la nieve en ella, mientras se sacudía se sentó en una banca dónde estaba una chica que por gran casualidad era albina y tenía ojos rojos al igual que el, aunque todavía no se daba cuenta de ello. ~Ojala no me hayan visto tantas personas~. Susurraria mientras ataba sus cordones y veía hacia los lados, momentáneamente vería a la chica al lado de él y levantaría su mano un poco. -Holis jeje...-. Dijo mientras sudaba un poco y en sus pensamientos se torturaba a su mismo por susurrar tan cerca de alguien algo que le avergonzaba.
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La albina habia perdido la noción del tiempo a la par que se sumergía en sus pensamientos... recuerdos que vagaban como si de pisadas en la blanca nieve se tratasen, opacando por completo su mente... Horribles experiencias... burlas... menosprecios... cosas similares rondaban su pensar. La albina se encontraba perdida en un mar de recuerdos dolorosos, incapaz de escapar de su doloroso pasado. Cada pensamiento era como una huella marcada en la nieve inmaculada, dejando una marca imborrable en su mente. Las burlas, los menosprecios y las horribles experiencias se entrelazaban en su cabeza, formando un laberinto de angustia y tristeza.

 Su corazón se sentía pesado, aquellos recuerdos pesaban como una carga insoportable, hundiéndola en la melancolía más profunda. El tiempo se desvanecía a su alrededor, mientras ella se sumergía en la oscuridad de su propio sufrimiento. Cada instante parecía eterno, cada suspiro resonaba con un eco de tristeza. La albina se sentía atrapada en un bucle interminable de dolor y desolación, sin esperanza de encontrar un respiro. Solo la soledad la abrazaba, acompañándola en su dolorosa travesía por un mar de pensamientos oscuros. Y así, la albina se perdía en su propia melancolía, dejando que los recuerdos la consumieran por completo, sin ninguna luz que iluminara su camino. No había consuelo, no había escape, solo la desoladora sensación de haber perdido toda esperanza en un mundo que parecía empeñarse en recordarle sus peores momentos.

 La nieve poco a poco caía sobre la plaza del centro de la aldea, incluso cubriendo con una ligera capa de polvo blanco a la albina. Los copos esponjosos descendían con suavidad, como lágrimas silenciosas que se deslizaban lentamente por las mejillas de un rostro melancólico. El aire gélido envolvía el lugar, creando una atmósfera de tristeza y nostalgia. El silencio se apoderaba de todo, sólo interrumpido por el crujir de la nieve bajo los pies de los pocos transeúntes que se atrevían a desafiar el frío. La albina se sentía sola, envuelta en un manto blanco que parecía reflejar su propio desconsuelo. Recordaba tiempos pasados, momentos felices que ahora parecían tan lejanos como los copos de nieve que caían del cielo.

Una sensación de vacío invadía su corazón, como si el invierno hubiera congelado también sus sentimientos más profundos. Sus ojos, perdidos en el horizonte blanco, reflejaban la tristeza de un alma que buscaba sin encontrar consuelo. Y así, la albina se dejaba envolver por el frío abrazo de la nieve, sumergiéndose en una melancolía sin fin, donde el tiempo parecía detenerse y los recuerdos se desvanecían como huellas efímeras en la blanca inmensidad. Pero... una frase la despertó de su letargo... - ¿Eh?- diría con ligera impresión ante el joven que le saludaba- O-oh... ¿Hola?- fue un sonido sin emoción que escapo de sus labios, con un rostro inerte... carente de vida en absoluto- Dime... ¿Cómo estas?- era raro verla lanzar una pregunta así... quizás... buscaba alguien con quien conversar... hace un rato que se habia acabado de comer el primer Taikayi, pero no habia agarrado otro debido a que se sumergió en sus propios recuerdos y pensamientos... Quizas... con cada recuerdo... era un grito de ayuda silenciado... un ataúd... cerrado...
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Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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El chico miro a aquella señorita y parecía no se...algo deprimida?, las palabras nulas y reacciones nulas de las personas son señales de la tristeza, preocupación, distracción o desinterés, siendo esta última emoción siempre debe ser considerada última explicación.

Aunque la llegada del chico pudo sacarla de los posibles pensamientos que tenía, el solamente quería charlar un momento, volver a su niñez, bueno sigue siendo un niño pero hay veces en que tiene que comportarse como preadolescente ante una situación. -Disculpe si la interrumpí, señorita-. Dijo cortésmente intentando ser amigable.

Aquella chica tenía una apariencia muy similar a la de el, el chico recientemente había aceptado a Illya como parte de su familia pero no sabía si considerar una coincidencia. -Estoy bastante bien...y usted?, parece...deprimida-.

Dijo para levantarse sobre la silla y acercarse a la señorita. -A veces sonreír es la mejor opcion-. Dijo mientras sonreía y de manera algo infantil agarraria las mejillas de Ren y las estiraria un poco para que hiciera una sonrisa. -Sonría señorita Sonría-. Dijo mientras el chico se reía un poco, una acción infantil y algo juguetona de su parte. Aunque Kiseki también en un momento miro hacia Ren pero más a su lado, creyó ver una especie de silueta agachada de espaldas a ella, curioso pero a la vez misterioso.
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